Prototípica producción "Empire" (es decir, Charles Band) de finales de los 80, justo cuando la mítica compañía comenzaba a derrumbarse (bueno, según he leído fue justo al año siguiente). ¿Tuvo algo que ver eso con el hecho de que "El morador de las tinieblas" (el título original es igual de guapo, "Cellar Dweller") sea... lo que es?... ¡no!, se trata de una característica común a la mayoría de productos de la casa.
Y cuando dices "lo que es", ¿a que te refieres?. Bien, "El morador..." no es una basura total y completa, tiene su gracia, aunque limitada y, probablemente, solo detectable por fans del cine de horror dispuestos a todo con tal de ver monstruos, hachas y sangre, aunque tampoco sea mucha (como yo, mismamente). De hecho, la recordaba peor y estaba tan dispuesto a sufrirla que, tras los agradecidos 70 escasos minutos que dura, pensé: "Coño (ya saben que yo pienso mucho en eso), pues no es tan horrible"... aunque nunca se la recomendaría a mi abuelo (si lo tuviera).
Un dibujante de comics muy E.C. (interpretado fugazmente por Jeffrey Combs) utiliza un libro de magia negra para los guiones de sus tebeos protagonizados por el monstruo de turno. Naturalmente ello hace que este se materialice en carne, hueso y pelo y arrase con todo. Unos años después, una chica muy mona, pero muy sosa, se emperra en retomar la obra del dibujero y, claro, revive a la criatura, que hará estragos en una comunidad de artistas.
Como suele pasar en este tipo de films, el modo en que el proceso creativo de un comic es trasladado a la pantalla resulta del todo absurdo. La chica (ya cuesta creerse que una tipa así, tan "chic" ella, aspire a hacer tebeos) tiene un estilo muy curioso, a ratos parecen los monigotes de un niño de 12 años, y a ratos Wally Wood estaría orgulloso. Además, la muy zángana es capaz de currarse una página entera, con sus viñetas rectas y sus distintas tonalidades de gris, usando un único rotulador, sin lápiz previo. ¡Menudo genio!. En el lado netamente positivo, tenemos el modo en el que se ríen de los típicos artistas pretenciosos y pedantes. Todo ello se lo debemos al guionista, que no es otro que Don Mancini, el padre de "Chucky" oculto tras un oportuno alias (Kit Du Bois) y que califica a "Cellar Dweller" en entrevistas recientes de "pedazo de mierda". Perdona chato, pero si lo es, en parte es culpa tuya.
El director no es otro que el legendario John Carl Buechler, creador de bichos de látex tan cutres como encantadores (y característicos, ahí están los "Ghoulies" de ejemplo) y eventual director de películas con mala fama, tipo "Troll" o la séptima entrega de "Viernes 13". El reparto también resulta curioso, Jeffrey Combs a un lado, destacan Yvonne de Carlo (la mamá de la familia "Munster") y Brian Robbins (quien tendría más suerte como productor ejecutivo de "Smallville").
Resumiendo, que "El morador de las tinieblas" resulta torpe, tonta y tosca, pero con la actitud correcta, puede ser hasta entretenida.
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miércoles, 9 de septiembre de 2009
miércoles, 11 de diciembre de 2013
RE-SONATOR (FROM BEYOND)
El doctor Pretorius, ayudado por su amigo Crawford, ha inventado una máquina llamada re-sonator (en su época el título español me molestó mogollón, por apestar a oportunismo, aunque hoy me cae bien simpático) capaz de estimular nuestra glándula pineal (sé de su existencia gracias a esta peli, para que luego digan que uno no se culturiza con ellas) y darnos la capacidad de ver los bichejos que habitan otra dimensión,una bien rara que está ahí pero de la que, normalmente, no somos conscientes. Durante un primer experimento, el amigo Pretorius acaba atrapado por dicha dimensión y en su intento de salvarlo, Crawford es declarado culpable de homicidio y encerrado en un manicomio. De ahí lo sacará una psicóloga, la Dra. McMichaels (esa siempre preciosa y angelical Barbara Crampton), que se lo llevará a la mansión de Pretorius pa someterlo a una especie de terapia de shock y ver qué hay de real en las extrañas historias que el colega cuenta.
En realidad, y si lo miras detenidamente, "Re-Sonator" es casi una peli de casa encantada, porque todo se desarrolla en una gótica y siniestra mansión, solo que en lugar de fantasmas lo que hay son bichejos (aunque todos vengan del mas allá... de from beyond, vamos), destacando especialmente en ese apartado al que da vida el amigo Pretorius, francamente espectacular (esa imagen suya como portada del estupendo VHS de "Lightning Video" no tiene precio) y capaz de las mutaciones más extrañas y aberrantes.
Como decía, en comparación a "Re-Animator", aquí los efectos especiales se multiplican por diez, o por veinte, solo que en lugar de gore puro, de sangre, tenemos guarrerías gelatinosas y bastantes monstruos. A pesar de que en su estreno la tildaron de excesivamente pringosa (¡quejas, siempre quejas!), casi podría decirse que fue un modo inteligente por parte de los productores de ahorrarse demasiados problemas con la censura. Es más fácil aceptar un bicho asqueroso totalmente fantasioso que una mutilación verosímil (y, de hecho, según Imdb, la única escena extirpada de la película era una en la que el sadomasoquista Pretorius clavaba un clavo en la mejilla a una chica, ¡cáspita!). Pero tampoco molesta mucho, porque el nivel de asquerosidades sigue siendo alto (de chaval me daba
Otra cosa en la que "Re-Sonator" procura mantenerse fiel con respecto al éxito que la precedió, es en el tema carnal. Aquí más presente incluso, solo que menos mal intencionado. Menos subversivo. Cojones, nadie podrá superar nunca la escena del perolo del "Dr.Hill" intentando hacer un cunnilingus, por mucho que en esta nueva epopeya le dan a la deliciosa Crampton un rol más agresivo sexualmente hablando (además de verdad, porque la piva se disfraza de dominatrix) y, claro está, se deje manosear las peras por el monstruo de rigor... pero no, no es tan morboso.
Y ya que estamos en plan repaso, no olvidemos el humor. Muy llamativo en "Re-Animator", bastante más escaso en "Re-Sonator". O, directamente, inexistente (a pesar de lo que diga "Newsweek" en la parte trasera de la caratula... difícil de creer, más si aparece con el nombre tan mutado como el mismo Pretorius... "Nesweek"). Yo creo que Gordon, Yuzna y cía intentaron hacer una peli genuinamente seria, sin embargo esta vez el humor aparece de modo involuntario. Hay momentos un poco risibles, ya no solo por los efectos algo torpones (¡¡ese Buechler!!), también por los intérpretes (seamos sinceros, Jeffrey Combs nunca fue un actorazo) y por ideas tan chorras como ver a Ken Foree en unos ajustados slips enfrentándose a criaturas del averno. O la glándula pineal, convertida en un ondulante gusanico casi fálico. Aunque para momentos descojonables, cuando la Crampton aparece con toda una bomba de relojería en la mochila, que no sabemos de dónde cojones ha sacado, en plena noche y después de huir del hospital medio en bolas y traumatizada.
Al contrario de lo que pueda parecer, todo esto lo digo desde el más sincero y afectuoso cariño. Sin ser la repolla, ni una obra maestra, "Re-Sonator" es, ante todo, muy entretenida (y muy corta), muy divertida, perfectamente disfrutable y altamente recomendable... especialmente si echas de menos la artesanía y "honestidad" del horror de aquellos entonces.
lunes, 4 de junio de 2018
TEROR EN EL ÁTICO
Como fuere, “Terror en el ático”, parida por Jeremy Kasten, que
forjado como ayudante de producción de un sinfín de películas costrosas de bajo
presupuesto, se hizo popular durante una temporadilla por realizar el remake de
“The Wizard of Gore”, el clásico de Herschell Gordon Lewis que con el mismo
entusiasmo que se habló de él en la prensa extranjera en su momento, se le dio
de lado una vez este fue editado en DVD. Y Kasten pasó a ser, de nuevo, un
directorcillo de serie B sin mayores méritos.
Pero antes de esto, Kasten, realiza este Terror en el ático
que le costó casi 10 años de su vida desde el momento de su concepción hasta
que finalmente vio la luz en las pantallas.
El guion de “Terror en el ático” se escribió en 1991 como
encargo, ya que en realidad se trataba de un guion perpetrado para convertirse
en la cuarta película de la franquicia “Witchcraft” —saga esta que cuenta hasta
hoy con la friolera de ¡¡16 películas!!— cuyos films no guardan demasiada
relación entre sí. Sin embargo Jeremy Kasten consideró que el argumento de esta
película era estupendo, una gran premisa como para desperdiciar el material
escrito en una entrega más de la costrosa serie de películas, por lo que Kasten
se reunió con los productores para ver si podía realizar esta película
independientemente de la saga a la que en un principio pertenecía este guion.
La respuesta fue positiva.
Sin embargo no fue hasta 2001 que Daniel Gold y Dan Griffiths, los productores
de la película, consiguieron el millón de dólares que necesitaban para
financiar el “ambicioso” proyecto que tenían entre manos, por lo que el guion,
desde los 90 hasta que se llevó a cabo, dio más vueltas que una noria y poco
quedaba ya de lo que este era cuando este iba a ser “Witchcraft 4”. Entre
tanto, Kasten fue trabajando en otras cosas.
Una vez comenzada la producción todo se reducía a economizar
gastos, por lo que, ambientada en un psiquiátrico, los productores encontraron
un hospital abandonado donde se rodarían todas las escenas ambientadas allí,
mientras que para el gran caserón donde transcurre el resto de la película localizaron
una enorme mansión casi en ruinas cuyos propietarios les dejaron utilizar para
el rodaje de la película a cambio de que les pagaran las obras de remodelación
de la misma. Así lo hicieron, y además de servirle al equipo para rodar la
película, sirvió para que el protagonista, Andras Jones (al que ya vimos en “Pesadilla
en Elm Street IV”), viviera allí durante el rodaje.
Y sin más. La película es tan pequeña que una vez rodada se
movió por los festivales y canales de distribución habituales de este tipo de
productos y a estas alturas ya no la recuerda absolutamente nadie.
Su único aliciente es un reparto encabezado por Jeffrey Combs, interpretando por enésima vez a un medico chiflado en un film que parece
diseñado para su lucimiento. Y es que Jeremy Kasten es un absoluto fan de
género y quería nombres más o menos míticos en su cinta. Por ello, acompañan a
Combs en el reparto, nombres como los de Alice Cooper, Seth Green o Ted Raimi,
nombres estos por los que la cinta cobra cierto interés.
Y una vez saciada la necesidad del aficionado de ver en
pantalla a estos actores, en cierto modo, icónicos de un estilo concreto, se
acabó lo bueno, porque no existe película más cochambrosa y aburrida que “Terror
en el ático”. En ese sentido, destaca la
poca habilidad que tiene Kasten de contar una historia, porque cuesta horrores
enterarse de que está pasando en la película. Vemos a Combs, intuimos que la
cosa va hospitales psiquiátricos, que hay coqueteos con la brujería… pero más
allá de eso, no entendemos mucho más. Mala como el mismo diablo.
