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martes, 18 de diciembre de 2012

EL PROTECTOR (2002)

Sigo repasando los títulos protagonizados por  Silvester Stallone englobados dentro de su espantosa decadencia, y comprendiendo película tras película, que efectivamente el problema no estaba en Stallone; el sigue con carisma y sigue atrayendo al público y  a sus últimos éxitos me remito. El problemas estaba en lo MALÍSIMAS que eran aquellas películas de la década de los 00.
Curiosamente, en “El protector” (que olé la imaginación de los distribuidores por este título. Hay como cuatro pelis más con ese título, y el original “Avenging Angelo” , traducido, es mucho más bonito, “Vengando a Angelo”…), su cartel nos vende una de Stallone a la vieja usanza, con tiros, acción y Stallone como tipo duro. Sin embargo la película nada tiene que ver con todo eso. Se trata de una comedia con toques melodramáticos de esos que a Stallone le gustan tanto para demostrar que es un buen actor. Y pensaría que en el engaño al que es sometido el publico radica el fracaso de esta película, si no fuera por lo rematadamente mala que es…
Un capo mafioso, debido a todos los enemigos que tiene, se ve obligado a entregar a su hija una pareja pobre, para que estos nunca la localicen  por lo que al matrimonio nunca le faltará de nada.  Tras ser asesinado,  este manda a su guardaespaldas (Stallone) a que le haga saber a su hija quien es en realidad su padre, y de paso que cuide de ella, porque sus enemigos intentarán matarla, así pues, el se encargará de ella, y lógicamente, surgirá el amor.
La intención de esta película es resultarle amable al espectador: No lo consigue. La intención de Stallone es demostrar que es un gran actor: No lo es. O al menos, cuando se sale de sus registros más violentos, cuando intenta estar sosegado y contenido, como en este caso, resulta prácticamente estático. Digamos que cuando de verdad tiene que actuar, si le sacas de “Rocky”, Stallone es un puto saco de patatas.
El caso es que la película es laaaaaaarga, durando tan solo noventa minutos. En ella no pasa nada, y encima tenemos que soportar el histrionismo de Madeleine Stowe, que si Stallone está estático, esta parece que se ha pasado con la cocaína y no para quiera. Una interpretación totalmete insoportable.
Intentando ofrecernos una película sosegada, la comedia  que encontramos en ella no lo és, y cuando hacen acto de presencia los chistes, que dicho sea de paso se nota mucho que son “Made in Stallone”, la cosa se convierte en un batiburrillo lleno de estupideces con un humor que haría sonrojar  de vergüenza ajena a un niño. Sirva como ejemplo:  Un mafioso intenta introducirse en la casa de la hija del capo por la ventana. Stallone lo trinca escalando por la pared y pronto lo deja K.O. Este se lo hecha al hombro y camina con el. El mafioso inconsciente  comienza a tirarse pedos, que escucha la hija del capo desde el interior de la casa. Stallone se excusa diciendo que son las ardillas, y a continuación, le da puñetazos en el trasero al mafioso que lleva en el hombro mientras le dice: - ¡Cierra el culo!. No se si este gag es brillante o una puta mierda, el caso es que, como fuere, la cosa no funciona.
Total, que hay que hacer esfuerzos para verla entera, y no me extraña que el público le diera la espalda, pero una cosa hay que reconocerle a Stallone. Que nadie le acuse de intentar hacer cosas diferentes en su vejez. Ahora que ¿Por qué otra comedia de mafiosos? ¿Es que no escarmentó con “Oscar ¡quita las manos!”? Porque esta es muy parecida, aunque la camuflen de cinta de acción.
Junto a Stallone y a Madeleine Stowe, tenemos como Capo a Antony Quinn, que moriría poco después de acabar su intervención en la película.
La música, impecable y preciosa, es obra del amigote de Stallone, Bill Conti.
Dirige Martyn Burke, que siendo uno de los guionistas de “Top Secret”, no se entiende como es tan soso dirigiendo. Tampoco hay ni un solo título destacable en su filmografía.
Seguiremos con los fracasos de Stallone en próximas reseñas. Que dios me pille confesado.

viernes, 5 de noviembre de 2021

THE MAKING OF ROCKY VS DRAGO

Se habla mucho últimamente en la redes sociales, sobre todo, en las pertenecientes a los fans más acérrimos de Stallone, del nuevo corte de “Rocky IV” en el que ha estado trabajando Sly durante los últimos meses del año 2020. Obviamente se trata de la película más floja de la saga de Rocky, pero sin embargo la más taquillera, por ende, posiblemente la que más interés tenga entre el fandom, y quizás el motivo principal por el que Stallone decide echarle horas de su tiempo a una nueva versión de esta precisamente y no de cualquiera de las otras secuelas.
El caso es que Stallone ha querido hacer un nuevo montaje definitivo desde cero, porque había muchas cosas que no terminaban de gustarle en la versión que se estrenó en cines hace ya más de 35 años. Y claro, montársela desde cero con todo el material filmado en la mesa de montaje, es un trabajo de chinos, y sonadas fueron las quejas de los fans cuando Sly anunció que había eliminado al famoso robot-asistenta de Pauly de esta nueva versión. Al final, no se sabe si lo ha eliminado o no.
Como fuere, la idea es estrenar esta nueva versión de “Rocky IV”, que llevará por título “Rocky Vs Drago: The Ultimate Director’s Cut”, en una sola sala asociada a Fathom Events, con difusión en directo On Line para todo el país, con una sesión de ruegos y preguntas posterior que también se retransmitirá en directo para todos los fans, el próximo 11 de Noviembre de 2021. Después de esto, la película se distribuirá a través del vídeo bajo demanda y, supongo, que se hará una buena edición en Blu-Ray.
Lo curioso también es que, consciente de la expectación que provoca con cada nuevo movimiento en los fans, Stallone decidió filmar todo el proceso de montaje de esta nueva versión de una manera casera, con lo cual, se ha sacado de la manga otra nueva película que ha colgado recientemente en su canal de Youtube para su visionado gratuito y que lleva por título “The Making Of Rocky Vs Drago”. Para ello se llevó consigo a las sesiones de edición a su amigo el director John Herzfer, responsable de la estimable “15 Minutos” —que ya dirigió a Sly en “Plan de escape 3” y “Camino hacia el éxito”— y que se encargaría de la dirección y montaje de este material. Para ello no utilizó más que su teléfono móvil, cosa esta que me parece una forma estupenda de realizar una película.
En “The Making Of Rocky Vs Drago” vemos, básicamente, a Stallone montando de nuevo “Rocky IV” y sudando la gota gorda. Que le vemos montando es un decir, porque en realidad la están montando un par de editores profesionales, siguiendo, eso sí, las ordenes de Stallone que ve el resultado del trabajo en una pantalla enorme en la misma sala. Sin embargo, queda claro que aunque Sly no toca los ordenadores, sabe un rato de planos y cortes. Entonces Stallone monta y habla. Filosofa y eleva su película a la categoría de arte, mientras bromea con sus socios y se queja porque no para de comer unos chupa chups de café que deben estar muy ricos: - ¿por qué comeré estas porquerías? – Dice Stallone.
Por otro lado, vemos también momentos en su casa, donde la cámara se detendrá en la ristra de merchadising que posee Stallone de sus películas, los bustos esculpidos en bronce de su persona, y en definitiva, la oda al ego que es la casa de Stallone al fin y al cabo, donde también le vemos disfrutar de la versión definitiva que acaba de montar en la enorme y moderna sala de cine de la que dispone en casa para esos menesteres.
Todo muy improvisado sobre la marcha, muy guerrillero y muy de andar por casa.
El caso es que me lo puse por curiosidad y acabé viéndolo entero, y pasé una hora y media de lo más entretenida  y disfrutando de las distintas opciones que me ofrece esta peli. A saber; por un lado, lo casero del making of en general, rodado según iban pasando los días de trabajo y sin mucho esfuerzo, por otro la verborrea de Stallone, que no para de darle a la sinhueso y además, de vez en cuando, hace algunos pequeños alardes de su marcada megalomanía que pueden resultar desternillantes, y por último, que por mucho que pese a sus fans, esta película, o documental, o making of, o como cojones les guste llamarlo, es la manifestación más fresca y creativa que ha dado Stallone en los últimos años. Y encima, nos la regala,  la cuelga en Youtube.
Yo creo que merece la pena echarle un vistacillo. Solo tienen que pinchar aquí.

