Yerba Mate
Yerba Mate
104p. ilus.
1. Yerba mate 2. Ilex paraguariensis 3. Historia 4. Producción
5. Taxonomia 6. Reseña 7. Sistematica
ISBN: 978-99953-48-06-97
Todos los contenidos del presente libro están sujetos a derechos de propiedad
intelectual e industrial de la Fundación Moisés Bertoni o de los terceros, autores de los
capítulos.
Agradecimientos: La Fundación Moisés Bertoni, agradece a los autores de este libro, por
sus aportes y compromiso con el mismo a modo de donación; igualmente agradece a
todas las personas e instituciones que han apoyado este emprendimiento que tiene un
fin completamente educativo y formativo.
Esta publicación ha sido posible a través del apoyo proveído por el proyecto
"Enriquecimiento de bosques y producción sostenible" financiado por Ministerio Federal
de Cooperación y Desarrollo Alemán y Global Nature Fund”
INTRODUCCIÓN
Cuando hablamos de la yerba mate, hablamos de algo más que un producto que se
obtiene a partir de las hojas de Ilex paraguariensis, más que un árbol nativo del bosque
subtropical de Sudamérica que pertenece a la familia de las aquifoliáceas; hablamos de
la identidad de un pueblo y de una nación. El presente documento busca reflejar
algunos de los diversos matices que hace de la yerba a la identidad Paraguaya.
Éste, recopila básicamente tres visiones complementarias para aquellos que quieren
entender y conocer mucho más sobre la yerba mate. La primera parte del documento,
realizada por Danilo A. Salas - Dueñas, es una compilación histórica que refleja la
importancia lo que significa en los procesos de creación del estado y de la sociedad, la
yerba con diversos efectos en la construcción de una identidad.
En la segunda parte, trabajó la Dra. Fátima Mereles; hace un recorrido por el mundo
taxonómico de género Illex y una reseña botánica de diversas especies nativas del
Paraguay, permitiendo entender aún mas la importancia ecológica de los Ilex y el valor
ambiental que tienen para la región.
La tercera parte, realizada por María Isabel Ferreira, desarrolla los lineamientos técnicos
para la producción y comercialización de la yerba, incluyendo información que permita a
cualquier persona interesada o productor de yerba desarrollar un modelo de gestión de
los yerbatales. Es importante señalar que áreas naturales o cultivos comerciales bajo
sombra o que incorporan elementos naturales como otras nativas de la región, no solo
son una muy buena alternativa económica, sino también una excelente forma de
conservar bosques o crear áreas con cobertura arbórea.
Los Editores.
PROLOGO.
La Fundación Moisés Bertoni (FMB) ha estado trabajando en los distritos que conforman
la Reserva de Biosfera del Bosque Mbaracayu durante más de 25 años y su presencia
es sinónimo de confianza y trabajo en equipo para esta zona del departamento de
Canindeyú. Esta es una iniciativa de la FMB, con base en el interés expresado por el grupo
objetivo de llevar a cabo proyectos que podrían apoyar la generación de alternativas
productivas sostenibles.
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La propuesta "Enriquecimiento de bosques y producción sostenible" está vinculada a las
comunidades campesinas, trabaja prioritariamente con productores identificados en la
zona de influencia de corredores de la Reserva de Biosfera del Bosque Mbaracayú en
cuyas fincas existen yerbales nativos y están instaladas parcelas de yerba mate bajo
monte, en las cuales se han incorporado igualmente otras especies forestales nativas.
Las especies forestales son sembradas para enriquecer las parcelas de bosques en donde
también será producida la yerba mate, y en donde se hace un seguimiento cercano para
el buen desarrollo tanto de las especies implantadas, como del cumplimiento de los
acuerdos logrados entre las partes.
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Contenido
Introducción..........................................................................................................................................................4
Prólogo....................................................................................................................................................................8
Bibliografía...........................................................................................................................................................85
Anexos...................................................................................................................................................................88
Anexos Fotográficos......................................................................................................................................104
CAPITULO l
Historia de la yerba mate
Yerba mate
Una mirada extensa
Historia, producción y sistemática.
El consumo de yerba mate (Ilex paraguariensis) se extendió en Sudamérica durante el
Imperio español, desde la zona que poblaban los guaraníes (actuales provincias Argentinas,
Misiones, centro-norte de Corrientes, Este de lo que hoy es Paraguay a partir del río del
mismo nombre y regiones aledañas de lo que hoy es Brasil) al resto del Virreinato del Río
de la Plata en el siglo XVI. Cabe aclarar que los guaraníes indígenas ya eran consumidores
de yerba mate antes de la llegada de los españoles.
Durante el dominio español, la cosecha de yerba mate de plantas silvestres se llevó a cabo
con mano de obra indígena. El consumo de mate se difundió en el siglo XVII, llegando a la
región del Río de la Plata y de allí a Chile y Perú. El consumo generalizado de yerba mate
convirtió a la yerba en el principal producto de Paraguay por encima de otras mercancías
como el tabaco.
A mediados del siglo XVII, los jesuitas lograron domesticar la planta y establecieron
plantacines en las reducciones indígenas en Misiones, lo que desató una fuerte
competencia con los recolectores de la región (actual Paraguay, Noreste de Argentina y
zonas aledañas de Brasil) que únicamente cosechaban plantas silvestres.
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En proyectos de brasileños y argentinos en el siglo XX y finales de siglo XIX la planta fue
domesticada una vez más, gracias a los estudios iniciales del franco-argentino Carlos Thays
que elaboró un nuevo método para lograr que la germinación se hiciese a escala industrial,
abriendo así el camino para los sistemas de plantación moderna. Cuando los empresarios
brasileños volcaron su atención en el café en la década de 1930, Argentina - que había sido
el principal consumidor - se convirtió también en el mayor productor, avivando la
economía de la provincia de Misiones, donde los jesuitas habían tenido una vez la mayor
parte de sus plantaciones.
A principios del siglo XX, en Argentina sólo se cosechaba yerba mate silvestre. Ante la
necesidad de importar la yerba desde Brasil y Paraguay para satisfacer el consumo interno
y la manera en que se arrasaban los yerbales existentes para cosechar sus hojas, Thays
investigó los métodos de germinación de las semillas. Esto ya había sido intentado por el
naturalista Aimé Bonpland, quien había vivido en la actual provincia de Corrientes, pero sus
estudios habían fracasado.
A continuación, podemos repasar parte de las notas de Amado Bonpland sobre la ventaja
de cultivar la planta que produce el mate, de formar montes de ella y de mejorar la
fabricación de la yerba mate (1849):
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La geografía de la planta que produce el mate, es de tal manera exacta que, se puede
con confianza indicar los parajes donde existe este útil vegetal.
A ejemplo de los habitantes del Paraguay, los Correntinos y Brasileros se han dedicado
sucesivamente a la fabricación de la yerba. Digno es de observar que, desde cerca de tres
siglos, el cultivo y beneficio del mate, no hayan avanzado un solo paso.
Los españoles y brasileros siguen ciegamente las prácticas de los indígenas del
Paraguay; diré, y es que la calidad de la yerba que se fabrica hoy en el Paraguay es de una
calidad inferior a la que se fabricaba antiguamente. Muy importante sería si los habitantes
se dedicasen a no presentar en el comercio sino yerba bien beneficiada y de buen gusto;
entonces se aumentaría considerablemente el uso del mate, que verdaderamente es una
bebida tan útil como agradable.
Importa observar que los Jesuitas habían empezado en las Misiones a mejorar el cultivo
del mate, pero que nada habían hecho para la mejora de su fabricación. Los árboles de
mate, sea que vivan aislados o en sociedad, se encuentran constantemente en medio de los
montes y confundidos con una multitud de árboles, arbustos y enredaderas, que los privan
de la acción benéfica del sol.
Resulta de esta situación que las hojas del mate, no pueden adquirir ese grado de
madurez perfecta, que debe dar a la yerba el sabor que debe gozar.
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Cuando los Jesuitas determinaron plantar un monte de mate en cada uno de los
pueblos que componen las Misiones, situadas al Oriente y Occidente del Uruguay y al
Oriente y Occidente del Paraná, llenaron tres indicaciones importantes. La primera fue, la
de obtener una yerba preferible por su calidad a la mejor que se puede fabricar en los
montes vírgenes; la segunda fue la de simplificar su fabricación y de hacerla mucho menos
dispendiosa; la tercera, en fin, fue la de asegurarse anualmente de una renta fija, que debía
aumentar a proporción del número de pies o frondosidades de que se componía cada
monte de mate.
En el estado actual todos están de acuerdo de que se puede después de tres años
de vegetación cortar de nuevo los árboles. Esta opinión que es muy antigua en el Paraguay
estáconforme con el uso establecido para el corte regular de los montes; se debe, pues,
considerar. Resulta de este último hecho, que un propietario que tuviese, supongamos,
15.000 árboles, debería cada año cortar 5.000 y fabricaría así 5.000 arrobas de yerba. Este
cálculo está establecido sobre la experiencia de los fabricantes, y conviene fijarse en él; sin
embargo se podría asegurar que este producto sería más considerable si se llegase a
formar montes de mate así como lo han hecho ya los Jesuitas.
Los habitantes del Paraguay, siguiendo el método antiguo de los indígenas, han
fabricado y aún fabrican la mejor yerba. La que se fabrica en la Provincia de Corrientes es
inferior a la del Paraguay, y en fin, la que se fabrica en el Brasil es la menos estimada de
todas, y transportada a los mercados, es del más ínfimo valor.
La mala calidad de la yerba fabricada en el Brasil proviene de dos causas principales. 1°,
del poco cuidado que tienen los fabricantes; 2°, de introducir en su fabricación muchas
platas muy diferentes del verdadero mate que los habitantes del Paraguay emplean
exclusivamente.
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Hoy el Brasil se encuentra en una posición de tal modo ventajosa, que podría fabricar
yerbas de mate que serían preferidas a las del Paraguay. En este caso supuesto y verosímil
el Brasil aumentaría sensiblemente la renta de este ramo agrícola.
Antes de explicar los medios convenientes para llenar este punto útil, es menester
convencerse de que todos los hombres que hasta hoy han entrado en los montes para
fabricar yerba, han sido unos destructores culpables, y que por su manera de trabajar han
destruido inmensos montes de mate y alejado las poblaciones de los puntos de su
fabricación.
A fin de llenar el punto que siempre he deseado para el bien de los países que
poseen monte de mate y que diariamente se alejan de los lugares cultivados a causa de la
destrucción que hacen los fabricantes de la yerba, es necesaria la intervención del
Gobierno, así como la de administradores ilustrados. Hasta hoy los montes han estado a
disposición de los habitantes, y en un país tan libre como el Imperio del Brasil, sería tal
vez inconveniente cambiar este orden de cosas. Sin embargo, debo observar que los
fabricantes de mate jamás han hecho buenos negocios, que todos son pobres y que
probablemente adquirirán más incomodidades si se dedicasen a otros trabajos agrícolas.
