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jueves, 25 de septiembre de 2008

UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES

Recuerdo que hace unos años un amigo y yo debatimos cual era mejor film de licántropos, "Un hombre lobo americano en Londres" o "Aullidos". Yo defendí la de Joe Dante con uñas y dientes. Pero ese mismo día, o al siguiente, me puse la de John Landis y tuve que reconocer la verdad: era, es, mucho mejor, a pesar del cariño que le pueda tener, y le tengo, a la del Sr.Dante. Y con el aún muy reciente visionado de ayer noche, lo confirmo.
Lo que más me sorprendió de "Un hombre lobo americano..." es el elemento pesadillas. De chaval me dieron mucho miedo, y es que aún hoy los malos sueños de un David Naughton todavía no consciente de su condición animal son muy inquietantes y, lo mejor, están introducidos en la peli como cualquier otra escena, quiero decir, no se ve primero al tipo durmiendo, o están rodadas con un look distinto... para nada, aparecen y desaparecen sin más, y en algunos casos no sabes que son eso, pesadillas, hasta que han pasado unos segundos (como la terrorífica y muy original masacre familiar). Cojonudo (aunque Landis reconoce que ese elemento está muy inspirado en Buñuel... en fin, ¡nada es perfecto!).
El resto de la peli es igual de redonda. Esa fotografía hiper-realista, la cámara que se toma las cosas con calma, y el mismo hombre lobo, al que vemos bastante menos de lo que hoy día sería normal (¡y es de látex!, bendito sea). "Un hombre lobo americano en Londres" es tremendamente entretenida, casi ni me di cuenta de que se acababa, me dije "¿Ya?". Tiene un ritmo tranquilo, pero no perezoso, y las secuencias en las que aparece la criatura son, en su mayoría, muy acojonantes, destacando el ataque en los páramos, puro cine de miedo (idem con el del metro).
Por otro lado, sorprende la inaudita (sobre todo para los tiempos que corren) mala hostia de John Landis, cebándose a conciencia con un personaje la mar de simpático y agradable (el mentado Naughton), que termina como todo hombre lobo debería. El desenlace es terriblemente trágico, pero magistralmente sobrio y conciso.
De los oscarizados efectos especiales de Rick Baker no hace falta hablar, todos los conocemos y admiramos. Son, junto a los de "La Cosa", de aquellos a los que el tiempo no hace excesiva mella, y demuestran que donde esté el látex y demás cachivaches, que se quite el resto.
Resulta curioso que David Naughton quedara para el resto de su carrera relegado a pelis segundonas (ese delirante "Hot Dog"), televisión o cameos por, justamente, el film comentado. También tenemos a Jenny Agutter, que además de muy buena actriz, es tremendamente guapa. Y por ahí pulula un Rik Mayall pre-"The Young Ones".
Lástima que la carrera de John Landis acabara yéndose a tomar por culo a causa del infame accidente durante el rodaje de "En los límites de la realidad", pues sus primeros films hacían presagiar que estábamos ante un cineasta repleto de talento y personalidad. Por todo eso, nunca pudo hacer SU segunda parte, sin embargo, algún listo produjo una de horripilante recuerdo, "Un hombre lobo americano en París".
¡Aaaay los grandes clásicos modernos del horror!.

sábado, 16 de mayo de 2020

MADE IN U.S.A.

Con "Made in U.S.A.", "The Kentucky Fried Movie" en versión original, hablamos de una de las comedias determinantes de mi adolescencia. Entonces andaba como loco con John Landis y el "spoof" según las artes de Jim Abrahams, Jerry & David ZuckerFue toda una revelación dscubrir que, antes de sus respectivos grandes "hits", habían colaborado en una película.
Estamos en 1977. Los
ZAZ triunfaban con su teatro en el que parodiaban cine, televisión y anuncios (el "Kentucky Fried Theatre"), mientras que Landis llevaba cinco años inactivo tras debutar con "Shlock/El monstruo de las bananas". Fue el productor Robert K. Weiss el que los fusionó para una película que suponía el traslado a la gran pantalla del humor del trío judío (únicos responsables del guion). Sin saberlo, estaban dando el pistoletazo de salida a la nueva comedia norteamericana que tan buenos frutos aportó de ahí en adelante. Aquel sentido del humor, surrealista, provocador, algo transgresor y eminentemente gamberro fue un auténtico revulsivo. Rodada con evidentes pocos medios, funcionó de perlas. Y el resto, como se suele decir, es historia.
Centrarse en su contenido es tan absurdo como ella misma. Básicamente se trata de una sucesión de gags de variada temática y duración, en los que, tal y como solían proceder con el "Kentucky Fried Theatre", hacen mofa de la televisión, la publicidad y el cine. Los hay brillantes y los hay menos inspirados. Aunque la coña estrella es la ya mítica parodia de "Operación Dragón". Dura más que la mayoría e incluye algunas de las mejores ocurrencias (la "sirena humana" todavía consigue hacerme derramar lágrimas de risa), sin desmerecer de esa otra desternillante guasa a costa de las "películas/series de juicios", "Courtroom".
Motivados por el éxito, los ZAZ pensaron en parir una segunda parte de "The Kentucky Fried Movie" que incluiría otra "parodia central" de alguna película popular de la época. Pero el colega Weiss les convenció para que olvidaran el formato de acumulación de gags y se centraran en convertir dicho sketch en un largometraje. Aquel fue el gen de lo que poco después se convertiría en "Aterriza como puedas". Y el resto es... pues eso.
"The Kentucky Fried Movie" llegó a España cortesía de "Weekend Video". Inexplicablemente, la habían desprovisto de algunos sketches (e, irónicamente, una imagen de uno de estos lucía en la parte trasera de la estrambótica caratula). El doblaje interfería mucho, demasiado, con citas a Madrid y al Pisuerga... pero, curiosamente, también contribuía a hacerla más divertida. Imposible no partirse el ojal con aquello de "Entle nosotlos hay un chinito cablón". Cuando fue pésimamente editada en dvd, le quitaron todavía más material. Afortunadamente, la edición yanqui lo lleva absolutamente todo. El film es tratado con la pleitesía que merece y cuenta con un audiocomentario entre Landis, los ZAZ y Weiss, así como entrañables imágenes del rodaje tomadas con una cámara de 8mm.
A pesar de su condición modesta, pueden verse algunos rostros y nombres populares a lo largo de la proyección: Bill Bixby, George Lazenby, Henry Gibson o Donald Shuterland. Forrest J. Ackerman se marca un cameo. Uschi Digard luce sus inmensas ubres. Evan Kim, la versión coñera de Bruce Lee, luego haría de compañero de "Harry Callahan" en "La lista negra". Los propios Zucker, Abrahams, Zucker interpretan a bastantes personajes. Landis aparece protagonizando un "stunt" (cosa a la que se dedicaba en su juventud y también hizo en "Un hombre lobo americano en Londres") y, esta vez, dejó el disfraz de gorila para el colega Rick Baker.
Uno de los aspectos más reconfortantes de "Made in U.S.A." es su humor políticamente incorrecto. Gags como la familia que convive con el hijo muerto a pesar de su avanzado estado de descomposición, ese legendario "Negros de mierdaaaaa!" (que en versión original se reduce a "Niiiigroooos!"), la imagen de una angelical niña junto a un enorme hombre de color en la misma cama ("Catholic High School Girls in Trouble") o la guasa con la manera de hablar de los personajes asiáticos, seguramente hoy día serían pasto de agrias y estúpidas polémicas. También sorprendía la carga erótica, especialmente con el sketch en el que una pareja fornicadora es espiada con gozo desde la televisión por los responsables de un noticiario (tres de los cuales son los mismos ZAZ). En aquella época, me sirvió incluso para darle al manubrio alguna que otra vez.
Con los años, y la inevitable decadencia creativa, Robert K. Weiss con "Amazonas en la luna" y David Zucker con "The Onion Movie" intentaron repetir la jugada. Mientras esta segunda se saldó con resultados algo irregulares, tal y como expuse en su respectiva reseña, la de las "Amazonas..." aún tenía cierta gracia. Además, conservaba casi intacta la estructura de "Made in U.S.A.", con una guasa central a costa de un género, en este caso la ciencia ficción de serie B de los años 50.
Como anécdota personal, dejen que les narre la ocasión en la que, estando un poco de moda a nivel local aquello de programar películas "trash" en un centro cívico y/o bar, un amigo mío decidió proyectar "Made in U.S.A.". Podemos decir que el muchacho no parecía comprender la diferencia entre una película "mala pero divertida", en la que el humor surge de forma involuntaria, y un "spoof" cuya función consiste, salga bien o mal, en provocar la risa de manera expresa. Aquellos pases se caracterizaban porque el público presente, fuese o no numeroso, se pasaba todo el rato increpando a la pantalla, soltando sandeces, tacos, etc. Supuestamente tal actividad debía acompañar a la peli, formar parte de la fiesta, pero muchas veces únicamente se transformaba en una molesta pared de ruido carente de ingenio alguno. Y así ocurrió con la película de Landis que, primero, fue tratada como una basura cuando, a mi juicio, estaba lejos de serlo. Y segundo, la metralleta de hostiles berridos imposibilitaba pillar los muchos gags verbales, por lo que difícilmente iban a entender los presentes que aquello era una genuina buena comedia. Tanto me cabreé, que me piré de allí para no volver. Creo que la experiencia me hizo replantear la validez de esa clase de eventos, cosa que a la larga tendría consecuencias.
Recientemente me animé a revisar este clásico de John Landis + ZAZ. Una parte de mi estaba convencido de que ya no me iba a funcionar igual, que me daría cuenta de que en realidad era bastante mala. Sin embargo, y a pesar de algunos chistes poco acertados, la disfruté mucho, me partí de risa con sus mejores ocurrencias ("Es duro y desdentado") y, vamos, que lo pasé pipa.
"The Kentucky Fried Movie / Made in U.S.A." sigue siendo estupenda en lo suyo.

