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sábado, 10 de agosto de 2013

MASTERS DEL UNIVERSO

Durante la segunda mitad de los ochenta, la todopoderosa "Cannon" comenzaba su lenta pero inexorable decadencia que terminaría llevándola al inevitable finiquitamiento. En plena convulsión, decidieron apostar fuerte por dos películas con, aparentemente, todas las de ganar, "Superman 4" y este "Masters del universo". Ninguna de las dos funcionó en taquilla y, finalmente, el imperio de Menahem Golan y Yoram Globus se fue al garete. Ya durante la confección de "Masters..." la cosa de los dineros no andaba muy boyante, lo que complicó mucho el rodaje, de hecho, tuvieron que detenerlo y esperar varios meses para terminar. Muchas de las ideas previstas se abandonaron por falta de presupuesto, incluida una secuela que iba a dirigir Albert Pyun y que, poco a poco, terminó derivando en "Cyborg". Dolph Lundgren, que se alzó con el papel de la estrella de "Masters del universo", "He-Man", declaró poco después que aquel había sido el punto más bajo de su carrera (en esa época seguro... poco sabía él los varios años de vacas flacas que le esperaban tras el firmamento, a base de telefilms y productos directos pal vídeo club).
Pero en 1987 todo eso importaba un carajo. Como cuarentón que soy, viví el lanzamiento de la colección de juguetes de los "Masters del universo", cortesía de "Mattel", y lo recuerdo como una auténtica locura. Retengo perfectamente en mi cerebelo el día que vi por primera vez el espectacular anuncio televisivo, con ese "He-Man" animado levantando su espada y el orgásmico castillo de "Greyskull". Quedé totalmente hipnotizado por aquello, como -imagino- el 90% de los niños de mi edad. 
Siempre atenta al olor del dinero, "Cannon" aceptó el proyecto de llevar la creación de "Mattel" al terreno de la acción real (por parte del singular productor Edward R. Pressman), antes incluso de que existiera la primera serie de animación (lo que llevó a pensar que la peli era una adaptación de esta, pero no, el modelo a seguir fueron siempre los juguetes) y para ello contrató al legendario y multi-dotado artista William Stout que rediseñó todo cuanto pudo, intentando ser fiel a los muñecos, pero también aportando un rollo más realista y high-tech. Por época, el tono Spielbergiano/Lucasiano de la empresa, a lo que contribuye una banda sonora de Bill Conti totalmente johnwilliamsiana, resulta tan evidente como inevitable.
La cosa va así: "Skeletor" ha logrado conquistar "Eternia" y necesita una llave mágica para proclamarse master del universo. Sin embargo, "He-Man" y su panda la mangan y se escapan al planeta tierra, donde les seguirá el cara de calavera y su troupe. Con ayuda de un par de terrícolas lograrán regresar a "Eternia", pararle los pies al malo y dedicar la noche al baile y la ingestión de jabalíes. Fin.
La gran decepción de "Masters del universo", the movie, fue que prescindieran de muchos de los personajes y complementos de la colección de juguetes, y que cambiaran excesivamente aquellos que terminaron trasladando a la pantalla, comenzando por el castillo de "Greyskull". Con lo chulo que era el juguete, ¡¿pa qué variarlo tanto, concho?!. La otra gran decepción, muy propia de las tácticas de "Cannon", sus prisas y su espíritu ahorrativo, fue situar el 80% de la acción en tiempos actuales, modernos y terrenales -los de 1987, se entiende-, cuando lo que todo chaval se moría por ver era el reino de "Eternia", los monstruos, los parajes maravillosos y la magia. Estoy seguro que eso hizo mucho daño. No me jodas, no es lo mismo presenciar un colosal enfrentamiento entre malos y buenos en un supuesto emplazamiento de fantasía que en una puta tienda de instrumentos musicales, que es dónde esta se desarrolla en el film.
A pesar de las carencias, no falta la imagen de "He-Man" levantando su espada y gritando aquello de "Yo tengo el podeeeer!!", con resultados invevitablemente un tanto ridículos, cosa esta a la que también contribuye el traje galáctico que luce "Skeletor" al final, su aparición post-créditos y algunas de sus interminables parrafadas de villano de tebeo. Nada nuevo, ya que, lógicamente, "Masters del universo" no ha superado demasiado bien el paso de los años (ni de los meses al poco del estreno). Sus efectos especiales, sin ser caca (supervisados por Richard "Star Wars" Edlund), sí se notan algo chusqueros y en general la limitación de TODO acaba pasando factura. Es menos espectacular de lo que debería.
Otros detalles destacables en el reverso tenebroso: lo cansino que resulta el personaje de "Gwildor", lo irritante de la pareja protagonista y sus ñoñadas (y el trillado hecho de que toquen en un grupo de rock), los nada adecuados momentos de humor y, fricada al canto, ¿¡para qué coño quieren espadas pudiendo disponer de armas láser?!, no parece que "He-man" esté muy cómodo acarreando su aparatoso armamento, la verdad.

Dejando de lado a Lundgren, Stout, Pressman, Edlund, Golan y Globus, encontramos los siguientes nombres: Frank Langella disfrutando como un mono en su papel de "Skeletor" (que aceptó para contentar a su hijo pequeño). Entre el maquillaje y el doblaje español, casi parece Jack Palance, pero mola, seguramente esté entre lo mejor de la peli. Le siguen Meg Foster, Billy Party (el enano que se tiraba pedos sin parar en "Patrulla de noche") y una jovencísima y guapísima Courtney Cox (¡que mala son la vejez y las operaciones de estética!).
El dire se llama Gary Goddard (irónico apellido el suyo) y "Masters del universo" es la única peli en el sentido más convencional del término que ha dirigido, ya que su especialidad son movidas interactivas para parques temáticos y tal. Como guionista tiene en su haber el "Tarzán" de Bo Derek o el famoso corto "Terminator 2 3D: Battle across time", una de las atracciones más populares del parque de los estudios "Universal". Sin embargo, en España lo más reconocible que lleva la firma de Goddard (como productor y guionista) es la serie "Capitán Power y los soldados del futuro" que a estos lares llegó en formato vídeo. David Odell, guionista, también tecleó los libretos de "Cristal oscuro" y "Supergirl".
Por aquello de aprovechar el tirón, la "Mattel" decidió fabricar muñecos inspirados en algunos de los personajes originales del film (como el cansino "Gwildor"), pero por entonces el juguete ya no estaba tan de moda y fracasaron. Eso, unido al hostión de la peli, terminó de enterrar a los "Masters del universo". Pasados los años, se habló de otra adaptación y salio una nueva serie de juguetes actualizados, más al gusto de la chavalada de ahora, pero según leí, tampoco funcionó. Nuevos tiempos, distintas mentalidades, distintos juguetes. 
Mirada compasivamente, conociendo su origen y etc, etc, la peli puede soportarse bien con la actitud adecuada y la edad adecuada... que pal caso sirve tanto ser un crío, como un cuarentón inmaduro enfermo de nostalgia.