Hoy prefiero detenerme en este segundo medio, y ningún lugar me parece más propio que
la nueva picada que va a establecer un paso libre entre la Ciudad de Río Pardo y los
departamentos del Paso hondo y de Cruz Alta. Esta picada abierta entre el río Tacuarí y el
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río Pardo ofrece en el camino mismo un espacio cuando menos de ocho leguas, en cuyo
paraje las plantas, las más comunes son los Pineiros, los Tarumá, el árbol que produce el
mate y el Guaviraba de los Brasileros (Guavirá puitá de los Guaraníes) que sirve para
aromatizar y mejorar la yerba del Paraguay. Todo me induce a creer que las costas de esta
nueva picada, es decir, el espacio entre ella y el Río Pardo, y el espacio entre la picada y
el Tacuarí deben contener una inmensa cantidad de árboles de mate y de guaviraba,
plantas esencialmente útiles y que ofrecen grandes ventajas.
En el caso que se ponga en ejecución este proyecto, del que no he hecho más que un
bosquejo, podré dar todos los detalles necesarios a su ejecución. Mi parecer sería que se
operase sobre cuatro leguas de terreno, dispuestas de esta manera. Tomar dos leguas de
la parte de Rio Pardo y dos leguas de la del Río Tacuarí. Estas cuatro leguas serían pues,
separadas por un camino. El establecimiento dispuesto así y ubicado en un paraje
conveniente, simplificaría mucho la administración. En el caso que se formase una
sociedad, las cuatro indicadas exigirían 16 acciones según los principios enunciados para la
distribución de los terrenos de la nueva picada.
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Tal vez sería muy útil reunir a esta
arrienda modelo una administración
que vigilase sobre la fabricación de las
yerbas de toda la picada, e impidiese,
sobre todo a los nuevos propietarios,
destruir los montes de mate que se
encontraran necesariamente sobre su
nueva propiedad y en la vecindad, es
decir entre la picada y el río Pardo de
una parte y de la otra entre la picada y
el río Tacuarí.
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En 1895 Thays recibió las primeras semillas y gajos de yerba mate. Los gajos no
prosperaban pero observó como maduraban las semillas en el aparato digestivo de las
gallinas e introdujo un método que imitaba a la naturaleza al hacerlas germinar
sometiéndolas a una prolongada inmersión en agua a elevada temperatura. Al respecto
Thays explicaba:
“La Yerba Mate, cuyo producto se utiliza en gran cantidad en la mayor parte de las
naciones sudamericanas, alcanza una producción elaborada de cien millones de kilos (...) La
bebida estimulante que se extrae proviene de la disecación y de la pulvericación de sus
hojas, produciéndose un polvo con el que se hace una infusión por medio de utensillos
especiales y de una gran simplicidad (...) hace aproximadamente quince años y después de
haber realizado una cierta cantidad de experiencias, utilicé con éxito en el Jardín Botánico
el modo bien simple de preparar los granos mediante una inmersión especial cuya receta
ha sido publicada. Obtuve así un gran número de ejemplares que se pueden denominar
domésticos que producen granos que germinan, aunque un poco lentamente, sin
ninguna preparación.¨
Uso temprano
Antes de la llegada de los españoles en el pueblo guaraní, autóctono de la zona
de distribución natural de la planta, se sabe que se consumía yerba mate, al menos para
propósitos medicinales. Restos de yerba mate también se han encontrado en una tumba
quechua cerca de Lima, Perú, y por lo tanto se ha sugerido que la yerba estuvo asociada a
prestigio.
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Los primeros europeos que se establecen en las tierras de los guaraníes y de la yerba
mate fueron los españoles que fundaron Asunción en 1537. La nueva colonia se desarrollo
con poco comercio y contacto con el exterior lo que hizo que los españoles establecieran
contactos fluidos más allá de las relaciones laborales con las tribus locales. No está claro
exactamente cuando los españoles comenzaron a tomar mate, pero se sabe que desde
fines del siglo XVI que se consume ampliamente.
Por 1596 el consumo de yerba mate como bebida se había vuelto tan común en
Paraguay que un miembro del cabildo de Asunción, escribió al gobernador del Río de la
Plata Hernando Arias de Saavedra:"el vicio y mal hábito de tomar mate se ha extendido
tanto entre los españoles, sus mujeres y niños, que a diferencia de los indios que se
contentan con beber una vez al día la toman de forma continua y aquellos que no lo
beben son muy raros."
El mismo autor de la carta llegó a afirmar que los colonos venden sus prendas de
vestir, armas y caballos y se endeudan para obtener la yerba mate.
Siglo XVII
A principios del siglo XVII, la yerba mate se convirtió en el principal producto de
exportación de los territorios guaraníes, por sobre el azúcar, el vino y el tabaco que habían
dominado anteriormente. El gobernador de Río de la Plata, Hernando Arias de Saavedra,
se opuso a comienzos del siglo XVII a la industria de la yerba mate en desarrollo,
considerando su consumo como un mal hábito, poco saludable, y que gran parte de la
mano de obra indígena se consumía en las faenas. Hernando Arias de Saavedra ordenó
poner fin a la producción en la Gobernación del Río de la Plata y al mismo tiempo buscó la
aprobación de la corona española para sus medidas; pero ésta rechazó la prohibición, así
como también lo hicieron los colonos involucrados en la producción, que nunca
cumplieron con la orden.
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A diferencia de otras especies ricas en alcaloides encontrados por los europeos en la era de
los descubrimientos como el cacao y el café, la yerba mate no era especie domesticada y
llegó a ser explotada a partir de rodales silvestres hasta el siglo XIX, aunque los jesuitas
domesticaron la planta por primera vez a mediados del siglo XVII.
En 1630, el conflicto se agravó cuando los pobladores de Villa Rica y Ciudad Real y las
misiones jesuíticas del Guairá tuvieron que huir a la zona de Maracayú debido a los ataques
de los colonos portugueses de São Paulo. En el área de Maracayú nuevos pobladores
hicieron de la yerba mate su principal fuente de ingresos, lo que provocó un conflicto con
los colonos de Asunción; ésta sólo terminó en 1676, cuando las hostilidades de los colonos
portugueses convirtieron a Maracayú en una expuesta zona fronteriza. Los pobladores de
Maracaýu se trasladaron al sur, formando la ciudad moderna de Villarrica y transformaron
sus nuevas tierras en el nuevo centro de la industria del mate.
El conflicto entre los viejos y nuevos pobladores en Maracayú coincidió con la extensión
del consumo de yerba mate fuera de la colonia de Paraguay, primero en el centro de
comercial del Río de la Plata y de allí al Alto Perú (actualmente Bolivia), Bajo Perú y Chile.
convirtiéndose en un producto importante en muchas ciudades coloniales de América del
Sur. En el transcurso del siglo XVII, los impuestos sobre la yerba mate se convirtieron en
una importante fuente de ingresos en el Paraguay, Santa Fé y Buenos Aires donde se
cobraban grandes impuestos a la yerba. Algunos de los impuestos aplicados fueron el
diezmo, la alcabala y los impuestos municipales de las ciudades por donde pasaba. En 1680
la corona española impuso un impuesto especial a la yerba mate, destinado a financiar
obras de defensa de Buenos Aires y su guarnición.
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El desplazamiento hacia el sur de Villarrica de la producción llevó a Asunción a perder su
posición de puerto único de exportación aguas abajo a las ciudades de Santa Fe y Buenos
Aires. Cuando la producción estaba centrada en Maracayú el transporte abajo del río
Paraná era difícil y por lo tanto, la yerba era trasladada a través del río Jejuy a Asunción
el río Paraguay, que era navegable durante todo el trayecto hasta el Río de la Plata. El
gobierno local de Asunción intentó, sin éxito, hacer pasar toda la yerba producida al norte
del ríoTebicuary por la ciudad pero la corona española así como los pobladores de Villarrica
ignoraron los reclamos.
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Siglo XVlll
El Informe sobre la yerba del Paraguay hecho por el obispo del Paraguay, citado en
Federico Oberti, Historia y Folklore del Mate. Buenos Aires, 1979. nos da una clara idea del
significado de la Yerba para esta nación.
1- En el informe general que dí a V.M. del estado lamentable de esta Provincia del
Parguay (desde el núm. 103) ofrecí para quitar todo escrúpulo de mi ingenuidad, hablar
(dándome Dios salud) de la celebrada yerba del Paraguay, tan usada en este Reino,
saliendo su crecido gasto solamente de esta Provincia, en donde únicamente se cría
silvestre entre los montes: pues veo sus utilidades e intereses tan ponderados en muchas
historias, que parecen hacer competencia con el cerro de Potosí; y con este diabólico
engaño magnifican los que por su fortuna no han venido al Paraguay las riquezas y
fertilidad de esta Provincia, siendo en realidad de verdad (como llevo demostrado) la más
miserable e infeliz de toda esta América.
2- Y para destacar con la claridad que deseo este enigma, supongo, Señor, que el tráfico
y comercio de la yerba paraguaya ha enriquecido a muchos de los comerciantes de este
Reino, y por lo común logran utilidad los que vienen a tratar en ella con sus facturas de
ropa. Pero aunque no necesita de cultivo esta especie, por ser de árboles silvestres; con
todo esto, la yerba esclaviza y aniquila a los Paraguayos: no logrando éstos por su
simplicidad, utilidades algunas, antes sí todos sus graves atrasos provienen de este llamado
Beneficio: sucediéndoles lo que a las ovejas y a las abejas. Pues criando aquéllos
naturalmente el vellón para su abrigo, al fin se quedan entre sus ayes sin lana, porque otros
se las trasquilan; y éstos, beneficiando con afán laborioso los dulces panales, no es para
ellas la miel, sino para quien la cata. De suerte que como cantaba el poeta, los afanes
de unas y otras no son para sí, sino para otros, quedándose al fin las unas sin el trabajo de
su miel y las otras sin las utilidades de su lana.
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3- De que resulta que saliendo de esta Provincia en cada un año de ochenta a cien mil
arrobas de yerba, cada día está más atrasada según veo: lo que me ha precisado a saber
con curiosidad de este comercio, para poder dar a V.M. un informe como testimonio de
verdad; para que comprendiéndose el estado de esta extraviada Provincia, consiga las más
piadosas y paternales atenciones de V.M. para su alivio.
