Ya es de noche. Detrás de los árboles están las ventanas, con luz amarilla y ruido dentro. Me asombran tantas vidas asomadas a un mismo paisaje y pienso en ellas con curiosidad. Imagino su intimidad de este instante: riendo, despidiéndose, dudando, haciendo el amor. Y camino por la acera mirando hacia arriba, preguntándome si alguno me estará viendo desde allá. Hasta que llego a mi casa, abro la puerta, dejo las bolsas y me convierto en otra ventana ilumnada.
domingo, 19 de octubre de 2025
Estíbaliz Madrazo San Emeterio: El viaje
viernes, 3 de octubre de 2025
Mircea Cărtărescu: Dietarios 1990-2017. Una selección
Título original: Jurnal. 1990-2017
Traducción: Xavier Montoliu Pauli (traducción al catalán para Lleonard Muntaner). Sin traducción al castellano hasta la fecha.
Año de publicación: 2024
Valoración: imprescindible para fans
sábado, 13 de septiembre de 2025
Madres de libro (bonus round): Linea nigra de Jazmina Barrera
Sé de otras escritoras que también están escribiendo sobre embarazo y parto y lactancia. Más libros fragmentarios, que citan al 'Libro de la almohada'. Me encanta esta moda, y quiero que sea mucho más que una moda. Que seamos más. Muchas. Creo que nunca vamos a ser suficientes. Pienso en los diarios, las listas, las cartas, los herbarios, los libros de texto: todas esas formas de escritura a veces son, o pueden ser, literatura. Lo mismo pasa con los diarios de embarazo, con los diarios de bebés. Quiero que sobren los libros, que los haya buenos y malos. Quiero un canon, una tradición. Y también una ruptura, libros en contra del canon. Nuevos géneros literarios.
Susan Griffin también escribe sobre las interrupciones de la maternidad y los fragmentos que produce. Dice que tenemos sólo iluminaciones breves entre las interrupciones que hay que registrar. Luego ponerlas una junto a otra, con la esperanza de que algún día, más tarde, podamos darles sentido.
domingo, 25 de agosto de 2024
Izumi Shikibu, Murasaki Shikibu, Dama Sarashina: Diarios de damas la corte Heian
Título original: 和泉式部日記 (Izumi Shikibu nikki); 紫式部日記 (Murasaki Shikibu nikki); 更級日記 (Sarashina nikki)
Traducción: Xavier Rosa Ferrer
Año de publicación: 1008; 1010; 1059
Valoración: recomendable para interesados
Esta edición junta a tres mujeres que tiene en común haber escrito obras consideradas hoy en día como clásicos de la literatura japonesa, conocidas por su profundidad y riqueza en la descripción de la vida en la corte imperial durante el período Heian (794-1185).
Diario de Izumi Shikibu: Izumi Shikibu fue una famosa poetisa y cortesana. Su diario es una obra semiautobiográfica que narra su relación amorosa con el príncipe Atsumichi. La obra está llena de poesía waka (el fuerte de este tipo de obra), y mezcla la prosa con la poesía para reflejar sus emociones y experiencias en la corte. Es conocida por su estilo lírico y la introspección emocional que ofrece.
Diario de Murasaki Shikibu: Murasaki Shikibu es la autora de La novela de Genji (Genji Monogatari), la cual pueden encontrar reseñada en nuestro blog. Su diario, ofrece una visión íntima de su vida en la corte de la emperatriz Shōshi, describiendo tanto los aspectos ceremoniales como las rivalidades y la vida cotidiana en la corte, muy al estilo del Genji Monogatari. Es un testimonio valioso de la vida en la corte y ofrece una perspectiva única sobre la vida de una mujer de su tiempo.
Diario de Dama Sarashina: Este diario fue escrito por una mujer anónima, pero que es conocida por convención como la Dama Sarashina. Éste es el más personal de los tres, narrando su vida desde la juventud hasta la madurez, y su deseo constante de leer historias y romances (incluyendo, claro, el Genji Monogatari). El diario es conocido por su tono melancólico y su reflexión sobre la transitoriedad de la vida, un tema común en la literatura japonesa de la época.
