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martes, 14 de enero de 2025

NI TE CASES NI TE EMBARQUES

Cuando se habla de la primera película para lucimiento de Martes y 13 en formato trío, “Ni te cases ni te embarques”, se tiende a decir que es malísima y no hace honor al talento del grupo. A mí de chaval me encantaba, años después me pareció floja y anoche me volvió a parecer genial. Esto va como va.
Desde luego es graciosa y está entretenida, si bien es cierto que es una de esas películas que vende a su trío protagonista, en principio alejado del cine y, una vez se tiene el cartel que los anuncia, el producto resultante es lo de menos. Por eso, en el montaje hay secuencias que no tienen continuidad o que, directamente, se pasan la narración por el forro de las pelotas, porque la historia en el fondo da lo mismo.
No obstante,  me resulta una película curiosa y, fríamente, sentencio aquí que se trata, sin duda alguna, de la mejor de cuantas hicieron Martes y 13, muy por encima de “La loca historia de los tres Mosqueteros” de mi amado Mariano Ozores y, por supuesto, sustancialmente por encima de esos dos despropósitos de Álvaro Sáenz de Heredia que son “Aquí huele a muerto (Pues yo no he sido)” o “El Robobo de la Jojoya”, que, siendo más actuales que la que nos ocupa, sobreviven peor al implacable paso del tiempo. De chaval más o menos me gustaban ambas, pero vistas hoy… las películas de Martes y 13 como dúo son lo peor de lo peor, carentes de gracia y con una sobredosis de chascarrillos propios de los humoristas que ya son de otro tiempo (ergo, no funcionan).
Sin embargo “Ni te cases ni te embarques” aguanta algo mejor por varios factores, a saber; su intencionalidad. Quizá las películas al servicio de humoristas son un producto que se explotó más en los 90, por lo que en “Ni te cases ni te embarques” todavía no existía del todo ese pensar de convertir secuencias directamente en sketches, así, en lugar de tener una película de Martes y 13, tenemos a Martes y 13 en una película. Se trata de uno de esos films concebidos por Bermúdez de Castro para forrarse que, sí, está protagonizado por Martes y 13, pero que funcionaría igual de bien protagonizado por Antonio Ozores, Juanito Navarro o Raúl Sender, por ejemplo. Es ese tipo de cine de comedia español de los 80, solo que con el aporte juvenil y gamberro de Josema, Millán y Fernando.
Por otro lado, el estilo de los humoristas aún no se había definido del todo en 1982 —estaban empezando en verdad—, no eran ese muestrario de tics y chascarrillos que volvía loca a toda España y, aquí, podemos decir que más que haciendo humor, que lo hacen, están asumiendo la faceta de actores que coleaba desde sus inicios. Martes y 13 venían de tener una formación actoral, pero, sin duda, el que más se luce en esta película como tal es Fernando Conde, que se come a los otros dos caricatos con patatas. Asimismo, tenemos a un todoterreno tras las cámaras como es el director Javier Aguirre, rentando su profesión con las películas de Parchís en ese momento, haciendo un break para una cosa un poco más pequeña destinada a los cómicos de moda, mientras que en su tiempo libre le da a lo que realmente le gusta, que es el cine experimental. Tiene un guion endeble que él no ha escrito, pero coloca la cámara donde toca y dirige a los actores de manera más bien correcta, sin que se le rasguen las vestiduras por ello y sin hacer ningún esfuerzo. Otra cosa es que en el montaje hicieran el desbarajuste maravilloso que es esta película a nivel argumental, cuyo resultado el espectador no tiene en cuenta porque, al fin y al cabo, y aun siendo más cine que otras muestras posteriores del subgénero, el público natural, que es España entera, disfruta de los parabienes de Martes y 13 en una película.
Otro punto a favor, y que también se estilaría en productos del mismo corte a posteriori, es que, aunque es una película al servicio de unos cómicos muy famosos, se aprovecha para introducir a otros menos populares. Así, si en los vehículos para lucimiento de Chiquito de la Calzada teníamos a Bigote Arrocet acompañando al malagueño, en esta tenemos a una estupenda Beatriz Carvajal absolutamente desmelenada, interpretando a una gallega como ya solía hacer en sus intervenciones televisivas de la época. Añádanle una suerte de reparto de actorazos de primer orden haciendo los roles secundarios, como puedan ser Agustín González, Amparo Soler Leal, Alejandro Enciso o Luis Barbero. También tenemos por ahí a un niño pequeño que molesta a nuestros protagonistas y no es otro que Juan Diego Botto.
O sea, que al final "Ni te cases ni te embarques" se prodiga como una película muy divertida y desenfadada con la que uno se echa unas risas.
Aludiendo a la picaresca española, la cosa va de tres jóvenes parados que, para subsistir, tienen que recurrir a pequeños timos que siempre les salen mal. Hasta que un buen día, tras una serie de circunstancias, deciden abrir una agencia matrimonial, la excusa perfecta para que se sucedan toda suerte de disparatadas situaciones. No hay más.
Tontorrona y facilona, la película contiene desde gags muy graciosos hasta otros bastante vergonzantes, pero siempre dentro de un campo de acción agradable y entretenido, que se torna genial cuando roza lo políticamente incorrecto —mezclar un mismo gag discapacidad y homosexualismo, como sucede en un determinado momento,  no es moco de pavo — y eso que del humor del grupo no hay más que pinceladitas.
Se estrenó en el mejor momento de Martes y 13 como trío (antes de convertirse en fenómeno social tras la marcha de Fernando Conde) y llevó a los cines a una marabunta de personas, casi 800.000, sin que la película llegara a trascender en el imaginario popular como sí lo hicieron las que vendrían ya en su época de esplendor. Asimismo, Millán, en sus memorias “En mis 13”, decía que no se había hecho buen cine para Martes y 13 y esta película era una muestra de lo poco que se confiaba en ellos para el medio, diciendo que no les dejaron meter mano ni en el guion, ni en la dirección, ni en la elaboración de gags… ahora les digo yo ¿no presumís de que erais actores? Pues ahí tenéis una película en la que interpretáis, hacéis humor, y la paleta de colores es tan amplia que os desenvolvéis con trabalenguas, slapstick , humor visual y textual, por obra y gracia del equipo del señor Bermúdez de Castro, que por aquella época ya viajaba en "Rolls Royce". Yo creo que es un trabajo del que sentirse orgulloso más que del que renegar visto lo visto.
A reivindicar y redescubrir como la estupenda obra de derribo que es.

jueves, 31 de diciembre de 2009

EL ROBOBO DE LA JOJOYA

La reseña de hoy no es casualidad, y los más veteranos sabrán por qué. Dentro de unas horas se acaba el 2009... y tal día como hoy, hace ahora ya unos cuantos añitos, este era, para mi y para una buena parte de las Españas, un día muy especial, ¡¡¡el del programa de fin de año de "Martes y 13"!!!... que garantizaba total y absoluto descojoncio. Yo era muy fan de "Martes y 13", es decir, de su segunda encarnación y ahora, pasado todo este tiempo, puedo decir que realmente era fan de Millán Salcedo. El otro, Josema Yuste, siempre fue un actor más o menos limitado, Millán tenía la comicidad en la sangre y fue el que realmente revolucionó el sarao con sus chascarrillos y tics. En esa etapa el dúo cómico estaba en la cresta de la ola, y era inevitable que saltaran al cine -no cuentan aquí sus trabajos como trío o sus aportaciones ajenas al universo "Martes y 13"- de la mano de un "especialista" en esta clase de tácticas como era Álvaro Sáenz de Heredia (quien también firmaría los vehículos de Chiquito de la Calzada y era el autor de una nada habitual comedia de acción producida en la España de los 80, "Policía", con Emilio Aragón y Ana Obregón). Primero estuvo "Aquí huele a muerto (pues yo no he sido)", que fue un exitazo, y luego esta de la que les hablo hoy, "El robobo de la jojoya" (¡¡¡que gran título!!!). Por lo visto la cosa no funcionó tan bien pues no hubo una tercera. Yo vi ambas en el cine, en compañía de mi madre (los dos éramos grandes fans de "Martes y 13"), y curiosamente durante mucho tiempo vivía convencido de que la buena era "Aquí huele a muerto...", pero ahora tengo mis dudas.
Durante el intento de robo de una joya muy valiosa, dos ladrones de poca monta son testigos de un asesinato del que se les culpa injustamente. Van directos a la cárcel, pero planean escapar y demostrar su inocencia... además de volver a intentar robar la joya.
Es cierto que "Martes y 13" funcionan mucho mejor en el reducido espacio del sketch y que tenerlos durante 80 minutos haciendo gala de todo su catálogo de gestos y ruidos puede llegar a cansar un poquillo... pero solo eso, un poquillo, porque a decir verdad, me he reído mucho repasando esta peli y, mayormente, gracias a Millán, que está que se sale. A diferencia de lo que ocurría con "Aquí huele a muerto..." en "El robobo..." la pareja cómica hace más papeles aparte de los protagonistas, cosa que se agradece. El tono del humor, de los secundarios y sus roles casi de caricatura, del atrezo, etc... es muy deudor de los comics de Ibáñez, que es la típica -y única- referencia tebeística que podría tener alguien con la mentalidad de Sáenz de Heredia. Digamos que "El robobo..." es como el "Mortadelo y Filemón" de Javier Fesser, pero sin toda la parafernalia estética-modernilla... bueno, esta comparación es bastante injusta, porque antes me quedo sin dudarlo con la de "Martes y 13" (que me parece más honesta).
Se nota que hay muchas improvisaciones, algunas de ellas muy caóticas (hablan todos a la vez y casi no se entiende) y otras muy graciosas (ese sincero "¡Hala, ni puto caso!", que Millán suelta en el probador). Sin embargo, el tono general es bastante desmadrado... hay escenas que terminan aparentemente antes de lo que deberían, descuidos notables (en la segunda exposición en la que se muestra la joya, no vemos ninguna clase de seguridad!) e ideas de moral cuestionable (al final los protas se vengan de los malos, pero sin demostrar su inocencia ni pollas, ¡roban la joya y se van a vivir al Brasil!, hala, tan contentos). La verdad es que "El robobo de la jojoya" es una peli entretenidilla, se aguanta bien, pero gracias a "Martes y 13" o, mejor, a Millán Salcedo... con "Los Morancos" de prota, no la hubiese soportado.
Completan el reparto la siempre morbosa Anabel Alonso, Esther del Prado (¡¡¡que estaba como un queso!!!!... por cierto, ha sido portada precisamente del "Interviu" de este diciembre que termina... pero entre la edad y la silicona, ha perdido mucho), todo un mito del cine de género, Fernando Bilbao, otro que tampoco era manco en ese aspecto, Tito García, y una aparición especial -y muy chorra- del antes mentado Emilio Aragón.
Ea... ¡Feliz 2010 a todos!.

