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lunes, 8 de noviembre de 2010

CROMWELL, EL REY DE LOS BÁRBAROS

Esta es una de mis más recientes adquisiciones en formato VHS, original de la época y bla, bla. He de confesar que cuando la vi alquilada, hace ya muchos años, me aburrí tanto que me quedé frito. Fue una tremenda decepción, porque se trata del debút del popular realizador B-oso (y Z-toso) Albert Pyun, responsable también de cosas como "Sueños Radioactivos", el "Cyborg" de Van Damme o, sobre todo, el famoso/infame "Capitán América" del año 1990, fallido intento de rodar la primera adaptación digna de un cómic de la Marvel. Yo, como no podía ser de otro modo, en el periodo que alquilé "Cromwell..." me estaba convirtiendo al Pyun-ismo... y este film representó un serio traspiés. El día que, hace una semana escasa, la descubrí a la venta en formato magnetoscópico, creí que la nostalgia actuaría por cuenta própia y sabría disfrutar más de aquel film que cuando era teenager. Craso error, my friends.
La estructura de "Cromwell, el rey de los bárbaros" es la misma que cualquier otra muestra de "espada y brujería". Malo malísimo (en este caso el que da título a la edición española, el tal Cromwell) mata a padres de chaval de turno, y en este caso supuesto heredero al trono. Muchos años después, y ya crecido (convertido en un encantador golfo/truhán musculado), el tipo se toma la revancha. El problema es cómo este concepto se desarrolla, a mi gusto excesivamente apartado de la tónica general de lo que esperaría de un film de "espada y brujería", demasiado centrado en la época medieval, demasiado deudor de la aventura clásica de capa y espada, demasiados toques de humor... demasiado ligero, a pesar de escasos momentos de sangrante violencia y notable tenebrismo.
De hecho, lo mejor de "Cromwell..." es el arranque y el final. Sobre todo los primeros 11 minutos, que prometen mucho, ya que se centran en ese fugaz aspecto más versado en la magia y con tímidos momentos de terror, con la aparición de un mago de aspecto monstruoso. Dado que no volvemos a verle hasta el final, lo del medio se torna aburrido y carente de garra. Sé que no es una opinión general, este film posee un enorme culto y hay quien lo considera estupendo y entretenido... no es mi caso. Comprendo por qué me dormí de chaval, y ya estoy pensando en cómo cambiarlo por otro VHS de más valor para mi.
En el reparto destacan algunos rostros entrañables, como los del eterno malo Richard Lynch, el eterno monstruo -con y sin maquillaje- Richard Moll (él interpreta al mago, claro), Simon MacCorkindale (yo lo recordaba por su intervención en el "Muerte en el Nilo" de John Guillermin), Robert Tessier (habitual malo/calvo en infinidad de exploitations y famosas series de televisión) o Joe Regalbuto (el amigo de "El halcón callejero"). Junto a Pyun, tenemos en tareas de fotografía a Joseph Mangine, a quien también le dio por dirigir todo un anti-clásico de los video-clubs, "Neon Maniacs".
Al final, antes de los créditos, se anuncia una secuela ("Tales of an Ancient Empire") que Pyun no ha podido materializar hasta hoy, actualmente se encuentra en fase de post-producción. Hey, no tengo intención de verla.
"Cromwell, el rey de los bárbaros" tiene sus aspectos positivos, sí, sobre todo estéticos (la ambientación y la atmósfera, estupendas), pero la verdad es que a mi se me hizo más pesada que la versión original sin subtítulos del penúltimo melodrama de Tarkovsky.

jueves, 13 de enero de 2011

NECRONOMICON

Pues hace ya bastantes años que quería yo echarle el guante a esta película, a pesar de tratarse de un producto de terror esencialmente noventero y con el Sr.Brian Yuzna en tareas de producción y dirección. Os diré algo, siempre he pensado que Yuzna era un buen productor y un mal director. He mantenido esta afirmación durante varios años por la sencilla razón de que no había visto ni una sola de sus pelis que me demostrara lo contrario. ¡¡Hasta hoy!!.
"Necronomicon" gira en torno al universo de, obvio, H.P.Lovecraft. Ya sabéis que Yuzna ha estado implicado, de diferentes maneras, en las más célebres recientes (y no tan recientes ya) adaptaciones del famoso escribiente, así que supongo que pensaría alguien que volver a unir ambos nombres sería garantía de éxito. En este caso, "Necronomicon" toma a Lovecraft como personaje además de basarse muuuuy libremente en su obra (esto segundo es lo normal, me consta).
Así pues, lo que aquí encontramos es un film dividido en tres historias. Aunque en realidad son seis. Me explico: El mismo H.P.Lovecraft llega hasta una biblioteca y, a escondidas, accede al Necronomicón de donde copia sus historias. Vamos, que de entrada la peli ya acusa al escritor de plagiador, atribuyendo el mérito de su talento a fuentes ajenas, ¡mola!. Naturalmente, veremos cada una de estas historias materializada en imágenes, con el aliciente de que dos de ellas incluyen subhistorias en si mismas. Marciano, pero efectivo. La primera va de un tio que quiere revivir a su ahogada novia mediante ritos, y cuando vuelve de la tumba... bueno, mejor habérselo pensado dos veces. La segunda es sobre un científico anciano que lleva viviendo cientos de años gracias al frío... y a médulas espinales que debe robar como y a quien pueda. Y la tercera... la tercera no se puede explicar. Genuinamente se trata de la mejor del pack, la más intensa, la más endiablada, la más gore (y eso que en cuestiones de sangre y asquerosidades, "Necronomicon" nos deja satisfechos) y la que contiene imágenes más pesadillescas. Lo curioso y raro es que, en fin, esta es la que lleva la firma de Brian Yuzna!!!. Muy jevi. La mejor historia la ha dirigido el mismo papanatas que hizo "Faust" o la tercera de "Re-Animator". Nunca lo hubiese dicho. Las otras dos vienen dirigidas por Christophe Gans (el de "Silent Hill" y "El pacto de los lobos") y Shusuke Kaneko (en parte responsable de la carrera cinematográfica en los 90 de "Gamera" y "Godzilla", así como de la adaptación del manga "Death Note") respectivamente.
Sorprende encontrarse ante un film realizado con medios más que cuantiosos, por sus ambientaciones (muchas de época), sus decorados, su variedad estética y sus agradecidos efectos especiales old school, con látex a punta pala, muñecotes y maquetas. El único añadido así "digital" vendría a ser el "morphing", pero casi no hay. En ese sentido la peli es una delicia.
El reparto es tan simpático como cabría esperar de un producto de este tipo. Destaca Jeffrey Combs muy bien caracterizado de Lovecraft. Le siguen el clásico David Warner, Bruce Payne ("Dragones & Mazmorras", "Pasajero 57"), la guapa Belinda Bauer ("Robocop 2"), el inevitable Richard Lynch , Don Calfa ("El regreso de los muertos vivientes") o Maria Ford (scream queen habitual en soft-cores). Incluso Brian Yuzna se marca un notorio papelito como chofer... trabajo este que, al paso que va, acabará desempeñando en la realidad. Según Imdb, por ahí rula Tom Savini como "consultant" de los efectos especiales. Y Samuel Hadida, uno de los productores, ejerció como tal en un montón de títulos "de peso": "Killing Zoe", "Amor a quemarropa", "Resident Evil", "El Perfume", etc.
Pues sí, comencé a ver "Necronomicon" con cierta pereza y desconfianza, y acabé disfrutándola bastante.

lunes, 25 de mayo de 2009

LAID TO REST

Quieras que no, encontrarte con un slasher moderno que, para variar, no empieza con un grupo de jovenzuelos subnormales metidos en una furgoneta camino de algún sitio donde serán el entretenimiento de un asesino demente, se agradece y de corazón. "Laid to rest" lleva una temporada siendo muy bien tratada por la prensa especializada, y ese era ya motivo suficiente para intentar -y lograr- verla (a pesar de un trailer de lo más soso).
Como digo, el film pertenece y con honores al género de acuchillamientos, pero se toma la molestia de variar levemente lo que es terreno ultra-conocido. Una chavala se despierta dentro de un ataúd, durante su intento de fuga será perseguida por un asesino de chanante aspecto (todo vestido de negro, calvo, con una máscara cromada que es una calavera y una mini-DV pegada al hombro). Logrará escapar y, en plena carretera, será recogida por un tipo que... bueno, acabará arrepintiéndose de ser tan majo, pues el psycho-killer está obsesionado en recuperar a su presa y si hace falta cargarse a todo el reparto y aledaños para lograrlo, tranquis que lo hará.
A su trama no excesivamente clichosa, cabe añadir un tratamiento de personajes tampoco demasiado vacuo. Vamos, que estos reaccionan muy creíblemente en el lado humano, aunque no tanto en el práctico. Sabe mal cuando caen bajo la ira del mega-cuchillo del psycho-killer. Y es que, sí, el gore en "Laid to rest" es como debería ser siempre: Serio, realista, brutal, muy gráfico... pero que asoma a ratos, los justos... el gore, en exceso, pierde su capacidad de impacto. Ayudan a ello unos efectos especiales de la hostia.
Total, que la peli no es ninguna maravilla, pero funciona muy bien, no aburre demasiado, te mantiene enganchado a la pantalla, tiene algún que otro momento atmosféricamente muy puesto (cuando uno de los personajes ve el cadáver de su recientemente fallecida madre observándole entre la oscuridad) y, teniendo en cuenta que estamos ante un paisaje tan sobado (el slasher), logran que siga resultando interesante observarlo.
En el reparto destaca un avejentado Richard Lynch en un breve papel y Sean Whalen interpretando a un "frikazo" que juraría, sólo juraría, luce una figura de "Jason Voorhees" a medio montar en su escritorio.