viernes, 26 de noviembre de 2021

HEE-MAN: MASTER OF NONE

Al margen de las condiciones exóticas de estas películas, y que muchos de los masters de las mismas se perdieron siendo las copias de VHS españolas de la época, la única constancia audiovisual que justifica su existencia —amén de todos los posters, fotocromos y fotografías—, poco más se puede decir de las parodias de Redford White (de cuya historia ya dimos buena cuenta en el especial que desde "Neon Maniacs" dedicamos a su figura). Son todas malísimas, tercermundistas y con olor a orina. Sin embargo, y en justicia, lo que nos llegó a España es lo mejor de su cosecha, las de “Rambo” y “Rocky”, o la de “Los Intocables de Redford White” —la parodia al film de Brian De Palma, que solo existe en la traducción al castellano— son cojonudas si las comparamos con lo que no nos llegó. Sin ir más lejos, esta “Hee-Man: Master Of None”, el "spoof" no oficial que Redford White dedica a la línea de juguetes “Masters del Universo” de "Mattel". En búsqueda de contenidos para sus películas, White se dio cuenta de que su hijo pequeño jugaba con los dichosos muñequitos y eso fue más que suficiente para comprobar el tirón que en el país tenían los mismos. Para documentarse se vio un par de episodios de la serie de la "Filmation" de la que tomó nota cómo se transforma el príncipe "Adam" en "He-Man" y zumbando. Acto seguido, y en la ejecución de la película, la producción entera se pasa por los huevos la historia, orígenes e idiosincrasia de los juguetes o su serie televisiva.
Esto es una auténtica basura de dimensiones estratosféricas como bien sabía cuando me senté ante la televisión antes de darle al "play", con la osadía de tragármela de la única manera existente: En filipino tagalo sin subtítulos ni nada. La comprensión de los diálogos en este caso da un poco lo mismo porque toda la película técnica o artísticamente es insustancial e intrascendente, y tampoco hay mucho que rascar tras consultar las escasas sinopsis que rulan por Internet —y que ayudan a la comprensión de lo que uno está viendo—.
La cosa va de una aldea en algún lugar del tercer mundo donde tenemos, en una mano, a una serie de "Masters del Universo" comandados por un "Skeletor" al que resuelven la papeleta poniéndole una careta de lo más cutre que representa media calavera y debieron comprar en cualquier tienda de disfraces. Al resto de "Masters" se les pone una especie de armadura fabricada con plástico y papel maché que se basa en los diseños originales de las que usan los muñecos, pero en chabacano, y por eso sabemos que son ellos, porque, al no haber presupuesto para más, estos "Masters del Universo" no llevan el casco que les sirva para ser identificados. Identificamos a "Tri-Klops", pero en lugar del casco de los tres ojos que suele usar en otras adaptaciones, lleva enormes orejas de goma y una cresta (!!!). Y así con todos.
En la otra mano tenemos a Redford White dando vida a un tal príncipe "Herman" que, lejos de vestir como el "príncipe Adam" de los dibujos animados, lleva puesta una suerte de pieles marrones que lo mismo le servirían para interpretar a "Pablo Mármol". Cuando las cosas van mal, saca la espada del poder y se transforma en un "He-Man" escuálido. El resto de la película es un ir y venir de los personajes haciendo chistes de cocaína y de discapacidad, de homosexualismo —con la refrescante presencia de uno de los habituales secundarios de las películas de White, Roderick Paulate, el "Margarito Pirulí" de “Rocky Tan-Go”, que siempre hace de maricón— y el típico humor filipino propio de estas películas que deja picueto al espectador. Añadan a eso mucho, mucho combate de espada. Y aquí ya no hay más que rascar.
No obstante, lo realmente reseñable, es que este pedazo de mierda, esta bazofia sin nombre, estrenada única y exclusivamente en cines de todo Filipinas el día de Navidad de 1985, consiguió ser la película más taquillera de ese año, por encima de "blockbusters" americanos de la época tales como “Regreso al futuro”, “Rocky IV” o “Los Goonies”. Y eso tiene un mérito que te cagas, como no.
Por otro lado, y con la cantidad de elementos para la hilaridad que contiene esta película, ya soy demasiado viejo y he visto la suficiente mierda como para que cualquier cosa desmadrada o improbable me sorprenda. Pero, eso sí, la curiosidad ha quedado saciada.
Dirige Tony Y. Reyes, popular artesano del cine filipino responsable de, entre otras muchas, “Las Locas Aventuras de Batman y Robin”.

miércoles, 22 de enero de 2020

MIS FOTOGRUMOS FAVORITOS 2 - "A PROPÓSITO DE MASTERS DEL UNIVERSO..."

Así de fantabuloso lucía, en un antiguo "Fotogrumos", el anuncio a doble página del lanzamiento en vídeo de la famosa serie animada de los "Masters del Universo" (o "He-Man y los Masters del Universo"). Semejante regalo para los sentidos me trajo a la mente una pequeña anécdota que pasaré a contar una vez hayan disfrutado de tan colorida materia...


Haciendo limpieza en el hogar paterno, un día retiré un enorme armario y lo que apareció, además de mucha mierda, fue un folleto explicativo, o lo que entonces denominábamos "las instrucciones", de un antiguo juguete de los "Masters", una "aeronave de ataque" que, presupongo, mis queridos padres me habrían regalado por Navidades o vaya usted a saber. Como ven, los pececillos de plata se habían puesto las botas a su costa, de ahí el aspecto de colador que gasta, pero ello no le resta encanto. Puede que incluso se lo otorgue...



domingo, 8 de mayo de 2016

LOS FOTOCROMOS (Y EL POSTER) DE "MASTERS DEL UNIVERSO"

Hace una semana anduve en los bonitos dominios Sitgetanos de Alex Gardés -es decir, su casa-. El muchacho me comentó que no hacía falta que le diera las gracias en cada nueva entrada dedicada a los fotocromos que nos cedió/regaló. Lo decía en tono modesto, pero no nos engañas Alex, ¡¡sabemos que te avergüenza estar nominalmente ligado a este sucio micro-espacio del universo virtual!!. No te culpo. Así que no le voy a dar las gracias por cedernos los estupendos y coloridos fotocromos (¿incompletos?) que siguen (así como el respectivo poster), dedicados a ese incombustible anti-clásico de la "Cannon", y los años 80 en particular, "Masters del universo", perfectamente reseñada por mi persona en su día (y donde podrán apreciar la mítica carátula del VHS cortesía de "Ízaro-Cannon").
Ahora, con todo el rollo este de la nostalgia, parece que ha mejorado la opinión general sobre la película de Gary Goddard, pero no nos engañemos, ¡¡es un mojón!!, lo que pasa es que es uno entrañable y genuinamente simpático, como bien demuestra el material que sigue a continuación, amablemente cedido por Al... ay no, ¡casi se me escapa!.













jueves, 18 de diciembre de 2014

IN/UN/IN-VHS… A CASCOPORRO

Hacía tiempo que no me pasaba por este puto blog a escribir alguna sandez.
Y hacía más tiempo aún que no comentaba nada de mis queridos VHSs.
Así que ha llegado el momento de matar dos pájaros (que no pajarillos) de un tiro. ¡¡Zi amigoz!!, hoy he venido a hablarles de jodidos VHSs. ¿Y por qué?, pues porque me sale de la polla, porque me han regalado unos pocos recientemente y porque tres de ellos me dan juego para hacer un chiste.