miércoles, 7 de enero de 2015

REACH ME

No entiendo el desprecio al que se le ha sometido a esta película, no solo en su país de origen, sino sobretodo, aquí en España dónde, además de que ni se ha estrenado, un repugnante portal de Internet el cual no nombraré –solo porque no me acuerdo de él-, se ha dedicado a destruir la película, a través de un vídeo, solo porque Stallone aparece en ella. Ese vídeo miserable, perpretado por gente que ni le importa, ni sabe un carajo de cine (y el hecho de que insultéis a Stallone no va a hacer que parezca lo contrario) se nos presenta la película como si se tratara de una película de acción de Stallone, rodeado de perdedores, y  resaltando supuestos –no son tales- fallos y, amparándose en la fuerte textura de vídeo que posee la película (está rodada en HD, pero de ese que se nota que es vídeo) vienen a decirnos poco menos que Stallone ha perdido el norte y que hace películas de serie z que son una mierda.
En los U.S.A, con conocimiento de causa, eso si, también se pone a parir la película, por otros motivos, pero es cierto que no se la tiene mucha estima; aparece en todas las listas de peores películas de 2014 y  hay críticas que la acusan de ser mala, pero no lo suficiente para ser un “Guilty Pleasure” si quiera. Incluso, se le acusa a la película de ser una chorrada.
Pues ni tanto ni tan calvo.
Para aclarar lo del vídeo del portal ese de mierda, decir que ni es una película de acción, ni es una película de Stallone. Se trata de una película independiente de bajo presupuesto que se ha rodado en el entorno de Stallone, es decir, que se ha tirado de amigos. Se trata de una película tirada hacia delante por parte del director John Herfeld, amigo de Sly desde los tiempos de “Staying Alive” y su esposa Rebekah Chaney quien la produce. En ella, Stallone tiene un rol muy secundario y se trataría de un batiburrillo de géneros  en un “Shortcuts” cada uno de su padre y de su madre, una película pro-autoayuda y de mensaje claramente positivo cuya historia gira entorno, precisamente, a un grupo de personas que han leído un libro de autoayuda titulado “Reach Me” (“Alcánzame”) y que sus vidas acaban cruzándose. Así, tenemos a un policía adicto a matar delincuentes que trae a su confesor frito, un periodista que quiere dejar de fumar y que, además, es presionado por su jefe (el papel de Stallone), un par de matones que tienen que liquidar a un individuo y su  perro, el propio escritor del mencionado libro de autoayuda… y así, hasta que al final, unos personajes interactúan con otros.
Tras visionarla, no entiendo en absoluto el ataque y las críticas hacia la película. Vale, no es una gran película, flojea, es inconexa, tiene un ritmo del todo descompensado y tiene más agujeros de guión que un queso de gruyere, pero tan, tan, tan mala no es… no es la basura infecta de la que hablan los imbéciles españoles, ni esa cosa medio “Trash” que dicen los americanos. Es una cosita entretenida, facilona, babosa en algún momento, pero sobretodo simpatiquísima. Porque se nota que es una película pequeña hecha entre amigos y están todos pasándoselo bien. Además se deja ver sin ningún problema, así que, bajo mi criterio, la película pasa notablemente del aprobado.
Ahora ¿es una peli hecha por perdedores? No tanto, pero si es cierto que quienes están inmiscuidos en  ella, tuvieron más juventud y mejores momentos en el pasado. Empezando por el director, John Herfeld, que dirigió aquella tontorrona “Tal para cual” (de la que, en cierto modo, esta es deudora) y que luego telefilmeó muchísimo hasta hacer “15 Minutos” con Robert De Niro, para volver con este “Reach Me” dentro del cine “indie”. El desfile de viejas glorias en el fondo es una garantía. Circulan por la pantalla, además de Stallone: Kyra Sedgwick, Thomas Jane, Tom Sizemore (muy hecho polvo el hombre), el rapero Nelly (hoy muy de capa caída), Kelsey Grammer, Cary Elwes, Dani Aiello, Terry Crews, Tom Berenger, Danny Trejo, todos ellos amiguetes, y para que la cosa quede más en casa, si cabe, tenemos papeles para Rick Aiello (hijo de Dani Aiello) y Frank Stallone y Scarlett Stallone (Hermano e hija de Sly, respectivamente). A eso, hay que sumarle otra ristra de actores que no conozco ni de oídas, para darse cuenta de que estamos ante una película muy coral, jodidamente coral, por lo que, por momentos, se le va de las manos al director. Lo que no es óbice para que pasemos un ratillo agradable viéndola.
Quizás, el mayor pero que le pongo, es el intentar ser un “Pulp Fiction” contemporáneo, pero como no llega ni de lejos, pues tampoco pasa nada.
Por otro lado, a modo de anécdota,  comentar que la pintura que ilustra la cubierta del libro “Reach Me” que aparece en la película, es obra de Stallone, así como le podemos ver pintando un cuadro abstracto en una escena de la película, para que nos quede claro que Sly es un artista. A mí nunca me ha cabido la menor duda.

