Mostrando entradas con la etiqueta escritores chilenos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta escritores chilenos. Mostrar todas las entradas

jueves, 30 de octubre de 2025

Colaboración: A la intemperie, de Roberto Bolaño

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2024

Valoración: Interesante (para completistas)


Seguramente pensarían ustedes que ya no quedaba ningún escrito de Roberto Bolaño por publicar. Craso error. Debolsillo, dado el seguimiento que tienen las novelas del escritor chileno en nuestro país, se ha preocupado de saciar las necesidades de los “bolañistas” publicando un volumen titulado A la intemperie. 

En este caso, no nos encontramos con una nueva novela inédita, puesto que a estas alturas los baúles están vacíos. Se trata de un volumen que recopila los artículos, columnas y reseñas que publicó Bolaño desde los años 70 hasta poco antes de su muerte. También se recogen prólogos a obras de otros autores y algunas conferencias y discursos.

Con estos antecedentes, como ustedes fácilmente comprenderán, el interés que pueda suscitar esta obra es muy relativo. La temática es muy dispersa y el estilo varía mucho entre los distintos escritos puesto que pertenecen a épocas muy dispares, por lo que la coherencia general de la obra brilla por su ausencia. 

En este sentido, quizás no resultan especialmente atractivos tantos relatos sobre ambientes y personajes de Blanes, su lugar de residencia, ni tampoco los numerosísimos artículos dedicados a autores chilenos que no son conocidos por estos pagos, pero lógicamente hay que situarlos en el contexto de los medios informativos, especialmente el Diari de Girona y Las Últimas noticias de Chile, en que fueron publicados. 

Mucho más interesantes son los artículos en los que habla de literatura. Aunque debe quedar claro que no son críticas literarias ni artículos de opinión. Bolaño introduce sus valoraciones, principal aunque no exclusivamente, de escritores españoles e hispanoamericanos, donde desgrana sus filias y fobias personales, con las que el lector podrá estar o no de acuerdo. El autor chileno ensalza entre los autores españoles a Javier Cercas, Javier Marías o Vila-Matas y nos recomienda encarecidamente que si nos gustan los cuentos “un cuentista que tenga un poco de aprecio por su obra no leerá jamás a Cela ni a Umbral. Lo repito una vez más, por si no ha quedado claro, a Cela y Umbral ni en pintura”. Y poco más adelante concluye que como cuentista “con Poe tendríamos de sobra”. No creo que Harold Bloom estuviera de acuerdo.

En cuanto a la literatura hispanoamericana deja claramente de manifiesto su predilección por los autores argentinos, especialmente Borges y Cortázar, y en cuanto a la literatura chilena, sobre todo destaca a Huidobro y Nicanor Parra, a los que dedica varios artículos. En cuanto a fobias, aquí queda su valoración de Isabel Allende: “su literatura es mala, viva, pero mala”.

En fin, un volumen que puede resultar útil para completistas a los que les guste coleccionar todo lo publicado por Bolaño, pero prescindible para todos los demás.

Firmado: José Miguel Martínez

Otras muchas obras de Roberto Bolaño reseñadas en ULADaquí


miércoles, 24 de septiembre de 2025

Alia Trabucco Zerán: Limpia

Idioma original: 
español
Año de publicación: 2022
Valoración: Muy recomendable (sin pretensión de objetividad)
 
Hace ya algunas reseñas que vengo repitiendo, de forma bastante pesada incluso para mí, que en estos tiempos que corren es más necesaria que nunca una literatura política, que no solo hable del mundo en que vivimos, sino que quiera intervenir sobre él (aunque lo haga, insisto siempre también, desde géneros o técnicas no realistas, como la fantasía, la ciencia ficción, el terror...). De hecho esta necesidad de literatura política no viene de ahora, sino de la crisis política y económica del 2007-2008, cuyas consecuencias aún soportamos, aunque se haya hecho más acuciante en los últimos años con el ascenso de la extrema derecha global. (Sobre esto habla, aplicado a la literatura española, David Becerra Mayor en Después del acontecimiento, ensayo que espero también reseñar algún día).
 
Pues bien, Limpia de Alia Trabucco Zerán no forma parte de la literatura española sino de la chilena pero es, sin duda, literatura deliberada y furibundamente política. 
 
En Limpia la narradora y protagonista es Estela, criada interna de una familia adinerada de Santiago de Chile. Encerrada en un cuarto que pronto entendemos que es una sala de interrogatorios en dependencias policiales, Estela narra a un público invisible, oculto al otro lado del cristal reflectante, las circunstancias de la muerte de la niña a la que cuidaba desde su nacimiento, siete años antes. Esto no es un spoiler, la propia narradora lo cuenta en la segunda página de la novela, porque como en las tragedias (o como en la Crónica de una muerte anunciada), lo que interesa no es el desenlace, sino comprender el modo en que se llega hasta él. De hecho, es notable la forma como la autora consigue mantener la tensión y crear suspense, a pesar de que conozcamos el desenlace, a través de anuncios, indicios, premoniciones, que desde el principio parecen indicar la presencia de un desastre inminente (aunque este desastre solo llegue doscientas páginas después).
 
Y este largo y sinuoso camino hasta el desenlace es un retrato de las diferencias de clase entre una mujer del sur del país, hija de madre soltera, sin medios, que tiene que trabajar para mantener a esta misma madre después de una caída. La narración, que tiene este origen policial, se amplifica sin embargo, como si la narradora jugase con la paciencia de sus oyentes, con innumerables detalles de su rutina diaria en casa de los "señores", con recuerdos de una infancia de privaciones con su madre, o de otras reflexiones sobre el mundo, sobre los seres humanos, sobre la realidad o sobre el lenguaje. (De hecho, la narradora provoca algunas veces a sus oyentes utilizando palabras cultas y preguntándoles si les extraña que una criada hable bien; luego sabremos que su madre solía llevarle libros de la casa de sus "señores"). 
 
Decía antes que esta es una novela política, y lo es en dos sentidos igualmente evidentes (quizás incluso demasiado evidentes en algún sentido, y para algunos lectores). El primero, obviamente, es que esta novela es una representación de las escandalosas diferencias de clase, en un país con una desigualdad social particularmente acentuada: la familia acomodada (él, médico; ella, empleada de una maderera), en su casa de lujo con cuarto para la criada, piano para la niña, piscina; y ella, la empleada interna, discreta, "limpia" (como dice el título), con la cual los señores pueden permitirse ser generosos o crueles (aunque la propia narradora aclara varias veces que "los señores siempre fueron buenos" con ella), siempre desde una posición de marcada superioridad clasista. 
 
El segundo sentido en el que esta es una novela política es por la imbricación de la historia, sobre todo en el tercio final, con el contexto del "estallido social" de Chile de los años 2019 y 2020, provocadas por un aumento del precio del transporte en la capital, pero que naturalmente nacían de un malestar y una indignación sociopolítica más profundas. Así, la rabia y la conciencia de clase que Estela demuestra en sus palabras y en sus actos, en la forma como habla (o no habla) con sus señores, o en el modo como solo establece relaciones afectivas con una perra callejera o con el empleado de la gasolinera. 
 
Limpia es por lo tanto una muy buena novela en dos niveles: en el nivel literario, está muy bien escrita (aunque se le podría reprochar, quizás, el ser demasiado morosa y algo repetitiva en ciertos momentos); en el nivel político, es un artefacto de intervención potente y directo, no excesivamente sutil pero efectivo. Muy recomendable. 

jueves, 10 de julio de 2025

Paulina Flores: La próxima vez que te vea, te mato

Idioma original: español

Año de publicación: 2025

Valoración: Entre recomendable y está bien

Una historia de amor sin moraleja.

Cada vez que leo autoficción, recuerdo el documental de Barbet Schroeder The Charles Bukowski Tapes. En uno de los episodios, un amigo le reclama a Bukowski haberlo retratado como un borracho violento en uno de sus cuentos, mientras que él mismo se mostraba como un ser magnánimo. “Fue completamente al revés”, le increpaba su amigo. Bukowski respondió tranquilo, como si fuera una obviedad: “En mis historias, yo siempre soy el héroe”. Creo que tenía razón. Leer autoficción (y ni hablar de escribirla) es un acto de fe. Bajo esas condiciones, veo innecesario considerar a la autoficción como una categoría independiente; llamémosle, simplemente, ficción.

En La próxima vez..., Paulina Flores nos cuenta la experiencia de Javiera (sería muy avaro de mi parte no derle el lugar de alter ego) como inmigrante chilena en Barcelona, primero como estudiante, luego como desempleada indocumentada. Además de lo que cabría esperar (choques culturales, aislamiento, nostalgia, etc.), se nos presenta una historia de amor. Pero amor amor, de esos que acaban en tragedia y muerte; ya saben de cuál. No se trata solo de un amor a la antigua: Javiera incursiona en el poliamor, lo cual, considerando que proviene del tercer mundo católico, resulta una aventura destinada al fracaso. Además, se relaciona con un catálogo de personajes, cada uno más extravagante que el anterior, lo que enriquece su mundo con ideas profundamente contrastantes respecto a su vida anterior.

