Así es la mansión de lujo de David Lynch: una obra de arte a la venta por 13 millones de euros
La impresionante residencia privada y la casa estudio brutalista donde el director y artista creó obras de artes como 'Mulholland Drive', sale a la venta meses después de su muerte
Rubén García
29 de septiembre de 2025
Las películas de David Lynch son únicas. La personalidad y el talento del genial director de cine, fallecido el pasado mes de enero a los 78 años, quedó plasmada en obras maestras como Mulholland Drive o la serie Twin Peaks, y qué decir de cintas como Terciopelo Azul o Una historia verdadera. Lynch fue en realidad un artista global porque pintaba, esculpía, escribía (no solo sus guiones) y hasta publicó tres álbumes de estudio y firmó seis bandas sonoras. La inmensa mayoría de estas obras artísticas que conforman un legado sobresaliente fueron creadas en el corazón de la vida personal y profesional de David Lynch, un complejo con varios edificios situado en las icónicas colinas de Hollywood Hills donde estaba la casa y el estudio del director. El espacio, un conjunto arquitectónico protegido por su valor singular, se ha puesto a la venta por un precio de 12,7 millones de euros (15 millones de dólares). Te lo mostramos.
Naomi Watts y Laura Harring, en su momento de rubias en 'Mulholland Drive'.
David Lynch, entre el mito de Marilyn y el de John Ford
El cineasta, fallecido esta semana, reinterpretó desde la vanguardia la mitología americana y cambió para toda una generación el “¿quién mató a Norma Jean?” por “¿quién mató a Laura Palmer?”
ELSA FERNÁNDEZ-SANTOS
18 ENE 2025 - 23:15 COT
David Lynch murió el jueves con el telón de fondo de Los Ángeles en llamas. El destino —o lo que sea— quiso que la vida de uno de los cineastas que mejor comprendió el subsuelo maldito e infernal de esa ciudad mágica se apagara mientras sus colinas ardían. Tal vez tuviera sentido: aunque nació en Montana, su linaje estaba en Los Ángeles y en la fatalidad de su gran creación, Hollywood, y es vital en una obra íntimamente ligada a dos figuras medulares en el mito de aquel lugar, Marilyn Monroe, el gran enigma de las diosas rubias y problemáticas, y John Ford, el majestuoso paisajista de una tierra insondable cuya deriva hacia el infierno Lynch predijo como nadie.
David Lynch, en una imagen tomada en Los Ángeles en 2002.CHRIS WEEKS (AP/LAPRESSE)
David Lynch: no entiendo lo que pretendía contar, pero sospecho que él tampoco
Fue el director más amado por los modernos, el creador para ellos de mundos perturbadores, la vanguardia sofisticada y tenebrosa. Yo detesto casi toda su obra
CARLOS BOYERO
17 ENE 2025 - 23:15 COT
Me cuentan que los periódicos regionales sobreviven en gran parte gracias a sus infinitas esquelas. Debe de ser reconfortante para los ancianos del lugar constatar que ellos siguen vivos aunque múltiples conocidos se hayan largado al otro barrio. Y reconozco que en los medios de comunicación, o como se llamen esos presuntos transmisores de la verdad y de la realidad, el género de las necrológicas resulta muy florido, sentido, sufrido. Todos los muertos son formidables cuando la han palmado, imperecedera su obra, entrañable su recuerdo. Durante muchas épocas me pedían en los periódicos que escribiera artículos sentidos sobre los muertos más ilustres. Y a veces se llevaban un susto acojonante ya que mi recuerdo de la obra de esa gente consagrada no era precisamente laudatorio. Cuando fenecen tantas personas que al parecer eran incondicionalmente amadas por el pueblo llano y por todos sus compañeros de profesión, a veces me avergüenzo de su interminable oda. Al parecer todos los muertos fueron tan geniales como amados. Y desde luego los que aparecían continuamente en las apestosas televisiones.