Esos mismos tres son los que, ayer,  mi buen amigo Jordi del clan “Sin Audiencia” me regaló por la patilla tras localizarlos en un mercadillo, cosa esta cada vez más difícil. Con amigos así, ¿qué más se puede pedir, mecagoeneldemonionegro?. El caso es que los tres son subproductos (cariñosamente hablando) surgidos a la sombra (directa e indirectamente) de la inevitable “Alien, el 8º pasajero” y los tres tienen títulos sonoramente parecidos y sonoramente simpáticos, son “INseminoid”, “UNinvited” e “INsect”.
Pero veámoslos one by one y estudiémoslos….




“Inseminoid” (1981) es, probablemente, una de las imitaciones más llevaderas y decentes del clásico de Ridley Scott (con permiso del “Alien 2” italiano). De procedencia británica y firmada por el todoterreno Norman J. Warren, viene cargadita no solo de gore, sino también de sexo aberrante. Ya la tenía ripeada de un Beta, pero miren, poder gozarla en VHS era algo que me hacía mucha ilusión.


“The Insect, alerta roja en el gran hospital” la firma William Fruet, otro todoterreno al que debemos infra-clásicos como “Killer Party” (de la que hablamos a fondo en nuestro “pest seller” y que fue proyectada en la pasada Maratón de Cotxeres), “Atrapado (Trapped)” o “Fin de semana sangriento”. Co-producida entre USA y Canadá en el año 87, se trata de una tardía “monster movie” (originalmente parida como “Blue Monkey”) en la que un  insecto gordo la lía en un hospital. Todo muy evidente. 
De chaval no me gustó nada, pero el caso es que no la he vuelto a ingerir desde entonces, así que ha llegado el momento de revisarla y reseñarla (cosa esta que ocurrirá, más pronto o más tarde, con probablemente todas las cintas que protagonizan esta entrada).


“The uninvited” (“El pasajero no invitado” en castilian, según Imdb) es la rara del pack. Rara porque nunca llegué a alquilarla/verla y rara porque en realidad no es para mí… aunque antes de entregársela a su verdadero destinatario, la pienso consumir.
Una vez más, lo que aquí tenemos es a un grupo de actores en decadencia encerrados con un bicho mutante dispuesto a matarlos uno a uno. Estupendísimo.
Lo gracioso del caso consiste en descubrir quién es su director, nada menos que Greydon Clark!! (risas enlatadas). Y si quieren saber por qué es “gracioso”, escuchen el número 27 de nuestro podcast.
“The uninvited” es inevitablemente yankee, del año 88, y en vídeo la sacó “Córdoba Films”, especializada en auténticos truñones.

BONUS TRACK:


Aquí pondría fin a esta actualización si no fuese porque dispongo de otro VHS, también el regalo de un buenísimo amigo (en este caso Enorm), y que llevaba años deseando poder lucir en mis estantes. No por la peli, que es lo que es (la tengo más vista que el tebeo, dispongo de un ripeo y del DVD oficial, la he pasado por Cotxeres y hasta rodé una segunda parte el año 1989 en formato Single-8, nada menos… aunque bien merecería un revisionado y posterior análisis), sino por la puta y grotesca caratula.
Aún recuerdo cuando vi esta por primera vez en formato poster y en una edición del “Sonimag” de vaya usted a saber qué época (1987 me supongo), cortesía de “TriStar”. Lo flipé, me fascinó, fue amor a primera vista. Me obsesioné con dar con la puta peli. Y sí, la vi y también hizo lo suyo a mi psique… pero el poster seguía siendo mi parte favorita del pastel “Sardu” (o “Bloodsucking Freaks”).
Todos conocemos lo bien que se le daba a Troma fabricar posters para sus apestosas películas, y en este caso contaban con la ayuda del gran Ed French, lo que es un “plus”. Naturalmente la caratula de “Sardu” nada tiene que ver con su contenido, pero ¿¿qué más da??. Bienvenida sea la jeta máxima.

Y lo crean o no, ¡¡hubo un VHS más!!, el de “Masters del Universo”.
Tenía una cuenta pendiente con mi buen amigo Juan Carlos Cordero, del clan “Sin Audiencia” too. Hace un año debería haberle regalado una copia del VHS de “Masters…”, pero cometí el error de dárselo a alguien que lo merecía muchísimo menos que JC que, encima, se vino a la Maratón de Cotxeres, donde pasamos la peli en cuestión, a dar un “speech” previo con todo lo que ello conllevaba.
En aquel momento me prometí a mí mismo, y a Juan Carlos, que si algún día daba con otra copia, sería toda suya. Casi un año justo después ocurrió. La conseguí gracias a un (hermoso) contacto y ayer, por fin, pude romper la maldición y entregársela en mano, y en directo, a mi buen amigo.
Hoy soy un poquito mejor persona y, tal vez, un poquito mejor colega.
Ahí va una imagen del suculento momento…



Y, ya para terminar, en plan colofón, cierro este excesivo post con una foto de los cuatro primeros VHSs comentados, juntos, de canto… que también son bonitos de canto, no solo de frente, exactamente igual que una mujer pechugona, vamos.
Disfruten, gocen limpiándose las babas y gracias por leerse el tochito.





domingo, 22 de enero de 2012

AQUELLAS CARATULAS MARAVILLOSAS (9): DANDO GATO POR LIEBRE

En la era dorada del vídeo-club, y teniendo en cuenta que por entonces meterse en tal menester resultaba siempre beneficioso para tus arcas, aparecieron mogollón de infra-distribuidoras que hurgaban en sus catálogos y lanzaban películas de tercera división para las que confeccionaban cutre-caratulas engañosas. El ejemplo más extremo venía cuando se valían de material ajeno fácilmente detectable, en ocasiones ni tan siquiera disimulado. No solo no tenían nada que ver con lo que contenía la cinta, es que, además, infligían gravemente cuestiones de copyright. Los casos son cientos y miles, pero hoy he reunido aquí algunos de los más reconocibles, descarados y divertidos...



"Sombras de medianoche" es la única película dirigida, escrita, producida, montada e interpretada por Wes Olsen. En los USA incluso la distribuye Troma bajo su título original, "The Dark Side of Midnight", del año 1984. Se trata de un thriller en torno a los crímenes que un tal The Creep comete en las inmediaciones de un pueblecito. No he tenido la suerte de verla, pero según me informo, entra de lleno en la categoría de "tan mala que es buena".
Y a pesar de lo que la caratula pueda hacernos creer, Robert Englund no aparece por ninguna parte... que sí, que el tipo del sombrero y la mirada siniestra es Englund, de cuando interpretó al fantasma de la ópera en 1989 y de la mano de Dwight H. Little.