La novela es breve, entretenida, e incluso tiene momentos reveladores. Es la segunda novela de Flores y, aunque se nota su juventud (referencias a la cultura pop millennial, reflexiones propias de una novela de formación, un tono desenfadado), también revela una escritura madura, aunque aún no se logre distinguir un estilo propio. (Por alguna razón, en la descripción del libro se lee “una voz a medio camino entre Violeta Parra y Bad Bunny”; no sé si eso es bueno o malo).

Por último, quisiera mencionar algunos reparos:

1. Entiendo que cada quien descubre el mundo a su manera y a su debido tiempo, pero esperaría que una protagonista inmadura, impulsiva, que descubre el mundo y el amor pasional, fuese una adolescente o una joven en sus veintes. Que la protagonista tenga 31 años me resultó un tanto anticlimático. Además, se relatan aventuras de secundaria, lo que deja un hueco en el curriculum de más de diez años (supongo que la escritora estaba demasiado ocupada con los estudios y el trabajo como para que le ocurriera algo interesante en ese periodo).

2. A falta de un mejor adjetivo en español, la trama me resultó, por momentos, demasiado edgy: pasiones exaltadas, intentos de asesinato y suicidio que rebasan mi gusto personal.

La próxima vez que te vea, te mato es una novela visceral más que confesional, que se mueve entre el drama amoroso y la búsqueda de identidad. Aunque su protagonista y sus decisiones pueden generar cierta resistencia, Flores logra construir una voz narrativa potente y honesta. Puede que no todos (digase yo) se identifiquen con el torbellino emocional que atraviesa Javiera, pero pocos quedarán indiferentes ante la intensidad con la que se cuenta su historia. Una apuesta arriesgada, con sus aciertos y excesos.


lunes, 17 de marzo de 2025

Padres de libro: Literatura infantil de Alejandro Zambra

Coincidiendo con el Día del Padre (19 de marzo), en ULAD hemos pensado dedicar una serie de entradas a libros que tratan, de una manera o de otra, el tema de la paternidad: exaltándola o problematizándola, mostrando sus múltiples alegrías, y también sus miserias y dificultades. Libros de épocas y literaturas muy diversas, que reflexionan sobre el modo como los hijos se relacionan con sus padres, y los padres con sus hijos. Esperamos que resulte interesante y que, en conjunto, la serie permita abrir reflexiones sobre lo que significa (lo que puede o debe significar) ser padre hoy en día.
 
 
Idioma original: español
Año de publicación: 2023
Valoración: Muy recomendable (aunque no responda exactamente a lo que esperaba de ella)
 
Leyendo Poeta chileno, ya se detecta una sensibilidad muy especial (teñida, eso sí, por la alargada sombra de Bolaño) de Alejandro Zambra para describir las relaciones familiares, paternofiliales y también el mundo de la infancia, su forma de ver el mundo, su particular lenguaje y su universo imaginativo. Literatura infantil recupera muchos de estos temas, y muy particularmente la idea de relación entre padres e hijos (el masculino aquí no es genérico, si es que lo es realmente alguna vez), adoptando en este caso un formato genérico próximo a la autobiografía (o autoficción). 

El libro se divide en dos partes, y hay entre ambas una relación especular: la primera (que sí corresponde a lo que esperaba de este libro) se centra fundamentalmente en la relación de Alejandro Zambra con su hijo y, en general, con su recién adquirida paternidad (el antes, el durante y el después); y la segunda parte, en cambio, orbita más en torno a la relación del escritor con su padre, por lo que, estando igualmente bien escrita, me ha interesado algo menos. No cabe duda de que esta correspondencia entre ambas partes responde a una de la ideas centrales del libro: que la relación con un hijo hace que te replantees la relación con tu propio padre, y reconsiderar tu propia infancia. O, en palabras del propio texto, "Cuando tienes un hijo, vuelves a ser hijo".
 
Como digo, la primera parte, compuesta por ocho capítulos independientes, es la que más me ha satisfecho, por responder a mis expectativas y porque, como también dice el propio texto, viene a llenar un cierto silencio literario que poco a poco se va llenando de voces: el que explica, analiza y representa la relación de los padres con sus hijos. Además, en esta primera parte (sobre todo en el primer texto, que se titula, como el libro, "Literatura infantil" y que es una especie de diario intermitente del primer año de vida de su hijo) he encontrado la mezcla exacta y precisa de ternura, sensibilidad y humor que me parece necesaria para narrar la experiencia de la paternidad. Digamos que si hubiera una escala entre la excesiva sublimación emocional de Umbilical y la aridez machuna de Irene y el aire de Alberto Olmos (que también reseñaré esta semana), Literatura infantil se situaría exactamente en un el punto adecuado (que no es necesariamente el medio) para tratar este tema. (Añado, entre paréntesis, que también Hijos del fútbol de Gálder Reguera, que perfectamente podría haber entrado en esta serie si no estuviese ya reseñado, también se encuentra muy cerca de ese punto dulce).
 
El autor es consciente de esta elección estética, obviamente, y también de que va en contra de una cierta idea de masculinidad y de "buen gusto", y lo plasma en el propio texto:
Durante siglos la literatura ha evitado el sentimentalismo como a una peste. Tengo la impresión de que hasta el día de hoy muchos escritores preferirían ser ignorados antes que correr el riesgo de ser considerados cursis o sensibleros. Y es verdad que, a la hora de escribir sobre nuestros hijos, la felicidad y la ternura desafían nuestra antigua y masculina idea de lo comunicable. ¿Qué hacer, entonces, con la satisfacción gozosa y necesariamente bobalicona de ver a un hijo ponerse de pie o comenzar a hablar?
Otros textos de esta primera parte tratan otros aspectos de la experiencia de la paternidad: la elección del nombre, la lectura de cuentos antes de dormir y, justo al final de esta sección, el confinamiento por causa del covid. Ninguno está a la altura, pienso, del primero, el diario de un padre primerizo, pero todos son buenos, cada uno a su manera.
 
Después, en la segunda sección, el foco del libro va girando hacia el otro ángulo del tema de la paternidad: la relación que el escritor tiene con su propio padre, sobre todo a partir del capítulo titulado "Rascacielos". (Antes viene un cuento protagonizado por niños, "Garabatos", que sin ser malo no me parece que acabe de encajar en el conjunto). También en esta segunda parte hay capítulos notables, siempre en ese registro autobiográfico/autoficcional, contados con sensibilidad y humor, como "Cogoteros de ojos azules" o "Lecciones tardías de pesca con mosca", pero personalmente no he disfrutado tanto de esta segunda parte del libro, porque lo que esperaba, lo que venía buscando, ya lo había encontrado en la primera.
 
En todo caso, este libro es uno de los mejores representantes que se me ocurren para esta semana de reseñas dedicada a la paternidad...

Otras reseñas de Alejandro Zambra en ULAD, aquí.

miércoles, 16 de octubre de 2024

Roberto Bolaño/A.G. Porta: Consejos de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce. Diario de bar

Idioma original: español.
Año de publicación: 1984.
Valoración: bastante recomendable

Habrá quien diga que sabía quién era Roberto Bolaño en 1984. No voy a negar que un libro como este Confesiones… se publique, ya en su momento, y obtenga cierta repercusión posterior, debido al enorme mito generado por sus obras cumbre y, claro, por su trágica desaparición. Dentro de la obra del chileno (que creo, con esta reseña, está prácticamente completa en este blog) podría decirse ya no solo que es una novela de tanteo, sino que registra el inédito hecho de estar escrita a cuatro manos con el escritor barcelonés Antoni García Porta. Una cuestión a la vez curiosa y algo estimulante para el lector bregado: puede uno especular con el reparto de tareas en la configuración de la novela, en partes redactadas por uno y completadas por el otro, en algún curioso vocablo que delate si ésta u otra parte son del chileno o del catalán. Con todo, la novela acaba resultando potente y cohesionada y no he sido capaz de detectar diferencias ni brechas que resulten delatoras. Como en la vigente fiebre de las colaboraciones musicales, y aunque García Porta no haya disfrutado de tal repercusión (pues encima al hombre le ha dado por seguir vivo), el mérito es conjunto e indisociable.

