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CARLOS DE INGLATERRA Y EL TAMPAXGATE.
En 1993 el matrimonio entre Carlos de Inglaterra y Diana de Gales hacía aguas. El motivo, como revelaría la propia princesa en una entrevista en 1995, fue que en aquel matrimonio eran tres personas: “una multitud”, confesaría.
La tercera en discordia, Camilla Parker-Bowles, no tardaría en convertirse en una de las mujeres más buscadas de Inglaterra y del mundo entero después de que se destapase el ‘Camillagate’: una guerra mediática que explotó cuando se hicieron públicas las conversaciones íntimas entre Carlos y Camilla, en las que el heredero al trono le decía a su amante que le gustaría “convertirse en un tampax” para “vivir siempre metido en sus piernas”.
Las conversaciones entre el príncipe y la duquesa, de más de seis minutos de duración, databan de 1989, pero no fue hasta 1993 cuando los medios decidieron difundirlas. Aquellas conversaciones de carácter sexual sacudieron a la realeza británica y supusieron el inicio de un largo trámite de divorcio entre Carlos y Diana.
Las grabaciones también calaron en la opinión pública que, como sucede en muchos casos de este tipo, dejaron al margen las acciones de Carlos de Inglaterra para situarse a favor de Diana de Gales y odiar a Camilla Parker-Bowles. El escándalo, unido a la prematura muerte de Lady Di, provocó que la sociedad británica viese a Parker-Bowles como a su villana preferida.