Una curiosidad como otra cualquiera…
viernes, 9 de abril de 2021
HERBERT WEST: RE-ANIMATOR
Como el relato de H.P Lovecraft “Herbert West: Reanimator” es de dominio público, cualquiera puede hacer lo que le de la gana con el personaje. Es por esto que el italiano Ivan Zuccon, cineasta amateur de los de la vía de en medio que tras leerse el “Necronomicon” y la gran mayoría de la obra de Lovecraft se dedica mayormente a adaptarla, liándose la manta a la cabeza para realizar, no ya una adaptación fiel del relato como cabía esperar, sino una nueva versión en la que mezcla elementos de aquel con el universo creado por Brian Yuzna y Stuart Gordon en “Re-Animator”. Son las ideas descabelladas que se le pueden ocurrir a cualquier amateur y que, como ya supondrán, no dejan satisfecho más que a su principal responsable.
De este modo, Zuccon, se marca un bodrio abominable con alma de fan film en el que en su afán de desmarcarse de todo lo conocido en lo referente al Dr. West, nos ofrece una película con intenciones oníricas y surrealistas que hacen al espectador cagarse de aburrimiento. Además, no se entiende nada de lo que nos cuenta.
La gracia del asunto está en que aquí tenemos al Dr. West y a su hijo Dr. West Jr. El primero un científico barbudo y sofisticado que es padre del segundo, es decir, el Herbert West que en su momento diera vida Jeffrey Combs en la película de Stuart Gordon. De este modo, tenemos a un actor peinado con raya a un lado al que le colocan unas gafas de pasta y una bata blanca y asunto solucionado. Ni siquiera se parece demasiado a Combs, pero, sí lo suficiente como para que el fan medio lo identifique con el personaje.
Herbert West padre, tiene una hija que fallece en un accidente, así que, con el fin de devolverle la vida, experimentará con un suero verde que de su invención que tiene el poder de resucitar a los muertos. Como es de prever, no saldrá todo como esperaba. Hasta ahí la cosa, bien, pero, tras una puesta de escena en la que vemos a Herbert West Jr. inyectando el suero a la que en teoría es su hermana, la película se convertirá en una sucesión de flashbacks que harán viajar al West padre adelante y atrás en el tiempo, mostrándonos momentos en los que su hija está viva, con otros en un universo paralelo en el que la viscosidad y los gusanos fosforito tendrán una gran presencia. La cosa va para atrás y para adelante sin que en ningún momento nos enteremos de qué demonios está pasando. Por el camino, un festival de gore muy pobre y poco espectacular (básicamente, peña escupiendo sangre artificial) hará acto de presencia casi como si se tratara de una declaración de intenciones.
Como se trata de una película absolutamente inmersa en la era digital, esta está rodada en vídeo HD y se soluciona casi en su totalidad con el uso de cromas. Esto algunas veces funcionan muy bien (como en los pasajes oníricos) y otras fatal, y aunque técnicamente no es una cosa espantosa —está bien montada, anda bien de ritmo y, dentro de lo cutre, no lo es excesivamente— no deja de ser un “quiero-y-no-puedo” intentando a toda costa imitar el cine profesional. Y ya les hemos dicho mil veces aquí lo que sucede con este tipo de pretensiones: Que se les ve el plumero.
Por aportar algo positivo sobre la película, les diré que podría haber sido muy fácil apostar por una cosa liviana y ligera inspirada en la película original, pero, Zuccon prefiere tomarse su material demasiado en serio. En consecuencia, adquiere un tono tristón y deprimente que sumado a una ambientación barroca y prescindiendo de todo sentido del humor, consigue que, por lo menos, el espectador más hijo puta no sienta ni tan siquiera el deseo de reírse de la película. Acaba venciendo el solemne aburrimiento. Como fuere, no consigue parecer cine “de verdad” que es lo que intenta desesperadamente.
Por otro lado, Zuccon, se lo tiene muy subidito desde el día en el que, probablemente estando borracho, en referencia a alguna sus películas, el escritor M.J. Simpson (no confundir con O.J…), autor de la biografía de Douglas Adams, escritor de la novela “Manual del autoestopista galáctico”, dijo que Ivan Zuccon era “lo mejor que le había sucedido al cine de terror italiano y probablemente al cine de terror en general, en mucho, mucho tiempo”.
Por lo que sea, el muchacho con sus adaptaciones de Lovecraft, se ha ganado sus seguidores a lo largo y ancho del mundo. Pero conmigo, que no cuente.
De este modo, Zuccon, se marca un bodrio abominable con alma de fan film en el que en su afán de desmarcarse de todo lo conocido en lo referente al Dr. West, nos ofrece una película con intenciones oníricas y surrealistas que hacen al espectador cagarse de aburrimiento. Además, no se entiende nada de lo que nos cuenta.
La gracia del asunto está en que aquí tenemos al Dr. West y a su hijo Dr. West Jr. El primero un científico barbudo y sofisticado que es padre del segundo, es decir, el Herbert West que en su momento diera vida Jeffrey Combs en la película de Stuart Gordon. De este modo, tenemos a un actor peinado con raya a un lado al que le colocan unas gafas de pasta y una bata blanca y asunto solucionado. Ni siquiera se parece demasiado a Combs, pero, sí lo suficiente como para que el fan medio lo identifique con el personaje.
Herbert West padre, tiene una hija que fallece en un accidente, así que, con el fin de devolverle la vida, experimentará con un suero verde que de su invención que tiene el poder de resucitar a los muertos. Como es de prever, no saldrá todo como esperaba. Hasta ahí la cosa, bien, pero, tras una puesta de escena en la que vemos a Herbert West Jr. inyectando el suero a la que en teoría es su hermana, la película se convertirá en una sucesión de flashbacks que harán viajar al West padre adelante y atrás en el tiempo, mostrándonos momentos en los que su hija está viva, con otros en un universo paralelo en el que la viscosidad y los gusanos fosforito tendrán una gran presencia. La cosa va para atrás y para adelante sin que en ningún momento nos enteremos de qué demonios está pasando. Por el camino, un festival de gore muy pobre y poco espectacular (básicamente, peña escupiendo sangre artificial) hará acto de presencia casi como si se tratara de una declaración de intenciones.
Como se trata de una película absolutamente inmersa en la era digital, esta está rodada en vídeo HD y se soluciona casi en su totalidad con el uso de cromas. Esto algunas veces funcionan muy bien (como en los pasajes oníricos) y otras fatal, y aunque técnicamente no es una cosa espantosa —está bien montada, anda bien de ritmo y, dentro de lo cutre, no lo es excesivamente— no deja de ser un “quiero-y-no-puedo” intentando a toda costa imitar el cine profesional. Y ya les hemos dicho mil veces aquí lo que sucede con este tipo de pretensiones: Que se les ve el plumero.
Por aportar algo positivo sobre la película, les diré que podría haber sido muy fácil apostar por una cosa liviana y ligera inspirada en la película original, pero, Zuccon prefiere tomarse su material demasiado en serio. En consecuencia, adquiere un tono tristón y deprimente que sumado a una ambientación barroca y prescindiendo de todo sentido del humor, consigue que, por lo menos, el espectador más hijo puta no sienta ni tan siquiera el deseo de reírse de la película. Acaba venciendo el solemne aburrimiento. Como fuere, no consigue parecer cine “de verdad” que es lo que intenta desesperadamente.
Por otro lado, Zuccon, se lo tiene muy subidito desde el día en el que, probablemente estando borracho, en referencia a alguna sus películas, el escritor M.J. Simpson (no confundir con O.J…), autor de la biografía de Douglas Adams, escritor de la novela “Manual del autoestopista galáctico”, dijo que Ivan Zuccon era “lo mejor que le había sucedido al cine de terror italiano y probablemente al cine de terror en general, en mucho, mucho tiempo”.
Por lo que sea, el muchacho con sus adaptaciones de Lovecraft, se ha ganado sus seguidores a lo largo y ancho del mundo. Pero conmigo, que no cuente.
miércoles, 24 de enero de 2024
GALERÍA DE ESCANEOS BONITOS 31: SUBPRODUCTOS YANKIS (PART SIX, POPURRI 2)
Más que grandes películas, lo que el "Empire" de Charles Band paría a espuertas eran títulos capaces de generar maravillosas imágenes, listas para adornar las páginas de tu carpeta, fanzine y/o revista . Lo mismo que a la hora de fabricar carteles, algo absolutamente fundamental en toda compañía de mentalidad exploitativa, como era el caso. Y por eso resulta tan sencillo y gozoso dedicarle una de estas entradas de escaneos estupendos. Lo hemos hecho antes, ya sea centrándonos en títulos específicos ("Creepozoides", "Esclavas del Espacio") o en plan más variado (le tocara a la misma "Empire" o a su subdivisión ñordística "Beyond Infinity Films"). Así pues, ¡reincidimos! más material jugoso, colorista y delirante rescatado, cómo no, de las páginas de mis queridas revistas franchutes, esas que -como siempre digo- me alegraron la adolescencia por ahí los años 80 y 90.
No es mucho... pero se disfruta igual.
No es mucho... pero se disfruta igual.
Maravillosa imagen de una joven y preciosa Barbara Crampton ataviada de pirata para un proyecto de Stuart Gordon que nunca jamás llegó a materializarse. Lástima. "Re-Animator" y "Re-Sonator" aún andaban calientes, así que la idea de rejuntarse de nuevo los dos para llevar adelante las sangrientas correrías -o eso prometía el título, "Bloody Bess"- de una corsaria con ubres (las preciosas ubres de Barbarita) habría podido ser.... interesante.
A "Catacombs" ya le di un muerdo en su día. Esta película de David Schmoeller sufrió en sus fotogramas la debacle de "Empire". Quedó ahí, en la inopia, hasta que otros se hicieron con ella y tuvieron la desfachatez de sumarla a una franquicia medio fantasma, "The Curse", en una estrategia muy propia de aquellos añorados piratones tiempos. En concreto se suponía que era la cuarta entrega aunque, obvio, no tenía absolutamente nada que ver con las tres previas (y así podríamos ir restando hasta la primera). Con todo, el film resulta bastante malucho y solo destaca por la imagen de arriba y un Jesuscristo de ojos negros descendiendo de su cruz para cargarse a un monje.
Si algo le sobraba a "El morador de las tinieblas" eran imágenes promocionales guapas. Si algo le escaseaba, y mucho, era... calidad. Cuando leí sobre ella por primera vez (en un "Mad Movies") y me topé con la foto arriba expuesta (se supone que se trata de Jeffrey Combs, pero diría que fue un doble el que se comió el coñazo de maquillarse) o la del peludo mostro que puebla el largometraje (dirigido por John Carl Buechler y guionizado -y renegado- por el papá de Chucky, Don Mancini, oculto tras seudónimo) me volví loco. Pintaba a fabuloso homenaje a la E.C.Comics -y algo hay de eso- lo que, además, la emparentaba con mi querida "Creepshow". Luego llegó a nuesos video-clubs, la alquilé con entusiasmo y...... se saben el resto.