viernes, 6 de mayo de 2011

CUANDO LLEGA LA NOCHE

Todos sabemos que tras los terribles incidentes de "En los límites de la realidad", la carrera de John Landis se truncó. No fue de un día para otro, aún le quedaba algun as en la manga ("Espías como nosotros" sería ese as), pero sí es verdad que su cine perdió toda la frescura, el color y el buen hacer previo al mentado accidente. Teniendo eso en cuenta, es muy probable que "Cuando llega la noche" sea la primera de sus películas flojas. Regulares. Las malas de verdad aún quedaban un poco lejos. De hecho, hasta ayer noche esta era la única peli de Landis -etapa buena- que no había visto. Desconozco el motivo, pero mi interés por ella siempre fue nulo... y de hecho, no la hubiera visto de no ser que mi hermano me prestó su copia y pensé "¿Por qué no?".
El prota de nuestra historia es un tio que lleva una vida gris. Su mujer le pone los cuernos, se aburre mortalmente en su curro... y tiene insomnio. En un paseo nocturno improvisado, se cruzará en la vida de la chica de turno, centro de una compleja trama policiaca. El muchacho decide ayudarla y, como suele pasar en estas cosas, termina implicado en todo el marrón, algo que devuelve a su vida la emoción por la aventura.
Lástima que dicha emoción no termine de traspasarse a la peli en sí misma. Arranca muy bien, pero en cuanto las cosas comienzan a complicarse, se vuelve monótona y repetitiva. Le falta garra, le falta vibrar... es sosa. Yo bostecé unas cuantas veces, la verdad. Finalmente lo más divertido de todo es ir reconociendo la increíble e interminable galería de caretos más o menos famosos que van cruzando por la pantalla en diferentes roles, algunos más destacados, otros sin frase. Mirando en el Imdb, estos son los más notorios para mi: Dan Aykroyd, David Cronenberg, Richard Franklin, Dedee Pfeiffer, Rick Baker, Paul Mazursky, Paul Bartel, Carl Perkins, Don Siegel, Jim Henson, David Bowie, Jack Arnold, Roger Vadim, Amy Heckerling, Lawrence Kasdan, Vera Miles, Clu Gulager, Jonathan Demme (quien, curiosamente, al año siguiente haría un film de parecida trama, "Algo Salvaje"), Carl Gottlieb y el propio John Landis en un papel de asesino. ¿Impresionante, no?. Junto a todos ellos, Jeff Goldblum y una guapísima Michelle Pfeiffer como absolutos protas de la función.
Da la sensación que con esta peli, Landis pretendía alejarse un poco de su estilo de comedia generalmente desmadrada, apostando por algo un poco más "reposado" y mezclado con unas gotas de "cine negro", a lo que contribuyen no pocas escenas de asesinatos y violencia, especialmente en el notable clímax final. No le salió bien.
Después de verla, comprendo por qué "Cuando llega la noche" es una de las pelis menores de su realizador.

domingo, 11 de diciembre de 2016

LOS FOTOCROMOS DE "EL MONSTRUO DE LAS BANANAS"

Aunque suene trillado, en mis años mozos fui fan de John Landis. Adoraba sus películas más míticas, comenzando por "Made in USA", pasando por "Un hombre lobo americano en Londres" hasta "Granujas a todo ritmo" (la vi con mi padre en el cine Aribau de Barcelona el histórico 23-F, al salir nos encontramos con un amigo suyo pegado a la radio que nos comunicó el percal), sin esquivar "Thriller" (con el que me cagué vivo!!) o "Espías como nosotros", que vi en vídeo junto a unos colegas de clase y nos partimos de risa. Sin embargo "El monstruo de las bananas" era la excepción, no me gustaba.
Se trataba de su primera primerísima película, realizada de modo ultra-independiente, con minúsculo presupuesto y por un Landis que, además de dirigir, interpretaba al gorila protagonista, metido en un traje diseñado por su amigo y genio Rick Baker. Pero me pareció un rollazo muy poco divertido. Y desde entonces no he vuelto a verla. ¿Cómo me sentaría ahora?. Se podría tirar de chiste fácil diciendo aquello de "No puede ser peor que todo lo que Landis ha rodado los últimos años", pero no lo haré, porque resulta que recientemente vi por la tele "Burke & Hare" y me sorprendió gratamente. Vamos, que no creo que John Landis haya perdido del todo su estrella, solo que, en fin, probablemente viva condicionado por quién fue en el pasado. Aunque incluso en esos dorados tiempos pariera una peli de la que no guardo grato recuerdo, pero sí algunos de sus simpáticos fotocromos.