Esta es una de mis favoritas, por varias razones. Para comenzar, la imagen descaradamente robada, y sin añadidos ni colorantes, del film "El desafío de las águilas" con, sí, ¡Clint Eastwood!, al que reconocemos perfectamente y al que, lógico, no localizamos en el reparto. Luego tenemos el sello que la distribuye, ¿"Ízaro-Cannon"?, noooo!!!, se trata de "Pícaro-Zannon" que, encima, ni tan siquiera es el nombre de la distribuidora, solo parte del engaño (esta en realidad se llama "Multinacional Europe Productions"). Nótese la mutación de Ízaro a pícaro, detalle más que coherente y consecuente con la estafa. Hay que decir que esta NO es ni mucho menos la única vez que se utiliza tal estratagema, existen más films bajo el discutible sello de "Pícaro-Zannon". Olé.
El título,"Pesadilla Mortal El Esqueleto" parece más adecuado para un film de terror que para uno bélico, sin embargo, en realidad la peli, producción inglesa del año 1972, sí se titula "Nightmare", es decir, pesadilla. Curioso.



No hace falta estar muy puesto para reconocer en esta imagen a Arnold Schwarzenegger sacado de la caratula del film "Ejecutor". Sin más cambios ni variaciones que las que pueda aportar la poca habilidad del ilustrador. En cuanto a "Mercenarios", se trata de una producción bélica italiana situada en la segunda guerra mundial y rodada el año 1987 ("Mercenari dell'apocalisse"). El director, John R. Dowson, en realidad se llama Leandro Lucchetti. El reparto es genuino, ese tal Karl Landgren fue bautizado como Bruno Bilotta, y me molaría saber si el parecido fonético con Dolph Lundgren, entonces bastante de moda tras intervenir en "Rocky 4", es algo expreso o simple casualidad.


"La ira de los dioses" es un peplum italiano del 1960 protagonizado por la tetuda Jayne Mansfield. El título original no podía ser más distinto al español: "Gli amori di Ercole". Para ilustrar esta edición de "Light Entertainment Group" pillaron una imagen bien grande de la película "Los Bárbaros", dirigida en 1987 por Ruggero "Holocausto Caníbal" Deodato, con sus dos reconocibles protagonistas peleándose (Peter y David Paul) , brillo en la espada incluido, y, ¡hala!, tirando millas...


Otra de mis favoritas. Esta no requiere mucho esfuerzo. Producción asiática de quinta división (nótese que la caratula no incluye ningún nombre) para cuya cubierta pillaron una imagen más que reconocible y, por aquello de disimular, le metieron un pegote en la cabeza absolutamente cutre que incluso empeora el flagrante delito.
Fijo que los boxeadores atizándose pertenecen también a otro film... pero a saber cual. Se aceptan sugerencias.



Otro caso curiosísimo. Aunque en la caratula no aparezca por ningun lado, ni en la cubierta, ni en el texto de atrás, "La venganza de las mujeres vampiras" viene protagonizada nada menos que por el mítico "Santo, el enmascarado de plata". De hecho, se trata de la secuela de uno de sus títulos más respetados, "Santo contra las mujeres vampiro", rodada en 1962, ocho años antes de la que ahora tratamos.
A este elemento ya de por sí algo bizarro, tenemos que añadir que la escalofriante imagen de la cubierta no pertenece a "La venganza de las mujeres vampiras" (de título real "La venganza de las mujeres vampiro", en singular y masculino), sino al "Drácula" dirigido en 1979 por John Badham y del que podéis leer la reseña aquí. En concreto, la tipa vampirizada se supone que es el personaje de Mina, verlo para creerlo.
Ya que estamos, aclarar también que la imagen superior de la parte trasera, la de la moza con una estaca clavada en la frente, pertenece a "Superstición" La de debajo todavía no ha sido detectada.... pero todo se andará.


Y terminamos con, cuanto menos, el caso más risible y divertido del pack. Otro añejo peplum al que se intenta disfrazar de producto reciente lleno de espectáculo. Este film en realidad se titula "Golia alla conquista di Bagdad", lo rodó en 1965 Domenico Paolella (que en la caratula es rebautizado Paolelli) y cuenta en su reparto con uno de esos yankees cachetas afincados en italia, Rock Stevens, seudónimo de Peter Lupus, aún hoy activo. Para la ocasión, Vicine/Cineman retitula absurdamente al film como "The Aligator" con la intención de sacarse un nuevo superhéroe de la manga (ya que en realidad el prota se supone que es Goliath) y se curra esta caratula patética y horripilante que parece un exploit algo retarded de los "Masters del universo". Para mear, no echar gota y partirse de risa.

¡Cuánta maravillosa desvergüenza!

