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martes, 5 de diciembre de 2017

Juan Rulfo no se acaba nunca



Juan Rulfo no se acaba nunca

La Feria Internacional de Guadalajara homenajea al autor de 'Pedro Páramo' en su centenario


DAVID MARCIAL PÉREZ
Guadalajara (México) 3 DIC 2017 - 16:08 COT




Los escritores Gonzalo Celorio, Rosa Beltrán, Fernando del Paso y Élmer Mendoza participan durante el homenaje a Juan Rulfo.
Los escritores Gonzalo Celorio, Rosa Beltrán, Fernando del Paso y Élmer Mendoza participan durante el homenaje a Juan Rulfo.  EFE

Fernando del Paso le contó a Francia la muerte de Juan Rulfo. En 1986, desde la emisora de radio con la que colaboraba al salir de la embajada, el diplomático y escritor mexicano leyó una carta de despedida a su paisano y maestro que sonó de nuevo este viernes en el pabellón principal de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL) durante el homenaje al autor de Pedro Páramo. “Perdóname Juan si no te escribí nunca, pero como me dijeron que tu nunca respondías las cartas, pues para qué. Y ahora me arrepiento. Yo tuve la culpa, fui yo el que me fui de México. Y no fue ayer sino hace muchos años cuando nos reuníamos cada miércoles en el café, donde pasamos años y felices vidas platicando de libros y fumando como chacuacos”.

domingo, 3 de diciembre de 2017

Juan Rulfo no se acaba nunca






Los escritores Gonzalo Celorio, Rosa Beltrán, Fernando del Paso y Élmer Mendoza participan durante el homenaje a Juan Rulfo.
Los escritores Gonzalo Celorio, Rosa Beltrán, Fernando del Paso y Élmer Mendoza participan durante el homenaje a Juan Rulfo.  EFE

Juan Rulfo no se acaba nunca

La Feria Internacional de Guadalajara homenajea al autor de 'Pedro Páramo' en su centenario


David Marcial Pérez
Guadalajara, 3 de diciembre de 2017

Fernando del Paso le contó a Francia la muerte de Juan Rulfo. En 1986, desde la emisora de radio con la que colaboraba al salir de la embajada, el diplomático y escritor mexicano leyó una carta de despedida a su paisano y maestro que sonó de nuevo este viernes en el pabellón principal de la Feria del Libro de Guadalajara (FIL) durante el homenaje al autor de Pedro Páramo. “Perdóname Juan si no te escribí nunca, pero como me dijeron que tu nunca respondías las cartas, pues para qué. Y ahora me arrepiento. Yo tuve la culpa, fui yo el que me fui de México. Y no fue ayer sino hace muchos años cuando nos reuníamos cada miércoles en el café, donde pasamos años y felices vidas platicando de libros y fumando como chacuacos”.
Rememorando aquellas tardes, el premio Cervantes rompió el tono solemne con una de sus muletillas irónicas. “Aunque nos vimos muchas veces nunca compartí con Juan ninguna sustancia que pusiera en peligro su integridad como escritor. Éramos solamente cafetomanos y tabacómanos”. Juan Rulfo tendría ahora 100 años. Fernando del Paso tiene 82 y durante este tiempo casi siempre que ha podido se ha encargado de recordar su deuda con al autor jaliciense. Como en 2007, durante la lectura del discurso de recepción del premio FIL, en el mismo salón donde se sentó este miércoles, con su melena blanca y su saco a cuadros. “Aunque ya han pasado 20 años sin escribirte –dijo en aquella ocasión– tengo ya más años de los que tú tenías cuando te fuiste. Aun así, tú serás siempre mi mayor, una figura inalcanzable”.
Borges consideraba Pedro Páramo no solo una de las mejores novelas de la literatura latinoamericana, sino “una de las mejores novelas de la literatura a secas”. García Márquez la leyó dos veces seguidas la misma noche que llegó a sus manos y comparó el impacto con la Metamorfosis de Kafka. Susan Sontag lo definió como uno de los libros más influyentes del siglo XX. La lista de grandes nombres que le han rendido pleitesía continúa con Günter Grass, Elías Canetti, Kenzaburo Oe, Tahar Ben Jelloun o Urs Widmer.

