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lunes, 4 de agosto de 2025

¿Quién es mejor, Dickens o Shakespeare? Preguntamos a nueve escritores destacados.

 


¿Quién es mejor, Dickens o Shakespeare? Preguntamos a nueve escritores destacados.

Este artículo tiene más de 4 meses.

Elif Shafak, Sarah Perry, Jeffrey Boakye y otros nos dicen cuál de las dos figuras literarias totémicas prefieren


Killian Fox
2 de marzo de 2025


Emma Smith. Panelista Circular. ¡NO USAR PARA NINGÚN OTRO PROPÓSITO!

Emma Smith

Profesor de Estudios Shakespeare en el Hertford College de Oxford autor de This Is Shakespeare

Es una tesis brillantemente descabellada la que plantea Peter, pero no estoy de acuerdo. Lo genial de Dickens es la sensación maximalista, abarrotada y rebosante que se percibe de ese mundo. Su obra es como una extraordinaria catedral barroca que uno podría pasarse la vida contemplando, absorto en sus detalles. En cambio, Shakespeare es más bien como una caja negra. Hay un enorme potencial para representar estas obras en mundos muy diferentes con resultados muy distintos. Así que lo genial de Dickens es que todo está ahí. Pero lo que es completamente indispensable de Shakespeare es que espera a que lo combinemos con él para crear algo nuevo. No creo que releer a Dickens cree un nuevo Dickens, pero releer o reinterpretar a Shakespeare sí crea un nuevo Shakespeare.

«Él contiene toda la literatura» /¿Es Dickens mejor que Shakespeare?

 


«Él contiene toda la literatura»: ¿es Dickens mejor que Shakespeare?

Este artículo tiene más de 4 meses.

Después de releer las obras completas del gran novelista victoriano durante la pandemia, Peter Conrad se convenció (susurrándolo) de que Dickens es un escritor aún más grande que ese otro gigante literario británico, el Bardo.


Peter Conrad
2 de marzo de 2025

A principios de 2020, con el confinamiento social, me refugié en casa de Charles Dickens , quien me acompañó y me animó durante la pandemia. Impulsado por narrativas que Dickens consideraba locomotoras veloces y animado por una imaginación inflamable que comparaba con una forja industrial, pronto dejé de sentir la necesidad de los tranquilos circuitos cronometrados por el parque local, e incluso dejé de preocuparme por el inminente fin del mundo. Pero aunque Dickens me salvó de una enfermedad, me contagió de otra: al escapar de la COVID-19, contraje una monomanía incurable.

lunes, 19 de septiembre de 2022

Javier Marías / Artistas perfectos

 


Javier Marías
ARTISTAS PERFECTOS


    Nadie sabe la cara que tuvo Cervantes, y tampoco hay certeza sobre la que tuvo Shakespeare, por lo que el Quijote y Macbeth son textos a los que no acompaña ninguna expresión personal, ningún rostro definitivo, ninguna mirada que los ojos de los demás hombres hayan podido congelar y hacer propia a través del tiempo. Si acaso sólo los que la posteridad ha tenido necesidad de otorgarles, con vacilaciones y mala conciencia y mucho desasosiego, expresión y mirada y rostro que seguramente no fueron de Shakespeare ni de Cervantes.

miércoles, 10 de junio de 2020

150 años sin Dickens / 15 escritores opinan sobre su legado e influencia


'Dickens' Dream', cuadro inacabado del pintor Robert W. Buss (1804-1875).
'Dickens' Dream', cuadro inacabado del pintor Robert W. Buss (1804-1875). 