lunes, 15 de noviembre de 2021

MISTER T. ES LA JUSTICIA

En los tiempos del videoclub era común, cuando un actor se hacía verdaderamente famoso, editar en vídeo viejas películas de este a las que incluso se les llegaba a cambiar el título con el fin de lanzarlas como si se tratara de nuevas películas del susodicho. Esta práctica fraudulenta se estilaba mucho. Lo otro que también se hacía era editarse el episodio piloto de cualquier serie aún inédita en nuestro país, que por norma general solía durar más de una hora, y se lanzaba como si de una película se tratase. El engaño duraba lo que tardarse esa serie en emitirse en televisión, y los usuarios descubrían que aquello que alquilaron meses atrás no era más que el piloto de aquella serie que pronto se convertiría en un éxito de audiencia. Los pilotos de “El gran héroe americano” o “El coche fantástico”, se editaron así en España —por no hablar de los que llegaron a ser estrenados en cine—.
Por otro lado, también se editarían series de televisión en vídeo. Cuando se trataba de dibujos animados se respetaba más el formato serie. Por ejemplo, la de “Masters del Universo” según la Filmation, que jamás fue programada en televisión como dios manda, vio su primera temporada doblada al castellano en cintas que incluían dos capítulos, y así hasta llegar a las 26 cintas (52 episodios) (ver). Y al tratarse un producto destinado al poco exigente público infantil, no había por qué camuflar en modo alguno que se trataba de una serie.
En aquellos años, también, y gracias por supuesto a la serie “El Equipo A” —que igualmente vería su episodio piloto editado en vídeo bajo el título de “El Equipo A en acción contra la mafia”— Mr. T se convertiría en uno de los personajes más populares del mundo. Y como era un personaje televiso, telefilme que rodaba, telefilme que se editaba en vídeo en nuestro país como sucedería con “El hombre más fuerte del mundo”. Sin embargo, si no había películas que editar servía cualquier cosa. Es por esto que esta “Mister T. es la justicia”, en realidad son cuatro episodios unidos uno detrás de otro de una serie de televisión que aun estaba por emitirse en la tele española titulada “T and T”. Sabemos que se trata de capítulos unidos porque, aunque en montaje se deshacen de las cabeceras de cada capítulo, no se eliminan los créditos que hay superpuestos en pantalla con el episodio ya iniciado, o el título del mismo que, además, es pronunciado en off por una voz masculina. Por si esa fuera poca chapuza, los elegidos para confeccionar este “largo” son capítulos sueltos que no van correlativos ni en orden, y el primero de la serie sería el que va en penúltimo lugar en este montaje.
Este “Mister T. es la justicia” no sería el único caso. Un tiempo más tarde se editó otra cinta camuflada de película titulada “Linea de acción”, de una distribuidora totalmente distinta, pero que obraba exactamente igual con otros capítulos sueltos de la misa serie. Así, el videoclub se inundaba de nuevas películas de Mr. T.
Mas allá de esto, la serie, emitida finalmente en los albores de 1989 en la segunda cadena de Televisión Española, es una producción canadiense que servía para que, una vez finalizada “El Equipo A”, Mr.T siguiera teniendo un contacto directo con su público y “T and T” era un vehículo para eso. Una serie repetitiva, aburrida y cutre, que con una estructura similar a la de “El Equipo A” contaba la historia de un boxeador que, buscándose la vida en las calles, es detenido por un crimen que no cometió. La abogada Amy Taler consigue demostrar su inocencia y, en adelante, el boxeador se convertirá en una suerte de investigador privado que resolverá junto a ella casos en los que al final, indefectiblemente, Mr.T tiene que liarse a hostias con los malos. Todos los capítulos son iguales; investigan el caso, lo desarrollan con violencia y finalmente lo resuelven. Se trata de una serie tan mala que en Canadá y Estados Unidos fue viendo como descendía su audiencia temporada a temporada hasta que fue finiquitada en la tercera, y en España, donde se emitió completa, a día de hoy no la recuerda casi nadie a pesar del  artefacto nostálgico que supone en sí mismo Mr. T.
Ver entera la hora y veinte que dura la cinta “Mister T. es la justicia” ha sido un auténtico suplicio. Pero que estupendo es que exista.
Por cierto, la ilustración que luce la carátula, y que también es utilizada en los títulos de crédito prefabricados por la distribuidora es, no obstante, una absoluta maravilla que no muestra nada de lo que vemos en el metraje, pero que justifica totalmente la existencia de este producto.

sábado, 5 de marzo de 2022

SCREAM 2022

Cuando me enfrento a la enésima entrega -tardía y motivada por la nostalgia más mercantilista- de un film de mi género favorito, tiendo a deglutir todas las pelis precedentes, en orden, antes de llegar a la más reciente. Es un juego divertido que incluye ver evolucionar la historia y envejecer a los personajes / actores. Procedí así con la saga "Saw", por ejemplo. Ahora, con el lanzamiento de la nueva "Scream" (la quinta, aunque no lo ponga en el título), me animé a repetir la hazaña. Vi las cuatro previas. A una por día. La intención original consistía en escribir sobre todas. Un repaso escueto, pero conciso, como el que en su día dediqué a "Phantasma". El problema es que, a rasgos generales, las "Scream" movies no me inspiraron ni una sola línea. Seloplico...
Nunca he sido fan de la saga. Reconozco que el primer "Scream" -que vi en su día en el cine- dispone de un sutil encanto. Es razonablemente entretenida. Un genuino film de terror. Las tonterías posmodernas y auto conscientes aún suenan algo novedosas. Y se ciñe con bastante dignidad al modelo slasher. Es cierto que sus tics noventeros irritan (ese reparto repleto de niños guapos, blanquitos y ricos, la sobre iluminación, la ausencia de genuinos elementos exploitation), pero incluso, vistos hoy, tienen su gracia. Así que esta puedo tolerarla. Sin embargo, las consiguientes continuaciones son terriblemente malas. De la segunda a la cuarta. En muchos casos casi parecen telefilms. Y ni siquiera de terror. Da la sensación que en cualquier momento, en cualquiera de ellos, entrará en escena Angela Lansbury.
Tal vez por eso afronté este "Scream 2022" con desgana (aunque curiosidad). Y, tal vez, esa es la razón por la que me sentó mejor. O quizás sea, simplemente, una buena película, lista para ver y olvidar. 
La cuestión es que entramos en el terreno de lo que, en la misma trama, califican de "recuela". Es decir, un remake disfrazado de secuela tardía y que incorpora personajes avejentados de los films "antiguos". En este caso Neve Campbell, David Arquette, una feísima Courtney Cox (da grima compararla con la versión monísima y pizpireta que aparecía en "Masters del universo") y Skeet Ulrich. Podríamos añadir también a Marley Shelton, que salía en la cuarta. Estos se entremezclan con los personajes nuevos, una panda de jovenzuelos no excesivamente repugnantes (y donde, por supuesto, caben un gay, una lesbiana y uno de piel tirando a oscura). Juntos tendrán que descubrir la identidad del nuevo Ghostface, al que le ha dado por asesinar peña relacionada con aquellos que murieron en las pelis previas. Los crímenes son un pelín más gráficos de lo que la franquicia nos tenía acostumbrados (¡¡han tenido que pasar 26 años para ello!!). Y, esto sí sorprende, la figura del psycho-killer resulta más amenazante que nunca. Impone, a pesar de lucir el disfraz reglamentario que todos conocemos. Eso significa que, por primera vez, alguien ha sabido filmarlo debidamente. ¿Tal vez el problema que tenían los "Scream" precedentes era.... Wes Craven? Al fin y al cabo, ya entonces encajaba como un guante en el rol de "cineasta maduro hastiado de su vinculación con el género". En esta ocasión no dirige por razones obvias, de eso se encargan Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett, responsables de una peli que parece gustar a todo el mundo menos a mi, "Noche de bodas". Tampoco el guion es de Kevin Williamson, sino de  James "Zodiac" Vanderbilt y Guy Busick quien, por cierto, ha escrito la nueva "Destino Final". Ambos se aferran bien fuerte, y con delectación, a los tropos de la franquicia. Si en las entregas previas se hacían "discursos" -tirando a críticos- sobre la nueva tendencia en cine de terror del momento, ahora toca meterle un -merecido- cachete a esa cosa aburrida y pedante que algunos llaman "terror elevado" (la única que me funciona del pack es "Midsommar"). Luego, la "friki" del grupo (que pal caso folla con otros coños, todo un cambio) suelta un "speech" muy logrado, y perfectamente medido, sobre el mentado fenómeno de la "recuelas". Uno que encaja mucho y muy bien en lo que cuenta la misma "Scream 2022".
Pues lo dicho, una cosa más o menos entretenida. Nada que nos haga vibrar, ni saltar del sillón (salvo algunos sustos que te funcionarán si no estás muy puesto en estas lides). Pero se deja ver y, sobre todo, devuelve cierta "dignidad" a la saga, una que no lucía desde 1996.