Del caso "Pulse Pounders" he hablado ya en otras ocasiones. Resulta fascinante. Una antología compuesta por tres historias, dos de ellas SECUELAS DIRECTAS de largometrajes previos de la misma "Empire" ("Trancers" y "El amo del calabozo"). Y la tercera, un auténtico refrito conceptual de "Re-Animator" al tratarse de otra adaptación de H.P.Lovecraft con el trío estelar de aquella al completo, la Crampton, el Combs y don David Gale (cojones, si hasta la tipografía es la misma que la del clásico de Stuart Gordon). Todo ello cocinado por el capo himself, Charles Band. ¿Se puede pedir más? ¡Sí! se puede pedir que sea buena. Y, según me consta, queda lejos de cumplirse. No he visto "Pulse Pounders". De hecho, muy pocos la han visto, porque -como en el caso de "Catacombs"- pilló a "Empire" en pleno colapso y quedó condenada al limbo. Se proyectó en una Con de esas. Y alguno de sus segmentos ha tenido vida propia. Pero, así, en general, sigue siendo un título maldito. Invisible. No se por qué, algo me dice que mejor que siga siéndolo. El cartel, por supuesto, mola un rato.
jueves, 13 de enero de 2011
NECRONOMICON
"Necronomicon" gira en torno al universo de, obvio, H.P.Lovecraft. Ya sabéis que Yuzna ha estado implicado, de diferentes maneras, en las más célebres recientes (y no tan recientes ya) adaptaciones del famoso escribiente, así que supongo que pensaría alguien que volver a unir ambos nombres sería garantía de éxito. En este caso, "Necronomicon" toma a Lovecraft como personaje además de basarse muuuuy libremente en su obra (esto segundo es lo normal, me consta).
Así pues, lo que aquí encontramos es un film dividido en tres historias. Aunque en realidad son seis. Me explico: El mismo H.P.Lovecraft llega hasta una biblioteca y, a escondidas, accede al Necronomicón de donde copia sus historias. Vamos, que de entrada la peli ya acusa al escritor de plagiador, atribuyendo el mérito de su talento a fuentes ajenas, ¡mola!. Naturalmente, veremos cada una de estas historias materializada en imágenes, con el aliciente de que dos de ellas incluyen subhistorias en si mismas. Marciano, pero efectivo. La primera va de un tio que quiere revivir a su ahogada novia mediante ritos, y cuando vuelve de la tumba... bueno, mejor habérselo pensado dos veces. La segunda es sobre un científico anciano que lleva viviendo cientos de años gracias al frío... y a médulas espinales que debe robar como y a quien pueda. Y la tercera... la tercera no se puede explicar. Genuinamente se trata de la mejor del pack, la más intensa, la más endiablada, la más gore (y eso que en cuestiones de sangre y asquerosidades, "Necronomicon" nos deja satisfechos) y la que contiene imágenes más pesadillescas. Lo curioso y raro es que, en fin, esta es la que lleva la firma de Brian Yuzna!!!. Muy jevi. La mejor historia la ha dirigido el mismo papanatas que hizo "Faust" o la tercera de "Re-Animator". Nunca lo hubiese dicho. Las otras dos vienen dirigidas por Christophe Gans (el de "Silent Hill" y "El pacto de los lobos") y Shusuke Kaneko (en parte responsable de la carrera cinematográfica en los 90 de "Gamera" y "Godzilla", así como de la adaptación del manga "Death Note") respectivamente.
Sorprende encontrarse ante un film realizado con medios más que cuantiosos, por sus ambientaciones (muchas de época), sus decorados, su variedad estética y sus agradecidos efectos especiales old school, con látex a punta pala, muñecotes y maquetas. El único añadido así "digital" vendría a ser el "morphing", pero casi no hay. En ese sentido la peli es una delicia.
El reparto es tan simpático como cabría esperar de un producto de este tipo. Destaca Jeffrey Combs muy bien caracterizado de Lovecraft. Le siguen el clásico David Warner, Bruce Payne ("Dragones & Mazmorras", "Pasajero 57"), la guapa Belinda Bauer ("Robocop 2"), el inevitable Richard Lynch , Don Calfa ("El regreso de los muertos vivientes") o Maria Ford (scream queen habitual en soft-cores). Incluso Brian Yuzna se marca un notorio papelito como chofer... trabajo este que, al paso que va, acabará desempeñando en la realidad. Según Imdb, por ahí rula Tom Savini como "consultant" de los efectos especiales. Y Samuel Hadida, uno de los productores, ejerció como tal en un montón de títulos "de peso": "Killing Zoe", "Amor a quemarropa", "Resident Evil", "El Perfume", etc.
Pues sí, comencé a ver "Necronomicon" con cierta pereza y desconfianza, y acabé disfrutándola bastante.
sábado, 2 de noviembre de 2024
STREAM
Lo más llamativo de "Stream" no está ni en su trama, ni su acabado, ni nada que afecte a lo que nos cuenta y cómo. Está detrás de las cámaras. Bueno, y delante si hablamos del reparto. Resulta que muchas de las cabezas pensantes responsables de la actualmente más que popular saga "Terrifier" andan metidos en "Stream". El primer cartel que vi de la interfecta no lo anunciaba, y me extrañó. En otros tiempos, pensé, semejante dato se habría explotado hasta la indecencia. Incluso algún distribuidor desalmado habría estrenado "Stream" como un improbable "Terrifier 4: La nueva generación" o algo así. No obstante, luego tuve acceso a otro cartel donde, esta vez sí, se destacaba alto y claro. Damien Leone y Phil Falcone, máximos culpables de las aventuras del payaso asesino, co-producen "Stream". Además, el primero se encarga de los efectos especiales y el segundo se marca un cameo. Por si fuera poco, el hombre que da vida al clown diabólico "Art", David Howard Thornton, interviene como actor, básicamente haciendo el mismo personaje, solo que cambiando el maquillaje por una máscara (y no es el único intérprete reciclado). ¿Algo más? ¡seh! las escenas gore de "Stream" -menor en cantidad, igual de brutales- se parecen mucho, demasiado -incluidos efectos sonoros-, a las de la saga "terrifieante", en concreto una donde a un infeliz le machacan la faz de mala manera. Y, finalmente, la coincidencia de factores que mola menos: igual que "Terrifier 2 y 3", "Stream" es más larga de lo que exige su naturaleza, dos horacas del demonio.
El segundo aspecto llamativo, como decía, lo localizamos en su reparto (Thornton, y otros rostros segundones de la "terrifier family", aparte) Una auténtica galería de "viejos" astros habituales del género (o el cine "cult" en general) y, actualmente, carne de "Con". No falta casi nadie y algunos van apareciendo a modo de cameo para solaz del paciente aficionado medio. La lista es sabrosa: Jeffrey Combs como sobreactuado y algo histriónico villano. Una Danielle Harris a la que cuesta tragarse como pareja de un hombre bastante más mayor y mamá de una adolescente (por cierto, si no lo digo reviento: esta resulta especialmente detestable e irritante. La típica chavala encabronada que, además de inútil vistos los resultados de su intervención, gasta una caracaballo que no encaja en su supuesto rol de chica mona) Tim Reid (quien anduvo por el "It" televisivo), Dee Wallace, Tony Todd (aunque figura en los créditos iniciales, no sale hasta el final... y poco), Mark Holton (has visto su rechoncha carita en "La gran aventura de Pee-Wee", "Teen Wolf" o el primer "Leprechaun", casi siempre dando vida al gordito gruñón o graciosete, depende), Daniel Roebuck (otro "fatso" entrañable de los ochenta. Estuvo en "Proyecto X" o "Los tachuelas". Justo, puedes presenciar su brutal fenecimiento en el tercer "Terrifier"), Felissa Rose interpretando a su esposa, Terry Alexander (uno de los pocos supervivientes en "El día de los muertos") y Bob Adrian, quien ha intervenido en varios títulos bien reconocidos, pero lo destaco porque también sale en "Rap Sucks", video-roña del inefable Bill Zebub. Se incluye una especie de secuencia poscréditos situada en el vestíbulo de un cine (lo que permite la coña extra de colar un póster de "Terrifier 3"), en la que intervienen Bill Moseley, Terry Kiser (cadáver en "Este muerto está muy vivo", médico perverso en el séptimo "Viernes 13") y un ilustre -oculto tras careta-, nada menos que Tim Curry quien, además, se vende como un aspirante a nuevo villano icónico, "Lockwood" (la cuenta de "Stream" en Instagram ya garantiza su condición de franquicia), y suelta un/a chiste/guinda muy gracioso/a aclarando que "¡No soy un payaso!".
Bien, dejen que coja aire. Dicho ello, ¿y el resto, la película en sí misma? Bueno, pues, durando como dura esas dos excesivas horas, la primera se hace un pelo coñazo pero la segunda arregla el desaguisado, siendo bastante más amena e intensa. Además, incluye una muerte muy simpática, hasta original (la del "tres en raya". No diré más). Y sí, la sensación que deja es la de un producto regulero, pero no del todo fallido y medianamente consumible si le pones ganas.
La historia vendría a ser una mezcla de "La purga" con "Hostel", "31", "Habitación sin salida" y alguna más del estilo. Una familia se instala en un hotel que resultará ser el escenario destinado a retransmitir online una especie de cacería humana perpetrada por -supuestos- asesinos "cool". Toca sobrevivir y bla, bla.
Dirige Michael Leavy (quien se marca un papelito como encargado de mantenimiento) y su hermano, Jason Leavy, se medio responsabiliza del guion y da vida a uno de los villanos (estaba también en las dos secuelas de "Terrifier", por supuesto)
El segundo aspecto llamativo, como decía, lo localizamos en su reparto (Thornton, y otros rostros segundones de la "terrifier family", aparte) Una auténtica galería de "viejos" astros habituales del género (o el cine "cult" en general) y, actualmente, carne de "Con". No falta casi nadie y algunos van apareciendo a modo de cameo para solaz del paciente aficionado medio. La lista es sabrosa: Jeffrey Combs como sobreactuado y algo histriónico villano. Una Danielle Harris a la que cuesta tragarse como pareja de un hombre bastante más mayor y mamá de una adolescente (por cierto, si no lo digo reviento: esta resulta especialmente detestable e irritante. La típica chavala encabronada que, además de inútil vistos los resultados de su intervención, gasta una caracaballo que no encaja en su supuesto rol de chica mona) Tim Reid (quien anduvo por el "It" televisivo), Dee Wallace, Tony Todd (aunque figura en los créditos iniciales, no sale hasta el final... y poco), Mark Holton (has visto su rechoncha carita en "La gran aventura de Pee-Wee", "Teen Wolf" o el primer "Leprechaun", casi siempre dando vida al gordito gruñón o graciosete, depende), Daniel Roebuck (otro "fatso" entrañable de los ochenta. Estuvo en "Proyecto X" o "Los tachuelas". Justo, puedes presenciar su brutal fenecimiento en el tercer "Terrifier"), Felissa Rose interpretando a su esposa, Terry Alexander (uno de los pocos supervivientes en "El día de los muertos") y Bob Adrian, quien ha intervenido en varios títulos bien reconocidos, pero lo destaco porque también sale en "Rap Sucks", video-roña del inefable Bill Zebub. Se incluye una especie de secuencia poscréditos situada en el vestíbulo de un cine (lo que permite la coña extra de colar un póster de "Terrifier 3"), en la que intervienen Bill Moseley, Terry Kiser (cadáver en "Este muerto está muy vivo", médico perverso en el séptimo "Viernes 13") y un ilustre -oculto tras careta-, nada menos que Tim Curry quien, además, se vende como un aspirante a nuevo villano icónico, "Lockwood" (la cuenta de "Stream" en Instagram ya garantiza su condición de franquicia), y suelta un/a chiste/guinda muy gracioso/a aclarando que "¡No soy un payaso!".
