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sábado, 29 de junio de 2024

PROFETAS DE LA CARRETERA

Corría primera mitad de los noventa. Ingenuamente interesado por el, en brevísimo sobreexplotado y desvirtuado, "cine independiente norteamericano", andaba muy enganchado a lecturas como la revista "Film Threat", directores del calibre de Alex Cox (que era inglés, sí, pero ya me comprenden) o Amos Poe y la siempre recurrente, cinematográficamente hablando, estética urbana y decadente transitada por perdedores errantes en busca de una oportunidad. Por eso mismo, el día que leí sobre "Profetas de la carretera" ("Roadside Prophets" 1992) en la mentada publicación, comencé a sentir tembleques. Escrita y dirigida por Abbe Wool, quien había sido pareja sentimental de Alex Cox y es co-autora del guion de la discutible "Sid & Nancy", protagonizada por John Doe (nombre real: John Nommensen Duchac, y anda que no suena bien), actor, cantante y guitarra + bajista de la seminal banda punk "angelina" "X", y, peliculeramente hablando, con toda la pinta de encajar en aquello que ansiaba consumir: Joe, motero de buen corazón, se hace amigo de otro, Dave, recién incorporado a su gris curre en una fábrica. Durante un visita al bar, este le habla de un casino maravilloso donde uno se hace rico y tiene acceso a tías estupendas, situado concretamente en el legendario Eldorado, así todo junto (lugar al que Richard Driscoll dedicó una película entera) Justo entonces, Dave muere electrocutado mientras juega a los marcianitos. A partir de ahí, Joe decide llevar sus cenizas hasta ese supuesto paraíso. Embarcarse en un viaje incierto para localizarlo. Naturalmente, ello desembocará en uno de los formatos predilectos por el cine "indie": la "road movie" de ambientación desértica, con inevitable tufo a "Easy Rider" y, sobre todo, "Paris, Texas", que en "Roadside Prophets" se ve referenciada al incluir al prota de aquella, Harry Dean Stanton, en la banda sonora.
Sin embargo, centrarse en esos datos sería quedarse muy corto. Porque hay mucho, mucho más. "Roadside Prophets" se deja ver, no diré lo contrario, pero al carecer de genuina trama -solo es una acumulación de escenas, en las que el protagonista va conociendo personajes peculiares y viviendo situaciones igualmente nada convencionales- termina siendo un poco coñazo. Esto lo sé ahora, que por fin he tenido oportunidad de verla, porque, aunque sí llegó a España, o nunca la localicé en mis vídeo-clubs (raro considerando que la distribuía MGM) o para entonces todo mi interés se había evaporado, cosa perfectamente posible.
Lo realmente divertido del visionado ha sido, pues eso, ir reconociendo nombres, caras, voces y demás. Un juego que, opino, a poco que sean ustedes unos cinéfilos medianamente curiosos, e interesados por cierta subcultura o contra-cultura a la que el film apela completamente, disfrutarán.
Pero comencemos por el principio, la directora y guionista Abbe Wool. Asumo que "Roadside Prophets" no funcionó ni medianamente, porque jamás retomó las tareas de dirección, limitándose a formar parte de los equipos técnicos en un porrón de títulos más que variados, hasta 2014. Luego desapareció.
El productor, Peter McCarthy, tampoco era manco. Debutó junto a Alex Cox en "Repo Man". Siguió con "No me grites que ya te veo" (vehículo para John Cusack y Tim Robbins en plan pareja cómica), "Voy a por ti" (la "célebre" parodia del "blaxploitation" cortesía de Keenen Ivory Wayans) y lo probó en la dirección. Suyas son "Floundering" (otra con pinta de encajar a la perfección en el molde noventero del cine "indie") o "Death & Taxes" (que puso fin a su carrera en el fatídico 2014). Aunque el ejemplo más raro lo tenemos con "Motín en el planeta prisión", neo-western futurista a mayor gloria de Michael Paré que, por una serie de conflictos varios, McCarthy se vio obligado a co-dirigir.
Justo, en esta última localizamos al director de fotografía de la reseñada, Tom Richmond, ejerciendo como tal. No sorprende que, igualmente, terminaría colaborando con Alex Cox... pero sí nos deja ojipláticos descubrir en su filmografía títulos del "calibre" de "Hard Rock Zombies", "Kill Bots" o "Amityville IV: La fuga del diablo". Un jefe.
"Roadside Prophets" pertenece al catálogo de "New Line Cinema", todavía interesados en apoyar un cine bastante más minoritario a pesar de llevar poco menos de una década petándolo gracias al fenómeno Freddy. Y si la "New Line" de los noventa andaba de por medio, también lo hacía su presidente Bob Shaye. Y quien dice Bob Shaye, dice Lin Shaye, hermana y actriz "nepotista" (hoy día popular por su recurrente rol en la saga "Insidious") que, pal caso, interpreta a una mujer sidosa casada con un hombre canceroso.
Más nombres curiosos: Timothy Leary, famoso defensor de las drogas alucinógenas (quien, graciosamente, se marca un discurso anti-drogas duras), David Carradine pegándose el gusto de cantarnos una canción propia (no olvidemos que darle al estribillo y las cuerdas era su otra gran pasión. Tal vez la primera), John Cusack como alocado revolucionario tuerto, Arlo Guthrie (hijo de famoso cantautor Woody Guthrie), un joven Don Cheadle, el eterno secundario Stephen Tobolowsky y Adam Horovitz, más conocido como uno de los "Beastie Boys" (bajo el nombre de Ad-Rock) Lo cierto es que co-protagoniza el film junto a John Doe en el rol de un chaval desquiciado que, básicamente, persigue al protagonista desesperado por encontrar a sus desaparecidos progenitores. Lo he relegado a este rincón por una cuestión de gustos personales: su personaje resulta de lo más cargante, irritante y agobioso. A mi juicio, uno de los aspectos más flojos del largometraje.
En un momento dado, la pareja aterriza en un pub donde un grupo "lounge" de lo más hortera ("Too Free Stooges") toca una canción romántica. Uno de sus componentes es el omnipresente Flea (de larga y lustrosa carrera musical y cinematográfica) Junto a él dos "crooners", encarnados por un par de personajes sumamente apetitosos. Dick Rude, uno de los más mejores amigos de Alex Cox, actor en sus primeras películas y co-guionista de "Directos al infierno" y Manny Chevrolet, una especie de showman / humorista de segunda. Se convirtió en habitual de la realizadora de video-clips y cortometrajes Modi, una pava surgida del punk que asistió a Penelope Spheeris en el rodaje de "The Decline of Western Civilization", "Los tachuelas" y "Hollywood Vice Squad", donde tenía un papelito junto a su padre, y actor secundario de carácter Ben Frank (pueden verlo también en "Yo soy la justicia") Esa faceta de actriz la continuó explotando para el SOV de culto "Dark Romances" y el célebre punk-film superochero "Lovedolls Superstar" de Dave Markey. Hizo buenas migas con Exene Cervenka, cantante de los mismos "X" donde pululaba John Doe (él y Exene eran pareja), pariendo a pachas el guion de "Bad Day", cortometraje rodado en super 8 a modo de western de espíritu cómico que contaba en el reparto con el mismo Doe y nada menos que Kevin Costner. Así, Modi debutaba como directora. Aunque seguidamente pasaría a centrarse en el videoclipismo, de vez en cuando volvía a las pequeñas ficciones -siempre currando bajo el nombre de su productora "Modivation"- Muchas de ellas vehículos de lucimiento para, justo, Manny Chevrolet (compartiendo plano con otro de los habituales de Modilandia, Henry Rollins) "Rosa Mi Amor" fue el que lo petó más, llevándose varios premios en sendos festivales. Tal vez alguno de ustedes recuerde el monográfico que el programa de "cultura alternativa" del segundo canal de TVE, "Metrópolis", le dedicó a la chica. Tras aquel pequeño subidón, Manny Chevrolet intentó pasarse a la política sin mucho éxito. Y Modi, viendo el aparente fin del negocio musical con la llegada de "Napster", se piró a Texas, fue mamá y abrió una tienda de temática "vintage". Dice que anda currando en una serie formato "streaming", así que no ha dejado del todo las cámaras. Curiosos, pueden visitar su página web.
Efectivamente, la reseña de "Roadside Prophets" era una excusa para hablar de ella.
Pero volvamos al film de Abbe Wool, en plan colofón.
Como ya supondrán a estas alturas, la música tiene un papel preponderante. Aparte de la presencia de los ya mentados Exene Cervenka y John Doe marcándose un par de canciones, localizamos a -inevitablemente- "Beastie Boys", Gary U.S. Bonds, "The Pogues" o "Pray for Rain" -encargándose de la fanfarria incidental-, estos dos últimos muy presentes en el cine de Alex Cox. Aunque, a mi gusto, la guinda la tenemos al final, con una copla bastante guapa canturreada por la reconocible voz rasposa de Keith Morris, vocalista de los míticos "Circle Jerks" -otros Coxistas convencidos- que, pal caso, se parapeta tras el nombre grupal de "Bug Lamp". No es el único "Jerk" que rula por la banda sonora, Zander Schloss, bajista de aquellos, también participa.