sábado, 20 de octubre de 2012

PATRULLA DE NOCHE

Hay películas que cuando las ves siendo adolescente, te marcan. Las consumes con amigos que se lo pasan igual de bien que tú, y te aprendes diálogos, frases y chascarrillos. Años después las recuperas y tras revisarlas te dices "Joder, pero cómo pudo gustarme tanto esta mierda??!". Cosas de la edad. Sin embargo, a pesar de la "decepción", ir rememorando a cada escena las sensaciones que obtenías cuando la vieras siendo chaval, es algo francamente divertido y hasta emotivo. Bien, eso mismo me pasó ayer con "Patrulla de noche".
Todo comenzó con "Fonda Sangrienta", película que se marcó a hierro candente en mi corazón. Tanto me gustaba que, rápidamente, quise conocer más de su realizadora, Jackie Kong. Así fue como alquilé "Patrulla de noche" y quedé prendado de ella. Resulta que además de la Kong, por ahí rondaba también ese reivindicable individuo de nombre William Osco, del que ya hemos hablado antes. Pareja de la directora en aquella época, Osco se hizo famoso como director de la primera peli porno narrativa ("Mona, the virgin nymph") y productor de la legendaria "La aventuras de Flesh Gordon". Junto a Kong parió algunos títulos de tercera regional como las mentadas ("Fonda Sangrienta", "Patrulla de noche"...) o "El Ser". Curiosamente en el film que nos ocupa, Osco aparece en los créditos con su nombre traducido al francés. 
"Patrulla de noche" se rodó en 1984 y no deja de ser otro de los muchos exploits surgidos a la sombra del éxito de la saga "Loca academia de policía", solo que hecha con menos dinero, menos talento y menos sentido del ridículo. Por otro lado, se trata de un especie de vehículo para el lucimiento de un cómico de segunda que en los USA fue medianamente popular durante unos años, "The Unknow Comic" o, "El cómico desconocido", cuya peculiaridad es que subía al escenario con la cara cubierta por una bolsa de papel. El señor oculto tras dicha bolsa se llama Murray Langston y, sí, es el prota -también sin bolsa- de "Patrulla de noche". Hace no mucho George Clooney dirigió un biopic dedicado a Chuck Barris, creador este de un espacio televisivo -"The Gong Show"- tan amado como odiado (pero visionario, viendo cómo ha terminado hoy la caja tonta) titulado "Confesiones de una mente peligrosa". En ese mismo show, "The Unknow Comic" era uno de los invitados recurrentes y, sí, tiene su pequeña aparición en el film de Clooney, con el mismo Langston recuperando la bolsa para la ocasión.
En "Patrulla de noche" interpreta a un policía la mar de idiota con una doble vida, por la noche actúa en un bareto como "El cómico desconocido". Si esto ya le trae muchos problemas, la cosa se complica cuando de pronto aparece un ladrón que se disfraza como él. El cenit de todo este "drama" llegará la noche en la que los dos coincidirán en un espectáculo al que también acude la policía, incluido nuestro prota que tendrá que ingeniárselas para actuar, no ser descubierto por sus compañeros y detener al criminal.
Bien, esta peli contaba con un presupuesto tan y tan escueto, que se tuvo que rodar únicamente los fines de semana. Y, según un espacio televisivo de esos biográficos, marcó el verdadero final-final de la ya descendente carrera de la morbosa Linda Blair quien, aviso para viciosos, se marca un pequeño destete justo en la escena previa a los créditos finales (y para los que aún no lo sepáis, la muchacha lucía un tetamen de órdago). Sí, mucho me temo que "Patrulla de noche" es así de mala, malísima. Va cargadica de un humor ultra-gilipollas y zopenco, absolutamente ridículo, adornado con las inevitables dosis de chabacanería y chistes guarros. Técnicamente se ve desbalazada y patosa, muy cutre. Y narrativamente, es un caos sin demasiado sentido. Las escenas que ayudan a avanzar la historia / excusa se mezclan con simples galerías de gags malos que únicamente sirven para alargar metraje. Y aunque está claro que el policía prota es también "The Unknow Comic", nunca le vemos ponerse la bolsa en la cabeza con lo que no acaba de quedar del todo claro. Supongo que fue algo hecho a posta, para darle cierto misterio, pero lo único que consiguen es incrementar la confusión general.
Aún así, es tal su grado de estupidez, que en algunos momentos termina resultando genuinamente divertida y, después de todo, no especialmente aburrida. Por ejemplo, ya de chaval me encantaba la escena inicial, cuando el prota le grita a un conductor imprudente, "¿Está usted loco o qué?" y cuando se abre la puerta del coche, sale un tío con camisa de fuerza haciendo muecas exageradas. Que quieren que les diga, a mi ese gag me funcionaba y aún lo hace. O cuando el cómico desconocido comenta "Estoy tan nervioso, tengo mariposas en el estómago", a lo que su mánager le mete una pastilla en la boca, "Toma esto" dice, "¿Qué es?" pregunta él, "Naftalina" contesta ella... otro chiste que me funciona. Y así más y más, a cada cual más estúpido y patético (como el tío que, a pesar de su aspecto totalmente occidental, dice ser Japonés y la lía a tiros en plena calle porque busca un restaurante nipón y el no encontrarlo le desespera). Aunque tal vez sea la aparición del gran Pat Morita, el "Miyagi" de "Karate Kid", lo más marciano del pack, ya que interpreta a la víctima de una violación cometida por lesbianas y que cuando habla, tiene voz de mujer. Ah! y de gags de mariquitas, hay unos cuantos. ¿Qué quieren?, era la época.
El reparto no tiene desperdicio, junto a Langston / "Unknow Comic", Linda Blair y Morita, tenemos a Pat Paulsen (personaje televisivo que intentó acceder a la presidencia de su país), Billy Barty (enano que interpretaba papeles adecuados para su talla en pelis como "Legend", "Willow" o "Masters del universo") como el jefe de la policía que no para de tirarse pedos, Lori Sutton enseñando cacho (su curriculum es la hostia, ha currado para Mel Brooks, Andy Sidaris, Mark Pirro y estuvo en "Los albóndigas en remojo"), Sydney Lassick (de larguísima trayectoria, fue un loco en "Alguien voló sobre el nido del cuco" y un profe en "Carrie"), cameo para Andrew Dice Clay ("Las aventuras de Ford Fairlane") y la "chica Russ Meyer" (y estrella porno) Kitten Natividad luciendo sus inmensas tetorras.
Tras algunas pocas pelis más (entre ellas "Fonda Sangrienta" y la decepcionante "Loca academia de maleantes 1"), Jackie Kong y William Osco se separarían. De ella nunca más se supo y él... bueno, produjo algunas cosas más hasta hace poco, pero nada realmente destacable.
Nota fricosa: En la parte de atrás de la caratula de vídeo aparecía una foto super-engañosa y altamente confundible, con tres policías luciendo armamento y pose a lo "Cazafantasmas". Formaba parte de toda una galería de imágenes promocionales con los agentes ataviados cual conceptos y película populares de la época. Hay otra en plan "Indiana Jones". Hacer notar que los modelos NO salían en el film (ver).
"Patrulla de noche" es, efectivamente, una auténtica mierda... pero una que funciona si te la tomas como hay que tomarla y le das al "Play" dispuesto a dejarte embriagar por sus hedores.