4- Los montes de esta yerba están, Señor, más de ciento y treinta leguas de esta ciudad,
por unos caminos tan difíciles como peligrosos a cada paso con los pantanos, esteros,
bañados, lagunas y precipitadas montañas, que se encuentran y pasan precipitadas
montañas, que se encuentran y pasan precisamente: sin que el Obispo tenga indulto para
este camino, que me fue precisó correr (para la visita de Curuguatí) a costa de indecibles
trabajos, y no con pequeños costos, por la multitud de animales que se necesitan para
este dilatado viaje: siendo precisa la provisión desde la sal, que no suele encontrarse en
aquella villa, ni menos la carne.
5- Hácese el porte y trajín con mulas en esta forma. Para cada cien cargas de yerba se
necesitan ciento mulas, por las que a cada paso se destruyen, maltratan y fenecen, no
haciendo más jornada que dos a tres leguas cada día; y por las estrechuras de caminos van
en tropas de diez en diez mulas: cuidada y arreada cada partida por un peón; y si algunas
se caen o echan con la carga (que regularmente es de catorce arrobas en dos tercios), para
cuyo remedio vienen cinco peones de brío (que llaman retaguardieros) que van levantando
y arreando las caídas y mudando las cargas a otras: para lo cual son necesarios los cinco,
uno para tener la mula y los otros para cargar los dos tercios, que están unidos. Otro peón
va cuidando de las que van a la ligera: dos peones para hacer ranchos; y para gobernar a
todos un capataz; siendo los que se ocupan de estas cien cargas diez y nueve personas; que
no comiendo regularmente más alimento que toro flaco, necesitan casi más de una res
todos los días: siendo muchos meses los que por lo común tardan en este viaje; porque las
aguas los precisan a hacer la ida por riachos que fácilmente salen de madre, haciendo
intransitables sus cañadas: y si hay seca, la falta de pastos les hace pasar por el decaimiento
y flaqueza del ganado; por lo que es común tardar de tres a cuatro meses, y a veces más,
en llegar la yerba desde los montes a la ciudad, con no corta mortandad de mulas, y
crecidos insinuados afanes y penalidades de tropas y peones, que regularmente vienen
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desnudos, ya por haberles comido la ropa los montes, ya por ser necesario pasar la yerba
en pelotas y a nado por los ríos, y ya porque a cada paso se empantanan las mulas en tan
obvios lodazales; para cuyo remedio no pueden excusar enlodarse como las bestias; lo que
vi con indecible compasión mía; considerando que la pena de galeras, con que en España
se castigan o castigaban los mal hechores, es una delicia en comparación del remo de esta
faena, que los constituye a los infelices Paraguayos más infelices que galeotes, y en el
número de aquellos de quienes dijo David que no trabajan como hombres. Cuya
confirmación es que ninguno quiere portear la yerba desde los yerbales a medio partir: y
por lo mismo el diezmo de este ramo, que en los yerbales puede pasar de ocho mil
arrobas, se halla hoy rematado en quinientas y cincuenta.
8- Las mulas se alquilan o fletan para este porte o trajín a peso hueco cada mes,
pagadero en yerba puesta en la ciudad con antelación a otra cualquiera deuda; con la (poco
sana) condición de que, si perece la mula, ha de ser, no para el dueño, sino por cuenta del
tropero fletador, quien se obliga a pagar su valor, que son diez y seis pesos o más, que
corresponden a ocho arrobas de yerba puesta aquí: y mientras no da efectivamente la
yerba, le dan corriendo los mensuales fletamentos o alquileres hasta su cumplimiento,
desde el día en que el tropero se entregó de las mulas, aunque pasen años, cual no pocas
veces sucede.
9- Por cuya razón prudente dejará de confesar que el porte de la yerba, con tales
costos, trabajos y circunstancias no fuera cara a dos pesos de plata la arroba, como así
lo dicta la razón: habiendo palpado en mi visita a Curuguati cuanto llevo expresado.
10- Las utilidades de estos trabajos, Señor, no son para el Paraguay, como antes decía,
sino para los forasteros mercaderes que vienen con el comercio de ropa y otros géneros
de Buenos Aires: de suerte que siendo pena de la primera culpa el vestido, como escribía
el Angélico Doctor, reparando que Adán no se acordó del vestido hasta que se reconoció
de justicia original desnudo; parecen los Paraguayos los primeros o principales en esta
pena y como ésta se aumenta a proporción de las culpas, creciendo por nuestra miseria
cada día las ofensas, va creciendo la pena del vestido cada día.
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11- Los que aquí concurren al comercio se llaman
vulgarmente Quebrados, viniendo a soldar y
remediar sus quebraduras con los simples de los
paraguayos.
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14- Para no perderse el comerciante traslada la factura añadiendo una tercera parte
de los precios siendo de timorata conciencia; con lo que en esta Provincia ya es la factura
de cuatro mil pesos. Llega aquí alabando sus panes; y como para el hambriento no hay pan
malo, habiendo tantos sin ropa en el Paraguay, cargan con la tienda y se la tragan sin
reparo en el trescientos por ciento; haciendo en su consecuencia obligación de diez y seis
mil pesos huecos, que corresponden a ocho mil arrobas de yerba de buena condición
puesta en la ciudad, poniendo por fincas o hipotecas la nominada Estancia de ganado, que
sólo está perdido, la chácara con su capuera, cercos y casas; fanegas de brevedad con
cláusula general de los demás bienes, cuando no suelen tener más que males.
16- Allí cada arroba de yerba que beneficia el peón, no vale más que un peso hueco; y
para pagar en esta especie doscientos pesos de ropa (que no valdrá treinta pesos de plata)
se demoran en aquellos desiertos por un año o más, mal alimentados con flaca carne,
pagándola por muy gorda; teniendo por cama el duro suelo sin más abrigo que su poca
ropa; durmiendo entre víboras y otras sabandijas ponzoñosas; y después de estas penosas
incomodidades, tiene que madrugar a buscar los árboles de la yerba, a veces muchas
leguas del rancho; fatigarse en cortar las ramas, formar haces y traerlos a lomo como si
fuera un jumento sin los peligros de muchos tigres, que en aquellas partes hacen no pocos
destrozos;y para descansar es preciso desde la primera moche comenzar la faena de secar
y retostar la yerba con gran cuidado y prolijidad porque no se le pierdan las diarias fatigas;
no pudiendo muchas veces trabajar por los malos temporales; viviendo en aquellos y para
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descansar es preciso desde la primera moche comenzar la faena de secar y retostar la
yerba con gran cuidado y prolijidad porque no se le pierdan las diarias fatigas; no
pudiendo muchas veces trabajar por los malos temporales; viviendo en aquellos desiertos
como ethnicos, sin oír Misa, sin hablar de la doctrina cristiana, ni acordarse de los Santos
Sacramentos, que es una compasición.
17- Con dicho ejercicio gasta el vestido, y al fin de su tarea, se vuelve mal comido y peor
vestido, hallando igualmente a sus familias, y a veces aumentadas, que es mayor lástima.
18- Como esta faena, Señor, es más trabajosa y penosa que yo puedo bosquejar;
después de haberse vestido aquí de antemano los peones comienzan a temblar y temer el
cumplimiento; por lo que unos, y no pocos, se ausentan; otros enferman; y no pocos se
hacen malos: y todo es enfermedad para el pobre beneficiador paraguayo; pues no
teniendo estos inquilinos en que hacer traba para sus pagas, se queda maleficiado el
acreedor beneficiador, fallándole sus cuentas.
19- Añádense a la factura los costos de cueros para atacar la yerba, gastos de viajes tan
dilatados; urge el cumplimiento de la factura: y se ve el miserable más atado que la yerba:
el mercader comerciante con su espera desesperado: vanse pasando uno y más años hasta
que se cumple el plazo con la muerte poniéndose en entierre: así, Señor lo he visto y veo
cada día pasar, con gran dolor: de que se sigue demorarse aquí los comerciantes docenas
de años, con dispendio de sus mujeres y familia que cada día claman y reclaman, como de
mercaderes de bienes, que habiéndose dado sus géneros al fiado viven desconfiados de
los intereses.
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21- De todo lo cual seriamente considerado, se convence lo que al principio de este
informe aseguré a V.M., ser el beneficio ponderado de la yerba del Paraguay su mayor
maleficio, su dura esclavitud y perdición, hallándose los más desnudos, cuando más
solicitan los vestidos. Aquí veo muchos forasteros fundidos con sus mercaderías o intereses
malogrados: con su ropa fiada se hizo mucha yerba y no bastó para pagar tantos fletes de
mulas y para reintegrar tantas muestras: para satisfacer los toros consumidos y los cueros
gastados, quedándose todos en cueros.
22- Viéndose los comerciantes sin remedio para satisfacer en Buenos Aires (a donde
tienen sus familias) la abandonan del todo, sin que basten sus clamores para su rescate,
faltando a las obligaciones del santo matrimonio, por no poder cumplir con las escrituras; y
con una vana esperanza de que cobrarán no hay quien los recobre para su casa, viviendo
fuera de ella no casados.
23- Sobre lo que debo añadir, que con este uso de factura, como llevo dicho, y sus
surtidos, se ha introducido la relajación en los trajes, especialmente de las mujeres, como
tan inclinadas a novedad, haciendo trampas de las galas y gala de las trampas; no siendo
las mejores las que contraen con los comerciantes, pues no teniendo por lo común bienes,
no restan más hipotecas que las personales.
24- Todo cuanto llevo, Señor, expuesto a V.M. es un diseño muy reducido de lo que pasa
con el tráfico de la yerba y de los males que acarrea a toda la Provincia este comercio, el
que me ha sido preciso manifestar y poner patente a la suprema consideración de V.M. para
que se digne providenciar los más proporcionados remedios para el alivio de estos pobres
miserables vasallos.
25- Y siendo práctica en los males físicos, que el médico que llaman de cabecera
dé dictamen como quien ha pulsado y notado los síntomas del paciente, insinuaré en este
asunto el mismo bajo la suprema censura de V.M.
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26- Suponiendo, pues, que en el
remedio de los males se debe para el
acierto atender a la raíz, dejándose ver por
lo que llevo manifestado y estoy palpando,
que el menor precio de la yerba con tantos
trabajos beneficiada y con los excesivos
mencionados costos aquí conducida,
nace de la exorbitancia irregular de los
precios que se dan a las ropas y demás
géneros que llegan de Buenos Aires,
queriendo pagar los comerciantes en la
ínfima estimación trescientos por ciento, y
a veces cuatro, cinco y seis y setecientos,
según lo veo pasar paliando esta injusticia
con que las cosas van al fiado: y obligando
a los pobres Paraguayos la necesidad (que
carece de ley) a tomarlos para cubrir su
desnudez: no hallo, Señor, otro medio de
refrenar la avaricia de los comerciantes
poniéndoles ley de que no pueden ganar
más que un ciento por ciento en sus
mercaderías registrándolas al tiempo que
llegan al puerto de esta ciudad; y lo justo o
lo injusto de los precios que trae en las
facturas, muchas veces aumentado como
llevo dicho por su codicioso interés
(prohibiendo se traigan brocados, tapices,
listonerías preciosas al parecer, galones
Tomado de: Hooker, W.J., Hooker, J.D.,
de plata y oro), pues precisamente los
Icones Plantarum [Hooker’s] Icones
mercaderes a tomarlas como surtido de la
plantarum],
factura, se hallan precisados los Paraguyos
vol. 5: t. 465 (1842) [n.a.]
a cargar con ellas y a gastarlos sus mujeres
29
y familias, andando descalzas y a veces sin camisa (que es cosa ridícula); arreglándose lo
mismo en vino, trigo y demás vituallas en las cuales, por ser cosas más necesarias, no es
menos la fraudulencia.