Bien, dejen que coja aire. Dicho ello, ¿y el resto, la película en sí misma? Bueno, pues, durando como dura esas dos excesivas horas, la primera se hace un pelo coñazo pero la segunda arregla el desaguisado, siendo bastante más amena e intensa. Además, incluye una muerte muy simpática, hasta original (la del "tres en raya". No diré más). Y sí, la sensación que deja es la de un producto regulero, pero no del todo fallido y medianamente consumible si le pones ganas.
La historia vendría a ser una mezcla de "La purga" con "Hostel", "31", "Habitación sin salida" y alguna más del estilo. Una familia se instala en un hotel que resultará ser el escenario destinado a retransmitir online una especie de cacería humana perpetrada por -supuestos- asesinos "cool". Toca sobrevivir y bla, bla.
Dirige Michael Leavy (quien se marca un papelito como encargado de mantenimiento) y su hermano, Jason Leavy, se medio responsabiliza del guion y da vida a uno de los villanos (estaba también en las dos secuelas de "Terrifier", por supuesto)
domingo, 22 de abril de 2012
MUTRONICS
Auténtico referente del cine más idioto de los 90, "Mutronics" se suponía basada en un famoso manga japonés con el que compartía título original, "Guyver". Su, presupongo, fracaso hizo que en algunos países fuese retitulada "Mutronics" por aquello de que en el reparto hay muchos monstruos e igual podrían hacerlo pasar por algun pseudo-"Gremlins". O esa es mi teoría. Curiosamente el film arrastra algunos nombres de peso... o de poco peso, pero considerablemente populares entre el fandom. Para empezar se trata de una producción Brian Yuzna, de cuando el bigotudo aún conservaba cierto estatus. En la dirección encontramos a dos notables creadores de efectos especiales, Screaming Mad George y Steve Wang. El primero, que en sus años mozos tenía un grupo punkero bastante curioso llamado justamente "The Mad", había dejado su sello en títulos como "Pesadilla en Elm Street 4" y "La novia de Re-Animator". El segundo hizo tres cuartos de lo mismo con "Una pandilla alucinante", "Pesadilla en Elm Street 5" o "Gremlins 2". Antes de "Mutronics" había rodado una peli amateur en Super 8 titulada "Kung-Fu Rascals" y que remakearía después de "Mutronics" con medios más estandards. En el reparto destaca Mark "Luke Skywalker" Hamill, que alcanza niveles de notorio patetismo convirtiéndose al final de la peli en una cucaracha gigante. Le siguen Michael Berryman y, sobre todo, Jeffrey Combs y David Gale, juntos de nuevo tras su enfrentamiento en "Re-Animator". Completa el casting un cameo de Linnea Quigley... haciendo de Linnea Quigley, pero sin quitarse la ropa.
Narrativamente, la cosa no se complica mucho: Una gran corporación comandada por monstruos ocultos tras apariencia humana tiene en su poder una armadura llegada del espacio. Uno de sus científicos, preocupado por todo el mal que podrán hacer con ella, la roba y huye. Es cazado por los malos de turno que se lo cepillan, pero antes logra ocultar la mentada armadura. Casualmente esta cae en manos del prota, un pipiolo que practica artes marciales y, llegado su momento, será quien se convierta en el mentado "Guyver" y se dedique a matar a los malos y salvar el mundo.
Bien, el caso es que el manga original (y el inevitable anime) destacaban por una notable dosis de violencia (gore incluido) y chanismo... pero a la hora de saltar a la pantalla con actores reales (o "actores" reales), todo eso cambió. "Mutronics" buscaba complacer al público adolescente o, incluso, infantil (las "Tortugas Ninja" aún coleaban por ahí, e incluso hay una cita directa a ellas) y por ello el nivel de violencia fue rebajado al mínimo (salvo algún desliz puntual) y el de humor incrementado al máximo, hasta resultar molesto y cansino, a lo que contribuye la presencia de un monstruo que rapea y todo (ugh!). Estos, siendo majos al estar paridos en látex, resultan también un poco cutres, especialmente los secundarios, y las (largas) peleas entre ellos y el "Guyver" alcanzan límites de genuina ridiculez risible. Es evidente que el presupuesto, sin ser muy bajo, tampoco era como para tirar cohetes, y a "Mutronics" le falta acción y le sobra palique. Con todo, y sin querer darle más valor del que realmente tiene, la peli puede verse, si antes te mentalizas de lo que te espera. Ayudan mucho el sentido del humor y la compasión.
Curiosamente, y este es un dato que desconocía hasta hoy, en 1994 (tres años después) Steve Wang se curra en solitario una secuela, "Guyver: Dark Hero" menos popular pero, según parece, más seria, violenta y fiel al manga. Hummm... ello da que pensar si tal vez la interferencia de Brian Yuzna en la primera fuese más dañina de lo que puede parecer. Su ausencia en la segunda parte dio carta blanca a Wang para hacer lo que realmente quiso. Oiga, pues igual hasta búscola y veóla.
Narrativamente, la cosa no se complica mucho: Una gran corporación comandada por monstruos ocultos tras apariencia humana tiene en su poder una armadura llegada del espacio. Uno de sus científicos, preocupado por todo el mal que podrán hacer con ella, la roba y huye. Es cazado por los malos de turno que se lo cepillan, pero antes logra ocultar la mentada armadura. Casualmente esta cae en manos del prota, un pipiolo que practica artes marciales y, llegado su momento, será quien se convierta en el mentado "Guyver" y se dedique a matar a los malos y salvar el mundo.
Bien, el caso es que el manga original (y el inevitable anime) destacaban por una notable dosis de violencia (gore incluido) y chanismo... pero a la hora de saltar a la pantalla con actores reales (o "actores" reales), todo eso cambió. "Mutronics" buscaba complacer al público adolescente o, incluso, infantil (las "Tortugas Ninja" aún coleaban por ahí, e incluso hay una cita directa a ellas) y por ello el nivel de violencia fue rebajado al mínimo (salvo algún desliz puntual) y el de humor incrementado al máximo, hasta resultar molesto y cansino, a lo que contribuye la presencia de un monstruo que rapea y todo (ugh!). Estos, siendo majos al estar paridos en látex, resultan también un poco cutres, especialmente los secundarios, y las (largas) peleas entre ellos y el "Guyver" alcanzan límites de genuina ridiculez risible. Es evidente que el presupuesto, sin ser muy bajo, tampoco era como para tirar cohetes, y a "Mutronics" le falta acción y le sobra palique. Con todo, y sin querer darle más valor del que realmente tiene, la peli puede verse, si antes te mentalizas de lo que te espera. Ayudan mucho el sentido del humor y la compasión.
Curiosamente, y este es un dato que desconocía hasta hoy, en 1994 (tres años después) Steve Wang se curra en solitario una secuela, "Guyver: Dark Hero" menos popular pero, según parece, más seria, violenta y fiel al manga. Hummm... ello da que pensar si tal vez la interferencia de Brian Yuzna en la primera fuese más dañina de lo que puede parecer. Su ausencia en la segunda parte dio carta blanca a Wang para hacer lo que realmente quiso. Oiga, pues igual hasta búscola y veóla.
lunes, 26 de octubre de 2020
LAS PESADILLAS DE FREDDY
El próximo día 31 es Halloween, festividad a la que no tenemos ninguna manía en "Aquí Vale Todo" (y que pensamos puede convivir perfectamente con la propia). Por ello, esta semanita se la vamos a dedicar estrictamente al género del terror y aledaños, comenzando hoy Lunes con todo un clásico... aunque en vertiente "povera".
Siempre me ha escamado que se incluya la saga de "Pesadilla en Elm Street" en la etiqueta de "slasher" junto a "Viernes 13" o "Scream". Para nada creo yo que encaje, por su generoso elemento sobrenatural y, sobre todo, su asesino, un personaje excesivo y charlatán carente de toda áurea inquietante. Sin embargo, sí hubo una ocasión en la que Freddy Krueger estuvo cerca de considerarse "slasher" y fue en el primer capítulo de la serie de televisión "Las pesadillas de Freddy", lógicamente esputada a partir de su gran éxito.
Al narrar el origen del personaje, antes de su paso a sueñilandia, tenemos un Freddy con toda la carne pegada a los huesos y que mata en el mundo físico, agazapándose en la oscuridad para atacar. A mi, toda esta parte, me encaja perfectamente en los parámetros del cine de acuchillamientos. Pero claro, luego vienen los padres de las víctimas que, enfadados al ver al de las garras librarse de la silla eléctrica, corren hasta su guarida y le prenden fuego. Entonces sí, de ahí pasamos a terreno conocido (externo ya al del "slasher" puro). Los sueños, las visiones surrealistas y un Freddy bocazas e irritante que se toma la revancha.
De este modo, lo que queda es una especie de versión condensada y extremadamente sosa de una típica peli de "Pesadilla en Elm Street". Los elementos truculentos brillan por su ausencia, siendo una época en la que aún no se permitía mostrar sexo y violencia en la caja tonta.
Dirige Tobe Hooper ¿Se imaginan lo que, en otras circunstancias, habría significado que el responsable de "La matanza de Texas" firmara un capítulo de la serie de Freddy Krueger? ¿Sensacional, verdad?. Pues no. El hombre se aburre tanto con la materia, que nos contagia. Y lo que son 45 minutos de duración parecen alcanzar dos horas interminables. Una pena. Y un mal arranque para una serie que, en un principio, pretendía comerme entera e ir comentando capítulo a capítulo. Pero, ciertamente, resultó una experiencia tortuosa. Terrible. No es que fuese mala, más bien lo siguiente. Es horrorosa y todos los episodios, durando esos 45 minutos, se hacen eternos. Tanto aquellos que incluyen a Freddy en la trama (y que se aferran exactamente a la misma premisa: Personaje -normalmente adolescente- sufre las torturas "light" por parte del de las garras a base de surrealismo, situaciones extrañas, ridículas y terriblemente cansinas) como los que únicamente le otorgan el cargo de "host" (igualmente insufribles).
Es cierto que eventualmente encontramos rostros curiosos (Lar "Viernes 13 - 7" Park-Lincoln, Lori Petty, Jill Whitlow, Diane Franklin, George Lazenby, Bill Moseley, Jeffrey Combs, William Butler, Dick Miller, Charles Cyphers, Tracey Walter, Wings Hauser, Sandahl Bergman, John DiSanti y Brad Pitt!!) o firmas igualmente curiosas (Tom "Viernes 13 - 6ª parte" McLoughlin, Mick Garris, Ken Wiederhorn, Tom DeSimone, John Lafia, Dwight H. Little, William Malone), pero no sirve absolutamente de nada. Supongo que las prisas por realizar el producto y agenciarse unos cuantos milloncejos más les pasaron factura a los de "New Line". Por eso he decidido olvidar mi intención inicial de reseñar todos los capítulos limitándome, en plan testimonial, al primero (básicamente porque trata el origen de Freddy).