Sobre Rulfo se ha escrito más que sobre ningún otro autor mexicano

“Prácticamente todos los grandes autores mexicanos han escrito sobre Rulfo –señaló Rosa Beltrán, académica y escritora– y muchos de los más importantes del mundo también entendieron muy rápido su importancia”. Ensayos, artículos, entrevistas, valoraciones de carácter filológico, estructuralista, narratológicos, psicoanalítico, anecdótico. Sobre Rulfo y su obra –apenas 300 páginas entre Pedro Páramo y el Llano en llamas– se ha escrito más que sobre cualquier otro autor mexicano.
“¿Por qué?”, se preguntó retóricamente la académica mexicana. “Porque a mas de 50 años de su publicación, la obra rulfiana sigue siendo tan enigmática que entendemos que solo a través de esos trabajos podemos comprenderla realmente”. Y, si como decía Borges, un clásico es un autor cuya obra produce inagotablemente nuevos significados para los lectores, “es previsible que las interpretaciones sigan produciéndose año con año”.
Para Del Paso, la influencia de Rulfo en otras novelas se percibe de forma sutil, porque va más allá del estilo, más allá de lugar común sobre las estampas rurales de sus obras. “Se trata de una actitud particular ante el silencio y la muerte”.
El escritor norteño de novela negra, Elmer Mendoza, explicó por su parte que la figura de Rulfo “es tan grande que nos cobija a todos”, y la comparó también con un tipo de pez voluminoso y escurridizo con el que jugaba de niño en el estanque del rancho de la familia: “nunca pude agarrarlo”.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Fernando del Paso / El sosiego y la ira



Fernando del Paso

El sosiego y la ira

Fernando del Paso vivió en Londres y su voz retumbaba como un eco de la cultura

En la FIL del año pasado gritó a Peña Nieto: “¡Todos somos Ayotzinapa!”


Fernando del Paso
El escritor mexicano Fernando del Paso habla por teléfono hoy, jueves 12 de noviembre de 2015, en su casa de Guadalajara (México). / ULISES RUIZ BASURTO (EFE)
Durante 14 años, Fernando del Paso y los suyos vivieron en Europa, en el sosiego de Londres, por ejemplo. Era un caballero inglés entonces; su voz retumbaba como un eco de la cultura que juntaba dos orillas, la de Lorca y la de Rulfo, la orilla de Cervantes y la de Paz, su amigo. Una vez, en casa de Cabrera Infante y de Miriam, esas orillas se confundieron; entre ellos rompían las costuras del mundo, porque las de ambos eran literaturas asentadas en una geografía concreta, México, Cuba, pero se alzaban, se alzan, universales, gracias a la capacidad que tiene el hombre para alcanzar sabiduría y decirla sin que pese más el conocimiento que la alegría de contarlo.
En ese entonces era como fue después Fernando del Paso, un hombre sosegado de Guadalajara que trabajaba para la BBC y que transitaba con sigilo por la fama que le dio José Trigo. Se diría que aquel locutor de lujo que tenía la BBC hablando un español lleno del acento del mejor castellano era un seudónimo ilustre de otro Fernando del Paso que había escrito ese libro central en lo que en otros sitios se llamó boom y que no les tocó ni a él ni a Cabrera, a quienes sí les ha tocado el Cervantes, por cierto.

Fernando del Paso / La inercia de México revela la falta de voluntad para cambiar



Fernando del Paso

“La inercia de México revela 

la falta de voluntad para cambiar”

Fernando del Paso, un grande de la literatura mexicana, recibe a EL PAÍS

Es una de las escasas entrevistas que concede


El escritor Fernando del Paso posa en su casa de Guadalajara. / SAÚL RUIZ
A Fernando del Paso le llevó años de minuciosa investigación narrar la triste suerte de Maximiliano de Habsburgo, emperador mexicano entre 1864 y 1867, y de su esposa, Carlota. El novelista, dibujante y ensayista es un estudioso y se puso a la tarea de describirles. Tres páginas enumerando los títulos de Carlota. Folio y medio para describir el color de los dientes de Maximiliano. El resultado es Noticias del Imperio (1987), su gran obra, en la que explora uno de los episodios “más bellos y surrealistas” de la historia de su país. Llegaron y esperaban que les recibirían con entusiasmo y honores. La historia los llevó por otros senderos. A Maximiliano lo fusilaron en Querétaro en 1867. Carlota enloqueció y murió en 1927, el mismo año en que Charles Lindbergh emprendía el primer vuelo a Europa.

Fernando del Paso / La historia es el andamiaje de mis novelas

Fernando del Paso
Fernando del Paso

"La historia es el andamiaje de mis novelas"



Las tres grandes novelas que ha escrito Fernando del Paso (México, 1935) son novelas voluminosas. Hay en sus páginas una gran libertad formal y se alimentan de la historia de México, la próxima y la lejana. El escritor asistió en silla de ruedas a recoger el Premio FIL de Literatura (el antiguo Juan Rulfo) a la inauguración de la Feria, que cerró sus puertas ayer. Y es que ha estado ingresado por una intervención intestinal. Fue en el Hospital Real San José donde habló sobre su obra y sobre su vida.