29- Hoy, Señor, se está vendiendo el trigo en la plaza de Buenos Aires a menos de peso
fanega: y siendo cortísimo el flete que se paga por su conducción a esta Provincia, nos lo
hacen pagar aquí por veinte y veinte y cuatro pesos huecos, que corresponden a diez o
doce arrobas de yerba maciza, que sin mucha contingencia las venden después en veinte o
veinte y cuatro pesos de plata; el vino regularmente vale en Buenos Aires de catorce a diez
y seis pesos botija (siendo bueno) y aquí nos lo venden por sesenta y ochenta pesos,
que corresponde a cuarenta arrobas de yerba: siendo muchas veces preciso tomarlo
en cien pesos, por no dejar de celebrar la misa: y a este modo van las cosas regular o
irregularmente en esta desordenada Provincia.
30- Muéveme, Señor, a este dictamen lo uno: el reconocer y haber visto que,
comprándose aquí algunos géneros a precio de plata (con el motivo de pagarse en esta
moneda el tabaco torcido que de orden de V.M. se ha comenzado a beneficiar) dándolas
un treinta y cuarenta por ciento, van los comerciante satisfechos, gananciosos y contentos,
en atención a ser poco costosa la embarcación para esta Provincia, y sin los peligros de mar
aunque sea pacífico: y pagándoles en yerba o tabaco enmanojado un ciento por ciento,
pueden salir los comerciantes más gananciosos que con la plata; lo que se evidencia
con esta demostración: si el género vale cien pesos en Buenos Aires, dándolo aquí en
doscientos pesos huecos, corresponde a cien arrobas de yerba, que en Buenos Aires
vendidas a dos pesos de plata no son caras: leyendo yo en varios escritos y justificados
informes hechos a V.M. pocos años ha, que la yerba se vendía a tres pesos en aquella
ciudad. Con todo lo cual no tendrán ganancia los beneficiadores y traperos, según lo
trabajoso y costoso de los fletes, como llevo demostrado, pero serían menores las
pérdidas.
31- Lo otro: porque aquí he visto en este tiempo dar ropas y demás géneros a los
precios regulares de Buenos Aires, pagando a peso de plata la arroba de yerba entregada
de presente asegurando así los comerciantes sus ganancias, y las mismas se consiguen,
30
regulándoles los precios en Buenos Aires a un ciento por ciento de aumento: porque en la
primera un sombrero pongo por ejemplo, que en Buenos Aires vale un peso de plata, lo
dan aquí muchos por una arroba de yerba de presente y ganan; y en lo segundo, regulando
en dos pesos huecos el dicho sombrero se paga con una arroba de yerba, cuya fija
estimación son dos pesos huecos: con que no se pierde.
32- Lo otro, porque queriendo y pretendiendo unos comerciantes hacer en ésta unos
asientos de la yerba con licencia de V.M. convenían en pagarla en la ciudad de Santa Fe a
quince reales de plata y si querían darla al precio que corría en Buenos Aires, con el corto
aumento del porte a dicha ciudad de Santa Fe; de cuyo precio rebajando dos reales cuando
más de flete, quedaba en trece rs. de plata cada arroba, con lo que se podía comprar casi
doble ropa, que aquí en el Paraguay dando el ciento en yerba o tabaco; donde sin mucha
reflexión se convence, Señor, lo esclavizados que están, como llevo referido, los pobres
paraguayos, costándoles a los peones la vara de pañete cuatro pesos huecos; que
corresponden a cuatro arrobas de yerba en el beneficio, donde pagan.
33- El mayor tropiezo que hallo, Señor, en este asunto es el flete de mulas para poder
portear la yerba, estipulando que ha de ser de cuenta del tropero beneficiador reintegrarlas
vivas y sanas a sus dueños, o su equivalente, regulando cada mula que fallare, como he
dicho, en ocho arrobas de yerba puesta aquí, además de ocho pesos huecos cada año
desde el día de su reintegro; porque este uso de contrato se roza con la cuestión tan reñida
hasta desde el tiempo del doctísimo Mro. Soto y el Dr. Martín Aspicuelta Navarro, quienes
comenzaron a contravertir la licitud o ilicitud del contrato trino, oponiéndose en sus
gravísimos dictámenes, de los que tienen hoy cada uno de estos celebrados autores, otros
Doctores de su respectiva escuela no obstante que habiendo recurrido con esta
controversia a la Santidad de Sixto V, examinada con toda diligencia la dificultad, declaró
su Santidad por usurarios tales contratos, prohibiéndolos en adelante, como consta de su
Constitución Detestabilis, dada en el año 1586; sobre cuya inteligencia dividiéndose hoy
los teólogos, anda dicho contrato en nuevas oposiciones y aunque puesta en la fiel romana
de la Santidad de Benedicto XIV de feliz recordación, se inclina a la parte negativa, según
su expresión en el Cap. 50 del libro del Sínodo Diocesano; pero en la Carta encíclica a los
Patriarcas, Arzobispos, Obispos y Ordinarios de Italia en 1° de noviembre de 1736 sobre
31
varias razones introducidas en aquellas partes, no quiso su Beatitud aplicar la piedra de
toque a esta antigua controversia.
36- Y a la verdad, Señor, este es el caso que con sus acasos ha perdido a los más de los
troperos del Paraguay; pues sucediendo no pocas veces algunas epidemias mulares, uno
por lo viciado de los pastos, como en regular, o por las dilatadas secas que las aniquilan
(por no pensarse aquí en pienso ni en cebada, como en campos; sino solamente en la
yerba, que confeccionada sirve a los hombres de mate, e inficionada es la muerte para las
bestias), no suele alcanzar todo el beneficio para reintegrar el fallo de mulas con sus
alquileres devengados, y que...
37- Por otra parte, considerándose la desidia y poco cuidado de los Paraguayos, que
tratando mal a los peones, éstos tratan peor a las mulas; si no se les obligase a la dicha
reintegración, perecieran muchísimas, por su culpable desidia, por la excesiva carga y por
lo mal arreadas que las traen, no gastando más jalma que un género de simple estera, con
que suele conglutinar el cuero de la mula, de que se sigue un gravísimo desuello, como
yo lo he visto.
38- A esto se añade, Señor, que el camino de los yerbales, además de su fatalísima
natural constitución, se halla por la inacción y nativa flojedad de estos naturales con tantos
precipicios de animales que parece milagro lleguen aquí vivos, sin pensar jamás en el
reparo de estos caminos tan traficados, poniéndose peor cada día: porque siendo la mayor
parte de densísimos montes, sucede muchas veces caerse con lo impetuoso de los vientos
algunos corpulentos árboles en las sendas usadas, y por no detenerse a quitarlos, se privan
del camino menos malo: haciendo nuevas sendas por donde no se puede caminar, sin
perder los que van a caballo el juicio y la cabeza, por deber ir atentos con todos cinco
sentidos para no tropezar en los altosy bajos de tanta ramazón, troncos y pantaneos; y no
pasando por aquí jamás los Vuestros Gobernadores, crece cada día este desgobierno,
que pedía un general reparo; como lo han hecho los pp. Doctrineros de los nuevos pueblos,
del Tarumá, que están al cuidado de los RR. pp. Jesuitas, habiendo compuesto algunos
pasos de su pertenencia y aun del común (fuera de los montes), por donde se pasa
fácilmente y sin peligro, no sólo con mulas, sino con carros, lo que es irremediable en
muchísimas partes del camino: y para esta Provincia tan pobre es obra de romanos.
32
39- Considerado todo esto, parece tienen razón por una parte los dueños de mulas
para celebrar el contrato de flete con la calidad de (reintegrar) las fletadas; pues las que
perecen por los culpables descuidos, es de justicia y de conciencia las paguen los
troperos beneficiadores: y fuera siempre muy difícil la averiguación y probanza de si era o
no culpable la falla: por cuyo motivo minora el valor de los alquileres el dueño, llevando
por todo un año ocho pesos huecos por cada mula; y eso parece terminante en la ley 8°
art. 8 de la part.5º.
Por otra parte se quejan los locatarios beneficiadores de que muriendo las mulas
por causas naturales, no parece razón ni justicia las paguen: porque siempre en estas
circunstancias deben perecer para su dueño, cuyo dominio no se transfiere al locatario en
este contrato; y que en atención a la estimación de diez y seis pesos de valor, que aquí
tienen las mulas nuevas, parece correspondiente sin dicha aseguración el flete o alquileres
de ocho pesos al año: siendo más injusto que por las que murieron ha muchos años antes
de llegar a los yerbales, estén pagando los fletadores como si hubieran traído carga; y esto
hasta la reposición de otra mula o de su valor.
Y porque obligándosenos (claman los arrendatarios) a volver las mulas buenas y sanas,
es mutuo formal contrato, del que resulta algún lucro, se deja traslucir la detestable paliada
usura; y aunque ésta se puede evitar (según opinan algunos) en el presente caso, cuando
el locatario minorando el precio de los alquileres, se obliga a los casos fortuitos que
absolutamente puede impedir, pero no cuando no los puede evitar; cual sucede en
las enfermedades naturales de los animales, con cuya aseguración a que nos precisan, se
hacen para el locador inmortales las mulas.
40- De una y otra razones se forma, Señor, para mi corto juicio un Seylla y Caribdis;
y más, cuando la memorada y siempre memorable Santidad del Señor Benedicto XIV, en el
n. 6 del cap. citado previene que los Obispos (como algunos lo han pretendido) destierren
en cuanto puedan sin censuras semejantes contratos leoninos. Si se declara usura en los
locadores, se alarga la rienda para el abuso de las mulas, puede su uso cesar en breve;
33
y si se tolera la absoluta aseguración, se pierden absolutamente los troperos locatarios,
como cada día está enseñando la experiencia, logrando las bestias tal privilegio, que siendo
tan factibles se hacen hipotecas perdurables, viviendo siempre para su dueño, cuando en
su poder no mueren.