lunes, 27 de marzo de 2023

LA CORTE DE FARAÓN

De 1910 data la opereta, zarzuela, o musical —llámenlo como quieran— “La corte de Faraón”, escrita por Miguel de Palacios y Guillermo Perrín y con música de Vicente Lleó.
Se trata de una obra absolutamente inofensiva ambientada en Egipto y cuyos numeritos musicales recuerdan más a una revista de vodevil, que a una epopeya bíblica, y la característica principal de “La corte de Faraón” consiste en unos numeritos musicales picantones en cuyas letras abundan los dobles sentidos y las insinuaciones sexy por parte de las vicetiples que los interpretaban. La cosa, hablando en plata, va de un pastor virgen, un meapilas llamado El casto José, al que se quieren tirar todas las mujeres que se cruzan en su camino. Una chorradita que servía para entretener al público aunque, dicen, verdaderamente contenía mensajes velados de alto contenido político.
Años después de su estreno, la censura decidió prohibir directamente la obra, porque, según ellos, era un canto a la concupiscencia que se mofaba del caudillo, del orden establecido e incluso de Dios. En consecuencia, la obra no se volvería a representar durante años.
“La corte de Faraón” cobró su fama de manera incluso internacional, motivo por el que se adaptó al cine en México donde no vieron ningún comportamiento ácrata en la misma, en un film del año 1944 dirigido por Julio Bracho y para el lucimiento de primeras figuras mexicanas de la época.
Y por fin llegamos a la película española de gran éxito en el momento de su estreno, 1985, que en lugar de adaptar directamente la obra, recrea una situación en la posguerra  en la que un grupo de teatro representa “La corte de Faraón” sin haber pasado previamente la censura. Un censor del clero que se encuentra en el teatro, denunciará la situación, y la policía se llevará a toda la compañía detenida. En comisaría, el comisario les irá interrogando con el fin de averiguar si la obra que han interpretado es o no es antifranquista.
Se trata de un intento por parte de José Luis García Sánchez de emular, como viene siendo habitual en la mayoría de sus películas, el cine de Luis García Berlanga, compartiendo pluma con Rafael Azcona y rodeándose de la creme de la creme del cine español en lo que a actores se refiere.
Pese al enorme éxito de su momento y ese reparto absolutamente maravilloso — a saber: Fernando Fernán Gómez, Agustín González, José Luis López Vázquez, Antonio Banderas, Luis Ciges, Quique Camoiras, Juan Diego, María Luisa Ponte y Antonio Gamero (además de la repelente de Ana Belén)— no es una película que haya resistido bien el paso de los años y la cosa se torna rancia, desfasada y salvo algún momento francamente divertido (como la escena del “descapullamiento”), con tanto numerito musical de corte popular y un montaje tosco que tira de flashback al corte — por lo que a veces cuesta un poco detectar si es un flashback o si es que está avanzando la historia—, acaba resultando un poco pelma. Y es que, desengañémonos; la obra de “La corte de Faraón” de los años 10, opereta, tan atrevida y osada, tan política que la censura tuvo que prohibirla, como la zarzuela, la copla o la música ligera es un género muerto, de otra época. Y quizás en 1985 todavía quedaran generaciones del pasado que supieran apreciarlo o modernos del momento que lo reivindicaran por esnobismo, pero, a mí en la época, siendo niño (y ahora en mi mediana edad) me parece completamente insoportable. Entonces, una película que incluye en su metraje la obra completa original ocupando un 75% de la misma, se pueden imaginar ustedes lo desesperante que se me puede llegar a hacer. Se soporta, como ya he dicho, gracias a los momentos divertidos de entre medias, que son los menos.
Realmente lo que me ha instado a revisar una película que no me ha gustado nunca especialmente, es la lectura del libro “No se lo digas a nadie: Historias secretas de Martes y Trece” en el que cuentan que esta película aparece en sus vidas justo en el impás que sufrieron cuando convinieron que Fernando Conde abandonara la agrupación cómica para irse a hacer teatro. Como Josema y Millán se consideraban actores antes que cómicos, y como estaban en un momento de gran popularidad y decidiendo que hacer con Martes y 13 tras la marcha de Fernando, García Sánchez les ofreció un papel en la película. Pero hay algo que no cuaja, porque Josema tiene un papel de gran importancia, casi de protagonista, mientras que a Millán se le concede uno nimio, casi en calidad de extra —no me quiero imaginar el cuadro de envidia y la lucha de egos de esos dos durante la filmación—. Y, quizás por el nivel de los actores que tienen a su lado, sus presencias se antojan sosas, incluso molestas. Es una lástima, pero “La corte de Faraón” es la muestra de que ni Josema ni Millán son buenos actores si los sacas de sus roles de Martes y 13. Se supone que sus papeles en esta película servían para desmarcarse un poco de su imagen de humoristas, para ver sí podían ganarse la vida como actores si finalmente Martes y 13 desaparecía, pero ninguno de los dos puede abandonar los tics, muecas y gestos que les hicieron populares. Josema actúa como en un sketch cualquiera de sus especiales televisivos, mientras que a Millán, que sale poco, tienen que eliminarle en montaje el exceso de “millanadas” que, intuyo (y se nota además), a buen seguro hizo durante su interpretación, incapaz de olvidarse de que era Millán.
Por suerte para ellos, poco después del estreno de la película, se decidieron a continuar con Martes y 13 sin Fernando y, en el especial de fin de año no se les ocurrió otra cosa que inventar in situ el sketch de “La empanadilla de Móstoles”. El resto es historia. Y como fuera, lo cierto es que mientras que el dúo permaneció en activo, el cine español no les volvió a ofrecer una película (con excepción de las concebidas para su lucimiento como cómicos). Y con la disolución del grupo… casi tampoco. He dicho casi.

lunes, 14 de julio de 2008

LA LOCA HISTORIA DE LOS 3 MOSQUETEROS

Es muy posible que esta reseña le pegue más a mi compañero Víctor que a mi, por su fanatismo hacia el director de la misma, Mariano Ozores. Sin embargo, tras debatirlo durante horas con ayuda de café y tabaco, decidimos que me encargaría yo, por dos motivos, uno, variar, dos, que fui devoto fan de sus protagonistas, Martes y 13 (aunque más en su reencarnación como dúo, todo sea dicho).... y, joder, porque al fin y al cabo el cine de Ozores también me gusta y le respeto mucho como creador.
Corrían inicios de los 80. Mariano había pegado muuuy fuerte con su "Cristobal Colón, de oficio descubridor", y en España se pusieron de moda las parodias de época con aires a lo "spoof movie" (con, probablemente, Mel Brooks a la cabeza). Ahí están títulos como "Juana la loca... de vez en cuando" o "El Cid cabreador" para corroborarlo. Precisamente, el mismo año de producción de estas, 1983, Ozores firma "La loca historia de los tres mosqueteros" (un título menos cañí y más propio de Hollywood... o de los títulos que en España se le ponían a las comedias gamberras yankis. El original, finalmente cambiado por imperativos comerciales, era el vistoso "Los Tres Mosqueteros... y pico", lástima que no lo usaran), moviéndose de nuevo en el terreno de época, repleto de anacronismos (motos que, cual caballos, echan mierda por el tubo de escape), pero dejando de un lado la Historia propia para fijarse en la ajena, y de ficción, caso de la novela del Sr.Dumas.
El film no deja de ser un vehículo para su trío protagonista, que entonces vivía la primera de sus dos épocas doradas (un año antes protagonizaron "Martes y 13, ni te cases ni te embarques", bastante menos inspirada), dato este que sobresale básicamente gracias a que junto a Josema y Millán tenemos a Fernando Conde, el famoso tercer Martes y 13 que abandonaría el grupo para dedicarse a la interpretación "seria" (en cosas como "Monster Dog" y, según aportó Víctor, otras pelis de Mariano Ozores), justo antes de que este triunfara como dúo y pariera algunos de los gags más míticos de la comedia española (¡¡Paca Carmona!!). En "La loca historia de los tres mosqueteros" asoman ya algunos de los tics inmortales que harían célebres Martes y 13 en su segunda vida artística, sobre todo por parte de ese monstruo llamado Millán, pero poco, en esencia el trío se limita mas bien a repetir lo mejor que pueden el guión de Ozores (y Juan José Alonso Millán, quien participó en TODAS las parodias históricas citadas hasta ahora) y tirar de chistes político-sociales, de aquellos que solo hacían gracia en ESE momento, y que son sello inconfundible de su director.
A pesar de todo, "La loca historia de los tres mosqueteros" es un divertimento total, se ve en un pis pas (realmente su ritmo resulta endiablado), te ríes bastante (a lo que ayuda, como no, las geniales aportaciones de Antonio Ozores, siempre hilarante) y, eso, que pasas un buen rato, sin mayores complicaciones. Además, gasta un póster cojonudo.
Es evidente que en aquellos tiempos Ozores vivía, gracias al mega-exitazo de su Colón, un más que buen momento, ya que la peli hace gala de bastante opulencia... vamos, que al director le dieron mucha pasta. Y según informa mi amigo, y experto, Olid, no se arrepintieron, pues funcionó de perlas en la taquilla.

