Mi mamá siempre me decía que querer es poder.
Y como siempre, tenía razón. 
No sólo lo he comprobado desde que quedé en silla de ruedas después de sufrir un accidente automovilístico el 31 de diciembre de 1998 (donde perdí a mi mamá 
) porque tuve que adaptarme a mi “nueva vida” en wheelchair/silla de ruedas, si no, en muchas otras ocasiones, antes y después del accidente.
“Querer es poder” es mi lema para todo.
Lo que contaré a continuación tal vez parecerá muy “trivial” o sin importancia para algunos. No me importa. 
Para mí es algo que por más “trivial” o zonzo que parezca, es una manera de demostrar que las pequeñas decisiones cuentan y que para algunos son GRANDES decisiones que demuestran que si uno quiere, puede. 
Paso a contarles.
Como soy casi un ser humano (?) , tengo algunas “debilidades”. Una de ellas es tomar Coca Cola. MUCHA Coca Cola. Confieso que demasiada. 
Obviamente sé que no es saludable, pero bueno…, soy una rebelde sin causa y siempre hago la contra aunque a la larga me perjudique.
La cosa es que desde hace años mi Retoñor (mi hijo, el viento bajo mis alas), mi médico, mis amistades, todos me dicen que le afloje a la Coke y que tome agua.
Aclaro que tomo agua, no se crean que soy “anti” H2O – agua -, nada que ver, me gusta el agua pero la Coca Cola me gusta más. 
Cada vez que iba al médico me retaba. Yo le prometía que iba a dejar la Coke, obvio… Y obvio que no lo hacía. 
Y si…, ya ni en mí misma puedo confiar. ¡Ajajajaa!
La cosa es que un buen día me senté a almorzar antes de irme a trabajar y le dije a mi Little Sis:
“Voy a tomar agua. No me des Coca Cola.”
Así. De una.
Eso fue el lunes 1 de agosto de 2016.
Hoy estamos a 8 de agosto de 2016 y puedo decir que estuve 7 días (es decir 168 horas o 10.080 minutos o 604.800 segundos) SIN tomar UNA gota de Coca Cola.
Si.
Y no me morí. (?)
¡Ajajajaaaa!
Pero ojo, no todo fue tan “ajajajaja”. 
Sepan que los primeros días fueron HORRIBLES. 
Estaba desganada. Me faltaba “algo”, el agua que tomaba con las comidas me producía acidez así que empecé a tomar soda (H2O con gas ) y más o menos evitaba que me cayera mal la comida. Llegaba a casa de la escuela y quería comerme todo. 
Bueno, siempre quiero comerme todo pero esta vez era PEOR, estaba hambrienta.
El jueves me levanté súper chinchuda (malhumorada, con pocas pulgas, insoportable). Ni yo me aguantaba. 
Pero no me agarraba con nadie, ojo. Me las bancaba (aguantaba) como una lady.
El viernes fue menguando la ansiedad y ya no parecía un animal salvaje a punto de devorarme lo que se moviera. (Si, soy una exagerada, lo sé, lo sé… ¡Aajaajaja! )
El fin de semana ya me sentí “normal”. Si, no soy normal, pero eso es para otro post.
Hoy, lunes 8 de agosto al sentarme a almorzar con mi soda me sentí… ¡Una winner! ¡Lo había logrado! ¡Una semana sin tomar Coca Cola! Y si, NUNCA pasé de 6 horas.
Y ustedes se preguntaran: ¿por qué tanta alharaca? (?)
Bueno, debo reconocer que no soy muy buena siguiendo órdenes (de nadie) y menos cuando se meten con algo que me gusta, y mucho, como es la Coca Cola. Si, me sigue gustando, la sigo extrañando. Es más, en la heladera está al lado de mi botella de soda así que se imaginan que cada vez que la abro, si quiero, puedo agarrarla y tomarme un vaso bien helado…, (se me hace agua a la boca mientras escribo, sépanlo. Jajajaa! ). Pero NO, no lo he hecho y voy a seguir sin hacerlo por algún tiempo. Y si, algún día pienso volver a tomar Coca Cola en su justa medida, no 2 litros por día. Si. Leyeron bien: 2 litros por día. Imaginensé lo que fue cortar de un día para el otro el tomar mi Coke fresquita a cada rato. Pero como puse al principio, querer es poder, así que por ahora no quiero volver a tomar Coca Cola. Quiero tomar soda o agua, ni siquiera jugo, quiero soda y/o agua.
Ojo. No es fácil, pero vale la pena intentarlo, sólo hay que decirse y hacerlo.
Yo lo hice. Un día me dije: no tomo más Coca Cola. Y acá estoy, resistiendo.
Ya llevo una semana y espero poder llegar a muchas semanas sin tomar Coke, pero eso no quiere decir que algún día, allá a lo lejos, me de un gustito y me tome un vasito de Coca Cola fresquita.
¡Ah! Y la frase completa que mi mamá me decía era:
“No digas no puedo, decí no quiero, porque querer es poder.”
Y tenía razón.
Fuente de las imágenes: Google y Facebook.