Dije mérito. Desde su curioso título de cierta afectación pop/postmoderna, Confesiones de un discípulo de Morrison a un fanático de Joyce es una novela muy notable, aunque parezca un divertimento punk combinado con algunas gotas de hiperviolencia pre-Tarantino. Son apenas unos días en la vida de Ángel y Ana, dos jóvenes, uno de ellos poeta obsesionado por James Joyce, primer apunte de contextualidad futura con la obra de Bolaño, la otra una chica que es su pareja, o algo así. Uno barcelonés, la otra de fuera. Han cometido un atraco en la turbulenta Barcelona de los primeros ochenta, la del postfranquismo dando coletazos, la de la droga corriendo sin control por toda la ciudad. El atraco ha coincidido con otros sucesos violentos y Ángel y Ana se creen a salvo de la persecución policial recluidos en sendos pisos mientras siguen con su carrera criminal y planifican algún último golpe y una huida a París donde empezarán una nueva vida. Es una narración vertiginosa, atropellada, casi disruptiva, donde Ángel, el poeta, se ha ocultado en un piso destartalado en el barrio de Sants y se cree a salvo de la policía. Piensa en Ana, piensa en Joyce y en Dédalus y se ve proyectado en una chambre de bonne dedicado a la escritura. La posibilidad del último golpe se concreta y se ejecuta.

Por supuesto es una narración vigorosa, casi vertiginosa y poco dada al exceso lírico. Puede que en algún momento se tienda al exceso propio de cierto género criminal, pero todo ello se combina en una especie de atropellada narración donde los estilos se combinan de forma estimulante. De hecho,  la novela nos regala una parte final en forma epistolar. Ángel se dirige a la madre de Ana que, sin haber llegado a venir a España, se ha ido desplazando por el extranjero. Un capítulo final nos muestra a Ángel residiendo en Francia ya como un ciudadano más sin abandonar cierta paranoia de fugitivo cauto y timorato.
La novela se completa con Diario de bar, un opúsculo lleno de fechas y lugares que refiere a la estructura futura de Los detectives salvajes. Obviamente, Consejos… puede parecer una obra menor, un experimento a cuenta de futuros ejercicios más contundentes de estilo. Pero muy lejos de ser algo leve o puramente lúdico: aquí hay chicha de la buena.

De Bolaño en ULAD: aquí

miércoles, 9 de octubre de 2024

Carlos Droguett: Eloy

Idioma original: Español

Año de publicación: 1960 (la versión definitiva es de 1982)

Valoración: Muy recomendable

Lo primero que me vino a la cabeza al leer la contracubierta de Eloy fueron Ramón Saizarbitoria y su breve y magnífico Ehun metro. Las últimas horas de un fugitivo, sumergiéndose en los recuerdos de lo vivido, resultaban una premisa demasiado familiar, ¿verdad?. 

Dándole una vuelta más, pensé en Proust, en Faulkner, en Joyce, en Woolf y compañía. Porque, en realidad, todo está inventado desde hace tiempo y lo que queda es ir haciendo pequeñas modificaciones o variaciones que, todo hay que decirlo, a veces pueden superar al original.

El caso es que Eloy es uno de esos casos en los que la "copia" tiene un nivel tan alto que no estaría de más situarlo a la altura de sus predecesores.

Como apuntaba en el primer párrafo, Eloy cuenta las últimas horas de un fugitivo que se halla cercado en una finca situada en el campo chileno. Lo que eleva esta novela a la categoría de "Arte" es cómo narra Droguett esas horas: su utilización del flujo de conciencia, su prosa poética y torrencial (cadencia, vocabulario, ritmos, reiteraciones...), la construcción de una atmósfera oscura y opresiva, la combinación de planos temporales y espaciales, la alternancia de la primera y la tercera persona, merced a un narrador que penetra en la vida y pensamientos de un Eloy que se mueve en esas horas en la soledad y en la vaciedad infinita de una noche que condiciona el carácter obsesivo y casi alucinatorio de la narración, etc.

¿Hablamos entonces de la forma sobre el fondo? Podría ser, pero más me inclino, en este caso, por la forma al servicio del fondo. Porque Droguett podría haber optado por una narración más o menos lineal y convencional que nos llevara a esas horas finales de Eloy, pero esa linealidad quizá no hubiera sido suficiente. Eloy no es un personaje "plano" y, por tanto, el autor ha de trazar un retrato que, más que una fotografía clara y perfecta, sea un puzzle descolocado que el lector deba ir ordenando. Para ello, opta por diferentes "ángulos", por cuatro momentos de su vida que le definen como ser humano en el que conviven violencia y sensibilidad, oscuridad y esperanza: el primer encuentro con su pareja, la revelación que le impulsa al crimen,  una matanza que lleva a acabo con su compinche Sangüesa y su primera huida de la policía. 

Pero el retrato estaría incompleto si solo nos fijáramos es esos momentos: hay una serie de acciones y elementos muy presentes en la novela y que, en ocasiones, hablan por sí solos del personaje. Así, un perfume de violetas, la visita a una peluquería, los caballos, etc son perfectas metáforas de lo que Eloy es o intenta ser.

Decía con anterioridad que todo está inventado desde hace tiempo y lo que queda es ir haciendo pequeñas modificaciones o variaciones. En el caso de Droguett, creo que lo que le diferencia de autores citados con anterioridad es la introducción de elementos sociales y de corte más o menos existencialista. Las referencias al origen social de Eloy, a la situación del campo chileno o la alienación del hombre son numerosas. Sirva como ejemplo:

Dios no hizo las casas, las criminales ciudades llenas de humo, los hombres llenos de humaredas, solo las tierras solas, los bosques limpios, las montañas y los ríos desnudos, para subir por ellas, para irse por ellos, el hombre tiene miedo, fatal e inmejorable miedo y se encierra en estas cajas horribles y finales, sin aire, sin sol y sin salida, aunque tengan puertas, en las ciudades enfermas que te enferman.

Creo que con este párrafo podéis haceros una idea del estilo de Droguett y de Eloy. No es un libro "fácil", decir lo contrario sería mentir, pero sí que es un libro altamente recomendable, tanto por su estricto valor literario como por lo que supuso de introducción de la "modernidad" en la literatura hispanoamericana. No olvidemos que Eloy fue escrita en 1960 y, por poner algún ejemplo, La ciudad y los perros data de 1962, El obsceno pájaro de la noche de 1970, etc. Por apuntar, vaya.

P.S.: Voy a tener que releer Todas esas muertes. Un "entre está bien y recomendable" se me antoja algo escueto, visto lo que me han gustado los otros dos libros de Droguett que he leído. 

También de Carlos Droguett en ULAD: Todas esas muertes y Patas de perro

miércoles, 21 de agosto de 2024

Roberto Bolaño: Nocturno de Chile

Idioma original: castellano

Año de publicación: 2000

Valoración: Muy recomendable


La larga noche, insomne y febril, del cura Sebastián Urrutia es también una reivindicación y una penitencia. La vigilia del sacerdote, en lo que no está claro si pueden ser sus últimos estertores, es un denso repaso de episodios esenciales de su vida adulta. El enfermo, debilitado pero clarividente, va engarzando recuerdos desde que conoció al famoso Farewell, crítico literario como él mismo, una fiesta en la hacienda con presencia de Neruda, el itinerario por Europa para aprender técnicas de conservación de las iglesias, anécdotas, o viejas historias del pintor guatemalteco que se dejó morir de inanición en París, o del zapatero que proveía al emperador de Austria-Hungría. 

Los relatos ajenos, algunos de cierto tono borgiano, se cruzan con experiencias propias, siempre salpicados de elementos desconcertantes, muy puntuales pero bien visibles. El narrador no llega a interpretar esos momentos, simplemente los expone, porque su posición es siempre pasiva, es alguien que asiste a las situaciones desde una especie de inocencia primordial, se sorprende pero parece no entender, es una especie de alma pura que solo ve y cuenta. Quizá es la fiebre. Queda descolocado ante los campesinos que parecen emerger de un mundo desconocido para encontrarle en su paseo, no atribuye significado a las prácticas de cetrería para ahuyentar a las palomas, ni comprende el porqué del monumento en el que el zapatero invierte su fortuna ni el motivo por el que queda abandonado y destruido. Bolaño espera que todo esto lo vaya registrando el lector y sacando consecuencias, porque el padrecito parece al margen de todo. Lo ve, lo conoce pero no deduce nada de ello, tampoco lo busca.

Lo mismo pasará cuando el golpe de Estado acabe con la democracia. Urrutia es de derechas, sí, del Opus Dei que colaboró activamente con los sublevados, pero por encima de todo sigue sintiéndose crítico literario y un poco poeta, no tiene inconveniente en ensalzar a escritores desafectos a los golpistas, pero tampoco se muestra especialmente intimidado, ni entusiasmado, cuando sus contactos con la dictadura son ya directos e incuestionables. Parece vagar por una frecuencia diferente y ni siquiera cuando conoce hechos reales parece conmoverse demasiado. 

Es quizá el retrato perfecto de ese tipo de individuo incapaz de sentir la culpabilidad, enfrascado en su propia realidad, a veces sorprendido por lo que le llega del exterior, pero que se considera un objeto, alguien que asiste a un fenómeno meteorológico que no es responsabilidad de nadie, que simplemente ocurre.