Su reino fue el de la pesadilla hiperrealista porque cuando alguien descubre algo que existe pero no podemos ver, entonces inventa una realidad que sin él habría pasado inadvertida
LAURA FERNÁNDEZ
17 ENE 2025
En La Estrella de Ratner, una desconocida novela de Don DeLillo, un niño genio, Billy, debe descifrar una señal de otro planeta guiado por una colección aparentemente interminable de freaks, excéntricos personajes que viven con un pie en este mundo —la supuesta realidad— y con otro en el otro, uno que solo ellos están viendo porque forman parte de algo que existe, pero solo está al alcance de aquellos que, permítanme invocarle ya, permítanme invocar al hombre que fue adjetivo instantáneo, el cineasta, el pintor, el artista que hizo lo imposible —dar sentido, o representar, diseccionar, habitar el inconsciente—, saben que todo sigue siendo, afortunada y terroríficamente, un misterio. Uno que David Lynch capturó una y otra vez, apasionadamente, desde un absurdo único, genial, onírico, oscurísimo.
'David Lynch alteró nuestros cerebros': directores, amigos y fans recuerdan a un titán del cine
Sus visiones únicas y retorcidas conmocionaron y sedujeron a generaciones de cinéfilos. Paul Schrader, Abel Ferrara, Coralie Fargeat y otros le rinden homenaje
'Les dije: No hay forma de que pueda mejorar Blue Velvet'
Paul Schrader, director
David no pudo hacer que se hiciera Terciopelo azul. Dino De Laurentiis le dijo a David que me pagaría por reescribir el guión y David me lo dio. Era uno de los mejores guiones que había leído en mi vida. Le dije a Dino que no había forma de que pudiera mejorarlo. David me dio las gracias y Dino financió la película. El resto es historia del cine. Lo único que hay que añadir es esto: fumar mata.
David Lynch, en un momento del reodaje de 'Corazón salvaje'.ACEY HARPER (GETTY IMAGES)
David Lynch, un explorador iconoclasta y perverso
Fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los años cincuenta y sesenta: un individualista devastador
MANUEL VILAS
17 ENE 2025 - 05:06
No soy un admirador del cine de David Lynch, yo soy su enamorado. David Lynch fue al cine de los ochenta y noventa del pasado siglo lo que William Burroughs a la literatura de los años cincuenta y sesenta: un individualista devastador, un infiltrado en la disolución de la mirada del espectador o del lector. Lynch era guapo. Se parecía a otro individualista cegador: David Bowie. Tenían un flequillo parecido. Lynch es Estados Unidos, es la narración cinematográfica más brillante y honda que se ha hecho de ese país en los últimos cincuenta años.
El cineasta fallecido construyó una obra sin explicaciones, con la que abdujo al público con aparentes enigmas fuente de su eterna juventud creativa
GREGORIO BELINCHÓN
16 ENE 2025 - 15:24
Cuando en 2017 David Lynch se embarcó en su biografía, lo hizo lynchianamente: la periodista Kristine McKenna afrontó, hablando con más de 100 personas, la escritura del relato biográfico al uso, y tras cada episodio, Lynch se zambullía en el suyo, erigiendo sus memorias desde sus emociones: “Utilizando los recuerdos de los demás para desenterrar los míos, redactaba mi propio capítulo”. Y explicaba: “La conciencia humana es demasiado vasta para confinarla entre las cubiertas de un libro, y cada experiencia tiene demasiados elementos a tener en cuenta. En resumen, aspirábamos a que esta biografía fuera la definitiva, pero sigue siendo un mero esbozo”.
La biografía del cineasta, 'Espacio para soñar', se compone de capítulos escritos por una periodista a los que continúan las propias memorias del autor de 'Terciopelo azul'
GREGORIO BELINCHÓN
Madrid - 08 DIC 2018 - 17:25 CO
David Lynch explicado por David Lynch. Imposible. David Lynch explicando sus sensaciones tras leer una biografía de David Lynch. Plausible. Y acabada la lectura de Espacio para soñar (Reservoir Books), hasta fascinante. Porque un artista como el cineasta estadounidense no merecía un esfuerzo al uso. Y lo que ha realizado junto a la periodista Kristine McKenna está a la altura de su obra. El mismo Lynch (Missoula, Montana, 1946) lo explica en la introducción: "Ella escribía primero un capítulo utilizando las herramientas habituales de una biografía [ha entrevistado a más de 100 personas relacionadas en algún momento con su objeto de estudio]. A continuación, yo revisaba el capítulo, y utilizando los recuerdos de los demás para desenterrar los míos, redactaba mi propio capítulo". Y remata avisando: "La conciencia humana es demasiado vasta para confinarla entre las cubiertas de un libro, y cada experiencia tiene demasiados elementos a tener en cuenta. En resumen, aspirábamos a que esta biografía fuera la definitiva, pero sigue siendo un mero esbozo".