Los tres diarios, aunque distintos en estilo y enfoque, comparten varios elementos que los vinculan como expresiones literarias del período Heian. En primer lugar, todos son escritos por mujeres de la nobleza que utilizaron la escritura como un medio para explorar y expresar sus emociones en un entorno donde la introspección y la sensibilidad poética eran altamente valoradas. Estos diarios combinan la prosa con la poesía waka, unificando la narrativa con la reflexión lírica. Además, los tres diarios ofrecen una visión personal y matizada de la vida aristocrática, con un enfoque particular en la transitoriedad de la existencia y las relaciones humanas.
A pesar de las similitudes en su contexto y estilo, los diarios presentan diferencias notables que reflejan las personalidades y enfoques únicos de cada autora, lo que hace que valga la pena leerlos en conjunto. El Diario de Izumi Shikibu se distingue por su carácter apasionado y su enfoque en una historia de amor intensa y llena de emociones. En contraste, el Diario de Murasaki Shikibu es más observacional y descriptivo, centrándose en la vida de la corte imperial y ofreciendo una visión más amplia de los rituales, las intrigas y las dinámicas sociales de su entorno. Por otro lado, el Diario de la Dama Sarashina tiene un tono más contemplativo y está menos centrado en los eventos sociales. De esta manera, los tres diarios se complementan muy bien para ofrecernos una idea de la vida y las tribulaciones en la corte de Heian, principalmente aquellas que preocupaban a las mujeres, quienes, a pesar de vivir en ese supuesto paraíso, estaban subordinadas, en primer lugar, a los hombres de la familia, y en segundo lugar, a la estructura social de un pasado que hoy nos podría parecer incomprensible.
Otras obras de Murasaki Shikibu reseñadas en ULAD: Genji Monogatari
jueves, 15 de septiembre de 2022
Katherine Mansfield: Sopa de ciruela
Año de publicación (de este volumen): 2022
Año de publicación (de los textos incluidos en la selección): 1893 - 1923
Valoración: Sorpresa más que agradable
Una pequeña explicación al un tanto farragoso encabezamiento de la reseña: los textos que se incluyen en Sopa de ciruela proceden, en su gran mayoría, de los más de 50 cuadernos que Mansfield dejó tras su muerte y han permanecido inéditos en castellano hasta la publicación de esta compilación, lo que explica ese doble "año de publicación". En cuanto a la escasamente canónica valoración, esta obedece especialmente a cierto miedo inicial a una supuesta (por mi) rareza de los textos y a su carácter fragmentario.
Dicho esto, ¿qué clase de textos se recopilan en Sopa de ciruela y qué "orden" se sigue? Pues bien, podemos encontrar anotaciones de diario, estampas, viñetas, (bocetos de) cartas, (bocetos de) relatos, poemas, reseñas literarias, recetas de cocina, listas de gastos, etc que son agrupados según un no excesivamente estricto criterio "temático": el hambre, el buen beber, la escasez, en el café, en viaje, entre jardines... A primera vista, sorprende no encontrar demasiadas referencias a la escritura como proceso, como técnica. Al fin y al cabo, cabría esperar algo así de los diarios de una escritora, ¿no? Nada más lejos de la realidad. Lo que fundamentalmente hallaremos en los diversos materiales que componen Sopa de ciruela es cotidianeidad pura y dura. La vida, vaya.
Tú y yo todavía nos amamos, pero ya no me necesitas como antes y yo, por alguna razón, siempre tengo que sentirme "necesitada" para ser feliz.
Pero pese a esa aparente fragmentariedad y a ese aspecto breve o hiperbreve, "instantáneo" por momentos, sí que encontramos una cierta "continuidad narrativa", en especial en las partes 3ª y 4ª del volumen, hasta el punto de que las mismas pueden ser leídas como una novela (plagada de elipsis, eso sí).
Vivo de viejas ilusiones inventadas, pero ya no engañan a ninguno de los dos.