Es muy convincente la narración de Bolaño, no necesita de trucos narrativos para levantar un relato sólido que no da respiro, con un ritmo constante y una prosa tan limpia como contundente. Cuenta, sugiere, deja asomar pistas, explica a veces, todo con una fluidez que brota con toda naturalidad, como algo que no necesita ser repensado ni corregido. Es un dibujo crudo de un episodio difícil de la historia chilena, pero también una reflexión de país y, sobre todo, al menos así lo veo yo, de cierta actitud ante la vida, llena de matices, que ni inculpa ni exculpa, el punto de vista de quien se sitúa en la orilla y asiste al discurrir de las cosas sin plantearse siquiera si él mismo tiene algo que ver con ellas. Una figura que se reivindica en su dudosa inocencia y que encuentra su penitencia al verse absorbida y centrifugada por la Historia.

Casi todas las obras de Roberto Bolaño reseñadas en ULADaquí


domingo, 11 de agosto de 2024

Benjamín Labatut: La piedra de la locura

Idioma original: español

Año de publicación: 2021

Valoración: recomendable

Pues menudo reseñador estoy hecho: tan de espaldas a las novedades que debo enterarme con varios meses de retraso (en la era de Internet: una eternidad y media) del revuelo que hay con este escritor chileno. Primera referencia suya, la reseña de Koldo de MANIAC, que se me pasa algo por alto en medio de tanta vorágine y hace muy poco la de Un verdor terrible, y, en el colmo de la originalidad oportunista, aprovecho el relajamiento del verano para zamparme, en apenas un par de semanas, sus tres referencias para Anagrama que parecen constituir el corpus de este joven escritor chileno con apariencia de estrella del rock. 

De hecho mi desvergüenza ya es absoluta, pero, público que nos lee, 42 grados son demasiados para vencer la pereza y desisto de publicar comentarios endogámicos en las acertadas reseñas de Koldo y me limito a suscribir el colofón de una de ellas: esperamos a Labatut en otro registro una vez ha demostrado su solvencia en este curioso género que (¿por dónde anda Jean Echenoz?) cuenta con algún precedente quizás no tan directo pero cuesta definir: ¿ficción no ficcional divulgativa con alguna pretensión polémica? (en adelante FNFDCAPP). En todo caso, otro de esos escritores que, a pesar de algún pequeño truco algo tramposo, hay que leer, pues Labatut se las apaña no sólo para ser contemporáneo en su estilo, en su desparpajo, sino que también rezuma referencias clásicas no solo en el ámbito científico sino también en el literario. De hecho, la primera mención en este breve La piedra de la locura es Lovecraft y esto ya muestra un poco el motivo de que estos dos artículos no encontraran acomodo en sus otros libros. 

El ámbito científico es diferente y aquí no estamos metidos ni en física ni en matemática e incluso el tono es más comedido: Labatut no emplea el gatillo que tanto fascina en sus obras. No hay especulación vivencial y sí testimonio directo que abarca - aparte de la mención a otro grande como Philip K. Dick - desde la revuelta de Chile de hace unos años hasta cuestiones más prosaicas que, curiosamente, apuntan en dirección oblicua a sus otras obras y confirman cierta sensación - agradable, por supuesto - de contextualización, de obra en progreso. A seguir exhaustivamente.

Todos los libros de Benjamín Labatut reseñados en ULAD: aquí


miércoles, 7 de agosto de 2024

Alicia Fenieux Campos: Extintas

Idioma original: Español

Año de publicación: 2023

Valoración: Recomendable

Cinco relatos escritos para no olvidar a las mujeres que pudimos ser componen este breve y recomendable Extintas de la chilena Alicia Fenieux Campos. Mujeres de edades variadas pero siempre sometidas al peso de convenciones, prejuicios, recatos o imposiciones, si bien siempre intentando superar, de una forma u otra, la situación en la que viven.

Abre el volumen Guillermina, mujer de unos 40-45 años y que parece una copia de tantas otras. Un renacimiento, desubicaciones y recelos protagonizan un relato, sin más, "agradable" de leer.

Sube el nivel La abuela Yaya, un relato más impactante y más atrevido en lo formal en el que quiénes somos y quiénes parecemos ser, junto con las culpas heredadas, ocupan el lugar central.

Insiste la autora en jugar con los dualidades y mundos diferentes en Marianela, relato protagonizado por una adolescente de 16 años que viene a ser un cuerpo extraño rodeado de "gente bien". Es un relato de corte iniciático en el que la búsqueda de un sentido de pertenencia y el miedo a la diferencia juega un papel primordial.

Conchita me resulta algo menos interesante. La toma de conciencia de una dependencia, en cierto modo autoimpuesta, supone el punto de ruptura de un relato que me deja con sabor de boca algo agridulce, por algunas posibilidades inexploradas que parecen quedar por el camino.

Cierra Yasna Negrete Negrete, relato de corte circular en el que la autora hace gala de un humor negro que ya apuntaba levemente en relatos anteriores y que sienta de maravilla a un relato sobre el deseo de pertenencia y de huida de un pasado más o menos oscuro.

En resumen, Extintas es un conjunto de textos de corte realista con los que Fenieux Campos traza el retrato, sin maniqueismos ni discursitos fáciles y con buenas dosis de humor, de unas mujeres fuertes (pese a estar jodidas) que tratan de abrirse camino en un Chile y en un mundo dual.

domingo, 2 de junio de 2024

Benjamín Labatut: Un verdor terrible

Idioma original: Español
Año de publicación: 2020
Valoración: Bastante recomendable

Hablemos de los tiempos y del Tiempo (así, con mayúsculas) porque son dos factores fundamentales a la hora de valorar un libro. Y es que no es lo mismo leer Los detectives salvajes antes que 2666 (o viceversa), igual que no es lo mismo leer MANIAC antes que Un verdor terrible (o viceversa, again). Así, la valoración inicial del primer libro se ve influenciada de forma inevitable por ese deslumbramiento inicial o esa sorpresa. Otra cosa es cuando pasa el Tiempo, cuando el libro se va posando en la memoria y vemos que nuestra opinión sobre se va modificando o ajustando.

Tendrán que trascurrir meses para que la opinión se vaya asentado y vea cómo evolucionan los dos libros en mi cabeza, pero la valoración inicial se ve condicionada por el (des)orden de mis lecturas. La previa lectura de MANIAC hace que el factor sorpresa del que mucha gente habla con respecto a "Un verdor terrible" no lo sea tanto, que Un verdor terrible no me parezca ya tan novedoso como me lo hubiera parecido de haber seguido el orden "correcto" de lectura, que me suene a algo ya leído (y demasiado recientemente, además) y no puedo, honestamente, otorgarle una valoración superior a la de MANIAC.

Esto no quiere decir que no me haya gustado. ¡Todo lo contrario! Labatut maneja el ritmo como pocos y vuelve a hacer que temas aparentemente tan soporíferos como la mecánica cuántica o las matemáticas resulten fascinantes. Claro que al final la física o las matemáticas no dejan de ser la excusa para hablarnos de seres tan geniales como trágicamente humanos, de personajes que se mueven entre la razón y el delirio, de científicos que rozan lo inaprehensible y tratan de convivir, de una u otra manera, con ello. 

En esta ocasión, Labatut vuelve a partir de sucesos reales y los ficcionaliza, rellena los intersticios y entrega textos que se sitúan a medio camino entre la divulgación y el reportaje. Seres convertidos en personajes, protagonistas de la Historia que se ven atrapados y/o superados por ella (Schwarzchild, Grothendieck, Schrodinger o Heisenberg) en cuatro relatos que, aunque independientes, poseen vínculos y lazos que hacen de Un verdor terrible una novela histórica muy muy particular.

Puestos a elegir, me quedo con "Azul de Prusia", texto que abre el volumen y en el que nos movemos por un laberinto de la mano del autor que nos traslada del siglo XVIII a los campos de concentración, de la química a la geopolítica, pasando por la pintura, en un conjunto deslumbrante, aterrador y letal.

A destacar también el personaje central de "El corazón del corazón", el matemático Alexander Grothendieck. Genio iluminado y paranoide, condensa en sus 86 años de vida todo el trágico siglo XX.

Por último, mencionar "Cuando dejamos de entender el mundo", metafísico texto (sí, metafísico pese a que parezca que hablamos de átomos y demás) en el que se enfrentan dos visiones de la ciencia y del mundo, la de Schrodinger y la de Heisenberg, frente a lo desconocido.

En resumen, Un verdor terrible ha sido, para mi, la confirmación del talento de Labatut. Eso sí, para la próxima me gustaría que tomara otros caminos, que asumiera nuevos retos y nuevos riesgos. Creo que calidad literaria le sobra.