martes, 27 de noviembre de 2012

DRIVEN

La decadencia de Silvester Stallone, antes de reinventarse dando al publico lo mismo que le encumbró, se hace palpable únicamente durante un periodo de cinco o seis años a lo sumo, desde 1999, hasta 2006 que volvió triunfante con “Rocky Balboa”. Pero yo pienso que no es que el público se olvidara de el, y a las taquillas de sus últimas películas me remito, es que durante ese tiempo, las películas que facturó Stallone, fueron muy malas. Por ahí andan “El Protector”, “D-Tox”, “Get Carter” o “Spy Kids 3-D”, donde se convirtió en una vulgar parodia de si mismo. Algunas de ellas más visibles, otras menos, pero sin duda, la que nos ocupa ahora, “Driven” es, cuanto menos, espantosa. Histórica también, puesto que se trata de la peor película de Stallone, y mucho me temo que, también lo es, de ese marcapaquetes de director que es Renny Harlin, que rueda esta cinta como diciendo “Ahí, mira como coloco la cámara, mira que edición más vibrante ¡cómo molo!”. El resultado es, agradablemente espeluznante, e involuntariamente gracioso.
El más prometedor piloto de formula 1, se siente presionado por sus managers y por lo importante de las carreras que va a disputar en los campeonatos. Para ello, el dueño de la escudería llama a un viejo veterano que truncó su carrera a causa de un accidente que casi le quita la vida, para que de apoyo moral a la joven promesa, que por otro lado, se trae unos rollitos de culebrón sudaca con la novia de su máximo rival, que es, como diría Armand Asante en “Los reyes del mambo”, más puta que las gallinas. Gracias a Stallone, todo saldrá bien.
La película es tan aburrida como lo son, en si mismas, las carreras de formula 1. Con una infografía primigenia de la mas baja estofa, e innecesaria para según que planos, para dar a las escenas de carreras (que poco cinematográficas son, por cierto) un dinamismo, que por momentos resulta hasta ridículo.
Pero la gracia radica en los complejos de Stallone, que aún siendo un estandarte del cine de consumo, no deja de ser el autor más brillante del siglo ( y lo digo sin despeinarme), e introduce elementos personales en sus guiones, porque el guión de esta basura, lo firma el. En este caso, el rollo personal, se le aplica al complejo de viejo que ya en 2001 venía arrastrando el actor/director/ guionista. Lo de “Ya estoy mayor para esto”, no es cosa solamente de “Los Mercenarios”. Stallone, consciente de que tiene una edad, se vende en la película como estrella, pero se encaloma a sí mismo un papel secundario, el de Joe Tanto, la vieja leyenda de la formula 1, que da la doctrina y los buenos consejos a las nuevas generaciones. Cosa esta que es muy común en las películas más personales de Stallone por otro lado, pues lo mismo ocurría en “La cocina del infierno”. Así pues, es muy divertido ver sus moralinas, su sapiencia y su rictus de “Ay, chiquillos” en pantalla, digamos, que si no lo llega a salvar de nuevo “Rocky Balboa”, Stallone en los últimos años, daba mucha penilla, y da la sensación de que el mismo pedía a gritos que se apiadaran de el. “Estoy mayor, pero dadme una oportunidad, que todavía tengo mucho que ofrecer”, parecía decir. Pero, obviamente, “Driven”, no era el mejor ejemplo de lo que podía hacer Stallone, de hecho, es una de las mayores patatas hervidas de la pasada década, que los años 00, dicho sea de paso, están en tierra de nadie, cinematográficamente hablando.
En cuanto a la dirección, Renny Harlin es un catálogo de excesos, también muy gracioso, pretende ser un revolucionario visual, con esos montajes trepidantes y millones de planos aéreos, pero en realidad es todo lo que hace una payasada que, siendo efectivamente “chanante”, no logra sacarle ni una emoción al espectador. Especialmente estúpida, resulta la escena en la que el prota, en un ataque de cuernos, coge el coche de formula 1 y sale a toda hostia por las calles de Chicago, y Stallone sale con el suyo detrás de el para secarle las lágrimas. Patético.
En el reparto, a parte de Stallone, un buen número de losers como son Burt Reynolds, Til Schwiger, Kip Pardue, Robert Sean Leonard o Stella Warren, que se quedó en el intento de ser una reconocida sex Symbol, precisamente porque si te fijas bien, es una tía bastante fea.
Ni para pasar el rato, porque encima, es larga de pelotas.