Pregunta. ¿Cómo surgió su primera novela, José Trigo?
Respuesta. De una imagen. Vi, desde el puente Nonoalco Tlatelolco del Distrito Federal, a un hombre alto y desgarbado caminando por las vías abandonadas del tren cargado con una pequeña caja blanca, un ataúd. Detrás iba una mujer embarazada que cortaba girasoles.
P. ¿Cómo la valora ahora?
R. Como una novela de ambiciones desmesuradas y de una extrema complejidad, donde el lenguaje es el auténtico protagonista. Quise contar el movimiento de los ferrocarrileros que hubo en México en los cincuenta. Vivían en los furgones abandonados. Desde el punto de vista plástico, aquello era hermoso. Terrible, desde el punto de vista social. Me diagnosticaron por entonces, no había cumplido 30 años, un cáncer. Creía que iba a ser mi único libro y quise meterlo todo.
P. ¿Cómo combinó la historia con la literatura?
R. He sido desde entonces un equilibrista que se mueve en la cuerda floja entre la imaginación y el rigor histórico. La historia es el andamiaje de mis novelas, lo que me permite lanzarme a contar muchas cosas. EnJosé Trigo, el hilo conductor fue la historia de un hombre.
P. ¿Qué influencias reconoce en su obra?
R. Están los anglosajones: Joyce, Dos Passos, Faulkner, Sterne. También Rabelais, Flaubert, Sófocles...
P. ¿Y ningún escritor de lengua española?
R. Ésos no te influyen, los llevas en la sangre. En José Trigo quise hacer un pastiche de Juan Rulfo en el capítulo cuarto. Nadie lo descubrió, pero sí reconocieron en el libro la presencia de la desesperanza, la muerte, la soledad, la tristeza. Todo eso viene de Rulfo.

P. ¿Cuál fue su propósito en Palinuro de México, su siguiente novela?
R. La idea era la de recrear mi vida como adolescente, una vida picaresca. Quise ser médico, pero me di cuenta de que me iba a quitar todo el tiempo, y me fui a economía. Los aspectos románticos de la medicina empapan todo el libro. Ahí cuento el que fui, el que quise ser, el que pude haber sido, el que pude haber querido ser.
P. ¿Cómo abordó la inmensa documentación de Noticias del Imperio?
R. Lo que aparece en el libro sólo es la punta del iceberg. Es tanto lo que se ha escrito de la época de Maximiliano que lo que llega al libro sólo es el 15% de lo que se ha leído. Un amigo me criticó por la envergadura de la obra, diciéndome que no sabía condensar. ¡Cómo que no! De las 3.000 páginas que la novela tenía quedaron unas 800.
P. ¿Por qué esa época?
R. Se ha pasado como pisando huevos sobre esas figuras. Ya desde niño me fascinaba saber sobre ese emperador rubio que murió fusilado en Querétaro y sobre su mujer que le sobrevivió 60 años. Le di la voz a ella, la voz de la locura y la de la lucidez. "La imaginación, la loca de la casa", esa frase atribuida a Malebranche preside el libro.


P. Además de sus tres grandes novelas y de Linda 67, historia de un crimen, ha escrito poesía, teatro... y pinta. ¿Cómo se organiza?
R. Empecé escribiendo sonetos. La pintura, que me ha apasionado, la abandoné porque no podía con el óleo, pero la recuperé cuando descubrí la tinta china. Nunca establezco ningún plan ni programa. Cuando surge algo me meto con ello a fondo, y clausuro mientras tanto las otras actividades.
P. En la inauguración de la Feria se refirió a su obra sobre Lorca...
R. Siempre me interesó el teatro y en Palinuro, el penúltimo capítulo estaba escrito como un drama. Y se ha representado. En La muerte se va a Granada quise hacer un poema dramático escrito en verso y dedicado al final de Lorca. En México la montó José Luis Ibáñez y en Guadalajara se estrenó dentro del programa de la FIL con puesta en escena de Daniel Constantini. Me encantaría que se viera en España.



sábado, 14 de noviembre de 2015

El escritor mexicano Fernando del Paso gana el Premio Cervantes


El escritor mexicano Fernando del Paso 

gana el Premio Cervantes

El máximo galardón de la literatura en español reconoce el conjunto de la obra del narrador y ensayista mexicano. Es autor de novelas como 'Noticias del imperio' y 'Palinuro de México'. El premio, dotado con 125.000 euros, se entregará el 23 de abril de 2016

jueves, 12 de noviembre de 2015

Premio Cervantes 2015 / Fernando del Paso pone adjetivos como si tuviera un salero

PREMIO CERVANTES 2015

“Fernando Del Paso pone adjetivos 

como si tuviera un salero”

Los escritores y lectores mexicanos alaban la obra del sexto premio Cervantes concedido al país norteamericano

Fernando Del Paso
Fernando Del Paso, en 2012. / ULISES RUIZ BASURTO (EFE)
Cuenta Elena Poniatowska que cuando su madre tomó Noticias del Imperio paró de inmediato la lectura por su contenido “escandaloso”. “Mi madre no se podía creer que alguien hablara de que la emperatriz [Carlota] se masturbaba”, recuerda. “Escandalizó a muchos”. Poniatowska está contenta. Han concedido el Premio Cervantes al escritor mexicano Fernando Del Paso después de que ella lo ganase hace dos años. Dice que lleva varias horas intentando llamar a la casa del autor pero que no ha conseguido comunicarse. “Lo entiendo. Es la locura. Cuando me lo dieron a mí, lo primero que pensé es que deberían de habérselo dado a él”.