lunes, 23 de noviembre de 2015

WIRED

“Ahora mismo tengo una caterva de brujas a mi servicio que arrojarán sus males de ojo sobre esa cosa. Espero que  “Wired” jamás se estrene y voy a poner todas mis energías en ello para conseguirlo, te lo digo honestamente ¡Que arda en el infierno!”. Con estas palabras –más o menos, que es una traducción mía- contestó Dan Aykroyd a una entrevista de la MTV, cuando le preguntaron sobre el proyecto en ciernes, “Wired”, la película inspirada en el Best seller que cuenta la vida de John Belushi, "Como una moto: la vida galopante de John Belushi", escrito por el prestigioso Bob Woodward.
Y es que pocas películas tienen una historia tan dura –y apasionante- detrás de sí como esta. Todo lo que Belushí tocó en vida, a su muerte lo llenó de tensión y mal rollo. Esa es mi opinión.
Resulta que si bien John Belushi no es un actor del todo conocido en España, solo los fans que en España pueda tener conocemos la existencia de esta extraña película, invisible, ignota y maldita, que no había forma de encontrar, hasta que un alma caritativa la colgó en la red. Antes de esto, la película era como si no existiese, porque amigos y familiares de Belushi, se encargaron de boicotearla usando todo el poder e influencias que estos tenían en Hollywood. Incluso, cuenta la leyenda, que James Belushi, hermano de John, iba videoclub tras videoclub alquilándola, no la devolvía, y así se fueron eliminando las pocas copias que se pusieron en circulación, al menos en Hollywood y Los Angeles, pero esto huele a bulo.
El libro de Woodward, “Como una moto, la vida galopante de John Belushi” que es como se tituló en España cuando se publicó por primera vez ¡25 años después de que lo hiciera en los USA! se convirtió en un best seller, básicamente porque contaba los fiestones que se pegaba Belushi, los rayajos que esnifaba y lo estúpido que era –estupidez supina que lo llevó a la muerte-, cosa esta que, no obstante, en Hollywood no gustó nada, y familiares y amigos del actor acusaron a Woodward de sensacionalista y explotador al presentarnos a Belushi como un personaje negativo y no retratar una imagen fiel –según sus allegados- del comediante. Lo mismo dijeron los familiares de Antonio Vega cuando se estrenó el magnífico documental “Antonio Vega, tu voz entre otras mil”, por lo que tiendo a pensar que los familiares -¿Qué van a decir?- no son muy juiciosos ni objetivos a la hora de hablar de los suyos y a fiarme más de los periodistas que han estado investigando años sobre las personalidades de estos, al fin y al cabo, yonkies. Argumentando que Woodward no pasó el manuscrito terminado a la viuda de Belushi antes de su publicación –y bien que hizo- el libro se ganó una muy mala reputación dentro del mundo de Hollywood.
Woodward, que tampoco era un angelito de la caridad, quiso vender los derechos de su libro rápidamente con el fin de que se hiciera una película y cobrar un sustancial cheque, pero en Hollywood, a este tío, lo mandaban a tomar por el culo rápido; ningún estudio quería producir una película en la que el malo de la misma, era el mismo Hollywood.
Finalmente, los derechos los adquirieron un par de productores independientes, que consiguieron 13 millones de dólares, lo que la convertiría en una película de bajo presupuesto. Se contrato a Woodward como asesor técnico y al director Larry Peerce, con mucha experiencia en telefilmes, pero más bien poca en largos para cine, así como al actor Michael Chicklis (“La cosa” en  Los 4 Fantásticos") que fue elegido tras un casting de 200 actores como el mejor de todos ellos para dar vida a John Belushi.
La película se rodó y ninguna distribuidora quiso hacerse cargo de ella para llevarla a los cines, ni las de los grandes estudios, ni las independientes. Woodward afirmaba que este boicot era debido a las fuertes presiones de Hollywood para no estrenarla, pero las distribuidoras decían que no se hacían cargo de ella, sencillamente, porque era una puta mierda. Finalmente una pequeña distribuidora consiguió sacarla en vídeo de manera reducida; pocas copias y en pocas tiendas. Un fracaso absoluto, para fortuna de los poderosos amigos y familiares de John Belushi. Aquí hay que creerse la versión de las distribuidoras, porque ajeno al boicot ejecutado por las personalidades de Hollywood , el festival de Cannes de 1989 la estrena dentro de su programación con una de las mayores expectaciones que tenía el festival en años. De hecho, el día del estreno, la entrada del cine donde se proyectaba se colapsó, colas interminables para las  poco más de 800 butacas con las que contaba el recinto. Bien, pues la película resultó ser tan espantosa, que a mitad de la proyección, ya se estaba marchando el público de la sala. Para cuando aparecieron los primeros títulos de crédito, la gente empezó a abuchear y a pitar a la película, como no se recordaba en mucho tiempo en Cannes. Tras esto, la película murió comercialmente. Quedó relegada al olvido rápidamente. Y aunque circularon copias a lo largo del planeta, la película nunca se emitió en televisión, nunca gozó de más ediciones en VHS de la que sacó esa distribuidora pequeñita, y nunca se editó en DVD.
Puede que en parte sea debido a ese supuesto boicot de los Belushi y compañía (capitaneado por Judy Belushi, Dan Aykroyd  y James Belushi), no lo ponemos en duda, pero lo cierto es que la película es mala a rabiar, una de las peores películas que se pueden ver, sosa, aburrida, mal montada, mal contada, sin ritmo alguno, sin coherencia ni argumento…y ni la más mínima gracia.
Y es que, aún basada en el libro de Woodward, la película es de lo más marciana y se toma unas licencias de lo más estúpidas: Se nos presenta a John Belushi en el deposito de cadáveres, y a partir de ahí, toma protagonismo ¡El fantasma de John Belushi!, que como si de “Cuento de Navidad” se tratase, es llevado por un taxista Portoriqueño –e insoportable- hacia momentos clave de su vida que se nos muestran a modo de flash back y sin orden ni concierto, de forma aleatoria, como si abrieran una página del libro al azar, y dijeran “Vamos a rodar esto mismo”. Para más inri, el propio Bob Woodward aparece como personaje, en una subtrama que más que aportar, ralentiza la acción, en la que este negocia con la viuda de Belushi el trasladar la vida de este a un libro. Y lo mejor de todo es que ni el fantasma, ni Woodward, están en el  libro original en el que esta mierda se basa. Un desbarajuste vaya. Al final la película es como un cochambroso álbum de cromos al que le faltan la mitad para completar la colección.
Por otro lado la mayoría de los protagonistas de la historia, no autorizaron su imagen para parecer en la película,  así que salvo John Belushi, el resto de protagonistas de la historia, o no aparecen – solo se les nombra-, o si lo hacen  es con el nombre ligeramente cambiado. Así Judy Belushi pasa a ser Judith Belushi, Dan Aykroyd pasa a ser Danny Aykroid,  los “Blues Brothers” pasan a ser sencillamente Los  “Blues” y John Landis, que aparece en la película, acaba siendo un director de cine sin nombre.
Yo acabo de verla con la expectación que requería el saber de su existencia, y aún sabiendo que era una película muy mala, no me podía esperar que lo fuera tanto. Me ha costado un imperio el no quitarla, porque, es que parece mentira que una historia tan intensa, con tanta miga, sea contada de manera tan aburrida y tan torpe. Sin ir más lejos, la escena en la que, estando Belushi absolutamente drogado en su caravana, es requerido por Jonh Landis para rodar en el set de “Granujas a todo ritmo”, es lo más vergonzante que he visto en mi vida. Landis acaba dando un puñetazo a Belushi que lo tumba; en la vida real, uno de los episodios más populares. Bien, pues la forma en la que se resuelve eso en pantalla y el como está montado, es para coger al director y al montador, despedirles y que no vuelvan a tocar celuloide en sus putas vidas.
Una película de mierda…Pero la historia que trae consigo es fascinante ¿a que si?
Michael Chicklis, el elegido entre 200 para dar vida a Belushi, resulta ser demasiado soso, demasiado guapo, demasiado alto y demasiado delgado para parecernos un Belushi creíble, además de ser un actor del montón que eso, si, se esfuerza por hacerlo lo mejor posible. En una entrevista afirmó que la vida de un actor es impredecible, puesto que un día se encuentra firmando el contrato de lo que se supone que será el papel de su vida en una película importante para, tras concluirla, no volver a conseguir papeles en un largo periodo de tiempo por culpa en concreto de ese papel. Está para matarlo, por no hablar del maromo que hace de Dan Aykroyd, Gary Groomes, más parecido a Chevy Chase que al larguirucho. De hecho, al verlo en pantalla  me creí que encarnaba a Chevy Chase, que dicho sea de paso en la peli solo aparece nombrado.
En definitiva, “Wired” no es más que una porquería que como curiosidad, obviamente, nos la satisfice, pero hay que pagar el alto precio.
A estas alturas de 2015 el proyecto del Biopic “Made in Hollywood” sigue en pre-producción; dudo mucho que llegue a realizarse y si lo hace, no creo que sea algo mucho más destacable que este, a juzgar por su reparto con Emily Hirsch como Belushi y Ryan Reynolds como Chevy Chase…

sábado, 25 de julio de 2009

ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO

Si hubo un director eficaz y solvente en los ochenta, ese fue John Landis, tipo al cual tanto el terror como (especialmente) 
la comedia se le daban muy bien. Casi todo lo que dirigió desde finales de los setenta son auténticos pepinazos, por lo menos por lo que mi respecta, hasta que llegaron los noventa y se hundió en un asqueroso fango del que nunca ha podido salir.
El caso es que, anoche, decidiendo qué película ver, recurrí a una “de las que nunca fallan” y, teniendo en cuenta que hacía mucho, pero mucho, mucho que no la veía, disfruté cual enano de "Entre pillos anda el juego".
Dos corredores de bolsa veteranos, forrados de pasta y huraños como ellos solos, mantienen distintas teorías: Uno dice que un buen ejecutivo es producto de una educación exquisita y un entorno agradable, mientras el otro opina que es una cuestión genética. Dichas teorías se basan en un empleado eficaz que trabaja para ellos (Dan Aykroyd). Pronto se topan con un vagabundo negro (Eddie Murphy) al que meten en prisión en un sin sentido. Deciden hacer una apuesta, convertir al negro en un prometedor "broker" a la vez que empujarán a su eficaz empleado (y eficaz "broker") a la vida callejera y criminal, con lo que se afirmará la teoría de que todas las personas son producto del entorno en el que crecen.
Que gran, gran película. Sin duda un clásico que, lejos de envejecer con el tiempo, mejora y deja claro el evidente hecho de que ya no se hacen comedias como las de antes. Todo es bueno en "Entre pillos anda el juego", el ritmo, la trama, los actores, los gags... una comedia redonda.
Por descontado, tras verla y entusiasmarme, estuve dudando si sería la mejor película de John Landis. La cosa se debatía entre esta y "Un hombre lobo americano en Londres". Obviamente, no puedo compararlas, las dos son muy grandes en lo suyo.
Lo que no entiendo es como un tipo que hace estas dos obras maestras (y "Made in USA", y "Desmadre a la americana", y "Granujas a todo ritmo" e incluso ¿por qué no? "Sangre Fresca") luego no es capaz de atinar con bodrios como "Oscar" o esa mediocridad que es "La familia Stupid". Ha pasado de ser un genio a ser un mierda. Que lástima.
Se que "El príncipe de Zamunda" está muy denostada, pero yo la defiendo. Además incorpora un cameo de los dos personajes que en "Entre pillos......" interpretaron Don Ameche y Ralph Bellamy, esta vez encarnando a vagabundos.
En fin, una película grande que me dejó un buen sabor de boca. Y un estilo de comedia que ya nunca volverá, a juzgar por las que se hacen ahora, donde lo que prima es la factoría Apatow, a años luz de los Landis, Reitman y demás "masters" de aquellos años. 
A continuación vi otra comedia, esta vez actual: "Una pareja de tres", con Owen Wilson, un perrito y Jennifer Aniston. Y no, no es que me esté haciendo viejo y cualquier tiempo pasado fue mejor, es que es un hecho que las comedias de entonces, eran mejores. "Una pareja de tres" es la mierda más grande y menos graciosa que he visto en mi vida.