sábado, 6 de octubre de 2012

JUEZ DREDD

En 1995 fui al cine a ver la primera adaptación a la gran pantalla de uno de mis tebeos favoritos, "Juez Dredd". De entrada la cosa prometía mucho... el film se iniciaba con portadas de los comics, y la tipografía del título era exactamente la misma... pero a los 10 o 15 minutos, el actor que ponía la mandíbula a "Dredd" -Sylvester Stallone, claro- se quitaba el casco, y ahí comenzaban los problemas. Luego, la cosa empeoraba. Salí del cine cabreado como una mona. ¡¿Pero qué le han hecho a mi "Juez Dredd", hijos de puta?!. Naturalmente la peli entró de lleno en mi lista negra. Pasaron unos cuantos años durante los que volvería a verla un par de veces, sin grandes cambios en mi parecer. Hasta que un día se estrena la nueva versión, o la nueva adaptación, "Dredd" a secas. El buen sabor de boca obtenido fue tal, que recuperé todos mis comics de "Juez Dredd", los de "Ediciones Zinco", que son los que de chaval me volvieron fan, y me puse a releerlos. La colección completa. A medida que iba pasando páginas, me iba dando más y más cuenta de que, en muchos aspectos, la peli de Sylvester Stallone, de la que tenía un recuerdo tan amargo, no era, después de todo, una adaptación TAN inútil. Guardaba con el tebeo más vínculos de los que yo recordaba. Así que, ansioso por corroborar y redescubrir, me hice con una copia, la revisé y, en fin, aquí estoy ahora tecleando esta sarta de chorradas.
Vale, el "Juez Dredd" de Stallone puede enfocarse de dos modos distintos. Como mera película de entretenimiento, sin tener en cuenta las fuentes de inspiración y, obvio, como adaptación de un cómic de culto. Si olvidamos el tebeo, "Juez Dredd" se convierte en un film más o menos divertido, más o menos pasable, no mata, es algo previsible, hace tufo a muchos de los tics que hicieron del 90% del cine comercial de los 90 una caca cuantiosa, pero vamos, que no está especialmente mal. Para pasar el rato, funciona. No aburre en exceso.
Si la miramos como adaptación, la cosa cambia. Aquí podemos subdividir este apartado en dos. Por un lado, "lo bueno" y por otro "lo malo". Lo bueno está, por ejemplo, a nivel estético. El parecido con el comic resulta asombroso. Los edificios, las naves, los robots, las armas, el vestuario (incluso el de los ciudadanos), todo es casi EXACTO a las viñetas, lo único en lo que este "Dredd" gana al más actual. Claro, tenían mucha guita, y se nota. También resulta muy agradecido encontrarse con personajes y temas narrativos habituales del tebeo, como la famosa familia Angel y ese monstruo medio cibernético con un medidor de furia incrustado en la frente, las inevitables guerras de bloques o incluso la aparición del hermano malo de "Dredd", "Rico", aunque en el comic muestra algunas poco agradables operaciones de estética que en la peli no están. También el tono aventuroso/épico es idéntico... algo de lo que me di cuenta releyendo los comics. En estos, "Juez Dredd" emprende grandilocuentes batallas en las que la fantasía es un plus... hay dinosaurios asesinos, ejércitos de robots locos.... todo ello muy lejos del ultra-realismo urbano de la adaptación moderna, y mucho más próximo a la de Stallone. Ah! y ya que estamos, todos veíamos como un requisito necesario que en una peli de "Juez Dredd" la violencia, la sangre y la truculencia chorrearan por doquier... pero, si indagamos en el tebeo, sobre todo el más primigenio (Bolan, McMahon, Ezquerra...) veremos que eso no era, para nada, una constante. El "gore" vino luego, con el maldito Simon Bisley, pero en el "Dredd" de antes, el bueno, la violencia andaba a un nivel standard que la peli de Stallone recrea con bastante fidelidad.
Bien, hasta aquí lo bueno. Ustedes pensarán "Cojones, pues por cómo hablas de ella, cualquiera diría que la versión de Stallone es buena, incluso mejor que la reciente". No canten victoria, porque mientras este "Juez Dredd" acierta en muchos aspectos estéticos y secundarios, falla en LO PRINCIPAL, sí, evidente: falla a la hora de dar aspecto y forma humana a su protagonista. A pesar de lo que dijera John Wagner en su momento, Stallone NO es un buen "Juez Dredd". Ni por asomo. Ni tan siquiera cuando lleva el casco puesto. De hecho, y esto sí es extraño, los "Jueces" en esta versión quedan muy grotescos y muy ridículos. No sé, tal vez los artífices de la peli se la tomaron demasiado en serio (a lo que ayuda la presencia de Max Von Sydow), y en esa "seriedad" o, mejor, "excesiva reverencia", los absurdos vestidos de los "Jueces" contrastan tanto, y están tan fuera de lugar, que quedan bastante horteras. Los yankees confundieron el humor inglés, socarrón, malcarado y sarcástico, con la bufa chorra... entendían que en el tebeo había humor, pero no sabían cómo interpretarlo, así que, para que este no faltara, metieron como comparsa cómica, y compañero de "Dredd", a Rob Schneider que, digámoslo sin tapujos, resulta ABSOLUTAMENTE INSUFRIBLE, odioso, cargante, molesto, insultante, innecesario y, sí, no es gracioso y estropea mucho de la película. Ya en la época, viéndola en el cine con un amigo, aplaudimos de placer cuando Schneider recibe un balazo hacia el final. No era para menos. Pero en fin, que el verdadero problema es Stallone, quien exagera el tono seriote y estirado del personaje (se pasa casi toda la peli tieso como un rábano) y, joder, ¿a quién se le ocurre fichar a un actor con una boca tan característica para dar vida a un personaje de tebeo al que únicamente identificamos por, eso, la boca?. Resulta inadecuado y absurdo.
Sin embargo, no es en todo esto en lo que más falla "Juez Dredd", ni tan siquiera en que le quiten el casco a Stallone, lo realmente irritante es ese especie de "estudio psicológico" o "análisis de comportamiento" al que someten al personaje. Me explico: En las viñetas "Juez Dredd" es un policía huraño y malcarado obsesionado con la ley. No tiene familia, ni pareja, ni vive para otra cosa que no sea repartir lo que él cree que es justicia. Y no nos importa, lo aceptamos, nos mola así. Bien, en la peli de Stallone intentan explicarnos por qué "Dredd" es así y mostrárnoslo como un ser humano sufriente que ha elegido la soledad y la absoluta dedicación a su trabajo como válvula de escape contra un mundo cruel que le desagrada, o le hace sentirse solo o... joder, no sé... vamos, que mal, muy mal. "Dredd" no necesita esa clase de "justificaciones psicológicas", él es así porque es un puto clon programado, casi un robot, sin sentimientos, sin corazón, es un hijo de puta. Pero claro, eso, en una super-producción de Hollywood con Sylvester Stallone de protagonista NO PODÍA SER. Es algo que todos sabemos de sobras, y que ya Alan Grant lo explicó en su momento afirmando que el gran error de este "Juez Dredd" había sido convertir a su prota en un héroe, cuando, en esencia, no lo es. Es un cabrón... que mola, sí, pero cabrón a fin de cuentas.
Lo mejor para el final, y cuando digo lo mejor, digo lo peor. Antes de que salgan los créditos, el "Juez Dredd" de Stallone recupera su casco (bastante feote, por cierto), pero antes sonríe plácidamente y besa a la chica, demostrando que "ha sido curado", se acabó su mal genio, su obsesión con la ley, su inhumanidad... en resumen: se acabó "Juez Dredd". ¿Se imaginan cómo hubiese sido una segunda parte?, ¡¡urgh!!.
El mismo Sylvester Stallone ha reconocido, años después, que la peli fue un fiasco, una oportunidad desaprovechada, que no se sacó ningún partido a un personaje repleto de potencial y que lo que de entrada iba a ser una comedia negra, terminó convertida en una peli de acción standard, un "Demolition Man" Como ya dije en su momento, lo ideal sería coger esta versión, echar a Stallone/Schneider y poner a Karl Urban en su estupendo "Dredd", con el entorno y la estética de la peli de 1995. Probablemente, entonces, hubiese sido una adaptación redonda. Sin embargo, y aunque la nueva versión está muy bien y mola mucho, creo que hay que aceptar que "Juez Dredd" nunca podrá llevarse a la gran pantalla como realmente merece. Es uno de esos personajes que, por mucho que se esfuercen los responsables, jamás será lo suficientemente aprovechado en su traslación. Eso, por un lado, es una pena... pero por otro, está muy bien. Porque de este modo, "Juez Dredd" seguirá siendo un personaje de incontestable culto concebido para el gozo de unos pocos pero entusiastas elegidos. 
Amén.