jueves, 28 de mayo de 2009

LOS BÁRBAROS

Para contar el argumento de una peli de espada y brujería no hay que matarse mucho, ya que en esencia todas explican lo mismo. Da igual si el héroe se llama "Conan", "Ator", "Krotar", "Tronak" o "Gunan", al final todo se reduce a esto: Siendo chaval, el prota presencia el aniquilamiento de su familia y el resto de su poblado en manos de los villanos de turno (siempre vestidos de negro, muy gritones y portando cascos con cuernos). Años después, luciendo una musculatura hiper-trofiada y convertido en un invencible guerrero, volverá clamando venganza y cortando cabezas. Puede que las haya un pelo más originales pero, afrontémoslo, es un "mal" extendido... y más con Italianos de por medio. "Los Bárbaros" entra perfectamente en ese grupo. No importa que sean dos gemelos mega-mazas algo tontos (impagable la afición de uno de ellos a graznar como una foca), que por medio haya que recuperar un rubí con poderes (poderes que nunca jamás veremos), que prime el humor y la banda sonora sea tecno... al final, es lo de siempre.
La inmortal "Cannon" fue la responsable de respaldar a Ruggero Deodato ("Holocausto Caníbal", "Trampa para un violador", "Bestia Asesina"....) a la hora de dirigir con solvencia este divertido, aunque muy lerdo, entretenimiento aventurero donde, como decía, el elemento de comedia es notable (así como unas escuetísimas dosis de gore... la reputación del director mandaba) a veces voluntaria, a veces no tanto (sobre todo con la aparición de varios cutre-monstruos, resaltando por encima de los demás un estático binomio entre cocodrilo y dragón). La guinda la pone un chiste final completamente estúpido.
En el reparto, aparte de los hermanos gemelos (David y Peter Paul, que desarrollarían una carrera posterior a base de subproductos), destacan Richard Lynch y Michael Berryman en inevitables roles malignos.
Simpática.

jueves, 10 de mayo de 2018

CACERIA HUMANA

Por su condición de microcosmos de la vida real en donde se ven exacerbados los peores defectos del hombre, y la violencia y el machismo se encuentran siempre a flor de piel, las partidas de caza en el cine han representado casi desde sus comienzos la metáfora perfecta a la hora de reflejar tanto la violencia inherente al género humano como la realidad político-social del momento, alegoría última que se verá elevada hasta su máxima expresión en el caso de que las películas sobre cazadores procedan de países que hayan sufrido una guerra civil y/o que hayan sido gobernados por regímenes dictatoriales (por ejemplo, "Furtivos", "La escopeta nacional" o “La caza” de Saura) o, sobre todo, cuando el principal objetivo a batir en sus tramas sea el propio ser humano.
Hijo bastardo de “Deliverance” y “Perros de paja” (o, como diría Víctor, “Masturbating Dogs”) el film rodado en España “Los cazadores” ya proponía en 1974 una interesante pero fallida mezcla entre el rape & revenge, el cine de vigilantes y el survival, dentro de una historia en la que tres veteranos de Vietnam que en su juventud fueron acusados de la violación de una joven (Peter Fonda, Richard Lynch y John Phillip Law) tienen por costumbre en la actualidad secuestrar cada año a una parejita y conducirlos a su retiro en el bosque con el propósito de - entre otras cosas - poder practicar la caza del hombre. Como verbaliza uno de los protagonistas, después de las barbaridades que vieron e hicieron en Vietnam matar sólo a unas cuantas ardillas les sabe a muy poco. De esta manera, títulos como los anteriormente citados de Boorman y Peckinpah sirvieron tanto de perfecta metáfora del conflicto en el Sudeste Asiático como de parábola del preocupante aumento de los niveles de criminalidad en las grandes ciudades del país. Por su parte, exploits como “Los cazadores” o “Cacería humana” convirtieron el estrés postraumático de la guerra en piezas tan visibles y obvias de sus tramas que el comentario social se banalizó y vulgarizó, de inmediato y sin remedio, al verse situado en un primer plano al que no pertenecía.
Dirigida en 1980 por el especialista en westerns Burt Kennedy, “Cacería humana” comparte así más de un punto en común con “Los cazadores”: como cada año un grupo de amigos de mediana edad, con Charlie (Rod Steiger) a la cabeza, llega en hidroavión a las montañas canadienses para practicar la caza del pato. Sin embargo, nada más poner el pie en tierra comprueban que el guardés encargado de las cabañas ha sido sustituido sin previo aviso por David (David Huffman), un joven barbudo y de pelo largo que se verá obligado desde el comienzo a soportar las puyas de Charlie. “Tú eres un chico, ¿no? Porque con tanto pelo y esa barba podrías ser una mujer barbuda.”, le llega a decir en un momento dado el personaje interpretado por Steiger. Sin embargo, estas inofensivas bromas muy pronto se transformarán en ataques directos contra el muchacho cuando se sepa que éste se encuentra alejado de la civilización por haber desertado del ejército: Charlie, el cual perdió a un hijo en Vietnam, ve de este modo representados en David los peores defectos de la juventud americana, aquellas flaquezas que les llevaron no sólo a perder la guerra sino también a un montón de buenos y jóvenes patriotas. Aprovechándose de la ventaja del aislamiento que le brinda la naturaleza, Charlie decidirá entonces restaurar el orden y la ley y acabar con David y, de paso, con su también inocente novia.
Por desgracia, en contra de lo que cabría esperar y a pesar de su título español, el también guionista Kennedy toma como claro modelo “Perros de paja” antes que optar por ofrecernos una reinterpretación en clave setentera y post-hippie de “El malvado Zaroff”: y es que, además de estar situadas ambas en emplazamientos rurales, “Cacería humana” y el mítico film de Peckinpah comparten asimismo similar estructura, y no sólo por el hecho de mostrar de manera paulatina la escalada de violencia que sufre en sus carnes la joven pareja; asimismo, la mayoría de las agresiones (verbales al principio, físicas más tarde) se centrarán en la figura de la novia del protagonista: por ejemplo, en el diálogo más políticamente incorrecto de toda la cinta uno de los amigos de Steiger le comentará al resto, “Si yo tuviera un lavaplatos así, sería feliz” tras observar los atributos físicos de la joven desde la distancia.
En este sentido, el personaje femenino existe en la película única y exclusivamente en relación con la venganza que posteriormente llevará a cabo su novio, en una concepción bastante similar - y ahí se nota la mano de Kennedy - al limitado papel que por lo general ha desempeñado desde siempre la mujer en el western, ya sea como mero interés amoroso del héroe o como simple desencadenante de la acción. El propio Kennedy ya se había encargado de subvertir este concepto a comienzos de la década anterior al combinar la clásica peli de vaqueros con el rape & revenge en “Ana Caulder”, film rodado en España en el que Raquel Welch se venga de los tres hermanos que la violaron, quemaron su casa y asesinaron a su marido.
Por desgracia, y obvio es decirlo, en “Cacería humana” la escalada de tensión no está construida tan brillantemente como en “Perros de paja” y, en este aspecto, la película no depara absolutamente ninguna sorpresa, tanto por seguir con tiralíneas un modelo de (sub)género ya establecido de antemano, y por lo tanto conocido de sobra por el espectador, como por mostrar sus cartas demasiado pronto: de hecho, y en una decisión de montaje tan valiente como suicida, Kennedy no sólo se arriesga a comenzar la película por el final sino que asimismo irá incluyendo una serie de flashforwards a lo largo del resto del metraje por si a algún espectador no le ha quedado a esas alturas demasiado claro como va a terminar la película.
Como era de prever, un profesional tan poco sutil como Kennedy se desenvuelve mucho mejor en las escenas de acción que en el desarrollo psicológico de los personajes o a la hora de retratar el inevitable conflicto generacional; así, la película solo parece funcionar cuando se deja de discursos y se enfrenta a la acción pura y dura, aunque también es cierto que la estrechez de miras de su reiterativo libreto tampoco da lugar a demasiadas sutilezas: así las cosas, es en el último tramo de la película, aquel en el que se difuminan los límites entre cazador y presa, donde “Cacería humana” adquiere pleno sentido, donde se revela al fin como una película eficaz a pesar de lo incongruente de su guión, de su ambigüedad política, del poco carisma de Huffman y de la interpretación innecesariamente intensa y carente de matices de un antipático Rod Steiger, intérprete que, no por casualidad, se especializó en roles de villano en esta última etapa de su filmografía. Desempeñando un papel que en un principio iba destinado a Lee Marvin, el protagonista de "En el calor de la noche" se muestra aquí absolutamente incapaz de aportar un mínimo de humanidad a su personaje de padre afligido, de enloquecido ex sargento de los marines incapaz de comprender el comportamiento de la generación inmediatamente anterior a la suya; un personaje que, tanto por su conservadurismo como por el odio asesino que muestra hacia los hippies, comparte más de una característica tanto con el protagonista de "Joe, ciudadano americano" como con el Paul Kersey de la saga de El justiciero.
Si eres fan del survival supongo que puedes darle una oportunidad a "Cacería humana": dentro de su género no es de las más aburridas ni tampoco de las peores. Y aunque no consiga despojarse en momento alguno de su asumida condición de pastiche, su plano e impersonal remix de referencias llega a funcionar gracias a la innegable profesionalidad detrás de las cámaras de Kennedy, que no a su guión, claro. Y aunque no las supere en ningún otro aspecto, al menos el director de “El asesino dentro de mí” tiene la valentía de plantear un final (o un principio, aún no lo tengo demasiado claro) aún más sombrío y pesimista, si cabe, que el de los superiores modelos a los que trata de imitar. 

