José Lázaro Martín Marrero Rodríguez
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José Lázaro Martín Marrero Rodríguez. Fue un médico y coronel luchador en la gesta independentista. Delegado del Partido Revolucionario Cubano en la zona de Jagüey Grande, nombrado por José Martí en mayo de 1893.
Jefe mambí en el primer combate librado en el occidente del país en la Guerra del 95, en Palmar Bonito, Matanzas.
Nombrado Alcalde en Yaguajay por las autoridades de ocupación y ratificado posteriormente por el voto popular. En la república ocupó diversos cargos en el departamento de sanidad del ejército hasta su retiro.
Síntesis biográfica
Nació José Lázaro Martín Marrero Rodríguez el 17 de diciembre de 1859 en la Finca La Unión, próximo a Santiago de las Vegas en la provincia de La Habana.
Infancia y juventud
Desde que aprendió las primeras letras se manifestó en él un afán de estudio y superación increíble.
Estudió en el colegio “Casa de Educación” de José Hernández y Mederos, donde Martí había ejercido de profesor durante unos meses hasta 1880.
Durante su estancia en la Universidad se vinculó a varios patriotas que profesaban el amor a la libertad de Cuba; entre ellos, Cosme de la Torriente quien lo puso en contacto con Juan Gualberto Gómez y muchos otros.
En el Centro de Instrucción y Recreo, fundado en 1882 en Santiago de las Vegas como respuesta al Casino Español, comenzaron sus actividades revolucionarias junto a su amigo Juan Delgado y otro más de reconocido prestigio. Se destaca su participación en el equipo de béisbol, denominado Club Cuba, del que fue su director en 1883 y presidente de la Junta Directiva en 1889.
Inicia sus actividades revolucionarias en el Centro de Instrucción y Recreo de su pueblo natal, fundado en 1882 como contrapartida del Casino Español, junto a otros jóvenes como su íntimo amigo Juan Delgado González y a reconocidas personalidades de Santiago de las Vegas como , destacándose sobre todo por su participación en el equipo de béisbol “Club Cuba”, del cual Marrero era director en 1883 y Presidente de su Junta Directiva en 1889.
Al mismo tiempo y durante su etapa de estudiante universitario se vincula a Cosme de la Torriente Peraza, a través del cual se relacionará con otras importantes figuras, comprometidas con las luchas independentistas. Se considera que a través de Cosme llega a conocer a Juan Gualberto Gómez.
Terminó sus estudios y se graduó en 1887. Una vez recibido de médico instaló su consultorio en su pueblo natal, logrando hacerse de un reconocimiento por su formación humanista, la calidad de su atención y por atender a todos los que necesitaran sus servicios, pudieran pagarle o no. En este período sigue cultivando sus vínculos con los independentistas, tanto los radicados en su región como los emigrados en La Florida.
Labor independentista en Jagüey Grande
Alrededor de 1892 fija su residencia en Jagüey Grande, donde comenzó a ejercer la profesión de médico. Con José Agustín Rodríguez -al que estuvo vinculado desde su época de estudiante-, connotado simpatizante de las ideas independentistas junto su hermano Aurelio, continuó su labor conspirativa en toda la comarca, extendiéndola hasta Manguito, Agramonte y Perla.
En 1893, recibió por conducto de Ramón Rivera Montessi, secretario del Consejo de Gobierno de Cayo Hueso, y de su hermano José Marrero, el nombramiento de delegado del Partido Revolucionario Cubano en Jagüey Grande, Matanzas, de puño y letra de José Martí y fechado en New York, para que organizara la conspiración en el territorio:
Con el nombramiento, recibió un recado de José Martí para un encuentro personal en Cayo Hueso. En mayo de 1893, Marrero viajó para entrevistarse con el delegado del Partido Revolucionario Cubano, de quien recibió instrucciones y la comunicación de que Juan Gualberto Gómez era el delegado general y jefe de la conspiración en Cuba y, en Matanzas, era Emilio Domínguez; hablándole, además, acerca del papel de los bandoleros por su conocimiento del terreno y su vida diaria en campaña. Allí se encontró con su prometida Carmen Caraballo Abab, que se encontraba en la inmigración y militaba en un club patriótico.