sábado, 22 de mayo de 2021

SPAWN

Si hay un fenómeno que pueda catalogarse sin pestañear de "totalmente noventero" ese es "Spawn", personaje de comic creado por Todd McFarlane y publicado por la editorial "Image". No voy ahora a dármelas de experto porque, no, aunque leer comics me gusta, no llega a la devoción que despierta en mi el cine. Sin embargo, si estabas un poco situado en "fricolandia", conocías a "Spawn", te dejabas impresionar por esos barrocos dibujos del tipo sentado con la mega-capa al viento y, sobre todo, babeabas con sus curradísimas y detalladas figuras, cortesía de "McFarlane Toys", un poco antes de que lo acabara de petar -al menos para mí- con la tremenda colección "Movie Maniacs" (y, de paso, cambiara totalmente la faz del mercado de las figuritas). Tienen muestras de ello aquí y aquí. Los 90 fueron años de mucho goticismo de chichinabo. Molaba lo oscuro, lo tormentoso, lo "mal lechado". A nivel cinematográfico, y a nivel superheróico, la culpa de todo la tuvo el "Batman" de Tim Burton. Sin duda. Tendencia a la que se apuntaron otros ilustres como "Flash" (¡al que le quedaba fatal!) y "El Cuervo", mucho más adecuado. Gracias al hombre murciélago, vivíamos entonces una oleada de tipos con mallas -negras-, mucho más modesta que la actual, pero notable. Así que, entre eso y la tendencia al goticismo de la chavalada, llevar "Spawn" a la gran pantalla era lo que se dice una decisión lógica, a la que se apuntó la entonces poderosa "New Line", con producción y -supongo- supervisión de Todd McFarlane himself.
Los habitantes de infernalandia pretenden destruir la tierra, para lo que están organizando un super ejército de "Spawns". Necesitan uno que ejerza de cabecilla, así que convencen al mandamás de una agencia de asesinos para que se cepille al mejor de los suyos y lo mande a los infiernos, donde será convertido en el "Spawn" supremo. Lo logrará, sí, pero de vuelta a la tierra -y removido por el amor a su esposa.... ¡buargh!- el tipo se revotará contra sus diabólicos jefes y pasará de villano a héroe.
La popularidad "subcultural" de "Spawn" motivó que, cuando se anunció -en 1997- que se había hecho una peli e iba a estrenarse en el Festival de Sitges, todos corriéramos a verla entusiasmados. ¿Y qué pasó? Pues la decepción fue tan, tan y tan gorda, que salimos con el rabo entre las piernas y nunca jamás volvimos a hablar de ella. Así ha sido en mi caso hasta que, el otro día, pensé aquello de "¿Cómo me sentará hoy?".
Sí, "Spawn" es bastante terrible toda ella. Sin duda, lo que más impacta al verla es la bajísima, pero bajísima, calidad de sus trucajes visuales. El CGI es tercermundista. Horripilante. Hay momentos en los que incluso vemos el corte del recuadro que enmarca la luzecita verde brillante. Cierto que en los 90 el CGI todavía andaba muy virgen, pero es que hablamos de un producto "mainstream" bajo el sello "New Line". No de una serie Z tipo "The Asylum", entre otras cosas porque el cine barato de esos años no podía permitirse filigranas informáticas. Tal vez piensen que el paso del tiempo ayude a superar el shock, pero no. Especialmente porque en el clímax final estalla a lo bestia, acompañado de unos cromas desconcertantemente mal ejecutados. Demencial, en serio. Los efectos físicos, de látex y tal, están bastante mejor y corren de la mano de la mítica KNB Group que, aunque se lo curran un rato -sobre todo por la versión animatrónica de "Violator"-, no pueden evitar el efecto "Tortuga Ninja" en lo que respecta al traje/look del mismo "Spawn".
Si repasamos el reparto, encontramos a un John Leguizamo la mar de bien caracterizado al que dejaron hacer demasiado y carga bastante (salvo alguna puntilla graciosa. Y esos chistes de pedos). Tampoco convence mucho el héroe de la función, un Michael Jai White que únicamente sabe poner cara y poses de malote, sin aportar mucho más (como producto superheróico de la década, que no falte el maldito plano de "Spawn" apoltronado sobre la cruz de una catedral gotiquísima en plan vigía, acompañado de rimbombante música orquestal. Recurso cansino que llegó a durar demasiado). Una Melinda Clarke recién salida de aquella ñorda infame titulada "La lengua asesina" (precedida unos pocos años antes por "Mortal Zombie", ¡anda que seleccionabas bien tus papeles, niña!) y un Martin Sheen al que, supongo, debería avergonzar soltar todos esos discursos de villano de opereta que quiere dominar el mundo. También rula por ahí Miko Hughes, el niño de "El Cementerio viviente" y "La nueva pesadilla de Wes Craven".
Para añadir más leña noventera al fuego, tenemos una banda sonora trufada de lo que era habitual entonces, grupos de metal gótico y tecno-chunda-cool como "Orbital", "Korn", "Marilyn Manson" o "Prodigy" (alguno de ellos firma el resultón tema que acompaña a los feísimos y agotadores títulos de crédito. Mención también para los del final, muy inspirados en los de "Seven", algo bastante común entonces).
El guionista principal no es otro que Alan B. McElroy, a quien debemos títulos como "Halloween 4: El regreso de Michael Myers" o "Km.666".
El director de discordante nombre, Mark A.Z. Dippé, venía del mundo de los efectos visuales para títulos de relumbrón, lo que aún hace más incomprensible la incapacidad destilada en "Spawn". Habrá quien piense que el dinero invertido terminó destinándose a otras cosas, como cocaína y putas. O será que Dippé es un negado cuando se trata de dirigir. En cualquier caso, perdió la oportunidad brindada y acabó a la riendas de subproductos como "Frankenfish: La criatura del pantano", mucha televisión y películas de "Garfield" destinadas a mercados menores. Bien le deben de ir cuando su film más reciente sigue por esos derroteros, solo que cambiando al gato gordo naranja por el perro "Marmaduke".
"Spawn" podría ser uno de esos extrañísimos productos "mainstream" que alcanzan el renglón de lo involuntaria y puramente "trash", aunque si debo decir algo positivo de ella, por mucho que cueste, es que no es excesivamente aburrida. Tiene su ritmillo y, entre vergüenza ajena y vergüenza ajena, hasta puede verse entera sin morir en el intento.
Un anti-clásico de su década.

sábado, 29 de octubre de 2011

JASON X

Lo digo y no me arrepiento: "Jason X" es buena. Si una peli consigue entretenerme durante 90 minutos, para mi es buena, y las últimas aventuras del asesino de Crystal Lake consiguieron hacerme pasar un rato maravilloso (con la ayuda de unas palomitas, un agua y una sala casi vacía).
Cuando la productora "New Line" adquirió los derechos de la saga "Viernes 13", se planteó rodar la GRAN SECUELA, la gran peli que diera el carpetazo definitivo y le devolviera a Jason la dignidad perdida. Buscaron una historia "original", unos personajes creíbles, un entorno sobrenatural y como resultado obtuvieron "Viernes 13, parte 9: Jason va al infierno", también conocida como "Viernes 13: El Final", una película espantosa, absurda, idiota y pretenciosa, que intentaba dignificar una serie de ideas que, ya de entrada, no necesitaban ser dignificadas dadas sus limitaciones. El fan de "Viernes 13" y de Jason no busca personajes creíbles y una trama que se salga de la "rutina", el fan de la saga tiene ya más que asimiladas las características habituales de un "Viernes 13" (esas mismas que tanto odian los críticos), y cuando ve una nueva entrega, quiere más de lo mismo, pero peor (osea, mejor)... quiere adolescentes cachondos, quiere campamentos, quiere los asesinatos en orden cronológico, quiere sangre y quiere a Jason. Imagino que conscientes de su enfoque equivocado, los jefazos de "New Line" se plantearon que en el caso de un supuesto "Viernes 13, parte 10", iban a actuar de forma opuesta: Fuera racionalidad, fuera personajes inteligentes, ¡aquí vale todo!, si la gente quiere a Jason, van a tener a Jason.
Y de eso va "Jason X". El guionista de la peli ha sido lo suficientemente inteligente como para aceptar que es imposible tomarse en serio la décima parte de una saga en la que el asesino ha sido destrozado de mil maneras, pero siempre ha conseguido volver. Así que de entrada sitúa la historia en el futuro, primero en el 2010, para luego dar un salto 450 y pico años adelante. Lo mejor de "Jason X" está en su planteamiento, el hecho de que los científicos quieran conservar al asesino para estudiar su útil poder de regeneración, y se enfrenten a una –guapísima- doctora cuyo fin es congelarlo de modo que, aunque no se pueda destruir, sí se pueda controlar. Claro que, como era de esperar, todo sale mal y el monstruo y la chica terminan recibiendo un baño de nitrógeno líquido. Cientos de años después, son recogidos por una nave que viene a la tierra en busca de "objetos arqueológicos". Los tripulantes quedan fascinados por el aspecto de Jason: "¿Qué es eso que lleva en la cara?", "¡Es una máscara de hockey!, un juego que prohibieron en el 2000 y pico...". ¡¡Brillante!!.
La tripulación de la nave no tiene desperdicio. Las chicas van todas semi-desnudas y están de lo más ricas. Las parejas no hacen más que intentar follar a todas horas (¡no han cambiado mucho las cosas en casi 500 años!), hay un militar malhumorado, la inevitable nena-cyborg que quiere ser como el resto de las mujeres pero le faltan unos pezones (gran gag) y un capitán que solo piensa en vender a Jason al mercado negro como la valiosa pieza de museo que es. Claro que esto es un "Viernes 13" y el asesino despierta en el momento más inoportuno. La primera muerte futurista es la mejor de toda la peli, introduce la cara de una chica dentro de un recipiente con nitrógeno líquido (¡again!) y una vez congelada, la estampa sin compasión contra una mesa, rompiéndola en miles de pedazos. A pesar de las apariencias, no es que el gore sea muy exagerado en las nuevas aventuras de nuestro psycho-killer favorito, pero lo hay (tipos partidos en dos, otros completamente descuartizados y una muerte especialmente imaginativa: Un soldado cae sobre un pincho en espiral y no deja de girar y girar hasta aterrizar en la base del mismo). Afortunadamente, la truculencia de los crímenes no es la única característica que "Jason X" recupera tras toda esa oleada de "slashers" rutinarios y descafeinados de los 90, también hay tetas y, para colmo, el personaje chistoso de turno es exterminado sin compasión en el momento más inesperado. ¡Eso es transgredir las normas!, parece mentira que hayamos tenido que esperar a todo un "Viernes 13" para verlo, y es que comenzaba a ser preocupante esta "pérdida de valores" de los psycho-killers tradicionales.
Podemos comparar "Viernes 13, 6ª parte" con esta nueva entrega, pues ambas guardan un punto en común: el humor, y no solo el humor (que lo hay y en algunos momentos peca de patoso), mas bien la sana auto-parodia. Pasará a los anales de la historia la escena en la que, para distraer a Jason, le crean un entorno virtual con el aspecto de Crystal Lake, utilizando como cebo a dos típicas animadoras rubias y tontas que, entre saltitos de alegría, se confiesan adictas al alcohol, los porros y el sexo prematrimonial. Naturalmente ambas acaban molidas a palos por el gran Jason (con una técnica de la que ya hiciera buen uso en la séptima entrega de la saga).
A partir de este momento, y hasta el final de la peli, nos sitúan en un "tour de force" en el que no existen límites de ninguna clase. Desde la chica-cyborg ataviada a lo "Matrix" que deja KO al asesino a base de piruetas, coces karatekas y ráfagas de balas, hasta la demencial recuperación de Jason, convertido ahora en una máquina de aniquilar el doble de poderosa -un "Jasonator" mismamente-. Pero para desmadre, el desenlace de la peli... tenéis que verlo para creerlo.
Sean S. Cunningham, el "padre" del primer "Viernes 13", retoma aquí las riendas de la producción con el fin de chupar un poco del "nuevo slasher" (tal como hicieran algunos tipos listos con "Halloween H20") y se saca del bolsillo a James Isaac en las tareas de dirección, un habitual técnico de efectos especiales que dio el salto tras las cámaras con "House 3/Horror Show". Kane Hodder vuelve a dar vida al psycho-killer que, todo sea dicho de paso, ha sufrido algunas agradecidas mutaciones en su aspecto: Tiene pelo y su máscara dibuja una eterna mueca enfadada que le hace mucho más amenazador. La guinda del pastel la ponen Harry Manfredini en la banda sonora, recuperando los típicos "golpes de efecto sonoros" de la saga, y un sorprendente David Cronenberg que se pasa por ahí y es rápidamente aniquilado.
Totalmente reivindicable.

