Las fresas son una fruta muy ligera que aporta valiosos nutrientes, ayudando a depurar y a tonificar el organismo. Tanto al natural como formando parte de algún postre o tarta son perfectas.
Últimamente para preparar el postre del fin de semana me decanto por este tipo de preparaciones sencillas, tan agradecidas de comer, vistosas y super ricas.
La combinación de fresas con los quesos y la nata siempre son un acierto seguro, pero si además las maceramos en el zumo de las mandarinas como ha sido el caso, aún le agregamos más sabor, dándoles ese puntito extra y especial que las convierte en un postre festivo.
Ingredientes :
200 g de queso mascarpone
100 g de queso para untar
150 g de azúcar
150 g de nata para montar
1 cda de pasta de vainilla
10 galletas maria
1/2 cdita de canela en polvo
Medio kg de fresas
Zumo de dos mandarinas
Una cdita de vinagre de Módena
Un puñado de arándanos al gusto
Elaboración :
Cuatro horas antes o la noche anterior, ponemos a macerar las fresas previamente lavadas y cortadas en trocitos en un bol en el que vertemos el zumo de las mandarinas más el vinagre.
Molemos las galletas junto con la canela.
En el robot con las varillas montamos los quesos con la nata , el azúcar y la vainilla hasta que nos quede una masa cremosa y sin grumos de ningún tipo.
Montaje :
Comenzamos poniendo en el fondo del vaso la galleta molida con la canela.
Sobre ellas colocamos unos puntos de la crema de quesos que habremos puesto en una manga pastelera.
A continuación cogemos una o dos cucharadas de fresas con el jugo que han soltado.
Volvemos a poner otros cuatro o cinco puntos de crema y coronamos con más fresas y unos arándanos.
Guardamos en la nevera y las sacamos veinte minutos antes de comer el postre.