Días atrás una buena vecina, me sorprendió gratamente regalándome dos cajas enormes de manzaninas asturianas recién cogidas de su pomarada como suele hacer año tras año.
Este año para ella , por lo visto ha sido buena cosecha.
El sabor de estas manzanas es un poco ácido y de textura
crujiente, como me gustan a mi, aunque no son de gran tamaño.
Y como son tantas hay que ir dándoles salida, con lo que ando
atareada en preparar mermelada para llenar mi despensa para todo el año ,
también dulce de manzana con el que acompañar el queso , un básico en mi nevera
que nunca falta.
Bizcochos, tartas , empanadas y magdalenas también tendrán
como actriz destacada a esta manzana que durante estos días es una gran
protagonista en mi cocina .
Ingredientes :
750 g de manzana reineta roja asturiana
Zumo de un limón
1 cdita de las de café de canela molida o una rama
¼ de cdita de las de café de agar agar
50 ml de agua
300 g de azúcar
Elaboración con tx :
Ponemos todos los ingredientes en el vaso, la manzana previamente
pelada y troceada.
Trituramos ocho segundos a velocidad 5.
Programamos 20 m , Varoma , vel2 . A mitad de tiempo,
retiramos el cubilete y ponemos el cestillo. Después 5 m a 100º a velocidad 1 .
Una vez lista, pasamos a envasarla.
Para ello, esterilizamos bien previamente tarros y tapas en
agua hirviendo, bien cubiertos, durante media hora. Las tapas no pueden estar
oxidadas ni abombadas, esto es muy importante.
Con cuidado de no quemarnos retiramos con unas pinzas
también esterilizadas, los botes y tapas.
Las secamos perfectamente y vamos rellenando hasta un cm del borde , teniendo
en cuenta que al cocer se expande.
Si al pasar la mermelada hemos ensuciado el borde , lo
limpiaremos perfectamente con una servilleta de papel . Cerramos con la tapa e
introducimos en la olla exprés , a la que le habremos puesto en el fondo un
paño de algodón .
Cerramos la olla y una vez suba la válvula, contamos 15
minutos.
Dejamos que se templen los botes dentro del agua antes de
retirarlos. Luego los secamos y colocamos boca abajo para ver si pierden
líquido porque en este caso no se habría hecho bien el vacío.
Una vez comprobado ya podemos etiquetarlos y guardar en la
despensa, donde nos aguantarán un año .
Si le hacemos el vacío sin cocción, que también es otro
método, dejando los botes boca abajo durante 24 horas , la única diferencia
será que su caducidad será más temprana.
De forma tradicional , pondríamos los ingredientes en una cazuela
e iríamos removiendo poco a poco , dejando cocer a fuego medio hasta conseguir
la textura deseada . El resto igualmente.