jueves, 16 de mayo de 2013

VIERNES 13: EL FINAL, JASON SE VA AL INFIERNO

La lectura de "Making Friday the 13th, The legend of camp blood" (by David Grove) ha sido de lo más apasionante, y me ha animado a repasar algunos de los títulos que integran toda la saga. Especialmente aquellos que por lo general menos me funcionan. Lo intenté con la primera, la original, y ayer llegó el turno de la que, probablemente, más detesto, la nueve, de cuando la franquicia pasó a manos de "New Line" (tras su exitosa pero descendente trayectoria en las oficinas de la "Paramount") y estos pensaron que eran lo suficientemente listos como para facturar algo realmente diferente, original y novedoso con la serie. Bien, eso nos conduce a una pregunta que llevo haciéndome desde hace lustros y nunca nadie me ha sabido responder satisfactoriamente: ¿Por qué los mismos creadores de una obra son los últimos en comprender el verdadero valor de esta?, es decir, ¿cuando demonios entenderá Sean S. Cunningam, padre de "Viernes 13" y, probablemente, a la larga el mayor enemigo de "Jason Voorhees" con permiso de "Tommy Jarvis", que los elementos que más disfrutan/adoran los fans de la franquicia son aquellos que, precisamente, él se encabezonaba en eliminar a cada nueva entrega que producía?. Y cuando digo él, digo cualquier implicado en su confección. "Si hacemos un nuevo "Viernes 13", se acabó el campamento como escenario, se acabaron los adolescentes idiotas y sin personalidad puestos ahí para ser asesinados, se acabó la mera sucesión de crímenes espectaculares sin más y se acabó esa monótona máquina de matar cuadriculada que es "Jason"!". Vale, muy bien, pero es que... ¡¡eso es justo lo que queremos la mayoría de seguidores de "Viernes 13", COPÓN!!. ¿Cuándo coño lo entenderán?. Es un caso que se extiende a muchos otros cineastas y sus títulos de éxito (como Sam Raimi y "Evil Dead", por ejemplo). Claro, ante tales acusaciones podrían salir con un: "Ya lo sé, tío, pero estoy cansado de hacer siempre la misma peli, déjame al menos variar". "Vale, muy bien" sería la respuesta, "Pero entonces no digas que piensas en los fans, y que ellos son el público "target", porque no estás complaciéndoles lo más mínimo". Y oigan, no soy yo que desvarío... a las pruebas me remito: El intento de dar un giro narrativo y estético a las aventuras de "Jason" con la peli ahora comentada, y la simpática "Jason X", se saldó con un notable fracaso. ¿Cuando se recuperó?, pues cuando se recurrió de nuevo a los elementos clásicos, ya sea en "Freddy vs. Jason" (donde a pesar de la sombra de "Krueger", "Jason" se encuentra totalmente en su elemento, una trituradora de adolescentes calenturientos cuya zona de acción vuelve a ser "Crystal Lake") o, sobre todo, el remake oficial de la peli madre.
Sin embargo, hasta que Cunningham comprendió, pasaron años. Y tuvimos que sufrir títulos como este "Viernes 13: el final, Jason se va al infierno" con el apoyo de una "New Line" aún nadando entre las ganancias que le había aportado su propia franquicia, la de "Pesadilla en Elm Street" y, seguramente, mirando el material de partida por encima del hombro, convencidos de que era carnaza para tontos y cualquiera sería capaz de sacarle brillo, especialmente ellos, los padres de "Freddy Krueger". Así pues, lo que aquí tenemos es una trama bastante más liosa y, dato curioso, culebronesca de lo habitual en la franquicia de "Viernes 13". Veamos: La peli arranca muy bien, lo que en principio parece la típica secuencia de "chica bonita en cabaña solitaria que, de noche, se dispone a meterse en la ducha cuando de pronto aparece "Jason" y la persigue" termina derivando en una trampa creada para cazar al asesino (lo que explica por qué la moza en lugar de coger el coche para huir, se mete en el oscuro bosque... gracioso detalle que de entrada despista). "Jason" no solo pica, sino que es totalmente destruido por una granada que lo hace pedazos. Se llevan los restos a la morgue y allí el corazón cobra vida, induciendo a que el forense lo devore y, así, "Jason" se apodere de su cuerpo. De esta guisa decide regresar a "Crystal Lake" en busca de su hermana, personaje este del que no sabíamos absolutamente nada y al que jamás se había mencionado en ninguna de las pelis precedentes. ¿Por qué?, porque solo un "Voorhees" puede ser el recipiente para la reencarnación definitiva. Pero también solo un "Voorhees" puede fulminar a otro y resulta que la hermana de "Jason" tenía una hija que, vaya por dios, acude a "Crystal Lake". Claro que por ahí pulula su ex dispuesto a pararle los pies al psycho-killer quien, a lo largo de la peli, va cambiando de cuerpo (por cierto, ¿por qué antes de meterse en el de un policía bigotudo, se toma la molestia de afeitarle?). Lo que significa que el "Jason Voorhees" que todos amamos, con sus ropas roídas, su carne podrida y su entrañable máscara de hockey (en esta ocasión totalmente fusionada con el rostro) prácticamente solo asoma al principio y al final. Nomás. Aunque todavía hay algo peor: cuando sale del cuerpo de uno de sus poseídos, resulta ser un gusano de aspecto demoníaco. ¿¿Hein??. El caso es que los buenos ganan y, literalmente, "Jason" se va al infierno por efecto de una daga mágica. ¿¿Uh??. Unas manazas surgen de la tierra y lo arrastran para dentro, dando pie a uno de los momentos más comentados de la peli, la aparición de la garra de "Freddy Krueger", detalle este que daba totalmente pie a lo que aún tardaría unos años en llegar, el enfrentamiento de ambos iconos (que espero revisar en breve para comentar aquí).
Cuando se hizo un pase de prueba de "Viernes 13: el final, Jason se va al infierno" previo a su estreno, el público no tuvo una reacción demasiado positiva. De hecho, dijeron que echaban de menos al "Jason" de toda la vida y, sobre todo, que querían verle matar al menos a un par de campistas calientes. Los artífices de la peli no comprendían cómo su audiencia podía ser tan simple, cómo no eran capaces de apreciar esos personajes profundos con conflictos humanos, esa trama "compleja" repleta de elementos sobrenaturales, no podían comprender cómo, después de tanta mandanga, lo único que querían era ver LO DE SIEMPRE. Así que -la pela manda- se pusieron manos a la obra y rodaron una puñetera escena de campamentos. Pero de poco sirvió. Finalmente, y como decía, se estrenó, fue un pequeño fracaso y, en términos generales, nadie quedó demasiado contento con ella. De hecho, a su director, Adam Marcus (cuyo único mérito previo había sido currar de "chico pa todo" en la peli original), no le llovieron las ofertas. Y poco interesante hizo después.
Recuerdo la primera vez que vi el póster de "Jason se va al infierno", con esa máscara plateada y ese gusano que NADA tienen que ver con los que luego aparecen en la película. Flipé. Realmente creí que aquello podía molar mucho. Luego, cuando el film aterrizó en los estantes de los video-clubs (ya que en España no pasó por salas), corrí a alquilarlo y verlo. Lo odié. Y durante muchos años, le he odiado. Puede que sea la entrega que más detesto. Con permiso de la octava... aunque en esta al menos sí sale "Jason". Ayer noche, dispuesto a verle el lado bueno, y hasta los topes de paciencia, fue la primera vez que lograba sacarle algo comedidamente positivo. Sobre todo en su tramo final. Aunque, no nos engañemos, sigo pensando que es muy mala, con unas pretensiones que no casan con lo que se supone que es, como si llevara un traje que le queda grande. Intenté consumirla evitando pensar en "Viernes 13" (algo jodidamente difícil). ¿Cómo sería tratándose de un film de terror noventero sin conexión alguna con una franquicia de tanto peso sentimental para el fandom?. Seguiría siendo mediocre, me temo. Estaban empeñados en otorgar dignidad a algo que, hablando claro, ni lo necesitaba ni lo quería. Ridículo.
Como datos curiosos y fricosos, caben mencionar las apariciones del "Necronomicón" de la saga "Evil Dead" y la caja del episodio del monstruo en "Creepshow", detalles estos puestos ahí para ganarse al fan, pero sin resultados óptimos. Comentar también que, como solía pasar a todas y cada una de las entregas de la saga, esta pseudo-novena parte sufrió los temibles avatares de la censura. Existen imágenes de una tipa desnuda partida por la mitad, verticalmente, durante el polvo de la tienda de campaña que luego no aparece en su debida escena. Aunque no hay que ir tan lejos, la caratula misma del vhs presenta la foto de un tio cocinado que tampoco vemos en el film. Y como funesto colofón, añadir que el doblaje es del todo infernal.
En el reparto nos encontramos con el inevitable Kane Hodder, el supuesto "Jason" oficial (aunque yo, confieso, tampoco le veo mayor mérito a eso de meterse una máscara y agarrar un machete) y a John D. LeMay quien, curiosamente, venía de protagonizar la infame serie de televisión "Misterio para tres", y digo infame por cual era su título original, "Friday the 13th: the series", sin ninguna vinculación con las pelis (solo su productor Frank Mancuso Jr. que pa algo fue el que tuvo la mala idea). De los resultones efectos especiales se ocuparon los chicos de la reputada "KNB Group" y.... poco más, la verdad.
Altamente olvidable (aaay, esos temibles años 90!!!).