sábado, 5 de febrero de 2022

CREEPSHOW TV (3ª TEMPORADA)


CAPÍTULO 1 - "Mums" / "Queen Bee" : En la primera historia, una esposa asesinada por su marido vuelve de la tumba convertida en planta vengativa gracias a la ayuda de su hijo que, ya al final, mirará con delectación y una sonrisa maliciosa cómo mamá se papea a los malos, algo que conecta, por evidente que suene, con el niño del vudú en el "Creepshow" original (graciosamente interpretado por Joe Hill, aquí autor del relato inspirador, convertido en guion gracias en parte al novelista de terrores David J. Schow -responsable del libreto de "Leatherface: La matanza de Texas 3"-). Por lo demás, todo muy previsible. Hay demasiado drama y la cosa tarda en alcanzar el cenit. Cuando llega, pues sí, mola mucho ver a la mamá seudo-Audrey a base de efectos prácticos... pero es lo único salvable. Dirige Rusty Cundieff, que ya anduvo en la temporada anterior.
La siguiente arranca muy prometedoramente. Unos adolescentes gilipollas se enteran que su ídola del pop va a parir en el hospital donde curra la madre de una de ellas, así que le roban la tarjeta de acceso y acuden, llevándose la sorpresa de su vida al descubrir la verdadera naturaleza de la diva. Una vez más son las escenas de efectos prácticos lo que salvan un poco la papeleta, el problema es que aparecen a mitad de capítulo. Luego, todo es cuesta abajo. El CGI sigue siendo un horror. Michael Rousselet, co-guionista, es co-director de una cosa con pinta de postmodernez titulada "Dude Bro Party Massacre", ello explicaría el nada sutil homenaje de rigor: el hospital donde ocurre todo se llama "Haddonfield Myers", ¡¡juas!!. Pero se lo perdonamos por haber co-escrito el mejor capítulo de la segunda temporada, "Dead and Breakfast". Dirige Greg Nicotero.

CAPITULO 2 - "Skeletons in the closet" / "Familiar": En la primera, un super coleccionista de cine mata a otro y decide convertirlo en parte de una exposición. Naturalmente, no tardará mucho en regresar de la muerte clamando venganza. Bien, "Skeletons in the closet" retoma ese baboso, suculento y relamido servicio oral hacia los fans que tanto daño hace a esta serie. Al ir la cosa de coleccionistas de atrezzo cinematográfico, y especialmente dentro del terror, la lista de homenajes, referencias, guiños y chascarrillos (incluidos la propia "Creepshow" original) es casi aturdidora, pura pornografía. El devoto, cegado ante tanto tributo, no se percatará de la vergüenza ajena que provoca lo que le están contando. ¡¡Terrible!! Apunto estuve de apagar el reproductor por culpa de esto. Entre los escasos aspectos positivos, la presencia de James Remar.
La historia siguiente es sosilla y un poco tontaina. No acabas de ver hacia donde va hasta que termina. Pero al menos no provoca urticaria e incluye un monstruo bastante "cool". Una pareja acude a un pitoniso. Este alerta al marido de una presencia diabólica que, a partir de ese momento, verá a todas horas, hasta que decide terminar con ella igual que lo hacía Hal Holbrook con el monstruo de la caja en el clásico de George A. Romero. Dirige Joe Lynch.

CAPITULO 3 - "The Last Tsuburaya" / "Okay, I'll Bite!": Dos historias escasas de "Creepshowismo" genuino, pero que se dejan consumir. Concretamente, "The Last Tsuburaya" presenta la premisa más interesante: Un multimillonario malo como el demonio compra el último dibujo inédito de un artista japonés especializado en garabatear monstruos horripilantes y, una vez saboreado, lo quema para que nadie más pueda. A partir de ahí, obvio es, el bicho del lienzo se le aparecerá y le perseguirá. Dirige Jeffrey F. January, habitual de "The Walking Dead".
En la otra, un presidiario de buen corazón tiene varias arañas como mascota, especialmente una gordísima que vive oculta tras la pared. En el momento que un guardia corrupto y sus matones le hagan mobbing y se carguen una, se vengará con ayuda de los bichos. Elemental, pero consumible. Escribe y dirige John Harrison, todo un veterano de la marca "Creepshow", tanto la cinematográfica como la televisiva.

CAPÍTULO 4 - "Stranger Sings" / "Meter Reader": "Stranger Sings" narra un intento de ligoteo, aparentemente exitoso, que termina con el aspirante secuestrado por dos tipas, una de ellas una sirena de cánticos embaucadores. Aunque se deja ver, no alcanza los niveles de solvencia que su directora, Axelle Carolyn, demostró en su capítulo de la segunda temporada, el mentado "Dead and Breakfast". Casi casi, lo mejor es el "chiste" del título. También el guion corre a cargo de una tipa, por lo que habrá el típico berzas que calificará al pifostio de empoderamiento femenino o alguna gilipollez por el estilo.
Si hasta ahora Joe Lynch había logrado que la manía que le dispenso descendiera unos grados, con esta, su nueva aportación a la serie, "Meter Reader", consigue que el río vuelva a su cauce. El concepto es interesante: En un futuro semi-post-apocalíptico en el que el mal surge de los abismos y lo empaña todo, los exorcismos a domicilio se han convertido en una rutina. Uno de los responsables de llevarlos a la práctica vuelve a casa, pero su mujer e hijos no le dejan entrar porque desconfían de su estado, así que le mandan a hacer cuarentena. Las cosas se saldrán de madre, claro. Probablemente este capítulo se parió en plena pandemia, de ahí ciertos paralelismos, algo que debemos a su guionista reincidente, John Esposito. En cualquier caso, Joe Lynch desaprovecha la materia y factura un segmento monótono y muy aburrido. Soso. En cuestiones actoriles destaca Johnathon Schaech que estuvo en "Los malditos, vampiros del desierto" y "Una noche para morir" haciendo de psycho-killer.