El 23 de enero de 1895 viajó a la Habana y se reunió con Juan Gualberto Gómez, Pedro Betancourt, Antonio López Coloma, Joaquín Pedroso y otros miembros del Comité Revolucionario de Occidente, para preparar todos los detalles del futuro alzamiento; entre estos, la fecha del mismo, cantidad de hombres y otros aspectos.
El alzamiento en armas
El 24 de febrero de 1895, en el lugar conocido como La Cienaguita, en la finca La Sirena, al grito de ¡Viva Cuba Libre!, se levantaron cuarenta y un combatientes, dignos de la palabra empeñada. Dos días después, acampados en la finca La Yuca, Marrero envió un grupo explorador que estableció fuego con el enemigo y regresaron a informarle, preparando este una emboscada con la que le causó bajas al contingente enemigo, que se retiró del lugar, siendo el primer combate de la región occidental.
El 3 de marzo, después de varios días en la Ciénaga y conocer las noticias del fracaso del alzamiento en Occidente, se acogió al bando publicado por el capitán general Emilio Callejas.
Al presentarse ante la guardia civil fue detenido y trasladado a Colón y, más tarde, a la capital. Entrevistado por el propio Callejas, este le exigió firmar un compromiso de honor de no volver a levantarse contra España, a lo que Marrero se negó.
El primer combate en la región occidental
Dos días después del alzamiento, el Dr. Marrero y sus hombres sostuvieron un combate con los españoles en un lugar conocido como Palmar Bonito, siendo esta la primera acción armada librada en el occidente del país durante la Guerra del 95 y el cuarto combate de las fuerzas insurreccionales en todo el país.
Al amanecer de ese día 26, Marrero envió algunos hombres a tratar de contactar a alguno de los otros grupos alzados y a explorar el terreno. Estos localizaron a una tropa española con cerca de 300 hombres, a la que los hombres de Marrero emboscaron y sobre las 8 de la mañana cruzaron un breve tiroteo del que salieron victoriosos, al lograr que el enemigo se retirara después de sufrir dos bajas.
No obstante, después del combate la mayor parte de sus hombres se había dispersado y sin haber contactado a ningún otro grupo en la zona el día 27 el Dr. Marrero decidió acampar en la Finca San Isidro para más tarde internarse en la Ciénaga en espera de órdenes que nunca llegaron.
Para el día 28 sólo estaba acompañado de 11 hombres; y decide enviar a Fernando Sanabria, (el que debería ser el práctico que lo guiaría a través de la Ciénaga de Zapata para pasar a Las Villas), para que fuera a su casa con cuatro hombres más a buscar alimentos. Este hombre se presentó a los españoles para desertar y los demás, sin saber a dónde dirigirse, decidieron regresar de nuevo a reunirse con su jefe en la Finca San Isidro.
Reconociendo Marrero lo insostenible de su posición, el fracaso de la insurrección en la zona y de las condiciones que ofrecía el Bando de Indulto del Capitán General Calleja, aconsejó a los que le seguían todavía que retornaran a sus hogares y acogerse al indulto.
El día 3 sólo estaba acompañado por los hermanos José Agustín y Aurelio Rodríguez y decidieron capitular. Al respecto José Agustín Rodríguez escribió:
Al presentarse ante las autoridades españolas Marrero fue conducido a Colón y de ahí a La Habana, donde lo llevaron ante el Capitán General Callejas, quien lo invitó a dar su palabra de honor de no volver a levantarse en armas contra España, a lo que se negó rotundamente.
Deportación y posterior regreso a la lucha
El 10 de marzo de 1895 salió deportado a España, en el vapor María Cristina, para el principado de Asturias, ciudad de Pravia, aldea Fonsina. Con ayuda del Comité Revolucionario y de su presidente, el Dr. Ramón Emeterio Betances, logró escapar a Francia en la noche del 31 de julio de 1895, llegando a Hendaya y, unos días después, salió rumbo a New York, Estados Unidos, por el puerto de Havre.