miércoles, 24 de agosto de 2011

ADIÓS TIBURÓN

En 1996, ya separados “Martes y 13”, Josema Yuste creía que en solitario se iba a comer el mundo, y para demostrarlo nada mejor que con una película donde lucirse, lejos de esa lacra que para él era el gran Millán Salcedo. Y con el ¿saber hacer? del director de "Maki Navaja, el último choriso", Carlos Suárez, rodó "Adiós Tiburón". Fue un fracaso absoluto y la carrera de Josema Yuste ya no volvió a ser la misma. Lástima que para Millán Salcedo tampoco, aunque este, al menos, mantuvo cierta dignidad dedicándose al teatro.
Es lógico que "Adiós Tiburón" fuera un fracaso; es una película torpe, lenta y cruda, elementos estos que el espectador medio de “Martes y 13” no sabría apreciar de ninguna manera. Además, que las cosas como son: “Martes y 13” era Millán. El otro solo un mero comparsa.
Un bróker, al que le van las cosas de maravilla, decide invertir todo en el laboratorio de un “mad doctor” que ha creado un fuerte fármaco capaz de curar la depresión, con la mala suerte de que palma sin dejar la formula secreta al descubierto, lo que lleva a su empresa a la quiebra. El bróker es despedido y despojado de sus posesiones, y en búsqueda de una solución, acaba en un hospital donde se sucederán toda suerte de situaciones surrealistas.
Bien, antes he dicho que al publico medio obviamente esta película le parecerá un coñazo. Y lo es, es aburrida, Josema fuerza un estilo de humor que no se le da bien, y para colmo de males, imita, impúdicamente, los chascarrillos que hicieran famosos a “Martes y 13” en su día, pero pertenecían a Millán.
Pero a mí, ME HA ENCANTADO, precisamente por todos esos elementos que le hacen ser una mierda, y por las cotas de surrealismo, algunos dirían (en el mejor de los casos) que deudoras de Jardiel Poncela, yo digo que fruto de la casualidad más absoluta, y que consiguen que una película que pretende tener un humor mas o menos inteligente, deje a un lado todo elemento gracioso y termine siendo un producto de lo mas sórdido. Todo ello gracias a la falta de medios. La ambientación por ejemplo. No hay nada más lúgubre que el despacho en el que despiden a Josema, con una mesa de madera y ni un puto cuadro. La iluminación, que yo diría es natural, le da a la película entera un aspecto raro. Está todo oscuro, como si siempre fuera de noche, máxime en las escenas del hospital, que es donde transcurre casi toda la película. Podrían pertenecer a cualquier slasher ochentero, solo que cambiando los acuchillamientos por carreras en silla de ruedas en los pasillos. Vamos, le falta el canto de un duro para producir mal rollo.
No me olvido de la horrorosa banda sonora a base de sintetizador barato, o el tema principal, una canción salsera horripilantemente interpretada por el propio Josema.
En el reparto, además de su egocéntrico protagonista (con cara constante de estar renovando el humor español) tenemos a José Sazatornil en un doble papel, Quique San Francisco, Benito Pocino, Ane Igartiburu (con la voz doblada), Remedios Cervantes (doblada también), el entrañable abuelito Lazaro Escarceller (el del Maki) y a un memorable Agustín González, haciendo de Agustín González, y comparsa de las sandeces sin gracia de Josema.
Una película más rara que un pie, solo recomendable para amantes del cine más extremo, que destila suciedad por cada uno de sus fotogramas, y hay que reivindicar, porque en el fondo, a pesar del olor a mierda, es, en cuanto a trama, formas, maneras, aromas, texturas e intenciones, única en el cine español
.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

CEMENTERIO PAL´PITO

Es gracias a un amigo común del staff de AVT, Fernandito, que he podido ver esto que se trajo de Chile. A la gente cercana que viaja a Sudamérica, les gusta traernos audiovisuales autóctonos, que le vamos a hacer…
CEMENTERIO PAL´PITO, no es una película. Es uno de esos vídeos, que también se estilan aquí en España, como aquellos de EL HUMOR DE TU VIDA donde se hacía un recopilatorio de gags de los cómicos de marras, se montaba todo a modo de un solo vídeo y se vendía en VHS o también ahora en DVD. Quizás no eso concretamente, pero si parecido.
“Dinamita Show”, vendrían a ser, por lo que tengo entendido, el equivalente Chileno a “Martes y 13”, salvando mucho las distancias y con la consabida diferencia de idiomas; “Dinamita Show” hablan una jerga totalmente indescifrable para mi… aun así, les veo cierta gracia. A nivel éxito serían el equivalente a “Martes y 13”, pero a nivel humor, yo los veo mas al estilo de “Los Hermanos Calatrava”, ya saben: uno de los individuos es el que demuestra cordura, y el otro, el desquiciado que le da siempre un doble sentido a lo que dice el cuerdo. Una cosa ya muy trasnochada.
El vídeo, es un espectáculo en directo, que van entremezclando con una serie de gags muy cortos y tontos, en los que hacen de enterradores y que suceden, en su mayoría, en un cementerio, de ahí el título del vídeo… ahora, no me pregunten que quiere decir “Pal´ pito”, porque no tengo ni pajolera idea…
La cosa, con paciencia, se deja ver. Incluso hay gags tan estúpidos que provocan carcajadas (al menos a mi… pero es que yo tengo debilidad por estos productos) y hasta sentimos simpatía por los desgraciados que a fin de cuentas son esta pareja cómica.
Eso si… ¿Se acuerdan del magnifico gag de “Mi marido me pega” de “Martes y 13”? bien, pues aquí sale ese mismo gag, alargado en tres trozos, pero con el mismo desenlace. El video es de 1991, así pues, saquen sus conclusiones.
No es la primera vez que veo los mismos gags en distintos cómicos españoles y sudamericanos, lo cual da mucho que pensar…
En el caso que nos ocupa, está claro que los plagiadores, son estos Chilenos. Lo de “Mi marido me pega”, es una genialidad de Millán, muy de Millán, y que estos plagiaron, vete tu a saber como. Tendrían antena parabólica o algo…
Con todo, una gran curiosidad.

jueves, 27 de septiembre de 2012

MUERTOS DE RISA

Esta película de la que hace ya más de 13 años de su estreno gozó de una campaña comercial que la hizo gozar de un fuerte taquillaje en su primer fin de semana, que luego se fue desinflando a medida que pasaban los días, porque no ofrecía el despiporre que prometía.
A mi en su momento la película ni fu ni fa. Sin embargo, tras su reciente visionado, no solo he aprendido a apreciarla, si no que además digo sin despeinarme, y aunque por prejuicios me pese, que es la mejor película de Alex de La Iglesia.
Y el secreto radica en que, dentro de un entorno de comedia, estamos ante un drama descarnado aderezado con unas gotas de acción, pero sobretodo, estamos ante una película con muy mala baba.
Cuenta la historia de Nino y Bruno, dos desgraciados que por avatares del destino acaban convirtiéndose en la pareja cómica más famosa de toda España. Y todo va muy bien y gozan del éxito hasta que la envidia mutua que come por dentro a ambos cómicos, hace que se puteén el uno al otro durante toda la película, hasta que se acaban matando.
Pues quizás sea una película adelantada a su tiempo. Anoche disfruté mucho de su visionado, no solo por su historia bien construida, por la solvente dirección y un acabado prácticamente impecable, si no también por unos diálogos brillantes, y unas interpretaciones magistrales. Si, no lo recordaba, pero lo cierto es que tanto El gran Wyoming como Santiago Segura, están los dos muy bien. Quizás sean las mejores interpretaciones de sus ya descendientes carreras.
Y si bien igual se exagera un poco, si que es cierto que puede que sea el caso parecido de las parejas de humoristas de nuestro país, cuyas relaciones personales acaban como el rosario de la aurora, como bien es sabido en casos como el de “Martes y 13” cuyos integrantes no se pueden ni ver, o más palpable, el caso de “Cruz y Raya”. De hecho es una película casi premonitoria. En ella, el personaje de Bruno en un momento de la película, busca un sustituto para continuar con su número cómico y pasar a llamarse “Bruno y Tino” y años después del estreno de la película, Josema Yuste se unió con Florentino Fernandez para hacer algo muy parecido a lo que hacía en “Martes y 13” junto a Millán Salcedo. En el caso de Cruz y Raya, por todos es sabido que José Mota continúa su exitosa carrera en solitario, mientras que Juan Muñoz, es ninguneado haciendo bolos por salas de fiestas de nuestra geografía.
Así pues, y detalles al margen, estamos ante una película muy interesante, muy cabrona y divertida, que quizás por adelantada a su tiempo, no fue tratada como se merecía, pero que mereció mejor suerte.
Además cuenta con cameos de Josema Yuste, Bigote Arrocet, Iñigo, Uri Geller, y Lusson y Codeso.