También en ULAD: MANIAC

martes, 14 de noviembre de 2023

Benjamín Labatut: MANIAC

Idioma original: Inglés
Título original: The Maniac
Año de publicación: 2023
Traducción: Benjamín Labatut
Valoración: Muy recomendable alto

No es fácil condensar MANIAC en media docena de párrafos. Podríamos decir que es un tríptico sobre la razón y la locura (aquello de que el sueño de la razón produce monstruos), una novela metafísico-matemática sobre los peligros de la tecnología, sobre hombres que jugaron a ser dioses que no juegan a los dados, sobre cajas de Pandora entreabiertas, etc. Tantas cosas contenidas en 400 páginas que, al menos en dos tercios de las mismas, me recuerdan mucho a Zelig, aquella película de Woody Allen sobre un hombre camaleónico en la que el neoyorquino se servía de la forma del documental para construir la biografía del personaje. No nos adelantemos.

Tres son las partes en las que se divide el texto, siendo la segunda y más extensa el centro de una obra que extiende sus tentáculos hacia el pasado y el futuro. 

En la primera de ellas se narra la historia del físico Paul Ehrenfest y su creciente pulsión de muerte resultado de la perversa racionalidad que estaba empezando  echar raíces a su alrededor. Un comienzo realmente brutal y turbador que trae a la cabeza El túnel de Ernesto Sábato (curiosamente o no, físico y matemático antes que escritor y que abandonó la ciencia debido a una crisis existencial).

En la parte central, que ocupa 170 de las 400 páginas del libro, se novela la biografía del húngaro Janos Lajos Neumann, convertido en Johnny Von Neumann una vez emigró a los Estados Unidos y en JVN para nosotros, personaje fascinante y contradictorio (brillante e infantil, genio ego(t)ista y cruel, visionario obsesivo), que en sus 54 años de vida creó la primera computadora moderna, sentó las bases matemáticas de la mecánica cuántica o de la teoría de juegos, participó en la creación de la bomba atómica, profetizó la inteligencia artificial, etc. Como decía anteriormente, la biografía de JVN se construye en forma de falso documental / reportaje periodístico a partir de hechos ciertos y de testimonios de 15 personas que acompañaron al "genio" en vida: compañeros, amigos, esposas, hija, etc. Con esto lo que Labatut consigue, además de abarcar la totalidad de la vida y obra de JVN, es sugerir infinidad de preguntas y dudas y de ahí aquella vertiente matemático-metafísica de la que hablaba. 

Por última, las 100 páginas finales nos acercan al futuro entrevisto por JVN y nos relatan el desafío entre Lee Sedol, el mejor jugador de Go de su tiempo, y Alpha Go, sistema avanzado de inteligencia artificial. Contemplamos, así, el avance de las tecnologías desarrolladas o prefiguradas por JVN y compañía, nos situamos, esta vez ya sí, frente a frente con las máquinas, y asistimos entre fascinados y temblorosos a la aterradora belleza de las posibilidades que estas sugieren.

Creo que son dos los principales aciertos o virtudes de Labatut en esta obra. Por un lado, la estructura elegida, con múltiples voces, y la ubicación temporal de estas, muchos años después de la muerte de JVN, dan pie a variadas lecturas, a distintas interpretaciones sobre la vida y creaciones del personaje; por otro, el ritmo con el que Labatut maneja la narración hace que temas tan "arduos" como la física nuclear, la mecánica cuántica o el juego de Go se conviertan en algo realmente apasionante. En este sentido, Labatut recuerda al mejor Bolaño, capaz de imprimir un ritmo vertiginoso a cualquier narración, ya trate de escritores nazis, de crímenes espantosos o de delirios realvisceralistas.

Lo único que "empaña" la valoración del libro y que no lo sitúa en la categoría de imprescindible es el carácter excesivamente "wikipédico" del texto. Y esto me lleva a preguntarme si Benjamín Labatut es un genio o un encantador de serpientes, un enorme escritor o un mago extremadamente habilidoso en sus juegos de manos. Para aclarar esta duda (y porque, sea como sea, he disfrutado de MANIAC como un enano) ya he encargado Un verdor terrible. En unas semanas lo reseñaré. Queda dicho.

viernes, 13 de octubre de 2023

Alejandro Zambra: Poeta chileno

Idioma original: español

Año de publicación: 2020

Valoración: muy recomendable 

Hacía tiempo que no leía a Zambra y, entre el marasmo de recuerdos propio de cierto tipo de lector caótico/compulsivo, me costaba recordar (aunque sí recordaba que sus libros los publicaba Anagrama, va a resultar que tengo memoria visual) si lo que había leído era novela corta o colección de relatos. Sé que eran tomos no muy voluminosos, pero no pasaba de ahí. En todo caso, cuando un autor así publica una novela de más cuatrocientas páginas, parece que se decida a presentarse a otro nivel. Ya no digamos con un título así, que, llámadme obseso, desprende bolañismo por doquier. Cuestión zanjada con elegancia, por supuesto que Bolaño es mencionado en algún punto, concretamente su novela Nocturno de Chile (incomprensiblemente no reseñada en este blog). No es que Zambra necesitara una puesta de largo, pero parece ser que esa percepción es común, y esta novela cuenta en su lanzamiento con una acogida crítica unánime y un ensalzamiento merecido al que voy a unirme.

Primero: el estilo de Zambra. Dinámico, contemporáneo, poco proclive a los devaneos líricos pero curiosamente poético en su profundidad esquemática. Las palabras precisas, incluso cuando se elucubra. Una escrupulosa elección de los términos, de las progresiones. Un elemento clave para que la novela sea a la vez ligera en su recorrido y densa en su percepción. Aunque sea una novela con enormes saltos temporales (que excita al lector, que puede preguntarse en todo momento qué ha pasado en esos intersticios), la linealidad temporal no se arrastra hacia evocaciones nostálgicas, hacia páramos donde (cuando la poesía es la protagonista constante entre bambalinas) uno pudiera simplemente sentarse a rememorar y perderse en ese recuerdo, pero de eso no se trata aquí.

Segundo: la trama. Lejos de trucos o pirotecnia, todo es normal y asequible. Gonzalo, joven adolescente, inicia relación de iniciación con Carla, compañera de conciertos, de estancias en habitaciones oyendo discos. Chile, entendemos, en los momentos tardíos de la dictadura de Pinochet, y es ahora que hace unos días que acabé el libro pienso si esas parejas ausentes no son trágicos esbozos que evocan fantasmas de distintas gradaciones (exilio, encarcelamiento, desaparición). Gonzalo vive con su madre y quiere ser poeta, está decidiendo qué va a estudiar, Carla aparece en su vida y en esa primera parte (glorioso título, Obra temprana), Gonzalo define su existencia y su terrible vocación. Pasados unos años, el reencuentro. Carla tiene un hijo de una relación, León se llama el padre y Vicente el hijo, niño al que Gonzalo, obsesionado con la fealdad de palabras como padrastro o poetrasto, acoge con dignidad, con entusiasmo, con una actitud que le eleva como persona. Pero es poeta, y eso significa precariedad, escasez de recursos. Mucho más tarde, Vicente resurge. Es un poeta de falsa segunda generación que se reencuentra con Gonzalo y que ya es un joven que tiene una aventura algo desestructurada con Pru, una periodista norteamericana que ha aparecido casi por azar para hacer un artículo, sobre nueva poesía chilena, para una revista. Prodigioso pretexto para entregar (a través de una serie de entrevistas) una divertida serie de personajes. 

Suficiente para que Zambra esboce una semblanza que aglutina país, profesión, generación, una especie de perspectiva universal de ejecución sublime donde nada sobra y todo se disfruta y se degusta.


También de Alenandro Zambra en ULAD: Aquí

lunes, 11 de septiembre de 2023

2*1: Pisaremos las calles nuevamente de Vivian Lavín y Presente de Salvador Allende

Se cumplen hoy 50 años del Golpe de Estado que terminó con la democracia en Chile, con la autodenominada vía chilena al socialismo y con la vida de su presidente electo, Salvador Allende. En recuerdo a su figura y a la de todas aquellas personas víctimas de la oscura, brutal y sanguinaria (¿cuál no lo es?) dictadura encabezada por Pinochet, traemos a ULAD estos dos libros.

*******

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2015

Valoración: Muy recomendable

"Pisaremos las calles nuevamente" es el título de la edición española ("Mujeres tras las rejas de Pinochet" fue el título original en Chile) de este libro en el que la periodista Vivian Lavín recoge y reconstruye el testimonio de tres mujeres que fueron encarceladas por su participación, de diversas formas y en distintos grados, en actos y acciones contra la dictadura pinochetista.

Desde su infancia hasta su reincorporación a la vida fuera de prisión, el texto recorre el proceso de toma de conciencia, ingreso, caída, torturas,  prisión y libertad de Valentina, Gina y Elizabeth. Como comenta la propia Valentina, se trata de descubrir, a través de la relectura de mi historia, los matices, en las aproximaciones al quién soy y al por qué estoy donde estoy.