miércoles, 3 de junio de 2009

DESMADRE A LA AMERICANA

Indiscutible clásico en su género, pieza inaugural de lo que sería la "nueva comedia americana" de los (finales de los 70 y) 80 (con toda la troupe salida de "Saturday Night Live") y primer film en su especie, es decir, cine de estudiantes salidos y gamberros. Todo lo que viste y has visto en "Porky´s", "Los Rompecocos", "American Pie" y etc, lo has visto aquí antes. Y mucho mejor.
Ayer noche decidí marcarme un "remember" viendo mi copia de VHS (grabada de vídeo a vídeo, como en los buenos tiempos). Disfruté de lo lindo. Ahí estaban esos gags memorables que ya han pasado a la historia: John Belushi reventando la guitarra, el caballo feneciendo de un infarto, las pajas con guantes higiénicos, la fiesta toga (acojonante la canción "Shout!". Literalmente me daban ganas de bailar... y a la vez, me preguntaba cómo era posible que en el planeta exista gente incapaz de gozar de films como este), las capacidades traqueales de Día-D, el vómito inoportuno sobre el rector y el clímax final, con la pandilla de "Delta House" reventando el desfile, entre otras muchas cosas. Citar al reparto y al equipo técnico plagado de astros del humor, futuras estrellas (¡si sale Kevin Bacon de chaval!) y futuros cineastas (Harold Ramis, ex-cazafantasma y filmmaker especializado en comedias mainstream) sería un currazo (¡busca en imdb!), nos centraremos en su director, John Landis, recién salido de "Made in USA", dándolo todo y batiendo dos récords, el de rapidez y el de taquilla. "Desmadre a la americana" (primer film respaldado por la revista satírica "National Lampoon", y en este caso era un dato genuino) fue un exitazo de tomo y lomo, uno que pasados todos estos años aún colea... es decir, todavía hoy la comedia juvenil sigue mamando de su teta.
Contar el argumento no tiene truco: La fraternidad más gamberra del campus en continua batalla con el malhumorado rector (ese gran John Vernon) y la fraternidad más nazi. Gamberradas, cachondeo, locura, sexo y borracheras. Donald Shuterland se marca un papel de profe porrero. A día de hoy sorprende descubrir 
qué otros actores quedaron fuera del reparto: Bill Murray, Chevy Chase y Dan Aykroyd. Imaginaos que llegan a decir "sí". Tremendo.
El exitazo de "Desmadre a la americana" (o "Animal House", su maravilloso título original) motivó el nacimiento de una serie de televisión fracasada (solo tuvo seis episodios) en la que repetían algunos actores y al personaje de Belushi lo interpretaba otro tipo. El propio John Landis se permitió un papelillo (para lo cual se afeitó su característica barba) en el que se enfrentaba con el mentado Belushi. La escena fue extirpada y destruida... pero alguien se tomó la molestia de recuperar algunas fotos y currarse una versión fotonovela que rula por la red (san google manda).
Lo dicho, clásico incunable que deberías ver ya si es que tienes el valor (o la desgracia) de no haberlo hecho todavía.

sábado, 29 de marzo de 2008

EN LOS LÍMITES DE LA REALIDAD

Estamos ante uno de esos títulos emblemáticos del cine fantástico de los ochenta por el que, siendo yo chavalín, sentía una fuerte atracción, al tiempo que temor, gracias a sus imágenes promocionales. Fue la película con la que descubrí a los "Creedence" (esa introducción maravillosa) y fue el film de inflexión para la carrera de John Landis que, después de "Thriller" (el video-clip de Michael Jackson producido el mismo año), cayó en picado a causa del famoso accidente sufrido durante el rodaje, en el cual el actor Vic Morrow falleció decapitado por un helicóptero (y junto a él, dos niños asiáticos). Landis acabó en los tribunales y todo aquello marcó definitivamente su talento, evaporándose por completo tras varios títulos maestros (que caen justo antes de "En los límites de la realidad") tales como "Made in USA", "Desmadre a la americana", "Granujas a todo ritmo" y "Un hombre lobo americano en Londres". Una pena.
Como ya es sabido por todos, el film homenajea a la famosa serie televisiva de Rod Serling, "The Twilight Zone" (aquí "Dimensión Desconocida", al menos en la tv3, que es donde solía verla yo) poniendo al día (al de esa época) varias de sus historias. Para ello, contamos con peces gordos tras las cámaras del calibre de Steven Spielberg, George ("Mad Max") Miller, Joe Dante y el mentado Landis. Casi ná.
Y empezamos por el principio, la infame epopeya que llevaría al pobre Vic Morrow a la tumba. Este interpreta a un mega-racista que, por aquello de la dimensión desconocida, termina dando varios garbeos por la Alemania nazi o el Vietnam en plena guerra, y es casi linchado por el Ku Klux Klan (con ayuda de John Larroquette en un breve papel). La historia es tontorrona, pero efectiva. Le sigue el padre de "E.T." que vivía su etapa más ñoña (lo que no significa nada malo, aunque en este caso si) y lo refleja en esta fábula sobre unos ancianetes que, por una noche, recuperan la infancia. Muy tierna ella, y la más olvidable. La que hace tres nos muestra a un Joe Dante en plena forma, recién adoptado por Spielberg, moviéndose alegremente en su universo al dar vida, forma y color a un mundo propio de Bugs Bunny, pero en maligno (le siguen sus inseparables Dick Miller y Kevin McCarthy). Un niño con poderes infinitos crea su propio hogar ideal, que es como estar viviendo en un dibujo animado a todas horas, hasta que se mete por medio una educadora y lo arregla. Y finalmente, lo mejor del pastel, el dulce por el que merece la pena la peli al completo, y lo raro es que la firma George Miller, un tipo que tampoco es que haya hecho nada del otro Jueves (salvo "Mad Max 2"). En ella, un histérico y genial John Lithgow vive un viaje infernal en un avión y en plena tormenta, cuando presencia por la ventanilla cómo un monstruo (un gremlin, y no es coña) va destrozando el aparato. Lo dicho, cojonuda, la mini-obra maestra del pack, con esa tremenda tensión acumulada, esa delirante manera de fotografiarla, algún que otro momento de verdadero miedo (cuando Lithgow abre bruscamente la ventanilla y se encuentra cara a cara con el bicho... atención al extraño pero efectivo -y fugaz- plano de los ojos del actor saliéndose de sus órbitas, efecto este que ya usó Miller en "Mad Max 2", justo antes de que el malo se coma un camión de frente) y las fabulosas imágenes de la criatura destrozando el ala del avión mientras los rayos le caen encima. Por cierto, ha sido un placer intrínseco para el alma gozar tanto en este episodio como en el anterior, de monstruos creados con látex y movidos mediante animatronic. Lo echaba de menos.
Las pelis de episodios no suelen gustar, dicen que al no poder seguir una historia lineal te aburres (y debe ser cierto, pues el film no fue exactamente un hit)... pero a mi eso no me pasa, de hecho, me gustan esa clase de films (sin ir más lejos, uno de ellos, "Creepshow", está entre mis diez favoritas... ¿para cuando una edición de lujo en dvd?) y será por eso que "En los límites de la realidad" me ha resultado un divertimento total que me ha pasado en un suspiro. Probadlo.