sábado, 13 de marzo de 2010

LA GUERRA DE LOS NIÑOS

La primera de las películas de "Parchís" viene con el aval que supone tener tras las cámara a Javier Aguirre, curioso realizador con una extensa filmografía en la que conviven por igual películas de corte ultra-popular -como estas de "Parchís" o, por ejemplo, "Soltera y madre en la vida", alguna de Paul Naschy ("El jorobado de la morgue", "El gran amor del Conde Drácula"), una con Martes y 13 ("Martes y 13, ni te cases ni te embarques"), Landismo puro y duro con "Una vez al año ser hippy no hace daño"... sin olvidarnos del gran "Torrebruno" y su "Rocky Carambola"- con cortometrajes de corte radicalmente experimental ("Espectro Siete: 7 objetos luminosos y 5 complementarios") para nada comerciales, en los que predominan el manejo de los colorines al compás de incomprensibles soniditos. Una carrera y una actitud envidiable que le coloca a la cabeza de los directores españoles que a mí me pueden llegar a interesar.
Y estas “guerras de los niños” reportaron mucho dinero a Bermúdez de Castro y demás productores, que veían en el grupito de sosos críos el cuerno de la abundancia.
Sin hacer referencia en la película a "Parchís" propiamente dicho, como sí ocurría en la anteriormente reseñada, Aguirre se quita de un plumazo a los dos “Parchises” más bobos, Gemma y Oscar (rubito de cara angelical posteriormente sustituido por repelente pelirrojo, Frank…) y, siendo Tino, Yolanda y David los protagonistas, les suma la presencia del gordo Rodrigo Valdecantos (que debía ser familia de alguien de la producción) haciendo de Carlitos “El Flaco”, quien prácticamente, y a posteriori, termina siendo el personaje más querido, y autentico protagonista de las pelis de "Parchís" (memorable la escena en la que, destornillador en mano, fuerza la cerradura de una pastelería y se la come entera).
"Don Matías" es el director de buen corazón de un colegio publico, en el que si las familias no andan bien de pasta, no les cobra la cuota, por lo que un empresario, "Don Atilio", le expropia los terrenos. "Parchís" y "el Flaco" harán todo lo imposible para evitarlo.
Lo que me llama la atención de esta primera parte de los avatares de "Parchís", es que es tremendamente violenta. Hay una escena en la que el perro “Superman” ataca al ayudante de "Don Atilio" y, acto seguido, acuden los "Parchís" a darle una paliza, tirándole al suelo y dándole patadas y puñetazos. En el visionado de anoche me dejó cuanto menos impactado. "El Flaco" resuelve todos sus problemas rompiendo un palo de madera en la cabeza de cualquiera que se pone en su camino y, durante todo el metraje, ¡no dejan de delinquir!, lo mismo dan una curra a alguien, que roban vehículos, que secuestran a un tío y lo torturan físicamente, lanzándole flechas al estomago y cortándole mechones de pelo a tijera. 
En definitiva, un producto que, a pesar de los años, de los momentos edulcorados y del babosismo, sigue entreteniendo, gracias en parte a que no se abusa de las canciones, escogidas con lupa, y se da prioridad a una buena historia y a unas situaciones del todo estimulantes para los niños…. y para los tipos raros como yo.
Además del dominio del tempo del que hace alarde Aguirre, por supuesto.
En el reparto dos de las hermanas Hurtado, Manuel Alexandre y el gran Ricardo Merino.

domingo, 22 de julio de 2012

COCAÍNA

Esta es una de esas películas ignotas y malditas del cine español, una rareza de aquellas inencontrables, hasta que alguien que posee una de las pocas copias que existen la ripea, la comparte en Internet, y ya deja de serlo, cosa que por otro lado yo agradezco, porque por fin puedo verla tras largos años de inútil búsqueda. Y es que es una rareza de aquellas fascinantes.
“Cocaína”, la dirige y escribe Jimmy Giménez Arnau, co-fundador de la revista de humor “Hermano Lobo”, corresponsal de guerra, y actual comentarista del corazón en televisión (por si alguien no sabe quien es, y no comprende la bizarrada de la propuesta), en colaboración con un tal Julio Wizuete.
Para más marcianada, decir que el protagonista es un Josema Yuste pre- Martes y 13, que ya deja entre ver algunos tics y maneras de lo que sería su estilo cómico en un futuro. Y si ya cuento que también aparece haciendo un papel Alfonso Ussia, apaga y vámonos, amén del papelito que se reserva el propio Giménez Arnau.
La película es rara de cojones. Muy cercana al cine Underground de los setenta, en algunos momentos parece un documental mondo (nos cuentan con pelos y señales lo que es la cocaína usando voz en off y material de archivo), y en otros es tan cercana a las películas primigenias de John Waters, que parece difícil que la similitud sea solo una casualidad.
No tiene un argumento propiamente dicho, está rodada de una manera muy extraña, mezclando conversaciones en plan estándar con imágenes sueltas, que junto con un tratamiento de la imagen de lo más cochambroso, le dan un look sórdido y raro, que desde ya convierte a esta cinta en una de mis favoritas.
A ver como hacemos una sinopsis: Josema Yuste, interpreta a Mamón (¡), un adinerado vividor, que tras descubrir la droga llamada cocaína, decide poner en marcha el rodaje de una película sobre la droga en cuestión, por lo que decide volverse un experto en la materia, e investigar u experimentar con dicha droga. Durante el periplo, somos testigos de los delirios y cuelgues que sufren tanto el, como el equipo de actrices y drogadictos que contrata, con momentos surrealistas que rozan la pantomima, sin que finalmente comience el rodaje de esa película, cuando comienzan los créditos finales. Parece como si Jimmy Giménez Arnau, contara un poco su historia; Vividor caprichoso fascinado por las bondades –y las consecuencias- de la cocaína, que decide pegarse el capricho de hacer una película sobre el tema.
El hecho de que Giménez Arnau no sea un cineasta, confiere a la película ese maravilloso desastre audiovisual, que únicamente consiguen películas como esta o “Hot Milk” de Ricardo Bofill.
Curiosamente, la película dobla a todos sus actores con dobladores profesionales, con lo que resulta un tanto extraño ver a Josema doblado por una voz característica de los doblajes de los ochenta, imitando, casi a la perfección, los tonos de pijo, y el rollito “Martes y 13” que se trae Josema, que no para de esnifar durante toda la película. De hecho, no me extrañaría en absoluto - y seguro que ha de ser así- que la película entera fuera concebida bajo los efectos de la droga que homenajea.
Un incunable. Una maravilla.

viernes, 18 de junio de 2010

LA VENGANZA DE IRA VAMP

Viernes de estreno. En unas multisalas que programan la película, la más grande, entro al pase de las 18:00 h. tras el de las 16:00 suspendido por falta de espectadores. En el mío, una parejita de adolescentes -que ha abandonado la sala poco antes de la hora de proyección-, y yo, que he entrado con invitación. No corren buenos tiempos para el cine en general, y mucho menos para el de Álvaro Sáenz de Heredia.
Sin embargo, he salido de la sala con una satisfacción moderada. Sabía muy bien qué tipo de película iba a encontrarme y me la he encontrado, ligeramente mejor…
"Lord Winston" decide casarse con una conocida cantante de ópera después de tres años de la muerte de su esposa, "Lady Ira Vamp". Pero su mansión está llena de cuadros, estatuas y recuerdos de la tipeja que incomodan tremendamente a la nueva esposa del Lord. Esta será atacada por un licántropo que la transformará en bestia peluda. Como dice Chiquito en la película, toca “quitarle la dentadura al lobooorl”.
Hay que recordar que la película es la adaptación de una obra de teatro cómica interpretada por Josema Yuste y Florentino Fernández, en un intento medio fallido de resucitar el humor de “Martes y 13” pero sin Millán. Así que la cosa es parecida, pero no.
Siendo pues una obra de teatro adaptada, vemos secuencias eternas en las que Josema y Flo sueltan todo tipo de chascarrillos, algunos deudores de “Martes y 13” y otros más de Florentino, pero en definitiva con esa esencia.
Pero si te centras y escuchas con atención los montones de diálogos que componen la película, la cosa está hasta entretenida, a eso súmenle efectos especiales muy dignos y la presencia de Chiquito de la Calzada, que se lleva uno de los mejores momentos.
A destacar los cuatro papeles que hacen Flo y Josema donde lo bordan, sobre todo el primero de ellos, al que odio a muerte pero que, sin embargo, en esta película, con todos sus registros y su manera de entonar muy a lo actor de doblaje, me ha sorprendido gratamente, demostrando ser un gran actor cómico a pesar de lo antipática que se me hace su presencia.
No está mal del todo, no señor. Muy superior a lo que De Heredia nos tiene acostumbrados.
¿Qué se creían, que iba a hacer una mala reseña de esta peli?...¡Ni de coña!
Y es que, favoritismos a un lado, como comedia se defiende muy bien.