Muere David Lynch, el legendario director de clásicos como ‘Terciopelo Azul’ y ‘Twin Peaks’
El cineasta, quien anunció el año pasado que sufría un enfisema, ha fallecido a los 78 años
LUIS PABLO BEAUREGARD
Los Ángeles - 16 ENE 2025 - 13:35
David Lynch, el visionario director que cambió el cine independiente de Estados Unidos desde los años 80, ha muerto. El fallecimiento ha sido confirmado en Facebook por la familia del autor de clásicos como Terciopelo Azul, El hombre elefante y la serie televisiva de culto Twin Peaks. “Hay un gran agujero en el mundo ahora que él ya no está con nosotros, pero como él diría: ’Mantén la vista en el donut y no en el agujero’”, señala la publicación en la página oficial de la red social. El año pasado, el artista había revelado que sufría un enfisema pulmonar, pero que seguiría fumando (y trabajando) a pesar de las noticias. David Lynch tenía 78 años.
La familia de Lynch no ha revelado la causa del fallecimiento. Han concluido el breve comunicado con un “es un día precioso con dorada luz del sol y cielos azules por todas partes”. La frase es un guiño a los reportes meteorológicos que Lynch comenzó a hacer en 2005 para un programa de radio independiente conducido por Joe Escalante, el batería de The Vandals. Estos experimentos fueron después subidos a YouTube. Durante la pandemia su informe fue recogido y amplificado por la radio pública local. Los conductores del sur de California escuchaban la voz nasal de Lynch salir de la radio entre las canciones para describir lo que todo el mundo podía ver a simple vista.
David Lynch e Isabella Rossellini retratados por Helmut Newton, en Los Ángeles, en 1983.
La anécdota sirve para definir al inclasificable artista. Aunque su cine creó una estética en sí misma gracias a sus atmósferas cargadas de misterio y surrealismo, Lynch nunca quiso limitarse únicamente como cineasta. En agosto del año pasado lanzó Cellophane Memories, un álbum grabado junto a la artista Chrystabell, su colaboradora frecuente. Lynch aseguró entonces que había sido inspirado por una pesadilla que le vino a la cabeza durante un paseo nocturno. En el álbum, el último de los ocho de su discografía, abordaba una pregunta que atraviesa toda su obra: ¿Qué es un misterio?
La cuestión marcó Twin Peaks, una de sus producciones más conocidas. Esta serie lynchiana sobre cómo el asesinato de Laura Palmer trastorna a un pequeño pueblo del noroeste de Estados Unidos fue transmitida en Estados Unidos por la cadena ABC en febrero de 1990 y cambió para siempre la televisión. Los críticos calificaron de “audaces” y “locamente diferentes” los ocho episodios de la primera temporada, realizada junto a su socio Mark Frost. Se convirtió en un experimento para que el director rompiera los límites de la narración audiovisual convencional y dispusiera de mucho más metraje para contar una historia. “Se necesita tiempo para poder reproducir el ambiente correcto del misterio de un asesinato”, dijo entonces. ABC dio luz verde a una segunda temporada con 22 episodios, que culminó en 1991. Angelo Badalamenti, el compositor que creó la inconfundible banda sonora de la serie, y un longevo colaborador de Lynch, falleció en 2022.
En 2017, en plena época de remakes de Hollywood, Twin Peaks logró una segunda vida con 18 nuevos episodios producidos por Showtime y que contaban también con Kyle MacLachlan. Lynch, quien iba a dirigir los nueve programas de la segunda temporada, abandonó el proyecto porque no alcanzó un acuerdo con el estudio por su salario.
No fue la primera vez que el artista chocó con una compañía. El antecedente más famoso fue quizá su adaptación de 1984 de Dune, el clásico de ciencia ficción de Frank Herbert. Por no fijarse en el contrato, Lynch perdió el derecho sobre la versión final. Los espectadores vieron en la pantalla una película editada (la original duraba tres horas) y aprobada por ejecutivos de Universal Pictures. El director la odió y no la sintió suya. El resentimiento fue tal que Lynch, quien tenía fama de no ser fácil para trabajar, juró que nunca vería la nueva versión de Denis Villeneueve. “Mi lección de entonces fue que siempre, siempre, hay que mantener el control creativo”, señaló el año pasado en una entrevista.
Frank Herbert, a la derecha, con la claqueta en el inicio de rodaje del 'Dune' de David Lynch.