martes, 19 de mayo de 2009

EL SILENCIO DE LOS BORREGOS

El universo está repleto de enigmas, preguntas sin respuesta y grandes dudas. Pero, probablemente, la mayor de todas ellas, aquella que tortura a grandes y pequeños, sea esta: ¿Cómo es posible que un actor/director Italiano de tercera división lograra que los americanos le respaldaran en un proyecto nacido para morir y, encima, contara con la participación de algunos actores de bastante prestigio?. No hay solución para tal misterio, aunque uno puede hacerse una leve idea cuando entre los créditos descubre a Julie Corman (la señora de Rogelio) como productora. Ello no aclara, no obstante, la presencia de John Carpenter y Joe Dante en el mismo plano e interpretando un chiste barato de lo más zafio y tópico.
“El silencio de los borregos” mezcla los argumentos de “El silencio de los corderos” y “Psicosis” y puede integrarse tranquilamente en el “spoof”, pero línea chusquera, es decir, acumulación por acumulación de chistes, el 95% de ellos muy malos, y un leve 5% bastante simpáticos (“¿Le puedo ser franco?”, “Ah! Pensaba que usted se llamaba Joe!”) y mezclado al mismo tiempo con una concepción muy italiana de la comedia, donde prima redundar los gags, insistir en ellos hasta que pierden la gracia o explicarlos cuando uno ya los ha pillado a la primera. Que el prota se llame Jo Dee Foster (¡!), que Martin Balsam recupere su papel del detective de “Psicosis” y se haga llamar… ¡Martin Balsam! o que un tipo sea acuchillado en la ducha por el mismo Alfred Hitchcock es lo que yo digo humor barato de patio de colegio.
Ezio Greggio co-protagoniza, guioniza, dirige y produce ejecutivamente (¡guau!) esta mega-astracanada de peli que, por exceso, acaba resultando hasta entretenida, aunque te pases media proyección diciendo aquello de “¡Joder, que malo!”. Pero dejémonos de moñadas, vamos a por lo que realmente impresiona, que es su reparto de protagonistas, secundarios y cameos (siguiendo el orden de imdb, of course): Billy Zane, cuando aún no estaba tan acabado, Dom De Luise (interpretando a la parodia de “Hannibal Lecter” con el original nombre de “Dr.Animal Cannibal Pizza” ¿¿??), Joanna Pacula, el mentado Martin Balsam (que, como John Hurt en “Spaceballs”-“Alien” recrea la escena de su muerte en “Psicosis” precedido por un “¡Oh no! ¡Otra vez!”), Stuart Pankin (rostro habitual de orden segundón, muy típico de comedias americanas), John Astin (el que fuera progenitor de la “Familia Addams” en la pequeña pantalla durante los años 60 que, lógico, recrea aquí muchos tics relacionados con dichos personajes), Bubba Smith (Hightower en la saga “Loca academia de policía”, de esta también podemos ver a Lance Kinsey, es decir, el teniente Proctor), Rip Taylor, Shelley Winters, Nedra Volz (la abuela cegata de “Locademia de conductores”, interpretando básicamente al mismo personaje), Henry Silva (al que no vi por ningún lado), John Roarke (el doble de George Bush padre, que ya lo parodiara en "Agárralo como puedas 2 1/2"), Tony Cox (el enano negro habitual en las "Epic, Date o Disaster Movies"), Irwin Keyes (rostro imborrable del cine "exploitation" más auténtico por sus inconfundibles facciones de mongo, lo hemos visto en montones de pelis, "El Exterminador", "Viernes 13", "Death Wish 4" o, más recientemente, "La casa de los 1000 cadáveres"), Eddie Deezen (cómico de tercera habitual en el cine de Fred Olen Ray), Rudy De Luca (mano derecha de Mel Brooks, interpretando al mismo personaje, 30 años después, que encarnara en "Máxima Ansiedad") y un montón más que seguramente se me escapan. Completan la jugada los cameos de John Landis, Mel Brooks (cómo no, es obvia la admiración que Greggio siente por este al incluir a varios de sus habituales. La jugada le salió bien, ya que el judío contaría con el Italiano para sus siguientes películas) y los citados Carpenter y Dante.
"El silencio de los corderos" y "Psicosis" aparte, también tenemos referencias directas a "Instinto Básico", "Star Wars" o "Desafío Total". La voz en off que va narrando, así como algún gag muy puntual, son copia directa y total de los "Agárralo como puedas". Lo mismo podemos decir con el baile de falsas identidades en el desenlace, que recuerda excesivamente a "Un cadáver a los postres".
Lo dicho, sigo sin comprender la existencia de esta película (rodada además con medios más que potables), sigo preguntándome qué pensarían los actores yankis (y los técnicos) mientras la iban realizando... aún así, aunque solo sea como mera rareza, como un accidente de la meca del cine... bien merece que le echéis un vistazo... igual incluso os reís un rato y todo, ¿quien sabe?.

lunes, 8 de abril de 2013

INTERVIEW: JACK PEREZ

Si les hablo a ustedes de JackPerez, y no son muy asiduos a este blog, probablemente el nombre en cuestión no les suene de nada. Pero si nombro “Mega Shark Vs. Giant Octopus” Sabrán, sin duda, de que película les hablo, aunque el nombre seguirá sin sonarles, porque el director la firmó con el seudónimo de Ace Hanna.
Pero Jack Perez, además de ser el director de esta película, lo es también de muchas otras, es un cineasta con tablas con un pie puesto en Hollywood...y también ¡fue pionero en el found footage!
Al Staff de AVT no nos fue difícil contactar con el, ya que nos une cierta amistad, y, como además es el prologuista de nuestro libro “Malas pero divertidas”, pues hacerle esta entrevista y que contestara como se ha de contestar ( y no como otros entrevistados recientes con respuestas más cortas que las preguntas) no era muy complicado, era cuestión de enviar un e-mail y listo.
Así que de todos esos asuntos que verán a continuación, hablamos a base de mensaje, para que ustedes, queridos lectores, lo disfruten.
Esto nos contó Mr. Jack Perez:



Háblanos de tus inicios. ¿Hacías cortos superocheros de chaval?. ¿Cuales eran tus aspiraciones?

Como muchos chavales en los 70, tomé prestada la cámara de Súper 8 de mi padre y comencé a hacer pequeñas películas de horror, ciencia-ficción y de “catástrofes” protagonizadas por mi hermana pequeña. Inicialmente fui inspirado por el “King Kong” original de 1933 y por todas las pelis de fantasía de Ray Harryhausen como “El monstruo de tiempos remotos” y “Simbad y la princesa”, que echaban habitualmente en la tele los Sábados por la mañana. Me obsesioné con la animación en stop-motion y el trabajo con maquetas y leí todos los libros sobre el tema que podía encontrar. “The Making of King Kong” de Orville Goldner era como una biblia para mi!. Por supuesto, cuando “La guerra de las galaxias” se estrenó en el 77, me enganché. Pero al principio todo giraba en torno a los efectos especiales. Realmente no aprecié lo que hacía un director hasta más tarde.
Durante el verano de 1978, fui invitado a visitar el set de “Aeropuerto 79” (la última de la serie). Un amigo de la familia era asistente de montaje y pude ver cómo era la creación de una película. Por entonces, había comenzado a pensar en escuelas de cine y mi atención apuntaba hacia la dirección, que me ofrecía mucho más control creativo.


Según IMDB, tu primera película como director es “Deadliest America Home Video”. Háblanos de ella…


Básicamente se trata de una de las primeras películas “found footage”. Ese género ni tan siquiera existía a inicios de los 90, así que la idea de estructurar una película “a través de la lente” de una cámara de vídeo era bastante nuevo. Me ofrecieron la oportunidad de escribir y dirigir una peli “exploitation” tan y tan barata que la tendría que hacer con una vieja video cámara Hi-8, lo que es muy miserable. En lugar de intentar hacer una narrativa estándar, que acabaría teniendo el aspecto de una porno o un culebrón por su “look” de vídeo, decidí escribir un thriller que pudiera utilizar la mala calidad del vídeo de modo orgánico, como parte de la historia. Y así es como se formó la idea – la historia de un entusiasta del vídeo casero (interpretado por Danny Bonaduce, protagonista de la serie “Mamá y sus increíbles hijos”) que lo graba todo en su vida, entonces es secuestrado por un pequeño grupo de criminales que le obligan a documentar su carrera criminal a lo largo de América.


Tu película más popular es “Megashark vs Giant Octopus”, pero aquí en España solo podemos acceder a ella comprando el DVD de importación. En cambio, sí se han comercializado “La cucaracha” y “Juegos Salvajes 2”. ¿Son pues esas dos tus películas de más éxito?