150 años sin Dickens: 

15 escritores opinan 

sobre su legado 

e influencia

Javier Marías, Jonathan Coe, Dave Eggers, Salman Rushdie, Margo Glantz, Junot Díaz y Colm Tóibín, entre otros, analizan el influjo del autor inglés, fallecido hace un siglo y medio, en su educación como lectores y su manera de escribir


Alex Vicente
9 de junio de 2020



Javier Marías

“Su realidad jamás es plana, porque no la ofrece en bruto, sino destilada”

Empecé a leer a Dickens en la infancia, tal vez me estrené con Historia de dos ciudades y seguí con Oliver Twist y David Copperfield (Cuento de Navidad siempre me aburrió). Nunca he dejado de frecuentarlo, y, ya adulto, conocí Casa desolada, acaso su mejor novela. Creo que si su obra pervive es por lo que perviven cuantas lo logran, desde Cervantes, Shakespeare y Sterne a Proust y Faulkner: era un extraordinario estilista, y sus textos, bajo su apariencia melodramática o humorística, contienen una profundidad que aún nos hace pensar y nos revela lo que ignorábamos que quizá intuíamos. Parecen entretenimiento y lo son; parecen historias adictivas mientras uno las lee, y lo son; parecen realistas y hasta costumbristas en ocasiones, y lo son, pero en escasa medida, porque la realidad que presentan es una realidad estilizada y rayana en lo inverosímil, como demuestran los propios nombres de sus personajes. Su realidad jamás es plana, porque no la ofrece en bruto, sino destilada.

Charles Dickens, Charlot, McCartney y la Navidad




Charles Dickens


Charles Dickens, Charlot, McCartney y la Navidad

Un siglo y medio después de su muerte, la huella del escritor inglés se palpa no solo en la literatura, sino en nuestra forma de sentir el mundo


Carlos Zanón
5 de julio de 2020



Charles Dickens, visto por Sciammarella.
Charles Dickens, visto por Sciammarella.
Al igual que Charlot o McCartney en Beatles, Charles Dickens fue una estrella global. Desde su eclosión con apenas 25 años, gustó a todos. Como los otros dos, fue imparable y con el don de la oportunidad. Los tres estuvieron en el momento preciso ante el clic: Dickens, el de la fotografía; Chaplin, el del cine, y McCartney y los suyos, ante la televisión y los tocadiscos compactos. Eran reconocibles, asediados, buscados, exigidos y adorados. Fuerzas autodidactas, en apariencia inagotables, que venían de donde no deberían haber salido — la pobreza, la orfandad, el otro lado de la ley— para llegar a donde —sin saberlo nadie— les estaban esperando. Hoy no es posible imaginar el mundo sin ellos. Entusiasmo, creación, absoluta desfachatez ante la contención ya sea ante la denuncia, el buen gusto, la cursilería, lo genial, la no imposible conexión entre popular y excelente.

Se buscan personajes de Charles Dickens en el mundo real






Charles Dickens (1812-1870).Charles Dickens (1812-1870).LEBRECHT / CORDON PRESS

Se buscan personajes de Charles Dickens en el mundo real

La Journalists’ Charity, organización cofundada por el autor británico en 1864, lanza un concurso literario para ayudar a los periodistas independientes


Alessandro Leone
Cupello, Italia, 30 de marzo de 2020


Joseph Clayton Clark (1857-1937), conocido con el pseudónimo de Kid, ilustró los personajes de las novelas de Charles Dickens (1812-1870) por muchos años y así los describió, como se lee en el libro The Characters of Dickens: “Son mucho más que simples construcciones narrativas o criaturas imaginarias. Ellos viven, respiran, están hechos de carne y hueso, están con nosotros. Nos hemos reído con Sam Weller, hemos compartido los sentimientos del pequeño Tim y llorado con Nell Trent. Terminarán de entusiasmarnos solo cuando la lengua inglesa sea olvidada o el humano haya cesado de existir”.

