"En este libro están reunidos por primera vez mis Pornosonetos. Los publiqué hace tiempo en distintos volúmenes bajo el seudónimo de Ramón Paz, por pudor, para desmarcarme, para librarme de mi nombre. De alguna manera hoy siento que le pertenecen más a él que a mí. Ramón Paz es más que yo, más que un seudónimo, más que un álter ego. Tiene más fuerza, más libertad. En todo caso es un yo atomizado, expandido y sin filtro. Pero cuanto más aclaro que es un personaje, más se pega a mí. Mejor me hago cargo. Una vez una amiga, cuando le aclaré que Ramón Paz no era yo, me 'No jodas, sos más vos que nunca'". Pedro Mairal
Autor de las novelas Una noche con Sabrina Love, por la cual recibió el premio Clarín de Novela en 1998, y El año del desierto. También ha publicado dos libros de poesía, Tigre como los pájaros y Consumidor final, y uno de cuentos, Hoy temprano. Su novela Una noche con Sabrina Love fue llevada al cine en 2000. Ha sido traducido y editado en Francia, Italia, España, Portugal, Polonia y Alemania. En 2007 fue incluido, por el jurado de Bogotá, entre los mejores escritores jóvenes latinoamericanos.
Me la pasé muy bien leyendo estos sonetos, que van de lo porno a lo romántico, pasando por lo lingüístico y lo cómico. Es una buena colección inconexa que muestra la herencia (más o menos involuntaria) del Quevedo satírico y vulgar, que recoge los tópicos del presente y su lenguaje para ofrecer postales graciosas y superficiales, con neologismos increíbles como "penefilia" o "anglogimiente" o el uso del verbo "afroditar". Muy genio. Algunos poemas son desprolijos (tienen sílabas de más o de menos, o un acento chueco o medio forzado), pero eso no les quita el valor satírico y humorístico. Mi soneto favorito es el que empieza "Nadie rebaje a pálida insolencia" (página 17 de esta edición), que juega con "El poema de los dones" y con "El gólem", mis dos poemas favoritos de Borges, y en los que en lugar de hablar de ceguera y cabalística, habla de un culo y de abstinencia.
¿quién carajo inventó las vacaciones? no trabajo no escribo no fornico sólo muevo los huesos si mastico un verano sin sangre sin canciones ¿quién inventó esta pausa frente al mar quién dijo que esto es lindo o relajante rodeado del dios culo rebosante tantálico imposible de tocar? ¿qué dante pergeñó este infierno atroz donde pasan desnudas las hermosas y parecen decirte desdeñosas yo cojo con cualquiera y no con vos? el sol me va quemando lo semántico yo refresco la verga en el atlántico
Un poemario hermoso que por momentos peca de excesivo. En un principio fueron pensados como tres libros separados y me parece que es una mejor forma de orden, ya que en la cantidad los temas empiezan a repetirse y se torna un poco denso.
Aún asó, leyéndolo de a poco y sin apurones, termina siendo un gran libro. La pornografía llevada al amor y la mirada de un desencatado de la vida sobre todo lo que lo rodea. Mairal me parece un personaje hermoso a seguir.
Ana María Shua dijo alguna vez que los microcuentos son como bombones y que no hay que comer muchos juntos para no empacharse. Con la poesía pasa algo parecido, y más con el soneto (por su estructura rígida). Si bien es un libro corto, no es para leerlo de un tirón porque se pierde la magia, uno empieza a notar si cierta repetición en la música. Esto no es culpa del autor sino del formato.
Hecha la aclaración: me encantó. Conocía varios de sus pornosonetos y si bien la mayoría son explícitos, como corresponde para hacerle honor al título, hay muchos otros muy sutiles que son una delicia, son bombones con dulce de leche, con licor. Y si bien la mayoría son de sexo también son de amor, de desamor, de soledad, de nostalgia y de rutina. Son sonetos con avidez, con acidez, con humor, son sutilezas, con imágenes, con belleza, con romances, con celos, con plot twist.
