- Germán: 12 de Marzo, 1967. ¡Que dilema en el que me encuentro yo! Que serie de eventos inexplicables que causaron mi llegada aquí a la finca de Don Severo, un hombre que no conozco y espero jamás conocer, porque siento que cuando él regresa aquí, no estará muy feliz. Y espero estar muy lejos en ese momento.
- Don Severo: Gracias, hija. Volveré la próxima menguante. ¡Ah! No se le olvide desgranar las ocho arrobas de maíz, para Don Machete. Adiós.
- Manuela: Su amor empezó como una semilla, plantada adentro de usted, como en la tierra. Para que crezca su amor, es necesario protegerlo cuando es frágil, aporcarle los nutrientes, debe cuidarlo. No puede criticar a su amor en un solo día porque no creció. Pero si usted tiene paciencia, verá que no solo tiene una semilla enterrada.
- Germán: Tengo una cebolla.
- Manuela: No Germán, tiene una rica cena.
- Germán: ¿Liberal, dijo, como así?
- Don Iván: ¡Porquería de gringos con sus ideas libertinas y extranjeras!
- Germán: ¿Muchos de ellos en el área?
- Don Iván: ¿Liberales? Todo esto está lleno de liberales. No tienen concepto de la propiedad. En general, todos son ladronzuelos.
- Germán: Ah, pero ¿gringo dijo? Eso es el peor tipo.
- Don Iván: Bueno, me voy, porque dejá las gallinas sin comido. Buenas noches, Germán. Buenas noches, Manuela. Volveré.
- María: Mi amor, Germán. Le estoy esperando aquí en el Líbano. Búsqueme en la cafetería Moka. Le pido perdón por no llegar como habíamos planeado. Espero aun me ame.