Mostrando entradas con la etiqueta Uruguay. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Uruguay. Mostrar todas las entradas

jueves, 11 de noviembre de 2021

Cristina Peri Rossi / "Cuando quiero desconectar, juego"






Cristina Peri Rossi

"Cuando quiero desconectar, juego"


"La máquina de escribir, una herramienta capaz de seguir la celeridad del pensamiento, fue el gran invento tecnológico", dice Cristina Peri Rossi (Montevideo, 1941). Sus padres le regalaron a los 18 años una Remington que la siguió hasta el exilio. Internet ha cumplido parte de una fantasía que plasmó en un cuento que escribió a sus 20 años, en el que "una computadora contenía todo lo que se podía saber de cualquier cosa".
Pregunta. ¿Le ha hecho alguna jugada la tecnología?
Respuesta. Dos. Una vez le di por error a borrar y nunca recuperé 40 páginas de El Amor es Una Droga Dura. Me agarró tal depresión que me metí en la cama medio día. Las volví a escribir, pero las que se perdieron eran mejores. En otra ocasión, me entró un virus y perdí medio libro, agarré otra depresión, aunque menor. Desde entonces lo guardo todo en un lápiz USB.
P. ¿Cuántos ordenadores tiene y para que los usa?
R. El PC y el portátil. Los uso para escribir artículos periodísticos, textos y a veces poesía. También para los mails y jugar. Cuando quiero desconectar, juego.
P. ¿Cuáles son sus juegos preferidos?
R. Los de juntar letras y construir palabras de Zylongames. Juego unas tres horas al día al BookWorm de Luxe, aunque al principio me enganché y jugué 36 horas seguidas. También me gustan los juegos de búsqueda, tenis, pimpón y las cartas. Nunca los de violencia, guerra ni estrategia.
P. ¿Ha encontrado algo curioso sobre usted en la Red?
R. Entré en Amazon para buscar uno de mis primeros libros, Viviendo, que no tengo, y me encontré con que vendían camisetas y gorras de I love Cristina Peri Rossi sin mi autorización. ¡Estaba entre Clooney y Prince! Compré un par que ya me han llegado. Está en manos legales.
P. ¿Es adicta al móvil?
R. No para llamar, estoy convencida de que dispara la tensión, pero me gasto un pastón en SMS. Me encanta simplificar palabras, ese medio críptico tan lúdico. Y pronto voy a sucumbir a las fotos. Aún no puedo, porque le tengo tanto cariño al Nokia que me lo cambié por uno nuevo y conseguí que se rompiera para volver al antiguo.
P. ¿Es asidua a YouTube?
R. ¡Me encanta! He vuelto a ver actuaciones de Mina y de Nellie Melba. Aunque el sonido sea malo, le agradezco poder revivir esos momentos.

FICCIONES

DE OTROS MUNDOS

Poemas

DRAGON

jueves, 25 de junio de 2020

Vargas Llosa / El ejemplo uruguayo


Ilustración de Fernando Vicente

Mario Vargas Llosa

BIOGRAFÍA

El ejemplo uruguayo


El premio Nobel analiza la estrategia de Uruguay para enfrentar al coronavirus.


8 de junio de 2020


¿Por qué no se ha publicitado más la manera tan eficiente como Uruguay ha luchado contra el coronavirus? Es verdad que se trata de un pequeño país, de apenas tres millones y medio de habitantes, aplastado por vecinos tan enormes como Brasil y Argentina. Pero a estos gigantes les hubiera ido bastante mejor si, en vez de hacer lo que han hecho para detener (o incentivar, se diría más bien, en el caso brasileño) la pandemia, hubieran seguido el ejemplo uruguayo.

jueves, 10 de septiembre de 2015

Mujica levanta pasiones en Brasil por decir lo obvio: hace falta decencia

José Mujica

Mujica levanta pasiones en Brasil por decir lo obvio: hace falta decencia

A los 80 años, la simplicidad del expresidente uruguayo fascina a una juventud con nuevos valores y que exige cambios