41- No parece justo que los locadores de mulas lleven y hayan llevado por las que fallan
en poder de los troperos locadores por cualquier causa el precio de los diez y seis pesos
que vale cualquiera mula nueva; ni menos los fletes hasta su reintegro: no lo primero,
porque una mula muchas veces vieja, y cuando no muy trabajada, con los regulares ayes no
puede ni debe estimarse en el precio de las mulas nuevas buenas y sanas que eso fuera
introducir con las mulas el juego de la ganapierde, que la discreción usa con las damas: no
lo segundo, porque en llegando las mulas de un viaje, están muchos meses descansando y
reponiéndose en las estancias de sus dueños sin ganar fletes, por lo que no ocurre el lucro
cesante, que podía justificar esta tiranía, dejo mi respuesta a la suprema consideración
de V.M. más arreglada y justa resolución.
42- Pero no puedo dejar de notar: que además de las causas fortuitas, evitables con la
diligencia y cuidado, y de las causas naturales como de algún río, mordedura de víboras u
otros animales ponzoñosos, de alguna enfermedad, peste, esterilidad de pastos, pérdida
en todo o en parte de la vista, debilidad de algún miembro, efectos muchas veces del
regular trabajo (pues hasta el hierro se debilita con el uso) hay otra causa industrial que se
puede llamar matamulas, de las que sino muertas, regularmente andan matadas, y esta
es la excesiva carga que la suelen echar de diez y seis diez y siete, y a veces diez y ocho
arrobas de yerba en dos tercios, no siendo mulas de Almagro, a las que haría sucumbir esta
carga por semejantes caminos y más con los pastos tan fútiles con que únicamente se
alimentan aquí las mulas.
43- Esta exorbitancia, tan gravosa como costosa, la suelen disculpar los simples troperos
con que los mercaderes de yerba gustan más de los tercios de mayor peso: sin atender
ellos a los pesares que les dan las mulas muertas viniendo a ser la llamada gracias para los
mercaderes su máxima desgracia; y una máxima estudiada de los comerciantes; para
minorar las debidas reales contribuciones en las aduanas.
34
44- Porque pagándose los impuestos no por arrobas, sino por tercios; cuanto mayores
pagan menos los traficantes, como es claro: de que se sigue, atacando en doce tercios cien
arrobas cuando en catorce hacen cargas bien pesada, ahorran los mercaderes en cada cien
arrobas dos tercios cuyos desfalcos importan muchos miles de pesos en el número de cien
mil arrobas que se suelen beneficiar cada año: mediante las muchas aduanas que pasa este
comercio en todo este Reino; como se deja considerar; pidiendo el remedio de ordenar no
pasen los tercios de siete arrobas cuando más; lo que agradecerán racionales e irracionales
que no se matarán ni demorarán tanto, con hartos aumentos de Vuestras Reales Cajas.
45- Este es el escollo, Señor, en que comúnmente naufragan los troperos; por lo que si
algunos salen a nado los más se ahogan: saliendo los comerciantes tan ahogados, que
juzga ser efecto de las injusticias que recíprocamente se conocen y se descubren en este
informe, que hago (como padezco y veo) a la superior suprema consideración de V.M. que
Dios nos guarde para el alivio de los muchos fieles vasallos, con crecidos aumentos y
gloriosas dilataciones de monarquía. Paraguay y Septiembre treinta de mil setecientos
sesenta y uno.
Manuel Antonio
Obispo del Paraguay”
Citado en Federico Oberti, Historia y Folklore del Mate. Buenos Aires, 1979.
35
Siglo XIX
Una buena perspectiva de la situación, la da
Don Adolfo de Bourgoing. En su libro Viajes
en el Paraguay y Misiones Paraná, 1894. Pág.
233-241
36
Esas sumas fluctúan entre cien y ochocientos pesos de moneda nacional, y el que
las recibe, no puede abandonar el trabajo sin haber satisfecho: su importe, y si no logra
efectuarlo en una temporada debe hacerlo en la siguiente. Pero así también cuando logran
con alguna anticipación desligarse de su compromiso, no hay poder humano que les haga
permanecer un solo día más en el yerbal; así se les ofrecieran los más pingües salarios; nada
hay que les detenga en su impaciencia por volver a sus queridos pagos, a sus amados
valles, o a la villa. Todo esto representa para ellos la suprema ventura, la mayor felicidad
apetecida: allá se encuentra su amor, su alegría, la libertad, el reposo, y todos los goces
anhelados en sus sencillas y modestas aspiraciones. Van, pues, reciben nuevos anticipos
que de nuevo les esclavizan por largo tiempo, y cuyo importe generalmente malgastan
con todo aturdimiento al juego, en bailes que improvisan todos los días, en licores, o en
prodigalidades con las mujeres de vida más o menos alegre. ¡Qué les importa lo que vendrá
después!.
Esto dura algunas semanas, o dos o tres meses; días de algara, principalmente entre
el elemento mujeril; esto es durante la época en que viajan las peonadas. Esa es también
la época en que escasea el servicio doméstico; es cuando las mujeres abandonan sus
conchavos y se ponen de una soberbia e insolencia insoportables con sus patrones, ávidas
de entregarse a las orgías y francachelas más repugnantes y escandalosas. Y hay que ver
con qué profusión circula entonces la cerveza extranjera de las mejores marcas, bebida que
sólo reemplazan por la caña de sustancia u otros licores del país cuando ya los recursos
empiezan a disminuir. Pero para apreciar mejor la locura de estas gentes en su modo de
tirar el dinero, sería menester formarse una idea de la vida miserable, de las fatigas y
privaciones sin cuento a que los tiene expuestos el vivir a la intemperie, sufriendo los
ardores de un sol abrasador, copiosas lluvias demasiado frecuentes en los yerbales, y el
terrible y mortificante asedio de la más inmunda sabandija, de los más repugnantes y
molestos insectos. No es extraño de esta manera que la gran mayoría de ellos, no posean
un mal caballo con qué trasladarse al punto de sus trabajos o volver a éstos, viéndose por
lo tanto obligados a recorrer a pie larguísimas distancias; cincuenta, sesenta o setenta
leguas y a veces más, con su maleta al hombro, durmiendo en el camino a campo abierto,
o en el monte, donde los toma de noche; caminando otras veces durante ésta; sin más
abrigo a menudo que un triste ponchillo, o un mal retazo de bayeta, y provistos, en cuanto
37
a víveres, de algunos chipás o tortas hechas de almidón de mandioca, queso, huevos, y
leche, de algunas mezquinas tiras de cecina o carne seca, y de una abundante provisión
de yerba-mate para el tereré, brebaje que consiste en tomarlo con agua fría y que es
sumamente refrescante; hacen de éste un verdadero abuso a pesar de las malas
consecuencias que suele traer para su salud, predisponiéndoles no poco a contraer el
chucho, u otras fiebres malignas. Cada uno de ellos lleva a la cintura una guampa y
bombilla, dentro de aquella la necesaria porción de yerba y en cada arroyo o manantial
que pasa ha de detenerse a llenarla de agua y a sorber hasta no poder más.
Estos viajes, rara vez los efectúan solos. Hácenlos generalmente grupos más o menos
numerosos y en extremo pintorescos algunos, por la diversidad de trajes, tipos y equipajes
de los individuos que los componen; caminan unos detrás de otros en fila india, con paso
indolente y perezoso, haciendo pequeñas jornadas, si van a cumplir lo que podría llamarse
su condena; pero con un ardor que apenas igualaría el trote de un caballo y marchando día
y noche, sin detenerse apenas, si por el contrario vienen de cumplir aquella. En estos casos,
recorren aquellas largas distancias a razón de quince, diez y ocho y hasta veinte leguas
diarias lo que, en caminos tan pesados, arenosos la mayor parte, y bajo el sol de tales
latitudes puede parecer inverosímil, siendo seguramente exacto. Esto asombra aún más a
quien lo ve, pues cualquiera estaría lejos de suponer tal resistencia en individuos que
vuelven enfermizos, pálidos y anémicos; muchos de ellos, raquíticos. Verdad es que al
llegara su destino, no son pocos los que tienen que guardar cama por una semana o más,
sin poder moverse, esperando se les deshinchen los pies y aún las piernas. Hasta los más
sanos regresan cubiertos de horribles úlceras y llagas, originadas por las picaduras de
tanto insecto; enflaquecidos y desfigurados; vuelven todos, sucios y harapientos, en un
estado tristísimo.
Cuando se da principio a las faenas, los primeros peones que llegan, a donde debe
"poblarse un rancho", tienen la obligación de construir los depósitos, acarrear y cortar
las maderas necesarias, la paja, etc., todo lo cual se lleva a cabo con la mayor presteza,
quedando listos los percheles, o almacenes antes de cuarenta y ocho horas. Terminados
éstos, y la cocina, que se hace a conveniente distancia de aquéllos por temor a incendios,
se procede pues, a levantar el barbucuá que es donde se tuesta la yerba, e igualmente
38
Los que cortan la yerba, los mineros, según son llamados entre las gentes del gremio,
no son, de los que se emplean en estas faenas, los que lo pasan mejor. Señalándoles los
capataces de Caatí (1) la parte en que han de trabajar, mediantes piques o pequeñas
galerías abiertas de antemano con ese objeto, y que sirve además, de límite a cada uno
de los trabajadores facilitando de este modo un trabajo ordenado.
Cada minero al ir a tomar posesión del retazo que le ha sido señalado, va provisto de un
hacha, un machete, y un raido; hace sus fogones en que echa con preferencia madera
verde para que no produzca llama muy intensa.
Estos fogones, que va mudando de sitio cuando ya no tiene cerca la yerba necesaria para
cortar, sirven para chamuscar (sapecar) lijeramente las hojas que al mismo tiempo va
desgajando con un movimiento rápido y hábil, conservando sólo los gajitos tiernos y
echándolas, luego, en el raido, especie de red hecha con tiras de cuero crudo que, una vez
repleta, carga el peón al hombro y trasporta hasta el rancho, que a veces dista más de una
legua, o al punto donde hayan podido penetrar las carretas.
Suelen cargar de esa manera, de diez a quince arrobas. Cuando las distancias son largas,
hay en el trayecto de trecho en trecho unos postes bajos que sirven para hacer descansar
al que lleva esta carga sin obligarle a bajarla al suelo del todo.
39
Durante sus tareas, los mineros, hallándose con frecuencia aislados de sus compañeros,
muy distantes los unos de los otros como para animarse mutuamente, se desgañitan
gritando de la manera más particular, imitando en sus voces el canto de alguna ave, el grito
o bramido de las fieras, o animales silvestres, o bien el silbido de las serpientes, en lo que
son muy hábiles y tienen especial placer. Otras veces, a muchos centenares de metros, con
esa voz estridente que les ha dado indudablemente, el habito de ejercitarla, se divierten en
dirigirse entre sonoras carcajadas, las más groseras bromas y dicharachos; y todo ese
bullicio, bien puede suponerse, es muy adecuado para ahuyentar cuanto bicho viviente,
reptil o volátil, puebla los ámbitos del yerbal. Por ello se explica también la escasez de caza
en la región más frecuentada de ellos.