La mujer que fue Charles Dickens







Ilustración de la cubierta de la nueva edición de 'Los misterios de East Lynne'
Ilustración de la cubierta de la nueva edición de 'Los misterios de East Lynne' ÁTICO DE LOS LIBROS

La mujer que fue Charles Dickens

La suculenta obra magna de Ellen Wood, reina de la llamada literatura sensacionalista, que rivalizó en ventas y hasta superó a la del autor de 'Oliver Twist', está de vuelta


Laura Fernández
5 de abril de 2019


Existe en este mundo en el que, como en una novela de Gore Vidal, nada muere sino que cambia de forma, un lugar llamado Ellenwood. Está en Georgia. En realidad, es un suburbio al sudeste de Atlanta. No parece un lugar muy interesante. Parece apenas un código postal y un puñado de robos en franquicias de supermercados llamados, elocuentemente, Family Dollar. Me pregunto si en ese lugar, en ese Ellenwood, tienen siquiera idea de que una vez existió una escritora inglesa llamada precisamente Ellen Wood. Una escritora que ni siquiera podía firmar con su nombre sino que se veía obligada a hacerlo con el de su marido, porque no debía verse como un alguien autónomo, muy en la línea de El cuento de la criada, sino como un alguien dependiente de otro alguien: era la señora de Henry Wood, o Mrs. Henry Wood.

El lado más oscuro de Dickens

Charles Dickens by JuanOsborne on DeviantArt
Charles Dickens

El lado más oscuro de Dickens

El escritor y periodista intentó, sin éxito, que su mujer fuera ingresada en un manicomio


Rafa de Miguel
Londres, 10 de marzo de 2019

El hombre más famoso de la era victoriana, el "poeta de la ciudad moderna", el novelista más importante de la historia inglesa, Charles Dickens, cometió uno de los actos más crueles y abyectos que se pueda imaginar: intentó encerrar a su mujer, Catherine, con la que había compartido 20 años de matrimonio y 10 hijos, en un manicomio, para poder disfrutar en libertad su romance con la actriz Ellen Ternan.
John Bowen, profesor de Literatura del siglo XIX en la Universidad de York, al norte de Inglaterra, ha dado con la carta que demuestra la crueldad con la que Dickens intentó despachar el momento más turbio de su vida. "Durante años existió la sospecha de que lo había intentado, pero ninguna prueba definitiva. Y por supuesto es algo muy difícil de asimilar. Hizo cosas admirables, pero en su ruptura matrimonial tuvo un comportamiento horrible, e hirió a mucha gente", explica Bowen a EL PAÍS en conversación telefónica.
Catherine Dickens vivió las dos últimas décadas de su vida en una pequeña residencia en Camden, al norte de Londres. Allí trabó amistad con un matrimonio vecino, Edward y Lynda Dutton Cook. Ella era pianista. Él, un hombre de letras, crítico teatral y novelista. En su último año de vida, en 1879, mientras aliviaba sus terribles dolores con dosis de morfina, Catherine sintió la necesidad de contar su versión de lo sucedido. Hasta entonces, Dickens, celoso hasta el extremo de su buena imagen y reputación, había logrado trasladar la imagen de un matrimonio deteriorado por los "desórdenes mentales" de una mujer que no prestaba atención ni cariño a sus hijos. Gran publicista de sí mismo y con buenos e influyentes amigos, el escritor plasmó un retrato despiadado y falso en una carta que filtró convenientemente a la prensa. La famosa "carta violada" que convenció a sus admiradores pero escandalizó también a muchos de sus contemporáneos.
The Right Way to Remember Charles Dickens | The Huntington
Charles Dickens
Edward Dutton Cook nunca quiso hacer públicas las interioridades de una familia y de un hombre que para entonces ya era un tesoro nacional. Pero se las contó a través de varias cartas a su amigo el periodista William Moy Thomas. "Al final, [Dickens] descubrió que ella ya no era de su agrado. Había dado a luz a 10 hijos y perdido gran parte de su belleza. Se había hecho vieja. Intentó incluso encerrarla en un manicomio, ¡pobre mujer! Pero a pesar de lo nefastas que son nuestras leyes en lo que se refiere a probar la locura, no consiguió su propósito", escribió Dutton Cook.
"Cuando descubres este lado sombrío de Dickens, interpretas la obra posterior a 1858, el año de la ruptura matrimonial", explica el profesor Bowen. "Grandes esperanzas, uno de sus libros más universales, es una novela llena de culpa, de vergüenza. Su personaje principal [Philip Pirrip Pip] se siente incomprendido y es alguien que ha herido a mucha gente".
Bowen, que pudo acceder al contenido de las cartas de Dutton Cook, hoy custodiadas en la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, conoce bien los documentos de la época y ha deducido, con casi total seguridad, la identidad del médico que se negó a cumplir con los deseos de Dickens. Thomas Harrington Tuke, superintendente del Asilo Manor House, en el barrio londinense de Chiswick, entre 1849 y 1888, era un viejo conocido del escritor. Llegó a asistir al bautizo de uno de sus hijos. La amistad se enfrió poco después, sin motivo aparente, y Dickens se prodigó en dedicarle insultos como "asno médico" o "ser miserable".
Las leyes de la época ofrecían poca protección para aquellas personas a las que sus familias decidían encerrar de por vida por su supuesta enfermedad mental. Sobre todo, si se disponían de las conexiones adecuadas. Y Dickens las tenía. Su amigo y biógrafo, John Forster, secretario en el Comisionado para la Locura, un organismo público creado en 1845 para supervisar los manicomios, o el doctor John Connolly, con gran influencia en ese ámbito, movieron tierra y cielo para complacer a su amigo.
"A la luz de lo que sabemos ahora, esta historia tendría que ver mucho con el movimiento del Me Too", sugiere Bowen. "Pero también con esa luz de gas que muchos hombres proyectan sobre sus parejas para hacerles creer que son ellas las culpables. Aunque hay una parte positiva en todo este relato. Un doctor fue capaz de decir que no. No son muchos los médicos o abogados capaces en esa época de plantar cara a los ricos y poderosos. Casi como esos testimonios que escuchamos estos días de algunas personas contra el presidente de Estados Unidos, Donald Trump".