sábado, 14 de diciembre de 2013

THE HIDDEN 2, EL REGRESO

Indudablemente, a la estupenda "Hidden" las cosas le fueron de puta madre a nivel crítico, pero desconozco cómo discurrió la cosa en las taquillas del mundo, aunque algo me dice que lo que no se comió en su paso por las pantallas grandes sí lo hizo, y sobradamente, en los estantes de los video-clubs. Todo ello explicaría la existencia de una segunda parte de tan pocas lustrosas ambiciones, impulsada -como la primera- por la entonces cada vez más en alza "New Line". "The Hidden 2" fue parida siete largos años después de su precedesora (concretamente en 1993, y eso que la acción se sitúa quince por delante, es decir, en 2003. Algo que, obvio, no se nota por ningún lado a nivel tecnológico y estético) y con una inversión de dinero, talentos y capacidades mucho más modesta. Normalmente, las continuaciones cuyo campo de acción es el mercado doméstico suelen aportar menos ingredientes que el film que las originó. "Hidden 2" directamente aporta menos que nada.
Teniendo en cuenta que absolutamente nadie del reparto de la original repite aquí, la pirueta que se montan para lograr atar ambas películas es espectacular. De entrada, nos comemos entero todo el clímax final de "Hidden 1". Lo repiten prácticamente igual, con la diferencia que, hacia el final de los quince minutos que dura, lo mezclan con imágenes de un perro que se cuela en el escenario en el que el marciano malo había sido exterminado, y pilla un cacho que resultará cobrar vida, introduciéndose en el animal con el fin de generar crías. Mientras -recordemos- Kyle MacLachlan (alien güeno) revive al buddy-poli recién muerto trasladándose a sus adentros. Pasan quince largos años. Los productores y guionistas de "Hidden 2" necesitaban poder contar con el actor que interpretó al mentado policía, Michael Nouri, pero este no picó. Entonces, se buscaron un doble que se le pareciera mínimamente, le metieron un puñado de látex entre los pómulos y la barbilla y le filmaron mirándose a un espejo diciendo aquello de "Oh, dios mío, cómo se me ha deformado la cara!". ¡¡Yeah!!. Esto promete. Total, que se entera que el alien malo se ha metido en el cuerpo de un gilipollas, va para allí, se pelean y mueren los dos.
Y aquí es donde realmente arranca "Hidden 2". La hija del poli -ya crecidica- recibe la visita de otro alien bueno y le explica que el chungo todavía sigue por ahí jodiendo la marrana. La convence para que la ayude y juntos parten a por el. Y ya está, en adelante todo lo que veremos será eso, la persecución, nos paramos, nos enamoramos, seguimos la persecución, el alien malo salta de cuerpo en cuerpo y todo termina en un enfrentamiento poco espectacular y bastante deslucido, rematado por un susto final de vergüenza ajena.
"Hidden 2" es, directamente, horrorosa. Se nota que ha sido parida con muchísima menos guita que la primera, lo que no debería ser ni un problema y ni un inconveniente si sus responsables lo compensaran con imaginación y buenas ideas. Pero no van por ahí los tiros. Prácticamente toda se desarrolla entre la pareja chica/alien y el malo. Encima, el escenario más recurrente es una fábrica abandonada donde las crías del marciano se han instalado. Ni tan siquiera tenían dinero para alquilar un Ferrari (que ya saben cuánto le gustaban al bicho malvado que, de hecho, en este film amplía su gustos a otros modelos más asequibles). Todo es tan escaso, que tiran de diálogos y de la poco creíble y ñoña historia de amor entre la hija del poli y el marciano guay. Sí, vale, al menos los efectos especiales son "old school", pero tampoco esperen nada muy espectacular.
El director y guionista del estropicio es un tipo de errática carrera, no demasiado agraciado y con un nombre igual de poco atractivo, Seth Pinsker. Venía de dirigir en los 80 sendos episodios para un par de series (entre ellas "Con ocho basta") y no volvería a ponerse tras una cámara hasta pasados más de 10 años. ¡¿Qué cojones le vieron los productores para encargarle a él el proyecto?!. El caso es que Pinsker nunca jamás volvió a dirigir nada de nada, lo que no me sorprende. Su único crédito posterior es como productor televisivo el año 2004. Nothing more. Claro que igual es el Kubrick de la serie Z y reaparece en 2014 con otra obra de arte, ¡a saber!.
En el reparto únicamente reconozco un careto, el de la prota femenina, Kate Hodge, que en cuestiones cinematográficas debutó nada menos que con "Leatherface, La matanza de Texas 3". Algo que, rápidamente, le otorgó la etiqueta de "reina del grito" y la encasilló en el género. Le siguieron la serie de "Tales from the crypt" y otro producto televisivo en el que interpretaba a una mujer lobo, "She-Wolf of London" y que fue portada de un viejo "Gorezone" en el que la muchacha, ya deseosa de salirse del gueto, decía que no era muy fan del cine de horror. Y sí, pudo aspirar a otra clase de papeles, pero no mucho más lustrosos. Posó junto a Brandon Lee en "Rapid Fire" y de ahí a "Hidden 2", lo que nos indica que su carrera no debería pasar precisamente por un buen momento. El resto son todo series y más series hasta nuestros días. Aunque lo más marciano de su currículum lo encontramos en su desvirgue, un bizarro cortometraje del año 86 titulado "Super Christian 2" de obvio contenido cristiano. El responsable, John Schmidt, es un cineasta especializado en esas temáticas tan pringosas.
No entiendo cómo se les ocurrió a los de "New Line" hacer semejante chapuza, partiendo de un film tan entretenido, vibrante, colorista e inteligente como fue el de Jack Sholder (cuya trayectoria y resultados, hoy por hoy, guardan pocas diferencias con las del amigo Seth Pinsker). Tal vez su intención era producir algo rápido y poco costoso con el único fin de preservar el copyright del título, a saber, pero total para lo que les sirvió...
Que nunca hubiese una tercera parte podría echar un poco de luz sobre el entuerto. ¡¡Malditos años 90!!.
Evitable a toda costa.