lunes, 3 de mayo de 2021

STALLONE: FRANK, THAT IS

Desconozco si existe algún documental biográfico sobre Sylvester Stallone, pero nos sabemos todos su vida tan al dedillo que, si no existe, tampoco creo que haya necesidad. Sin embargo, hay un personaje oscuro, simpático y popular por ser su hermano, cuya carrera, aunque alguna vez nos hayamos topado con algo de su cosecha, es un absoluto misterio. El hermano de Rocky; Frank Stallone.
Este dinámico documental repasa toda la vida del Frank desde que es niño hasta el momento actual en el que se gana la vida como cantante de  Big Band, en una película con estructura de cabezotes parlantes, pero que resulta del todo interesante porque, palabras bonitas hacia Frank Stallone  por parte de los entrevistados a parte, el documental incide en la espiral de mala suerte que ha vivido el hoy crooner.
Y es que la vida de Frank Stallone ha sido un cúmulo de despropósitos del azar. Cuando las cosas parecían que iban a ir bien, siempre una serie de acontecimientos se lo pusieron los suficientemente difícil como para pegarse una buena hostia, además de ser una presencia totalmente ensombrecida por el estrellato de su hermano. Sly le enchufaba, cierto, y por eso generó mala fama, sin embargo, cuando con su primer grupo, Valentine,  ficharon a un extraordinario teclista, este abandona el grupo y justo en ese momento triunfa por todo lo alto con su música. Era John Oates. Mientras, Valentine se dan de hostias porque, a la banda, que ha conseguido cierta notoriedad gracias a la canción que compusieron para “Rocky”, “Take It Back”, se les toma a cachondeo hasta tal punto que, en una sala de conciertos en la que son contratados, no son anunciados como Valentine, sino como “Rocky’s Brother”. Si el no conocer —o no querer conocer— el nombre de la banda por parte de sus contratantes no fuera suficiente, tras grabar su primer disco con RCA, esta empresa cambiara su política y desarrollando nuevos proyectos. De ese modo, ese álbum queda relegado al ostracismo y no llegando a nada. Más mala suerte.
Y toda la carrera de Frank es así, llena de infortunios. Tuvo un ramalazo de suerte cuando los Bee Gees abandonaron su participación en la banda sonora de “Staying Alive” y, casi por descarte, se la encargaron a él consiguiendo así el momento de mayor gloria en su carrera, que fue el éxito de “Far from Over”. Y con ese exitazo la discográfica lanzó su primer disco en solitario con todos los medios posibles —tras el éxito de “Far from Over”  se suponía que este hombre iba a vender más discos que Conchita Piquer—, con tan mala suerte que ese disco no funcionó en absoluto.
De todo eso, de las rivalidades con su hermano, y, pasando un tanto por encima, de su carrera como actor de productos de serie B/Z en los que se explotaba su apellido y sus escarceos en el cine mainstream (en los que no estaba enchufado por Sly), nos habla este documental acompañándose de abundante material de archivo que incluye súper ochos y fotografías pertenecientes a la familia y en las que vemos a los hermanos Stallone hechos unos pipiolos, montado todo con tanta pericia, que la hora y cuarto de metraje que dura se nos pasa como si fueran 20 minutos. Muy bueno, muy entretenido y entrañable.
Sin embargo, y aunque se nos presenta a Frank Stallone como un individuo amargado y lleno de manías,  considero que la mala suerte, principal protagonista del documental, no es tanta; Stallone ha vivido de la música y del cine durante toda su vida y en las escenas filmadas en su casa no parece que viva en un cuchitril precisamente ¿Que no ha llegado a ser una megaestrella como su hermano? Vale, pero su carrera es, de largo, mucho más entrañable e interesante que la de Sylvester. Se puede morir tranquilo.
Curiosamente, el director Derek Wayne Johnson, que compagina su carrera de actor con su labor como realizador de documentales, debe ser un absoluto flipado de “Rocky”, porque todos los documentales que ha rodado giran en torno a la película, ya sea este, ya sea “John G. Alvidsen: El gran desconocido”, ya sea “40 Years of Rocky: The Birth of a Classic”.
Muy interesante y entrañable todo.

lunes, 24 de enero de 2011

RHINESTONE

La primera incursión de Stallone en la comedia (y en el musical) no podía ser mas acertada. Desconozco como funcionaría esto, pero he de decir que yo he disfrutado viéndola, como ya disfruté antaño con ese Stallone berreando y haciéndose el gracioso. El visionado, ha sido una experiencia agradable, lo que ya es mas que suficiente.
Obviamente, la peli tiene su mal envejecer y en la época ya era mala, pero el ver a Stallone, intentando hacer de John Belushi (es, sobretodo en los primeros minutos de la película, un humor muy similar, basado en la brutalidad física y en el berrido enérgico), a día de hoy, no tiene precio.
Una cantante de Country (Dolly Parton, con un físico imposible), trabaja de cantante en un bar Country en el que no actúan mas que matados del género. Ella se quiere ir de allí, pero la une un contrato que lo impide. Harta de su jefe y de lo malo que es en busca de talentos, le propone la extinción de su contrato, si logra hacer un buen cantante Country a cualquiera. Si no lo consigue, digamos que tendrá que chuparle la polla.
Salen a la calle en busca del individuo que se convertirá en cantante, y por allí pasa un taxista (Silvester Stallone), que les viene muy bien a los dos para la apuesta. En Adelante, la Parton se las verá y deseará, para convertir a Stallone en cantante Country.
Ochentera a mas no poder, en todo lo referente a estética, e incluso al argumento, muy propio de aquella época, la película alejó a Stallone de todo género que no fuera la acción hasta ALTO O MI MADRE DISPARA, y es que si en el resto de sus películas disimulaba lo mal actor que era, en esta nos deja claro que mas allá de pegar hostias, Stallone no sirve para otra cosa. Aunque por otro lado, eso es lo que hace grande a la película, el ridículo que hace… No ya en su híper-mega-sobreactuación, si no en cada camiseta ajustada que saca para marcar pectoral, en una película que no viene a cuento, pues incluso es golpeado por un individuo mucho menos fuerte y mayor… pero eso si, los brazacos siempre al descubierto.
Dirigida por un director que en AVT nos cae muy bien que es Bob Clark, responsable de los dos primeros títulos de la saga PORKY´S o cosas como LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES 2, BLACK CHRISTMAS, UN TIRO POR LA CULATA, o UNOS PEQUES GENIALES.
Muy recomendable, por lo desfasada que se ha quedado, y por ver cantar a Stallone.