Muchos fueron los intentos de llegar a la tierra querida y New York fue el escenario para alcanzar este objetivo; primero, con el general Francisco Carrillo en el vapor Delaware, que zarpó el 10 de octubre de 1895; pero lo detuvo el barco inglés Patridge en la isla de Inagua Grande y los condujo a Nassau. Nuevos intentos y tampoco cumplió su cometido; pero insiste y se enrola en la tercera expedición del vapor Bermuda, dirigida por el mayor general Calixto García que desembarca en Maraví, Baracoa, el 24 de marzo de 1896. Lo acompañó hasta que, el 2 de mayo, se incorporó a las fuerzas del coronel José González Calumga y bajo sus órdenes participó en el combate de Saratoga -del 9 al 11 de junio de 1896-, en el cual se destacó por su valor.
Con el coronel Braulio Peña, del que fue su jefe de Estado Mayor, participó en el combate de Jacinto, el 6 de octubre de 1896. El 10 de diciembre de 1896 pasó al Cuartel General y se encuentra con el general Máximo Gómez, quien le pide que se incorpore al Cuerpo de Sanidad como médico, a lo que Marrero responde:
En los días finales de diciembre pasó la trocha de Júcaro a Morón como jefe de la infantería.
El 2 de enero de 1897, aún como jefe de la infantería, participó en el combate de Santa Teresa. El 8 de enero de 1897 se separó del Cuartel General, junto al general Avelino Rosas, y emprendió viaje a Matanzas.
El 21 de enero de 1897, estando acampado en Voladores, en la jurisdicción de Colón, en el orden del día se dio a conocer el nombramiento del Dr. Marrero como teniente coronel y jefe de Estado Mayor. La Brigada operó en la zona de Jagüey Grande, donde realizaron infinidad de acciones en las que Marrero tuvo protagonismo.
En abril fue trasladado a la Brigada de Colón (1ra Brigada,1ra División, 5to Cuerpo), bajo el mando del general de brigada Francisco Pérez Garoz. En agosto pasó al Estado Mayor del mayor general Francisco Carrillo, jefe del 4to Cuerpo de las Villas, y en esa responsabilidad terminó la guerra.
Terminada la guerra entró en el pueblo de Remedios al frente de las fuerzas libertadoras como comandante militar, el 28 de diciembre de 1898. El 1 de abril de 1899, se licenció del Ejército Libertador y poco después, en el mismo mes, fue nombrado alcalde de Yaguajay, en Las Villas, bajo la ocupación estadounidense.
El 16 de junio de 1900 se celebraron elecciones por el voto popular y, ratificado para el cargo, fue reelegido posteriormente el 1 de junio de 1901. Muchas obras en beneficio popular realizaron el Dr. Marrero, encontrándose entre ellas el acondicionamiento del cementerio, la construcción de un matadero y un hospital civil que lleva su nombre, el que también el Ayuntamiento le puso a una calle de Yaguajay. Renunció a su cargo de alcalde y regresó a Santiago de las Vegas.
El 12 de enero de 1903 ingresó en la Guardia Rural con grado de capitán médico, desempeñando diferentes responsabilidades: director del Hospital Militar y jefe de Sanidad del Cuerpo de Artillería, hasta 1909; de 1913 a 1915, y con grado de teniente coronel, fue designado jefe de Sanidad del Ejército permanente (creado por decreto Ley 355 del gobernador militar Charles E. Magoon durante la segunda intervención militar estadounidense); posteriormente jefe de la Sección de Sanidad del Estado Mayor, de 1915 a 1919, con grado de coronel. Se retiró en 1926 por la actuación del Ejército en diferentes momentos, y ostentaba el grado de coronel jefe del Hospital Militar de Columbia y jefe de Sanidad Militar.
En el año 1925, al cumplirse el trigésimo aniversario del levantamiento en armas, del 23 al 25 de febrero visitó Jagüey Grande, donde se le rindió homenaje como participante del levantamiento del 24 de febrero de 1895.
El Ayuntamiento lo declaró Hijo Adoptivo de Jagüey Grande y le puso su nombre a la calle principal. En Santiago de las Vegas lo proclamaron Hijo Benemérito, el 24 de febrero de 1943, y le pusieron su nombre a una de las calles.
Ascensos
- A Capitán el 24 de febrero de 1896,
- A Comandante el 26 de mayo de 1896,
- A Teniente Coronel el 31 de mayo de 1897,
- A Coronel el 1 de junio de 1897.
Terminada la guerra fue designado para entrar en el pueblo de Remedios al frente de las fuerzas libertadoras como comandante militar el 28 de diciembre de 1898. Se licenció del Ejército Libertador el 1 de abril de 1899.