Más allá del innegable valor testimonial del texto, creo que el principal interés del mismo reside en su valor histórico. 

Por supuesto que la lectura más íntima y personal de las vidas de sus protagonistas, ya sea en lo referido a la vida en clandestinidad, a las vejaciones y torturas a las que fueron sometidas o a la autogestión de la vida carcelaria y la fuerza que demostraron en prisión, posee una potencia terrible, pero ya digo que una lectura más o menos histórica se hace imprescindible, en especial para un lector español. Por una doble vía, además:

1. Porque son innegables las similitudes entre las "modélicas" transiciones españolas y chilenas, porque la invisibilización / demonización de ciertas luchas y personas que participaron en ellas son injustificables, porque desmemoria y olvido han de ser reparados (¿qué porcentaje de madrileños desconoce (y/o pasa de conocer) que en la actual sede de la Comunidad de Madrid se situaba la Dirección General de Seguridad, uno de los principales órganos represores del franquismo?), porque la impunidad de jerifaltes chilenos y españoles debe ser, como mínimo, recordada, etc.

2. Porque "Pisaremos las calles nuevamente" es un recorrido por la historia política de América Latina de los últimos 50-60 años, con sus avances y retrocesos, con sus vanguardias e injerencias, con toda su carga de violencia y muerte, dolor y cicatrices, silencios y gritos desgarradores a cuestas.

Pero el texto posee además un valor literario que no podemos obviar. La autora no se limita a "transcribir" los hechos narrados por sus protagonistas sino que los acompaña de notas de prensa, documentos e informes de Comités, lo que situarlos en contexto, y pone, además, eso hechos en relación con la su experiencia de la autora, ayudando así a su extrapolación a otras gentes.

En fin, texto altamente recomendable como ejercicio de memoria en unos tiempos en los que parece que esta es demasiado selectiva.

*******

Idioma original: Español

Año de publicación: 2008

Valoración: Muy recomendable 

Completamos la doble reseña con  está pequeña recopilación de discursos del Compañero Presidente compuesto por siete textos con fecha entre 1965 y el 11 de septiembre de 1973.

El único discurso que se incluye en el volumen y que tiene fecha anterior al triunfo electoral es la Carta de petición de cese masónico y en él se dejan ver los preceptos que guiarán su actividad política.

Estos preceptos serán desarrollados es los posteriores discursos y se concretan en una serie de medidas orientadas a logro de la segunda independencia del país, la independencia económica. El término de los monopolios, la reforma agraria, la nacionalización del crédito y de los sectores estratégicos serán los pilares sobre los que el gobierno Allende tratará de construir una nueva economía y serán la excusa utilizada por oligarquías y potencias extranjeras para justificar el Golpe.

Llama la atención en los discursos la toma de distancia respecto a Cuba o la URSS, a pesar de la solidaridad y afecto mostrados con aquella, la insistencia en el respeto a las formas democráticas y parlamentarias y las críticas a los revolucionarios de salón (me voy a abstener de hacer referencias a la actualidad española).

Mención especial merecen las alocuciones dirigidas la mañana del 11 de septiembre de 1973 al pueblo de Chile. Uno podrá estar de acuerdo o no con las ideas de Allende, podrá ser rojo o azul, colorado o blanco, pero si tiene algo de sensibilidad las palabras de Allende deberían ponerle la carne de gallina. Emocionantes, intensas, certeras, poseedoras de una trágica belleza...

Pero más allá de lo anterior, los textos incluidos en esta compilación hablan de un período histórico fundamental en la formación sentimental de los que ya tenemos una edad, de los anhelos de un pueblo y, sobre todo, de la inevitabilidad de una lucha a través de la cual la humanidad avance para la conquista de una vida mejor. Porque la Historia es nuestra y la hacen los pueblos.

viernes, 1 de septiembre de 2023

Varios Autores: Jornadas Homenaje Roberto Bolaño


Idioma original:
español

Año de publicación: 2005

Valoración : OnlyFans

A ver, que cada uno se busca las visitas como uno buenamente puede. Y lo cierto, es que, tras el repaso y exhaustivo aprovechamiento de los cajones perdidos, apenas unos lustros que ha llevado la cosa, me ha dado por ponerme la capa de hooligan literario (especie en extinción) y comprobar si tenemos toda la obra del genio chileno cubierta, que sería lo justo pues casi podría decirse que es la última figura literaria de un cierto renombre que, aunque la visita de la parca haya tenido que mediar, ha sido capaz de remover un poco las aguas. 

Y, a veces, ese remover de aguas solo puede hacerse al viejo estilo. Críticas entusiastas provenientes de diversos ámbitos (no siempre del carcomido sector académico, perpetuamente ensombrecido por las justificadas sospechas de endogamia). La figura de Roberto Bolaño, quizás por la eterna nostalgia del Boom, pero seguramente por su desbordante talento y la obvia entonación contemporánea de sus temáticas, se prestó a ello. Y este libro, que ya os avanzo que es difícil de ubicar, recoge las participaciones (no todas, hay alguna sonora elusión) en unas Jornadas de Homenaje al escritor, un evento que, apenas unos años después, se nos antoja casi inconcebible, pues la abulia y el desencanto han larvado de forma tan implacable el sector editorial, en especial el centrado en la narrativa de ficción, que juntar a más de unas docenas de personas para debatir sobre la obra de un escritor de primera línea, parece tan descabellado que no voy a entregarme a comparaciones con el poder de convocatoria de otras manifestaciones culturales, que no tengo ganas de engancharme a los somníferos.

A la fuerza este es un artefacto para incondicionales, y casi que me perdonaréis que esta reseña desganada y acomodaticia se centre más que en su contenido – que incluye no pocas agradables sorpresas, como la presencia de una entrevista que solo encontraréis aquí, y por supuesto cuenta con los inevitables estudios de profundidad basados en la intertextualidad, la cohesión y los pasadizos secretos que comunican toda su obra y su galería de personajes -, me centraría en la incuestionable sinceridad de los participantes, que se comportan, cosa inconcebible hoy en día, como fanáticos de grada de cualquier universo paralelo, y uno no puede más que contagiarse de esa ciega rendición y lanzarse a donde sea para revisar la obra y rebuscar esos placeres añorados que, por lo que se intuye, el chileno fue de los últimos seres capaces de procurarnos.

martes, 2 de mayo de 2023

Patricio Jara: El mundo abajo

Idioma original: Español 

Año de publicación: 2022

Valoración: Bastante recomendable 

Siete relatos, levemente interconectados a través de personajes más o menos secundarios, y unos cuantos "interludios" componen este "El mundo abajo" del chileno Patricio Jara, libro que, en términos generales, podríamos calificar como sombrío ya que está dominado por soledades, muertes y experiencias que van de lo trágico a lo terrorífico, entendido esto en el sentido psicológico del término.

Abre el volumen "Iremi", relato narrado en primera persona que va oscureciéndose a medida que avanza, que juega con los espacios vacíos pero que deja con ganas de algo más.

"Todo se llena de agua", en cambio, me parece absolutamente brillante. Una muerte extraña y una doble inmersión (en el mar y en la mente de uno mismo) para hablarnos del miedo a lo invisible y de la angustia paralizante. Un relato muy bien construido, que juega con la imagen del buzo y que deja un gran sabor de boca.

"Estuario" también parte de una imagen cuanto menos llamativa. Un río que surca el desértico norte chileno y que arrastra en su cauce restos, cadáveres, pasados, etc.

"Una fábula hardcore" vuelve a subir el nivel gracias a su estructura circular y a su adictiva combinación de rencor, venganza, culpa y arrepentimiento. 

"Jeff Hanneman" nos muestra a un tipo extraño y solitario en un viaje medio alucinado / alucinógeno en pos de una guitarra.

"Búfalo", por su parte, es el relato más "abierto" y bestia, al menos por lo que se puede intuir. Historias truculentas y violencias y abusos variados en un ambiente medio apocalíptico de coches destrozados y chabolas.

Cierra "Frontschwein", el más breve de los 7 y el único que se sale de los escenarios espaciotemporales del resto del libro al trasladarnos al norte de África en plena SGM. Allí, muerte y destrucción, pero también pequeños lugares para la vida.

Dicho esto, la impresión global final es positiva. "Todo se llena de agua", "Una fábula hardcore" y "Búfalo" tienen un gran nivel y se elevan por encima de los otros 4 relatos (que en términos generales diríamos están bien / recomendable), lo que deja la valoración final en un bastante recomendable más que merecido.

lunes, 20 de febrero de 2023

Pedro Lemebel: Tengo miedo torero

Idioma original:
español
Año de publicación: 2001
Valoración: Imprescindible
 
Qué novela tan bonita, tan tierna (y por momentos, tan dura), tan compleja y memorable este Tengo miedo torero de Pedro Lemebel. Una lectura originalísima y que deja poso, sobre todo por su personaje principal, la Loca del Frente, que pasa a ocupar su lugar en una limitada galería de personajes que parecen más grandes que la ficción en la que viven.