Existe una ley que reglamenta su explotación, e inspectores encargados de velar por
su cumplimiento; pero éstos de todo se ocupan menos de cumplir con su deber, y hasta
son los primeros en infrinjirla. No pasarán, pues, muchos años sin que esta fuente de
riqueza del Paraguay, aminore considerablemente o llegue a agotarse casi por completo;
hoy mismo, puede decirse que la mejor y mayor parte de la yerba viene de Matto Grosso,
de sobre las sierras del Amambay, pasando como se ha dicho, para su exportación por las
aduanas de este país.
40
La buena calidad de este artículo, depende de que provenga o no de arboleda virgen;
esta es la mejor; la que tiene todas las cualidades apetecibles; pero también influye mucho
la manera como haya sido tostada, o preservada de la humedad, de la que fácilmente
se resiente.
Siglo XX
A partir del siglo XX la producción argentina de yerba comenzó a resurgir desde menos
de un millón de kilogramos por año en la cosecha en 1898 a 20.000.000 kg en 1929
únicamente en la provincia de Misiones. Argentina puso en marcha en la primera mitad de
ese siglo un programa estatal para poblar la provincia de Misiones y dar inicio a la industria
yerbatera. Para este propósito se dispusieron parcelas de tamaño familiar para colonos
extranjeros, la mayoría de ellos procedentes de Europa Central y Oriental. En la década de
1930 la producción brasileña se tornó hacia la producción de café, que era más rentable,
dejando a la industria argentina como el mayor productor.
41
Tomado de: Köhler, F.E., Medizinal Pflanzen, vol. 3: t. 60 (1890)
42
CAPITULO ll
Sistemática.
A pesar de que la “yerba mate” es una de las especies más estudiadas, muchas veces aún
quedan dudas sobre su estado de conservación, distribución actual y misma utilización por
parte de las yerbateras, justamente porque en los herbarios aún se presentan muchas
dudas sobre las determinaciones taxonómicas de la especie. Esto tiene que ver con la
calidad de las colectas de campo, las que muchas veces no llenan las expectativas de
los taxónomos e incluso con la mala descripción de los hábitats e igualmente con el
desconocimiento del comportamiento de las demás especies similares.
Por dicha razón, antes de pasar a discutir la problemática de Ilex paraguariensis, se hace
una breve introducción a una aproximación al conocimiento de las demás especies del
género, que habitan en el país, de manera a que se note que el problema no es tan sencillo.
Mayor información taxonómica para el Paraguay puede obtenerse de GIBERTI (1994).
El género Ilex
La familia AQUIFOLIACEAE a la cual pertenece la “yerba mate”, alberga dentro de sí a
plantas cuyas especies tienen diferentes hábitos: árboles, arbustos y más raro lianas,
comúnmente conocidas como “enredaderas”. Esta familia tiene una distribución
cosmopolita y está constituida por 4 géneros y unas 400 especies aproximadamente,
lo cual indica que se trata de una familia que ha evolucionado bastante, no solo por
el número de especies sino por su distribución cosmopolita.
45
El género Ilex al cual pertenece la “yerba mate” es uno de los 4 géneros mencionados;
dentro de este se destacan árboles y arbustos generalmente dioicos, es decir que las
plantas de una misma especie tienen sexos separados, y son perennifolias es decir que
tienen sus hojas en forma permanente. Por lo general sus ramas son angulosas, con hojas
alternas a las que acompañan pequeños órganos de protección foliar denominado
estípulas las que a veces se pierden (estípulas caducas); las hojas presentan láminas o limbo
foliar con numerosas formas tales como: obovadas, ovadas, elípticas, oblongas y
lanceoladas, con el margen o borde también variable como aserrado, dentado o entero.
Las flores del género Ilex estás agrupadas en una inflorescencia, ubicadas por lo
general en forma axilar en la base de las ramas jóvenes, agrupadas en tirsos, racimos,
fascículos corimboides, dicasios y otras formas de agrupamiento de las flores; estas, a su
vez son unisexuales, es decir que ostentan un solo sexo y con el rudimento del otro
sexo, siempre presente. Las flores son pequeñas, con pétalos de color blanquecino y cáliz
con sépalos glabros o pubescentes, es decir que pueden o no tener pelos.
Si las flores femeninas están desarrolladas, las masculinas son visibles apenas a
través de un estaminodio, sin anteras perfectas, en tanto que si las flores masculinas están
desarrolladas, las femeninas están presentes a través de un pistilodio siempre desprovisto
de un estigma, o sea incompleto. Los frutos del género lo constituyen drupas (fruto
carnoso indehiscente con una sola semilla dura), globoso o elipsoide. Las semillas tienen
endorpermo, con un embrión pequeño, recto y ubicado cerca del ápice de la semilla.
El género Ilex alberga en sí a unas 400 especies en todo el mundo y es propio de climas
tropicales y sub-tropicales; Sudamérica y Asia son los continentes que concentran a la
mayor cantidad de especies.
46
En el Paraguay se han encontrado 6 especies y 1 variedad; son las siguientes:
a) Ilex affinis Gardner
b) Ilex brasiliensis (Sprengel) Loess.
c) Ilex brevicuspis Reissek
d) Ilex dumosa Reissek
e) Ilex dumosa Reissek var. guaranina Loes.
f) Ilex paraguariensis A. St. Hil
g) Ilex theezans Reissek
Breves características: arbusto o árbol pequeño que no pasa los 5 m de altura; hojas
provistas de un peciolo, con limbo coriáceo de forma elíptica, lanceolada, oblonga u
obovada, verde brillante en la cara superior y más claro en la inferior, de margen aserrado.
Las flores están agrupadas en inflorescencias, ubicadas a los lados de las ramas nuevas;
flores femeninas agrupadas en racimos. Frutos pequeños de menos de 1 cm, de forma
globosa de color violáceo muy oscuro a la madurez.
Fenología: según GIBERTI (1994), florece desde octubre hasta abril y excepcionalmente en
junio; comienza a fructificar en noviembre y los frutos están maduros desde abril a junio.
47
Ecología: habita en sitios húmedos (orillas de arroyos y ríos de escaso caudal), isletas
boscosas rodeadas de campos, hasta unos 950 m.s.n.m. Frecuente también en los
cerradoscon suelo arenoso.
Breves características: arbusto a árbol pequeño que no pasa de unos 6 m de altura; hojas
con peciolos casi siempre con presencia de pelos, limbo coriáceo de forma elíptica,
obovada, oblonga y con pelos presentes y margen entero. Flores agrupadas en
inflorescencias, las masculinas de forma corimboide ubicadas en las axilas de las ramas
nuevas. Fruto de forma globosa a elipsoide, de color púrpura oscuro a pardo-rojizo.
Fenología: según GIBERTI (1994), florece desde agosto hasta enero; los frutos están
maduros desde enero hasta junio.
48
Distribución en Paraguay: región Oriental del país; GIBERTI (1994) la menciona para los
siguientes departamentos: San Pedro, Guairá, Caaguazú, Caazapá, Alto Paraná, Amambay,
y Canindeyú. Los sitios en donde están las localizaciones, son los siguientes: cercanías del
río Verde, en Colonia Independencia, Caaguazú, Aº Curuzú, Puerto Bertoni, Parque
Nacional Cerro Corá, Pedro Juan Caballero, Capitán Bado, Serranía del Amambay y
Curuguaty y alrededores.
Breves características: arbolito que puede llegar a 10 m de altura, con ramas jóvenes
siempre con pelos presentes; corteza de color castaño, por lo general con lenticelas
notables. Hojas casi siempre perennes (no caedizas), de peciolo grácil, con limbo siempre
papiráceo (de textura parecida al papel), de forma ovada, elíptica, obovada y de margen
liso, a excepción del ápice; las márgenes de las hojas jóvenes se presentan marcadamente
aserradas. Flores agrupadas en inflorescencias, de forma corimboide. Frutos globosos de
color pardo-violáceos a pardo oscuros.
Fenología: según GIBERTI (1994), florece desde octubre hasta diciembre y comienza
a fructificas desde enero; los frutos maduros están desde marzo hasta mayo.
Ecología: es un árbol que habita en el interior y borde de los bosques relativamente altos
(más de 20 m de altura como primer dosel); habita también en restos de bosques
marginales rodeados de esteros.
49
4. Ilex dumosa Reissek
Nombre vernacular: “apere’á ka’á” (apere’á: roedor Cavia aperea), “yerba para el roedor”.
Ecología: habita en bosques de sitios pantanosos, cercanos a esterales pero también en los
bosques húmedos de riberas de ríos y arroyos.
Breves características: arbusto que no pasa de 5 m, raro arbolitos; limbo foliar parecidos
a la variedad tipo, con algunas diferencias de forma como más obovada a elíptica. Flores
grupadas en inflorescencias, las masculinas y femeninas con forma de dicasio, agrupadas
siempre en las axilas de las ramas más jóvenes. Frutos similares a la especie tipo. La
50
diferencia fundamental entre la especie tipo y esta variedad es en la inflorescencia en
donde en la especie tipo las mismas si bien se encuentran en las axilas de las ramas jóvenes,
también aparecen en las axilas de las brácteas, cosa que no pasa en la variedad guaranina.
La otra diferencia es que las inflorescencias tanto masculinas como femeninas en la
variedad son del tipo dicasio, en tanto que la especie tipo son del tipo corimboide.
Ecología: Arbusto que se encuentra en las cercanías de los esteros y en las riberas de
los cursos de agua, formando parte de la masa boscosa ribereña; GIBERTI (1994) la
menciona también que se la encuentra en las isletas de los bosques abiertos y más
raramente en los cerrados.
51
6. Ilex theezans Reissek
Nombre vernacular:
52
forma obovada, elíptica de base aguda y ápice obtuso, a veces con un mucrón no muy
visible y de margen aserrado a la madurez. Flores agrupadas en inflorescencias, las
masculinas en fascículos corimboides al igual que las femeninas, pequeñas y ubicadas en
las axilas de las ramas jóvenes. Fruto globoso de color violáceo oscuro a la madurez,
estriados o lisos.
Fenología: florece desde octubre hasta abril. Inicia la fructificación en noviembre y los
frutos llegan maduros desde marzo a junio.
Ecología: habita en el bosque, desde los altos y sombríos hasta los más bajos y en el
borde, donde crece y se desarrolla a media sombra; es raro que se lo encuentre en el
interior de a vegetación del tipo cerrado, hasta 350 m.s.n.m.
