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miércoles, 15 de agosto de 2012

Lo que las redes unen y el cariño ata.


"Empiezo a sospechar que internet se inventó para que pudiéramos conocernos personas que, de otro modo, no nos hubiéramos encontrado".
Esto decía Mery (La de la tiza) después de la fiesta sorpresa que le habíamos preparado para celebrar su jubilación.
En Marzo nos habíamos encontrado en Madrid y no nos dijo nada, tal vez no había tomado todavía ninguna decisión. En Mayo, estando nosotros en Inglaterra, recibí un mensaje suyo en el que anunciaba que se jubilaría a finales de Julio y una promesa: "Tenemos que celebrarlo", dijo.
Tomé su palabra y, al regreso, me puse en contacto con su familia más cercana para preparale una fiesta sopresa de las que no se olvidan.
Y allá hemos ido, a tierras catalanas a cumplir con el deseo de celebrarlo con ella y con los suyos, pasando previamente por Zaragoza para encontranos con Pilar (Abalorios) y su marido y hacer el viaje hasta Tarragona juntos y, de paso, degustar una excelente lubina a la sal y unos gin-tónics perfectamente preparados.
Como era de suponer, fue una sorpresa absolutamente inesperada para Mery, que no daba crédito a lo que estaba sucediendo: En el viejo cine del pueblo la esperábamos una treintena de personas entre parientes y amigos y algunas ausencias inevitables.
Tras la comida,las copitas y el baile y más tarde, la conversación y los chistes, que la risa es el mejor yoga y el más seguro método de relajación que pueda existir. Así hasta la madrugada.
El día siguiente, visita a Tarragona, ciudad que aún no conocíamos y banquetazo a base de mariscos y arroces en un restaurante de la zona del puerto.





martes, 6 de marzo de 2012

¡QUE VIENEN LOS GRISES!

El otoño de 1968 iba llegando a su fin. Los exámenes parciales se acercaban y en la Universidad de Madrid se obligaba a los estudiantes a escribir los ejercicios con pluma estilográfica.
Las revueltas del mayo parisino habían pasado casi de puntillas por los medios españoles pero entre los estudiantes bullía un sentimiento de necesidad de cambio y se manifestaban, a veces dando, en la calle, gritos de libertad.
El estudiante se había acercado al kiosco de la Calle de la Princesa para ponerle un "punto" nuevo a la pluma que le había regalado su novia del pueblo, seguro de que le había de traer buena suerte. Sintió un golpe en la espalda y una voz le gritó: "¡Corre!".
¿Yo? Por qué he de correr yo si no he hecho nada malo?
Sin embargo se sintió invadido por el pánico y corrió, obediente a la voz. Tomó Hilarón Eslava sin mirar hacia atrás, sabía que pasos que oía tras de sí eran las tachuelas de unas botas militares. "Los grises", pensó, y apretó el ritmo de su carrera.
Las aceras son estrechas y las gentes se apartan a su paso.
Al llegar a la esquina de Joaquín María López, tuerce a la izquierda, cruza la calle y entra en el número 74. Está en casa. Se sienta en la escalera, la resperación es agitada y rápida y el corazón parece querer salise por la boca; pero ya se siente seguro y suelta una carcajada nerviosa.
Ha sido su primera carrera ante "los grises".
Busca en los bolsillos de su trenka, en los del pantalón, se palpa todo el cuerpo y no está: La pluma se ha perdido en la aventura.

* * * * * * * * * * * * 
Hacía meses que teníamos pendiente lo de vernos en Madrid.

Aunque no se hubiese restaurado "La Gioconda" del Prado, no se hubiesen montado las exposiciones de Chagall, la Biblioteca Nacional no hubiese cumplido 300 años y no se hubiesen expuesto "Las biblias de Sefarad", habrían sido los huevos rotos, los caracoles a la borgoñesa, las tortillitas de camarones o el calvados; pero encontranos, nos habríamos encontrado.
Hace tres años nos leíamos, hace dos nos escribíamos, el pasado año nos conocimos y ahora somos amigos de toda la vida. Mery, la anfitriona, de "Contando los sesenta", Pilar, de "Abalorios" y el que suscribe.
Por supuesto, también estaban nuestros sufridores consortes, Jaime, Fernando y Mary Paz (sin cuya colaboración y sacrificio no habría sido posible el encuentro).
- ¡Qué guapa estás! 
- ¿No me veis más delgado?
- ¿Habéis tenido buen viaje?
- Parece que vamos a tener buen tiempo el fin de semana.
- Ya tengo las entradas para el Thyssen.
- ¿Y mesa reservada para la cena?....
Madrid se ha quedado pequeño para los seis. En la Plaza del Carmen vemos un furgón de la Policía Nacional y un par de agentes que indican a una turista con maleta roja una dirección. Todo normal. Continuamos por Tetuán hasta desembocar en Carmen y continuamos hasta la Puerta del Sol.
Allí el despliegue policial es espectacular, hay una docena de "lecheras" y un cordón de antidistubios ociosos. La gente pasea ignorándolos por completo. A alguien -no a mí precisamente- se le ocurre una idea: Hacernos una fotografía delante de ellos.
Nos acercamos a solicitar su permiso y, sorprendentemente, acceden.
Y nos hicimos la foto.

Esta vez fue más divertido. Hace 44 años, más emocionante.

miércoles, 29 de febrero de 2012

UN DÍA PERFECTO.

Ha concluído un día perfecto.
Cansado; pero satisfecho me resisto a irme a acostar sin contarlo. Aguantaré un ratito más.
Fué José Manuel del blog "Las recetas de Triana" el que tuvo la feliz idea de organizar en Sevilla un encuentro de blogueros cocineros y blogueras cocineras. Me apunté rápidamente.
Mi interés por participar aumentó al saber que acudirían mis dos paisanas afincadas en Andalucía: Vero de "El chef Coli" y Mª Ángeles de "Cocina sin miedo".
Y allí que nos hemos ido. 270 Kilómetros -que ya se hacen en un verbo, apenas dos horas y media- y otros tantos para volver.
El encuentro sería en la estación de Metro de Blas Infante, sitio fácil de localizar y, por suerte para nosotros, en la ruta que seguimos habitualmente para entrar en Sevilla. No conocía personalmente a nadie al llegar. Un minuto después éramos todos amigos de toda la vida y dos horas más tarde, amigos para siempre.
Desde allí nos hemos dirigido al mesón "La Carrucha", en pleno barrio de Triana, donde hemos disfrutado de la más amena de las conversaciones y donde se nos han ido cinco horas sin darnos apenas cuenta.
Al café hemos sido invitados por el restaurante "Abades Triana" desde cuya terraza se puede disfrutar de las más espectaculares vistas de Sevilla. Justo al atardecer entiendes por qué, a esa torre de ahí enfrente, la llaman "Torre del Oro".
Además de José Manuel y Rocío, Vero, Mª. Ángeles y un servidor, han estado: Jesús, Susana, Mª. Teresa, Mª. José, Rocío, Oliva, Karmela, Pilar, Beatriz, Bego, Charo, Luisa y Ana (Las mellizas),María, Lidia y Luisa.
Repaso la lista y creo que no se me olvida nadie.
Y, por si fuera poco, el fin de semana tenemos otro encuentro en Madrid. Éste más íntimo y reservado, de una amistad más sólida que viene ya de atrás y que empezó por escribir en un blog.