NOTA: El amigo-lector Newzombie ha hecho notar que la imagen urbanita de la caratula pertenece en realidad a "Hellraiser 3". Gran observación la suya porque, efectivamente, si se mira con atención, verán a un cenobita ahí de pie, todo chulo él. Gracias al compañero por una info que, yes, hubiese ido de perlas para nuestra sección de... ya saben qué....

jueves, 11 de noviembre de 2010

AULLIDOS 7

La verdad es que llegó un momento en el que comencé a dudar si la séptima entrega de la franquicia de "Aullidos" no sería una leyenda urbana, porque parecía casi imposible visionarla o leer sobre ella. Pero no, sí existió, y ayer noche pude por fin verla... aunque la palabra adecuada sería sufrirla. Resulta curioso, trágico y fascinante cómo un film tan chulo y entrañable como el de Joe Dante pudo acabar derivando, con el paso de los años, a este "Aullidos 7" (en los USA "The Howling: New Moon Rising" o "The Howling: Mystery Woman"), es decir, a la más baja muestra de serie Z, casi rozando el amateurismo mal aplicado (repito por si algun lerdo nosentera que para mi lo amateur es maravilloso, salvo cuando intenta fingir ser otra cosa, ahí es cuando me entran dolores y arcadas).
¿Y de qué va "Aullidos 7"?, buf! a ver... de un tio que llega a un pueblo de la américa ultra-profunda coincidiendo con misteriosos crímenes. Hay quien sospecha que es un hombre lobo, tanto al misterioso asesino como el recién llegado (motivos hay), aunque también podría ser alguien aprovechando la ocasión para cargarle el muerto al pobre idiota.
En fin, que sí, que es una pedazo de mierda risible de esas duras, duras. Verla entre colegas fijo que es un cachondeo, pero solo, ¡¡ouch!!, duele. Todo ello se desarrolla, como decía, en un pueblo de la américa más paleta. Tenemos tíos vestidos de cowboy pa dar y regalar y, sobre todo, una banda sonora trufada de country, ¡¡pero asaco!!, hay veces en las que suenan hasta tres temas seguidos. Sin contar los números de baile y, directamente, las secuencias de bandas actuando en un garito. Acabas hasta las pelotas (y eso que a mi no me desagrada el country), sobre todo porque en 60 minutos de peli solo hay UN asesinato, y ni siquiera vemos al monstruo. En realidad este no aparece hasta el final del todo, horripilante "morphing" mediante, y es tan cutre y triste como cabría esperar. De por medio, además de música country, tenemos momentos de humor voluntario dolorosamente patéticos, muchos diálogos sin sentido ni motivo, infra-actuaciones (el 99% del cast son peña real que habita el pueblo y que, obvio, no se dedican a la interpretación) y dos tíos -un cura y un policía que es la combinación perfecta entre El Fary y David Carradine (no exagero)- hablando de hombres lobo y tirando de flash-backs. En estos podremos ver las únicas explosiones y el único gore de toda la peli, ya que se tratan de extractos de las cuarta y quinta entregas, que no porque sí están producidas por el mismo baranda que se encarga de "Aullidos 7", Clive Turner... y no solo de dirigirla, también produce, escribe, monta e ¡interpreta al protagonista!. Dado que el caballero actuó en (y produjo) la quinta entrega, se supone que en esta séptima es el mismo personaje aunque... ¡con distinto nombre!. Está guay eso de que, por fin, una de las entregas de "Aullidos" haga referencia a los títulos previos, incluso sale la misma actriz que protagonizaba "Aullidos 4" recordando su terrible experiencia... lástima que haya tenido que ser en la peor.
Resumiendo, un despropósito en toda regla trasladable a la caratula del VHS yankee, que aquí les dejo, donde se asegura que es "Una de las mejores películas de hombres lobo jamás hechas" según Los Angeles Magazine (claro que luego, en letras pequeña, vemos que dicha reseña hace única y exclusiva referencia al "THe Howling" original, no a esta séptima demencia). Por ahí también dicen que los responsables son los mismos de la saga "Pesadilla en Elm Street" o la novena de "Viernes 13"... y todo porque "New Line" se encargó de su distribución en vídeo. ¡Los hay mu listos, oiga!.

lunes, 8 de febrero de 2021

¡CRITTERS AL ATAQUE!

Durante 2019, y estando la Warner y la New Line de por medio —aunque de manera muy condescendiente con el asunto, eso sí—, y, seguramente con la  fiebre del revival como detonante, se conciben deprisa y corriendo un par de productos para ser explotados en las nuevas plataformas digitales que, a su vez, suponen el regreso a la pantalla de una de las consecuencias de “Gremlins” más recordadas por el público. Se trata del regreso de los Critters. Por un lado tenemos una serie de 9 capítulos “Critters: A new binge” que cosechó críticas de lo más desfavorables incidiendo en el hecho de que los efectos infográficos con los que contaba la serie, serían malos incluso si se hubieran utilizado en los 90. Y por otro lado, tenemos la secuela que nos ocupa, la quinta parte de la franquicia  de “Critters”, que cosechó críticas algo más tibias (no mucho más) y que llevaría el título de “¡Critters al ataque!”.
Y dicen que la película es mala. De acuerdo, es mala. Pero todos esos fans y cascarrabias parecen olvidarse de que las películas originales de la franquicia ¡también eran muy malas! Lo único, que tenían su gracia. Con esto quiero decir que “¡Critters al ataque!” juega en terreno de sobra conocido y se prodiga, no ya solo como una digna secuela (que lo es) si no como una de las mejores entregas de la saga desde la primera parte. Y es que suceden dos cosas en concreto que honran a esta secuela. La austeridad de presupuesto es notoria —de hecho está rodada en Sudáfrica para así abaratar costes— y, aun así, se las apaña para sacar el mayor provecho posible a los efectos especiales y prescinde de naves espaciales ostentosas y rayos láser destructores que sirvan de espectáculo visual. Amen de que en esta quinta parte los Critters son, directamente, marionetas. Y se nota descaradamente… pero por algún motivo, eso funciona. Asimismo no se ha escatimado en la cantidad de gore que se nos muestra; “¡Critters al ataque”! es violenta y sangrienta. Los Critters, a pesar de la ausencia de movimientos (que casi hace que nos recuerden a “Hobgoblins”) son más voraces que nunca y, gracias a eso, se le regala al espectador un buen puñado de escenas llenitas de mordiscos y fluidos corporales rojos, verdes, viscosos y coloridos, por lo que la película se convierte en una fiesta. De hecho, sería la primera película de la saga calificada para mayores de 18 años (ahí es nada).
Sin embargo, la ausencia de argumento es más palpable. Y si me apuran, hasta eso me parece acertado puesto que cuando me siento frente a una película de los Critters lo que quiero es ver a estos haciendo fechorías, el resto me da lo mismo porque es paja. Así que, la cosa va de una adolescente que le toca cuidar a un grupo de niños cuando de golpe y porrazo se topa con una especie de bola peluda blanca en el bosque. La bola está herida, así que los niños la curarán y cuidarán. Lo que no sabían es que, mientras, miles de bolas peludas se están comiendo al resto de los habitantes del pueblo. Por otro lado tenemos a una caza recompensas que, como es tradición, intentará dar buena cuenta de esas otras bolas de pelo. Y no hay más. La película entera es una excusa para que en un momento dado los Critters se los coman a todos. Perfecto.
 ¿Qué será la bola peluda blanca que han encontrado los niños? Vean la película para descubrirlo.
Por otro lado, esta secuela, aunque hace guiños a todas y cada una de las películas precedentes, también parece lanzar guiños a “Gremlins” tomando un tono que, por momentos, se asemeja más al de la franquicia de Spielberg que a esta —tenemos hasta detallitos “mowai” con mochila incluida—, mientras que los Critters que nos presenta son los que hemos visto en las anteriores películas y, para diferenciarlos, se nos muestran con heridas de guerra sufridas en anteriores entregas (hay uno tuerto y lleno de cicatrices, otro calvo que se quedó sin pelo en una anterior entrega por efecto de un disparo...), todo ello servido con mucha habilidad para enganchar al público millenial que es al que va verdaderamente destinada esta película.
El acierto de “¡Critters al ataque!” es que nos muestra elementos por todos los fans de la saga reconocibles, pero huyendo del posmodernismo y la nostalgia, haciendo un reciclado absolutamente moderno que funciona porque mantiene la esencia. Y quizás por eso el fandom se ha cebado con ella.
Se rescata a  Dee Wallace que, convertida en toda una cazacritters, repite en el rol que se le asignara en la película de 1986, sólo que se le cambia el nombre por un problema de derechos entre la Warner y Domonic Muir, el guionista de la primera película, por lo que aquí, en lugar de ser Helen es, sencillamente, la tía Dee.
Dirige, con más pericia que torpeza, Bobby Miller, director jovencito que hasta que ha rodado esta secuela de “Critters” no había realizado  más que cortometrajes.
En definitiva, la película está francamente bien. Es divertida, cafre, cortita y le deja a uno un buen sabor de boca.

martes, 30 de junio de 2009

XTRO

Esta es la típica peli que te deja traumatizado para toda la vida cuando la ves siendo chaval, y es que estamos ante un material notablemente bizarro (empezando por ese título casi inpronunciable) de origen Británico y, quieras que no, estos siempre van un pelín más allá que los yankis cuando les dejan (no olvidemos que allí surgió el temible fenómeno de los "Video Nasties"). El caso es que el film en cuestión, casi por coincidencia de fechas, fue lanzado jugando con el que era el mega-taquillazo de la época, "E.T. El Extraterrestre". En la publicidad de "Xtro" destacaba la frase "Algunos extraterrestres no son amistosos". Algo nada gratuito si consideramos que ambos films juegan con una premisa parecida, la amistad de un niño con un bicho del espacio. "Xtro" es la que se decanta por el lado más oscuro y terrorífico del asunto.
Un padre de familia es abducido por marcianos. Tres años después, regresa a la tierra con el fin de recuperar a su hijo. Sobre esta base tan sencilla, el realizador (y responsable de la -también- extraña pero efectiva banda sonora) Harry Bromley Davenport, nos sumerge en una pesadilla de lo más inquietante repleta de momentos francamente raros, raros, raros, generosos en surrealismo y que, a la larga, son aquellos que todos los que la vieron de crío conservan en su memoria de forma inalterable. Por ejemplo, el niño (al que su padre marciano ha dotado de poderes) dando vida a sus juguetes con fines mortales, destacando sin duda el "Madelman" aumentado de tamaño. Molan también el payaso con su yo-yo cortante o la secuencia de la chica convertida en máquina de fabricar huevos alienígenas atrapada dentro de un gran capullo (idea esta que luego retomaría, en cierto modo, "Species 2"). También resulta flipante la aparición de una pantera negra en medio del recibidor (!!!) o, cómo no, el renacer del padre -tamaño adulto- a través del vientre de una pobre mujer. Francamente burro. A esta lista de instantes para el recuerdo incluimos ese final totalmente perturbador.
Como dato curioso, comentar que en el reparto encontramos a Maryam d'Abo, muchacha que unos años después se convertiría en "chica Bond" (junto a Timothy Dalton en "Alta Tensión") y que en "Xtro" no se muestra nada mojigata, algo que empujó a que, en el momento de su mayor popularidad, un crítico creyera descubrir su "oscuro pasado" al mencionar que había participado en una película de "terror pornográfico" (!!!!!). También, si miramos en los créditos, encontraremos a Robert Shaye como productor ejecutivo, fundador de "New Line" y por entonces dedicado enteramente a promocionar el género.
Como sabéis, muchos años después a Davenport -quien, curiosamente, tenía un concepto muy bajo de su propia película- le dio por dirigir dos secuelas con dinero americano y canadiense. El resultado, en ambos casos, estaba en las antípodas de las intenciones, formas y logros de la primera peli. Vamos, que eran dos mierdas como dos camiones especialmente esforzadas en imitar el universo de "Alien". Podéis leer la reseña de la segunda parte que yo mismo escribí en este blog no hace mucho. Vistas ambas, reafirmas lo que ya sabías de antemano, que sin llegar a ser redonda, ni una maravilla, "Xtro" está repleta de momentos genuinamente espeluznantes y representa una forma de hacer cine que, en esencia, ya se ha perdido.