sábado, 25 de mayo de 2013

ALADDIN

Probablemente esta sea la película de Disney que más veces he visto, también es mi preferida de la factoría del ratón, y es que su mezcla de humor, amor y números musicales, hacen de ella una muy buena comedia para todos los públicos. Mucha de la culpa la tiene el Genio, que en su versión original doblaba Robin Williams, y que en España le puso voz una parte de Martes y 13, en este caso Josema Yuste, quien afortunadamente no metió ningún chascarrillo propio, algo que más adelante paso con la horrorosa El Espantatiburones (película de Dreamworks) con un Fernando Tejero poniendo una voz lamentable y diciendo eso de “Un poquito de por favor”. Pero como digo, en Aladdin esto no se dio, e incluso se respetaron imitaciones que hace el Genio que aquí no son conocidas, como cuando sale como Los Tres Chiflados, o como presentadora de TV que retransmite un desfile, que imagino seria alguien conocido en USA pero aquí nada, y bien podrían haberle puesto la voz de María Teresa Campos o algo así, pero por lo visto Disney dijo que no, que esas mierdas ellos no hacen, y gracias a dios. Aunque hay una pequeña localización, y es que cuando el Genio imita a Ed Sullivan, aquí hacen una mezcla de voz entre Jesús Hermida y José María Carrascal, es tan mínimo y tan fugaz, que casi pasa desapercibida. Otro de los dobladores famosos que tuvo su versión original, es la voz del loro Yago,  interpretada por Gilbert Gottfried, que igual por nombre no caéis quien es, y aunque os diga que sale en la saga de "Este niño es un demonio", no os digo mucho, y que ha hecho cientos de voces para dibujos y videojuegos, pues puede que tampoco ayude, así que simplemente ved su cara en Google imágenes y fijo que os suena. Estos dos son los actores más emblemáticos en este filme, o que al menos los que más vidilla le dieron a la película. Y es que en los extras del DVD nos cuentan como muchas coñas y gracias del Genio no estaban en el guion, sino que Robin Williams desvariaba frente al micrófono y les hacia tanta gracia que lo modificaron para que entrara en el filme. A ver no se me asusten, primero se graban las voces y luego se hacen los dibujos, así que no se piensen que los chistes de Robin Williams hizo que los dibujantes curraran mas, al revés, le dio muchas más ideas. También Gottfried metió sus propias chanzas, como cuando Yago hace una imitación de Jaffar, esto es algo que el bajito actor improviso en las sesiones de grabación. Luego que decir de las canciones, todas ellas maravillosas, gano dos Oscars, uno a mejor banda sonora y otra a mejor canción por “Un mundo ideal”. Me sé las canciones de memoria y es un horror ver la película conmigo, porque no puedo dejar de cantarlas, aunque lo intente siempre me arranco en algún momento.

De la historia que os voy a contar que no sepáis, chavalín que vive en las calles, que consigue una lámpara con un genio que le concede tres deseos, los planes del malvado Visir para convertirse en el Sultán, la joven princesa cansada de vivir encerrada en el castillo y humor, mucho humor, y algún que otro cameo de personajes Disney, como Pinocho o Sebastián, el cangrejo de la Sirenita. No es tan blanca como otras películas de Disney, aquí hay un par de momentos un poco (muy poco) violentos y alguna escena que puede llegar a asustar a los más pequeños, incluso se habla de muerte y decapitación, pero es de forma muy velada y casi sin consecuencias. De esta forma el mundo que se nos presenta es más real pero los niños tampoco se traumatizan. Pero dejemos los malos rollos a un lado, estas películas de Disney son siempre para pasar un rato agradable, que los niños canten y bailen y puede que aprendan alguna lección, o no, que eso tampoco es lo importante, lo importante es que se diviertan, y yo no me he aburrido nunca viendo esta película. Eso sí, las secuelas son la peste, huyan de ellas, pero esta, esta es Genial (¿lo pillan, lo pillan? Genial --> Genio, juajuajua, no, no, a la sala acolchada otra vez no, noooooo….)

domingo, 8 de agosto de 2010

LA NOCHE DE CINE INCONEXO 5

Sí, lo siento Spawn... ¡¡pero no puedo esperar más a que decidas levantar tu culo del sofá y venirte a uno de nuestros video-encuentros sociales!!, lo de ayer FUE sin lugar a dudas una nueva sesión de cine inconexo, algo imposible de negar teniendo en cuenta las películas que nos zampamos.
Perrerías, ocupaciones creativas y otros menesteres de mejor -pero pesada- catadura fueron los motivos por los que ayer Sábado, solo eramos tres "seres humanos" situados frente al televisor. El número más escueto de todas las Noches de Cine Inconexo. Estábamos Fiverjofre de "Nekrofilmicos", Goblin de "Criticonos" y un servidor de.... ustedes. ¿Significa ello que hubo menos coña y diversión?, ¡para nada!, el nivel fue muy parecido al habitual, con el añadido de disponer de más espacio vital para gozar de la comodidad y, claro, ese maravilloso aire acondicionado. De hecho, el desmadre fue incluso mayor, ya que directamente a ratos desconectábamos de la película -especialmente mis compañeros- y nos poníamos a parlotear de trivialidades varias.
Pensé que sería todo un detalle por mi parte seleccionar a modo de arranque una peli generosa en carnes femeninas, y del pack de material disponible destacaba por méritos muy propios "La mansión de los muertos vivientes", una de las inevitables odas al "nada" firmada por don Jess Franco con su incomparable no-estilo. Muchas muchísimas tetas de todo calibre (por un lado la apetitosamente rolliza Lina Romay, por otro, una actriz con edad de ser madre... incluso abuela, que daba un poco de grima), números lésbicos, paseos interminables y... ah si!, de vez en cuando una versión "Toys R´Us" de los templarios de Ossorio jodiendo la marrana. Leeeenta y aburriiiiida a matar, pero ¡eh!, es Jess Franco ¿que esperábais?. Mis compañeros, cabrones ellos, se pasaron la sesión cagándose en mi estampa, a pesar del generoso catálogo de chochos... ¡¡putos ingratos!!.
La siguiente la sugirió el golfo de Goblin, la in-famosa "Birdemic: Shock & Terror", una peli que ya se ha hecho un nombre como "tan mala que es buena (O tan mala que es peor, como decía uno en youtube)", como "una de las peores películas de la historia" y auténtico carrusel de cachondeo y diversión allí donde se proyecta. Hay que puntualizar que la vimos en inglés a pelo, y estoy convencido que de haber entendido más su contenido oral el descojoncio/alucine hubiese sido el doble. Pero la verdad es que incluso muda y sin audio, "Birdemic" no puede ocultar los d/efectos que la han catapultado a la fama. Amigos, menudo pedazo de incompetencia enlatada. Nada está bien hecho en ella, todo es incapacidad. Incapacidad de mover la cámara, de montar, de sonorizar, de actuar, de dirigir, de lograr convincentes efectos especiales, de dotar de ritmo a su incapaz guión... de verdad, necesitaría de un libro para detallar todo lo que es un desastre en este producto casero bendecido por la suerte (aunque igual haya sido maldecido, ¿quien sabe?). En esencia se podría resumir como "una copia de "Los Pájaros" rodada por un retrasado mental". ¿Lo peor del mundo?, no... he visto mucho material igual o aún más mal parido (y todo de habla hispana, por cierto), pero está claro que esta cosita merece un puesto de honor en el top ten de cagadas rancias. De hecho, es TAAAAAAAAAAAAN tremendamente negada que no paramos de debatir si estaba hecha así a posta, como parte de un plan, un montaje, o su inutilidad era honesta. Incluso dedicamos un rato a investigar por la red, pero de nada sirvió, no hallamos una respuesta satisfactoria.
Así pues, lo lógico era terminar la velada con algo más normal, de más calidad, y teniendo en cuenta el nivel, ese puesto incluso podía ocuparlo "Monster Dog", producida por Carlos Aured, dirigida por Claudio "Troll 2" Fragasso, con Alice Cooper, Victoria Vera y el tercero de "Martes y 13", ¡toma exotismo!. Perros locos y nada convincentes hombres lobo de goma para un film que, aunque se esfuerza en mantener la dignidad estilística, no deja de ser el típico ladrillo videoclubero.
En el camino se quedaron "La Casa 5" (o "Beyond Darkness", otra obra de arte del Sr.Fragasso) y "La noche del cometa".
Después de ese baño de crueldad (lo de vernos una en versión original fue especialmente duro) lo humano era apagar el televisor y, arrastrando nuestras pupilas, dirigirnos hasta el hogar a reposar. Las neuronas pedían clemencia, y se la dimos... pero que no se acostumbren, que los atracones de cine chungo seguirán. ¿Y los que se lo pierdan?, ¡¡peor para ellos!!.