Los cuentos navideños de Dickens

Cuento gráfico de Navidad | Dickens christmas carol, Charles ...

Los cuentos navideños de Dickens

Un libro de Chesterton inédito en español, publicado por Espuela de Plata, analiza la Navidad desde el punto de vista literario, religioso y político


Gilbert K. Chesterton
22 de diciembre de 2017






Los cuentos navideños de Dickens

La literatura ha fracasado casi siempre cuando ha intentado describir la felicidad como un estado. La tradición, la costumbre y el folclore (aunque mucho más verdaderas y fiables que la literatura, por regla general) pocas veces han acertado con los símbolos de un auténtico ambiente de camaradería y gozo. Pero aquí y allá se produce de pronto la vibración de la vox humana. En la tradición, esa nota se ha producido sobre todo en las antiguas celebraciones de la Navidad. En literatura, se ha producido sobre todo en los cuentos navideños de Dickens.

De pronto, la mano de Dickens

ArtStation - Charles Dickens and Jules Verne, Julio Cesar Alaniz
Charles Dickens

De pronto, la mano de Dickens

El hallazgo de 20 volúmenes de una revista literaria dirigida por el escritor con anotaciones de su puño y letra arroja luz sobre algunos misterios de la literatura británica del siglo XIX


Pablo Guimón
Londres, 15 de julio de 2015






Retrato del escritor británico Charles Dickens (1812-1870).Ampliar foto
Retrato del escritor británico Charles Dickens (1812-1870). LEBRECHT / CORDON PRESS

El ambiente en la sala, recuerdan quienes lo presenciaron, era “eléctrico”. Hay quien habla incluso de “sonoros jadeos” entre el escaso público. Las revelaciones del congreso anual de la Sociedad Investigadora de Revistas Victorianas rara vez conquistan espacios destacados en los periódicos. Pero los 40 académicos que asistieron el pasado sábado a la presentación de Jeremy Parrott comprendieron enseguida que estaban ante un hallazgo histórico. En aquella sala de la universidad de Gante, el profesor y librero les ofreció la llave para desentrañar algunos misterios de la literatura británica del siglo XIX.
Parrott reveló que posee una colección de una revista literaria que dirigió Charles Dickens, con anotaciones manuscritas del propio autor en los márgenes de las piezas, publicadas sin firmar, que permiten atribuir 2.500 textos a entre 300 y 400 escritores, incluidos Elizabeth Gaskell, Lewis Carroll, Wilkie Collins o el propio Dickens. Se trata, en palabras de uno de los pocos expertos que han tenido en sus manos la colección, de la “piedra Rosetta de los estudios victorianos”.