José Mujica en Brasil
José Mujica en Río el pasado jueves. / YASMIN BOTELHO (MÍDIA NINJA)
José Pepe Mujica camina encorvado, despacio. Conduce su Volkswagen Escarabajo, viste un traje ya bastante usado, no se corta las uñas de los pies, tiene una panza inmensa y evita todo el tiempo mirar a los ojos. Su forma de hablar es suave, dulce. Dice cosas obvias, sensatas, que cualquier otro campesino anciano podría decir. La última, el pasado sábado junto al expresidente Lula: "Los políticos deben aprender a vivir como la mayoría del país, no como la minoría".
Sus palabras, junto con su conducta personal, que es coherente con lo que predica, hicieron que este exguerrillero, tan normal y tan humano, llegase a la presidencia de Uruguay en 2009 y alcanzase el estatus de gurú y filósofo internacional de toda una generación. Su sencillez fascina, su sabiduría asombra. Especialmente a una juventud con nuevos valores, menos materiales, y que exige cambios. Y todo eso a los 80 años de edad.
Mujica estuvo esta semana en Brasil y brilló como una estrella del pop. En tiempos de tanta desilusión política, casi 10.000 jóvenes acudieron a la Universidade Estadual do Rio de Janeiro (UERJ) solo para ver a un señor normal, pacato, y escuchar un espectáculo de sensateces. Casi un sermón de abuelo. Una fan dijo que había llegado dos horas antes del evento para conseguir su lugar, como si se tratase de un concierto. Y la explicación de todo —además, claro está, de que legalizó la marihuana— es tan sencilla como sus palabras: hay ciertos elementos de nuestra vida política cotidiana que han dejado de ser naturales y se han vuelto insultantes.
Para limitarnos al ámbito de la política brasileña: ya no es natural que las arcas públicas de un país en desarrollo paguen 324.000 reales (unos 80.000 euros) en 52 habitaciones de lujo y 17 coches para una comitiva, como hizo la presidenta Dilma Rousseff en Roma en 2013 para la misa inaugural del Papa Francisco. O que, en tiempos de ajuste fiscal, haya una factura de 100.000 dólares (casi 90.000 euros) en limusinas en Estados Unidos este año. Es una aberración que diputados, senadores y concejales ganen, si sumamos todos los beneficios, cerca de 100.000 reales (más de 24.000 euros) al mes, que trabajen tres días a la semana y, además, deambulen con los lujosos coches negros oficiales por la ciudad —y encima quieren prohibir el Uber. Es un insulto ver Lamborghinis y obras de arte escondidas en manos de quien fue elegido para velar por el bien público.

domingo, 28 de junio de 2015

José Mujica / Por más mierda que sea el capitalismo, es el que ayuda a crecer







José Mujica
“Por más mierda que sea el capitalismo, 
es el que ayuda a crecer”

Putin habría ofrecido apoyo a Venezuela en caso de guerra con Colombia
Así lo señala un libro que narra anécdotas y secretos del expresidente uruguayo José Mujica.

Por Sergio Gómez Maseri
28 de junio de 2015

En uno de los momentos más tensos de las relaciones entre Colombia y Venezuela, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, le ofreció al país bolivariano todo su apoyo en caso de que se desatara un conflicto bélico entre ambas naciones.
Eso fue al menos lo que le contó Hugo Chávez al expresidente de Uruguay José ‘Pepe’ Mujica, según cuenta un nuevo libro escrito por dos periodistas uruguayos, en el que narran anécdotas y secretos de la carrera política del expresidente charrúa.