sábado, 23 de septiembre de 2023

EL JUEGO DE LA MUERTE / DEPORTE MORTAL

Cuando Roger Corman requería de nuevos cachorros a los que explotar en sus rodajes, con la excusa de una primera oportunidad laboral, corría a las aulas universitarias en busca de hambrientos estudiantes de cine. Rara vez confió un curre, especialmente la dirección de un largometraje, a un creador puramente autodidacta. O surgido de movimientos contra-culturales (por mucho que el cineasta se subió al carro de estos cuando el mercado lo demandaba, claro). Es lógico, Corman siempre ha sido un tipo bastante conservador, por lo menos en lo creativo, y no querría fichar a peña dispuesta a salirse del camino recto (la única vez que dio una oportunidad a alguien surgido del underground, se decantó por el más moldeable, menos arriesgado y rompedor de todos, Curtis Harrington) Era su manera de asegurarse el tiro. De no liarse con gente problemática, rebotona y que gastase ínfulas autorales, especialmente porque solía confiarles trillados y despersonalizados productos de género destinados a contentar a toda suerte de audiencias, les gustara o no. Aunque a veces la fórmula fallaba.
Ahí tenemos el sonado caso de Nicholas Niciphor. Cuando Corman vio sus cortos universitarios, se enamoró de él y raudo lo puso a las riendas de "Deathsport", "El juego de la muerte" en España (conocida también como "Deporte Mortal"), una especie de secuela en espíritu de uno de sus mayores éxitos setenteros, "La carrera de la muerte del año 2000". De hecho, contaba con el mismo protagonista, David Carradine.
Sin embargo, el rodaje fue un desastre. Niciphor se veía incapaz de controlar nada, probablemente por la imposibilidad de conectar con lo que estaba contando. No tenía puesto el corazón en el proyecto, incluso tal vez lo detestara... a él y al género al que pertenecía. Se sabe que, antes de aceptarlo, nunca jamás había oído hablar de Roger Corman y desconocía lo que significaba el término "serie B". Todo su conocimiento se limitaba a David Lean y Akira Kurosawa, algo muy propio de un graduado de la Universidad de Califronia.
Sus peleas con el elenco principal eran tal que Carradine llegó romperle la napia de un certero piño (aunque hay quien lo desmiente). Tras 21 días de rodaje, una barbaridad para los estándares habituales de Corman, este echó al aspirante (al que ocultó en los créditos bajo seudónimo de Henry Suso) y puso a su pupilo Allan Arkush como cabeza de buque. Pero "Deathsport" ya estaba condenada, a lo que no ayudaban mucho los excesos porreros de David Carradine y los cocaino-alcohólicos de la actriz, Claudia Jennings, quien palmaría muy poco después en un accidente automovilístico. Y hablando de accidentes, de estos hubo unos cuantos durante la confección de la película. Si la consumen atentos, serán testigos del más impactante, cuando un doble en llamas cruza demasiado cerca de otro figurante y, básicamente, le prende fuego. Este corre como un loco, se tumba frente a la cámara y llegamos a ver el humo del extintor entrar en el cuadro antes del corte. Jevi, jevi.
La cosa va de un futuro pos-nuclear. Los villanos de turno quieren entrar en guerra con la ciudad vecina, para lo que inventan unas "máquinas de la muerte" que no son más que jodidas motos mal tuneadas. La idea es convencer a la atontada plebe de su eficacia, así que se sacan de la manga unos juegos en los que se caza a "criminales" condenados. 
Pa  la ocasión, se han agenciado como presas a dos guerreros místicos que, claro está, les harán la puñeta. Escaparán pero serán perseguidos, en una carrera que no termina nunca y con la que acabas hasta el gorro de ver motos subir y bajar colinas.
Teniendo en cuenta que el mega-hit "La guerra de las galaxias" lo había petado apenas un par de años antes, Corman quiso incorporar pequeñas cositas de este a su "Deathsport" (fechada en 1979), tanto ideas (la fuerza mística de la que se valen los guerreros), como estéticas (esas ropas blancas, esas espadas que, a falta de ser láser, son como de cristal) y sonoras (literalmente llegamos a oír la respiración de Darth Vader y los zumbidos de algunos cazas intergalácticos) Y el resultado pues.... bueno, es lo que es. Una cosilla muy cutrona, como muy dejada, en la que a ratos asoma la risa involuntaria y cierto tedio, pero tampoco nos induce al suicidio. Con un poco de paciencia, se deja ver y hasta resulta medianamente entrañable. En el momento de su estreno fue un batacazo tremendo y nunca pudo dar pie a la continuación que Roger Corman tenía en mente. Casi mejor. Aquello no lo iban a salvar ni Arkush (que se avergüenza de ella) ni un milagro.
Al villano le pone -quemado- rostro nuestro querido Richard Lynch. Una jovencísima Linnea Quigley corretea por ahí -no acreditadamente- haciendo de cortesana. El todoterreno Gary Graver se encarga de la fotografía. Y nada menos que Jerry Garcia de "The Grateful Dead" colabora en la banda sonora, gracias a la conexión de Allan Arkush con la música rock. Sin embargo, según he leído, su trabajo queda diluido entre sintetizadores.
En cuanto al patata de Nicholas Niciphor, lo intentó de nuevo poco después con una comedia ("Adiós mundo loco"), pero fue sustituido a medio rodaje, ¡¡gafe!!. No volvió a probar suerte como director nunca más, centrando el resto de su carrera en escribir guiones (
entre los más curiosos el "Tusk" de Alejandro Jodorowsky) muchos de ellos destinados al mercado Germano. Supongo que ya no le querían en suelo norteamericano y tuvo que buscarse alternativas... algo así como Brian Yuzna... ¡chas-pun!

A continuación, les dejo la caratula del VHS editado por Icaro. Obviamente, los dos barandas motorizados que posan al pie NO aparecen en la película (deben pertenecer a alguno de los muchísimos seudo-exploits de "Mad Max 2" paridos en Italia o Filipinas) Y, si se fijan, casi se diría que a la hora de escribir el apellido Carradine, han cambiado la C por una G, lo que nos trae a la memoria aquel célebre sketch de "Martes y 13" donde rebautizaban al actor como Guarradine. Probablemente solo sea un efecto visual... ¿o no?


lunes, 15 de septiembre de 2014

LA MALDICIÓN DEL CUARENTA Y NUEVE

Tal y como va la cosa con el cine, se tiende a reivindicar los ochenta como la era dorada del video club. Sin embargo, con el DVD ya instaurado en nuestros hogares, nadie se acuerda de una segunda era dorara, relativamente reciente. Hoy un video club, es un capricho que se permite alguien cuya economía está saneada, un local casi excéntrico que no le reporta beneficios. Pero recién salido el DVD, los videoclubs fueron, al menos durante unos años, un negocio. Y eso generaba mercado.
Es por eso que a principios de la década pasada, con el nuevo sistema domestico para ver cine, pasó un poco lo que en los años ochenta. Aparecieron de debajo de las piedras montones de pequeñas distribuidoras que traían a los estantes, sus “Direct to vídeo”. De 2000 a 2009, más o menos, salieron al mercado montones de títulos destinados al ámbito del DVD, en su mayoría de terror. Pequeñas ponzoñas que hacían la visita al videoclub, sin duda, más deliciosa. Productoras como la “Nu Image” salen de este segundo boom del vídeo club, al igual que sellos ya desaparecidos como “Luna Nueva” o “Big Time” o… que se yo. Localizar estos DVDs a día de hoy en tiendas de segunda mano o en rastrillos, es un autentico placer para mí, porque bien es cierto que conseguir cualquier joya del VHS ochentero es relativamente fácil en Internet, debido a la nostalgia, el coleccionismo, e incluso, el esnobismo hay cientos de usuarios montando y ripeando esos títulos. En cambio, estos de la década de dos mil, si, se pueden encontrar en la red, pero por norma general, con más dificultad.
Esta introducción viene a cuento por que la película que paso a reseñarles (y la película, quizás, sea lo de menos) pertenece a los años de ese segundo boom, y está concebida como película para ser alquilada en aquellos casi extintos recintos, además de haberla adquirido recientemente y a un precio de risa en un rastrillo.
Se trata de un “Slasher” línea sobre natural –es decir que mantiene la estructura del “Slasher”, pero el asesino, al igual que Freddy Kruegger, no es un señor con máscara, sino un ente sobrenatural-  dirigido por un pequeño artesano de los efectos especiales que en este blog nos cae muy bien y que responde al  nombre de John Carl Buechler, creador de los “Ghoulies” y director de cosas como “Troll”, “Cellar Dweller” o “Viernes 13 Part. VII”, entre otras tantas.
La película en realidad es bastante malilla. Y es que como director, aún con la simpatía que despierta, el señor Buechler anda un poco justo.
Un grupo de parejas se reúnen en  unas desérticas colinas, con el fin de ir a buscar una mina de oro que, según las leyendas locales,  está escondida por esa zona.  Esto hace que despierten a un viejo espíritu del salvaje oeste, un minero que en su momento hizo un pacto con el diablo y que lanzó una maldición en la que, cualquiera que intentara llevarse su oro, sería castigado. Así que aparece para cargárselos de formas variopintas, aunque no por ello originales.
A un nivel global, cuando yo me pongo un “Slasher” videoclubero, se a lo que me expongo. Por eso soy permisivo con ellos. Esto es; todos los putos tópicos, largas y eternas conversaciones, tempos muertos, aburrimiento por doquier, todo ello salvable única y exclusivamente, por las cantidades de sangre que tengan los asesinatos.  Entonces, “La maldición del cuarenta y nueve”, tiene todo eso, pero además, los asesinatos son sosos, el asesino no tiene ningún carisma, ni es aterrador, ni hay excesiva sangre. Además cuesta horrores llegar al final, pero ¡Cojones! Me cae simpático el producto en su mera existencia.
Para rematar el nivel de “malísmo” de la película diré, que la mayoría  de esta transcurre de día (y no paran de hablar) y la ambientación es tan nula, que vemos el rostro del asesino todo el tiempo ¡Por el amor de dios, Jonh Carl, quita un par de foquitos, pídele al director de fotografía que ilumine menos el rostro… que se yo!
Pero, como ya les digo, al tratarse de un “Slasher” videoclubero comprendido en esta época, me cae simpatiquísimo, lo reivindico y me lo zampo entero con una sonrisa en la cara.
En cuanto al reparto, junto a los cuatro protagonistas puestos ahí para que “El del cuarenta y nueve” se los cargue, y esto dota a la película de mayor simpatía si cabe, tenemos un buen puñado de rostros conocidos del cine de género y de serie B americano, haciendo papeles secundarios, pero que son el guiño que Buechler lanza al aficionado que va a alquilar la película. Así, van circulando por la pantalla los rostros de Karen Black ( vista en  “Easy Rider”, “Aeropuerto 75”, “Pesadilla diabólica” o “Invasores de Marte), John Phillip Law ( “El viaje fantástico de Simbád”, “Noche en el tren del terror” o “Thunder III”), el fetiche de Rob Zombie, Richard Lynch (“Cromwell, rey de los bárbaros”, “Invasión U.S.A.” o “La venganza de los muñecos 2 –Puppet Master III”), Michael Kove (“Karate Kid”, “Rambo” o “Justicia Final”) o, interpretando al viejo minero fantásma, Vernon Wells (“Fortaleza infernal”, “Mad Max 2” o “El Chip prodigioso”). Ahí es nada.
Así que, tanto como recomendarla no, pero si decirles que le echen un vistacillos. John Carl Buechler, del que si me pongo aquí a citar las películas para las que ha hecho maquillajes o efectos especiales no termino nunca, siempre es una garantía de algo… No sabemos si bueno o malo, pero algo, eso seguro.

