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lunes, 29 de julio de 2024

El caso de Nicolas Cage, la gran estrella de Hollywood que triunfó de nuevo

 

Nicolas Cage en el estreno en Los Ángeles el 8 de julio de 'Longlegs'.JC OLIVERA

El caso de Nicolas Cage, la gran estrella de Hollywood que triunfó de nuevo gracias a la serie B

Con ‘Longlegs’, donde apenas sale un cuarto de hora, ha logrado una de sus caracterizaciones más estremecedoras hasta la fecha. Su aparición en el taquillazo de terror del año también supone su golpe definitivo para probar a la industria que es rentable haciendo lo que mejor sabe: un género de sí mismo



Borja Bas
28 de julio de 2024

Nicolas Cage le han bastado apenas 15 inquietantes minutos en pantalla para probar que vuelve a ser un imán para la taquilla. Longlegs, que se perfila como la película de terror más comentada de este año, costó unos 10 millones de dólares y en solo dos semanas ya ha superado los 50 millones de recaudación. A España llega el 2 de agosto. Ocultar al andrógino asesino en serie que interpreta Cage ha sido clave para su éxito promocional. Un brevísimo plano cercenado en el prólogo y dosificar al máximo su aparición (no lo vemos hasta mitad de metraje) alimentan la mística de una cinta diseñada para incomodar y fomentar inflamados debates en internet. Y, sobre todo, para reinsertar a sus 60 años en la industria a uno de los intérpretes con una de las trayectorias más erráticas de Hollywood.

lunes, 12 de noviembre de 2018

Nicolas Cage / Mandy / Furia y fuego






Mandy
Nicolas Cage, en 'Mandy'.

Furia y fuego

Entre duelos de sierras mecánicas, motorizados ángeles oscuros y espadas forjadas a mano, Nicolas Cage ejerce de chamán del exceso


Jordi Costa
9 de noviembre de 2018

La imagen de un Nicolas Cage con el rostro ensangrentado, conduciendo enloquecido su coche en una carretera flanqueada de bosques color carmesí, resume el espíritu de esta pesadilla inflamada de perturbadora belleza. Un trabajo que consolida a Panos Cosmatos, hijo del director de Rambo. Acorralado – Parte II (1985), como uno de los más sofisticados formalistas del moderno cine fantástico. Sus películas no se parecen a nada, aunque cada una de ellas se construya a partir de los ecos remotos, lejanísimos, de un subgénero que podría llevar décadas acumulando polvo en un videoclub abandonado. Resulta revelador un recuerdo personal del cineasta: dado que sus padres no le dejaban alquilar cintas para adultos, Panos Cosmatos se dedicaba a leer los textos de las carátulas y a imaginar las películas en la soledad de su habitación. Quizá esa es la clave perfecta para acercarse a su particular poética cinematográfica: las suyas no son otra cosa que películas imaginadas, soñadas, desencadenadas en un espacio subjetivo donde rigen otras leyes físicas, otra temporalidad. Hay mucho de mal viaje de ácido o de ralentizada, asfixiante inmersión opiácea en trabajos como su ópera prima Beyond the Black Rainbow (2010) y esta Mandy que confirma la presencia de una autoría muy acusada tras la absorbente nebulosa de denso y pegajoso estilo, hecho de constantes superposiciones de imágenes y fundidos encadenados que conforman un intrincado tapiz de texturas visuales.

sábado, 18 de febrero de 2017

Johnny Depp y la ruina de ser famoso


Johnny Depp y la ruina de ser famoso

El actor es solo el último de una larga lista de artistas, raperos y deportistas en bancarrota por su descontrolado ritmo de vida

IRENE CRESPO
Nueva York 11 FEB 2017 - 18:05 COT



Mike Tyson fue otro de los casos más sonados a principios del siglo XXI. Después de haber ganado más de 400 millones de dólares a lo largo de su carrera, en 2003 el boxeador reconoció estar arruinado y tener una deuda de más de 23 millones entre impuestos que debía y su caro divorcio. Porque, al parecer, este no es solo un problema entre las celebrities del cine, sino que es un clásico en el mundo del deporte. Estrellas que se han embolsado millones mientras estaban en activo al poco de retirarse se declaran en bancarrota. Según un estudio de Sports Illustrated de 2016, les ocurre a un 78% de los jugadores de fútbol americano profesional.

