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martes, 7 de febrero de 2017

Claudio Magris / Boris Pahor / El Holocausto con voz eslovena





El Holocausto con voz eslovena

Babelia avanza en primicia el prólogo que Claudio Magris ha hecho para el libro imprescindible de Boris Pahor, 'Necrópolis' (Anagrama), sobreviviente del nazismo



WINSTON MANRIQUE SABOGAL
Madrid 26 ABR 2010 - 05:17 COT



"Es una de las obras maestras de la literatura del Holocausto" Con esta contundencia define Claudio Magris Necrópolis, de Boris Pahor, uno de los sobrevivientes eslovenos del horror del nazismo en la Segunda Guerra Mundial. El escritor italiano se refiere en esos elogiosos términos en el prólogo que acompañará la edición española del libro que Anagrama pondrá a la venta el próximo 13 de mayo. Ante la trascendencia del valor testimonial y literario de Necrópolis, Babelia adelanta hoy este texto de Magris en ELPAIS.com, donde tras estas páginas el lector se encontrará con un Boris Pahor cuyo nombre y obra queda ya unido al de otros autores que han narrado desde su experiencia el infierno del Holocausto, tales como Primo Levi, Elie Wiesel, Imre Kertész, Robert Antelme y Jorge Semprún.

Boris Pahor / Holocausto





Boris Pahor, 2015
Fotografía de Claude Truon -Ngoc

Boris Pahor

Necrópolis



Campo de concentración de Natzweiler-Struthof sobre los Vosgos. El hombre que acaba de llegar junto a un grupo de turistas una tarde de verano no es un visitante cualquiera: es un ex deportado que con la distancia de los años ha regresado al lugar donde fue encerrado. De pronto, frente al barracón y el alambre de espino transformados ahora en museo, el flujo de la memoria comienza a discurrir y los recuerdos afloran cargados de dolor y de emoción. 
Regresan el sufrimiento por el hambre y el frío, la humillación por los golpes y los insultos, la profunda pena por cuantos, los más, no sobrevivieron. Y como los fotogramas de una película, impresa en el cuerpo y en el alma, se descuelgan las infinitas vicisitudes que hablan de un horror que de ningún modo se puede explicar, pero que va unido a la solidaridad entre prisioneros, a una humanidad nunca del todo derrotada, a un deseo de vivir que incluso en circunstancias tan dramáticas nunca se pierde completamente.