martes, 17 de junio de 2025

LA NOVENA CONFIGURACIÓN

Manda cojones la desfachatez de William Peter Blatty. El muy cretino iba a los cines a reírse de “Exorcista II (El Hereje)” y la ponía de vuelta y media. Y encima tuvo la jeta de decir que "La novena configuración", su debut como director en 1980, era la verdadera secuela de “El Exorcista”. Obviamente, todo eso se lo sacó de la manga, porque lo cierto es que “La novena configuración”, basada en la novela anterior a “El Exorcista” del propio Blatty, “Twinkle, Twinkle  Killer Kane!” (título con el que también se conoce a la película en algunos países), se ambienta en el mismo universo de “El exorcista” con pequeñas e imperceptibles conexiones que, a no ser que vivas obsesionado con la película de William Friedkin, tampoco localizarás. Y es tan mala que hace parecer a la secuela perpetrada por John Boorman una obra maestra. De ahí la desfachatez del escritor/director. Pero al margen de los lazos que la unen con “El Exorcista” o las posibles rabietas que en un momento dado se pudiera llevar Blatty, lo primero que me llama la atención de "La novena configuración" es que, si bien técnicamente estamos ante una película verdaderamente competente, por todo lo demás es verdaderamente chapucera y bobalicona, resuelta con un planteamiento excesivamente largo (una hora completa de metraje) y un nudo y desenlace que ocurren en un santiamén.
Y le pasa como a “The Room”, que es tan estúpida e inenarrable que, a posteriori, Blatty divulgó que en realidad se trataba de una comedia de humor negro, así como lo había sido la novela previa en la que se inspira (y que por lo que fuera escribió y reeditó dos veces). Mis cojones.
Entonces tenemos una especie de hospital psiquiátrico para soldados con problemas mentales. Lo que sucede es que las autoridades se están planteando si esos problemas mentales son reales o si los soldados se los inventan para irse (o no combatir) en la guerra de Vietnam. De este modo, llega al lugar un psiquiatra militar que los irá entrevistando para delimitar quién miente y quién no. También acabará cubriendo necesidades de los locos en torno a sus excentricidades. Al mismo tiempo, tendremos una violenta banda de moteros que la liarán parda, un impactante giro final y muchas, muchas, muchas conversaciones, eternas, sobre el bien y el mal o la existencia de dios y el diablo. Además de chistes de vodevil, violencia descarnada que no viene muy a cuento y hasta unas pequeñas dosis de surrealismo.
Viéndola, da la sensación de que Blatty, ante la imposibilidad de William Friedkin a realizar este guion, se tomó la dirección de su primera película con la finalidad de convertirse en una especie de nuevo Stanley Kubrick (toda esa secuencia del hombre en la luna ante la presencia de un cristo crucificado...), pero es obvio que el hombre no llega y, lejos de salirle una obra maestra, le sale esta patochada.
Ahora, como Blatty no quería trabajar con "Warner Brothers" porque le debían dinero, ofreció el proyecto de “La novena configuración” a "Universal" y "Columbia", que algo raro verían cuando ambas decidieron descartar la posibilidad y apostar sus dineros en otras producciones. Así que el futuro cineasta puso unos milloncejos de su bolsillo, además de convencer a "Pepsi" para añadir otro par, siempre y cuando, por motivos que tenían que ver con la burocracia y economía de la marca de refrescos, el film se rodase en Hungría.
Posteriormente, el karma castigó a Blatty, porque, para su estreno, cedió los derechos de distribución a "United Film Distribution" que, muy sabiamente, los vendió a "Warner Brothers" quienes la distribuyeron de aquella manera. Los resultados económicos fueron tan pobres durante la apertura  que, finalmente, "Warner" le dijo a Blatty: “Toma chaval, aquí tienes tu película y haz con ella lo que quieras”.  Así que cineasta / escritor, todavía con mucha fe, se tomó un tiempo para retocarla y pasó a formar parte del catálogo de la "New World" de Roger Corman, quien la relanzaría en 1985 con resultados similares.
El paso de los años, los distintos estrenos y ediciones videográficas, han convertido esta película en una de culto, máxime si tenemos en cuenta que, para cada movimiento de distribución hay una versión distinta. Es por eso que, a lo largo y ancho del globo, existen una ensalada de cortes de “La novena configuración” (o “Tinkle, Twinkle Killer Kane!”, lo que prefieran), por lo que es muy difícil saber a ciencia cierta cual es la que dio por buena el director —aunque probablemente ni él mismo lo supiera—. Una de ellas con un póster bastante llamativo, porque sin ningún tipo de coherencia utiliza a uno de los moteros que aparecen en una de las escenas para efectuar una especie de plagio del póster de “La naranja mecánica”, motivo este que me deja aún más claro que Blatty pretendía ser una suerte de Kubrick.
Como fuere, se trata de una de las películas más chapuceras y demenciales que he tenido la suerte de ver, además, también, una de las más aburridas, y solo por eso yo creo que ya es digna de consideración. Pero, madre de dios, que dos horas más infernales…
En el reparto tenemos auténticos pepinos completamente desatados y mal dirigidos: Stacy Keach, Robert Loggia, Jason Miller, Tom Atkins, Joe Spinell, Richard Lynch
William Peter Blatty, que toda su vida a defendido la calidad de su película y su puesto como auténtica secuela de “El Exorcista”, diez años después aprendería a dirigir y lo pondría en práctica con “El Exorcista III” que, paradójicamente y visto lo visto, está muy bien.