lunes, 26 de octubre de 2020

LAS PESADILLAS DE FREDDY

El próximo día 31 es Halloween, festividad a la que no tenemos ninguna manía en "Aquí Vale Todo" (y que pensamos puede convivir perfectamente con la propia). Por ello, esta semanita se la vamos a dedicar estrictamente al género del terror y aledaños, comenzando hoy Lunes con todo un clásico... aunque en vertiente "povera".
Siempre me ha escamado que se incluya la saga de "Pesadilla en Elm Street" en la etiqueta de "slasher" junto a "Viernes 13" o "Scream". Para nada creo yo que encaje, por su generoso elemento sobrenatural y, sobre todo, su asesino, un personaje excesivo y charlatán carente de toda áurea inquietante. Sin embargo, sí hubo una ocasión en la que Freddy Krueger estuvo cerca de considerarse "slasher" y fue en el primer capítulo de la serie de televisión "Las pesadillas de Freddy", lógicamente esputada a partir de su gran éxito.

Al narrar el origen del personaje, antes de su paso a sueñilandia, tenemos un Freddy con toda la carne pegada a los huesos y que mata en el mundo físico, agazapándose en la oscuridad para atacar. A mi, toda esta parte, me encaja perfectamente en los parámetros del cine de acuchillamientos. Pero claro, luego vienen los padres de las víctimas que, enfadados al ver al de las garras librarse de la silla eléctrica, corren hasta su guarida y le prenden fuego. Entonces sí, de ahí pasamos a terreno conocido (externo ya al del "slasher" puro). Los sueños, las visiones surrealistas y un Freddy bocazas e irritante que se toma la revancha.
De este modo, lo que queda es una especie de versión condensada y extremadamente sosa de una típica peli de "Pesadilla en Elm Street". Los elementos truculentos brillan por su ausencia, siendo una época en la que aún no se permitía mostrar sexo y violencia en la caja tonta.
Dirige Tobe Hooper ¿Se imaginan lo que, en otras circunstancias, habría significado que el responsable de "La matanza de Texas" firmara un capítulo de la serie de Freddy Krueger? ¿Sensacional, verdad?. Pues no. El hombre se aburre tanto con la materia, que nos contagia. Y lo que son 45 minutos de duración parecen alcanzar dos horas interminables. Una pena. Y un mal arranque para una serie que, en un principio, pretendía comerme entera e ir comentando capítulo a capítulo. Pero, ciertamente, resultó una experiencia tortuosa. Terrible. No es que fuese mala, más bien lo siguiente. Es horrorosa y todos los episodios, durando esos 45 minutos, se hacen eternos. Tanto aquellos que incluyen a Freddy en la trama (y que se aferran exactamente a la misma premisa: Personaje -normalmente adolescente- sufre las torturas "light" por parte del de las garras a base de surrealismo, situaciones extrañas, ridículas y terriblemente cansinas) como los que únicamente le otorgan el cargo de "host" (igualmente insufribles).
Es cierto que eventualmente encontramos rostros curiosos (Lar "Viernes 13 - 7" Park-Lincoln, Lori Petty, Jill Whitlow, Diane Franklin, George Lazenby, Bill Moseley, Jeffrey Combs, William Butler, Dick Miller, Charles Cyphers, Tracey Walter, Wings Hauser, Sandahl Bergman, John DiSanti y Brad Pitt!!) o firmas igualmente curiosas (Tom "Viernes 13 - 6ª parte" McLoughlin, Mick Garris, Ken Wiederhorn, Tom DeSimone, John Lafia, Dwight H. Little, William Malone), pero no sirve absolutamente de nada. Supongo que las prisas por realizar el producto y agenciarse unos cuantos milloncejos más les pasaron factura a los de "New Line". Por eso he decidido olvidar mi intención inicial de reseñar todos los capítulos limitándome, en plan testimonial, al primero (básicamente porque trata el origen de Freddy).
Mal, mu mal, totalmente desaprovechada.

domingo, 15 de agosto de 2021

"VIERNES 13" EN "SPACEBALLS"

 

Una de las escenas/coñas más populares de la simpatiquísima "Spaceballs / La loca historia de las galaxias" de don Mel Brooks es cuando, para localizar a los héroes, los villanos corren a su videoteca y extraen una copia pirata de la misma película que están rodando, por aquello de rebobinar hacia adelante y ver cómo se desarrollan los acontecimientos. "Pero si todavía no hemos terminado de hacerla" exclama "Casco Oscuro", a lo que su esbirro comenta que "el mercado de la piratería va en aumento" y las películas salen antes incluso de haberse finiquitado. Genial. Genial porque, durante el auge de las descargas ilegales años -y años- después, llegaron a ponerse a disposición del respetable copias de trabajo de películas sin todos los efectos especiales definitivos añadidos. Mel fue muy certero en sus predicciones.
El caso es que, tras ver "Spaceballs" un porrón incontable de veces (también en el cine "Continental", durante su estreno, en DOS ocasiones), jamás me había percatado del subgag que hay dentro del gag. Cuando se dirigen a los estantes con las cintas de vídeo, justo debajo de donde están la misma "Spaceballs" y el resto de filmografía de Mel Brooks al completo, vemos una ristra de falsas secuelas de "Rocky" por un lado y de "Viernes 13" por otro. Sí amigos, me avergüenza no haberme dado cuenta hasta anteayer.... que, curiosamente, era Viernes 13.
Tal y como se aprecia en el detalle inferior de la imagen, reposan CATORCE secuelas de "Viernes 13" (hubiese sido más gracioso trece, pero la catorce, aunque casi ni se ve, está ahí). Bien, "Spaceballs" está fechada el año 1987. Por entonces la entrega de las aventuras de Jason Voorhees más reciente había sido la sexta en 1986. No habría otra hasta 1988. Es decir, en el momento Brooks predijo ocho más. Teniendo en cuenta que la franquicia con el título de "Viernes 13" se detendría en la octava, se pasó. PERO, contando a partir de cuando cayó en manos de "New Line" y comenzaron las seudo secuelas, variaciones y remakes, la cosa se queda muy muy cerquita. En este caso, el poder adivinatorio del director judío volvería a dar en el blanco.
Irónico y encantador.

lunes, 2 de marzo de 2015

FREDDY VS JASON VS ASH

A principios de 2000, con el éxito que supuso el crossover “Freddy Vs Jason” se empezó a rumorear entre el fandom, que la “New Line” tenía previsto sacar un nuevo crossover, esta vez enfrentando a los dos iconos del cine de terror, con el personaje protagonista de la saga “Posesión Infernal”,Ash Williams. Obviamente, el rumor se apagó con el paso de los años, lo que se tradujo en montones de fans desconsolados que se quedaron con las ganas de ver la película. Pero era cuestión de tiempo que los fans hiciesen por su cuenta una película o un corto o algo que reuniera a los tres titánes. Y al que mejor le salió la jugada fue a Trent Duncan.
Trent Duncan, es uno de tantísimos norteamericanos medios que a la hora de hacer sus películas se decantan por recrear las mejores escenas de sus personajes favoritos o crear nuevas historias en las que estos sean los protagonistas. Este estilo de cine amateur se llama “Fan Film”. Y hay dos tipos de “Fan film”: Las que tienen unos acabados rozando lo profesional, cuyos disfraces y maquillajes poco o nada tienen que envidiar a los originales en los que se basa, y los que recrean estos disfraces con lo primero que pillan, que son los que más o menos me gustan a mí, por cercanía, por espontaneidad, llámenlo X. Este “Freddy vs Jason vs Ash” que ejecuta Duncan, estaría a medio camino de las dos corrientes estando rodado de forma algo austera en exteriores y de día (porque no tiene iluminación) pero bien sacados los personajes. Si bien Freddy es algo más tosco y se nota que es una careta, Jason sería perfectamente colable en una peli original de “Viernes 13”, mientras que Ash, el Ash más macarra, el de “Terroríficamente Muertos” o “El ejercito de las Tinieblas” estaría más o menos digno puesto que el parecido del actor que aquí lo encarna, Adam Henrickson, con Bruce Campbell es notable, amén de estar vestido y llevar los mismos chorretones de sangre, en los mismos lugares, que en las fotos promocionales de los films originales.
A partir de aquí, todos los clichés habidos y por haber, en un entretenido y dignamente realizado cortometraje  de 13 minutos en el que Freddy Kruegger se aparece en los sueños de una adolescente y la convence de que lea un pasaje del Necronomicón, a fin de traer de vuelta a Ash con la intención de matarlo. Pero Jason anda por ahí matando a los adolescentes, cuando Ash llega por un agujero temporal… o algo.  La lucha será descarnada.
El tono del corto, evoca directamente al que nos ofrecía “Freddy Vs Jason” por encima de otras referencias y, aún con todas sus carencias, se deja ver muy por encima de otros “Fan films” que suelen ser de calado bastante insoportable. Este está bien.
En cuanto al director Trent Duncan, ya se lo montó antes con el “Fan Fiming” haciendo su “Jason Vs. Leatherface” y rematando, después de este, juntando en una misma película a Jason, Freddy, Ash, Leatherface, Ghostface y Michael Myers en un mediometraje de 50 minutos y 6.000 dólares de presupuesto que lleva por título “Fan Film Saga Vol.1: Icons of Horror”. Fuera del “Fan Filming”, Duncan ha realizado el corto “Inahbited” sobre parásitos extraterrestres, entre otras fruslerías.
En cuanto a “Freddy Vs Jason Vs Ash” está dentro de los contenidos extra del DVD de “Devil Dead”, pero todo el material de Duncan, así como tropecientos millones de “Fan Films” están para ver, sin ningún tipo de problemas, en Youtube.