Por lo tanto, ficción y no ficción se unen para conformar algo parecido a la (auto)biografía de Katherine Mansfield a través de unos textos en los que se combinan lo naif y lo oscuro, en los que angustia existencial, enfermedad y muerte comparten espacio con el humor, la ternura o el amor.
Me siento como una mosca que dejaron caer en el vaso de leche & después rescataron, pero todavía está demasiado empapada de leche & y ahogada como para empezar a a asearse.
Ojalá se pudiera distinguir el amor verdadero del falso como se distinguen los champiñones de los hongos venenosos.
En lo referente a la parte ficcional, la literatura de Mansfield me trae a la cabeza a la gran Silvina Ocampo. Escenarios bucólicos (jardines, sobre todo, pero también cafés), niñas o mujeres jóvenes como protagonistas y algo oscuro u oculto que no acaba de encajar. Textos cargados de luces y aromas, relatos que insinúan en lugar de mostrar.
En cuanto a lo no ficcional, me quedo con la capacidad de la autora para mostrar el desgarramiento y la extrañeza que causaron en ella los sucesivos traslados a los que la obligaban sus enfermedades, con la combinación del detalle impresionista y la objetividad más fría en las descripciones y con el ejercicio de autodisección de su interioridad.
Lo dicho. Sorpresa más que agradable la de este volumen y esta autora, absoluta desconocida para mi, de quien ya tengo por casa Fiesta en el jardín y otras narraciones. Algún día hablaremos de el. O igual no. ¿Quién sabe?
martes, 5 de julio de 2022
COLABORACIÓN: Dos veces en el mismo río de Chris Offutt
sábado, 11 de junio de 2022
Jorge Carrión: Todos los museos son novelas de ciencia ficción
Año de publicación: 2022
Valoración: seductor
Cuando hace unos días reseñé - no sin cierto escepticismo - Membrana, no había reparado en la existencia de este libro. Puede que porque Carrión ya nos tiene acostumbrados a un ritmo de publicación intenso - no solo de publicación, también organiza exposiciones relacionadas con el ámbito literario, comenta ítems culturales, etc. - o incluso por su peculiar curso narrativo, en el que todos sus últimos libros, sobre todo desde que publica para Galaxia Gutenberg, parecen formar parte de un proyecto cohesionado. Y este Todos los museos son novelas de ciencia ficción, título algo reminiscente de DFW, se presenta, pasados unos meses - pocos - como un complemento de Membrana, uso el término compemento de forma algo forzada, pues casi diría que, aunque dispone de un cierto vuelo propio, Carrión, que sabe que su prestigio como agitador es indiscutible, se permite una especie de broma moderada a costa de su novela, aunque siempre podremos suponer que no hubiese carecido de sentido integrar este texto ahí mismo. Pero respetemos la voluntad del autor.
La cosa consiste en generar una especie de bitácora del proceso de escritura de la novela. Y así como en la novela el papel de narrador quedaba disuelto en la estructura del catálogo de un museo, aquí el autor levanta la mano y se hace ver, en un ejercicio de ciencia-auto-ficción, el escritor toma la primera persona y proyecta información complementaria a Membrana, más que explicar o matizar su contenido, retrata una realidad paralela a la creación, que Carrión, va siendo marca de la casa, aprovecha para enlazar con su galería de monstruos habitual. Que la realidad se empeña en hacer cada vez más visible, y entonces a Carrión más visionario. Si el texto no tarda en mencionar a HAL 9000 y a todos los sospechosos habituales - spyware, cámaras que captan nuestra vida, dispositivos que nos monitorizan porque no leímos la letra pequeña de los pop-ups que nos saltan al darnos de alta en servicios, en suscripciones, en redes sociales - el jugueteo de Carrión empieza pronto. Mencionando otro clásico reciente - la película HER - el escritor es contactado y, se diría, seducido por Mare, una identidad digital que le contacta desde el futuro de su novela, y que ya la ha leído, o quizás haya anticipado su contenido gracias a algún brillante algoritmo, y el proceso de intercambio parece tomar las riendas de la vida del autor, cuestión de la que este primero recela, pero a la cual acaba enganchado: de repente su existencia se ha visto interferida y no se atreve a confesarlo a su familia. Reproduce la voz de Mare, contesta sus mensajes, dialoga con ella en un juego aparentemente inofensivo, pues no teme a su contrapartida por su inmaterialidad, pero igualmente se siente cohibido y avergonzado. Solo habla de la existencia de esa interacción con los profesionales que cree que pueden comprenderle y, a medida que los contactos se suceden, su vida empieza a gravitar en torno a ellos.