Sitúo brevemente al autor, para aquellos que no lo conozcan: escritor, actor, dramaturgo, activista queer, periodista escrito y radiofónico, su trayectoria se caracterizó por la experimentación, la provocación, la crítica de los límites y las imposiciones de género y de orientación sexual, que tanto su obra como su persona transgredían. Destacó especialmente en su difusión de las consecuencias del sida entre la comunidad homosexual chilena, en plena dictadura pinochetista. Admirado por Roberto Bolaño, que contribuyó a su consagración internacional, es hoy una referencia fundamental de la literatura chilena contemporánea, y de la literatura LGBT+.

En Tengo miedo torero, Lemebel combina hechos históricos (la resistencia contra la dictadura y el atentado contra Pinochet en 1986) con personajes y situaciones ficticias. Y entre ellas, como ya he avanzado, la Loca del Frente, un homosexual y travesti ya maduro, "baqueteado" por la vida, y que un poco por casualidad y un mucho por amor se ve envuelto en el movimiento de resistencia a la dictadura pinochetista. 
 
Y ese doble eje, la historia de amor (¿imposible?) entre la Loca del Frente y el militante 'Carlos', y la lucha política contra la dictadura, estructura la narración y la dota de buena parte de su fuerza y originalidad. También en el plano narrativo, la historia se nos presenta a través de esos mismos ejes: la historia de amor, presentada desde los ojos apasionados y entregados de la Loca; y por otro lado, con importancia progresiva, la vida diaria del dictador y su mujer, presentados de forma paródica y casi guiñolesca (él, frustrado, traumatizado, castrado, misántropo; ella, parlanchina, superficial y snob). Ambos planos narrativos se van alternando hasta superponerse (si no en el espacio, sí en un nivel superior) en los capítulos climáticos de la obra.

Pero este libro no sería el que es, ni tendría la misma magia, si no fuera por otros dos elementos fundamentales: en primer lugar, la ternura y la inteligencia con la que está recreado el personaje de la Loca, perdidamente apasionada por Carlos, inmersa casi sin saberlo en una peligrosa trama política, pero en ningún momento rídicula, ni estúpida, ni ingenua. Un personaje vulnerable, sensible, emocional, pero también cargado siempre de una dignidad y una voluntad propias e inalienables que le dan complejidad y dimensión, y que recuerda, también por el uso de la música popular (boleros, pasodobles, baladas) o del cine, a algunas de las creaciones de Manuel Puig. (Un personaje, por otra parte, que transgrede los límites del género de forma que algunas veces se habla de ella en masculino, sobre todo cuando es vista por otras personas, y otras, particularmente en su relación con Carlos, en femenino).

Y el segundo aspecto que eleva este libro hasta el "imprescindible" (por cierto, cuánto tiempo que no daba ninguno) es el maravilloso estilo de Lemebel, sobre todo en la descripción de los sentimientos de la Loca (que algunos interpretan como un alter ego del propio autor). Un estilo en el que alternan, también, la crudeza y la ternura, la poesía y la vulgaridad. Copio a continuación una cita (perdón por la extensión), en la que se resume la vida de la Loca hasta llegar al momento presente:

Retazos de una errancia prostibular por callejones sin nombre, por calles sucias arrastrando su entumida «vereda tropical». Su son maraco al vaivén de la noche, al vergazo oportuno de algún ebrio pareja de su baile, sustento de su destino por algunas horas, por algunas monedas, por compartir ese frío huacho a toda cacha caliente. A todo refregón vagabundo que se desquita de la vida lijando con el sexo la mala suerte. Y después un calzoncillo tieso, un calcetín olvidado, una botella vacía sin mensaje, sin rumbo, ni isla, ni tesoro, ni mapa donde enrielar su corazón golondrino. Su encrespado corazón de niño colibrí, huérfano de chico al morir la madre. Su nervioso corazón de ardilla asustada al grito paterno, al correazo en sus nalgas marcadas por el cinturón reformador. Él decía que me hiciera hombre, que por eso me pegaba. Que no quería pasar vergüenzas, ni pelearse con sus amigos del sindicato gritándole que yo le había salido fallado. A él tan macho, tan canchero con las mujeres, tan encachao con las putas, tan borracho esa vez manoseando. Tan ardiente su cuerpo de elefante encima mio punteando, ahogándome en la penumbra de esa pieza, en el desespero de aletear como pollo empalado, como pichón sin plumas, sin cuerpo ni valor para resistir el impacto de su nervio duro enraizándome. Y luego, el mismo sinsabor del no me acuerdo, el mismo calcetín olvidado, la misma sábana goteada de pétalos rojos, el mismo ardor, la misma botella vacía con su S.O.S naufragando en el agua rosada del lavatorio.
 
Un libro único, magnífico, hermoso y, en contra de lo que llegué a temer en algunos momentos de la lectura, no unido a una cierta visión melodramática de las vidas queer o trans, que parecen estar encadenadas al martirio o al sufrimiento; la Loca, que ha sufrido, y que se entrega para un amor que también sabe que puede volver a hacerla sufrir, es sin embargo un personaje lleno de vida, de alegría e, insisto, de una dignidad maravillosa. No tengo dudas de que permanecerá en mi memoria durante muchos años, y espero que en los vuestros, si seguís mi consejo, también.

sábado, 18 de febrero de 2023

Reseña + Entrevista: Arauco, de Juan Manuel Zurita Soto

Idioma original: Español 
Año de publicación: 2022
Valoración: Entre recomendable y está bien

Arauco, primera novela de Juan Manuel Zurita Soto, da buena cuenta de la madurez del chileno, pues es el fruto de muchos años acumulando lecturas, observando el ambiente y conociendo al ser humano.   

¿De qué trata? Un periodista que se ha quedado sin trabajo regresa al pueblo en el que pasó su infancia y adolescencia, donde todavía viven sus padres. Allí se interesa por un crimen acaecido hace casi treinta años. 

«Lo mío tenía que ser una investigación periodística. (...) El expediente estaba lleno de contradicciones. Las había en las declaraciones de los testigos, en el propio testimonio de Leiva, en las diligencias policiales.» (94-95)

Ya veis que Arauco tiene un misterio a desentrañar y dosis de tensión. Sin embargo, ambos elementos, propios del relato policial, no son sino la excusa para hablar de otros temas: la idiosincrasia provincial, las dinámicas familiares, la rutina cotidiana, la vejez, la desidia de las autoridades, los prejuicios hacia la homosexualidad, el clasismo, el crecimiento personal, etc…

El tono que impregna la novela está muy logrado. Al principio tiene un poso melancólico o hasta triste, pero evoluciona paulatinamente, paralelamente al protagonista y narrador de la historia, hasta adquirir un talante estoico. 

Una calidad y desarrollo similares presentan las reflexiones que salpican estas páginas, acertadas ya giren en torno a la política, la sociología o la psicología. Adjunto un par de ellas a modo de ejemplo: 

«Mis choques con mis compañeros eran (...) poco profundos. Las discusiones se daban por esa necesidad adolescente de pelear, de diferenciarse, como si en ello estuviera la clave de todo. Una urgencia imperiosa de buscar el desacuerdo, la mirada particular, como si se pudiera lograr tan sólo con voluntad.» (35-36)

«De niños [mi hermano y yo] fuimos muy amigos, pero de adolescentes comenzamos a distanciarnos. No fue que peleáramos, sino que se iban forjando nuestras personalidades y, con ello, nuestras diferencias.» (134)

También funcionan bastante bien la prosa y el argumento de Arauco. Si bien la primera tiende a reiterar ciertos detalles, o a alargar innecesariamente determinadas escenas, es fluida a la par que profunda. Con el segundo sucede algo parecido; adolece de paja, pero por lo general está cargado de escenas relevantes y conmovedoras. Mis favoritas: la minuciosa descripción del crimen en el tercer capítulo o la visita a la hermana del acusado.

Quizá le pondría una pega a la obra: su desenlace es previsible. Tanto en lo que atañe a la elección catártica del protagonista como a la resolución del asesinato que estaba investigando.

En cualquier caso, Arauco es una ficción a tener en cuenta. Sobre todo si consideramos que es producto de un autor que llevaba tiempo rumiando qué quería comunicar y esperó a estar preparado para escribirlo.
  

***********************


A continuación adjuntamos un pequeño cuestionario que Juan Manuel Zurita Soto ha respondido con suma amabilidad:

ULAD: Has esperado bastante para publicar (y deduzco que también para escribir) Arauco, tu primera novela. ¿A qué se debe? ¿Quizá llevabas tiempo dándole vueltas a lo que querías comunicar, pero estabas esperando a tener la experiencia y madurez suficientes para hacerlo?

