Buscando inútilmente un porro que voló con el viento
¿Quién me creería que puede encontrarse placer en buscar obsesivamente un objeto? Con una minucia detectivesca descubro el mundo nocturno que existe en los recovecos de mi terraza, debajo y detrás de las muchas macetas o entre el hueco de algunas baldosas. Un sinfín de engaños, chauchas disfrazadas del objeto buscado o cualquier ramita. Mi pequeña linterna le da un protagonismo breve a cada uno de esos espacios que para el mundo son indiferentes e irrelevantes pero para mi, en este instante único, deben ser explorados con detectivesca y hábil inspección. En algunas partes desoigo a mi coherencia cuando me grita que el objeto pesaba mucho para haber volado tan lejos. Y detestando la posibilidad de que un ser vivo haya sido autor de la desaparición en lugar de quien fue realmente acusado, el viento. Me cuesta pero decido que buscar bajo la lluvia al amanecer entre las macetas en cuclillas con una birome-linterna es una actitud completamente irracional y ridícula por lo tanto abandono...