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sábado, 19 de julio de 2014

ESPAGUETI DE CALABACÍN.

Este verano no he sembrado nada en el huerto. Estoy vago, vago, vaguísimo y, si a ello le añadimos que cada tomate del huerto me sale (casi) a millón, tengo claro que este año el huerto lo dejo en "posío" -que dicen en mi pueblo-.(*)
Por eso, este año las verduras y hortalizas las tengo que comprar. Mi frutero se encarga de proporcionarme la mejor calidad y yo no le discuto el precio. No obstante, los miércoles me doy un paseo por el mercadillo apenas ha salido el sol y tengo dónde elegir y al mejor precio productos que trae el propio hortelano para su venta.
El pasado miércoles compré calabacines (5 piezas, 1 €), tan frescos que aún "sangraban" los muñones del corte.
Dos de ellos fueron para hacer estos espagueti de calabacín y con el resto he preparado, para hoy, un pisto con todas sus consecuencias.
Vas a necesitar para hacerlos:
Dos calabacines. (con su piel).
Un puñado de aceitunas negras cacereñas sin hueso.
Una lata pequeña de anchoas. (40 gr.)
4 ó 5 tomates secos en aceite.
Un pellizco de sal y una pizca de pimentón.

Lava los calabacines y córtalos con la cuchilla de las patatas paja de la mandolina.
Cuécelos al vapor durante 30 segundos. Deben quedar "al dente", (flexibles pero firmes).
Alíñalos en caliente con las aceitunas, las anchoas y los tomates secos.
Echa un chorrito del aceite de los tomates, unos granitos de sal y una nube de pimentón.
Deja enfriar en la nevera.
Le va un vinito blanco, fresquito, con un poquito de aguja o una cervecita bien fría.

(*) Posío —que no aparece en el DRAE pese a estar muy extendido en las hablas meridionales— hace referencia a la tierra de labor que se deja descansar sin ser labrada.

miércoles, 4 de enero de 2012

TIMBAL DE VERDURAS Y MARISCO.

A veces buscas como un loco por todos tus libros de cocina, buceas en internet o andas preguntando para ver qué se te ocurre para un día especial, algo original y sencillo de hacer. Y otras te lo encuentras sin buscarlo.
Eso me pasó con la cena de Nochevieja. Vi el timbal de judías verdes de Garbancita y Mary Paz vió el pavo de Tita.
Ambas recetas son bien sencillas y tengo que confesar que me quedaron estupendamente.
Para el timbal se me ocurrió hacerlo con calabacín; pero Mary Paz opinaba que era más adecuado el de judías, así que preparé los dos.
Previamente hay que tener hecho un aceite de langostinos para el que necesitamos solamente las cabezas y las cáscaras de seis langostinos  y 1/4 l. de aceite de oliva 0,4º.
Se hace en un cacillo confitando las cabezas a muy baja temperatura durante una hora o poco más. De vez en cuando se aplastan un poco las cabezas para que suelten su jugo. Se cuelan y se guarda el aceite, que puede durar bastante tiempo.
Para los timbales:
Unas judías verdes cortadas en juliana.
Tres langostinos.
Un calabacín pequeño, cortado en juliana.
Dos vieiras con su coral.
Unas nueces de macadamia ralladas.
Se hacen las verduras al vapor de un caldo de verduras,  primero una después la otra, un momento nada más, hasta que dejen de estar crudas; pero que queden crujientes.
En una sartén se saltean, independientemente, cada una de las verduras, en un par de cucharadas del aceite de langostinos.
Se coloca un molde en el plato de servir y se echa en él la verdura, apretando ligeramente para que conseve la forma. Se les echa una cucharadita de macadamias y unas escamas de sal.
En la misma sartén, con otro poquito de aceite de langostino, se hacen a la plancha las vieiras y los langostinos. A mí me gustan poco hechos, lo suficiente para que no estén crudos pero sí jugosos.
Se colocan los langostinos sobre las judías y las vieiras sobre el calabacín y se quitan los moldes.
Se riega el conjunto con un chorrito de nuestro aceite.
El aceite restante, que es la mayoría, me va a servir para cuando prepare algún arroz, para saltear
pescado, incluso para aliñar alguna ensalada.