Manierismo
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Manierismo. Estilo artístico que se desarrolló en Italia en el siglo XVI, se caracteriza por el uso de modelos muy plásticos, figuras exageradas, a menudo con posturas forzadas, un irreal tratamiento del espacio, con frecuencia de efectos dramáticos, y una aparente elección arbitraria del color. Supone el rechazo del equilibrio y la claridad del Renacimiento en busca de composiciones más dramáticas y complejas, y el deseo de efectos más emotivos, de mayor movimiento y contraste. En este aspecto, anticipó el Barroco que se desarrollaría hacia el año 1600.
Origen y evolución
El manerismo se originó en Florencia y Roma, pero finalmente se extendió hasta España, Europa central y del norte. Se trataba de una reacción anticlásica que cuestionaba la validez del ideal de belleza defendido en el Alto Renacimiento.
Es el arte de una época de crisis refleja la y profundas contradicciones: refleja la crisis religiosa y política de fin de siglo.
Su nombre deriva de la expresión italiana “alla maniera de ...” ya que los artistas de esta corriente intentan imitar el estilo o “maniera” de los grandes maestros renacentistas, pero amanerando y exagerando sus formas.Idea que surge a partir del siglo XVII, en que Giovanni Pietro Bellori y otros opinaron que el manierismo era un movimiento de inferior calidad, que se producía después del Renacimiento clásico.
Fue juzgado peyorativamente hasta su revalorización por la crítica del siglo XX cuando es considerado como un estilo artístico independiente y con entidad propia que se define por una serie de valores intrínsecos propios extendiéndose a otras manifestaciones artísticas, culturales y espirituales, como la arquitectura, la escultura, la literatura y la música.
Estilo artístico
El Manierismo no fue una reacción contra los cánones del Renacimiento, sino que creció fuera de él, cultivando casi en exceso el estilo con el que la figura humana era tratada por los últimos maestros italianos como Rafael y Miguel Ángel, cuyas obras proporcionaron el impulso para su desarrollo. Así, el Juicio Final (1536-1541, Capilla Sixtina, Vaticano) de Miguel Ángel coincide con la obra de algunos pintores manieristas. Estilo sofisticado y artificioso, muy intelectual. Se confería más importancia a la complejidad y a la distorsión que a la armonía de las líneas, al color o a la composición; en el Manierismo, hasta las pinturas religiosas resultaban inquietantes para el espectador. El manierismo es subjetivo, inestable. Los artistas se dejan llevar por sus gustos, alejándose de lo verosímil, tendiendo a la irrealidad y a la abstracción. Se prefiere, en escultura sobre todo, la línea o figura serpentinata, en que las figuras se disponen en sentido helicoidal ascendente.
Representantes
Entre los pintores de este estilo destacan Jacopo Pontormo, Rosso Fiorentino, Francesco Mazzola conocido como Parmigianino, Tintoretto y Angelo Bronzino.
El más conocido de los manieristas tardíos es El Greco (1514-1614), que, aunque formado en Italia, se estableció en España. Su manera, intensamente emocional, de abordar los temas confería un fuerte sentido apocalíptico a sus obras, hasta a los paisajes. En su obra se pueden ver frecuentemente el sentido rítmico, hierático del mosaico bizantino, pero se evidencia en el la influencia de Miguel Ángel, Tiziano y Tintoretto fundamentalmente.
El Juicio Final
El Juicio Final, Obra que ocupa el muro del altar mayor de la Capilla Sixtina, es un fresco realizado por Miguel Ángel entre los años 1536 y 1541, veinte años después de las pinturas del techo de la iglesia. Es una de las obras culminantes del Manierismo, con su visión apocalíptica caracterizada por los personajes torturados y grotescos.
El Manierismo se caracterizó por la búsqueda de la asimetría, la complicación, las atmósferas oscurecidas.