domingo, 28 de julio de 2013

SANGRE DE HÉROES

En un futuro indeterminado, aunque claramente post-apocalíptico, existe un juego que es así como el rugby pero a lo bestia, donde la peña se ahostia hasta partirse la crisma con el único fin de clavar una calavera de perro en un palo. Los piraos que se dedican a ello se hacen llamar "Juggers". La prota de nuestra historia es una muchacha ambiciosa que quiere formar parte de un equipo de estos que va de pueblo en pueblo machacándose, curándose las heridas y ganándose las garrofas. Pero existen dos categorías, los que luchan en plan cutre en la desértica superficie y la liga oficial, que es "todo lujo" y se celebra bajo tierra, en lo que llaman "la ciudad roja". Resulta que el capitán de nuestra heroica panda es un ex-jugador profesional al que echaron por tirarse a la pava incorrecta... pero ahora quiere recuperar la gloria perdida, por lo que arrastra a sus muchachos hasta la civilización subterránea y desafía al equipo local. Las hostias serán como panes y correrá la sangre... la sangre de héroes, que es más o menos como originalmente se conoce a esta peli en algunos países de habla inglesa, "The blood of heroes", aunque en otros fue bautizada como "Salute of the Juggers".
Se trata de una co-producción entre Estados Unidos y Australia del año 1989 escrita y dirigida por un nombre de cierto peso, David Webb Peoples. Y si digo lo de "nombre de cierto peso" no me refiero a sus tareas como director, ya que "Sangre de héroes" es su única aportación (si no contamos un corto documental previo), en realidad todo el prestigio que Peoples arrastra se debe a su faceta como guionista. Ahí van algunos de los libretos que ha tecleado: "Blade Runner", "Lady Halcón", "Leviathan, el demonio del abismo", "Sin Perdón", "Soldier" y "Doce Monos". Caziná. ¿Que por qué no volvió a dirigir nunca más?, pues no lo sé a ciencia cierta, pero podría ser que "Sangre de héroes" no fuera una experiencia que se saldara con éxito. A España llegó directamente en vídeo y tampoco podemos decir que haya hecho mucho ruido, algo desconcertante si tenemos en cuenta que, sin ser nada desorbitante, sí hay cierta guita de por medio y que el reparto es lo suficientemente sólido, basta un repasico para darse cuenta de ello: el eterno Rutger Hauer, Joan Chen (entonces bastante de moda por su intervención en la serie de David Lynch "Twin Peaks"), Vincent D´Onofrio (que para la ocasión añade un Phillip a su nombre), el simpático Delroy Lindo (al que tengo en gran estima desde que interpretara al excéntrico inventor del rayo perforador en la reivindicable "El Núcleo") y en un escueto papel, Richard Norton, "actionjero" de serie B con un impresionante y admirable curriculum (ha compartido pantalla con Jackie Chan, Chuck Norris, Michael Dudikoff y tropecientos más). Sin salirnos de esos parámetros, y ya rizando el rizo del friquismo, en tareas de "coordinación de dobles" localizamos a Guy Norris, veterano en estas lides, director él mismo de algunas muestras de "actioners" de segunda fila (con Richard Norton en algunos de ellos) y que, a pesar de las apariencias, no tiene ninguna relación familiar con... bueno, ya sabes.
"Sangre de héroes" es un entretenimiento del todo correcto ideal para una tarde de Domingo, que es justamente cuando yo la he consumido. En sus escasos 90 minutos de duración no encontrarás nada especialmente genial, ni original, ni chocante (salvo las hostias que se meten unos a otros, aunque a un nivel muy standard de truculencia), pero tampoco nada ofensivo en un sentido básicamente negativo (porque a veces, amiguito, lo ofensivo también puede ser bueno!), está bien hecha toda ella, en general y, como decimos en mi pueblo, pasas el ratico.
Pues ni tan mal, ¿no?.

PD: Nótese que el poster aquí empleado lo firma el gran gran E.Sciotti.

sábado, 15 de noviembre de 2025

ROBOCOP 4, POLICÍA DEL FUTURO

Conocemos la irritante manía de los yankis por estirar sus logros hasta hacerlos sangrar. Centrándonos en el cine y, más concretamente, ciertos personajes icónicos, no existe uno más perjudicado por tal práctica que "Robocop". Considerando naturaleza, tono, maneras y esencias de su maravillosa e inmortal película de debut, "Robocop" jamás tendría que haber sufrido los envites de la secuelitis, el merchandising y todo lo demás, incluidos comics, dibujos animados y, como veremos, series televisivas. Estaba hecho para una única ocasión y luego, palacaja. Habría sido una estrategia inteligente.... cualidad esta ausente en las oficinas de Hollywood cuando es el montante el que habla. Y oiga, no pretendo arrebatarle el mérito a sus padres putativos sobre el papel, Ed Neumeier y Michael Miner, pero, visto lo visto, está claro que fue la mano de Paul Verhoeven la que otorgó todo lo bueno, único e irrepetible a "Robocop". Y a las pruebas me remito: El año 1994, Neumeier y Miner recibieron el encargo de convertir a su creación en personaje de caja tonta y a ello se pusieron (partiendo de un libreto originalmente pensado para cine). El resultado es la dolorosa prueba fehaciente de que, sin el holandés loco de por medio, la cosa no funciona igual. Ya, claro, algo totalmente extensible a las secuelas cinematográficas, pero en aquellas el guion, como saben, corrió a cargo del prestigioso Frank Miller y, contrariamente a lo que muchos dicen por ahí, soy de la opinión que el laureado comiqueante lo hizo peor, imposible. Por supuesto, este señala las presiones y exigencias de la producción como culpables de que su labor se viera enturbiada. Pero no me lo trago. El padre de "Batman: el regreso del caballero oscuro" MATÓ a "Robocop" (igual que, equis años después, mató a "The Spirit", causa que tengo pendiente revisar). 
"Robocof, cof 4, policía del futuro", fue lanzada en su día en España por "Manga Films" -bajo el subsello "Strong Video"- como continuación directa de las películas. En realidad se trataba del episodio piloto, titulado "The Future of Law Enforcement" y partido en dos para su emisión en USA. "Manga Films" llegó a editar una "quinta dosis", aunque en aquella ocasión no ocultaba su serialización incorporando, justo, los episodios siguientes al piloto. Al final la serie dio de sí 23 capítulos. Por mucho que he buscado, no he localizado más (había oído rumores que se alcanzaron hasta ocho entregas), tal vez la cosa funcionó peor de lo esperado... quien sabe. Toda información será bien recibida (Actualización: escribe el amigo Javi Pueyo y nos aclara que, cuanto menos, hubo una sexta dosis. Gracias caballero. Seguimos para bingo).
La trama principal gira en torno a un científico loco que crea una especie de entidad cibernética partiendo de cerebros humanos -extraídos en vida y de modo totalmente clandestino- dispuesta a controlar la ciudad. Con ayuda de un malvado ejecutivo de la "OCP" conseguirá acariciar su objetivo, hasta la llegada de "Robocop". Entre medias, dos tramas paralelas. Por un lado las trifulcas familiares del ciber-madero y, por otro, la misma entidad cibernética, que acaba adquiriendo la forma de la persona humana sacrificada para su creación y ayudando al bueno de "Robo".
Muchas de las características reconocibles de la franquicia están ahí: los telediarios con noticias extravagantes. Los anuncios publicitarios no menos delirantes (hay uno muy decente de dibujos animados sobre un superhéroe consumista). Sendos "tics" propios de los films precedentes (la compañera de "Robocop" haciendo globos con su chicle, la cámara subjetiva mientras el robot reposa en el taller, sus intocables directrices...) de los que, sospecho, se mangan algunas escenas. No estoy seguro, ni me apetece hacer la comparación, pero diría que sendas explosiones apestan a reciclaje (una práctica bastante común en estas cosas. De hecho, el título principal, ahí con su tipografía y ese vuelo rasante por el "skyline", es el mismo del "Robocop" original). Y es que, lógicamente, ver al poli de hojalata en acción cuesta mucho dinero, algo de lo que no disponen sus artífices, así que, ya se sabe, la cosa viene muy limitada. Básicamente tenemos escenas de tiros y mamporros al principio, en medio y al final. El resto es imparable verborrea y un "Robo" "de baja" durante un buen puñado de minutos a causa de un intento por destruirle. Era normal verle sufrir desperfectos graves en las películas, pero aquí le sacan partido extra.
Quizás el aspecto más elogiable, y pura consecuencia de la presencia de Neumeier y Miner, sea la misma persona de "Robocop". Diríase que la intención por respetar su primigenia naturaleza era genuina, evitando los momentos ridículos y vergonzantes que Frank Miller incorporó a las secuelas. Aquí "Robo" es tremendamente serio, más trágico que nunca, prácticamente inexpresivo, frío, austero y habla poco. Cuando no lleva el casco, lo rodean de penumbra (tal vez para disimular el maquillaje, pero funciona de esa otra manera). Todo ello me pareció maravilloso. Aplaudible. Pero nada más... el resto no podría ir más en contra de lo que mostraban las películas (y aquí incluyo las tres), y siendo este "Robocop 4" un producto "cajatontil" de los noventa, se pueden imaginar a qué me refiero: la violencia no solo escasea, es que el mismo robopoli evita sesgar vidas, deteniendo a los villanos sin hacerles más daño que algún moratón. Y utiliza su icónica pistola lo menos posible. Tampoco el humor negro y la mala uva que Paul Verhoeven inyectó en su clásico asoman por ningún lado. Cuando acá se tira de comedia, es bufa, simplona y cargante (especialmente respecto a los personajes del científico loco y su socio, cuya cruel maldad tendría que haber sido justamente castigada con una muerte dolorosa) Y, como en "Robocop 3", que no falte el crío repelente, rematado por un final ñoño de cojones.
No soy tan tonto como parezco, y cuando me puse a ver esto lo hice sabiendo a qué me exponía, esperando lo peor. Por ello, tal vez, la primera mitad todavía entró más o menos bien. Pero cuando "Robocop" desaparece de escena, la cosa comienza a ponerse realmente pesadita. Pasa un poco como con el "Superman" de Christopher Reeve. Molaba tanto verle con el bonito atuendo, que importaba poco la calidad del material envolvente... hasta que su presencia pasaba a cero y comenzaban a doler los glúteos. Además, al robopoli siguen acompañándole las notas de su esplendoroso himno machacón (o una reconocible variación del mismo). Otro ingrediente que funciona.
El desconocido Richard Eden se encarga de sustituir las mandíbulas de Peter Weller y Robert Burke (aunque el doblador español es el mismo, detalle a agradecer). Claro, tampoco es que el pobre hombre aporte mucho, de ahí que su carrera posterior continuara por derroteros parecidos, todo series y telefilms.
Muerta la compañera de "Robo" en las películas, le buscan una nueva, interpretada por Yvette Nipar (ni papa). Y el resto del reparto, pues lo mismo. No repite ningún personaje de la gran pantalla, todos son sustituidos por actores y actorcillos. Destaca Cliff De Young sobreactuado como científico loco (al no palmar cuando debía, saldría en dos capítulos más).
Paul Lynch, director, arrancó su carrera con bastante buena mano responsabilizándose de dos slashers con cierta solera, especialmente el primero de ellos, "Prom Night". El otro fue "Humongous". También se implicó en la confección de la antología "Manía". Pero, salvo estos títulos, la mayor parte de su filmografía la compone mucha morralla televisiva. Eso sí, el hombre ha currado a destajo, nadie lo pone en duda.
Por si les interesa saberlo, este "Robocop" televisivo no pasó de una primera temporada gracias a las bajas audiencias y peores críticas. Otros directores interesantes implicados en la refriega fueron Mario Azzopardi y Timothy Bond. Sin embargo, y porque los yankis no aprenden, en 2001 lo intentaron de nuevo. "Robocop: Prime Directives" tenía la loable intención de retomar las maneras duras y violentas del film original, pero tampoco creo yo que colara mucho porque, en fin, ¿sabían ustedes de su existencia?. Para la ocasión se contó con otro matao oculto bajo el disfraz. Luego vendría un decepcionante remake y el continuo anuncio -¿amenaza?- de que, el día menos pensado, tendremos al madero cibernético de nuevo en nuestras pantallas, grandes, pequeñas, medianas o minúsculas.