jueves, 4 de abril de 2013

UNA BALA EN LA CABEZA (2013)

Desde que Silvester Stallone estrenara “Rocky Balboa”, justo después de sus peores años, y al resultar ésta todo un retorno a la épica, tendemos a pensar que cada nuevo estreno de Stallone, será todo un acontecimiento. Y así ha sido  hasta ahora, con esos “Los Mercenarios” y demás, hasta el sonoro fracaso de su ultima película “Una bala en la cabeza”.
Y es que, si quitamos a Stallone de sus proyectos más míticos y/o extravagantes, este vuelve a las mierdas que nos estaba ofreciendo antes, esos “Get Carter”, “El protector” y demás, títulos a los que ésta “Una bala en la cabeza” se asemeja más, en formas y contenido, que a esos Rambos, Rockys y mercenarios que le han devuelto el respeto perdido.
Poco antes, también resulto un fracaso “El ultimo desafió”, la vuelta al cine de Schwarzenegger, con lo que una vez más queda patente que lo que al publico interesa de los “action heros” en grupo, no interesa una mierda por separado.
Sin embargo, entendiendo el fracaso de estas películas, no sería justo decir que “Una Bala en la cabeza” es una mala película de Stallone. No, el está fetén, fresco, dando hostias como panes, derramando carisma de abuelo.
Lo justo sería decir que estamos ante una mala película de Walter Hill, que si bien tomó el pulso al cine de acción actual con “Invicto”, aquí parece uno más de tantos directores forjados en la televisión.
Pero tampoco sería justo decir que es una mala película.
El guión es malo, lleno de tópicos, soso, plano… pero sin embargo lo cierto es que la película está francamente entretenida, con peleas coreografiadas excelentemente y Stallone, volviendo a meter tatuajes en sus anabolizado cuerpo y, por ende, en sus películas, quizás para ganarse al sector juvenil más macarra. Es como una pequeña obsesión.
Además, la fardada que se marca la película, con ese maravilloso combate final entre Stallone y Jason Momoa (el Conan de Nu Image) no a base de puños desnudos, no, sino ¡a base de hachazos!.
Basada en uno de los cómics mas vendidos de todos los tiempos, el homónimo “Una bala en la cabeza” de Wilson y Matz, la película viene a contarnos lo mismo que el cómic: Un asesino a sueldo al que han hecho la doce trece sus contratadores, se alía con un policía que quiere capturarlos, mientras que el asesino pretende vengar la muerte de su compañero, matándolos a todos.
Lo peor de la película, es sin duda, el aire de “Budy movie” que se gasta, siendo en co- protagonista, Sung Kang (visto en macarradas como “Fast & Furious 5” y pronto en la 6, o “Ninja Assasin”) que interpreta al policía, totalmente hostiable. Estamos deseando que Stallone le pegue un tiro a ese gilipollas durante toda la película.
Pero por lo demás, y siendo conscientes de lo que estamos viendo, la película se deja ver, e incluso vibramos en algunos momentos.
Eso si, querido Stallone: con la edad que tienes, déjate de peliculitas y vuelve con cosas más vistosas y excéntricas, que con los “Fast & Furious” copando la taquilla, con el público joven en el bolsillo, el tuyo más juvenil tiene ya casi cuarenta tacos y te quiere ver haciendo de Rocky.
En cuanto a Walter Hill, casi, casi, que se retire. La unión no ha sido tan fructuosa como cabía de esperar.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

LOS MERCENARIOS 2

Stallone vuelve a juntar a su panda de amigos y se ruedan una segunda parte de Los Mercenarios, que al no tener que presentar personajes va mucho más fluida y la acción es más satisfactoria. En esta ocasión las labores de dirección las lleva a cabo Simon West, quedando Stallone libre para actuar, o lo que es lo mismo en su caso, poner caritas, hacer chistes malos y repartir unos cuantos kilos de ostias.

Principales diferencias con la anterior entrega, Jet Li solo aparece al principio, Mickey Rourke, no está ni en los créditos, pillan a una china para sustituir a Li, Schwarzenegger y Willis tienen algo más de papel, aparece Chuck Norris en una especie de cameo alargado, y el villano de turno lo interpreta Van Damme. La historia es lo de menos, pero como sino metes una en un guion siempre habrá alguien que se enfade, pues meten la primera parida que se les ocurre. Stallone tiene una deuda pendiente con Willis, si este y su equipo recuperan una carga de un avión que ha sido derribado, la deuda quedara saldada. En la operación les encasquetan a la china que comentábamos antes, y cuando llegan al avión, el grupo terrorista de Van Damme les roban la carga y matan al francotirador de los mercenarios (un chaval joven que meten en el grupo para poder matarlo y así tener un venganza que llevar a cabo) Tras el asesinato del joven, Stallone y sus chicos perseguirán al grupo de Van Damme para zurrarles la bandana. Y eso es todo.

El guion no será nominado al oscar (ni falta que le hace) pero el espectador, se lo pasara más que bien con las bromas y chascarrillos chorras de los protagonistas. Las peleas y tiroteos tampoco están nada mal, y la pelea final entre Stallone y Van Damme sin ser nada del otro mundo, cumple perfectamente con su papel de clímax final. Una nota curiosa que no se si sería cosa mía o es que realmente paso así. Al principio del filme Statham hace muchos gestos con las manos, y hace un gesto típicamente chino, que es señalarse a sí mismo cuando dice algo que se refiere a sí mismo. No sé si seria por estar cerca de actores orientales, que como nos pasa a muchos cuando vamos a una zona donde hay un acento muy marcado, se nos pega, pues algo parecido pero con los gestos. Puede que sea cosa mía, pero cuando veáis la película, fijaros en las escenas del principio cuando habla con Stallone mientras están en el avión. Pero ojo que igual es cosa mía.