53
Corrientes). Cuando los criollos la comienzan a exportar es cuando se desata la explotación
de la especie, utilizada también en la región; ya el científico francés Aimé Bonpland fue
contratado por el gobierno de Buenos Aires para estudiarla, lo que hizo que el mismo se
trasladara a Misiones y muy probablemente esta haya sido la causa de su apresamiento, ya
que en ese entonces, la Provincia de Misiones (Argentina) no pertenecía a ninguno de los
dos países pero era ambicionada por ambos (Argentina y Paraguay). No se debe olvidar
que la “yerba mate” fue por mucho tiempo el primero y único rubro de exportación de la
recién declarada República del Paraguay. A partir de ahí, la colecta y procesamiento de la
yerba mate no para; el método de colecta es siempre la extracción directa; más adelante
aparecen las grandes procesadora para el sapecado y envasado de las hojas de la misma..
54
Un análisis de la distribución de las especies de Ilex en el país demuestran que las
especies mejor distribuidas en el Paraguay fueron: I. brasiliensis, mencionada también para
Brasil, en 7 departamentos; I. dumosa var. guaranina, mencionada también para Argentina
y Brasil, 10 departamentos e I. paraguariensis mencionada también para Argentina,
Brasil y Uruguay, 9 departamentos, siendo la más distribuida a nivel regional y a nivel
nacional comparte con la variedad anterior.
Su buena distribución regional hace que sus propiedades hayan sido reconocidas
en esta parte del continente y por la enorme cantidad de personas que utilizan la misma,
probablemente sea una de las especies más estudiadas, especialmente desde el punto de
vista morfo-anatómico y químico.
Para complicar aún más las cosas, se debe agregar que las especies del género
presentan un pié masculino y otro femenino; dicho en otras palabras, solo tienen flores
femeninas o solo masculinas, en plantas diferentes; lo que afecta también a la
reproducción, la que puede verse un poco más complicada por esta característica.
55
A esto sin duda debe sumarse el hábitat bien descripto y considerar a las localidades en
la actualidad, muchas de las cuales se encuentran muy afectadas por los cambios de
modelos productivos y los avances de la urbanización, de manera que en la actualidad la
dispersión de la especie poco a poco va quedando ya dentro de las áreas de reserva.
Habría que realizar una buena verificación de cuales son las especies de Ilex cultivadas en
los viveros y cuales mayoritariamente están siendo empleadas para su consumo en la
actualidad, en donde cualquiera de ellas probablemente tengan propiedades similares;
pero independientemente de esta situación, lo importante es saber cuales son las especies
sobrevivientes, las más abundantes, las cultivadas y utilizadas y por último conocer el
estado cuantitativo de las que todavía se encuentran en la naturaleza.
56
MAPA DE DISTRIBUCIÓN DE LAS ESPECIES DE YERBA MATE DEL GÉNERO Ilex
PERTENECIENETES A LA FAMILIA AQUIFOLIACEAE - REPÚBLICA DEL PARAGUAY
Mereles, F; Céspedes, G.
De Egea, J. 2014. El estado
de conservación de los
parientes silvestres de las
especies con importancia
económica en los herbarios
nacionales, Steviana (5):41-65.
Giberti, G. 1994. Flora
del Paraguay: Aquifolíaceare.
Conservatoire et Jardín
Botaniques, Missouri
Botabical Garden. 35 p.
57
Tomado de: Lambert, A.B.,
Description of the genus Pinus and some other remarkable
plants, 2nd ed., vol. 2: t. 11 (1890) [n.a.]
58
CAPITULO lll
Cultivo y reproducción de la yerba mate
Introducción
La yerba mate o Ilex paraguariensis es una planta nativa del Paraguay y es la única hierba
medicinal que lleva el nombre de nuestro país, es un árbol que mantiene sus hojas durante
todo su ciclo que crece en forma silvestre, y también es cultivada en forma comercial.
La yerba mate se consume fría o caliente. Se la puede tomar echándole agua caliente
directamente a la yerba, en un matero y succionando el líquido con una bombilla metálica,
a veces de plata, que se inserta dentro del recipiente lleno de yerba, denominándose a esta
bebida “mate” o de la misma forma pero con agua fría, en una guampa (llaman guampa al
vaso en donde se coloca la yerba mate, que suele estar hecho de cuerno de vaca, también
se hacen “mates” (recipientes para tomar mate, de palosanto (Bulnesia sarmientoii), de un
aroma muy agradable.) en cuyo caso se llama “terere” en Paraguay. (Funes,2014)
Mate cocido es una infusión que se toma mayormente como bebida caliente pero
algunos consumidores la prefieren fría. Se la puede endulzar con azúcar o miel de abeja y
agregarle leche o limón según su preferencia. (Tabla de Flandes. S.F.)
61
La yerba paraguaya es la
única que se estaciona
entre 18 y 24 meses y la
producción se esmera en
que el producto sea bueno.
Distribución de la planta de
yerba mate en Latinoamérica
62
Descripción de la planta
Planta originaria de América del Sur, que en estado silvestre alcanza una altura de
12 a 16 metros, de tronco recto y corteza lisa, color ceniciento. Sus hojas perduran unos seis
años; son enteras, coriáceas, de forma de cuña, ovales o elípticas, de bordes ligeramente
aserrados, su tamaño, entre 5 y 15 centímetros, son de color verde oscuro, de pecíolo corto
de color claro, con nervadura central de color amarillento sobresaliente en la cara inferior.
La raíz es de color marrón, tipo pivotante, con raíces secundarias que se entrecruzan en
el mismo sentido. La mayor parte de las raíces absorbentes se encuentran en el horizonte
superficial del suelo.
Clasificación botánica.
Reino: Plantae
División: Magnoliophyta
Clase: Magnoliopsida
Subclase: Asteridae
Orden: Aquifoliales
Familia: Aquifoliaceae
Género: Ilex
Especie: Paraguarienses
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Prácticas de cultivo
64
Yerbales cultivados.
Sin duda el mejor sistema, generalizado en Argentina hacia 1915. A pesar de tener más
altos costos, el rendimiento por hectárea crece mucho. Complementado con medidas tales
como mejoras en el diseño de las plantaciones (que han evolucionado desde el tresbolillo,
con plantas espaciadas que usaban los jesuitas, hasta el cultivo según curvas de nivel de
alta densidad por hectárea y «corte mesa»), con podas en el momento oportuno, labores
culturales y cosecha, ha permitido que la producción argentina superase a la brasileña, a
pesar de realizarse la primera en un área más reducida e incluso fuera de los ambientes más
aptos para la yerba.
Por ejemplo, al pasar de una densidad de 1 000-1 500 plantas/ha (bastante difundida
todavía) a una de 2 500 ó 4 000 plantas/ha, la producción puede aumentar de alrededor de
1000-1 800 kg/ha a 2 100-3 300 kg/ha.
La temperatura media de la zona yerbatera oscila entre los 15,5 y 25, 5 grados, la óptima
para el cultivo es entre 20 y 30 como media anual. Es una planta noble y puede llegar a
soportar algunas heladas ocasionales, siempre que no haya sido despojada de sus hojas.
Le gustan los suelos areno- arcillosos y arcillos – arenosos, prefieren los suelos profudos
y frescos, tierra colorada es la que mejor es considerada para su cultivo.
65
Instalación del Almácigo
Ubicación.
El almácigo debe estar ubicado cerca de una fuente de agua (pozo, manantial, arroyo)
que asegure un riego oportuno. El suelo seleccionado debe ser de buena fertilidad, con
abundante materia orgánica, profunda y con buen drenaje.
Riego en el almacigo.
Se efectuará con una regadera con flor fina o un pulverizador a mochilla, se mantendrá
una humedad constante pero no excesiva. La humedad excesiva favorece la aparición
de hongos y bacterias causantes de enfermedades.
66
Separación de pulpa y semilla.
La semilla extraída se secará bajo sombra, en un lugar alto, seco y ventilado. La siembra
en el almácigo se debe realizar inmediatamente después de obtener la semilla, no se
podrá utilizar semillas viejas, pues éstas pierden muy rápidamente su poder
germinativo, por esta razón, la mejor época de siembra son los meses de marzo, abril y
mayo en coincidencia con la época de recolección de semillas. Para conseguir una siembra
uniforme se utilizará 400 gramos de semilla por m2 (400 g de semilla aproximadamente
contiene 42.000 semillas), distribuida uniformemente en el almácigo, luego se presiona con
un rodillo para conseguir adherencia al suelo. Por último cubrir con una capa fina de
mantillo de aproximadamente un centímetro de espesor. La semilla empieza a germinar a
los 90 días aproximadamente.
Trasplante.
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Siembra desde plantines: se realizan en lugar definitivo una vez que las plantas tengan al
menos unos 30 a 80 cm, estén sanas. Las plantitas deberán ser colocadas en hoyos de 30
cm de diámetro y 30 cm de profundidad, colocándolas en el centro del mismo, luego se
rellena con tierra y se aprieta con las manos. Las plantas que provienen de bolsas de
polietileno deberán ser trasplantadas sin destruir el pan de tierra.
Tipo de suelo: La yerba mate requiere suelo fértil, suelto y con mucha materia orgánica
para que la planta llegue a tener abundante follaje y formar una buena copa.
Época: El trasplante del vivero al lugar definitivo se realizará en los meses de marzo a
junio. Las plantitas deberán tener 15 a 25 cm de altura y es aconsejable realizarlo después
de una lluvia.Todo cultivo ya dependerá de los cuidados que los agricultores le den a la
plantción.
Poda:
1º Poda: Consiste en la eliminación de chupones o ramas mal ubicadas, para que la planta
forme una buena copa. Se realiza cuando la planta alcanza 70 cm de altura.
2º Poda: Debe ser efectuada un año después de la primera poda, durante los meses de
julio/agosto, cortándose las ramas laterales, inclusive la rama terminal (punta) de la planta.
Los cortes se realizan con machete filoso.
3º Poda / 1º cosecha de la yerba: Se efectúa cuando la yerba tenga el cuarto año y dos
meses (en el quinto año agrícola). Para la cosecha, se cortan ramas de 50 cm y 60 cm de
largo. Las cosechas subsiguientes se realizan en intervalos de dos años.
68
Procedimiento de la poda tradicional mejorada.
1. Se debe asignar a una persona responsable del corte, quien debe dar las instrucciones
claras y organizar el personal de cosecha para un trabajo ordenado, eficiente, rápido e
higiénico.
7. Se seleccionan las ramas banderillas mejores ubicadas sobre banderas con aumento
del año anterior y sobre ramas terciarias. Se recomienda dejar, al menos, la misma cantidad
de ramas banderas cortadas con aumento. Si es posible, dependiendo del vigor de la
planta, dejar el doble o el triple. Las ramas banderillas dejadas se cortan estilo “mborevi
69
karu”, es decir, con la mano, se rompe el ápice de las ramas. Estas ramas banderillas se
transformarán en las ramas banderas el próximo año.
8. Todas estas ramas cortadas se colocan sobre otra ponchada para que el quebrador
elimine las ramas muy gruesas.