Mal, mu mal, totalmente desaprovechada.
Siempre me ha escamado que se incluya la saga de "Pesadilla en Elm Street" en la etiqueta de "slasher" junto a "Viernes 13" o "Scream". Para nada creo yo que encaje, por su generoso elemento sobrenatural y, sobre todo, su asesino, un personaje excesivo y charlatán carente de toda áurea inquietante. Sin embargo, sí hubo una ocasión en la que Freddy Krueger estuvo cerca de considerarse "slasher" y fue en el primer capítulo de la serie de televisión "Las pesadillas de Freddy", lógicamente esputada a partir de su gran éxito.
Al narrar el origen del personaje, antes de su paso a sueñilandia, tenemos un Freddy con toda la carne pegada a los huesos y que mata en el mundo físico, agazapándose en la oscuridad para atacar. A mi, toda esta parte, me encaja perfectamente en los parámetros del cine de acuchillamientos. Pero claro, luego vienen los padres de las víctimas que, enfadados al ver al de las garras librarse de la silla eléctrica, corren hasta su guarida y le prenden fuego. Entonces sí, de ahí pasamos a terreno conocido (externo ya al del "slasher" puro). Los sueños, las visiones surrealistas y un Freddy bocazas e irritante que se toma la revancha.
De este modo, lo que queda es una especie de versión condensada y extremadamente sosa de una típica peli de "Pesadilla en Elm Street". Los elementos truculentos brillan por su ausencia, siendo una época en la que aún no se permitía mostrar sexo y violencia en la caja tonta.
Dirige Tobe Hooper ¿Se imaginan lo que, en otras circunstancias, habría significado que el responsable de "La matanza de Texas" firmara un capítulo de la serie de Freddy Krueger? ¿Sensacional, verdad?. Pues no. El hombre se aburre tanto con la materia, que nos contagia. Y lo que son 45 minutos de duración parecen alcanzar dos horas interminables. Una pena. Y un mal arranque para una serie que, en un principio, pretendía comerme entera e ir comentando capítulo a capítulo. Pero, ciertamente, resultó una experiencia tortuosa. Terrible. No es que fuese mala, más bien lo siguiente. Es horrorosa y todos los episodios, durando esos 45 minutos, se hacen eternos. Tanto aquellos que incluyen a Freddy en la trama (y que se aferran exactamente a la misma premisa: Personaje -normalmente adolescente- sufre las torturas "light" por parte del de las garras a base de surrealismo, situaciones extrañas, ridículas y terriblemente cansinas) como los que únicamente le otorgan el cargo de "host" (igualmente insufribles).
Es cierto que eventualmente encontramos rostros curiosos (Lar "Viernes 13 - 7" Park-Lincoln, Lori Petty, Jill Whitlow, Diane Franklin, George Lazenby, Bill Moseley, Jeffrey Combs, William Butler, Dick Miller, Charles Cyphers, Tracey Walter, Wings Hauser, Sandahl Bergman, John DiSanti y Brad Pitt!!) o firmas igualmente curiosas (Tom "Viernes 13 - 6ª parte" McLoughlin, Mick Garris, Ken Wiederhorn, Tom DeSimone, John Lafia, Dwight H. Little, William Malone), pero no sirve absolutamente de nada. Supongo que las prisas por realizar el producto y agenciarse unos cuantos milloncejos más les pasaron factura a los de "New Line". Por eso he decidido olvidar mi intención inicial de reseñar todos los capítulos limitándome, en plan testimonial, al primero (básicamente porque trata el origen de Freddy).
Mal, mu mal, totalmente desaprovechada.
domingo, 10 de julio de 2011
ROBOT JOX
En el futuro, y con el fin de ahorrarse guerras, los conflictos entre grandes potencias se resolverán en una arena y a base de robots gigantes ahostiándose hasta convertirse en chatarra. Aquiles es el mejor piloto, y está apunto de enfrentarse a su eterno rival, Alexander, lo que desencadenará el culebrón de rigor.
El mayor problema de "Robot Jox" es que sus ambiciones sobrepasan sus medios. Vamos, que aunque el presupuesto era alto... no llegaba para lo que Stuart Gordon y el magnate de "Empire" pretendían mostrar. Por eso mismo, peleas de robots hay pocas, abunda más el material de personajes/diálogos y sus movidas. Encima, la gran mayoría del film se desarrolla en interiores, por lo que la sensación de calustrofóbia es notoria.
"Robot Jox" siempre está al borde de resultar hiper-cutre, pero se salva por los pelos. Las batallas robóticas se las debemos a las artes del maestro del stop-motion David Allen. Y sí, son bien majas, aunque a inicios de los 90 el efecto "foto-foto" ya comenzaba a resultar algo añejo y pasado de moda.
Sin embargo, y a diferencia de mi primer y ya lejano visionado, esta vez la peli me entró bien... no es que sea la cosa más entretenida del mundo, ni la más vibrante, pero tampoco aburre. Lo que resulta imposible negar es que "Robot Jox" fue visionaria; hasta entonces nadie se había atrevido con robots gigantes, dándoles un enfoque serio y moderno. Un "hurra" por Band y los suyos.
En el reparto destacan el eterno malo de la serie B, Paul Koslo, y Jeffrey Combs en un papel minúsculo. En el apartado técnico, varios integrantes de la factoría "Empire"... aunque esta vez no encontramos a Richard Band en funciones compositivas. Raro, estaría con la gripe, digo yo.
Frikada: Antes de cada combate, los pilotos y su equipo sueltan la coletilla "Crash & Burn". Curiosamente, unos años después, y ya instalado en "Full Moon Entertainment", Charles Band lo usaría como título para otra epopeya de robots gigantes dándose yoyas, lo que llevó a que en algunos países de Europa se la tomaran como un "Robot Jox 2".
miércoles, 18 de julio de 2007
RE-ANIMATOR
Llevo varios días con la intención de actualizar este blog hablando de alguna película curiosa, extraña y oscura, pero últimamente no hago más que tragarme mierda insufrible que no me dice nada y únicamente me aburre hasta la desesperación. Ayer, cansado de tanta basura, le propuse a mi pareja desembolsar el recién adquirido dvd de "Re-Animator" y verla. Joder, amigos, como cambian las cosas cuando una película es buena... o, en este caso, cojonuda.
¿Y que puedo decir yo de "Re-Animator" que no se haya dicho ya?, pues básicamente mi punto de vista al respecto, que para eso existen los blogs personales y los fanzines. "Re-Animator" entra en la misma categoría que "Posesión Infernal", "La matanza de Texas" o "Pesadilla en Elm Street", el del clásico moderno que demuestra incluso a los críticos más sesudos que el horror puede aportar grandes títulos. Ese típico film oscuro y desconocido que sale de la nada, y sorprende hasta al más pintado, dejando una huella indeleble en la historia del séptimo arte, versión pringosa. De esas hay pocas, pero cuando aparecen, todo se pone patas para arriba.
Ya conocéis la cantinela: Adaptación muy sui géneris de los relatos de H.P.Lovecraft dedicados a narrar las desventuras de su científico loco particular, Herbert West, en la que éste se lía a reanimar toda clase de seres vivos engatusando para ello al médico más prometedor del hospital de turno, y llenar este de sangre y más cadáveres. Todo orquestado con mucho sentido del humor (voluntario, of course) y toneladas de higadillos.
En su momento "Re-Animator" era el no va más del gore, la típica película sangrienta que se infiltra entre las carteleras más mainstream y pilla a todos con la guardia baja. Genuinamente transgresora, sorprenden sobre todo las secuencias de sexo aberrante, ya tan famosas, en las que la cabeza del Dr.Hill lame sin compasión el cuerpo desnudo de Barbara Crampton (que a partir de ese momento, pasó a formar parte del sagrado panteón de las scream queens), incluido grotesco intento de cunnilingus totalmente antológico. No es un gore realmente desagradable, está más cerca de la caricatura de un "Braindead" (que no en vano, es el homenaje personal de Peter Jackson a "Re-Animator" y otros films de parecido calibre) que del rollo insano de un, digamos, "Hostel".... y para los tiempos que corren, la cantidad no es tan excesiva como nos lo pareció a los que la vimos en los sagrados años 80.
"Re-Animator" posee una estructura narrativa envidiable, un ritmo acelerado y la duración justa (menos de 90 minutos) para que resulte vibrante, divertida y muy entretenida. También hace gala de su pátina de originalidad, el humor negro no era entonces tan recurrente en el horror, y la historia casi de culebrón romántico entrelazada con las cuantiosas dosis de gran guiñol eran hasta cierto punto innovadoras. No está muy claro QUÉ tiene "Re-Animator" para ser un film tan eficaz, pero lo tiene, y si no, echar un ojo a las secuelas que siguieron ayuda a entenderlo.
Brian Yuzna es a "Re-Animator" lo que John Russo a "La noche de los muertos vivientes", la rémora que, sí, puso su grano de arena en la confección del original, pero que desde entonces no ha hecho más que vivir del cuento exprimiendo una obra que, en esencia, no le pertenece y cuya paternidad suele atribuirle erróneamente la prensa indocumentada. ¡Falso!, el verdadero genio tras "Re-Animator" es Stuart Gordon que, como Mario Bava, dejó el listón de su carrera demasiado alto, y nunca supo igualarlo, aunque aún rodaría algunos films más altamente recomendables, como "From Beyond", "Dolls", "Fortaleza Infernal" o "King of the Ants".
Yuzna se encargó de estropear la saga dirigiendo "La novia de Re-Animator" y "Beyond Re-Animator", dos pestiños horribles, aburridos, gratuitos y sin gracia alguna... y encima, en el caso de la que hace tres, con Elsa Pataki (BUARGH!) y Santiago Segura (RE-BUARGH!)
Otro rostro inseparable de la saga es Jeffrey Combs, el inquietante Herbert West, que desde entonces no ha hecho más que interpretar el mismo papel, pero que, como Bruce Campbell, y siendo ambos actores limitaditos, caen en gracia por su ineludible parentesco con el género que más nos gusta.
"Re-Animator" es, en resumen, un absoluto clásico moderno, una película de esas que surgen casi de forma milagrosa y que uno nunca se cansa de ver, lastimándose porque "Ya no se hacen como esta" y recordando que ser fan del género del terror es un camino duro y difícil pero que. a veces, la recompensa a tanta paciencia bien merece la pena.
¿Y que puedo decir yo de "Re-Animator" que no se haya dicho ya?, pues básicamente mi punto de vista al respecto, que para eso existen los blogs personales y los fanzines. "Re-Animator" entra en la misma categoría que "Posesión Infernal", "La matanza de Texas" o "Pesadilla en Elm Street", el del clásico moderno que demuestra incluso a los críticos más sesudos que el horror puede aportar grandes títulos. Ese típico film oscuro y desconocido que sale de la nada, y sorprende hasta al más pintado, dejando una huella indeleble en la historia del séptimo arte, versión pringosa. De esas hay pocas, pero cuando aparecen, todo se pone patas para arriba.
Ya conocéis la cantinela: Adaptación muy sui géneris de los relatos de H.P.Lovecraft dedicados a narrar las desventuras de su científico loco particular, Herbert West, en la que éste se lía a reanimar toda clase de seres vivos engatusando para ello al médico más prometedor del hospital de turno, y llenar este de sangre y más cadáveres. Todo orquestado con mucho sentido del humor (voluntario, of course) y toneladas de higadillos.