Chávez, uno de los líderes regionales más cercanos a Mujica, le contó que cuando Venezuela tuvo un conflicto importante con los colombianos por un motivo limítrofe, Putin se ofreció a ayudarlo. Rusia era uno de los principales abastecedores de armas de Venezuela, y Putin le detalló a Chávez todo el arsenal con el que contaban los colombianos, especialmente los más de doscientos helicópteros de guerra, y cuál era la mejor forma de contrarrestarlo.
“Cuente con mi asesoramiento para lo que necesite”, le dijo, y acto seguido le recomendó “las adquisiciones que debería hacer el Gobierno venezolano para un eventual conflicto armado, que al final no ocurrió”, dice en uno de sus pasajes.
Titulado 'Una oveja negra al poder', el libro fue escrito por Andrés Danza y Ernesto Tulbovitz, dos periodistas que llevan casi 20 años reportando sobre el líder de izquierda y fueron muy cercanos a él durante sus años en la presidencia.
En el libro, los periodistas presentan detalles, a veces muy íntimos, de la relación entre Mujica y otros líderes regionales. Entre ellos, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos; el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez; el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, la mandataria de Argentina, Cristina Fernández, y los hermanos Castro, en Cuba.
Según los autores, Mujica le apostó duro al proceso de paz con las Farc, viajando primero al Vaticano para pedir al papa Francisco que intercediera y luego a Cuba, donde se reunió en varias ocasiones con líderes de las Farc para decirles que la paz era el único camino viable.
En la narración, los periodistas explican que el expresidente uruguayo –que en su juventud militó con el grupo guerrillero Los Tupamaros– actuaba con autorización de Santos y que se reunió con él en dos ocasiones para informarle sobre sus reuniones.
El papel por la paz de Colombia –dice el libro– le abrió otros espacios como mediador internacional, y mencionan cómo empujó el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos, en reuniones con Fidel Castro y el presidente Barack Obama.
El texto dedica un buen segmento a la relación entre Mujica y Chávez. Si bien sostiene que eran cercanos y se consideraban amigos, Mujica siempre le dijo a Chávez que no compartía su modelo de socialismo, pues a su juicio conducía a un fracaso seguro.
“De Chávez valora que sacó a muchos venezolanos de la pobreza. Pero, para Mujica, eso no es el socialismo. Ni parecido. Es la forma más larga de terminar en el capitalismo”, le decía a su amigo Hugo, que respondía riendo. “Esto es creer o reventar”, le contestaba Chávez. “Mujica no creyó, Chávez murió a los pocos años y Venezuela sigue su dudoso experimento”, sostiene el libro.
En otro pasaje citan a Mujica diciendo: “Le advertí desde el principio, cuando asumió la presidencia de Venezuela, que no iba a construir el socialismo. Y no construyó un carajo”.
Del actual presidente Nicolás Maduro, el exmandatario uruguayo dice que, no obstante estar bien formado, se equivocó al tratar de emular a Chávez en lugar de desarrollar su propia personalidad política.
El libro también habla del desencanto de Mujica con el comunismo y con la Cuba que muchos, entre ellos él, idealizaron durante las décadas de los 60 y 70.
“Mujica –dicen en el relato– llegó a la presidencia lejos del discurso de los socialistas del siglo XXI y de los comunistas del siglo XX. Sentía aprecio por ellos, pero no comulgaba en la práctica. Cuba era como una “vieja novia” de la adolescencia, a la que veía desmejorada con los años.
Aunque siempre destacó la dignidad de la isla caribeña, no tiene miedo de hablar de su fracaso. En una de sus visitas (a Cuba), sentado en La Bodeguita del Medio, en pleno centro de La Habana, les dijo a jerarcas del Gobierno que el problema es que en Cuba “todos tienen empleo” y que por eso nadie arriesga nada.
“Por más mierda que sea el capitalismo, es el que ayuda a crecer”, argumentó entre mojitos. Intentó convencerlos de que fueran hacia algo distinto porque nunca creyó en el modelo cubano”, puntualiza. 
SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO
WASHINGTON

