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viernes, 15 de octubre de 2021

De Camilo José Cela a Javier Cercas / Los mejores Premios Planeta hasta la fecha

 

Mario Vargas Llosa

De Camilo José Cela a Javier Cercas: estos son los mejores Premios Planeta hasta la fecha

A lo largo de los años, diferentes autores consagrados se han hecho con un premio tan codiciado.

15 de octubre de 2020

Desde 1952, el Premio Planeta se entrega cada año y sin excepción a la mejor obra inédita. El galardón es uno de los premios literarios más generosos que existen, ya que recompensa con la friolera cifra de 601.000 euros al autor premiado. Por su parte, el segundo tampoco se marcha con las manos vacías, ya que recibe 150.250 euros.

lunes, 14 de septiembre de 2020

Los campeones mundiales de la novela negra contemporánea

Revolver on Red Digital Art by Michael Tompsett


Los campeones mundiales de la novela negra contemporánea

Celebramos Getafe Negro con una selección de autores contemporáneos del género


JUAN CARLOS GALINDO
24 DE OCTUBRE DE 2014

Getafe Negro llena estos días todo Madrid de autores de novela negra y locos de la ficción criminal. Desde EL PAÍS ya hemos hablado con algunos de esos autores (Jo Nesbo o Lee Child) pero ahora queríamos proponer algo más ágil, divertido y polémico.
Elegimos 13 escritores contemporáneos cuya obra, éxito de ventas y/o crítica, repercusión e influencia les colocan muy arriba en el escalafón del género. Hay anglosajones, nórdicos, franceses o españoles.

Faltan, como en cualquier lista (se me ocurren a bote pronto James Sallis, Deon Meyer , Donna Leon o Tana French), pero a alguien había que dejar fuera. Son 13 para que se pueda elegir uno por mes y uno de más de regalo. Importante: el orden no es jerárquico.















Michael Connelly (Filadelfia, 1956)

El padre del personaje Harry Bosch es una figura clave en la literatura del género de las últimas dos décadas. Su pasado por el mundo del periodismo como reportero de sucesos le da un estilo directo, pulcro y emocionante. En los 16 libros escritos sobre Bosch el personaje evoluciona, envejece y se hunde como pocos en la oscuridad de un trabajo nada agradable. Si tengo que elegir, me quedo con Cuesta Abajo. Es también responsable de la serie del abogado Mike Haller y de otras obras como Deuda de sangre.








Dennis Lehane (Boston, 1965)

Uno de los grandes renovadores del género. Una voz esencial en la novela negra de los últimos años con una obra diversa y literariamente rica. Su serie protagonizada por los detectives Kenzie y Gennaro es una delicia. Su maestría con el género se ve perfectamente en otras obras ajenas a esta serie como Vivir de noche, Mystic River o Shutter Island. Es, además, guionista de The Wire, creador y guionista de Boardwalk Empire y uno de los escritores del género que mejor han sido llevados a la pantalla.








James Ellroy (Los Ángeles, 1948)

El autor de la Trilogía americana o del Cuarteto de los Ángeles, entre las que se incluye la hiper famosa L.A. Confidencial, y de otras series menos conocidas pero igual de esenciales como la Trilogía del sargento Lloyd es posiblemente uno de los personajes más insoportables de la escena contemporánea. Pero su extensa y gran obra le justifica. Su radiografía del EE UU de los 40, 50 y 60 del siglo XX, su buceo en lo peor de las cloacas del poder, su estilo abrumador y original y la fuerza del universo que ha creado le hacen sin distinción merecedor de casi todos los halagos que él mismo se dedica








Jo Nesbo (Oslo, 1960)

Decir novela negra nórdica hoy en día es decir Jo Nesbo. Las novelas de Harry Hole son un manual de los límites del género y del ser humano para enfrentarse al sufrimiento. El inicio de Némesis (una de las mejores narraciones de un atraco de la literatura contemporánea) o la evolución de Harry Hole en las, hasta ahora, últimas novelas del personaje son dos grandes ejemplos. Promete matarlo, lo que no dejaría de ser una novedad que dejaría huérfanos a los millones de fans de este policía tan, tan especial. Su enorme difusión en el mundo anglosajón ha hecho de este excantante y antiguo economista uno de los autores de más éxito de la ficción criminal.








John Banville (Wexford, 1945)

El reciente Premio Príncipe de Asturias de las Letras ha llevado a cabo sus incursiones en el género bajo el pseudónimo de Benjamin Black. Las cinco novelas de Quirke y Hackett, personajes sublimes, supusieron un impulso literario tremendo para un género siempre bajo sospecha. El lémur es un sencillo y maravilloso thriller. Aunque hay opiniones para todos los gustos, La rubia de los ojos negros es una acertada continuación de las obras de Raymond Chandler, una misión suicida de la que sale bien parado. Un grandísimo escritor haga lo que haga.