Aparte, el impecable atractivo como objeto, pues el libro contiene abundante material gráfico, que lo sitúa en un claro perfil sebaldiano, y resulta curioso que su mera lectura parece mejorar el rastro que dejaba Membrana e incluso despojarlo de su pátina a veces demasiado solemne. Sin llegar a lo estrambótico o lo banal, Carrión introduce con sutileza y habilidad algunos elementos que hubieran parecido algo discordantes en una novela de ciencia ficción al uso. Y funciona, como obra separada y como proyecto conjunto.
viernes, 18 de febrero de 2022
Virginia Woolf: Hacia el sur. Viajes por España
Idioma original: inglés
Título original y fecha: Extractos de The diary of Virginia Woolf. Vol I (1915-1919) y A passionate apprentice (1897-1909) Edición actual en castellano; 2021
Valoración: Recomendable
Escoger una parte de la obra de un autor –por muy reconocido que esté, por mucho que suponga un valor seguro en el panorama lector– y agruparla siguiendo un criterio propio siempre es un reto para quien lo asume. Por tanto debemos aplaudir esta iniciativa y valorarla como merece. Woolf tiene en su haber una obra extensa y de una calidad excepcional, rastrear en ella un leitmotiv determinado, seleccionar, agrupar y entregar el resultado al público en una edición bien cuidada, convenientemente presentada (cuenta con tres prologuistas) y hasta ilustrada, requiere sabiduría y tiempo. Hay que reconocer, pues, que Itineraria ha realizado un trabajo encomiable.
No descubro nada si digo que V. W. fue mucho más que
una autora de primera línea. Que en el universo de la literatura universal
brille con luz propia ya es una cota que alcanzan muy pocos, pero además
trabajó incansablemente por animar a las mujeres a trabajar en el terreno elegido
y a competir en él sin complejos, dio testimonio de que ella podía escribir tan
bien como el mejor e incluso formar parte de la avanzadilla descubriendo
territorios inexplorados hasta entonces en el campo de la creación literaria y
abrió el camino a futuras profesionales de todos los campos. En muchos sentidos
fue una pionera, todo lo que escribió se lee con agrado, incluso los textos más
difíciles y está entre mis autores de cabecera de todos los tiempos.
Dicho esto, seamos sinceros, por mucho que la amemos
debemos reconocer que España nunca le gustó demasiado. Las opiniones que
preceden a los textos propiamente dichos (ensayos, cartas y extractos de
diarios) afirman que a partir del primer viaje empieza a admirar nuestro país,
yo en cambio pienso que se vuelve más diplomática con la edad, también
ha madurado mucho como escritora –el nivel literario no tiene comparación entre
los primeros y los últimos trabajos– sin contar que aprovecha esos
viajes para publicar sus experiencias en prensa. Pero entre líneas percibo una
resignación que tampoco disimula demasiado, no encuentro valoraciones
entusiastas y sí muchas alusiones a la incomodidad de los establecimientos, el
calor y la pobreza. Y, por supuesto, hay que disculparla, una inglesa de alta
cuna que viaja por los pueblos extremeños y andaluces de la primera mitad del
siglo XX, primero por desconocimiento y luego a instancias de su marido, no va
a estar precisamente encantada de su suerte. Pongámonos en su lugar, utilicemos
una imaginaria máquina del tiempo para trasladarnos a aquella época, durmamos
en sus posadas y hoteles y luego releamos a Virginia. Vaticino que no vamos a
poder estar más de acuerdo con ella, pues desde las comodidades –incuestionables
a nuestros ojos– del siglo XXI resultarían también inconcebibles esos
establecimientos y esas condiciones de vida.