Posy Simmonds / El último crimen de la gran dama del cómic


Posy Simmonds, el 19 de febrero, en su casa de Londres, delante del espejo donde simula movimientos y expresiones para luego dibujarlos.
Posy Simmonds, el 19 de febrero de 2020, en su casa de Londres, delante del espejo donde simula movimientos y expresiones para luego dibujarlos. 

El último crimen de la gran dama del cómic

La británica Posy Simmonds, una de las autoras más veteranas a sus 74 años, publica 'Cassandra Darke', adaptación libre y negra del 'Cuento de Navidad' de Dickens



Tommaso Koch
Londres, 1 de marzo de 2020

En el despacho de Posy Simmonds habitan cientos de criaturas. Ahí nacen —sobre una mesa iluminada por dos lámparas y una ventana—, crecen y esperan a que una historia las necesite. Algunas, en realidad, no saben todavía ni quiénes son: tan solo lucen un busto, no tienen ni un trazo de piernas para salir a dar un paseo. Otras, en cambio, ya han encontrado incluso a su media naranja, como un lobo trajeado y un entrecot vestido de novia que se funden en un vals. Hay mujeres con velo y prisa, niños vestidos de soldados u hombres con pinta de tramar el enésimo trapicheo. Incluso el dueño pakistaní de la tienda de la esquina ha acabado retratado en unos esbozos. “Pero él no lo sabe”, se ríe Simmonds. Para descubrirlo, tendría que visitar el hogar de la dibujante, descender unas escaleras y acceder al cuarto que encierra su tesoro. No hay cofres amontonados en las estanterías, sino cuadernos. Dentro, la gran dama del cómic británico conserva sus gemas más preciadas: todas sus ideas.

Lo que los testamentos ilustres esconden



Charles Dickens Art - Assassin's Creed Syndicate Art Gallery (con ...
Charles Dickens

Lo que los testamentos ilustres esconden

El Gobierno británico permite consultar online 41 millones de testamentos, entre ellos los de Charles Dickens, Winston Churchill, John Maynard Keynes o la princesa Diana


Patricia Tubella
Londres, 29 de diciembre de 2014




La princesa Diana de Gales, en 1993.
La princesa Diana de Gales, en 1993. CORDON PRESS

El novelista Charles Dickens pudo disfrutar en vida tanto de la fama como de unas desahogadas finanzas, pero a la hora de su muerte tuvo un entierro discreto, reducido al ámbito familiar y ajeno a cualquier ostentación. Así lo había dispuesto en un testamento escrito de su puño y letra, que desde el pasado fin de semana es accesible para los usuarios de Internet, al igual que los del político Winston Churchill, el economista John Maynard Keynes o la princesa Diana, entre 41 millones de documentos más donde se recogen las últimas voluntades de personas que murieron en Inglaterra y Gales a partir de 1858.
Testamentos como el del escritor George Orwell, en el que insistía que sus notas, manuscritos y recortes de prensa fueran preservados tras su muerte (1950), o el de Keynes, reclamando en cambio la destrucción de los textos no publicados antes de su fallecimiento (1946), aparecen en versión resumida en una nueva base de datos elaborada por el Gobierno británico. Consultarlos sólo requiere insertar el nombre del personaje y la fecha de su muerte. O abonar 10 libras (algo más de 12 euros) para quienes deseen obtener una copia digital del texto íntegro.