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viernes, 4 de diciembre de 2009

las aceitunas de Anatolia

Esta mañana, mientras repartía el correo en Castellar, al ir a entregar una notificación de la Diputación de Jaén, y al no saber de memoria su DNI, Anatolia me hizo pasar a su cocina. Allí esperé mientras buscaba una "cartilla del banco" donde estuviese el dichoso número. Tenia la chimenea encendida, y varias comidas en proceso de manufactura. Me preguntó: "¿Te gustan las aceitunas?, Prueba estas." A mi francamente, me encantan de todas las formas posibles.


Pues estas eran muy especiales: rajadas, con los aliños bien visibles, mucho tomillo, varas de hinojo, cáscaras de naranjas, hojas de laurel y cambio constante del agua. Este agua tenia un secreto, cuidadosamente medida la cantidad, estaba enriquecida con CENIZA. Comí una, luego otra y otra más. ..Y dije, "Voy un momento a la moto por la cámara de fotos".

Siempre la llevo conmigo, ya sé que no es lo mismo, pero por el aspecto podéis imaginar lo exquisitas que estaban estas aceitunas aliñadas a la ceniza. Impresionantes. Me preparó una bolsita con unas pocas para llevar. Ah, entregué la notificación, después de que apareciera el número, y con la promesa de Anatolia de memorizarlo.

En la calle Camino del Ayozar, en mis últimos puntos de entrega, ya cercanos a la Fuente de homónimo nombre, y a la Ermita de San Benito, pude disfrutar de esta vista de las Sierras de Cazorla y del Pozo. Ese cordón de nubes las estaba atravesando, se veía nieve en algunas cumbres y los olivos en primer plano. Esta panorámica azul me anima. Aunque el sábado he de trabajar, tengo casi cuatro días de descanso... Rumbo: PLAYA-MEDITERRANEO (a recuperar todos los oligoelementos perdidos y a llenar los pulmones de brisa marina). Lo cuento a la vuelta. Sed felices!

viernes, 20 de noviembre de 2009

paisajes jiennenses

Esta es mi tierra en verano. Estos paisajes, de primeros de julio, entre caminos que enlazan Fuerte del Rey con Cazalilla me sobrecogieron por sus contrastes. Los amarillos y ocres mandaban (girasol y cereal), los verdes acompañan (olivos, chopos, palmeras, eucaliptus) y los azules complementan y elevan la composición.


Estos paisajes saturados son mi pequeño intento de captar esa belleza de contrastes, de bandas coloridas que dibujan esa bandera de la tierra, de componer espacios y jugar con los colores. Hay un fotógrafo italiano, Franco Fontana, que es un genio en estos temas. Tiene una serie que se denomina "El Mundo a Colores" donde demuestra su maestría y su excepcional hacer en fotografía. Soy fan suya.

Buscaba algunas fotos para enviar a mi amigo Prometeo, de "Andanzas de un Náufrago" inmerso en una nueva aventura, la de entrevistar a otros blog amigos a través de un cuestionario virtual. La verdad es que este náufrago es pura generosidad. Y también mi amiga Franziska, de "La tortuga de dos cabezas", se preocupaba por mi escasa producción de post durante este mes. Pues bien, estos paisajes hermosos verán la luz y los mostraré a todos vosotros. Un placer compartir.


A mi me encantan, espero que los disfrutéis tanto como yo. Esta tarde mi amiga Maria, daba sus primeros pasos en esto de los blogs, y ya tiene su proyecto de bitácora. Se llama "Encontrar el camino" y promete. No lo perdáis de vista. Lo tengo enlazado en Mi Lista.