Nicolas Cage devuelve el cráneo robado de un dinosaurio



Nicolas Cage devuelve el cráneo robado de un dinosaurio

El fósil del actor fue hurtado en Mongolia por un paleontólogo que manejaba en solitario un mercado negro de piezas prehistóricas


ROCÍO AYUSO
Los Ángeles 22 DIC 2015 - 18:05 COT
La extravagante colección de Nicolas Cage se ha quedado sin una de sus mayores piezas. El actor de La búsqueda ha aceptado devolver la cabeza de dinosaurio robada que adquirió en una subasta. Cage compró este cráneo de más de 67 millones de años de antigüedad en Beverly Hills (EE UU) en 2007, en la que fue descrita como una feroz puja contra otro de los mayores coleccionistas de Hollywood, Leonardo DiCaprio. El precio final llegó a 246.000 euros. Sin embargo, desde hace varios años existía la sospecha de que el preciado cráneo antediluviano pertenecía a una colección de piezas que reclamaba el Gobierno de Mongolia, relacionadas con el paleontólogo convicto Eric Prokopi. Aunque Prokopi solía presentarse como “paleontólogo comercial”, las autoridades estadounidenses prefieren describirle como el centro de un mercado negro de fósiles prehistóricos robados que manejaba él solo.

martes, 17 de enero de 2017

Nicolas Cage y Willem Dafoe / Como perros salvajes



“Echo de menos ser famoso antes del sida y los teléfonos con cámara”

Nicolas Cage y Willem Dafoe se reencuentran en ‘Como perros salvajes’, la nueva película de Paul Schrader



ALEX VICENTE
PARÍS, 17 DE ENERO DE 2017

Esta es la historia de tres delincuentes de poca monta en los bajos fondos de una ciudad estadounidense de segunda, incapaces de adaptarse a la vida civil tras salir de la cárcel. Deciden abandonar el crimen de una vez por todas, pero antes quieren ejecutar su último gran golpe: el encargo de un mafioso que los contrata para secuestrar al bebé del capo de una banda rival. Huelga decir que las cosas se torcerán por el camino. La nueva película de Paul Schrader, Como perros salvajes, propone una nueva vuelta de tuerca a este género inagotable, inspirándose en la disparatada novela de culto Dog eat dog, de Edward Bunker. El filme supone el reencuentro de dos actores que llevaban más de 25 años sin coincidir en pantalla: Nicolas Cage y Willem Dafoe, que ya protagonizaron juntos Corazón salvaje. En un diálogo lúcido –y, a ratos, también delirante–, ambos reflexionaron sobre el tiempo transcurrido desde entonces en el pasado Festival de Cannes, donde la película clausuró la Quincena de los Realizadores.
Pregunta. ¿Cómo han cambiado desde Corazón salvaje?
Willem Dafoe. A mí, se me han caído un poco los testículos… [risas].










PAUL SCHRADER, EL LENTO DECLIVE DEL TRANSGRESOR


La primera vez que Paul Schrader trabajó con Nicolas Cage, el resultado fue catastrófico. Los productores les quitaron el control sobre su anterior proyecto, Caza terrorista (2014), que fue repudiado públicamente por ambos. Decidieron reincidir con Como perros salvajes para quitarse el mal sabor de boca. Schrader cuenta con cada vez menos margen de maniobra para sus peculiares propuestas, siempre alejadas de las fórmulas conocidas y del peso de la convención. “Cuando voy al cine, me pregunto por qué la gente no se duerme. Siguen rodando la misma historia una y otra vez. Me pregunto qué droga toma el público para no dormirse”, responde. “En este caso, me interesaba repensar el género de la película de gánsteres en esta era, después de Scorsese, de Tarantino y de Guy Ritchie. Pero eso ya no interesa a los estudios, que hoy solo hacen dibujos animados”.
¿Que uno de los mayores guionistas del último medio siglo, autor de los diálogos de Taxi driver o Toro salvaje, no logra financiar sus películas es un síntoma definitivo de un Hollywood enfermo? Schader sonríe al escucharlo. “En realidad, hoy no es más dificil hacer películas. Al revés: es más fácil, porque todo se ha vuelto más barato. Lo difícil es que ese abaratamiento de la tecnología ha venido acompañado de un tsunami de productos. Solo en Estados Unidos, existen 400 películas”, relata Schader. “Lo que es más difícil ser transgresor, porque hoy todo es transgresor. Por ejemplo, ¿cómo parodia uno a Donald Trump?”, se preguntaba Schrader, cinco meses antes de su victoria electoral, cuando ya se mostraba preocupado por el resultado. “Vivimos en una guerra cultural. La democracia está basada en la idea de que el ciudadano común es un ser inteligente. Ahora vamos a descubrir cómo de inteligentes son”.