Alcalde de Yaguajay
Poco después en el mismo mes de abril de 1899 fue designado alcalde de Yaguajay en Las Villas, por las autoridades de ocupación militar norteamericana, proponiéndose amoldar al municipio al nuevo orden de cosas, en un difícil período de organización que habría de ser continuidad de la obra redentora de la revolución en el empeño de alcanzar una era de progreso y felicidad.
El 17 de septiembre de 1899, participó en la exhumación de los restos de Antonio Maceo ceremonia en la que también participaron Máximo Gómez, Juan Gualberto Gómez, los generales Mayía Rodríguez, Lacret Morlot y Juan Ríus Rivera, Salvador Cisneros Betancourt y las capitanas Adela Azcuy y Luz Noriega entre otros.
En noviembre fue uno de los fundadores del Partido Republicano en la región, iniciando su comité junto a otros políticos locales.
Después de un año de trabajo, el 16 de junio de 1900 se celebraron elecciones para validar con el voto popular el desempeño de los alcaldes interinos y fue ratificado por el pueblo para ese cargo y también reelecto nuevamente el 1 de junio de 1901, manteniéndose en este puesto casi todo el tiempo de ocupación norteamericana.
Durante su mandato trabajó en mejorar la deteriorada economía del municipio y el estado de abandono de las zonas rurales, el alto desempleo, el bajo nivel adquisitivo, la hambruna, miseria y desamparo, coincidiendo con la política del gobierno interventor de crear condiciones en el país para facilitar la penetración, el dominio y la explotación del pueblo, para lo cual realizó en el municipio un grupo de obras y actividades tendientes a mejorar la situación de sus habitantes en el aspecto sanitario, de instrucción y organización social.
El 22 de junio de 1899 se funda la Junta Local de Sanidad, presidida por el alcalde e integrada por los médicos José Obdulio Barreras y Manuel Peláez Laredo y por otros vecinos de prestigio como Bernardo Antigas Sagaz, Gerardo Abiega Milián y Francisco Gutiérrez Díaz, entre otros.
Como parte de su desempeño se construyó un nuevo matadero, se reparó y acondicionó el cementerio y se construyó además un hospital civil denominado "Dr. Martín Marrero" en reconocimiento a su trabajo y que se inauguró el 7 de septiembre de ese mismo año, costeado por recaudación popular que hizo la Sociedad "El Amparo" y con las donaciones del señor Fitzhugh Lee, cónsul de los Estados Unidos en Cuba, y la benefactora norteamericana Clara Darton, la cual más tarde fue una de las organizadoras de la Cruz Roja Cubana y que funcionó hasta 1963.
El 1 de julio de 1899 se fundó la Junta Local de Educación, también presidida por el alcalde e integrada por vecinos de prestigio y reconocidos educadores, la que se encargó de reorganizar las escuelas primarias del municipio y modernizar el sistema educativo, planificando una enseñanza con menos lecciones memorizadas, y en la que se suspendió la enseñanza de religión y se incorporó la enseñanza de labores manuales entre otras actualizaciones.
En febrero de 1900 se llevó a cabo una gran manifestación en honor del Alcalde Martín Marrero, encabezada por el Comandante Braulio Sánchez con diez jinetes, le seguían representaciones del Círculo Martí, la Colonia Española, la Sociedad de Color La Luz y la Unión Fraternal de Mayajigua.
En el municipio, desde el punto de vista cultural, durante su permanencia en el gobierno se produjo un despertar literario plasmado en los periódicos locales. Se publicaron novelas, obras de teatro, poemas, décimas y se destacaron autores como Pedro C. Subirate, Cármen del Casals de Peláez y Magdalena Peñarredonda. Se fundó la Sociedad de Instrucción y Recreo "Círculo Martí".
En diciembre de 1901 se celebraron las primeras parrandas en Yaguajay, para estas festividades se dividió la población en dos barrios: La Loma y Sansaricq.
En contraposición a los aspectos positivos en la zona se produjo la proliferación del bandidaje en los campos, a tal punto que se dedicaron numerosos efectivos de la guardia rural a perseguirlos y visitaron Yaguajay por este motivo, a finales de 1901, el Gobernador Civil y el Jéfe de la Guardia Rural de la provincia los Generales José Miguel Gómez y José de Jesús Monteagudo.