Pero no importa, la seguimos queriendo igual. O ¿acaso
nosotros no hemos emitido juicios de este tipo al visitar otros países e
incluso en el nuestro? (“Las calles son
muy estrechas, están empedradas y sin acera por la que caminar. Los tranvías
son malos y no son fáciles de alcanzar. Es una ciudad en la que cuesta
orientarse”) Y esto hablando de ¡nada menos! que Sevilla, me puedo imaginar
lo que sintió al visitar algún pueblo extremeño perdido en el mapa. Aunque, hay
que reconocerlo, por lo general divaga, da tantos rodeos como puede para no reflejar
lo que está viviendo. Claro que, a veces, la sinceridad aflora, como en el
ensayo Una posada andaluza, publicado
en The Guardian en 1905: (“El español es un idioma feroz y sanguinario
cuando se escucha en esas condiciones”) Aclaro que en ese lugar concreto desconfiaban
de los clientes, se sentían tan inseguros que temían por su vida -sin motivo, según aclara después- y apenas
durmieron esa noche.
Sin embargo, cualquier invectiva merece la pena si, ya
en los últimos fragmentos, podemos leer a la Woolf en estado puro, recrearnos
en sus percepciones, en su sensibilidad hacia la naturaleza, y por encima de
todo en su estilo, en esa manera, siempre y no solo aquí, un poco evasiva de narrar,
con asociaciones tan inusuales, que tan difícil resulta para quien necesita
desmenuzar cada frase de su obra, pero a la vez tan personal, expresiva y
poética. En ese sentido, el ensayo Hacia
España publicado en prensa en 1923 resulta paradigmático, una alegría para
los buenos paladares prosísticos.
“Los contenidos de la mente se parten en frases cortas. Hace calor; el viejo; la sartén; hace calor; la imagen de la Virgen; la botella de vino; es la hora del almuerzo; son solo las doce y media; hace calor. Y así, una y otra vez, se repiten todos esos objetos –piedras, aceitunas, cabras, gamones, libélulas, lirios–. Hasta que, por alguna trampa de la imaginación, se precipitan en frases de mandato, exhortación y ánimo, como merecen los soldados desfilando, los centinelas de noches solitarias y los líderes de grandes batallones. Pero ¿debe una abandonar la lucha? ¿Debe renunciar al juego? Sí, porque las nubes están de paso, a las mulas no les importa lo que cargan; las mulas nunca tropiezan, conocen el camino. ¿Por qué no dejarles todo a ellas?”
Como verán si se animan a leerlo, lo que importa no es
si a Virginia Woolf le gustaba o no España, sino esas reflexiones tan
particulares y tan originalmente expresadas en un estilo irrepetible. Mirar
Andalucía a través de sus ojos, sobre todo cuando su estilo y personalidad ya
están depurados. Esta evolución en la mirada de la escritora es en sí misma un tesoro
que merece la pena destacar y presentar, como se ha hecho, en un volumen único exclusivamente dedicado a ello, igual que ella reclamaba –refiriéndose a las creadoras–
una habitación propia. Personalmente, me alegro de saber qué opinaba de mi país
una mujer que se cuenta entre mis autores favoritos. Me hubiera gustado que
hubiera escrito más sobre España aunque fuese tan crítica como aquí, no lo hizo
por motivos obvios. Así que este librito tan elaborado es una rareza para
admiradores de la escritora, para hacer un regalo elegante o para que quien no
haya leído nada de ella empiece a conocer su figura. Estas cien páginas escasas
se leen en un suspiro y cuenta con unas excelentes ilustraciones digitales –que
por su delicadeza y elegancia dan la impresión de haber sido pintadas a
acuarela– a cargo de Carmen Bueno, además de los prólogos ya mencionados.