lunes, 6 de junio de 2022

UNA BALA PARA EL NÚMERO UNO

“Una bala para el número uno” tiene un asombroso parecido argumental y estético con una de las buddy movies más populares de los 80, “Arma letal”, y mientras la veía recientemente por primera vez, llegó a pasárseme por la cabeza que esta película no era más que un vulgar exploit tratando de canibalizar el éxito de la película de Richard Donner. Sin embargo, a no ser que el guion se filtrase en los despachos de la Cannon previamente a rodar “Arma letal” (tal y como ocurriera con "Rambo" - "Desaparecido en combate"), no puede ser más que una más de tantas coincidencias existentes en el mundo del cine, teniendo en cuenta que “Una bala para el número uno” se estrenó en las salas de USA a finales de febrero, mientras que “Arma letal” lo hizo un par de semanas después en Marzo de 1987.
Pero mientras que “Arma letal” es buena, “Una bala para el número uno” es más bien ratonera. Y es que, al que se le ocurrió que Robert Carradine podría ser un buen candidato a héroe de acción, habría que matarle. Tampoco tiene química alguna con su partenaire Billy Dee Williams, el poli negro que responde a todos los estereotipos del poli negro en las buddy movies de segunda regional.
Cuenta la historia de un policía violento, irracional y excesivo, Nick Barzack (Carradine), que anda tras la pista de un poderoso narcotraficante llamado Da Costa, en un caso que nunca se acaba de cerrar. En la otra mano tenemos a su compañero Hazeltine, cabal, culto, seductor y músico de jazz en sus ratos libres (Dee Williams). El primero está traumado tras su separación matrimonial y en consecuencia hace la vida imposible a su ex y espanta todos los ligues del segundo.
Un buen día su departamento les encarga resolver un caso de drogas y nuestros hombres comenzarán con la investigación jugándose el pellejo en un buen montón de situaciones, hasta que, lo que descubren, no les hará demasiada gracia…
Todo esto a ritmo de disparos de escopeta, persecuciones aéreas o a pie de calle, mientras en la mejor tradición buddy movie sueltan chascarrillos en los momentos más inoportunos. Casi parece una película concebida para James Belushi. ¿Coincidencia? En absoluto. Tras “El Rector” la Cannon le había echado el ojo a Belushi ya que el tipo de películas que él estaba protagonizando para los estudios encajaba como anillo al dedo en el tipo de productos que, como churros, facturaba la Cannon. Golan y Globus contrataron al actor con la idea de fabricarle una película a la medida, así que se pusieron manos a la obra dejándose asesorar por Belushi que, como se trataba de una película con la que colaboraría estrechamente, metería mano en el guion adaptando los diálogos a su propia manera de actuar, por lo que firmaría un crédito por el guion junto a los demás guionistas. Sin embargo, pronto los estudios llamarían de nuevo a la puerta del actor ofreciéndole un pastelito que no podía rechazar, un co-protagonista junto a Arnold Schwarzenegger en “Danko: Calor rojo” que, a posteriori, resultaría uno de los títulos gordos de su filmografía, así que dejó tirados a los chicos de Cannon con un proyecto concebido a su medida en el que él no estaría. Esto no amilanó a Menahem Golan que continuó adelante contratando a un director del Hollywood clásico, Jack Smight, también reputado realizador televisivo que en décadas anteriores había rodado películas tan célebres como “Harper, detective privado” o “El hombre ilustrado”. Smight tenía idea de hacer esta película con un joven actor que le parecía muy bueno llamado Denzel Washington, pero Golan rechazó la incorporación de este por ser un completo desconocido, ya que quería estrellas para la película. Así, las más asequibles eran Billy Dee Williams, que venía de interpretar a Lando Calrissian en la franquicia de “Star Wars”, y Robert Carradine, que venía de otra franquicia, la de “La revancha de los novatos”. Según Golan, estos actores eran los ideales por sus asumibles cachés y porque ambos eran reconocibles para el gran público. Sin embargo, Robert Carradine, con esa pinta de tontorrón, esa nariz  y esa dentadura enorme y descolocada, es la antítesis del héroe de acción, vamos, que no pega ni con cola en una película de persecuciones y tiros. Obviamente, nadie peor para hacer de tipo duro y por momentos roza lo ridículo. Como decía alguien en alguna opinión de las que he leído en Internet, parece que estemos viendo al Lewis de “La revancha de los novatos” estando muy cabreado.
Billy Dee Williams es mucho más solvente y queda bastante mejor en su papel, pero asimismo está desangelado y como con ganas de cobrar el cheque y largarse de allí lo antes posible. Del resultado de “Una bala para el número uno”, dice su director, que es una película muerta al nacer. Y se convirtió en una de las más ninguneadas y menos vistas de Cannon, que en nuestro país se estrenaría directamente en vídeo. No fue una cosa que dejara temblando a la factoría ya que, aunque no la vio demasiada gente, contó con un presupuesto nimio de 410.000 dólares… así que los comido por lo servido.
Sin embargo, se trata de una película que sin llegar a ser mala del todo (cutre sí, barata también, exagerada, poco creíble…), a mí me ha caído en gracia porque, en resumidas cuentas, está entretenidilla, y uno no puede parar de reírse en secuencias como cuando van nuestros protagonistas en avioneta para trasladar a un delincuente y un helicóptero les derriba, tomando Robert Carradine los mandos de la avioneta y haciéndola aterrizar sin ningún tipo de problemas, pese a ser su personaje policía y no piloto… o cuando este se infiltra en una feria mexicana y lo hace vestido de mujer con la intención de cazar a un delincuente que también está vestido de mujer. El resultado hace que, más que una película de acción, parezca que estemos viendo un sketch de Martes y 13. Así que, sí, pasamos hora y media bien hilarante.
Por cierto, el título original reza “Number one with a bullet”, cuya traducción literal sería “Número uno con una bala”. Esta es una especie de frase hecha yankie, una expresión muy utilizada en la calle y que vendría a identificar a alguien que destaca por encima de los demás en algo concreto. Algo así como llamar a alguien “el puto amo”. Como esa expresión tiene difícil traducción, los señores de Izaro Films, que se encargaban de la distribución de películas Cannon en España, le pusieron un título que anula todo el sentido a la frase hecha, pero que queda de lo más fardón: “Una bala para el número uno”, vamos, que coloquialmente podríamos entender que al mejor de todos, el número uno, se lo van a cargar de un disparo. También mola.

lunes, 21 de marzo de 2016

DE HOMBRE A HOMBRE

La transición, los ochenta, fueron sin duda una buena época para el cine español. Una época dónde lo que se imponía en el cine era la comedia porque, de siempre, y hasta los noventa, era lo que se nos daba bien en este país.
Por un lado teníamos a Mariano Ozores, Pajares y Esteso, llevando a millones de espectadores, al pueblo llano, a las salas a la vez que “El nuevo cine Español” capitaneado por Colomo y demás, se abría paso a codazos con sus aires progresistas y culturetas, mirando por encima del hombro ese cine populachero y comercial pero, ni por asomo, llegando a las cuotas de pantalla como si llegaban las comedias de Ozores –y clones- .
Sin embargo, entre medias, había otro tipo de comedia muy de los 80 que no dejaban ni un duro en pantalla, pero que eran verdaderamente entretenidas, e incluso, si buscamos bien, superiores a muchas de ambos subgéneros imperantes antes nombrados.
Películas como “La Miel” de Pedró Masó, “El poderoso influjo de la Luna” de Antonio del Real, entrarían junto con esta “De hombre a hombre” dentro de ese subgénero mediano.
Y quizás como consecuencia del éxito de aquellas películas protagonizadas por el niño Lolo García –y en particular la títulada “Dos y dos, cinco”, pese a que no fue un taquillazo-  Tito Fernández se dirige un guion de Joaquín Oristell, en el que se le coloca como compañero de tropelías de Fernando Fernán Gómez, al niño Jorge Nogera, ni la mitad de guapo, salao y gracioso que Lolo García y se cuenta la historia de un anciano que ante la irremediable decisión de sus familiares de meterle en el asilo, decide fugarse y vivir de ocupa en Galerías Preciados de Madrid (lo que ahora es la Fnac). Por otro lado, como sus papás curran demasiado y parece que no le hacen mucho caso, decide escaparse cuando le llevan de compras a dichos almacenes comerciales, quedandonse dentro del edificio y entablando amistad con el anciano. Un grupo de carteristas capitaneado por Fernando Conde –el tercero de “Martes y 13” que tenía un gracejo increíble y que no tuvo suerte en el cine tras su salida del grupo cómico. Demasiado encasillado, quizás- y un Súper Héroe llamado Silvestre Tex, serán parte importante de una trama en la que el niño protagonista, acaba siendo secuestrado.
Lejos de ser cine infantil ya que está destinada a un público meramente adulto, si que formaría parte de ese subgénero tan de la época al que llamaremos “pelis de niño con viejo” al que también se adscribiría, por ejemplo “Mi amigo el Vagabundo” de Jacinto Molina.
Se trata de una película muy agradable y entretenida, que al contrario que sus coetáneas, apenas congregó 40.00 espectadores a las salas, que hace pensar, como si de un abuelo cebolleta me tratase, que los ochenta fueron unos años de gran creatividad que dio a nuestra cinematografía un tipo de cine único, que jamás volveremos a ver. Y es que lo de ahora… pues como que ni de forma, ni de modo.