Lynch nació en Missoula (Montana) de casualidad. Allí estaba empleado en 1946 su padre, un investigador al servicio del Departamento de Agricultura. La familia pasó por Estados como Idaho y Washington antes de echar raíces en Virginia, donde Lynch cursó la preparatoria. Después estudió un año de pintura en Boston y un viaje a Europa lo inspiró lo suficiente para inscribirse en la Academia de Artes de Pensilvania cuando volvió al país.
Ganó la Palma de Oro de Cannes en 1990 con Corazón salvaje, protagonizada por Nicolas Cage y basada en la novela homónima del escritor Barry Gifford, quien gozó de varias adaptaciones de su obra durante esa década. David Lynch fue nominado a los premios Oscar en cuatro ocasiones. Las primeras dos fueron en 1980 por la película que le significó su entrada a la industria estadounidense, El hombre elefante, realizada tras su debut Cabeza borradora (1977). Seis años más tarde aspiraría al premio de dirección por Terciopelo azul, pero fue derrotado por Oliver Stone con Platoon. Su última nominación la consiguió con Mulholland Drive, un drama que ayudó a lanzar a la fama en Hollywood a la británica Naomi Watts. En 2019, la Academia del cine le entregó un Oscar honorario por su trayectoria y por “romper todos los límites en búsqueda de una singular visión”.
La imposible de clasificar Inland Empire, estrenada en 2006, fue su último largometraje. El filme priorizaba la experimentación visual y sensorial sobre la narrativa. Desde entonces se centró en decenas de cortos y mediometrajes, el último filmado en 2024. Uno de estos, What Did Jack Do? (¿Qué hizo Jack?), fue estrenado por Netflix en 2017. El trabajo en estos formatos en sus últimos años era en realidad una vuelta al origen. Esos fueron los medios elegidos para expresarse al inicio de su trayectoria, a finales de los años sesenta. La abuela (1970), un corto que tenía fragmentos de animación, fue realizado con recursos del naciente American Film Institute (AFI). Lynch fue parte de la primera generación del AFI junto a Terrence Malick y Paul Schrader.
En sus primeros años en esta institución, Lynch comenzó a dar forma a lo que se convertiría en su ópera prima, Cabeza borradora. Para ella se inspiró en los duros años que pasó como artista en Filadelfia, donde crio a la primera de sus cuatro hijas, la también directora Jennifer Lynch. La película en blanco y negro cuenta la historia de un padre tras el nacimiento de un bebé deforme.
Cabeza borradora fue estrenada una medianoche de 1977. Desde entonces, Lynch comenzó a ganar a legiones de aficionados y a convertirse en un símbolo de la contracorriente de la industria. “El mundo va a echar de menos una voz tan original y única como la suya”, aseguró este jueves Steven Spielberg. Lynch tuvo un cameo en Los Fabelmans, la cinta biográfica del creador de Tiburón, donde interpretó al igualmentelegendario John Ford. “Sus películas ya han soportado el paso del tiempo y lo seguirán haciendo”, añadió Spielberg en su comunicado.
De izquierda a derecha, Geena Davis, Lina Wertmuller, David Lynch y Wes Studi, tras recibir los Oscar honoríficos. AFP
Inland Empire continuaba la estela que el director inició en Carretera perdida (1997) y Mulholland Drive, la película de 2001 que ya se ha convertido en un clásico contemporáneo con la historia de dos actrices que emprenden una búsqueda por Los Ángeles después de un extraño accidente automovilístico. La película era en realidad una adaptación de un telefilme suyo emitido en 1999 y protagonizado por los mismos actores. La versión cinematográfica le valió el premio a la mejor dirección en Cannes y dos nominaciones a los premios Oscar.
A pesar de ser uno de los grandes nombres del cine estadounidense, Lynch nunca fue querido por Hollywood. En los últimos años, el cineasta tuvo problemas para producir sus proyectos. Esto no era nuevo. Era algo que padecía desde los años ochenta, incluso cuando ya había mostrado que podía rodar cintas del gusto de los estudios, como El hombre elefante, que recaudó 106 millones de dólares. “Creo que me respetan, pero cuando se trata de trabajo prefieren no tomar riesgos porque creen que puedo arruinarles las cosas. Hollywood es un sitio muy frágil donde las cabezas ruedan rápidamente”, dijo en 1989. Desde entonces ensanchó su recorrido como artista, un misterioso mundo visual con una atmósfera inquietante.