martes, 7 de abril de 2015

Josefina Licitra / Mujica, el presidente imposible

Pepe Mujica

Josefina Licitra

Mujica, el presidente imposible

ILUSTRA LEO BARIZZONI

Imposible que viva donde vive, que vista como se viste y que tenga la historia que tuvo. El Pepe Mujica, presidente uruguayo, es el hombre más sin corbata de todo el universo.
Acá.
José Mujica, presidente de la República Oriental del Uruguay, vive acá.
En la entrada del rancho hay una cuerda donde cuelgan las ropas de un niño —pobre—; una casucha de ladrillo gris a medio hacer —pobre—; un desmadre de plantas: juncos, pastos crecidos, yuyos; una hectárea de tierra recién surcada; y perros, muchos perros. Chuchos que circulan con el paso lerdo de los animales viejos y que cada tanto buscan esquinas de sombra allá en el fondo, pasando unos arbustos, en la casa de José Mujica.
Allá. José Mujica, presidente de la República Oriental del Uruguay, descansa allá: en cuatro ambientes de paredes desconchadas donde hay una cocina, un sillón rojo, una perra de tres patas —la mascota de Mujica es tullida— y una estufa a leña. Desde ese bajofondo austero, casi marcial, este hombre emergió infinitas veces —primero como legislador nacional, luego como candidato presidencial— a recibir a la prensa.
recibir, en el planeta de Mujica, es un verbo imperfecto. Mujica ha recibido periodistas recién bajado del tractor, sin la dentadura puesta, con el pantalón arremangado hasta las rodillas y con una gota de sudor colgando de la nariz.
Mujica ha recibido periodistas con un afectuoso cachetazo y con esta frase: “Cortala con el bla bla y andá a laburar, que es lo que necesita el país”.

martes, 21 de enero de 2014

Fabiana Leis / La secretaria sexy del presidente José Mujica

Fabiana Leis, la secretaria 'hot' del presidente de Uruguay, José Mújica


Modelo desde los 18 años, ha participado en certámenes de belleza y posado para calendarios de una distribuidora de repuestos de automóviles muy ligera de ropa


21 de enero de 2014



Presidente de Uruguay desde marzo de 2010, José Mújica, de 78 años, regresa a las portadas de los medios sudamericanos. Después de que el pasado mes de diciembre la revista británica The Economist nombrara a Uruguay “país del año” por ser un “Estado audaz, modesto y amante de la diversión” y tener un presidente con una “franqueza inusual para ser un político”, ahora los despachos de la Presidencia copan los titulares.
Una de sus secretarias, a la que el propio Mújica apodada ‘la fea’, pasea sus curvas por las instalaciones de la Presidencia de la República, situada en el corazón de Montevideo. Se llama Fabiana Leis, tiene 33 años, y, además de sus tareas administrativas, es modelo y vedette desde los 18 años, ha participado en diferentes certámenes de belleza y desfiles de moda e, incluso, ha sido "chica Feivy" (una distribuidora de repuestos para automóviles), lo que implicaba salir muy ligera de ropa en calendarios. Su llegada a las instalaciones del Gobierno fue en 2002, bajo el mandato del antecesor de Mújica, Jorge Battle. Empezó en la biblioteca de Presidencia y poco después pasó a la Secretaría de Servicios Generales.
Durante los cinco años de Gobierno de Jorge Batlle, esta uruguaya fue la protagonista de los suspiros de los miembros masculinos del Ejecutivo. Tras la finalización de su mandato, Fabiana mantuvo su puesto lejos de ser amonestada por su ‘doble vida’. “Llevo mucho años haciendo este trabajo sin problemas y muy agradecida. Mújica respetó mi otro trabajo, que no es fácil”, reveló Leis a varias agencias del país.



“No se puede vivir del arte en Uruguay”, aseguró a la revista Noticias,confirmando que ese era el motivo principal por el que dejó a un lado su carrera como modelo. Sin embargo, años después, Fabiana, de 33 años, volvió a subirse a una pasarela y a mostrar sus atributos en un calendario eróticoque, en ningún momento, afectó a su trabajo. “Mis fotos tuvieron buena repercusión entre los compañeros y los jefes. Incluso entre sus mujeres. Al final tuve que llevar a Presidencia 200 calendarios firmados por mí. Fue una locura. Sólo le faltó un ejemplar al presidente”, aseguró en el programa Verano Perfecto, del canal uruguayo Teledoce. Desde entonces, las proposiciones laborales comenzaron a multiplicarse. “Me hicieron una oferta de Playboy pero la rechacé”, confiesa.
Su pasión por el mundo del espectáculo también ha llevado a ‘la fea’ a hacerse un hueco en el mundo de la interpretación. Considerada en Uruguay una de las mejores vedettes que ha tenido el país, Fabiana es protagonista del espectáculo Más vale acompañado que solo, en la que muestra sus encantos mientras baila y canta sobre el escenario ligera de ropa. Tal es su éxito interpretativo que hace apenas cuatro días la secretaria de Mújica estrenó la comedia Cuatro mujeres a juicio. Por el momento, Fabiana no tiene en mente dejar su trabajo de secretaria.