En su momento "Re-Animator" era el no va más del gore, la típica película sangrienta que se infiltra entre las carteleras más mainstream y pilla a todos con la guardia baja. Genuinamente transgresora, sorprenden sobre todo las secuencias de sexo aberrante, ya tan famosas, en las que la cabeza del Dr.Hill lame sin compasión el cuerpo desnudo de Barbara Crampton (que a partir de ese momento, pasó a formar parte del sagrado panteón de las scream queens), incluido grotesco intento de cunnilingus totalmente antológico. No es un gore realmente desagradable, está más cerca de la caricatura de un "Braindead" (que no en vano, es el homenaje personal de Peter Jackson a "Re-Animator" y otros films de parecido calibre) que del rollo insano de un, digamos, "Hostel".... y para los tiempos que corren, la cantidad no es tan excesiva como nos lo pareció a los que la vimos en los sagrados años 80.
"Re-Animator" posee una estructura narrativa envidiable, un ritmo acelerado y la duración justa (menos de 90 minutos) para que resulte vibrante, divertida y muy entretenida. También hace gala de su pátina de originalidad, el humor negro no era entonces tan recurrente en el horror, y la historia casi de culebrón romántico entrelazada con las cuantiosas dosis de gran guiñol eran hasta cierto punto innovadoras. No está muy claro QUÉ tiene "Re-Animator" para ser un film tan eficaz, pero lo tiene, y si no, echar un ojo a las secuelas que siguieron ayuda a entenderlo.
Brian Yuzna es a "Re-Animator" lo que John Russo a "La noche de los muertos vivientes", la rémora que, sí, puso su grano de arena en la confección del original, pero que desde entonces no ha hecho más que vivir del cuento exprimiendo una obra que, en esencia, no le pertenece y cuya paternidad suele atribuirle erróneamente la prensa indocumentada. ¡Falso!, el verdadero genio tras "Re-Animator" es Stuart Gordon que, como Mario Bava, dejó el listón de su carrera demasiado alto, y nunca supo igualarlo, aunque aún rodaría algunos films más altamente recomendables, como "From Beyond", "Dolls", "Fortaleza Infernal" o "King of the Ants".
Yuzna se encargó de estropear la saga dirigiendo "La novia de Re-Animator" y "Beyond Re-Animator", dos pestiños horribles, aburridos, gratuitos y sin gracia alguna... y encima, en el caso de la que hace tres, con Elsa Pataki (BUARGH!) y Santiago Segura (RE-BUARGH!)
Otro rostro inseparable de la saga es Jeffrey Combs, el inquietante Herbert West, que desde entonces no ha hecho más que interpretar el mismo papel, pero que, como Bruce Campbell, y siendo ambos actores limitaditos, caen en gracia por su ineludible parentesco con el género que más nos gusta.
"Re-Animator" es, en resumen, un absoluto clásico moderno, una película de esas que surgen casi de forma milagrosa y que uno nunca se cansa de ver, lastimándose porque "Ya no se hacen como esta" y recordando que ser fan del género del terror es un camino duro y difícil pero que. a veces, la recompensa a tanta paciencia bien merece la pena.
miércoles, 28 de diciembre de 2022
GALERÍA DE ESCANEOS BONITOS 24 (CARTELES Y CURIOSIDADES)
Imágenes extraídas de las fermosas páginas de "Mad Movies", "L´Ecran Fantastique" y otras revistas franchutes que me alegraron la adolescencia por ahí los años 80/90....
A continuación les dejamos una serie de carteles curiosos de películas -no tan curiosas-. Algunos se parieron antes que la interfecta y no guardan conexión con su contenido. Otros pertenecen a proyectos jamás realizados. Y los hay simplemente bonitos. Gocen.
A continuación les dejamos una serie de carteles curiosos de películas -no tan curiosas-. Algunos se parieron antes que la interfecta y no guardan conexión con su contenido. Otros pertenecen a proyectos jamás realizados. Y los hay simplemente bonitos. Gocen.
Sobre la "falsa franquicia" made in Italy de "La Casa"
hablamos largo y tendido en el podcast de "Neon Maniacs",
pero es un fenómeno que nunca deja de sorprender y siempre
mola revisitarlo. Aquí tenemos el cartel de "La Casa 5", es
decir, "Beyond Darkness", dirigida por el inútil de Claudio
Fragasso oculto bajo el alias de Dan Edwards, aunque
finalmente recurriría al habitual Clyde Anderson.
hablamos largo y tendido en el podcast de "Neon Maniacs",
pero es un fenómeno que nunca deja de sorprender y siempre
mola revisitarlo. Aquí tenemos el cartel de "La Casa 5", es
decir, "Beyond Darkness", dirigida por el inútil de Claudio
Fragasso oculto bajo el alias de Dan Edwards, aunque
finalmente recurriría al habitual Clyde Anderson.
Esta era inevitable. El clásico. Siempre
disfruto mucho con los carteles de la época,
transmiten peligro, horror del duro, emociones
extremas... todas esas sensaciones que, siendo
jovenzuelo, disparaban mi imaginación y
adrenalina. Que luego la peli no me decepcionara -¡para
variar!- la puso en el pedestal donde reposa hoy.
disfruto mucho con los carteles de la época,
transmiten peligro, horror del duro, emociones
extremas... todas esas sensaciones que, siendo
jovenzuelo, disparaban mi imaginación y
adrenalina. Que luego la peli no me decepcionara -¡para
variar!- la puso en el pedestal donde reposa hoy.
Bendita sea.
Otro de esos carteles de películas ignotas
que, siendo joven, me fascinaban por todo
el misterio que las envolvía. En este caso
hablamos de un modestísimo título del año
que, siendo joven, me fascinaban por todo
el misterio que las envolvía. En este caso
hablamos de un modestísimo título del año
1978 dirigido por un tal Rodger Darbonne.
Tengo entendido que es aburrido hasta las
trancas y muy horroroso. Hoy en día pueden
localizarlo gratis online. Maldito y bendito interné.
Tengo entendido que es aburrido hasta las
trancas y muy horroroso. Hoy en día pueden
localizarlo gratis online. Maldito y bendito interné.
De esta no hablaré mucho porque ya lo hizo Víctor
en su respectiva reseña. Pero este pre-cartel, de cuando
la peli aún estaba pendiente de estreno, es un rato chulo.
Desde luego mucho mejor que la sosa caratula española.
en su respectiva reseña. Pero este pre-cartel, de cuando
la peli aún estaba pendiente de estreno, es un rato chulo.
Desde luego mucho mejor que la sosa caratula española.
Una imagen de la segunda entrega de "La matanza
de Texas" para anunciar el rodaje de la tercera. Curioso.
Esto podría ser un invento de la misma revista, nada
oficial, pero es de lo más gracioso.
de Texas" para anunciar el rodaje de la tercera. Curioso.
Esto podría ser un invento de la misma revista, nada
oficial, pero es de lo más gracioso.
Y llegamos a la rareza. A finales de los ochenta, el
productor Harry Alan Towers andaba desatadísimo rodando
adaptaciones de Poe en plan baratillo y se planteó poner
productor Harry Alan Towers andaba desatadísimo rodando
adaptaciones de Poe en plan baratillo y se planteó poner
al día La Momia con este proyecto que, ya lo adelanto, nunca
se materializó. Pero elementos interesantes tenía.
Anthony Perkins iba a dar vida a ¡la momia! (muy adecuado,
dirían algunos cabrones) Y le secundarían Christopher Lee
(quien sí acabaría liado en una peli moderna de momias) y
Donald Pleasence. A los mandos de todo ello, nada menos
que Gordon Hessler. ¿Habría molado? Naaah, no lo creo.
En cualquier caso, lo realmente espeluznante de todo este cristo
es pensar que, hoy día, ninguno de los nombres mentados vive ya.
Anthony Perkins iba a dar vida a ¡la momia! (muy adecuado,
dirían algunos cabrones) Y le secundarían Christopher Lee
(quien sí acabaría liado en una peli moderna de momias) y
Donald Pleasence. A los mandos de todo ello, nada menos
que Gordon Hessler. ¿Habría molado? Naaah, no lo creo.
En cualquier caso, lo realmente espeluznante de todo este cristo
es pensar que, hoy día, ninguno de los nombres mentados vive ya.
Fabuloso cartel de "Retaliator", pero por las razones
equivocadas... entre ellas el nulo parecido de Robert Ginty
con su versión de carne y hueso.
Y como colofón, sobredosis de Brian Yuzna...
equivocadas... entre ellas el nulo parecido de Robert Ginty
con su versión de carne y hueso.
Y como colofón, sobredosis de Brian Yuzna...
Por un lado, el proyecto que jamás vio la luz... y
nunca mejor dicho. Una puesta al día del hombre invisible.
Al final hubo varias y, en general, se dejaban consumir
dignamente. ¿Habría pasado lo mismo con la aportación
de mister Yuzna? Lo dudo... pero el cartel está majo.
nunca mejor dicho. Una puesta al día del hombre invisible.
Al final hubo varias y, en general, se dejaban consumir
dignamente. ¿Habría pasado lo mismo con la aportación
de mister Yuzna? Lo dudo... pero el cartel está majo.
Por otro, la que sí se hizo realidad... para
nuestro mayor disgusto. La secuela de "Re-Animator".
He escogido este pre-cartel (obviamente la imagen de
Jeffrey Combs pertenece a la original) por su tono
gótico, en blanco y negro, ahí con castillo y todo.
Desde buen principio, ya con el título, cantaba como
una pestilente almeja el guiño a "La novia de Frankenstein",
pero a la hora de diseñar el cartel, sobre todo con
la tipografía, se lo tomaron literalmente.
nuestro mayor disgusto. La secuela de "Re-Animator".
He escogido este pre-cartel (obviamente la imagen de
Jeffrey Combs pertenece a la original) por su tono
gótico, en blanco y negro, ahí con castillo y todo.
Desde buen principio, ya con el título, cantaba como
una pestilente almeja el guiño a "La novia de Frankenstein",
pero a la hora de diseñar el cartel, sobre todo con
la tipografía, se lo tomaron literalmente.
martes, 23 de marzo de 2010
UN GENIO CON DOS CEREBROS
Buscando info, descubro también que dispone de mucho culto allá en los USA (¿¿y qué no??) y que los fans la catalogan de rareza. No es para menos. Que suerte que me he topado de nuevo con esta maravillosa, maravillosa película.
El Dr. Hfuhruhurr (pronúnciese Jafahier), neurocirujano de gran éxito, ha creado una nueva técnica que le permite abrir a rosca el cráneo para facilitar la intervención. Viudo, conoce a una bella mujer que solo anda con él por su dinero, y a la que ni siquiera consigue hacer el amor. En la luna de miel, el Dr. Hfuhruhurr (sí, es la segunda vez que hago el copypaste) conoce a otro doctor que le acusa de anticuado en sus descubrimientos y le explica que ha creado un suero para mantener los cerebros con vida, así como una máquina para que estos se instalen en cualquier cuerpo sin necesidad de cirugía. Hfuhruhurr entra en contacto telepático con uno de los cerebros femeninos que el otro guarda, y así comienza una alocada historia de amor.