Nicolas Cage. Ya ni me acuerdo de ese tiempo. Éramos unos críos. Diría que caminábamos más ligeros, que éramos más inocentes. Yo me he transformado varias veces desde entonces. Cuando pienso en ese tiempo, siento nostalgia por esos días en que no existía Internet.
W. D. Pero la nostalgia mata, así que es mejor no acomodarse mucho en ella… En realidad, cuanto mayor me hago, más feliz me siento. Lo único que no me gusta nada es que todo sucede a una velocidad imparable.
N. C. Yo echo de menos ser famoso antes de que existieran el sida y los teléfonos con cámara. Esas dos cosas lo cambiaron todo en nuestra civilización…
Pregunta. ¿Cómo ha cambiado la industria del cine desde entonces?
N. C. Ahora se toman menos riesgos. Se vuelve a rodar una y otra vez la misma historia con los mismos actores, porque se ha demostrado que eso genera dinero y lo más importante es recuperar la inversión. Es algo que también pasa en el cine independiente. Te contratan para hacer un drama, pero luego lo venden como si fuera una película de acción, solo porque hace un millón de años hiciste una película de aventuras que funcionó…
W. D. Ya no existe lealtad por la cultura, ni inversión alguna en la cultura. Solo hay lealtad e inversión en el consumismo. Y eso no es nuevo, pero ahora sucede más. Una película como esta solo logra financiación porque Nicolas ha aceptado protagonizarla.
P. Los dos han trabajado para los grandes estudios, pero los proyectos más determinantes en sus carreras están al margen de ese sistema…
W. D. Los míos, desde luego. Excepto Spiderman, tal vez.
N. C. Los míos también. Las películas que más me han marcado fueron proyectos pequeños, como Hechizo de lunaArizona Baby o Leaving Las Vegas. Luego vinieron Con AirCara a cara o La roca, con los que más se me asocia ahora. Esas películas de acción lo eclipsaron todo, aunque ese periodo solo duró un par de años. Me colgaron la etiqueta de héroe de acción, cuando en realidad solo estaba fingiendo ser uno…
P. ¿Nunca se sintió cómodo en ese papel?
N. C. Lo que quiero decir es que me suponía un reto. En esas películas tienes muy poco tiempo para desarrollar tu personaje y para vendérselo al público. Rodar cine de acción es como hacer un puzle. Con lo que no estoy cómodo es con la etiqueta héroe de acción. Mis raíces son mucho más eclécticas. Dejé de rodar esas películas cuando todo el mundo empezó a preguntarme solo por ellas en las entrevistas. Quise volver a hacer drama, que siempre ha sido lo que más me gusta…
W. D. Yo no he tenido ese problema. A mí me interesa más desaparecer. Hay actores que funden el papel en lo que ellos son, y otros que prefieren fundirse en el papel. Yo soy más bien de los segundos. Lo que más me interesa es plegarme a la visión de un director. Adaptarme a una historia con la que no me identifico necesariamente me hace sentir más flexible, más vivo y mejor persona. Nunca me ha interesado forjarme un personaje. Técnicamente, supongo que soy una estrella de cine, porque he protagonizado películas y alguna gente me reconoce por la calle. Pero no es así como me veo. En realidad, solo soy un tipo que acude al rodaje y ayuda a un director a hacer una película.
P. ¿Creen que todo intérprete tiene un espectro limitado de registros, o las posibilidades son infinitas?
W. D. Una de las cosas más importantes, cuando uno se dedica a este oficio, es la flexibilidad. Hay personas que la tienen, y otras que no. Yo creo que sí la tengo.
N. C. Es algo con lo que naces. Algunos actores tienen un rango mayor que otros, eso es así. Supongo que, con la ayuda de un buen director, puedes lograr convertirte en otra cosa. Pero tampoco veo por qué hay que aspirar a tocar todos los palos. Por ejemplo, yo nunca he hecho porno…
W. D. Pues yo, sí… [risas].
N. C. ¡Cuéntamelo!
W. D. Ahora te lo cuento, cuando este chico se marche…

lunes, 22 de agosto de 2016

La extravagante vida de Nicolas Cage en 16 estrambóticos episodios




La extravagante vida de Nicolas Cage 

en 16 estrambóticos episodios

Dos de sus matrimonios han durado menos de un año, 

se enfrentó al gobierno de Mongolia, se niega a medicarse,

 se ha convertido en un género en sí mismo...

JUAN SANGUINO
18 JUN 2016 - 12:09 COT






Nicolas Cage y su vida estrambótica piden a gritos un reality show. El actor que fue apodado como “el James Stewart marciano” y que según el crítico Roger Ebert tenía dos únicas velocidades, intensa y más intensa, se ha convertido en un género en sí mismo, interpretando películas rutinarias tan de serie b que solo se estrenan en los canales estadounidenses por cable. Tiene un Oscar, sí (porLeaving Las Vegas, 1995) y actuaciones memorables (sobre todo en Arizona baby, 1987, y Adaptation, 2002), pero una vida llena de paranoias y malas decisiones le ha llevado a convertirse en un personaje del que todo el mundo está esperando su siguiente excentricidad.

Cage se ha casado tres veces (dos de esos matrimonios han durado menos de un año) y tiene dos hijos, Weston (25 años, de una relación con Christina Fulton con la que no llegó a casarse) y Kal-El (11 años, con su actual espoca, Alice Kim, con la que anda en estos días en los juzgados). Seguramente Nicolas Kim Coppola (California, 52 años), su nombre real, es la estrella más estrafalaria de su generación. Estas son solo algunas de sus enrevesados episodios...