El amigo Enorm nos manda las restantes caratulas. Gracias compañero.


miércoles, 31 de diciembre de 2014

INTERVIEW: FEDE TARÁNTOLA

Un buen día, buscando por la red cine exótico y/raro, me topo de bruces y de casualidad con una película titulada “The Froggy Snuff Movie Zero”, que es en realidad un recopilatorio de piezas –animadas unas, de imagen real otras- de tirón claramente experimental, de un argentino llamado Fede Tarántola. Lo que veo me gusta, y me gusta bastante. Destaca, sobretodo, su manera de hacer cine vanguardista pero desde la óptica de un consumidor de referencias populares, con lo que la pedantería  y el intelectualismo, se queda de momento a un lado. Aflora por momentos (innato de los argentinos) pero la mayoría del tiempo se queda en un limbo.
Contacto con el director de marras, y me envía su más reciente película “Mad-Ddre”, un ¡musical de corte experimental que homenajea a “Psicosis”! y me gusta más que su largometraje anterior. Así pues, con esta excusa y con la de que Fede lleva más de 100 cortometrajes grabados desde 1996, con que hace fanzines y “Gacetillas”, ha publicado un libro, y que como no tiene un duro no puede pagar el alquiler y va a acabar en la calle, antes de que le quiten Internet, decido entrevistarle, para que ustedes, lectores amados y queridos, descubran algo interesante del underground que puede ofrecernos Argentina.
Les presento a Fede James Tarántola.


 Haces cómics, Fanzines, cortometrajes… A grandes rasgos; ¿Quién vendría a ser Fede Tarántola?

Que buena pregunta ¡porque siempre me la pregunto! Principalmente porque paso diariamente por variados cambios en rubros artísticos. Generalmente pienso: "el Fede debe ser ese chaval que cuenta que desde su mesita con lamparita esas Historias de Tammerlane en las muchas maneras que el arte lo permite" En el fondo sé que estoy para eso, porque eso es lo único que hice de mi vida: dibujar, filmar, actuar, musiquear, etc.

Desde 1996 hasta la actualidad has realizado más de 100 trabajos entre cortos y largos. ¿Por qué esa actividad tan frenética?

Básicamente arranqué como narrador, periodista de cine e ilustrador, y al poco tiempo (1995) estaba editando mi revista "El Gato Negro", un delirio que se instaló en la demencia del under de los 90s. Creo que ese suceso, sumado a una inmensa bola de ideas en la cabeza, me hizo surfear en un "trip-du-art" donde el que más frecuenté fue el de filmar: en un principio lanzando los 5 VHS de la revista "El Gato Negro", y enseguida ese sinfín de videos, cortos, clips, y largos, actuados o animados.

Te descubrí casi por casualidad navegando por Internet, y me llamó poderosamente la atención, por una parte, tu estilo, claramente experimental, pero siempre con un ojo puesto en el cine de género y, sobretodo, en el humor. ¿Por qué crees que, por lo general, quienes cultivan el cine experimental son unos pedantes?

Me ha pasado que mi escuela fue el cine, libros y cómics: es decir. Creo que estudié un par de cosillas con titulillos post colegio secundario, pero sobre todo investigué libremente, por placer y donde aprendí demasiado. Fue ahí cuando me detuve en los magos de la historia del cine, que quizá hasta hace unos años estaban perdidos en la nebulosa y porque era difícil hallar material. Aprender de esa manera e interesarme por muchas cosas, previo a internet y esquivando tanto colegio-de-moda-de-cine que hubo, hizo que comprenda quizá aún más el fuego de lo que es quemarse la carne haciendo arte. Eso es algo que sólo los "frikis" podemos saberlo, porque aparte de aprender, nos divertimos. Es decir, eso, soy "friki". Hay muchos genios que me dieron semillas a la mente, y todos fueron de la Comedia y del Terror: los únicos 2 géneros donde podés experimentar, pero también tenés que laburar el triple. Porque en esos géneros reside la escencia humana: la risa y el horror, o el drama torpe de la vida. Y las buenas ideas nacen del cine experimental, por más que muchas veces son productos aburridos o brodios imbancables sin onda y ritmillo. Ahora... sí ha pasado que en las últimas décadas, el tiempo industrializó al "cine experimental", casi como si fuese una moda o circo. Y todo eso hace que veas filas de tipos que se creen artistas por comprar tickets de moda para ver un director de moda, y luego esnobear pelotudeces a la salida de la facu. Creo que este sistema nuevo de digerir y vender arte, hizo que lo experimental sea cada día más pedante.

¿Está reñido el cine experimental con el humor y el género?

Me molesta quizá que mucho de lo experimental sea simple, chato, sin gracia, y hasta le pifie muchas veces en divertir con lo bizarro. Pero en gran parte, justamente creo que la comedia y el terror nacen en el cine experimental. Tomá un ejemplo en cuenta: hace 30 años nadie daba 2 centavos por tipos como George Romero, John Carpenter, Tobe Hooper, o un poco más cerca, con tipos como Peter Jackson o chavales Españoles fuera de serie en su género, como Alex de la Iglesia.  Cuando los "frikis" comenzamos a tomar riendas, nació un experimento copado, y eso empezó a marcar tendencia.  Pero una vez más, el Sistema lo convirtió en Escuela, y le puso vallas color alfombra-roja, para mantener del otro lado, consumiendo flashes, estudiando cine como si fuese la moda de "Mi hijo el Do´tor" y hasta comprando palomitas, en super promos americanizadas. Creo que en algún sentido el tiempo hizo de las buenas "frikeadas" (empezando con tipos como Meliés) un negocio para pocos, y donde lo que circula, en un 90% es sin identidad. Por ende, lo experimental (la base) se ha ido convirtiendo en algo aburrido, y hasta estúpido, y con el correr de los años, cada vez más ha perdido esa magia que tenía para con el humor y terror.

¿Cuáles serían tus máximas influencias a la hora de llevar a cabo cualquiera de tus actividades?

Es una lista de gente: te la paso?... Creando Cine son: George Meliés, Tod Browning, Carl Leamme, Alfred Hitchcock, Luis Buñuel, Clint Eastwood, Brian De Palma, MartinScorsese, John Carpenter, George Romero, Tobe Hooper, Wes Craven, Clive Barker, Peter Jackson, Blake Edwards, Los Hermanos Farrelly, Joe Dante, Steven Spielberg, George Lucas, Robert Zemeckis, Javier Fesser, Tarantino, Robert Rodriguez y miles más. Actores: Lon Chaney, Buster Keaton, Chaplin, PeterSellers, Benny Hill, Los Hermanos Marx, Jim Carrey. De literatura fueron unos pocos principales, que justamente me llevaron a hacer arte en sí: Edgar Allan Poe, Marco Denevi, Ernesto Sábato, Ray Bradbury y Stephen King. En la pintura: Dalí, Klimt y Modiglianni. En comics: Berni Whirghtson, John Byrne, Alan Moore, Stan Lee, Richard Corben... y uf... muchos más. Y en el dibujo de humor: los argentos Caloi, Quino, Fontanarrosa y el Ibañez español!


“The Froggy Snuff Movie Zero” es un largometraje que compila lo más granado de tus cortometrajes, servido todo con las presentaciones de un maestro de ceremonias inspirado en el Dr. Caligari, que va dando paso a las distintas piezas: Hay influencias en esa película desde los vídeo juegos de 8 bits, al cine de terror. Claramente te influencia la cultura popular, pero ¿Qué hay del cine de vanguardia y el Underground primigenio?

