What do you think?
Rate this book
259 pages, Paperback
First published January 1, 1914
“It is unfortunate,” thought Augusto, “that we need the services of things and have to make use of them. All beauty is marred by use, if not destroyed. The noblest function of objects is that of being contemplated. How beautiful is an orange before we eat it! All this will be changed in heaven, where our function will be reduced, or rather it will be broadened into that of contemplating God and all things in him. Here, in this wretched life, we think only of putting God to use; we try to open him as we do an umbrella, so that he may protect us from all sorts of evils.”
“Nearly all of us are boring ourselves unconsciously. Tedium is the foundation of life, and it is tedium that has invented all the games and distractions, the novels, and love. The mist of life squeezes a sweet tedium in the form of bitter-sweet liquor. All these insignificant daily events, all these mild conversations by which we kill time and prolong life, what are they but the gentlest way of boring ourselves?”
“…hay que corroer. Y hay que confundir. Confundir sobre todo, confundirlo todo. Confundir el sueño con la vela, la ficción con la realidad, lo verdadero con lo falso; confundirlo todo en una sola niebla.”Ando yo un poco molesto con ustedes. ¿Nadie pudo advertirme de que “Niebla” es, en el mismo sentido que El Quijote, una obra humorística? Es más, ¿nadie pudo avisarme de que el prólogo mismo formaba parte de la novela? Con la de barbaridades que arrojé sobre la familia pasada, presente y futura de Víctor Goti, el supuesto prologuista, cuando estupefacto leí cómo en su primera frase destripaba el final que le esperaba a Augusto Pérez, triste protagonista de la novela. Si hasta grité de alegría cuando supe de la posibilidad de que Don Miguel diera al prologuista el mismo fin que a su personaje, amenaza que además hizo con bastante gracia, aunque sus razones anduvieran lejos de satisfacer la venganza del lector y más cerca de sus controversias sobre la interpretación de cierto hecho, por otra parte, central en el relato. Bah, les excuso, ando tan animado tras leer esta juiciosa humorada que hasta mi celebérrimo rencor ha acabado por diluirse en la niebla.
“La nada le parecía más pavorosa que el dolor. ¡Soñar uno que vive ... pase, pero que le sueñe otro ...!”Y así entramos en el gran sufrimiento de Don Miguel, uno de ellos. El problema de la identidad, de la libertad, del libre albedrío, de la responsabilidad. ¿Escribimos nuestra historia, nos la escriben otros o está escrita desde el principio de los tiempos? ¿Quién toma las decisiones de lo que hacemos? ¿Nuestras acciones son el producto de la combinación de genes y experiencia? ¿Y si esto es así, podemos decir que somos libres, que disfrutamos de libre albedrio? ¿Y si no estamos totalmente determinados por esas causas, quién toma el mando, el mero azar? ¿Es el azar una respuesta más satisfactoria? ¿Y si la respuesta está entre el azar y/o el determinismo, somos responsables en cualquier caso de nuestros actos?
“¿dónde está el enjullo a que se arrolla la tela de nuestra existencia, dónde?”