viernes, 15 de abril de 2011

LA NUEVA PESADILLA

A mediados de los 90, el grado de putismo de Freddy Krueger había alcanzado ya cotas absurdas. Después de tantas pelis, tantos anuncios, tanto merchandising desbocado y tanta tontería, se había convertido en una pálida sombra de lo que fue. El más famoso, simpático y amado pederasta del cine era un personaje casi infantil, totalmente blanco, ridículo y nada amenazador. Su padre, el papanatas de Wes Craven, decidió hacer una peli que, no solo le devolviera la dignidad, también recuperara sus más aterradoras virtudes. Semejante invento se tituló "La nueva pesadilla" (o "La nueva pesadilla de Wes Craven"... aunque podría haberse titulado "La nueva pesadilla del espectador") y se suponía que, contando con guión y dirección del mismo tipo que hizo el "Pesadilla en Elm Street" original, el mito iba a volver por la puerta grande. Nada más falso. La gente (y sobre todo, los productores) habían olvidado uno de los aspectos más recurrentes en la carrera de Wes Craven, su capacidad de pifiarla tremebundamente tras parir un éxito. Bien, este último hacía ya años que quedaba atrás, y era momento de que Mr.Craven volviera a tropezar. Cosa que hizo sonoramente.
El mayor tributo de "La nueva pesadilla" consiste en narrar la historia desde el otro lado de las cámaras. Es decir, los protas son los perpetradores del primer film, Heather Langenkamp se interpreta a si misma (tan sosamente como siempre), Robert Englund hace de Robert Englund, Wes Craven de Wes Craven, Robert Shaye (jefe de "New Line") de Robert Shaye y John Saxon de John Saxon (más algunos de los actores secundarios que se prestan a escuetos roles... o directamente, cameos). Toda esa parte es la más graciosa, en la que se retratan las movidas entre bambalinas y Craven aprovecha para echar unas cuantas puyas al resto de pelis... y a sí mismo... no sé yo si lo hace adrede o no, pero aparece como un gilipollas pretencioso que no acepta que únicamente hace pelis de terror adolescente y las reviste de pajas mentales filosóficas (por cierto, en su mesa del comedor reposa la Maria, el trofeo oficial del Festival de Sitges). Total, que Freddy Krueger, el personaje, era algo así como "la cárcel metafórica" de una entidad maligna. Al morir el personaje, dicha entidad se quedó con ganas de más, así que transmutó en su propio Freddy y decidió putear a aquellos que le vieron nacer y crecer y, muy especialmente, a la churri que lo mató en el film original, la mentada Langenkamp (que, por cierto, se supone tiene un hijo... un niño de lo más repugnante, feo y odioso... de verdad, yo tengo uno así y lo lanzo por la ventana). Pues vale.
En aquellos tiempos se habló mucho de que Krueger aparecería con una imagen más dura y terrorífica... y sí, se intenta... lleva pantalones de cuero negro y botazas, los colores de su jersey son más oscuros, su maquillaje más feo que en los títulos precedentes, sus uñas de acero más largas y él se gasta un poco más de mala uva, además de reservarse la aparición hacia la parte final del film. Sin embargo, cuando se deja ver, resulta patético... muy fácil de tumbar y con unos caretos que provocan la risotada. Una pena. La cosa en general es una pifia tremendamente aburrida y previsible, directamente mala, a la que no la salva ni la nostalgia. Después de ver esto, no me sorprende que para el nuevo Freddy buscaran a otro actor y apostaran por hacerlo más hijo de puta, porque ¿quien quería un payaso en la pesadilla del nuevo siglo?.
Recuerdo haber visto "La nueva pesadilla" en el cine, con un amigo, y bostezar tanto como hace un par de noches. La cuestión es que fue un merecido fracaso de taquilla y Krueger no volvió a asomar el careto hasta que "Jason Voorhees" salió en su ayuda.
Lo dicho, mala de esas que duelen.

lunes, 29 de noviembre de 2021

LOST SOUL: EL VIAJE MALDITO DE RICHARD STANLEY A LA ISLA DEL DR. MOREAU

No había sentido desde el día de su estreno (recuerdo las marquesinas de las paredes de bus anunciando su inminente premiere) el más mínimo interés por la adaptación de “La Isla del Dr. Moreau” para el cine ejecutada en 1996 por John Frankenheimer (según el póster español, pero sin créditos para director alguno según su versión original). De hecho esa falta de interés es la que me ha llevado a día de hoy a ser un completo ignorante en torno a esta película. Yo intuía que era muy mala y sin más. Y quizás lo sea en demasía y no merezca la pena sentarse frente a ella, como bien había decidido hasta el día de hoy. Sin embargo, recientemente he descubierto este documental, “Lost Soul: El viaje maldito de Richard Stanley a la Isla del Dr. Moreau” y, claro, ahora tengo unas ganas locas de verla. Y acabaré haciéndolo algún día. Se trata de uno de esos documentales que cuentan lo desastroso que fue el rodaje de determinada película, y las circunstancias que llevaron a esta a ser una puta mierda. De estos hay muchos y muy interesantes.  En este caso, la verdad es que los hechos acontecidos para que “La Isla del Dr. Moreau” fuera lo que es son realmente desternillantes.
No quiero spoilearles mucho el documental, por eso va a ser una reseña cortita, pero si diré que, como en la vida misma, todo el desastre del que nos habla el documental es fruto de tres factores: La incompetencia, los egos desmesurados y el retraso mental.
Porque a pesar de la buena prensa con que se nos presenta al principal artífice de este proyecto, Richard Stanley ( al que jamás había prestado atención), al que tildan poco menos que de futura promesa del cine fantástico, yo le veo como una especie de Tommy Wiseau en potencia, un pobre hombre que pese a su innegable cultura y ciertas dotes para dirigir, se le intuye un cerebro lo que se dice relajado, con una percepción de la realidad un tanto trastocada. No puedo tomarme en serio a un tipo que dice que utilizó la magia negra para llevar a buen puerto su película, ni puedo dejar de mirar, en sus entrevistas, cómo segrega espesa babilla cada vez que habla y cómo esta se va convirtiendo poco a poco en una especie de pasta negruzca… como si fuera un deficiente mental. A parte de esto, hay más factores mostrados en el documental que confirman esta tesis.
Por otro lado, es curioso cómo la gente que producía la película, New Line, ponen a parir a este hombre tildándole de irresponsable e inutil y justificando así que fuera despedido para contratar a John Frankenheimer mientras que los actores, que eran los que trabajaban con Stanley codo a codo, se refieren a él como un tipo extremadamente entusiasta y amable —lo que no es un aval para determinar sus capacidades en cualquier caso—, pero claro, los actores no es que sean tampoco especialmente lúcidos o inteligentes como para detectar algo fuera de lo normal. De hecho los comportamientos de Val Kilmer y Marlon Brando durante el rodaje, tal y como se narra en el documental, confirman de nuevo esto que digo.
Y por supuesto, la incompetencia está presente en todo momento. Richard Stanley, era un pequeño director independiente que sabía comandar pequeñas producciones de 5 o 6 millones de dólares, pero que con una de 30 no sabía ni por donde empezar… pero Frankenheimer, acostumbrado a hacer cine con solvencia, acabó de enmierdar todo este rodaje demostrando ser, si no más, tan inútil como Stanley…
No les cuento más. Solamente les invito a que la vean, merece mucho la pena y es altamente recomendable porque cuenta una historia fascinante sobre unos individuos asimismo fascinantes, y yo no podía dejar de mirar a pantalla mientras se sucedían las entrevistas o las imágenes de archivo.
El docu, por supuesto, tuvo una buena recepción en los distintos festivales y críticas unánimemente buenas, aunque sembró la polémica porque Richard Stanley dice que no todo lo que se cuenta es cierto, y que cosas más gordas que sucedieron se tocan de pasada.
Lo curioso es que Stanley, es también el director de una de esas recientes películas protagonizadas por Nicolas Cage tan en boga últimamente y de la que tanto hablan los asiduos a festivales de cine fantástico, “The Color out of Space”, una adaptación de Lovecraft que, efectivamente, no me interesaba ni lo más mínimo y que gracias a este documental pienso ver, tal vez en programa doble, junto a “La Isla del Dr. Moreau”.
El que firma el documental que les recomiendo se llama David Gregory, es fan de Jess Franco, y además de ser productor de “The Color out of Space” es el director de tropecientosmil documentales sobre cine más o menos jugositos como “The Joe Spinell story”o “Blood & Flesh: The Reel Life & Ghastly Death of Al Adamson”. Este está especialmente bien.