Traducción: Adriana Fernández Criado
Nuestras reseñas de Virginia Woolf: AQUÍ
lunes, 21 de junio de 2021
Jorge Carrión: Lo viral
Año de publicación: 2020
Valoración: bastante recomendable
Pues me ha gustado mucho este Lo viral de Jorge Carrión. Y que no os suene tibia la valoración: bastante recomendable se queda muy cerca del muy recomendable simplemente porque me ha parecido que a Carrión le ha faltado un punto de ambición (quizás otro formato, unas decenas más de páginas) para coronar a este libro entre sus mejores ensayos o lo que sea, y puede que ese sacrificio lo haya hecho en aras de la inmediatez, que no en vano (igual que Zizek con Pandemia!) los libros que han situado la situación del COVID-19 en el centro de sus temáticas lo han hecho muy conscientes de que (entre oleadas, toques de queda y ritmos de vacunación) la actualidad mutaba constantemente y cualquier texto corría el riesgo de quedar obsoleto en apenas unas semanas. Y Carrión, casi siempre un narrador/cronista/ensayista dado a la contundencia en sus afirmaciones (que aquí también se halla presente, y yo le he obedecido leyendo y reseñando Aqui) se muestra vulnerable, no quizás frágil o timorato sino más bien acojonado por el devenir de los hechos.
Estructurado como un diario sumamente ágil e interesante, le agradezco a Carrión que su obsesión reflejada en Contra Amazon se limite aquí a unas ligeras reverberaciones y que haya centrado el texto en su experiencia personal: el 13 de Marzo de 2020, día en que se decreta el Estado de Alarma en el estado español, a partir del cual la población empezará a incorporar a velocidad de vértigo todo tipo de conceptos relacionados con la epidemiología hace las veces, hacia la mitad del texto, de punto de inflexión entre un texto premonitorio, cuajado de experiencias previas en el ámbito cultural, donde se aborda el concepto antiguamente conocido como viralidad (sobredivulgación, usualmente vía Internet y RRSS de algún tipo de hecho informativo, muy habitualmente sesgado o directamente falso) a través de un nutrido reguero de recomendaciones y comentarios. Un diario que Carrión declara no haberse iniciado con la misma intención con la que acabó. Porque Carrión, uno (se me ocurren pocos más, no me obstino en nombrarlos) de los culos más inquietos del panorama cultural peninsular, cambia el tono, ya lo había cambiado a finales de febrero a medida que las noticias se hacían inquietantes, y se convierte, como muchos de nosotros, en una persona (en su caso, siendo capaz de transmitirlo en sus textos) agobiada y superada por una realidad que va a dejar, a parte del trágico balance de víctimas, poco más en la humanidad que una experiencia que explicar y que acumular. Por hastío, por rebeldía, por necesidad de recuperar ese ¿equilibrio? anterior, la sociedad corre a recuperar su existencia anterior en la medida de lo posible, y, lamentémonos si queremos, pero es así, tomando cada centímetro que se cede de las libertades cercenadas. Horarios, aforos, asistencia a lugares y eventos, progresivo decaimiento de prohibiciones y limitaciones.
Carrión no llega hasta tan lejos. El diario se corta y se publica hasta mayo de 2020, fecha en que se acuña un nuevo y pomposo concepto (la Nueva Normalidad) y en el que Carrión da por concluida la fase dura del proceso. Quedan fuera, y he de decir que no me importaría nada asistir a un Lo viral 2.0, toda la esperanzadora cuestión de las vacunas, el toque de queda, las oleadas tras el verano... Pero Carrión encaja el golpe de y testifica la adaptación forzada de los hábitos de consumo cultural, el ingenio de algunos creadores, la alternativa del hogar confinado como centro de producción, y de todo ello, intercalando experiencia personal desacomplejada y análisis cultural de alto calado, extrae un texto exógeno, dinámico, esperanzado y despojado de obsesiones. Y tan logrado que, a diferencia de Zizek, me niego a otorgarle fecha de caducidad.