Básicamente es un homenaje a todo lo que se te ocurra de formatos y géneros del cine. Es decir: fílmico a video a digital, como del terror y fantástico a la comedia. En millones de fragmentos y personajes de esta peli están escondidos homenajes a genios del cine como del arte en general, incluyendo muchos detalles que sólo un "friki" puede encontrar y disfrutar. Siento que soy y me debo a los artistas, siempre digo. Lo copado fue que después de muchas producciones, con esta saga pude por fin sentarme a unificar todo eso a través de formatos como la tele y el videojuego, y con pixeles, metaforizar sobre el mundo. La "Froggy Zero" fue revelar las acciones de este mundo, justamente de las maneras mas aceleradas (sexo-demencia, música-sonidos y violencia-delirio), a través de medios y cosas como el cine de horror clásico versus el videojuego. De alguna manera, la considero tan metafórica como la Biblia y tan gráfica como mil películas en un segundo. Eso, por supuesto, quizá la haya condenado, por lo menos en Argentina, a considerarse como material bizarro, extremo, incluso a prejuiciarse en Festivales y Ciclos, como una peli que genera locura o que atenta contra la "buena cara" del cine (careta) nacional. Pero justamente desde el Under mismo, desde ese golpe se ha defendido, y ha atravesado barreras en Festivales Nacionales y extranjeros, llegando a la gente sólo para eso, su cometido único: divertir alocadamente sobre este Apocalypsis humano.
Si debo decir básicamente que pelis estuvieron a la hora de la influencia principal fueron los clásicos "El Gato y El Canario", "Psicosis", "El Gabinete del Doctor Caligari", "Viaje a la Luna", "El fantasma del paraíso”, "The Rocky Horror PictureShow", y todo eso fritado a través del videojuego "Frogger" y esa cosa destellante que tienen los (que yo llamo) "programas-cocaína-celu-juegos" de transnoche.



En tus cortometrajes dejas claro, que no solo no hace falta tener un gran equipo detrás, sino que, incluso, puedes hacer películas estando tú solo…

Esa fue una especie de premisa: lo minimalista y solitario, a través  del "lo-fi". Era el 2010, y hacía 7 años que había dejado de filmar: fue por desencuentros con el cine (de verdad, nunca entendí el mercado y la industria nacional), y trasca de que algún que otro proyecto (guiones, básicamente) me habían sido "robados". Cuando empecé con el "One Froggy Snuff", venía muy metido en la pintura, dibujo, gráfica, diseño. Quizá fue eso lo me llevó a que haga el 95% del laburo de los primeros cortos en solitario, donde el poco equipo que habría sería actores filmados o fotografiados en breve tiempo. Luego, vendría el trabajo principal de en meses de encierro transformar eso en un mundo casi virtual y tan imaginariamente-flashero como un viaje de LSD. Ese trabajo llevó meses de salir a sacar fotos a la calle, armar texturas con cartones y fuego y goma y pegamentos, ubicar las cámaras más pedorras y pixeladoras, y mezclarlo todo en una PC tipo Pentium 4 con 64mb de placa de video,  que tiraba lo suficiente para hacer que ese "Smash" (como nombro a las secuencias animadas de los Froggys) en Photoshop 7 y Premiere 6.5. Con el tiempo, he ido incorporando más personas, primariamente en la actuación, generalmente muy cercanos o artistas underground que admiro y respeto, y más adelante músicos y algún pequeño equipo técnico. Esto hizo que la saga vaya tornándose más actuada, más musical, con un equipillo mínimo pero "familia", con los que logramos sacar a los personajes de esas paredes pixeladas y coloreadas, hacia la demente Ciudad de Buenos Aires: el Pueblo de Tammerlane.


Después de ver “The Froggy Snuff Movie Zero”, me sorprendes más todavía con  “Froggy Snuff´s Mad–ddre”, una absoluta locura que yo califico como de película experimental y de guerrilla (Grabáis en la calle sin ningún tipo de vergüenza) que además es un musical cómico terrorífico, con toques de “Torture Porn” y que homenajea a “Psicosis”… ¡Tu estás muy mal de la cabeza! ¿cierto?

¡Así es! Creo que estaba de la cabeza al enfrentar semejante trip, porque realmente, ese largo-clip me la fritó. Pero fue un antojillo que disfruté: "Mad-ddre" fue como decir "Qué coño quedó fuera de esta primera etapa de los Froggys?" ¡y justamente era eso!: calle, violencia urbana, y los homenajes definitivos a Hitchcock y a Blake Edwards, entre otros. Sentía que necesitaba ver a Caligari caminando más allá de lo que fue el clip de "Paseo Violín". Quería ver esa cosa documental, con el tipo armado en pleno Centro de Buenos Aires y sacando a pasear a su madre muerta. De alguna manera, esta Capital viene estando tan alocada e impune como se la ve en el video, donde el programa principal de los Noticieros son los violadores, asesinos, necrofílicos, shooters en la street y muchos monstruos más. "Mad-ddre", en algún sentido, viene a reafirmar lo que la "Froggy Zero" plantea: que está todo podrido, pero para que no sufras del todo, te invita a una alocada canción principal ¡y hasta Tango! Cuando nació el guión en la cabeza, era obvio que no iba a poder dejar de homenajear a Hitchcock, Lon Chaney, Blake Edwards, George Meliés, siempre "presentes" en la saga.

Háblanos del actor que  interpreta a Caligari y de cómo haces para convencer al resto de actores. ¿Suelen ser vocacionales?

Guille era un fan de "El Gato Negro" que en el 2011 se acercó para encargarme unos diseños de logos y arte para su banda, "Bardolino". Automáticamente se convirtió en Caligari. Por esa época yo estaba escribiendo el mediometraje animado "4TH FROGGY SNUFF" y vi que el chaval tenía el "swing" indicado para el personaje, incluyendo el timbre de voz. Básicamente Caligari lo creé como símbolo del mal mismo, pero con un lado seductor, una mezcla de Nino Bravo, Phil Collins, el Detective Marlowe y el Doctor Caligari de la peli muda. Si Guille se convirtió en Caligari fue porque me entendió eso y el concepto de hacia donde iba la saga: de muda a musical, y que ese peso recaía en su personaje. Porque para mí, la primera expresión oral que debía haber en la saga (hasta el momento muda y con esos sonidos 8 biteros) era que, se convierta en musical: camino que ha labrado luego para sus secuelas clips, incluyendo el largo "Mad-ddre" y la peli "Froggy Musical" que estoy pre-produciendo. Como es el caso de Guille, es el caso de casi todo el elenco: casualmente casi ninguno es actor: o son músicos, u oficinistas, o amigos o vecinos. Pero como pasó con Caligari, todos, incluyendo la chica que interpretó al Froggy One, tuvieron que entender la "situation" a contar, más que "ser actor", "hacer de", "estudiar tal guión". Por eso mucho de lo interpretado por ellos nace a partir de esos juegos que planteados en reuniones, y las horas que se han tomado en revisar detalles que tengan que ver con la vida de esos personajes, para luego, exponerse de esa manera en los rodajes, donde yo también siempre lo planteé, ante todo, como un juego, y quizá más cercano a una fiesta de disfraces (a puertas cerradas).


¿Qué puedes decirnos de la escena Underground Argentina? ¿Confunden los espectadores el underground con esas películas, casi siempre de terror  que pretenden imitar con cero medios los resultados del mainstream?

Cuando en los 90 empezó a llegar la tecnología y el nuevo cine independiente Español y Norteamericano, acá en la Argentina creo que sucedió la mayor "desaparición-mental" de artistas después de la Dictadura. Recuerdo que por esa época yo daba mis primeros pasos como director y guionista, y atravesé por cientos de personas, productoras (muchas fantasmas) y personajes del medio, que querían filmar ese tipo de cine. El cine se puso de moda, y había filas de tipos sin arte ni ideas que quería hacer algo, quizás figurar o ser el famoso de la familia, pero de manera trucha. Creo que ya para finales de los 90, en Argentina, el 70% del cine independiente era reinado por seres atentos a realizar copias o intento de peli "mainstream". Aparecieron tipos que luego se impusieron como si fuesen importantes o de alta categoría, que no hacían otra cosa más que robarle a David Lynch, Wes Craven, Peter Jackson, entre otros. Muchos de esos copiones, ladrones y berretas se  inmiscuyeron en el universo del cine "main" argento, y se hicieron de un lugar dominado a su barata manera, y apoyados por ciertos medios, subsidios, under o no, que los tomaba como nuevos genios o talentos. De todas maneras, mucho no pasó, más que pudrir el mercado nacional, haciendo que el público reconsidere que en este país no se puede hacer género sin que te muestren una cosa experimental pedante o un cliché de cliché de cliché de cliché. Me ha pasado que en estos últimos 5 años, vi en Festivales cosas muy mal logradas, o cosas muy prolijamente robadas, factores que generaron desarticulamientos del arte y pérdida de identidad y fomento creativo. Creo que mucho de los verdaderos Undergrounds sobrevivientes y reales de Argentina, están en la Escena Gay: gente que se la tuvo que bancar a los prejuicios y los golpes, y que por suerte, cuando todo se globalizó, no perdieron su identidad creadora, que día a día avanza. Esperemos que tampoco se convierta en una fiesta de pop al pedo, y reinventen o tracen nuevos parámetros para generar esa magia que siempre tuvo Argentina de la de antes: el experimentar y no tener límites a la hora de producir una obra, sea del rubro artístico que sea.

 ¿Conoces a la gente de “5 locos producciones”, allá en Argentina?

No. Los he escuchado nombrar, porque creo que son de Saladillo, una zona que está teniendo mucho cine (mismo como San Nicolás, de donde uno de mis actores fetiche, Juan Carlos Nozzi). Desde ya sería copado conocerlos porque estimo que están haciendo de ese tipo de laburo "de las entrañas" y no con la "careta" de la pantalla de Capital Federal. Acá aún se suceden muchas distancias de artistas. Y en el medio de Festivales y Artistas Cero-Identidad y Oficio, uno se pierde de comunicarse con mucha gente, como esta que me nombrás. Y ya que estoy, los voy a buscar por la web...


¿Qué tal el paso de “Froggy Snuff´s Mad-ddre” por festivales?