9. Con un volumen suficiente de hojas virutas y quebradas sobre una ponchada, se atan
los extremos de manera que tenga un peso estimado de 50 a 60 kilogramos por ponchada.
Plagas:
•Broca de los yerbales. La larva de este insecto, que es un gusano blanco que taladra las
ramas; como consecuencia de las galerías que se forman, las ramas se secan disminuye el
follaje y consecuentemente la producción. Los daños causados por la broca de la yerba
mate es la principal plaga del cultivo. El adulto es un escarabajo que mide 2,5cm, coloración
negra con manchas blancas, las antenas son largas y finas, las posturas son hechas en la
base del tronco, pudiendo ovopositar en raíces expuestas y brotes.
70
•Lagarta. Es un gusano que come las hojas y los brotes tiernos de la yerba.
•Meta phalara. Es una cigarrita que se desarrolla en medio de las hojas tiernas, que se
deforman plegándose para formar una cavidad en cuyo interior se encuentra el insecto
cubierto por un polvo blanquecino. El insecto chupa la savia, pero el mayor daño se debe a
la deformación de las hojas y el retraso del crecimiento de las ramas que puede ser grave
si el ataque es intenso. Para el control químico se realiza pulverización con insecticida
sistémico.
Los daños causados por el complejo ácaro de la Yerba Mate Son tres las
especies de ácaros que ocurren en el yerbal.
71
•Oligonnychus yothersi: normalmente denominado ácaro rojo, las ninfas tienen
coloración amarilla y los adultos rojos. La colonia prolifera en las hojas. Atacan las hojas
jóvenes y adultas, normalmente provoca el bronceado y desfoliado de las hojas.
•Poliphagotarsonemus latus: es un ácaro blanco, los huevos y las ninfas poseen esa
coloración. Los adultos son amarillo brillantes. Los huevos son colocados en la parte
inferior de las hojas. Causan el plateado de las hojas, atacan plantitas de vivero y de campo.
El control de las poblaciones de ácaros fitófagos tienen como sus principales enemigos
algunos hongos y ácaros predadores.
•la cochinilla cerosa de la Yerba Mate: La hembra adulta tienen formato esférico, de color
anaranjado, siendo recubierta por una camada de cera rosa-clara. Normalmente viven
agregadas en las ramas, pudiendo cubrirlas totalmente. Las formas jóvenes se localizan en
las hojas, principalmente en la parte inferior. Apenas los jóvenes y los machos se mueven
sobre la planta. Son chupadores, alimentándose de la savia de las plantas, debilitándolas.
Además de eso, eliminan una sustancia azucarada, de la cual se alimentan las hormigas.
Éstas diseminan esporos de hongos que causa el hollín. Cuando la población en la planta
es alta, puede ocurrir la muerte de la yerba mate. El control podrá hacerse eliminando
manualmente las cochinillas o ramas afectadas, y pulverizando con aceite mineral.
Cosecha: La cosecha propiamente dicha comienza el sexto año. Los implementos usados
son machetes o tijera de podar que deben estar bien afilados para no estropear las plantas.
En el caso de usar machete, se recomienda realizar el corte de abajo hacia arriba. Los cortes
se juntan sobre un pedazo de 4 m de manta plastillera o de lienzo, se atan los extremos, el
peso suele variar desde 50 a 70 kilogramos aunque en algunos casos pesan más
dependiendo del cosechero, de acuerdo al peso de la hoja cosechada se paga al zafrero
como así también al productor. El trasporte se realiza en camiones a las industrias
elaboradoras.
72
Época de cosecha: En los yerbales plantados, la cosecha se realiza anualmente.
Normalmente, el viruteo se realiza entre los meses de marzo y abril. El corte de banderas y
banderillas se realiza a partir del mes de mayo a junio hasta terminar la cosecha no más
tarde de agosto o setiembre.
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Momentos de la cosecha: Se recomienda no realizar la cosecha después de una lluvia o
cuando la humedad ambiental es muy alta que provoca la aparición de rocío abundante en
las primeras horas del día.
•Tipo parejo: Consiste en la eliminación de las ramas finas internas o virutas, con tijeras,
en una proporción de hasta 80%. Luego se deben cortar las ramas verticales o banderas
maduras, con aumento hacia afuera de la planta y en bisel. Se recomienda dejar las ramas
verdes laterales o banderolas.
•Virutas: Consiste en extraer en forma manual el material fino, sin provocar heridas en la
corteza de la planta. Este se extrae de adentro hacia afuera y de abajo hacia arriba,
procurando dejar en cada rama brote que permita la expansión lateral de la planta.
•Corte tipo mesa: Es el corte que deja a la planta con el aspecto de una mesa, de ahí su
nombre; esta cosecha se puede realizar en forma manual con tijera de podar, serrucho, o
en forma mecanizada.
•Las hojas cosechadas deben recibir un buen tratamiento y buen cuidado para
conservar la calidad. Tales tratamientos y cuidados son:
74
•Evitar la contaminación con tierra, restos vegetales extraños, estiércol de animales o
humanos.
•Utilizar ponchadas limpias, sin roturas y con el tamaño para soportar 50 a 60 Kg. de
hojas.
•Durante la carga y descarga, no se debe arrojar, golpear, presionar o compactar las hojas.
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Procesamiento.
Esquema de la cadena de yerba mate
REPIQUE DE
SIEMBRA
MACETAS
TRANSPLANTE
DEFINITIVO A CAMPO
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Envasado
La parte final del proceso de industrialización es el envasado o empaquetado, que se
puede realizar en variadas formas y tamaños, de acuerdo a las distintas firmas que la
comercializan; hay sistemas manuales, otros semi-mecanizados y totalmente mecanizados.
Cualidades
Es 100% natural, produciéndose en forma totalmente ecológica, la yerba mate no recibe
ningún tratamiento químico en ninguna fase de su producción y procesamiento. Actúa
como estimulante natural por su contenido de cafeína.
Es energética, el uso de la yerba mate activa la vida cerebral, excita el aparato locomotor
y demás funciones del organismo, debido a su calidad tonificante. Es diurética y un
suplemento dietético (no engorda). Tiene propiedades digestivas y ligeramente laxantes. Es
una planta muy rica en vitaminas, según estudios, como los del Instituto Pasteur de Francia.
Contiene las vitaminas del complejo B, como las B1, B2, B6, Niacina, ácido pantoténico.
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La implementación de buenas prácticas implica fundamentalmente responsabilidad,
conocimiento de las directrices, su cumplimiento y el registro en cuadernos, carpetas de
campo o bases de datos que estén permanentemente actualizados, y así contribuyan a un
manejo ordenado del sistema.
La planta de la yerba mate es susceptible a las grandes heladas. Cuando las plantaciones
son afectadas, generalmente se secan gran parte de las ramas, en este caso, se recomienda
una poda esquelética, es decir, hacer una fuerte poda cortando totalmente las ramas secas.
El corte de las hojas (cosecha) se debe hacer hasta el mes de agosto, porque en el mes
de setiembre las plantas comienzan a tener brotes nuevos.
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agricutura a la salud humana y al cuidado del medio ambiente. Es necesario por lo tanto,
que los demás productores yerbateros acepten este desafío, no sólo para preservar los
recursos naturales regionales sino porque, además, se constituye en un camino para
obtener un producto diferenciado, que seguramente mejorará las posibilidades de
comercialización y la rentabilidad de sus explotaciones.
En sentido de las Buenas Prácticas Agrícolas se han avanzado en los aspectos legales
donde se pueden citar:
Resolución Nº 516 Senave. “Por la cual se aprueba la guía básica de buenas prácticas
agrícolas para productos vegetales y se autoriza su implementación”. (ver anexos)
79
Glosario
• Ardido. Áreas de color negro presentes en la yerba mate debido al pardeamiento
enzimá tico por deficiencias en la cosecha, el transporte o el procesamiento.
• Bajada de banderas. Extracción de las ramas dominantes, que se hace en las cosechas.
• Banderas. Ramas de mayor longitud y diámetro que el promedio de la planta, con neta
dominancia apical.
• Barbacuá. Sistema discontinuo de secado tradicional que consiste en una parrilla circula
cuadrada o rectangular, hecha con varillas de madera, en forma troncopiramidal y rodeada
de una barandilla para evitar el deslizamiento de la yerba seca. A unos 8 m a 12 m del
centro de la parrilla, se halla un hogar bajo nivel, que se comunica mediante un túnel o con
ducto, que finaliza debajo de la parrilla en forma de una o varias chimeneas, con campana
protectora. Toda la instalación se halla en el interior de una construcción de madera o
ladrillos, con su típico sobretecho. La yerba sapecada se extiende sobre la parrilla en capas
de 30 cm a 40 cm de espesor, donde queda expuesta a una corriente de aire y gases
calientes y es removida en forma periódica hasta completar su secado.
• Carijo. Antiguo sistema discontinuo de secado, constituido por una parrilla construida de
varillas de madera, sobre la cual se esparcen las hojas y ramas de yerba mate ya sapecada,
las que se secan por acción directa del fuego encendido debajo.
• Catre. Sistema discontinuo de secado que consiste en una parrilla lisa de listones de
80
madera o tejido metálico, que se carga y descarga por medio de cintas transportadoras, en
la que el aire y los gases calientes se distribuyen por medio de una cantidad variable de
conductos regulables, debajo de la parrilla.
• Planchada playa de hoja verde. Lugar de recepción del material recién cosechado,
previo al sapecado.
• Puntos negros. Áreas de color negro o pardo presentes en la yerba mate canchada y en
la hoja verde por ardido o quemado.
• Quemado. Áreas de color pardo o negro, presentes en la yerba mate canchada, debido
al excesivo. Calentamiento o a la combustión de aquélla, durante el proceso de secado.
• Raído. Ponchada con la yerba mate cosechada y atada en sus cuatro extremos, para su
transporte y posterior elaboración.
81
• Rebaje, poda de. (sinónimo: poda de renovación) Corte drástico de todo o parte de tallos
que forman el esqueleto de la planta, para permitir la formación de una nueva estructura.
• Yerba mate cruda. Yerba mate con elevado contenido de humedad que sufrió un
secado deficiente.
• Yerba mate verde (hoja verde). Yerba mate cosechada, apta para ser procesada en
la secansa.
82
Ilex theezans Mart. Tomado de: Martius, C.,
Eichler, A.G., Urban, I., Flora Brasiliensis,
vol. 11(1): fasicle 28, t. 17 (1861)Bibliografía
83
Bibliografía
Capitulo l.
85
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Crovetto,R. 1980. Yerba mate: usos no tradicionales y posibilidades. Participar, 2(12):58-61.
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importancia económica en los herbarios nacionales. Steviana 5: 41-68.
86
Capitulo lll.
87
Anexos
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