Financieramente, supongo que “Megashark…” y “Juegos salvajes 2” son las de mayor éxito. Pero intento no medir mi éxito por la cantidad de dinero que hacen mis películas. Más bien me quedo con cuales son más personales y de los que estoy más orgulloso.

¿Cual de tus películas es tu favorita?


En todas mis pelis hay algo que me gusta, pero mi peli de detectives privados, “The Big Empty” (1997); mi “noir” situado al sur de la frontera, “La Cucaracha” (1998) y mi comedia de horror, “Some guy who kills people” (2012) son mis favoritas. Estas tres me representan, a mi y a mis habilidades como cineasta. “Monster Island” (que hice para la MTV con protagonismo de Mary Elizabeth Winstead), que cuenta con un montón de monstruos animados en stop-motion, estaría cerca de la cuarta posición.


Hablando de “Juegos salvajes 2”. ¿Viste la primera antes de rodar la tuya?, ¿por qué son tan diferentes?

Había visto la de John McNaughton y me gustaba, pero realmente no la estudié. Me interesaba más coger el material y hacer algo con él que me resultara interesante – básicamente hacer una película “noir” ambientada en los everglades/Florida. Ese es el único modo de hacer algo bueno – haciéndolo tuyo. De otro modo, únicamente estarás copiando el material de otro.

¿Por qué no hiciste la tercera parte?

Me la ofrecieron, pero no querían pagarme un poco más de dinero a pesar de que “Juegos salvajes 2” había ayudado a crear la franquicia al completo. Más importante, si cabe, es que ya había hecho todo lo que podía con esa clase de historia. Además, el guión para “Juegos salvajes 3” era casi exactamente igual al de “Juegos salvajes 2”!.




Ace Hanna, Jake Johnson… esos pseudónimos los utilizas, respectivamente, en “Mega shark vs Giant Octopus” y “666: The Child”. ¿Por qué los usaste y por qué esos en concreto?

Porque considero esas películas creativamente comprometidas. Básicamente porque me arrebataron el control a la hora del montaje. Cuando un director no controla del todo esa fase, pierde la oportunidad de mostrarle a la audiencia todo aquello que pretendía. Incluso si es una película tontuna de monstruos. Esas dos pelis podrían haber sido mucho mejores, creo, si me hubieran dejado montarlas tal y como yo quería. “Jake Johnson” fue fácil de inventar, “Ace Hannah” es más como un “chiste privado” – es el nombre de un personaje en el clásico western de Robert Aldrich “Vera Cruz” (1954) con Burt Lancaster y Gary Cooper. Suena ridículo, y así es exactamente cómo me sentí haciendo “Mega shark…”. Eso y frustrado.

¿Te preocupa/molesta que seas sobre todo conocido por “Mega shark…” en lugar de otra de tus películas?


Pues sí, en cierto modo. No es precisamente el mejor título de mi filmografía. Me gustaría ser conocido por mi mejor trabajo. “Some guy who kills people”, “La cucaracha”, “The Big Empty”, “Monster Island” – estas son películas de las que estoy genuinamente orgulloso, y son mil veces mejor que “Mega shark…”.

¿Cuales son las diferencias entre trabajar para “The Asylum” y hacerlo para “Sony Pictures”?


Básicamente es lo mismo, políticamente. Tratas con notas de los productores, quienes tienen opiniones muy específicas sobre cómo hay que hacer las cosas. Y muy a menudo tienes que pelear por tus propias ideas. Lo que es cansino. Originalmente pensaba que las compañías dedicadas al cine de muy bajo presupuesto dejaban tranquilo al director, pero me encontré con que no era ese el caso. Todo productor, sin importar el tamaño, quiere ser escuchado. Ese es el precio que todos los cineastas han de pagar para lograr que se financie su trabajo. Naturalmente, tu plan de rodaje es más largo con Sony porque hay más dinero para hacer la película, lo que siempre ayuda.

¿Te sientes a gusto siendo un “director de serie B” o preferirías ser más mainstream, hacer películas de gran presupuesto y ganar Oscars?

Me considero a mi mismo un cineasta independiente que ocasionalmente hace pelis semi-comerciales. Supongo que ser considerado un “director de serie B” no es tan malo, aunque me gusta pensar que he hecho algún trabajo con calidad “A”. Algunos de mis directores favoritos eran etiquetados de “serie B” – Sam Fuller, Phil Karlson, Jacques Torneur, Richard Fleischer. Pero todos hicieron trabajos de calidad “A” en sus vidas.
Me encantaría tener el tiempo que proporciona un gran presupuesto – plazos  más largos que dedicar a refinar tu labor, pero una vez más, con más dinero viene una mayor interferencia creativa, algo que puede ser devastador para tu alma.
No me importa una mierda ganar Oscars – los Premios de la Academia son basura, una casa de putas.


¿Cuales son tus ambiciones?

Seguir haciendo películas personales con un mayor control creativo.




Has trabajado con John Landis, Joe Dante y Adam West. ¿Cómo fue?

Fue un placer. Todos son héroes de mi infancia, por lo que de pronto encontrarme currando con ellos fue como un sueño. Fueron muy majos, encantadores, con maravillosas historias sobre sus carreras y el negocio. Yo veía “Batman” cuando era un chavalín, por lo que dirigir a Adam West en “Monster Island” fue surrealmente bonito. Durante la gran escena de su muerte donde una hormiga gigante mutante se estrella contra él mientras sostiene un frasco de nitroglicerina, se volvió hacia mi y dijo, “Nosotros nunca hicimos algo así en la Batcueva!”. “Un hombre lobo Americano en Londres” fue una peli muy importante para mi, así que tener a John Landis como mi productor ejecutivo en “Some guy who kills people” fue muy gratificante – y el hecho de que le encantara la película fue como lograr que tus padres te digan que se sienten orgullosos de ti!. Las películas de Joe Dante, particularmente “Aullidos” y “Piraña”, también fueron grandes influencias. En un momento en que le estaba dirigiendo a él y a Landis en una escena, Joe se giró hacia John y exclamó, “Suena igual que yo!”. Aquello fue muy emocionante.


Escribiste la introducción de nuestro libro dedicado al cine trash “Malas pero divertidas”, lo que demuestra que tienes un gran sentido del humor. ¿Qué te motivó a hacerlo?

Me sentí halagado de que me lo pidierais. Es muy divertido estar incluido en un libro guay sobre películas de culto. Incluso aunque tenga serios problemas con “Mega shark…”, siempre es bonito ser reconocido. Y era una oportunidad para explicar mi participación en la película- por que la hice y todos los obstáculos que tuve que afrontar para hacer semejante alocada peli de bajo presupuesto.





¿Cómo sería la perfecta película de Jack Perez?

Siempre he creído que mi mejor trabajo surge cuando mezclo mi amor por las películas con aquello que ocurre en mi vida personal. “The big empty”, “La cucaracha” y “Some guy who kills people” fusionan todas ellas géneros que adoro con temas que son muy personales para mi. Cuando logro hacer eso – es perfecto. Lo que lo hace aún más perfecto es cuando ningún productor jode mi labor y logro el montaje final. Pero eso rara vez ocurre.

¿Cómo ves el futuro?


Hace ya muchos años de cuando estaba muy deprimido respecto al negocio y a cómo se desarrollaba mi carrera. Muchas veces desearía haber hecho películas en los años 70, porque parece que hubiera conseguido producir más “mi tipo de película”. Era un periodo más excéntrico y más abierto, y ahí es donde siempre he vivido como cineasta – ligeramente a la izquierda del centro. Sin embargo, he sido capaz de llevar adelante varios trabajos de los que me siento orgulloso. Así que no me puedo quejar. El futuro es brillante.

Dime cinco pelis que te gusten y cinco que te disgusten.

Hay muchas malas, así que ni siquiera empezaré. Pero cinco que me gusten podrían ser: “Vera Cruz” (Robert Aldrich, 1954), “Encadenados” (Hitchcock), “Topsy-Turvy” (Mike Leigh), “King Kong” (1933) y “Quiero la cabeza de Alfredo Garcia” (Peckinpah).


Cinco directores que te gusten y cinco que te disgusten.


Otra vez, muchos directores que no me gustan. Pero los que admiro son: Hitchcock, Peckinpah, Aldrich, Frankenheimer y Welles.


¿Algo que añadir?, ¿algo que quieras decir a nuestros poco lustrosos lectores?