Prometo contar lo acontecido en la I Carrera de Orientación en El Puntal de Siles, este fin de semana estaremos de competición en la Sierra de Segura. Intentaré hacer fotos del evento, para luego comentarlas. Suerte a todos los participantes!

lunes, 2 de noviembre de 2009

aceitunas de colores

Este icono de acebuche lo dibujé a plumilla hace ya muchos años, cuando estudiaba botánica en Jaén y mi afición al dibujo permitía sacarme algún dinero extra ilustrando trabajos, tesis y revistas especializadas. Es un olivo silvestre también llamado Acebucho, Acebuje, Olivo de monte, y Oliva silvestre. Está dibujado del natural. Ahora le he dado color, tímidamente, con lápices escolares, y después de fotografiarlo se reactualiza para ese post. Tengo bastantes dibujos de plantas. El Naturalista, un blog-cuaderno de campo soberbio de gran calidad, centrado en la vida en un monte mediterraneo en el Campo de Montiel, me aportó la idea de meter color en las ilustraciones, y este es mi primer intento.

Los olivos están ya plenos de frutos, muy pronto comenzará la recogida de la aceituna y en todos estos pueblos jiennenses bullirá la actividad. Salí a pasear mirando con atención los colores que lucían las aceitunas...

Color verde, aún sin madurar. / Color rosado, rosa vinoso o castaño, antes de su completa madurez pero ya dentro de su estado de maduración. / Color negro, en plena madurez o poco antes de ella, pudiendo presentar, según zona de producción y época de la recogida, color negro rojizo, negro violáceo, violeta oscuro, negro verdoso o castaño oscuro.

La preparación de las aceitunas para su consumo como aperitivas consiste en hacer desaparecer, totalmente o en parte, su sabor amargo y adobarlas con plantas aromáticas, como el hinojo y el tomillo. En salmuera, escaldado, sosa, cambiando frecuentemente el agua (sobretodo si son rajadas o machacadas).En cada sitio las preparan de un modo diferente, utilizando las plantas aromáticas locales por lo que la variedad de aceitunas de mesa es amplísima.

El olivo conserva como nombre científico la denominación romana: Olea. El aceite de oliva virgen es un zumo natural procedente de las aceitunas, componente fundamental en la dieta mediterranea, por su riqueza en ácidos grasos insaturados. La provincia de Jaén está ocupada en su mayor parte por el cultivo del olivar de la variedad picual.
Recordando a Miguel Hernández... !Buena cosecha "Andaluces de Jaén"¡

miércoles, 12 de agosto de 2009

tormenta de verano

El lunes, 10, por la tarde se desató una buena tormenta, de esas que suceden en verano, sin previo aviso; de esas que crean afición; de esas que nos recuerdan cuando eramos chiquillos y nos pillaba en la calle jugando..., abríamos los brazos, girábamos la cara al cielo, con los ojos cerrados, y la sonrisa en los labios, o la boca abierta, para sentir y saborear aquel milagro portentoso. Que gozada de momentos aquellos, empapados en pleno verano.

El olor a tierra mojada fue el primer indicio, el sol se ocultó de repente y casi anocheció, llegaron las primeras gotas, enormes, generosas, después una tanda de granizo, y lluvia abundante al fin que escanció a todo el pueblo. Fuerte del Rey se lavó la cara y se le difuminaron las telarañas. En resumen 17 litros/m2 en media hora.

Cuando la tormenta pasó de largo, salí a dar un paseo, con la nikon en "stand by", había barro en los caminos, y en los primeros pasos conseguí sendas zarpas en las zapatillas.


La luz era tan especial, tan limpia, que no podía dejar escapar la oportunidad de tirar fotos como poseída por el valor de esas condiciones tan óptimas. El olivar, con sus luces y con sus sombras, se mostraba hermoso.


El pueblo aparecía tildado con un trozo de arco iris, desde el Cerro del Águila, donde decidí subir en busca de mejores panorámicas.


Y ese atardecer entre olivos, con una carretera serpenteando por los cerros, que pareciera dirigirse hacia el sitio donde descansa el sol.

Una tormenta de verano de recuerdos dulces y sabor a tierra mojada.