sábado, 23 de septiembre de 2023

EL JUEGO DE LA MUERTE / DEPORTE MORTAL

Cuando Roger Corman requería de nuevos cachorros a los que explotar en sus rodajes, con la excusa de una primera oportunidad laboral, corría a las aulas universitarias en busca de hambrientos estudiantes de cine. Rara vez confió un curre, especialmente la dirección de un largometraje, a un creador puramente autodidacta. O surgido de movimientos contra-culturales (por mucho que el cineasta se subió al carro de estos cuando el mercado lo demandaba, claro). Es lógico, Corman siempre ha sido un tipo bastante conservador, por lo menos en lo creativo, y no querría fichar a peña dispuesta a salirse del camino recto (la única vez que dio una oportunidad a alguien surgido del underground, se decantó por el más moldeable, menos arriesgado y rompedor de todos, Curtis Harrington) Era su manera de asegurarse el tiro. De no liarse con gente problemática, rebotona y que gastase ínfulas autorales, especialmente porque solía confiarles trillados y despersonalizados productos de género destinados a contentar a toda suerte de audiencias, les gustara o no. Aunque a veces la fórmula fallaba.
Ahí tenemos el sonado caso de Nicholas Niciphor. Cuando Corman vio sus cortos universitarios, se enamoró de él y raudo lo puso a las riendas de "Deathsport", "El juego de la muerte" en España (conocida también como "Deporte Mortal"), una especie de secuela en espíritu de uno de sus mayores éxitos setenteros, "La carrera de la muerte del año 2000". De hecho, contaba con el mismo protagonista, David Carradine.
Sin embargo, el rodaje fue un desastre. Niciphor se veía incapaz de controlar nada, probablemente por la imposibilidad de conectar con lo que estaba contando. No tenía puesto el corazón en el proyecto, incluso tal vez lo detestara... a él y al género al que pertenecía. Se sabe que, antes de aceptarlo, nunca jamás había oído hablar de Roger Corman y desconocía lo que significaba el término "serie B". Todo su conocimiento se limitaba a David Lean y Akira Kurosawa, algo muy propio de un graduado de la Universidad de Califronia.
Sus peleas con el elenco principal eran tal que Carradine llegó romperle la napia de un certero piño (aunque hay quien lo desmiente). Tras 21 días de rodaje, una barbaridad para los estándares habituales de Corman, este echó al aspirante (al que ocultó en los créditos bajo seudónimo de Henry Suso) y puso a su pupilo Allan Arkush como cabeza de buque. Pero "Deathsport" ya estaba condenada, a lo que no ayudaban mucho los excesos porreros de David Carradine y los cocaino-alcohólicos de la actriz, Claudia Jennings, quien palmaría muy poco después en un accidente automovilístico. Y hablando de accidentes, de estos hubo unos cuantos durante la confección de la película. Si la consumen atentos, serán testigos del más impactante, cuando un doble en llamas cruza demasiado cerca de otro figurante y, básicamente, le prende fuego. Este corre como un loco, se tumba frente a la cámara y llegamos a ver el humo del extintor entrar en el cuadro antes del corte. Jevi, jevi.
La cosa va de un futuro pos-nuclear. Los villanos de turno quieren entrar en guerra con la ciudad vecina, para lo que inventan unas "máquinas de la muerte" que no son más que jodidas motos mal tuneadas. La idea es convencer a la atontada plebe de su eficacia, así que se sacan de la manga unos juegos en los que se caza a "criminales" condenados. 
Pa  la ocasión, se han agenciado como presas a dos guerreros místicos que, claro está, les harán la puñeta. Escaparán pero serán perseguidos, en una carrera que no termina nunca y con la que acabas hasta el gorro de ver motos subir y bajar colinas.
Teniendo en cuenta que el mega-hit "La guerra de las galaxias" lo había petado apenas un par de años antes, Corman quiso incorporar pequeñas cositas de este a su "Deathsport" (fechada en 1979), tanto ideas (la fuerza mística de la que se valen los guerreros), como estéticas (esas ropas blancas, esas espadas que, a falta de ser láser, son como de cristal) y sonoras (literalmente llegamos a oír la respiración de Darth Vader y los zumbidos de algunos cazas intergalácticos) Y el resultado pues.... bueno, es lo que es. Una cosilla muy cutrona, como muy dejada, en la que a ratos asoma la risa involuntaria y cierto tedio, pero tampoco nos induce al suicidio. Con un poco de paciencia, se deja ver y hasta resulta medianamente entrañable. En el momento de su estreno fue un batacazo tremendo y nunca pudo dar pie a la continuación que Roger Corman tenía en mente. Casi mejor. Aquello no lo iban a salvar ni Arkush (que se avergüenza de ella) ni un milagro.
Al villano le pone -quemado- rostro nuestro querido Richard Lynch. Una jovencísima Linnea Quigley corretea por ahí -no acreditadamente- haciendo de cortesana. El todoterreno Gary Graver se encarga de la fotografía. Y nada menos que Jerry Garcia de "The Grateful Dead" colabora en la banda sonora, gracias a la conexión de Allan Arkush con la música rock. Sin embargo, según he leído, su trabajo queda diluido entre sintetizadores.
En cuanto al patata de Nicholas Niciphor, lo intentó de nuevo poco después con una comedia ("Adiós mundo loco"), pero fue sustituido a medio rodaje, ¡¡gafe!!. No volvió a probar suerte como director nunca más, centrando el resto de su carrera en escribir guiones (
entre los más curiosos el "Tusk" de Alejandro Jodorowsky) muchos de ellos destinados al mercado Germano. Supongo que ya no le querían en suelo norteamericano y tuvo que buscarse alternativas... algo así como Brian Yuzna... ¡chas-pun!

A continuación, les dejo la caratula del VHS editado por Icaro. Obviamente, los dos barandas motorizados que posan al pie NO aparecen en la película (deben pertenecer a alguno de los muchísimos seudo-exploits de "Mad Max 2" paridos en Italia o Filipinas) Y, si se fijan, casi se diría que a la hora de escribir el apellido Carradine, han cambiado la C por una G, lo que nos trae a la memoria aquel célebre sketch de "Martes y 13" donde rebautizaban al actor como Guarradine. Probablemente solo sea un efecto visual... ¿o no?


lunes, 8 de agosto de 2011

GORILAS A TODO RITMO

Mis sucias retinas, ya están contaminadas y acostumbradas a todo tipo de infectos Films. Hay días, que tengo la total seguridad de que nada me va a sorprender. Gracias al cielo, esto nunca es así. Por los motivos que sean, siempre acabo dando con aquella película que me haga abrir bien los ojos, abrir la boca y llevarme las manos a la cabeza. GORILAS A TODO RITMO, es la astracanada mas grande que he visto en lustros. Es una estupidez supina. No concibo que alguien quisiera llevar a buen puerto una chorrada tan grande como esta. Y lo que es más gracioso, con unos niveles técnicos, nada desdeñables para lo que suelen ser estas cosas.
Una fotógrafa de acción, es enviada a la selva, con el fin de encontrar a un tal Freddy, un individuo que años atrás tuvo un accidente aéreo y se quedó allí convirtiéndose en una especie de Tarzán. Durante el periplo, La fotógrafa topa con una especie de aventureros/mercenarios, que se ofrecen a llevarle al lugar donde se supone está el “Tarzanete” de marras, pero con la verdadera intención de cazar gorilas.
A priori, el argumento no es para nada desquiciado, o delirante, pero los diálogos, situaciones y chistes que se suceden entre medias, si que lo son, pero además, llevados al extremo en cuanto infantilismo y tontería.
Para empezar: Los gorilas a los que hace alusión el título; son señores disfrazados, pero además sin ningún tipo de disimulo, y cada vez que estos hacen acto de presencia, suena una musiquilla humorística que acompaña sus cucamonas, con lo que queda patente, que la intención es la de que este hecho haga gracia. En otra secuencia, en plena expedición, la fotógrafa y el líder de los mercenarios se topan con un enorme negro de tribu con el atavío correspondiente que se está partiendo el culo. Este momento me hizo especial gracia, por lo demencial del asunto: El negro se queda mirando al mercenario y le dice “Por favor, quédese con mi mujer” y acto seguido, comienza a contarle chistes de lo mas machistas y políticamente incorrectos. “Quien es este payaso”, dice el mercenario. Por otro lado, el tal Freddy –presente en el título internacional de la película, FREDDY OF THE JUNGLE- es un viejecillo hecho polvo que saca moya teniendo nada más que pellejo, y que se dedica a hacer shows selváticos para los turistas. Las cotas de surrealismo se multiplican, cuando comprobamos que cuando nuestro protas llegan al poblado, este representa una corte romana llena de amazonas con toga y todas esas parafernalias. Añadan a esto, diálogos estúpidos, montones de imágenes de archivo sacadas de algún documental, el grupo de mercenarios que parecen los “Village People” (uno con parche, un indio, y un tartamudo, son los mas destacados), un poco de destape y situaciones tan tontas, que son inenarrables. Todo esto, bañado con la historetita de amor de turno entre la fotógrafa y el hijo del Tarzán hecho polvo, que si se la hubieran ahorrado, eso que hubiera ganado la película.
En definitiva, la chorrada mas grande que ha parido madre. Hay que verla, pero si no se ve, tampoco pasa nada.
Rodada en Miami, montada con brío, no del todo mal dirigida y presumiblemente rodada en Inglés, en el reparto tenemos a Victoria Vera como la fotógrafa, el mitiquísimo Frank Braña como el jefe de los mercenarios o Alejandro de Enciso (MIL GRITOS TIENE LA NOCHE, MARTES Y 13 NI TE CASES NI TE EMBARQUES) como el mercenario tartaja.
Dirige la función, un tal Sebastian Almeida, un hombre de cine, sin demasiados trabajos destacables, según Imdb.

martes, 17 de enero de 2012

SEVILLA CONNECTION

La única película protagonizada por “Los Morancos de Triana”, es a su vez, la ultima película que dirigió José Ramón Larraz súper habitual por aquí, y sin lugar a dudas la peor de su carrera con mucho, a pesar de que en la misma predominan los ñordos. Y es que, siendo yo defensor de las comedias de Larraz ( LA MOMIA NACIONAL, POLVOS MÁGICOS, JUANA LA LOCA… DE VEZ EN CUANDO), no se si por la poca gracia de los afamados cómicos que la protagonizan (cualquier Andaluz es igual de gracioso que estos dos… o sea, nada), o bien porque verdaderamente a SEVILLA CONNECTION no hay por donde cogerla, la verdad es que anoche me costó HORRORES el completar el visionado de esta ponzoña, en el que abundaron los bostezos y la irritación de ojos, pero en ningún momento las carcajadas.
De hecho la película data de 1992, y este tipo de productos funcionaba en salas quizás más de lo que lo hiciera el sub-género en los 90, de muestra las protagonizadas por “Martes y 13”. Sin embargo, la película de “Los Morancos”, que todavía están en activo y gozan de un éxito de cojones, no funcionó exactamente bien. Y tampoco me extraña.
Benny y Johnny, son dos policías Sevillanos adiestrados en Miami, que son reclutados por la policía de Triana para investigar un caso de tráfico de drogas y armas en plena Expo 92.
Esa sería la sinopsis. Entre medias montones de gags sin gracia, idas y venidas de los actores a no se sabe donde, escenas de acción rodadas con el culo, y en general, dejando al espectador la sensación de no saber muy bien que es lo que está ocurriendo a cada momento. Ahora ¿Acaso lo sabían los artífices del film?
El caso es que los títulos de crédito comienzan con imágenes de “Los Morancos” haciendo el gamba por Miami. Es decir, que esas escenas se rodaron en genuinamente allí… ¿Por qué? ¿Qué necesidad había? El resto está desarrollado en Sevilla, y los títulos de crédito, créditos son… pero quizás, y tiene toda la pinta, José Ramón Larraz quería imitar el estilo de las películas policíaco-cómicas en la ultima época de Bud Spencer y Terence Hill, como DOS SUPER-POLICÍAS o DOS SUPER-POLICÍAS EN MIAMI, cuyos títulos de crédito se parecen bastante a los de este pedazo de mierda. Todo es posible en el mundo de las “explotation”.
Un desbarajuste supino sin ninguna gracia ni interés, en el que lo único que destaca es el poder ver,  fuera de temporada, rostros conocidos de la comedia o el fantástico Español como Antonio Gamero, José Lifante, Alfonso del Real o Jack Taylor, que apenas dice dos palabras en toda la película, haciendo el rol de un norteamericano.
Por lo demás, que quieren que les diga, pero esto no sirve ni para darle de comer a las hienas. De hecho, nunca gozó de mucha popularidad, ni con la fiebre “revival” existe guapo que se atreva a reivindicarla 20 años después de su estreno. Y no seré yo el gilipollas que lo haga.

viernes, 2 de abril de 2021

¡ESTO ES UN ATRACO!