Mirad películas antiguas. Siempre son mejores que los “nuevos lanzamientos”. Y uno aprende mucho más sobre cine de los maestros.
Gracias! (en castellano en el original).

lunes, 1 de junio de 2009

AULLIDOS

Hay algo de mágico y maravilloso en esto de repasar un viejo clásico -moderno- del horror. Y también en regodearse escribiendo reseñas como la que sigue.
Ayer noche tenía mono de "Aullidos", y me puse a verla. Naturalmente gocé plenamente de ella, me entretuvo, despertó mi lado nostálgico y reafirmó el hecho de que, como el terror de aquella década, no lo ha habido y no lo habrá. Lo digo de entrada: Esta es una gran película. Tu y yo lo sabemos... pero siempre hay despistados y mentes impuras que tal vez no hayan tenido la grandiosa suerte de verla, a ellos va destinado el presente escrito.
"Aullidos" es, junto a la también cojonuda "Un hombre lobo americano en Londres", uno de los mejores films de terror de su década, así como las dos más logradas muestras de cine licántropo producido entonces ya que, entre otros motivos, fueron pieza clave para modernizar el mito del hombre lobo, tanto narrativamente como en los efectos especiales. Sí, la primera mutación mega-gráfica fue invento -justamente Oscarizado- de Rick Baker para "Un hombre lobo americano en Londres". 
Si "Aullidos" se "adelantó" fue, sencillamente, porque el responsable de estas (un pelín más exageradas que en el film de John Landis), Rob Bottin, era alumno de Baker, quien le aconsejó / ayudó durante el rodaje de la reseñada (como bien indican los créditos finales), para mayor posterior cabreo de Landis.
Ya que hablo de los dos films en cuestión, cabe mencionar que en ocasiones se crean disputas sobre cual es mejor o peor... bien, yo creo que ninguna gana a ninguna... es más, se complementan perfectamente, y en lo que una falla, la otra acierta (y viceversa). Aunque sí es bien cierto que "Aullidos" es un trabajo más "tradicional" que "Un hombre lobo americano en Londres".
Hay un asesino que ronda por la ciudad. Se ha citado con una famosa presentadora televisiva y se monta el consabido tinglado. Durante el encuentro, algo extraño ocurre, la mujer grita horrorizada y la policía abate al criminal. Con el fin de recuperarse del sustazo, será enviada a pasar unos días a una especie de colonia. El problema es que está infestada de hombres lobo y, entre estos, ronda un "viejo amigo"
 ... supuestamente muerto.
Joe Dante, director, venía de la factoría Roger Corman (quien se marca un divertido cameo, rebuscando posibles monedas olvidadas en una cabina telefónica) y había dirigido la, también entrañable, "Piraña". Era joven y rebosaba talento, algo que se plasma perfectamente en esta peli. Al guión, John Sayles (quien también se marca un papelito como forense), gran guionista de cine fantástico, mediocre director de pelis más "de autor". En dicha tarea le acompaña Terence H. Winkless, a quien le aguardaba una extensa carrera en los dominios de la "serie B" (su debut en la dirección lo hizo con la curiosa "The Nest"). Ambos adaptan una novela original de Gary Brandner.
El reparto está plagado de maravillosos rostros populares: Una guapísima Dee Wallace (apuntito de ser la madre del mejor amigo humano de "E.T."), Patrick Macnee, Dennis Dugan (hoy director de comedias ultra-mainstream), Kevin McCarthy y Dick Miller (inseparables del mejor cine de Joe Dante), John Carradine, Slim Pickens, Elisabeth Brooks (resulta difícil olvidarse de esta ultra-sexy mujer lobo, tristemente fallecida de cáncer cuando solo tenía 46 tacos), Robert Picardo y más, muchos más. Cómo no, por ahí también rula Forrest J. Ackerman, luciendo entre las manos un ejemplar de su mítico "Famous Monsters". La excelente banda sonora la firma un inconmensurable Pino Donaggio. En el equipo técnico descubrimos a gente tan curiosa como Mark Goldblatt en el montaje (entonces futuro director del primer "Punisher" y montador de grandes films de acción en Hollywood), Robert Burns en la dirección artística (cosa que años antes hiciera en "La matanza de Texas" de donde, by the way, se recupera uno de sus cadáveres momificados para ambientar la tienda regentada por Dick Miller), Doug Beswick, David Allen, Greg Cannom (talentos en el terreno de los efectos especiales y/o la stop-motion) o Peter Manoogian (quien poco después se convertiría en realizador para la factoría de Charles Band).
"Aullidos" es una de aquellas películas que, por mucho que las ves, siempre descubres nuevos detalles, cosillas que le dan color y vida y contribuyen a su condición actual de clásico, desde su guión, hasta su fotografía, pasando por otros apartados técnicos y/o artísticos, va repleta de energía. Cierto que en ocasiones, y por aquello de la época y tal, roza el ridículo (los licántropos en dibujos animados fornicando, el caniche del final....), pero se le perdona muy mucho, y más como está hoy día el panorama. Las transformaciones son retorcidamente deliciosas y los hombres lobo en sí mismos me parecen geniales, con un aspecto fiero y una agilidad sorprendente... en eso, creo yo, le ganaron la partida al yanki desubicado en Londres.
El film fue un éxito y, como bien sabéis, generó una ristra de interminables secuelas, todas bastante chusqueras 
 -aunque curiosas-, que alcanzarían hasta el número ocho.
De obligada visión. Espero que a nadie se le ocurra hacer un remake de esta, ¡por dios!.

domingo, 26 de abril de 2015

LOS FOTOCROMOS (Y LA CARATULA DEL VHS) DE "DESMADRE EN LA UNIVERSIDAD"

Hoy vengo con algo muy especial, los fotocromos de la famosa/infame "Desmadre en la universidad", "King Frat" en v.o., el exploitation de "Desmadre a la americana" que el habitual de este blog Ken Wiederhorn corrió a dirigir -por encargo- un año después del estreno del clásico de John Landis, del que es una cutre-fotocopia. El entrañable John DiSanti se marca el rol de pseudo-John Belushi, algo que, incluso por el vestuario, resalta en los mismos fotocromos, cortesía como siempre del amigo Alex Gardés y que, pa la ocasión, costaron lo suyo de escanear siendo como son el doble de grandes de lo habitual.
Ya saben que en este blog sentimos una absurda simpatía por esta película. De hecho hablamos de ella en nuestro pest-seller "Malas pero divertidas", Víctor osa reconocer que le gusta más que el film del que copia, ¡qué poca vergüenza!, y yo, pues tengo el vhs original de estupenda caratula en mi colección (aunque en realidad ahora mismo descansa en los estantes de casa de un amigo... de confianza, espero) y, además, ¡me encanta la canción de Penny Alemain que suena nomás arrancar la puta peli!. Ah, comentar que en Italia se estrenó como parte de la saga "Porky´s".
Pero si ya de por sí todo esto es curioso, más lo es que los nombres del reparto y el director que aparecen en los fotogrumos son en realidad FALSOS. ¿A qué otra peli pertenecen?, eso es lo desconcertante, ¡¡a ninguna!!... según San Imbd, nadie en el mundo, ni en la más rastrera de las industrias cinematográficas, responde por esos nombres. Claro que algunos suenan un poco a guasa, ¿no?, Knickerbrocker, Wurtzburger.....¿personajes de la peli, tal vez?... pues tras mirarlo detenidamente, resulta que tampoco. Entonces, ¡¡¿qué clase de extraña broma es esta?!!, ¿es cosa del distribuidor?, ¿del mismo equipo de "King Frat"?. Jolines, pues NI PUTA IDEA.
Hasta que el misterio quede resuelto, gocen de espectá-culo, que bien lo merece....









miércoles, 16 de agosto de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "BLUES BROTHERS 2000"

La cabeza se la tenían que haber cortado a John Landis solo por esta película. Una secuela de "Granujas a todo ritmo" en plenos años 90, que no solo no interesaba a nadie, sino que además era la aberración fílmica del siglo. Con un niño repelente, John Goodman en vez de John Belushi (ya puestos, que lo hubiera hecho James) y un negro; Don Cheadle.
Gente más jóven fan de la primera parte, creen que esta segunda no existe... para dejar testimonio de que sí, aquí les dejo sus fotocromos.