viernes, 10 de agosto de 2012

VIVIR DESESPERADAMENTE

Warner, como padre de New Line Cinema, acaba de sacar en dvd una colección con lo más granado de la filmografía de John Waters, motivo este por el que accedo a comprar algunos de los títulos que me faltaban en mi colección, con el aliciente, además, de que estos Films, vienen con audio comentario… claro, que en una hijoputada que no nos pilla de nuevas porque es lo habitual en los dvds de tan millonaria distribuidora, estos no incluyen subtítulos de ningún tipo para el audio comentario. Así pues, no los compren.
“Vivir desesperadamente”, quizás sea la mas compleja y la mejor de las películas de Waters, así como la más atípica y la con la que aprendió a tener sentido del ritmo, que por otro lado no mantendría ya en una película posterior.
Una sicótica que necesita ser urgentemente ingresada en un psiquiátrico, gracias a su marido, se queda en casa haciendo el loco. En una reyerta provocada por ella, junto con la ladrona de su asistenta negra y de 200 kilos, acaban matando al marido, por lo que huirán hacia Mortville, una extraña ciudad a la que van a parar los delincuentes que han logrado escapar de la policía (que son delincuentes de igual calibre, a fin de cuentas). Esta ciudad tiene su monarquía, así pues, impone su ley la Reina, -Interpretada por la graciosísima Edith Massey- y somete a la ciudadanía a sus caprichos, como por ejemplo el día del revés, en el que todos se tendrán que verter con la ropa del revés y caminar hacia atrás.
En esta ciudad, también hacen acto de presencia dos lesbianas delincuentes y la hija de la Reina que está enamorada de un basurero. Y la película se desenvuelve en este ambiente dando lugar a un montón de situaciones sin sentido, pero extremadamente divertidas.
Lo curioso de la película, es que aún siendo muy de John Waters, quizás porque para variar prescindió de Divine, es la peli menos John Waters de todas las que rodó en los setenta, y creo no equivocarme demasiado cuando digo que en los gags hay algo del humor de los Monty Python, por el tono surrealista y absurdo de un gran número de estos.
Rodada entre “Cosa de hembras” y “Polyester”, si que se ve una fotografía más cuidada y una edulcoración de las burradas que nos tenía acostumbrados hasta entonces, en un intento claro de volver mainstream su cine basura. Al fin de al cabo es lo que pasó con el tiempo.
Sin embargo es un acierto que la película no tenga más música que la que aparece en los títulos de crédito tanto iniciales como finales (una pieza muy bonita, por cierto) y al estar la película huérfana de música, le da un ambientillo curioso, que es de agradecer, porque resalta más la locura de movimientos, amputaciones y diálogos.
Hablando de los títulos de crédito, hay que resaltar los del inicio en los que una cámara picada, nos muestra una mesa con cubertería de alto copete, siendo debidamente servida; primero los cubiertos, después el vino… hasta que llega el plato principal, que es una rata debidamente cocinada, que es ingerida con sumo cuidado por una comensal a la que nunca vemos la cara. Me puso de mal cuerpo.
Muy recomendable para los fans estandard de Waters, porque sin duda, es su mejor película.

sábado, 9 de marzo de 2019

SESIÓN DOBLE : LEATHERFACE: LA MATANZA DE TEXAS 3 + HALLOWEEN H20 : VEINTE AÑOS DESPUÉS

LEATHERFACE: LA MATANZA DE TEXAS 3 : Esta tercera entrega de la afamada saga se atreve con aquello que Tobe Hooper evitó cuando rodó "Masacre en Texas 2": Repetir los aciertos de la película original, es decir, volver a la seriedad, a la crudeza y a cierta sordidez. El único elemento propio es una notable ración de gore -ausente en el film de 1973- finalmente extirpada por los señores de "New Line", entonces en la cresta de la ola gracias a Freddy Krueger y con ansias de hacerse con todas las franquicias de éxito en el cine de terror (poco después le tocaría el turno a "Jason Voorhees"). Dicha intromisión se saldó con un montón de problemas durante el rodaje, algo que brilla especialmente en el inapropiado final. Y si no que se lo digan al pobre Jeff Burr, que vio su carrera truncada tras la amarga experiencia en la silla del director.
No obstante, preparados para el susto, y vista hoy, la película funciona. Será que el tiempo la ha beneficiado. O que las siguientes aportaciones a la saga son tan mediocres que esta ha ganado puntos. No lo sabemos. Con todo, "Leatherface: La matanza de Texas 3" dispone de un puñado de buenos momentos, especialmente en su primera mitad (tengo debilidad por la desasosegante secuencia de la pareja protagonista intentando cambiar la rueda de su coche mientras en la oscuridad chirría cada vez más próxima la pierna ortopédica de Leatherface
) y dispone de un tempo notablemente acelerado. Todo se desarrolla a bastante velocidad y sin dar demasiado respiro al espectador. 
En el reparto destacan un novatillo Viggo Mortensen, Ken Foree de "Dawn of the dead" y el chico para todo de la serie B, William Butler.
Cierra el film una adecuadísima y muy estupenda canción de "Laaz Rockit", inevitablemente titulada "Leatherface".


HALLOWEEN H20 : VEINTE AÑOS DESPUÉS
: No cabe duda de que en Hollywood las cosas son cíclicas. Hay muchos ejemplos, pero hoy nos centraremos en uno. Recientemente la compañía de moda especializada en terrores de éxito y calidad, "Blumhouse", se sacaba de la manga una nueva entrega de "La noche de Halloween" que se anunciaba como "la buena", conectando directamente con la original, saltándose todas las secuelas intermedias y fichando a su protagonista, Jaime Lee Curtis. Todo ello coincidiendo con el cuarenta aniversario de la de John Carpenter. Curiosamente, hace dos décadas atrás, la compañía de moda especializada en terrores de éxito y calidad de entonces, "Dimension Films", se sacaba de la manga una nueva entrega de "La noche de Halloween" que se anunciaba como "la buena", conectando directamente con la original, saltándose todas las secuelas intermedias (salvo la segunda) y fichando a su protagonista, Jaime Lee Curtis. Todo ello coincidiendo con el veinte aniversario de la de John Carpenter quien, por cierto, rechazó ser el director y para lo cual contrataron nada menos que a Steve Miner, responsable de la segunda y tercera de "Viernes 13". El título no podía ser más lógico, "Halloween H20", una película que intentaba aprovecharse, y con justicia, del renacer del "slasher" gracias a "Scream" o "Sé lo que hicisteis el último verano".
Laurie Strode vive oculta tras otra identidad ejerciendo de profesora en una escuela para ricos, donde tiene a su hijo estudiando. Un mal día Michael Myers reaparece de la nada para, una vez más, continuar la labor que dejó incompleta en 1978.
A diferencia del reciente y aburrido "Halloween", "Halloween H20" tuvo la sabia idea de apartarse levemente del "slasher" puro para centrarse más en el mal vivir de Laurie Strode y el épico enfrentamiento final con su hermano psycho. La ración de "estudiantes perseguidos por asesino enmascarado" queda reducida a cuatro chavales y una porción escueta de justo y suficiente metraje. El resultado es una película entretenida, con sus dosis de suspense y un clímax final bastante emocionante.
Además, aquí sí ponen punto y final a la saga. De forma contundente. Aunque ni tan siquiera eso nos salvó de que, mediante las más chapuceras triquiñuelas argumentales, se estrenara una continuación absolutamente horrible cuatro años después.
Simpático guiño para la madre de todos los "slashers" con la aparición de Janeth Leigh (chiste privado incluido).
Lo ratifico, "Halloween H20" es mejor que la más reciente aventura de "La Silueta".

lunes, 27 de septiembre de 2010

FREDDY, LA PUTA DE LOS MEDIOS


Esta misma mañana me he encontrado con un mensaje de uno de nuestros queridos lectores pidiéndonos si había alguna manera de ver a Freddy Krueger anunciando "Pepsi". Bien, dado que nuestra ineludible misión es complaceros, aquí os dejamos raudos esta imagen que así lo atestigua (no es un fotomontaje, por supuesto, ha sido escaneado de una vieja revista franchute). A ver, con ello no queremos decir que sea bueno o malo anunciar "Pepsi" para ganarse unas perras... la cuestión es ¿de verdad los mandamases de "New Line" lo necesitaban?, ¿no tenían ya suficiente pasta acumulada como para acabar de cargarse un personaje al que tan poco le pegaba anunciar refrescos como era "Freddy Krueger"?... yo creo que no, pero en fin, como decía "Harry Callahan", las opiniones son como los culos... todo el mundo tiene uno.

miércoles, 20 de mayo de 2015

LOS FOTOCROMOS DE "JASON X"

"Viernes 13 VI: Jason vive", "Viernes 13 parte VII: Sangre nueva", "Vierne 13 VIII: Jason toma Manhattan" y "Viernes 13: El final; Jason se va al infierno" no se estrenaron en salas en nuestro país, a saber por qué, ya que las partes VI, VII y VIII las distribuía Paramount... a lo mejor ya eran muy malas para el público español, o bien el público español ya no iba al cine a ver una de "Viernes 13", así pues ¿Para qué molestarse?. Así que solo salieron en vídeo en nuestro país. Por lo tanto, al no estrenarse, no tenemos los fotocromos, por desgracia.
Sin embargo, muerta ya la década de los 90 y entrado el nuevo milenio con la nostalgia del pasado que lleva consigo, a los señores de New Line no se les ocurre otra cosa que resucitar una franquicia más muerta que viva y esta vez sí, no sabemos por qué, se estrena en salas españolas la segunda de sus aportaciones. El resto, lo explica muy bien Naxo en la correspondiente reseña. Yo les dejo con los fotocromos de "Jason X". La cosa continuaría después hasta nuestros días, pero yo ya no tengo esos fotocromos...