CAPÍTULO 5 - "Time Out" / "Things in Oakwood's Past": Un universitario recibe como herencia un viejo armario con poderes. Si te metes dentro, verás que el tiempo corre hacia atrás. Pero no olvides llevar siempre la llave encima, porque como no puedas salir, de ti solo quedará polvo. El chaval lo aprovecha a conciencia, convirtiéndose con los años en el mejor abogado de su bufete y un padre ejemplar. Lógicamente, las cosas darán un giro dramático que vemos venir desde el minuto uno. Y ese sería el mayor defecto de "Time Out", la falta de sorpresas. Por lo demás, una historia más propia de "Twilight Zone" que "Creepshow", pero correcta (ayuda que soy un devoto de las tramas con paradojas temporales y tal). Dirige Jeffrey F. January, de la plantilla de "The Walking Dead".
La que sigue desconcierta porque está facturada cien por cien mediante una animación algo limitada. En el misterioso pueblo de Oakwood encuentran una de esas cápsulas temporales. La historiadora local descubre que no sería buena idea abrirla. Como es de ley, no le hacen ni caso. Este es el capítulo más brutalmente gore de toda la serie... pero claro, hay truco, ¡son dibujitos!. Inevitablemente la sinopsis recuerda a "La caja" del "Creepshow" original, algo que oficializa el que reciba incluso una alusión directa. Tratándose de un capítulo animado, lo normal es mandar guiños a los dibujantes afines a la marca, de ahí que algunos personajes lleven apellidos como Wrightson o Kamen (de Jack Kamen, dibujante de la misma E.C. y autor de uno de los dos maravillosos posters de "Creepshow"). Tampoco falta el guiño a Romero himself formato "foto enmarcada". En cuanto a la historieta en sí, pues lo cierto es que la animación distrae bastante y deja un poco frío. Entre los dobladores localizamos voces ilustres como las de Mark Hamill o la "scream queen" Danielle Harris. Dirige Greg Nicotero, ayudado por una panda de animadores.

CAPÍTULO 6 - "Drug Traffic" / "A Dead Girl Named Sue": La última entrega de esta tercera temporada me ha descolocado mucho y aburrido más. La primera historia va sobre una madre asiática y su hija enferma que son detenidas en la frontera de Estados Unidos. La niña se convertirá en una de esas "cabezas voladoras fantasma" tan típicas del folclore del sudeste asiático y comenzará la escabechina. De por medio hay un político racista que se hace pasar por progre con la intención de dar buena imagen. Y el gran Michael Rooker como único elemento positivo de la función. ¿"Creepshow" dándoselas de panfletismo?. Ay, duele!. Esto casi podría haberlo dirigido el Joe Dante de "Masters of Horror", pero pal caso hablamos del inevitable Señor Nicotero. Confieso que se me cerraban los ojos durante el trayecto.
La siguiente, "A Dead Girl Named Sue", es un pelo más digerible... pero tampoco nada que deslumbre. En parte porque, por enésima y cansina vez, retomamos el guiño al universo zombie de George Romero, situando la historia en la misma noche de los muertos vivientes (con su blanco y negro, su ambientación de finales de los sesenta y un televisor donde se emiten las imágenes que salían en el noticiario del clásico). El sheriff local detiene al pijo del pueblo sospechoso de haber matado a una niña. Habiendo como hay zombies en la zona, cuesta asegurar la naturaleza real de dicho asesinato, si fue por maldad o supervivencia al tratarse de un revivido y no una víctima inocente. Descubrirlo se supone la gracia del asunto. Pero no. El episodio es puro bla, bla, bla hasta un desenlace tampoco muy inspirado. Y sí, aburre bastante. Guioniza la televisiva Heather Anne Campbell, que hizo tres cuartos de lo mismo para la igualmente chaposa -y panfletaria- reciente versión de "Twilight Zone". Dirige un clásico de la casa, John Harrison (lo que hace el descalabro aún mayor).
Vale la pena destacar como colofón que, en esta tercera temporada, los célebres "efectos visuales" destinados a darle un toque de cómic a las imágenes son muy escasos. Prácticamente nulos. Igualmente, las transiciones animadas gastan un look demasiado "flash" para mi gusto.

lunes, 13 de junio de 2022

ROCKULA

Una de las últimas películas producidas por Cannon y posiblemente la peor tratada de aquellos postremos años de producción, entre 1987 y 1988.
“Rockula”, que no pertenecía a los productos gordos que Cannon facturaba aquellos años (“ Masters del Universo”, “Superman IV”…) —se trata de una producción de millón y medio de dólares—, se rodó en 1988, justo antes de que la compañía de Menahen Golan y Yoran Globus se declarase en bancarrota, y sí ya de por sí los productos a los que habían metido pasta sufrieron los daños colaterales del estipendio Cannon, imagínense ustedes los productos pequeñitos que se salían del punto de mira comercial de los israelíes. Por este motivo, “Rockula” se estrenaría en pocos cines, de tapadillo y sin importarle a nadie en absoluto. Su vida posterior en vídeo-clubs sería ínfima y su distribución internacional mínima, por eso nunca llegaría a nuestro país en modo alguno.
En cualquier caso, esta comedia de terror musical es, igualmente, una de las películas más flojas de aquella época, motivo también por el que no se ha convertido en un producto de culto; no se la reivindica ni a hostias, porque aunque tiene todas las papeletas para un redescubrimiento por parte de los fans de la nostalgia (estética new wave, neones y luces rojas y azules a cascoporro, un protagonista con su propio fandom como es Dean Cameron — uno de los bromistas de “Juerga Tropical”, esta sí, una película de verdadero culto—, y sobre todo, la dirección de Luca Bercovici, el director de “ Ghoulies” que ejecutaba, con esta, su segunda película), no es ni la mitad de divertida de lo que se nos propone y los numeritos musicales aburren a las bestias hediondas; es mala de cojones. 
Aunque por otro lado, cuenta con una página de fans en Facebook que podríamos considerar una irreductible aldea gala (al final todo tiene su fandom). 
Un vampiro joven, de 400 años de edad, se lamenta porque todavía no ha podido perder la virginidad. Resulta que en su momento se le lanzó una maldición bajo la cual, su amada, morirá a manos de un pirata que le quita la vida a esta con una pata de jamón, justo antes de que el vampiro pueda hacer el amor con ella. Cada 20 años esta amada se reencarna y vivirá de nuevo el romance con este vampiro, pero cada 20 años vuelve a ser asesinada por un pirata en circunstancias parecidas. En esta última reencarnación, nuestro vampiro intentará por todos los medios que su amada no muera y, así, perderá de una vez por todas su maldita virginidad.
Por otro lado, este vampiro es de lo más atípico, puesto que no es partidario de morder en el cuello a humanos y se alimenta de la sangre que le donan en el hospital, además de gustarle el ajo, mantener discusiones acaloradas con su reflejo en el espejo y forma parte de un grupo musical llamado Rockula, con el que queda patente la modernidad del personaje.
El caso es que la trama se va desarrollando torpe y lentamente y, para más inri, de vez en cuando interrumpida por el numerito musical de rigor que se suele desarrollar sobre un escenario y que, más que animar la papeleta, nos sume en la más profunda de las depresiones. Además que nada de lo que cuenta es divertido o novedoso y todo el tiempo tengo la sensación de haber visto esto antes. ¡Ah! Sí, lo he visto… en “Besos de vampiro”, “El Vampiro Adolescente” y “El aprendiz de Vampiro ”. Mira que son todas malas… pues esta es la peor.
Luca Bercovici, posteriormente, no volvería a alcanzar la notoriedad que como director obtuvo con “Ghoulies” rodando un buen puñado de películas mediocres. Sin embargo, se montó su empresa de producción en Bulgaria y ahí anda, produciendo películas y series en ese extraño país…