En el período mejoró la economía del municipio con la industria azucarera como el sector fundamental y con los centrales Narcisa y Vitoria a la vanguardia, sobre todo basado en la explotación de los obreros, los que tuvieron sus primeros mártires el 8 de febrero de 1901 cuando, acusados de sabotaje, fueron detenidos, asesinados y después desaparecidos sus cuerpos, los obreros del central Narcisa Antonio Cendán e Hipólito Rojas.
Esta vandálica acción fue realizada por efectivos de la guardia rural. A pesar de los esfuerzos por esclarecer el hecho los asesinos quedaron impunes y fue acusado de debilidad al alcalde al manejar la situación, creándose un ambiente político muy tenso en el mes de septiembre donde sacó provecho el Partido Demócrata en la oposición, dirigido por el también médico Lcdo. Rafael Seiglie, lo que provocó en marzo del siguiente año la renuncia a su puesto del alcalde Dr. Martín Marrero.
Tomada esta decisión en 1902 se trasladó a La Habana, radicándose de nuevo en su natal Santiago de las Vegas.
Trabajo como médico militar
El 12 de enero de 1903 ingresa en la Guardia Rural con el grado de capitán médico, desempeñando diferentes responsabilidades. En el mismo ocupó los cargos de Director del Hospital Militar y jefe de Sanidad del Cuerpo de Artillería, hasta 1909; de 1913 a 1915 y con grados de Teniente Coronel fue designado Jefe de Sanidad del Ejército Permanente (creado el 4 de abril de 1908 por el Decreto Ley 355 del Gobernador Militar Charles E. Magoon durante la segunda ocupación norteamericana), y posteriormente jefe de la Sección de Sanidad del Estado Mayor General de 1915 a 1919, con grado de Coronel.
Al retirarse en 1926, decepcionado por la actuación represiva del ejército en diferentes acontecimientos nacionales, ostentaba el grado de Coronel Jefe del Hospital Militar de Columbia y jefe de Sanidad Militar.
Jamás utilizó sus glorias y sus honores en beneficio personal. Rehusó ser nombrado alcalde en Santiago de las Vegas. Pasó los últimos años de su vida trabajando modestamente como médico en su consultorio de Santiago de las Vegas.
El 26 de julio de 1938 falleció su esposa Carmen Caraballo.
Muerte
El 15 de diciembre de 1943, a las tres de la madrugada, dejaba de existir el Coronel Martín Marrero.
Nombramientos y homenajes
En homenaje a su destacada participación en la gesta libertaria y a su ardua labor en la defensa de los intereses del pueblo de Yaguajay, el primer hospital de este municipio, inaugurado en 1899 llevó su nombre y años más tarde el Ayuntamiento de este municipio acordó nombrar “Dr. Martín Marrero” a una de las calles de la cabecera municipal.
En la república el Dr. Martín Marrero mantuvo sus vínculos con Jagüey Grande. Al cumplirse el trigésimo aniversario del levantamiento en armas, del 23 al 25 de febrero de 1925 visitó este pueblo, la zona de Palmar Bonito y la Finca La Sirena, ocasión en que se rindió homenaje a los patriotas participantes en la sublevación del 24 de febrero de 1895.
El Ayuntamiento de Jagüey Grande le otorgó la condición de Hijo Adoptivo, y Santiago de las Vegas lo proclamó Hijo Benemérito el 24 de febrero de 1943.
Referencias
- ↑ Carta de José Martí al Dr. José Lázaro Martín Marrero, fechada mayo de 1893. En Obras Completas, tomo II. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975; p. 325.
Fuentes
- Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba, Tomo 1, Biografías. La Habana, Ediciones Verde Olivo, 2001.
- Memorias de Martín Marrero. Museo Santiago de las Vegas.
- Entrevista a Martin Marrero en revista Cúspide, a cargo de Francisco Montoto. Marzo de 1933
- Rodríguez, José Agustín: El alzamiento de la finca La Sirena. Jagüey Grande, 1955.
- Martí, José. Obras Completas, Tomo II. Editorial Ciencias Sociales, La Habana, 1975.
- Museo municipal de Jagüey Grande. Documentos históricos.
- José Miguel Márquez Fariñas: Presencia de Martí en el Dr. Martín Marrero. Revista Celibán.