Después de la Ley Miró, Mariano Ozores se vio obligado, visto que ya no podía estrenar en salas, y bajo producción de Carlos Cascales, fundador del mítico sello de distribución videográfica Olympi, a rodar sus películas con presupuestos ínfimos -aunque  seguía rodando en 35 mm, al contrario que otras muchas películas del sello que se rodaban en primigenio vídeo de la más baja estofa-, que luego serían explotadas en vídeo directamente para alquiler.
El negocio resultó rentable pero, también frustrante para Mariano Ozores que, si bien sabía el número de cintas vendidas en los videoclubes, no sabía el número de personas que alquilarían esos vídeos. A día de hoy, se calcula que el número de personas que alquilaron aquellas películas supera sustancialmente al número de espectadores que acudieron a las salas a ver las últimas películas de su etapa anterior en cine.
Así, de esta incierta etapa salieron películas que, ignorándose su condición de película videoclubera, se han convertido en clásicos menores de la filmografía de Mariano Ozores. Sirvan como ejemplo  “Los Obsexos”, “Capullio de Alhelí”, “Veneno que tú me dieras” o “Esto sí se hace”.
La lista de películas que Mariano Ozores escribió y dirigió para el mercado del vídeo ente los años 1986 y 1989 es encomiable. Además gozaron de gran éxito puesto que fueron justo los años en los que tanto Antonio Ozores como Juanito Navarro,  protagonistas de casi todas estas cintas, triunfaban, y a base de bien, haciendo numeritos humorísticos en el “Un, dos, tres, responda otra vez”, con lo que aprovecharon en las películas todos los chascarrillos y coletillas de los que hacían gala en el concurso televisivo.
De todas aquellas películas, entre las cuales las hay mejores y peores, destaca esta “¡Esto es un atraco!” que funcionó tan maravillosamente bien en su explotación en vídeo, que se decidió, un año después de su lanzamiento, tirar copias en 35 mm. para hacerle un reestreno en salas de cine, con lo cual, se trataría de la primera película de la historia del cine español que gozaría de una carrera comercial en vídeo, para después disfrutar de vida comercial en cine. Obviamente, el invento no era muy inteligente; estrenar la película cuando ya la habían visto en casa todos los fans del clan Ozores, no fue como se esperaba en un principio. No llegó a congregar más de 26.000 espectadores en los cines, pero ya es más de lo que se podía esperar.
La película es la mejor de cuantas Ozores rodó para el videoclub, si bien es cierto que aun aprovechando al máximo ese presupuesto bajo mínimos del que disponían, no sería, ni de lejos, una de sus mejores películas, pero sí  la más importante de aquella época.
La trama es interesante: Alguien convoca a cinco desahuciados para que, previamente entrenados, perpetren un atraco en el que sustraerán millones de pesetas en forma de lingotes de oro pertenecientes a algún potentado con tanto capital, que no lo echará de menos, lo que supondrá una solución total a sus problemas. Ataviados con trajes de bombero son adiestrados y, el día de autos, van viendo que todo se les está poniendo en bandeja cuando en un principio parecía una difícil misión. Pronto descubrirán que se trata de una jugarreta del potentado con el que nuestros cinco protagonistas tienen deudas pendientes.
Una película cómica que con tres pesetas que costó, acaba resuelta con eficacia, imaginación y mucho oficio, pero cierto es que en todo momento detectamos por todas partes esa falta de medios, echando de menos una producción mucho más holgada, ya que la película, la trama  y la historia lo pedían a gritos. “¡Esto es un atraco!” es una de esas películas cuyo bajo presupuesto, aún  bien capeado, le perjudica en lugar de beneficiarle.
Por otro lado, en cierto modo, las películas para vídeo de Ozores resultan ser muy libres, en el sentido de que a Ozores, por ejemplo, le gustaba la interacción de los personajes con el público, así que la película comienza con Antonio Ozores dirigiéndose a cámara y presentándonos un poco la película y el elenco protagonista.
Si la piratería en plenos ochenta era una minucia comparado con la que sufrimos antes de las plataformas digitales, Antonio Ozores aprovecha, dada su nueva etapa videoclubera y libre, para hacer que el protagonista principal sea propietario de un videoclub y, en medio del guion y sin venir demasiado a cuento, condene la piratería videográfica cuando su empleada le recrimina tener pocos títulos en las estanterías a causa de negarse a alquilar vídeos piratas. “Si no puedo mantener mi negocio de forma decente, cierro el establecimiento” o algo parecido sale muy claramente de la boca de Antonio Ozores en relación a este asunto. No deja de ser curioso, y hasta único, estas formas de romper la cuarta pared o introducir soflamas y/o ideas personales en el guion.
Básicamente la película se sustenta por un grupo de actores en estado de gracia, esquivando el bajo presupuesto feroz que les asola; Así, Antonio Ozores interpretando a Antonio Ozores está especialmente gracioso, enorme Fernando Conde, el tercer miembro (ex-miembro por aquél entonces) de Martes y 13, que haciendo un alarde de mimetismo absoluto, por momentos su interpretación recuerda a las del gran Andrés Pajares cuando trabajaba para Mariano Ozores, ya sea por inspiración o por instrucciones del señor director. Flavia Zarzo, hija del estupendo Manolo Zarzo, aprueba con suficiente una de las pocas intervenciones que hizo en el cine, mientras que Fedra Lorente, Ángel  de Andrés y Juanito Navarro ejecutan sus papeles al nivel  que se puede esperar de ellos. Por otro lado, para finalizar, decir que la película contiene algunas gotitas de destape, un destape que ya en 1987 estaba muerto, pero del que Ozores todavía parecía no querer desprenderse, quedando, esta vez sí, muy desfasado y rancio. Por lo demás, Ozores le echó ganas a la peliculita.
Hale, ya terminó la chapa de hoy.

martes, 20 de noviembre de 2012

CRIMEN EN FAMILIA

El jefe de una empresa de construcciones, es un hijo de puta redomado. Ultraderechista de los que pegan palizas, va armado, le gusta la caza y no tiene moral ninguna. Y se dedica a putear a su familia hasta límites extremos, a su mujer y a sus hijos, pegándoles, insultándoles, violando a su mujer… un hombre sin humanidad alguna. Hasta que un buen día, su familia, harta de sus vejaciones, planea asesinarle.
Ese es el sencillo argumento de esta película española, de cuando las películas españolas molaban. Y de los noventa y cinco minutos de peli, noventa nos muestran solamente las vejaciones a las que somete este individuo a todo el mundo, sobretodo a su familia, siendo el cenit de la aberración el momento en el que agarra violentamente a su mujer y anima a su guardaespaldas a que se la folle. Desde luego, es una película que está entretenida, que va al grano y se deja de gilipolleces. Aquí lo que interesa es poder ver a un actorazo como la copa de un pino luciéndose en un papel que le va de perlas: Agustín González haciendo de facha cabrón, está en su salsa, además que se trata de uno de estos papeles para demostrar que era un gran actor y no solo ese señor que se cabrea tanto en las españoladas. En “Crimen en famila”, da hasta miedo. Pero hacer un papel dramático de este porte, no le impedía a González hacer todo tipo de películas, sin importarle demasiado el valor cinematográfico o la calidad de estas, apareciendo en “Martes y 13, ni te cases ni te embarques” de Javier Aguirre, o en esa Infra-película rodada en vídeo para lucimiento de “El Fary” que es “Ojos sin luz” (Comentada en “Malas pero divertidas”) del infame Juan Alcázar.
Así que la película es él. El resto de actores no están a la altura en absoluto, así que cuando González no aparece en plano, la película cae en picado en todo momento. Tenemos a Cristina Marsillach, que trabajó en el cine por ser hija de quien era, pero la verdad es que es tan mala actriz, que aquí tienen que doblarla. Tenemos a Charo López, que está sobrevaloradísima y jamás resulta creíble, o a otro hijo de papá, Fernando Guillén- Cuervo, que si ahora es malo, en la época, de jovencillo, era aún peor.
Así que en resumidas cuentas, la peli, sin estar mal, mola porque vemos a Agustín González haciendo el bruto, soltando frases fascistas de llevarse uno las manos a la cabeza y tratando mal a todo el mundo.
Dirige la película Santiago San Miguel, en cuya filmografía, lo más destacable es esta peli.
No confundir con la película Yankie “Crimen en familia” protagonizada por Ryan Goslin y Kristen Dunst del año 2010.