miércoles, 9 de diciembre de 2020
José de Arteche: El abrazo de los muertos
martes, 20 de octubre de 2020
Elizabeth Duval: Reina
Idioma original: español
Año de publicación: 2020
Valoración: interesante, pero ingenuo
Declaro abiertamente que empecé a leer Reina con la mejor de las actitudes, cuestión que no negaré que pueda ser un paraguas protector: hay libros cuyo contexto parecen obligar a un pronunciamiento favorable a priori. Autora joven (creo que no mencionaba tal circunstancia desde que reseñé a Jenn Diaz, ha llovido mucho), perteneciente a ese pujante universo LGTB, notable activista y de popularidad ascendiente que se ha ganado a pulso con las más variopintas pinceladas de presencia mediática. Actualmente, estrenada la veintena, residente en París donde cursa un doble grado en esas carreras que, se dice aquí y lo considero muy triste, abocan al paro, una de ellas, claro, Filosofía.
Digamos que un escenario propicio para esperar cualquier cosa, incluyendo, por supuesto, descaro, osadía, prepotencia, contundencia, intimidad, sea en lo personal, sea en lo meramente intelectual, sea en lo estrictamente literario. Porque Reina es, primero de todo, un diario de una estudiante fuera de su ciudad natal (Alcalá de Henares), y ya sabemos, otro estereotipo, lo que es la vida de los estudiantes ubicados en las grandes ciudades europeas, cuajada de fiestas, de relaciones, de libertad de movimiento, etc. (a no ser, ejem, que se presente una pandemia).
Todas estas cuestiones, por supuesto, posteriores al, para mí, desprendimiento necesario de la primera capa de la novela. Ya reseñando a Paul B. Preciado, al que se dedican algunas páginas de este libro, anoté la conveniente separación del proceso fisiológico de la adecuación de género como elemento temático, como manera de desnudar el hecho, despierte la lógica curiosidad a cierto lector, del núcleo literario, de la expresión artística pura del autor. Y agradezco a Duval que haya limitado la presencia de ese hecho a dos párrafos, casi gemelos, en los que enumera su toma periódica de fármacos que permiten su transición. Permiten evitar la elusión, ahuyentan a los morbosos que aquí no encontrarán carnaza, y encuentran su acomodo. Pero también, por contraste, aislan, de forma algo cruel, la falta de fuerza de algunos de los planteamientos. Reina pasa a ser, entonces, una especie de "bitácora de Erasmus", reducido a los vaivenes de una estudiante de primeros cursos de carrera en una ciudad fascinante, con sus devaneos emocionales, sus relaciones de amistad, sus escarceos sexuales resueltos, sorprendentemente, de forma algo pacata, desde luego muy poco lúbrica (para ser lectora confesa de Houellebecq), en general, demasiado cercano para mi comodidad crítica a una letanía de encuentros, diálogos y elucubraciones de aromas tardoadolescentes, que desprenden, demasiado a menudo, cierto aroma algo pretencioso, influencia segura de sus estudios en Filosofía y Literatura, con su oportuno namedropping y su lógica querencia por rematar párrafos con expresiones en francés, no siempre entendibles, no siempre necesarias.
¿Significa ello que el libro no me ha gustado? Pues no exactamente: significa que si Duval tiene la intención de que la literatura sea, digamos, su expresión artística o su ocupación principal, deberá, tiempo desde luego tiene por delante, desenfocar su obra de su mera existencia y de su experiencia propia. Dudo que tan pronto quiera encasillarse como alternativa de autoayuda a la comunidad trans. Desprenderse también de esa capa, la ligeramente narcisista por la cual se cuela esa percepción, la de que es una chica joven e intelectual que abandera un cierto activismo en el que encontrará curiosos y aduladores que van a aplaudirla por todo su envoltorio y quizás, siento decirlo así, prescindan de buscar mucha profundidad literaria.
