Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como Cesare Pavese

Biografía

Cesare Pavese (Santo Stefano Belbo, 1908-Turín, 1950), "Lavorare stanca" (1936, 1943), Poesie, Mondadori, Verona, 1969. Gran poeta italiano. Pavese tratará de vencer la soledad interior, que veía como una condena y una vocación. Se suicidó a los cuarenta y dos años de edad. Su gran amigo el escritor Davide Lajolo describió, en su libro El vicio absurdo, el malestar existencial que envolvió siempre su vida.

Trabajar cansa

Los dos, tendidos sobre la hierba, vestidos, se miran a la cara entre los tallos delgados: la mujer le muerde los cabellos y después muerde la hierba. Entre la hierba, sonríe turbada. Coge el hombre su mano delgada y la muerde y se apoya en su cuerpo. Ella le echa, haciéndole dar tumbos. La mitad de aquel prado queda, así, enmarañada. La muchacha, sentada, se acicala el peinado y no mira al compañero, tendido, con los ojos abiertos. Los dos, ante una mesita, se miran a la cara por la tarde y los transeúntes no cesan de pasar. De vez en cuando, les distrae un color más alegre. De vez en cuando, él piensa en el inútil día de descanso, dilapidado en acosar a esa mujer que es feliz al estar a su vera y mirarle a los ojos. Si con su piel le toca la pierna, bien sabe que mutuamente se envían miradas de sorpresa y una sonrisa, y que la mujer es feliz. Otras mujeres que pasan no le miran el rostro, pero esta noche por lo menos se desnudarán con un homb...

Paternidad

Este poema es un ejemplo de aquella soledad terrible que acometía al poeta, que se acentúa por el deseo ferviente de ser padre.   Hombre solo, delante del mar inútil, esperando la noche, esperando la mañana. Los chicos juegan, pero este hombre querría tener él un chico y mirarlo jugar. Grandes nubes forman un edificio sobre el agua, que cada día se desploma y resurge, y colorea la cara de los chicos. Estará siempre el mar. La mañana hiere. Sobre esta húmeda playa se desliza el sol y se aferra a las redes y las piedras. Sale el hombre por el turbio sol y camina a lo largo del mar. No mira la húmeda espuma que corre por la orilla y no tiene nunca paz. A esta hora, los chicos dormitan todavía en la tibieza de la cama. A esta hora, dormita dentro de la cama una mujer, que haría el amor si no estuviese sola. Lento, el hombre se queda desnudo, como la mujer lejana, y desciende al mar. Después, de noche, cuando el mar se desvanece, se oye e...