domingo, 29 de diciembre de 2013

BLOB, MASA MORTAL

La primera vez que tuve conocimiento de una edición videográfica española de "Blob, masa mortal", fue yendo de mercadillos. Allí la localicé, pero por desgracia su formato no era VHS, ni tan siquiera Beta, sino Video-2000. Y el precio un tanto exagerado, así que ahí se quedó. Tiempo después, mi amigo Enorm, que también fue testigo de aquella primera vez, la encontró en VHS, la compró a cambio de una suma muy razonable y, conocedor de mi deseo y morbo enfermizo, me la prestó (¡gracias querido!). Esperé al momento adecuado para disfrutarla, consciente de su condición de rareza y de que tenía que consumirse y consumarse con todos los sentidos activados. Quedé con mi otro amigo videoadicto Mr.Pajarillo y, aquella misma noche, la metimos en el reproductor y le dimos al "play". Bien, al terminar, y a pesar de las tremebundas ganas que arrastraba desde hacía tiempo, no sabía qué coño podía decir/escribir sobre ella. Estaba lo que se dice totalmente desarmado.
Después de reflexionarlo mucho, llegué a la conclusión de que la única manera posible de comenzar un ¿análisis? de "Blob, masa mortal" era a través del film original que motivó su existencia, es decir, "The Blob", la primera, el clásico, la de 1958. En teoría su título oficial español es "La masa devoradora", pero yo la conocía como "La burbuja del terror". La primera vez que la vi fue  en Super 8. Mis padres tenían una de esas versiones resumidas que uno podía comprar o alquilar antes de la aparición del vídeo, y fueron unas cuantas las ocasiones en las que la vimos proyectada en la pantalla. A veces marcha atrás, lo que la hacía especialmente divertida. No pasaron muchos años hasta que supe que existía también una secuela de aquella vieja película, pero la verdad es que desconocía por completo que había llegado a estas tierras y tampoco tenía especial interés en consumirla.
Por lo visto el productor de la original, Jack H. Harris (impulsor también del posterior remake y de títulos tan atractivos pal fan como "Equinox", "El monstruo de las bananas" -la primera peli de John Landis, "Dark Star" -la primera de John Carpenter-, "Ojos" -de Irvin Kershner, con guión de Carpenter- y "Prison Ship" -¡¡de Fred Olen Ray!!-) llevaba tiempo queriendo parir esa segunda parte, ya que la primera había sido un exitazo, pero por alguna razón no lo logró hasta pasados 14 años y en parte fue gracias al interés que en ella puso un actor y director televisivo joven y hambriento de éxito, Larry Hagman, sí, el legendario "J.R." de la no menos legendaria serie "Dallas".
Todo eran buenas intenciones por parte de Harris y Hagman, el problema fue que, en 1972, las cosas habían cambiado mucho para Estados Unidos. Aún andaba calentita la revolución hippie y el cine se encontraba en plena convulsión. Larry Hagman apenas contaba con 30 tacos, así que imaginaos el percal. Resumiendo, "Blob, masa mortal", conocida en v.o. como "Beware! The Blob" o "Son of Blob", terminó convertida en una comedia altamente improvisada. Según declaraciones del guionista original, se pasaron su libreto por el forro de los cojones. En general la improvisación es un sistema que me mola, pero no cuando se resuelve a base de interminables diálogos y monólogos que los actores sueltan para rellenar el silencio de forma desesperada (como es el caso). Todo acabó resultando muy caótico, anárquico y, ¡¡yes!!, muy hippie. De hecho estos tienen una notable presencia en el film, o se les ve en plena fiesta psicodélica o son motivo de chistes y chascarrillos. Y, acorde a todo eso, la peli está rodada muy toscamente, con una cámara nerviosa que se pasa casi todo el metraje apoyada en el hombro del operador y una fotografía algo cerda y oscura. En este campo merece la pena destacar la presencia nada menos que de Dean Cundey, futuro colaborador de John Carpenter y Steven Spielberg (!!!), que aquí, joven e inexperto, limitó sus tareas (como bien se indica en los títulos de crédito) a las "secuencias con animales", que no son muchas (??).
Pero el de Dean Cundey no es el único nombre (+ o -) famoso asociado a este descalabro, hay más. Tenemos a Robert Walker Jr. (quien recientemente asomó en este blog por su protagonismo en "Olivia: Dulce asesina"), Carol Lynley, el gran Gerrit Graham en un rol muy pequeño, Dick Van Patten (sí, el de "Con ocho basta") y otros que tampoco necesitan presentación como Burgess Meredith (el entrenador de "Rocky Balboa") o Sid Haig (la última musa de Rob Zombie, haciendo casi de extra). Como vemos, muchos de ellos eran -y serían- rostros habituales de la caja tonta, entorno natural del mismo Hagman, que venía de dirigir algunos capítulos de una serie y, tras "Blob, masa mortal", no volvería a comandar nada más (y no me extraña). Él también se marca un papelillo como vagabundo. Y no podemos olvidarnos de Doug Wesbick encargándose de ciertas escenas de animación, quien no mucho después repetiría en tan sórdidos ámbitos con "Las aventuras de Flesh Gordon". Poco imaginaba él entonces que terminaría involucrado en algunos de los films más legendarios e importantes de la historia del cine fantástico (mira "Imdb" si te pica la curiosidad).
Para hablar del argumento de "Blob, masa mortal", tenemos dos opciones. O leemos y hacemos caso a lo que dice en la parte de atrás de la caratula, o directamente le damos al "play" para percatarnos de que todo lo ahí descrito es, en cierto modo, falso. Dice así: "El geólogo GODFREY CAMBRIDGE, trae a su casa de una expedición en el Polo Norte un interesante trozo de roca rojiza dentro de un envase herméticamente cerrado. Por extrañas circunstancias, la tapa del envase se abre cayendo la roca al suelo a la vez que se convierte lentamente en una repugnante masa gelatinosa..." bla, bla. Bien, el tal GODFREY CAMBRIDGE (¿por qué en mayúsculas?) es un "nigga" algo tonto y gordo que va desesperado por tirarse a su injustamente atractiva mujer. Para demostrarnos que es científico (apellido aparte), vive en una tienda de campaña montada en su propia sala de estar (??). Eso de que es geólogo y que viene del Polo Norte se me escapó. Lo que está claro es que "las extrañas circunstancias" que liberan al "blob" son, simplemente, que la palurda de su esposa encuentra el frasco en el congelador, lo abre y lo deja expuesto al aire, de ahí que la masa se descongele y comience a devorar. El amigo GODFREY no tarda en caer en sus pringosas zarpas, justo cuando estaba sentado frente al televisor viendo... ¡¡el "The Blob" de 1958!!.
Sigamos con el texto de la caratula, termina así: "¿Qué es esa extraña "cosa" que les ataca vorazmente?, ¿de dónde procede?, ¿quién lo envía?". En fin, ninguna de estas preguntas son respondidas a lo largo de la película, así que ¿¿qué demonios importa??. Lo que sigue a la liberación de la criatura son un puñado de escenas, sin verdadero hilo narrativo o estructura, en las que, por un lado "the blob" se come a alguien, y por otro, la pareja prota y sus amigos hippies se lo pasan bien, corren de aquí para allá y, en fin, no sé, que todo es muy desquiciante y aburrido.
"Blob, masa mortal" apesta a "locuras de juventú", a gamberrada de la que, años después, todos sus implicados se avergonzarían. Eran tiempos de desfase y cachondeo, ¿quién podría culparles?. Bueno, para comenzar los admiradores del film original, claro, cuyo clasicismo, calidad y convencionalidad queda a millares de kilómetros de distancia de lo aquí comentado. Seguidamente, cualquier fan del cine de ciencia ficción con un mínimo gusto. Tercero, cualquier cinéfilo que se precie. Y cuarto, yo, que me cago en las muelas y los premolares de Larry Hagman.
Más allá de sus efectos especiales más o menos potables (aunque los del film original, o los de su imitación italiana, "Caltiki, el monstruo inmortal", son incluso mejores, a ratos esta burbuja del terror en color parece directamente zumo de tomate), no hay nada salvable en "Blob, masa mortal". Como comedia es terrible, no hace puta gracia. Y como peli de ciencia ficción, no hay por donde cogerla. Digamos que toda la parte final intenta centrarse más en ese apartado, cuando el invasor se cuela en una bolera, y vienen los agentes de la ley a detenerla y tal y pascual (obviamente, el sheriff es especialmente malcarado y antipático, ¡hey, man, es la autoridad, y la autoridad no mola!), pero a esas alturas estás tan aturdido por su estridencia, que ya todo te la sopla y solo quieres que la jodida peli termine cuanto antes, y lo hace con un gag tan malo como los previos.
Sí amigos, "Blob, masa mortal" es horrible. Así de simple, no tiene ni encanto. Pero por rara, merecía la pena que apareciera en este blog, masa mortal. Y aquí la tienen. Créanme si les digo que esto ha sido un auténtico sacrificio para mi, ¡aunque sepa a ciencia cierta que ninguno de ustedes lo merece!.