Deseando que se haga ya mismo la tercera entrega en la que ya se rumorea como confirmados (ya veremos más adelante) a Nicolas Cage y Jackie Chan. El que parece que se hace de rogar es Steven Seagal. De Harrison Ford y Clint Eastwood ya se puede ir olvidando Stallone y todos nosotros, porque no aceptaran ni jartos de grifo, y es una lástima, porque la saga Mercenarios no será lo máximo en calidad y arte, pero como reunión pajera de los reyes del musculo, vale mucho.

viernes, 3 de enero de 2014

PLAN DE ESCAPE

 Tras los fiascos que, independientemente de lo entretenidas que pudieran estar o no, supusieron “Una bala en la cabeza” y “El Ultimo desafío” cabía esperar que la película que, por fin, protagonizaran juntos los dos iconos más importantes del cine de acción, no ya ochentero, si no de la historia del cine, fuera, igualmente, una peliculita más o menos disfrutable pero carente de toda trascendencia más allá de ser la primera película en la que ambos actores se reparten el protagonismo.
Y no podemos hablar de fracaso, pero si de un éxito discreto en taquilla. Lo suficiente como para que ambos puedan seguir jugando a que no tienen achaques y si diez años menos de los que tienen.
Ahora, resulta que la película está francamente bien. Como cine de entretenimiento, yo diría que los resultados son excelentes.
Y es que hacía ya mucho que no me ocurría que, tras ver una película, horas después, el recordar escenas en cada momento. De eso que estás en la cama y en los minutos previos de coger el sueño, visualizar de nuevo la película en tu mente. Como pasaba con las buenas películas. Pues eso me ocurrió con “Plan de escape”.
Y es que son muchos los factores que influyen para que esta película sea una agradable sorpresa, pero, sobretodo, es una película que demuestra que los dos actores (Schwarzenegger y Stallone, por si aún no se habían percatado) están muy viejos, si, pero también en plena forma, y ninguno de los que les han dado el relevo pueden superarles.
Y es que esto, sin tener demasiada acción en sus fotogramas, es gran cine de acción del que ya no se hace, y al que no le hace falta tirar de auto guiños, referencias ni fantasmadas como si pasa en cualquiera de “Los Mercenarios”- Bueno, hay hacia el final de la película una machada “made in Swarzzenegger” que si sería auto referencial... pero no paródica como hasta hora estaban siendo estas machadas en películas anteriores- . “Plan de escape” se sustenta por si misma.
Y es que además de las presencias de Stallone y Schwarzenegger, no hay que olvidarse de que está por ahí Jim Caviezel en estado de gracia, interpretando a un Alcaide que supera en maldad y crueldad al de Donald Sutherland en “Encerrado” (película esta, de la que en algunos momentos mama) y que también tenemos, como carcelero cabrón a Vinnie Jones, brutal como siempre, pero sin embargo, pasando bastante desapercibido. No obstante, se agradece su presencia.
Ya saben de que va: Stallone interpreta a un individuo que trabaja para una empresa de seguridad cuyo trabajo consiste en hacerse pasar por preso y escaparse de cárceles de máxima seguridad con el fin de mejorar esos fallos que han facilitado su escape. Un buen día, una cárcel precisa de sus servicios, con la condición de que este señor no debe conocer la ubicación de la prisión en la que se le encerrará... y todo esto resultará ser una jugarreta de alguien que quiere verle muerto. En el interior de esta prisión conocida como “La Tumba” (porque nadie sale vivo de allí), conocerá a otro preso, Schwarzenegger, y comenzará la aventura.
Desde luego, una película concebida a la medida de Stallone, aunque tengamos al gobernador por ahí secundándole. Y es que, como es lógico, aunque las dirijan otros señores, o las guionicen profesionales, la cabeza pensante de las películas de Stallone, es siempre el propio Stallone. Si no de qué, en TODAS sus películas, tiene que meter sus famosos chistecitos de mierda sin gracia.
Pero en definitiva, se trata de una de las películas más entretenidas que he visto en los últimos años, emocionante y que en los momentos en los que tiene que hacerlo, te hace mantener la tensión y sufres, y disfrutas, y te lo pasas de puta madre. Es lo que esperas de una película que junta a Schwarzenegger y Stallone. Como cuando íbamos al cine a verles siendo nosotros niños o adolescentes. Una pasada.
Antes decía que se trata de una película de acción que no tiene demasiadas escenas de acción. Bien, pues quizás es cosa de su director (que no es un director de acción), Mikael Hafstrom, director Suizo que tras tener una exitosa carrera en su país, llegó a los USA donde dirigió películas de terror “Hollywoodiense” como “1408” o “El Rito” y que probablemente, con “Plan de escape”, ha firmado su mejor película.
Para gentes con edades de entre 30 y 40 años, súper recomendable.

domingo, 22 de agosto de 2010

MI TEORIA EXPENDABLE

A raíz del estreno de "The Expendables"/"Los mercenarios", no he parado de oir/leer lo muy mucho molona que es, lo muy mucho ochentera que es y, en general, todo de críticas entusiastas, exageradas y algo desmedidas. Bien, yo no estoy muy de acuerdo con todo ello. Veamos, que la peli es entretenida y entrañable, no se lo discuto a nadie. Lo es. La secuencia del trio maravillas (Stallone, Schwarzenegger, Willis) es antológica, inolvidable y solo ella merece el precio de la entrada. Y que el film intenta recuperar un estilo de cine de acción que ya no se lleva, tampoco se lo discuto a nadie... eso si, que lo consiga o lo haga bien, ya es otro cantar.
Personalmente opino que "Rocky 6" y "Rambo 4" (es decir, "Rocky Balboa" y "John Rambo") son mucho mejores películas, mucho más arriesgadas (el mega-drama de la primera y la ultra-violencia de la segunda) y, curioso esto, mucho más personales para su actor/director, Sylvester Stallone. Está claro que en esos tiempos la carrera de Stallone estaba prácticamente acabada, y el tipo ya no tenía mucho que perder. De ahí que lo diera todo en estos films y no pensara tanto en sus resultados ya que, esencialmente, pintaban que iban a ser dos testamentos. Por ese motivo van destinadas a un público más adulto (o que vivió el auge de ambos personajes en directo y siendo un impresionable adolescente, como yo), y la prueba la tenéis en "Rambo 4" y su explosión de violencia, gore y barbaridades. Los mismos productores aseguran que apostar por esa línea les había hecho perder público potencial, y que para "The Expendables", por entonces en plena pre-producción, no iban a tirar por derroteros tan sangrientos, tan oscuros, tan duros y tan poco humorísticos. Es decir, tras el inesperado exitazo de "Rambo 4", se enfocó la que iba a ser la nueva peli de Stallone con otras intenciones, ganarse al mayor número posible de espectadores, sobre todo más jóvenes (de ahí las incursiones de Jason Statham y Jet Li), invertir más y arriesgar menos.
Stallone en ese aspecto no les ha fallado, ha hecho un film totalmente parido para ser disfrutado por el público, ha suavizado la violencia (comparada con la de "Rambo 4"), ha metido mucho más humor, mucha más autoparodia y ha ido a por todas, dejando la personalidad en la puerta y sin aportar gota de malrollismo y oscuridad a su trillada historia.
En ese sentido, "John Rambo" me parece mucho más fiel al supuesto espíritu que se reivindica en "The Expendables". Al no hacerlo de modo intencionado, ni pretender contentar a todo el público, Stallone logró ser más honesto en esa propuesta que en la que ahora triunfa en taquilla. Da la casualidad que los que más disfrutan y más flipan con el supuesto espíritu "old school"/"vieja escuela" de "The Expendables" son los veinteañeros que todo ese cine lo han mitificado a base de video-club... pero los que estuvimos allí en directo, los que vimos en el cine "Rambo", "Commando", "La jungla de cristal" o, yo que sé, "Delta Force" sabemos que en realidad "The Expendables" es un espejismo... un bonito espejismo, un merecido, muy merecido, homenaje a todo aquello, un cine que en su momento fue despreciado por la crítica y hoy, curioso, parece incluso molar. Sin embargo, y por mucho que lo intente, la última de Stallone es a las pelis de acción de los 80 lo que la "Freeway Cola" a la "Coca Cola".