Hay fragmentos XXX como:
mi negra de mi alma ando caliente pasaron muchos días sin cogernos por qué se vuelve tan difícil vernos por qué nos eclipsamos entre gente hoy te hubiera pegado una cogida que no te imaginás toda la verga que tengo para vos y se posterga y cada vez la tengo más erguida te quiero regarchar como te gusta chupándote las tetas victoriosas diciéndote al oído muchas cosas mientras la verga entera te entra justa te quiero ver desnuda verte a solas tengo un camión de sáncor en las bolas
O:
me zumba la poronga fluorescente como espada de jedi con estática me hierve la capacidad espermática las bolas repletísimas de gente capto ondas de radio con la punta frecuencia enamorada estereofónica gemidos de la multitud ciclónica la antena se me sube se me apunta me rotan los planetas del escroto se me agrava el calambre desolado y escucho con el tótem envarado el amor atmosférico remoto la humanidad me vibra me alborota en la punta encendida de la chota
Y otros románticos como:
te vas en un avión al uruguay jugás al rancho allá en cabo polonio sin agua sin tv sin matrimonio con headphones escuchás jamiroquai te curtís un hippón de barrio norte de noche entre las piedras sin orgasmo se te acaba la yerba el entusiasmo buscás en la tiniebla el picaporte no dormís por el asma de las olas soñás que en las cortinas hay un hombre te despertás ahogada con mi nombre no querés operarte ya las lolas me escribís y llorás quizá retorno volvé que acá ramón está en el horno
O:
dormir con vos soñar y amanecerse al lado de tus ojos buenos días tu sonrisa a las nueve sombras frías unos mates y hablar y conocerse hablar de basho buson o vallejo de tu infancia feliz tus perros sueltos mis verbos en la luz medio revueltos estás lindo dijiste y el reflejo de toda la mañana estaba vivo temblando en tu cocina y la remera que usás de camisón dejaba afuera tu culo de melón superlativo me fui por la vereda tan contento las ramas se movían con el viento
O:
no me saco con vos la calentura sino la soledad querida mía el frío en la intemperie de este día el hielo de nacer a la cordura me saco la tristeza de la sombra que inunda el esternón irrespirable me saco la sonrisa respetable el peso del dolor que no me asombra y sólo en tu calor puedo esconderme del filo de la límpida certeza del miedo silencioso en la cabeza del ojo que me mira y nunca duerme con vos me saco el pánico que soy en tu cuerpo mi amor sé dónde estoy
O:
mirándonos ayer en el espejo del techo de ese telo boca arriba los dos como flotando a la deriva con las marcas del sol y del festejo tu cuerpo con mi cuerpo paralelo caídos a lo alto hacia la nada ingrávidos en dulce marejada subiendo por la música del telo ¿hasta dónde nos vamos amor mío la fuerza del cansancio dónde lleva cómo sigue la vida siempre nueva qué es todo este quilombo este baldío? la fuga es vertical eva y adán cayeron hacia arriba y ya no están
Y otros asexuados como:
y barren el azul con sopladoras dos tipos con turbinas a la espalda van soplando el azul como una falda volátil en el viento y en dos horas van rodeando la plaza y acorralan el cielo que se había derramado por todas las veredas entregado al peso de la tierra y lo señalan lo expulsan en tormenta borrascosa de lilas y el deber municipal se cumple con rigor impersonal y embolsan a noviembre y a otra cosa qué celeste la lástima que da que lo borren así al jacarandá
Divertidos sonetos que conjugan lo "culto" en la estructura y lo cotidiano del lenguaje, incluso lo burdo o vulgar. Lo que más me gustó de este libro es ese deseo contante de vivir y sentir algo verdadero, fuera de las máscaras que nos impone la rutina de las obligaciones cotidianas. Ese deseo que nos mueve a la búsqueda, ese deseo que ojalá no perdamos nunca.
Lo destellante: Lo divertido por guarro y lo enternecedor por sensible. Lo áspero: No pasó el umbral de mi pudor como para ser leído en espacio alguno fuera de mi habitación (problema de la lectora, obvio) Que no falte decir: La estructura del soneto, especialmente la rima, hace la lectura divertida, ágil y atrapante (suena la voz de Mairal en la cabeza) Lo entrañable: el lenguaje, coloquial, porteño y vulgar, arremete y satisface: es cumplidor y juega un hermoso contrapunto con la mirada profunda del ser en el mundo, ser cuerpo deseante y deseado, ser prosaico y sutil en el amor y ser poético en el tironeo constante de la ciudad bullente.
Idea interesante y ejecución lamentable. Las rimas son forzadas. Y las temas son banales. "Quiero hacer sexo contigo" no es un pensamiento suficiente complejo para servir como la revelación de un poema ... el deseo carnal podría revelar tantas cosas sobre los humanos (solo mira a "Mock Orange" de Louise Glück) pero Mairal no va por allá.
Un libro que te hace pasar un momento diferente mientras lo lees. Historias calientes que, obviamente, llegan a calentarte. Si el escritor no se anda con chiquitas al momento de la escritura, imagínense, no voy a ser yo la excepción al momento de la reseña.
Muy divertido libro de Mairal. Se entiende que usó en un primer momento un seudónimo porque algún versos sos muy zarpados, al estilo Pablo y Pachu. Pero no pierden la poesía. Por ejemplo:
divertidísimo, como todo lo de Pedro. Creo que lo termine de leer en la librería antes de comprarlo. Persona que venía a mi casa se lo hacía leer porque es fantástico