Gillian Flynn (Kansas, 1971)

De plena actualidad por la película Perdida, basada en su excelente thriller con el mismo título, esta antigua periodista y crítica de televisión víctima de un ERE es una voz renovadora del género, que trata con maestría la novela psicológica femenina, que entra de lleno en la novela de venganza, una hija bastarda de Jerry Seinfeld y Patricia Highsmith, capacidades que demuestra de sobra en otro de sus libros, Heridas abiertas. Todo esto sin olvidar que Perdida es el tercer libro electrónico más comprado de la historia y que llegó a desbancar a 50 sombras de Grey en la lista de The New York Times aunque, todo hay que decirlo, con bastante más calidad.








Andrea Camilleri (Sicilia, 1925)

“Comunista, siempre, siempre, siempre, por justicia social” “empleado de la escritura” y, sobre todo, padre de Salvo Montalbano, uno de los mejores regalos que nos ha hecho la literatura italiana del último siglo. El autor recibió el Pepe Carvalho de novela negra en Barcelona el pasado mes de febrero, un reconocimiento que esperamos no sea el último a una carrera excelsa.








Fred Vargas (París, 1957)

La creadora del comisario Adamsberg, ese hombre que tiene como don y como castigo una tremenda intuición, es una de las más loadas autoras de novela negra contemporánea por la calidad de sus textos. Algo que tiene más mérito todavía si consideramos que durante años escribió las novelas a salto de mata, en las tres semanas que tenía de vacaciones de verano. Por cierto, le encantan las pequeñas batallas.
Por ejemplo, sigue publicando en Francia en la misma pequeña editorial a pesar de las ofertas millonarias que le han hecho los grandes grupos.








Henning Mankell (Estocolmo 1948)

Con Kurt Wallander ya fuera del panorama y su creador relatando su vida bajo el cáncer brutal que padece, Mankell se merece un homenaje. Y Wallander, ese policía melónmano, gordo e hipertenso, ese pobre justiciero inteligente e infeliz, ha tenido una influencia enorme en todo lo que ha venido después.








Ian Rankin (Fife, 1960)

Hablar de Rankin es hacerlo de John Rebus, aquel policía malencardado, complejo, contestatario, genial. Le hizo envejecer, le jubiló, pero ha tenido que rescatarlo e incluso lo ha cruzado con el policía de asuntos internos Malcom Fox. Todo para crear una saga tremendamente exitosa, con cientos de miles de lectores detrás de las peripecias de John Rebus, pobre John Rebus. Su renovación de la novela negra escocesa, que tantos y tantos buenos autores nos ha traído, le hacen merecedor de un sitio en esta pequeña lista.








Pierre Lemaitre (Paris, 1951)

No es nada fácil que un Premio Goncourt de novela no sólo venga del género negro, sino que lo reivindique. Tampoco es fácil que alguien que empieza a escribir a los 56, a los 63 tenga ya un buen puñado de novelas negras como por ejemplo la trilogía del comisario Camille Verhoeven (excelente debut y homenaje al género con Travail Soigne) o Robe de Marié, auténticas referencias del género. Una voz brutal y con un hondo sentir literario.








Francisco González Ledesma (Barcelona, 1927)

Puede que la novela negra española tenga varios padres, lo que nadie discute es que González Ledesma es uno de ellos. El creador de Ricardo Méndez, ese extraño detective con los bolsillos llenos de libros imposibles, sobre todo dotó al género en España de una mirada más social, más pegada a la realidad, más crítica. Otro maestro al que hemos incluido aunque no se pueda ya prodigar.








Lorenzo Silva (Madrid, 1966)

Responsable de esa pareja de guardias civiles formada por Bevilacqua y Chamorro; responsable a su vez de dotar a esos personajes de un visión más cercana para el lector español; responsable, si no culpable, de haber arrasado con esos dos personajes en las siete novelas que ha escrito con ellos de protagonistas. Premio Planeta, Premio Nadal, autor de género juvenil y, sobre todo, un escritor comprometido con la calidad del género.