Un homenaje a "Frankenstein", a la "serie B" cincuentera y precedente cómico de "Re-Animator" (si no contamos los escritos previos de H.P.Lovecraft en los que se basaba), la cual, casualidad o no, parece haber mamado de esta en muchos aspectos. De hecho, un jovencísimo Jeffrey Combs hace aquí uno de sus primeros papelitos.
Un sentido del humor de lo más negro impregna esta película, amén de unos gags de lo más ingeniosos que he visto nunca y un ritmo impecable a 1000 km por hora que impide que nos aburramos.
En el cast (y en toda su carrera) nunca estuvieron tan divertidos Kathleen Turner, David Warner y, por supuesto, un Steve Martin que Carl Reiner descubrió para el cine en títulos como "Un loco anda suelto", "Dos veces yo" o "Cliente muerto no paga".
El papaíto de Rob Reiner ("Cuenta Conmigo") dirige con maestría esta marcianada, a la que le falta un pelín muy chico para llegar a ser humor “spoof”, subgenero con el que el veterano director coqueteó a posteriori en la divertida "Distracción Fatal". A ello añádanle que también dirigió a John Candy en "Malditas Vacaciones" y títulos tan conocidos como "Juerga tropical" o "Hay un muerto en mi cama". ¿A que las han visto casi todas y ni siquiera sabían de la existencia de Carl Reiner? Porque a mí me ha pasado eso.
Otro aspecto a destacar de "Un genio con dos cerebros" es su electrónica banda sonora a cargo de Joel Goldsmith, un soundtrack cojonudísimo que recuerda ligeramente al la música de los giallos italianos a base de zumbidos y que le otorga a todo una ambientación muy enrarecida…
Una autentica gozada de película.
El Dr. Hfuhruhurr (pronúnciese Jafahier), neurocirujano de gran éxito, ha creado una nueva técnica que le permite abrir a rosca el cráneo para facilitar la intervención. Viudo, conoce a una bella mujer que solo anda con él por su dinero, y a la que ni siquiera consigue hacer el amor. En la luna de miel, el Dr. Hfuhruhurr (sí, es la segunda vez que hago el copypaste) conoce a otro doctor que le acusa de anticuado en sus descubrimientos y le explica que ha creado un suero para mantener los cerebros con vida, así como una máquina para que estos se instalen en cualquier cuerpo sin necesidad de cirugía. Hfuhruhurr entra en contacto telepático con uno de los cerebros femeninos que el otro guarda, y así comienza una alocada historia de amor.
Un homenaje a "Frankenstein", a la "serie B" cincuentera y precedente cómico de "Re-Animator" (si no contamos los escritos previos de H.P.Lovecraft en los que se basaba), la cual, casualidad o no, parece haber mamado de esta en muchos aspectos. De hecho, un jovencísimo Jeffrey Combs hace aquí uno de sus primeros papelitos.
Un sentido del humor de lo más negro impregna esta película, amén de unos gags de lo más ingeniosos que he visto nunca y un ritmo impecable a 1000 km por hora que impide que nos aburramos.
En el cast (y en toda su carrera) nunca estuvieron tan divertidos Kathleen Turner, David Warner y, por supuesto, un Steve Martin que Carl Reiner descubrió para el cine en títulos como "Un loco anda suelto", "Dos veces yo" o "Cliente muerto no paga".
El papaíto de Rob Reiner ("Cuenta Conmigo") dirige con maestría esta marcianada, a la que le falta un pelín muy chico para llegar a ser humor “spoof”, subgenero con el que el veterano director coqueteó a posteriori en la divertida "Distracción Fatal". A ello añádanle que también dirigió a John Candy en "Malditas Vacaciones" y títulos tan conocidos como "Juerga tropical" o "Hay un muerto en mi cama". ¿A que las han visto casi todas y ni siquiera sabían de la existencia de Carl Reiner? Porque a mí me ha pasado eso.
Otro aspecto a destacar de "Un genio con dos cerebros" es su electrónica banda sonora a cargo de Joel Goldsmith, un soundtrack cojonudísimo que recuerda ligeramente al la música de los giallos italianos a base de zumbidos y que le otorga a todo una ambientación muy enrarecida…
Una autentica gozada de película.
miércoles, 12 de febrero de 2020
IN SEARCH OF DARKNESS
El cine de terror de los años ochenta. Suspirito. Sí, todos estamos ya un poco cansados de la cantinela. Y de que sea la excusa perfecta para que luego cualquier mamón con una cámara (o vídeo cámara, aunque hoy día la diferencia sea casi inexistente) haga una basurilla que no tenga absolutamente nada que ver con lo que se producía en aquella época dorada, pero luego lo venda como "homenaje", "tributo", "recreación" o cualquier recurrente chuminada. Sin embargo, nada de todo eso enfanga la realidad, que el cine de terror (y de género) parido entre 1980 y 1989 viene repleto de obras cojonudas que han dejado una huella imborrable en la historia del séptimo arte. Desde luego, David A. Weiner no me va a llevar la contraria, porque para algo ha invertido un tiempo generoso (y la pasta que algunos insensatos le cedieron a través de crowdfunding) en rodar desde Inglaterra un documental de ¡¡cuatro horas!! sobre, eso, los horrores cinematográficos de la mentada década, repasando aquellos títulos legendarios (+ alguno segundón) y entrevistando a peña que habla, opina y aporta datos, si es que participaron de algún modo en su confección. Nada demasiado revelador, porque ni tan siquiera cuatro horas dan para profundizar. Así que los speechs en torno a cada título son cortitos, a veces prácticamente reducidos a una frase, y puede que haya quien en eso vea un problema... pero para el medianamente informado (que, entiendo, será la mayor parte del público dispuesto a consumir algo taaaaan elefantiásico como "In search of Darkness") no resultará ningún inconveniente, básicamente porque se conocerá todos los datos más elementales al dedillo.
Sin duda, el plato fuerte del documental está en la presencia de los rostros y talentos de Tom Atkins, Doug Bradley, Lori Cardille, John Carpenter, Larry Cohen, Jeffrey Combs, Barbara Crampton, Sean S. Cunningham, Joe Dante (impagable cuando opina sobre "Aullidos 2"), Mick Garris, Stuart Gordon, Kane Hodder, Tom Holland, el ilustrador Graham Humphreys, Bill Moseley, Alex Winter, Brian Yuzna, el inevitable Lloyd Kaufman y unos cuantos más. Claro, ¿qué pasa? que con semejante plantel, y unas ambiciones tan épicas en plan "documento definitivo sobre la década de los 80", se echa mucho de menos a más gente, especialmente si son de los que se suelen dejar ver en toda suerte de documentos audiovisuales, y que van desde Bruce Campbell a John Landis, pasando por Linnea Quigley o Tom Savini. Aunque nada desentona más que los discursos políticamente correctos pro-feminismo, pro-integración, pro-blablabla y demás mierdas tan engorrosas y tan típicamente yankis (porque eso son el 90% de los entrevistados). Pero no es algo a lo que se recurra en exceso y, teniendo en consideración la duración del mamotreto, los minutos desperdiciados son pocos. Gracias a dios.
Al final, paparruchas aparte, hay que reconocer que la cosa se soporta perfectamente, tiene ritmo y, obviamente, apela a la nostalgia y la ternura de todos aquellos cuarentones (y +) que vivieron esos films de manera intensa y apasionada, así que ¡recomendable!.
Actualmente David A. Weiner trabaja en otro documental de idéntica naturaleza/intenciones, solo que versado en la ciencia ficción.
Sin duda, el plato fuerte del documental está en la presencia de los rostros y talentos de Tom Atkins, Doug Bradley, Lori Cardille, John Carpenter, Larry Cohen, Jeffrey Combs, Barbara Crampton, Sean S. Cunningham, Joe Dante (impagable cuando opina sobre "Aullidos 2"), Mick Garris, Stuart Gordon, Kane Hodder, Tom Holland, el ilustrador Graham Humphreys, Bill Moseley, Alex Winter, Brian Yuzna, el inevitable Lloyd Kaufman y unos cuantos más. Claro, ¿qué pasa? que con semejante plantel, y unas ambiciones tan épicas en plan "documento definitivo sobre la década de los 80", se echa mucho de menos a más gente, especialmente si son de los que se suelen dejar ver en toda suerte de documentos audiovisuales, y que van desde Bruce Campbell a John Landis, pasando por Linnea Quigley o Tom Savini. Aunque nada desentona más que los discursos políticamente correctos pro-feminismo, pro-integración, pro-blablabla y demás mierdas tan engorrosas y tan típicamente yankis (porque eso son el 90% de los entrevistados). Pero no es algo a lo que se recurra en exceso y, teniendo en consideración la duración del mamotreto, los minutos desperdiciados son pocos. Gracias a dios.
Al final, paparruchas aparte, hay que reconocer que la cosa se soporta perfectamente, tiene ritmo y, obviamente, apela a la nostalgia y la ternura de todos aquellos cuarentones (y +) que vivieron esos films de manera intensa y apasionada, así que ¡recomendable!.
Actualmente David A. Weiner trabaja en otro documental de idéntica naturaleza/intenciones, solo que versado en la ciencia ficción.
sábado, 7 de mayo de 2022
CYCLONE, AL FILO DE LA MUERTE
Suelo lamentarme de que, desde hace ya demasiados años, la carrera del otrora rey del zetismo Fred Olen Ray ande medio muerta, con el tipo dedicándose a la facturación de productos desalmados, sin frescura, ni pizca de las simpáticas extravagancias que eran habituales en su etapa ochentera, cuando más volcado andaba en el fantastique y el terror, géneros estos prácticamente desaparecidos de su filmografía. Pero, siendo justos, es cierto que en aquellos añorados entonces Ray también dirigió alguna película afín al material actual. Meros encargos huérfanos de amor en sus fotogramas (aunque puede, solo puede, que un pelo mejor presupuestados y distribuidos) Eran los años en los que el filmmaker soñaba con integrarse en el sistema de los grandes estudios. Creía firmemente seguir la senda correcta, aspirando a convertirse en un mero pero feliz artesano. Para bien o para mal, nunca lo consiguió.
Siendo entonces yo super-fan suyo, detestaba esas películas. Me aburrían mortalmente (es decir, más de lo habitual en su cine) Eran las etiquetables de "acción y/o thriller", como "Commando para matar", "Terminal Force", "El poder de las armas" o la que me dispongo a comentar hoy, "Cyclone, al filo de la muerte" (puede que las otras caigan también en el futuro -salvo "El poder de las armas", que ya está reseñada-, dependerá de lo que logren mis conseguidores personales. ¡Gracias pishas!) Ya saben que, últimamente, ando en plan "zen", intentando deglutir las películas que en el pasado me atormentaron -por malas pero, sobre todo, palizas- invirtiendo toda mi atención y esforzándome al máximo en busca de impresiones positivas.Un tipo ha inventado una moto mega-futurista y "chanin" que se alimenta, principalmente, de una batería la mar de duradera y beneficiosa para el medio ambiente. Una corporación malvada hará lo que sea por agenciarse el juguete, así que, simplemente, se cepillan al científico. Lo que no saben es que, a partir de ahí, será su novia la que se encargue de proteger el invento y, de paso, vengar la muerte del pocholo.