J.M.Z.S.: Escribo desde adolescente, principalmente relatos, la mayoría sin acabar, pero desde hace algún tiempo comencé a con la idea de acabar algo, de dejar de decir «estoy escribiendo» —esa eterna justificación para no mostrar nunca nada— a «ya escribí», a tomarme en serio la idea de acabar algo. Creo que se debe también a cierto ordenamiento en las lecturas, en encontrar autores que me animaron a lanzarme yo también.

Coincidió aquello con la redacción de mi tesis: entre más avanzaba en ella, más leía y más escribía ficción. Comencé dos novelas, una de ellas fue Arauco, y me atreví a mostrarla a gente, a inscribirme en un taller que me obligó a ser disciplinado y a convencerme de que, quizá, sí que tenía algo que decir. Eso, más ciertos eventos personales (y el empujón de algunos amigos), me hicieron convencerme de que era publicable. La envié a Comba, les gustó; así que aquí está Arauco, la novela que «ya escribí».

ULAD: Sospecho que Arauco tiene bastante de autobiográfico. ¿Estoy en lo cierto?

J.M.Z.S.: Sí, tiene muchos aspectos de mi vida, es más, muchos amigos (especialmente quienes me conocen desde niño) dicen que es difícil separar al personaje de mi propia voz; pero, más que autobiográfica, es un tema de sensaciones, de ideas, miradas y percepciones que he tenido y que, obviamente, se cruzan con mis propias experiencias. El vivir en un pueblo, la relación que establece el personaje con su familia y con todo su entorno. Por otra parte, la historia que se cuenta es la mezcla de varios sucesos que pasaron, pero no sólo en mi pueblo, sino que recogí en mi experiencia como periodista.

ULAD: El protagonista de la novela tuvo a un profesor que dijo que un escritor necesita buena memoria. ¿Es tu caso? Entiendo que hay muchos recuerdos aquí metidos, entre los párrafos de ficción.

J.M.Z.S.: Más que un profesor, es la frase de un autor de tangos, Enrique Santos Discépolo. Mi tesis fue sobre él. Discépolo, en una entrevista, dijo que las emociones descritas en sus tangos no las estaba viviendo al momento de escribirlos, sino que el recuerdo de ellas, de ese momento en que las sufrió o padeció (sus tangos son dramáticos) era lo que lo animaba a utilizarlas. Eso, más la suma de todos esos momentos que uno vive en la vida, esos que muchas veces, más que nostalgia, traen vergüenza, se amalgaman en una suerte de archivo al cual eché mano para construir esta historia.

ULAD: Arauco transcurre años después de una dictadura. ¿Crees que Chile va en una buena dirección para sacudirse de encima el fantasma del régimen de Pinochet? 

J.M.Z.S.: Espero que sí, pero siguen perviviendo aspectos autoritarios en mi país. Creo que Chile entiende, tal cual muchos otros lugares que han vivido situaciones así de crueles, que eso no debe volver a ocurrir, pero debemos estar alertas ante ciertos signos. Soy profesor en una asignatura que trata sobre el tema, por lo cual me ha tocado leer y retomar ciertas reflexiones en torno a ello y el peligro está ahí. Hanna Arendt lo advierte. Es un tema de muchas aristas y ponerle adjetivos no hace más que banalizarlo, pero sí, creo que Chile puede dejar atrás a Pinochet. El tema es que no venga otro.

domingo, 14 de agosto de 2022

Roberto Bolaño: La pista de hielo


Idioma original: español

Año de publicación: 1993

Valoración: recomendable

Parece (aunque nunca se sabe) que haya acabado la inhumana búsqueda en los cajones (físicos y virtuales) del fallecido - nos acercamos a las dos décadas tras su desaparición, ergo puede que haya reediciones conmemorativas - escritor chileno. Luego toca apuntalar su presencia en este blog con sus primeras novelas, aquellas previas a la explosión acaecida con Los detectives salvajes. Y esa revisión de sus primeras obras publicadas completa la poderosa apreciación de su obra en su conjunto. Como si Bolaño hubiera compuesto un enorme puzzle, un árbol al que hubiera  permitido la integración de esquejes que generan fractales, más que contexto cabría hablar de eso, de micro-mundo que sobrevolar en avioneta y del cual La pista de hielo es una parte curiosa.

Para empezar, la estructura ya apunta la polifonía de Los detectives salvajes, si bien domada, sin flashbacks, pretendidamente lineal aunque parezca la integración de tres diarios que avanzan, aunque sepamos desde el primer momento hacia donde avanzamos. Son tres narradores: Gaspar, Remo y Enric. Ambos ubicados en Z, pequeña ciudad de la costa catalana, cercana a Barcelona, más bien al norte. Empieza el juego: Remo y Gaspar parecen trasuntos del propio Bolaño, muy dado a ello en toda su obra. Son poetas, vivieron y se conocieron en México aunque no queda claro que fueran de allí. Acaban en Catalunya buscándose la vida, y ejercen - otra coincidencia con los primeros años del escritor - las profesiones más dispares, por pura necesidad alimenticia. Vigilantes en un camping, gestores de precarios negocios de bisutería, nada que a uno le vaya a hacer millonario pero que permite a) ganarse el sustento b) disponer del suficiente tiempo para que la mente se evada y uno pueda dedicarse a observar lo que acontece a su alrededor para, llegado el caso, integrarlo en su torrente creativo. Cada uno de estos tres narradores se alterna en capítulos cortos. Enric parece el más prosaico de todos ellos: su tono al dirigirse al lector es plano y carente de estímulo literario. Es un político, un concejal al servicio de Pilar, alcaldesa con ínfulas de grandeza, ávida de ampliar su ámbito de poder y optar a cargo más relevante. Pero Enric se enamora de Nuria, una joven patinadora que ha sido víctima de alguna intriga: se la ha despojado de ayudas económicas y ha sido relegada de su representación en grandes eventos. Enric decide ayudarla y empieza a malversar fondos: acondiciona con ellos el Palacio Benvingut, para que ella entrene. Toma un enorme riesgo personal aunque Nuria está liada con Remo.

Este triángulo de amor bizarro es la base de la novela, con irrupciones tanto desde arriba (esos políticos que no saben nunca por dónde puede surgir el escándalo que dé al traste con sus aspiraciones) como desde abajo (esos personajes al borde de la indigencia que transitan por los campings o las poblaciones costeras), lo que aporta un ligero aire detectivesco, muy tenue en todo caso, pues, como en mucha obra del genio chileno, lo esencial es el desarrollo, el camino, no un final ni una solución de la trama (una mujer aparece asesinada en la pista de hielo, el político es automáticamente el principal sospechoso) que resulta casi abrupta, como si fuera una tapa que hay que pergeñar precipitadamente. Pero la esencia está ahí, el recorrido es literariamente necesario y evocador y, aunque sigo defendiendo Estrella distante como la cúspide de su narrativa corta, resulta que La pista de hielo, susceptible de relecturas que descubren joyas en sus párrafos, es una más que válida novela de iniciación para aventurarse en el universo narrativo de Bolaño.


viernes, 12 de agosto de 2022

Andrés Montero: Tony Ninguno

Idioma original: Español

Año de publicación: 2014

Valoración: Recomendable

El narrador es una función tramposa. Te lleva, te trae, te agarra de la mano, te suelta, te señala la Luna y tú, como tonto, miras la Luna (¿o era el dedo?).

Mucho de eso hay en esta breve novela del chileno Andrés Montero, en un texto que comienza un poco al estilo "Cien años de soledad", con su circo, su árabe "extraño" y su maldición, da paso a la historia del clan familiar del Circo Garmendia y termina pegando un triple salto mortal con el que el edificio gana altura y la novela acaba sorprendiendo para bien. 

Por tanto, costumbrismo, realismo mágico y el más o menos clásico juego del "texto dentro del texto dentro del texto" (mise en abyme, que decimos los intelectuales) para una novela que habla, mezclando drama y comedia y con un obvio aire de cuento oriental, de pequeñas historias familiares, de amores y odios, de relaciones de poder, ilusión y realidad, etc. 

Pero el juego no se reduce a los géneros narrativos. El circo como espacio físico ejerce de frontera entre el mundo real y el mundo de los "sueños" (¿cuál es cuál?) y el truco se multiplica. ¡Nos ha salido un autor juguetón, vaya!

Si por algo creo que destaca este "Tony Ninguno", además de por el ya comentado giro final y por la mezcla de géneros, es por la elección de la voz narradora. Javiera, miembro del clan familiar, testigo y protagonista de la novela, es a su vez la "cuentacuentos" del circo (otra vez el narrador tramposo?) y su elección como hilo conductor de la historia no es ni casual ni inocente.

¿O quizá todo lo anterior es solo una engañifa, un truco de prestidigitador? Si lo queréis saber, acercaos al Circo Garmendia y a la historia de Tony, Javiera y demás familia. No os decepcionará.