Las veinte páginas finales, por cierto, en las que la autora se enfrasca en una suerte de ensayo de justificación/coartada de la concepción y desarrollo del libro, confirman, gracias S.P.I. por la oportuna asistencia en las sensaciones sobre la obra, que la novela no acaba de hilvanarse como tal: una mera yuxtaposición de 140 páginas de diario algo frívolo más 20 páginas de relativa (relativa: 20 años) empanada intelectual.
domingo, 20 de septiembre de 2020
Gonzalo Torrente Ballester: Los cuadernos de un vate vago
viernes, 20 de marzo de 2020
Kurt Vonnegut: Barbazul
Además de alma, a Barbazul le falta empaque. Vonnegut es incapaz de explorar en profundidad, o siquiera dar utilidad, a varios de los elementos y temas que configuran el texto. Véase, por ejemplo, las referencias mitológicas (esos cíclopes y gorgonas), los zapatos y los zapateros, las diferencias entre el "kitsch" y el Arte, el homenaje al cuento de Perrault al que el título alude, algunos personajes secundarios, la identidad armenia, etc, etc... En otras palabras: el escritor montó un mueble y al terminarlo vio que le sobraban tornillos, pero la cosa se tenía en pie y decidió dejarla así.
¿De qué trata Barbazul? Básicamente, es una especie de diario y autobiografía del ya mentado Karabekian, pintor ficticio vinculado con los expresionistas abstractos americanos. El mundillo del arte y la fauna que lo rodea son, por tanto, el telón de fondo de esta historia. Si bien Vonnegut saquea tópicos del imaginario colectivo para pergreñarlo, lanza algunas reflexiones en torno a él bastante graciosas. Otro tema que aborda Vonnegut es la guerra (¡sorpresa!). Tema que, pese a las veces que ha tocado, todavía no ha agotado. En serio, hay por aquí ideas al respecto que son tan frescas como aquéllas que se le ocurrieron en sus primeras ficciones.
Como decía, el mueble se tiene en pie. A fin de cuentas, Barbazul se lee rápido pese a sus más de trescientas páginas, tiene una voz narrativa definida, cobija a personajes memorables, deja caer reflexiones interesantes, encuentra con portentosa intuición varios "leimotiv" que la enriquecen, está permeada por el humor cínico y desencantado de Vonnegut y hace un retrato certero de los años en que se ambienta. De modo que la recomiendo a todo aquel al que le apetezca una novela de redención sencilla y moderadamente audaz. Mientras no acudáis a ella con altas expectativas, seréis capaces de disfrutarla.
La traducción de Gemma Rovira, que Hermida recupera de una edición previa de Anagrama, está plagada de gazapos. Eso sí, consigue imprimir a Barbazul la ligereza e informalidad típicas de Vonnegut.
lunes, 18 de noviembre de 2019
Egon Erwin Kisch: ¡Escríbelo, Kisch!
Título original: Schreib das auf, Kisch!
Traductora: Rosa Pilar Blanco
Año de publicación: 1930
Valoración: Recomendable
¿Por qué en tanto que artefacto literario? Me explico. En primer lugar, porque puede leerse esta obra como si de ficción se tratara; a ratos, su protagonista recuerda a un personaje salido de una picaresca moderna. Pero, sobre todo, porque la prosa de Kisch es deliciosa. Uno nunca tiene la impresión de estar frente a un texto periodístico. Kisch trasciende el mero registro taquigráfico de los hechos e imprime en ellos factura estilística, bellísimas descripciones, referencias eruditas, ingeniosas observaciones, lúcidas reflexiones y algo de humor desencantado. Todo lo narrado se transmite de un modo directo y vívido. Kisch escribió estas páginas cuando tenía hambre, cuando pasaba frío, cuando estaba bajo fuego enemigo, robándose horas de sueño, con escasa iluminación, incómodo, y esto se nota. Vaya si se nota.
miércoles, 18 de septiembre de 2019
Marguerite Duras: El dolor
sábado, 1 de junio de 2019
Louisa May Alcott: Fruitlands. Una experiencia trascendental
Título original: Trascendental Wild Oats and excerpts from the Fruitlands Diary
Traducción: Consuelo Rubio Alcover
Año de publicación: 1873
Valoración: Curioso y recomendable
También de Louisa May Alcott en ULAD: Detrás de la máscara
viernes, 24 de mayo de 2019
Sherman Alexie: El diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial
¡Ah, y tiene dibujicos, que siempre dan alegría!