EL PAÍS



martes, 8 de enero de 2019

Premio Nadal / Espejo de las letras españolas

Ana María Matute, durante la gala de entrega del Premio Nadal, el 8 de enero de 1960.
 EFE


El Nadal, espejo de las letras españolas

El galardón, que se concede mañana, cumple 75 años. De Laforet a Matute, Ferlosio o Mañas, la nómina de premiados sirve para contar una historia de la literatura de ese tiempo


Carlos Geli
Barcelona, 4 de enero de 2019

Como estaba esa noche de guardia en el diario, no paraba de ir, hecho un flan, a la sala de teletipos. A la 1.45 de la madrugada, el último escupió que era finalista. Lo gritó a pleno pulmón en la redacción, donde nadie sabía nada. El director inició gestiones telefónicas, averiguó y sí, aquel subordinado había hecho algo más que quedar finalista: había ganado. “Cogí corriendo la bicicleta y me fui a casa, donde me esperaba mi mujer y mi hijo de once meses. Nos abrazamos locos de alegría”, evocaría tiempo después Miguel Delibes a ese joven de 26 años, él mismo, entonces redactor de El Norte de Castilla, que aquella noche del 6 de enero de 1948 ganaría, con La sombra del ciprés es alargada --su primera novela recién acabada el verano anterior--, la cuarta convocatoria del premio Nadal. Efectivamente, hubo un tiempo en el que los escritores conocían y celebraban así los galardones literarios, en especial el Nadal, el decano, que domingo celebra en Barcelona sus 75 años de vida; de algún modo, un espejo de las letras españolas contemporáneas.

martes, 23 de octubre de 2012

Lorenzo Silva / Premio Planeta 2012

Lorenzo Silva
Lorenzo Silva 

“Son los premios 

los que me han puesto aquí”

El escritor madrileño, galardonado con el Planeta 2012, descubre parte de la historia de Bevilacqua y Chamorro en 'La marca del meridiano'


Lorenzo Silva, ganador del la 61 edición del Premio Planeta. / MARCEL.LÍ SÀENZ
El brigada Rubén Bevilacqua estaba a punto de dejar la Guardia Civil enLa estrategia del agua, la anterior novela de la serie, harto del trabajo, de sus jefes y de la justicia. En La marca del Meridiano, la novela con la que Lorenzo Silva ganó el Premio Planeta 2012 (601.000 euros), las cosas mejoran en parte. “Ahora que todo está mal, él se siente más conforme, más sereno, acepta el sistema para el que trabaja. Se acerca a los 50 años y ve las cosas de manera diferente. Es la primera historia de madurez de Bevilacqua”. Buena falta le hace esa madurez para afrontar un caso muy complicado, que, además, le lleva a Barcelona donde debe resolver también un complejo pasado personal. “Consigue navegar por un mar proceloso y por un terreno lleno de minas”.
El tema de Madrid-Barcelona, con la que está cayendo, parece también premonitorio. “Tenía esta novela en la cabeza desde hace unos años. En realidad, desde que publiqué La reina sin espejo, en 2005, que también pasa en Barcelona. Me sentía en la obligación de contar a los lectores lo que le sucedió en esta ciudad a Bevilacqua. Escribí La marca del Meridiano el año pasado y la acabé a principios de este y entonces no se veía en el horizonte ningún problema, al menos, como lo que está pasando ahora. Mi mujer es catalana y yo leo prensa catalana y escucho y veo radio y televisión en catalán. ¡Ni hace seis meses se podía prever”.
Silva confía en que no haya jamás una línea divisoria entre Cataluña y España. “Yo pasó mi tiempo entre Getafe y Viladecans, o sea entre Madrid y Barcelona. Son la periferia tan potente e interesante cultural y socialmente como el centro. Tengo una imagen grabada, que aparece en varias de mis novelas: los trenes de Cercanías. En Getafe vivo cerca de las vías y los oigo arrancar a las seis de la mañana llevando músculo, sangre y cerebro a trabajar en Madrid. Y lo mismo pasa en Viladecans con respecto a Barcelona. Esto es lo que conozco y siento”.
Bevilacqua, Vila, entre sus colegas, trabaja de nuevo con la sargento Virginia Chamorro y con la última incorporación al equipo, el agente Juan Arnau.
El escritor conoce bien los premios. Ha ganado bastantes, el Nadal, el Primavera, ahora el Planeta, entre otros. “Era un escritor extramuros, totalmente ajeno al mundo de la cultura y son los premios los que me han puesto aquí y los que me han permitido tener lectores. Nunca soñé con ser un escritor profesional, mentalmente estaba preparado para ganarme la vida con otra cosa”.
Recuerda con alegría que es el tercer escritor de novela negra que gana el Planeta. Le precedieron Manuel Vázquez Montalbán (Los mares del sur) y Francisco González Ledesma (Crónica sentimental en rojo). “El género negro en general está mal visto por los estamentos literarios y no lo digo en sentido reduccionista, pero en esto España es especial. Sería impensable que en otro país concedieran un premio tan importante a una novela negra”.
Lorenzo Silva (Madrid, 1966) vivió 14 años trabajando 12 horas al día como abogado o como asesor fiscal. Escribía por la noche o durante las vacaciones. “Por eso acabé El lejano país de los estanques en 30 puñeteros días. No había otra forma”.
En 15 años ha publicado cinco novelas y un libro de relatos sobre la popular pareja de picoletos, a los que ahora se añade La marca del Meridiano. “No soy amigo de la cosecha anual y más aún con un personaje serial. Algunos grandes escritores lo han hecho y les ha salido mal, hay que dejar al menos un año en barbecho”.