A pesar de contar con más medios de lo habitual, "Cyclone, al filo de la muerte" sigue teniendo un presupuesto ajustado, de ahí que el señor director -haciendo honor a su "modus operandi"- continúe abusando de diálogos. Aunque al menos no son tan excesivos, ni tan tontos, como solía ser habitual. La peli cuenta con su accion-cilla. Sus "stunts" espectaculares (hay uno, con un coche que sale disparado por un puente, francamente llamativo) Explosiones generosas. Y todos aquellos elementos tan de la década (está fechada en 1987) que contribuyen a distraerte el ojo y la mente, como la banda sonora a base de sintetizador y un poco de repelente AOR. Así pues, como pasatiempo dominguero, la cosa tiene un pase. Sí, se puede ver.
Quizás la escena más maja -y más Ray_ante, dicho de modo positivo- sea cuando la prota y el novio acuden a un local "punk" para ver un concierto (con el mismo Fred Olen Ray interpretando al portero) En seguida pensé aquello de "Ay dios, a ver qué concepto tiene este hombre de lo que es punk... seguro que nada bueno" Y, vale, es verdad que las pintas del público son más propias de unos "New Romantics", sin embargo, y por esta vez, el grupo está a la altura. Hablo de "Haunted Garage", que se curran una canción un rato guapa y, además, cuentan como cantante con Michael Sonye, auténtico devoto del cine de terror y el "trash", hasta el punto de meter mano en "la industria" apareciendo en toda suerte de títulos. Lo has visto en muchas otras "obras maestras" del mismo Olen Ray, pero también de David DeCoteau o Donald G. Jackson. Ejercía como Mengele (!!!) en "Los surfistas nazis deben morir" Y se prestó a participar en los desvaríos primero underground, pornográficos después, de Eric Brummer. Como guionista, Sonye tampoco es manco, y entre sus libretos más notorios localizamos la falsa cuarta entrega de "El Exterminador" , "Commando para matar" del mismo Ray y, sobre todo, el clásico videoclubero "Fonda Sangrienta". Vamos, que el tío es toda una leyenda y merecería muchas más atenciones (justo al ladito de William Butler).
Ya que estamos con el personal que colabora o aparece en "Cyclone, al filo de la muerte", siempre tan interesante como entonces era norma en el cine de su director, sigamos indagando. Pal caso destacan Heather Thomas, la típica "bimbo" californiana supuestamente sexy que, a mi, me echa patrás. El colega Jeffrey Combs, aún caliente de su paso por "Re-Animator" y que repetiría con Fred Olen Ray en subsiguientes películas, como "Los Dreggs" (de la que siempre se arrepintió) o "Bandidos Americanos" (un western coñazo que ni pude terminar) El actor y especialista Dar Robinson, que moriría poco después de "Cyclone..." rodando otra peli (estrelló la moto contra un árbol, quedando empalado por una rama, nada menos) y al que se hace una dedicatoria antes de los créditos finales. La ex-"chica Bond" y ex-chica "Hammer Films" Martine Beswick. Un Martin Landau en pleno naufragio por los contornos del cine barato. Huntz Hall de los "Bowery Boys" como mecánico salido (este y la Beswick seguramente sean elecciones del Olen Ray más fan) Troy Donahue (repetiría con el director en "Terminal Force") Tim Conway Jr. (volveríamos a verle en una de las mejores Ray-adas, "Beverly Hills Vamp") Dawn Wildsmith (la por entonces pareja del cineasta) Y un par más de los habituales de la casa, Robert "Conde Yorga" Quarry y una Michelle Bauer vista y no vista ejerciendo de stripper, cómo no. Tanta fidelidad se prolonga al personal tras las cámaras, como un Donald G. Jackson en función de asistente, Bret Mixon a los efectos especiales + visuales y T.L.Lankford retocando el guion de Paul Garson, quien poco después escribiría también el de "Alienator".
A modo "frikoso", les dejamos una captura del film donde, muy de refilón, se cuela el estupendo póster de una no menos estupenda película recién estrenada entonces... ¿la reconocen? Más les vale porque, esta vez, no pienso desvelar de cual se trata.
Aprovechando que estamos generosos, también les dejamos con la caratula del VHS patrio completita, cortesía del gran Enorm.
jueves, 30 de septiembre de 2010
EL AMO DEL CALABOZO
Lo más chulo de "El amo del calabozo", "The Dungeonmaster" en versión original, es su significado, esencia y naturaleza como producto. Se trata de un especie de campo de pruebas para Charles Band y su legendaria Empire Pictures, que entonces aún no existía oficialmente, pero poco le faltaba (de hecho, la peli fue distribuida en cines a través del sello). En sus muy escasos 73 minutos de duración (muy escasos pero muy agradecidos) reúne a varios de los nombres que terminarían otorgando entidad a la empresa (así como muchos de sus tics, y unos cuantos propios de la década). Es un trabajo colectivo, y cada una de las siete pruebas de las que hablaba al principio son como pequeños cortometrajes narrativamente diferenciables los unos de los otros escritos y dirigidos por distintos realizadores que se estrenaban para la ocasión (bueno, y técnicos, ya que Band dio la oportunidad de mandar a algunos de ellos, más acostumbrados a ser mandados).
De esta guisa nos encontramos con un par de episodios muy acordes a la especialidad de sus responsables. Es decir, el bueno de John Carl Buechler, del que en este blog se ha hablado mucho, padre de los "Ghoulies" y director de "Troll", firma el segmento más "de terror", que incluye zombies y, ¡¡sí!!, uno de sus característicos y entrañables cutre-monstruos. Dave Allen, el ya fallecido mago del stop-motion (tan necesario para Charles Band como lo era Buechler), es el responsable de un sketch que incorpora, ¡¡sí!!, una estatua gigante moviéndose fotograma a fotograma (por lo visto el tipo aún no dominaba mucho el tema pues resulta un pelín torpe). De las demás mini-historias se encargan Ted Nicolaou (habitual montador de la casa y director de la mítica "Terrorvision") que aquí se curra un cacho muy deudor de "Mad Max 2" o Peter Manoogian ("Eliminators", "Arena" o "Demonic Toys"). Al resto, no los conozco... bueno, salvo al mismo Charles Band, que en funciones de director desarrolla el sketch más ridículo de todos, en el cual el prota se enfrenta, nada más y nada menos, que a la banda jevillarra "Wasp"!!!! (y no olvidemos que "Wasp" se encargarían de aportar un carismático tema al soundtrack de "Ghoulies 2").
En el reparto destaca el gigantón Richard Moll (el de la serie "Juzgado de guardia" -gracias don Olid por el dato correcto-, el cadáver viviente de "House, una casa alucinante" y habitual en muchas producciones fantásticas de segunda o tercera división) y, en el lado opuesto -por tamaño-, el enano Phil Fondacaro, otro nombre ineludible en toda producción Empire que se jacte de serlo (allá donde sea necesario un tio de su talla, está él... eso incluye no solo films como "Troll" o "Ghoulies 2", también cosas como "El retorno del Jedi" -por los Ewoks- y, cómo no, "Willow"). Gracias a una pequeña ayuda de Imdb, descubrimos a Kennet J. Hall interpretando a un hombre lobo. Este caballero, además de múltiples curreles junto a David DeCoteau y Fred Olen Ray, tiene en su haber la realización de "Evil Spawn"/"Engendro Satánico", ¡ahí es nada!. Como no podía ser de otro modo, de la mitad de la banda sonora se encarga Richard Band, por supuesto.
Y sí, mucho me temo que este film es más interesante por todo lo expuesto hasta ahora que por si mismo. "El amo del calabozo" es, en fin, una chorradita entretenida por los pelos, que hace gala de una lógica escasez de medios y con la que puedes echarte algunas risas afectivas. Como decía, los tics ochenteros son muchos, tales como sus efectos de ridículos rayos de colores (que son mogollón), las vestimentas, el rollo futurista de los ordenadores (tan desfasados ya), etc, etc... pero se ve con cierto agrado por su condición de pieza de arqueología y su delirio general (acrecentado por esos constantes sketchs tan distintos los uno de los otros... y tan anodinos).
En 1988 Empire da un redoble salto mortal con "Pulse Pounders", un producto de lo más exótico compuesto de tres segmentos. Uno de ellos es otra adaptación de H.P.Lovecraft con parte del reparto de "Re-Animator" (Jeffrey Combs, Barbara Crampton y David Gale, nada menos). Y los otros dos son... ¡secuelas!... o mejor, mini-secuelas de "Empire movies" previas. Por un lado "Trancers 2" y por otro, lo adivinaste, "The Dungeonmaster 2", con los mismos actores protagonistas (incluido Richard Moll). Sin embargo, los por entonces muy agravados problemas financieros de la empresa hicieron que el film terminara cayendo en un limbo del que no ha salido nunca. ¿Nos lamentamos o no?.
En el reparto destaca el gigantón Richard Moll (el de la serie "Juzgado de guardia" -gracias don Olid por el dato correcto-, el cadáver viviente de "House, una casa alucinante" y habitual en muchas producciones fantásticas de segunda o tercera división) y, en el lado opuesto -por tamaño-, el enano Phil Fondacaro, otro nombre ineludible en toda producción Empire que se jacte de serlo (allá donde sea necesario un tio de su talla, está él... eso incluye no solo films como "Troll" o "Ghoulies 2", también cosas como "El retorno del Jedi" -por los Ewoks- y, cómo no, "Willow"). Gracias a una pequeña ayuda de Imdb, descubrimos a Kennet J. Hall interpretando a un hombre lobo. Este caballero, además de múltiples curreles junto a David DeCoteau y Fred Olen Ray, tiene en su haber la realización de "Evil Spawn"/"Engendro Satánico", ¡ahí es nada!. Como no podía ser de otro modo, de la mitad de la banda sonora se encarga Richard Band, por supuesto.
Y sí, mucho me temo que este film es más interesante por todo lo expuesto hasta ahora que por si mismo. "El amo del calabozo" es, en fin, una chorradita entretenida por los pelos, que hace gala de una lógica escasez de medios y con la que puedes echarte algunas risas afectivas. Como decía, los tics ochenteros son muchos, tales como sus efectos de ridículos rayos de colores (que son mogollón), las vestimentas, el rollo futurista de los ordenadores (tan desfasados ya), etc, etc... pero se ve con cierto agrado por su condición de pieza de arqueología y su delirio general (acrecentado por esos constantes sketchs tan distintos los uno de los otros... y tan anodinos).
En 1988 Empire da un redoble salto mortal con "Pulse Pounders", un producto de lo más exótico compuesto de tres segmentos. Uno de ellos es otra adaptación de H.P.Lovecraft con parte del reparto de "Re-Animator" (Jeffrey Combs, Barbara Crampton y David Gale, nada menos). Y los otros dos son... ¡secuelas!... o mejor, mini-secuelas de "Empire movies" previas. Por un lado "Trancers 2" y por otro, lo adivinaste, "The Dungeonmaster 2", con los mismos actores protagonistas (incluido Richard Moll). Sin embargo, los por entonces muy agravados problemas financieros de la empresa hicieron que el film terminara cayendo en un limbo del que no ha salido nunca. ¿Nos lamentamos o no?.
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