Nada. Doloroso. Tan doloroso como una "madre golpeadora", ¡jajaj!... Acá en Argentina, fue completamente abortada. Herida y escondida desde la raíz misma, de ciertos "Festivales Under", cada día más negociados. Lo más triste del mundo fue que como equipo nos abortó un festejo. Contrariamente a los cortos Froggy anteriores, "Mad-ddre" fue un dolor de güevos el parirla. De la misma manera, sucedió al tratar de estrenar decentemente la peli "Froggy Zero". Sucedió mucho quilombo, muchas trabas, mismo desde INCAA TV que "traspapeló" la peli, creo que por prejuicio que era "ultra under" o muy "destellante". Súmale que ciertos Festivales y Ciclos reaccionaron diciendo que la peli era demasiado violenta o que la gente podría ofenderse por semejante lío de montaje y personajes enfermizos. Obviamente, "Mad-ddre" fue guardada, no fue valorada, fue escondida, mismo por gente que luego tomó conceptos y arte para generar fotocopiados videoclips y hasta gráfica misma en sus transados festivales. Con el equipo no nos esperábamos algo así: "una peli maldita", menos, después de la repercusión (incluso viral y mental) que habían causado otros episodios Froggys (como el 3ro) en Festivales Nacionales y Extranjeros, y en proyecciones especiales como fueron e Colegios y Penales. Creo, "Mad-ddre" será un trip que sólo el verdadero "friki-lover" de la Froggy Zero irá a encontrar de casualidad. Quizá eso le de con el tiempo alas, o que se le reconozca su arte. En los copados "frikis" del mundo confío que la descubran y disfruten, y hasta entiendan el por qué no pudo ver del todo la luz del proyector: justamente (como hablamos en la pregunta Nº10), es porque el poco cine que se ve y se hace de género en Argentina, es copiado, imitado, afanado de los clichés del cine de afuera.

¿Verdaderamente existe un público para el cine de Fede Tarántola?

Existen dos públicos muy distintos. Uno: es el público que sigue mis locuras desde mis primeras creaciones, generalmente gente que ha leído la revista o comprado los VHS de "El Gato Negro", o visto la tira de "El Pato Baratucci" que salía en la revista "El Acople"  y "La Bocina" y convertida en una mini serie animada emitida en "MTV". Esa gente es la que de alguna manera siempre está conectada a mi filmografía como también a mis producciones narrativas o con pintura y dibujo. Por otro lado, sí hay un público que es casual y que ése público se divide en dos: el que se horroriza del contenido y/o visual, como el que ve a través de eso, y comprende, como yo lo entiendo cuando me siento en la "mesita", que todo se trata de un cuento más acerca de este mundo, pero explicado de una forma "especialita". Después existe un tercer público, pero ese calculo me debe odiar porque con mis videos "visual-y-metafórica-y-violenta-de-mentes" los pongo de los nervios (y en muchos sentidos).


Aquí en España, a lo largo de los años, han existido varios sellos de DVD que editan películas amateur de variado pelaje. ¿Existe algo similar en Argentina?

Existen sellos, creo, pero de otra manera. Acá el under nunca fue considerado, hasta que ciertos personajes lo llevaron a lo masivo. Luego, con la llegada de los años 2000, muchos de los under que querían seguir viviendo de lo under, justamente negociaron con sistemas comerciales, para hacer producciones comerciales, generalmente copiadas de producciones extranjeras. A ese "cine-loco-prolijo" se lo empezó a llamar Under, y eso desvirtuó mucho todo, convirtiéndolo en una farsa. Principalmente, porque Argentina, gracias a su mercado, ha sido un país de consumo de arte y productos "a medias". Acá no sabíamos lo que se producía afuera, y por muchos años, la gente se obnubilaba con el cine de 100% USA. Y cuando todo se globalizó, muy pocos entendieron la diferencia de lo bueno y lo malo. Se esnobizó mucho todo. Se transó todo. Acá la cultura es gente que se mata por un subsidio, mientras los verdaderos artistas son afanados, censurados, enterrados. En Argentina, tenés buenos actores, pero una película buena cada 5 años por lo menos, y generalmente es de productora. Y después se usa mucho eso de simularla como independiente, y venderla como si fuese Hollywood. Creo que por esas pelis, se puso de moda acá el estudiar "cine". Hasta hace 15 años, si estudiabas cine, eras un "vago hijoputa". Luego de ese cine, si miramos para abajo, lo "under" sería una especie de intención "careta" de lograr eso, y a lo sumo, terminar poniendo en una peli loca a alguien famoso. Entre eso sobreviven productoras, pero como todo lo bueno de este país, cuando es bueno: termina corrompido o en un paredón (metafórica o literalmente hablando).

Si yo quiero ver alguna de  tus películas ¿Qué tengo que hacer? ¿Y si quisiera comprar el DVD?

Hasta donde tengo filmado, casi todo se puede disponer online. Mismo hago ediciones under (desde la era del VHS, pasando por el VCD al DVD) que he comerciado, como también desparramando para que se vayan piratizando. Durante los años 2000 al 2004 manejé la distribución de los (en aquel momento VHS) de "El Gato Negro Videos". La distribución (Aceite De Castor Producciones) abarcaba los principales 30 locales "frikis" de Capital y de ahí al país y limítrofes y mundo. Hasta que un buen día fue cuando empecé a disfrutar que se copiara de video a video expandiera, decidí bajar la persiana y abocarme a filmar. Los Froggys lo consideré como una nueva etapa, donde sería free el verlo, el tenerlo, incluso si me lo piden, se los mando free. Estas cosas nacidas, tan naturales, es siempre un placer el poder llegar, sin barreras comerciales y entretener. Lo que sí he buscado, es maneras de lanzarlas por cable o distribuidoras o en DVD por compañías pequeñas, pero he encontrado trabas como la de los Festivales y ese marcadillo oscuro de cine pedante y copiado. Me la chupa lo que gasté, incluso el equipo que laburó también está a prueba de balas y festivales, pero ese desamparo de estas pelis con aval de distribuidoras o mismo del INCAA, ha hecho que mi producción decaiga, y obviamente este año me encuentre con problemas económicos, como no poder seguir alquilando mi casa (post Navidad tengo que partir y no se donde). Pero no reniego, porque quizá no es época, o es este país malparido. Y tengo la paz, que el verdadero público ha sabido encontrar, comprender y disfrutar, a través de esas copias en disquillos o por la web. Eso mismo es el verdadero soporte que me doy a la cruzada, para seguir teniendo alma y vida, y encontrar la vuelta, donde más allá de las circunstancias, poder seguir creando y produciendo.

¿En qué trabajas actualmente? ¿Cuáles son tus próximos proyectos?

Como para desprenderme un poco de lo Froggy, este 2014 le di un respiro a la saga y me metí en crear una tira cómica. Empecé a ver de publicarla, pero voy a intentarlo en Europa, ya que aquí el mercado de la ilustración, y aún más de la tira cómica, está paralizado... Y eso que venimos de un país de grandes historietas. Pero lo mismo ha pasado con la narrativa de ficción. En una de esas si me agarra el chifle y la publico gratis en fanzine y/o online. Por otro lado, estoy re prendido de una nueva premisa: una especie de Froggy bueno que es "Tito". Tito es justamente un personaje (del Froggy 3) y que originalmente nació en una de mis tiras perdidas. Actualmente estoy editando el piloto de lo que sería un sketch con un personaje que va más allá de la demencia disléxica. Lo agradable es que pude jugar más con el diseño de producción (la escenografía caricaturesca sumada a las luces teatrales) y darme el lujazo de que esté protagonizado por dos genios de fierro del humor del teatro y tele nacional: Iván Moschner y Gerardo Baamonde.

También escribiste un libro en 1996 ¿verdad?

Justamente ese libro fue una especie de desvirgue: en 1993, en pleno colegio secundario, ya empezaba a asomarme el "indio-creativo" y me planteé publicar un libro. Y me planté en una Editorial con la idea, y rompí las pelotas, hasta que por 1996, (2 años después de terminar colegio secundario, y a un año de haber empezado "El Gato Negro"), el libro "Cómo copiarse en el colegio" se convirtió en mi primer sueldo real en el medio artístico. Lo interesante, es que el libro era una burla, porque en sí no enseñaba más que lo que uno aprende macheteándose, pero fue uno de los primeros experimentos para contar una etapa copada como el colegio (por esa época tenía 17 años cuando lo comencé, y 20 cuando lo publiqué) desde un punto de vista entre delirante, técnico y bizarro. Gracias a ese libro he conocido muchos artistas, escritores y personajes, entre ellos Caloi, Santiago Varela, Ricardo Darín, Luis Brandoni, entre otros, y principalmente al Genio del Doctor Tangalanga (que por esa época sólo era masivo en el under), y quien dio un empuje moral a mis primeros pasos y delirios en el humor & horror plasmados en una obra.

¿Qué pregunta te gustaría que te hubiera hecho y  me ha faltado? Y responde tu mismo, por supuesto.

¡Jajajaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Esa es buena... a ver... Yo me hubiese preguntado: "¿Cambiarías algo de tu obra cinematográfica?". A lo que yo respondería: " !No! Siempre me lo pregunto, pero sé que no, porque disfruté mucho creando estas locuras y que no me alcanza el tiempo para tantas más que vendrán."

¿Algo que añadir?

Sí: que siempre duermo con la luz prendida!
Gracias miles por este apoyo y por bailar al ritmillo de los Froggys. ¡Abrazos gigantes Víctor querido!