Lorenzo Silva

Los guardias civiles 

de Lorenzo Silva 

ganan el Planeta

Mara Torres, presentadora de ‘La 2 Noticias’, queda finalista del premio con 'La vida imaginaria'

El galardón se asigna en una gala presidida por José Manuel Lara Bosch, del grupo Planeta

El año pasado triunfó Javier Moro


Hay que asegurar el tiro en tiempos de crisis. Por eso ayer en Barcelona, la 61ª edición del Premio Planeta hizo gala de su ticket triunfal, predilecto, de fino laboratorio: escritor de notoriedad en el género al alza —ahora la novela policiaca— y finalista reconocido por su presencia en los medios, a poder ser la televisión. Y así, el ganador ha sido el madrileño Lorenzo Silva, padre de la pareja de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro, cuya séptima entrega se titula La marca del meridiano y le ha reportado 601.000 euros.
Le acompañó en el podio la periodista Mara Torres, presentadora de La 2 Noticias de TVE, que quedó finalista (150.250 euros) con su debut en la ficción, La vida imaginaria, historia de una mujer que intenta superar una ruptura sentimental.
La pareja de picoletos que Silva (Madrid, 1966) concibió en un mes del verano de 1995 ha sido de lo más fructífero que ha hecho en una carrera dilatada ya en el tiempo (empezó en 1980) y en la producción, unos 40 títulos. La mitad, novelas. Con una de ellas, La flaqueza del bolchevique, fue finalista del Nadal en 1997, galardón que obtendría solo tres años después con El alquimista impaciente, la segunda entrega ya de los investigadores de la Benemérita que hizo debutar en 1998 con El lejano país de los estanques, premio Ojo Crítico.
Desde entonces son ya siete los títulos que han protagonizado el que empezó como sargento, el uruguayo Rubén Bevilacqua, y la joven seca y tímida guardia Virginia Chamorro. A base de diálogos ajustados y sinceros, Silva aprovecha los casos para, con una cadencia de tres años, hacer de sus personajes “testigos de la sociedad española contemporánea”.
En esta ocasión, el ya brigada Bevilacqua, afincado en Madrid, ha de investigar un caso, en Barcelona (entre las dos ciudades pasa el meridiano), que le lleva a remover su pasado y el de gente que “no deberían haber cruzado determinadas rayas ni saltado códigos de honor y por ello deben pagar”. Silva aprovechó la ocasión para hacer una metáfora de la tensión entre Cataluña y España: “Entre Madrid y Barcelona espero que no haya nunca ninguna raya divisoria. Todo lo que pueda haber no son más que rayas imaginarias”.
La carrera de Silva parece marcada por la novela negra, ya que desde 2008 es el comisario del Festival Getafe Negro. Y también un experto en la Guardia Civil, al que dedicó el ensayo Sereno en el peligro (premio Algaba 2010). Y ello a pesar de contar con novelas como Carta blanca, con la que ganó el Primavera 2004. Ahora ha completado el tres en rayade los principales galardones del grupo (Nadal, Primavera, Planeta), como Lucía Etxebarria y Juan José Millás.
Para Torres (Madrid, 1974) ser finalista es el primer gran espaldarazo a su vertiente literaria, que ha arrancado tras la estela de su corta y notable trayectoria periodística, consolidada en la SER, donde llevó el nocturno Hablar por hablar entre 2001 y 2006, cuando saltó a La 2 Noticias, que presenta. En La vida imaginaria, una joven intenta superar el trauma de ser abandonada por su pareja. “Es una historia de amor. Un abandono que obliga a reinventarse en la vida, un periodo en que confundes realidad y deseo. Mi personaje es una reivindicación de la capacidad de soñar”.
La ausencia es un tema querido en Torres, que ha publicado el ensayo Sin ti, donde cuatro personajes comentan la pérdida de un ser querido.

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