sábado, 18 de enero de 2020

RAMBO : LAST BLOOD

Cuando Sylvester Stallone estrenó la última entrega de las aventuras de su legendario "Rambo", pronto comenzaron a llegar las críticas negativas. En principio no me sorprendió, ya que vivimos en la era del rajismo descontrolado, especialmente si hablamos de lo que se cuece en redes sociales. Además, algunas de esas reacciones eran comprensibles, tal y como desarrollaré más adelante. Aunque parte de ellas se fundamentaban, única y exclusivamente, en el discurso políticamente correcto. Esas sí me sorprendieron. Es decir, agredían a la peli por considerarla sexista, racista y pro-Trump. En esencia, gracias a un ¿abuso? de imágenes de mal trato a chavalillas, por presentar a los mexicanos como los malos de la función (pero muy muy malos) y por ese alegre canto en pro de las armas y la justicia vengadora. Bien. Siempre he creído que criticar una película basándose únicamente en preceptos morales es una gran cagada. Pero tengamos presente que hablamos de "Rambo". En tiempos tan posmodernos como los que vivimos, en los que lo "cool" es decir maravillas del cine comercial hollywoodiense de los años ochenta, no hay que olvidar que todo ese material, e incluyo aquí a Schwarzenegger, Steven Spielberg o muchos hitos del terror de la década, eran tildados de basura en su estreno. Se consideraban productos motivados única y exclusivamente por intereses comerciales y, por tanto, carentes de ningún valor. Sí, las salas se llenaban de gente para verlas, pero el 99% de los críticos las hundían en la miseria. La audiencia y los gacetilleros supuestamente expertos habitaban mundos opuestos. Era lo normal y aceptado. Claro, hoy nos escandalizamos cuando a una nueva entrega de "Rambo" le caen palos a mansalva, sin embargo también a la peli del 85 se la machacaba por propagandista, racista y violenta. Así es como era y así es como debería ser. En cierto modo, tan negativa reacción ante la nueva epopeya del personaje era/es algo incluso positivo. 
"Rambo: Last Blood", es decir "Rambo 5", viene dirigida por un matao que no nos importa porque, en realidad, todos sabemos que el gran cerebro pensante y ejecutor tras ella es un avejentado Sylvester Stallone. Duele verle en primer plano. Era aceptable comandando a los "Mercenarios". Y muy resultón en "John Rambo", o "Rambo 4", película que -ya lo adelanto- me mola un rato y es mejor que la presente. Pero es que esas ya tienen sus añitos, y es algo que se le nota a Sly. También daba grima Clint Eastwood en "La Mula", aunque al menos ahí interpretaba a un yayo gruñón y no se metía a masacrar malvados narcotraficantes. En realidad ¡les ayudaba! (y ya que hablamos de Clint, no puedo evitar mentar el parecido que en muchos sentidos guarda "Rambo: Last Blood" con "Sin Perdón". Incluso el plano del héroe crepuscular junto a las tumbas de sus seres queridos enterrados al lado de un fotogénico árbol). Si yo fuese Stallone, me plantearía situarme exclusivamente detrás de las cámaras o, cuanto menos, buscar papeles más afines a mi edad. 
John Rambo ha cambiado el chip gracias a su querida sobrina adolescente. Es un hombre nuevo, tiene más ganas de hablar y sonreír, dejar atrás sus apetencias guerrilleras. Bueno, no del todo. Se ha currado una galería de túneles bajo el rancho que habita para sentirse como en casa. Resulta que la sobrina quiere conocer a su desaparecido padre, así que se pira a México y, una vez allí, cae en manos del cartel. Claro, en cuanto tito Rambo se entera, parte para allá dispuesto a recuperarla caiga quien caiga. Y son unos cuantos. Hasta que le toca a él. Le dan tal paliza que lo dejan hecho polvo. Y las cosas se ponen aún más feas. Al final, todo estallará en una especie de masacre situada en los túneles de un Rambo más cabreado que nunca y que recuerdan, muy mucho, a la famosa escena de "...Acorralado parte 2" en la que iba cazando uno por uno a rusos malos usando técnicas de camuflaje y trampichuelas varias.
Antes comentaba que algunas de las reacciones negativas en torno a la película eran comprensibles. Me refería a que, sí, cuesta creer que esta sea una aventura de "John Rambo". Básicamente porque lo han sacado de su entorno natural, la jungla, le han apartado de sus enemigos naturales, policías rednecks o ejércitos de ideologías contrarias, y le han cambiado el look. Lleva el pelo corto, por lo que no necesita usar una mugrienta cinta para sujetárselo y, oiga, cuesta habituarse a eso. Sin embargo, se puede soportar. Lo que realmente me chirría es que Stallone no interpreta a "Rambo", interpreta a "Rocky". Todo el arranque de la peli, con él en plan grandullón torpe pero de buen corazón y constante sonrisa torcida, individuo reposado que se toma la vida con calma y filosofía, nos recuerda al famoso púgil. En ningún momento al lacónico, parco en palabras y serio "John Rambo". Sí, lo justifican con lo de que ha mejorado como ser humano, pero claro, es que Stallone no tiene muchos registros que digamos y pasa factura.
No obstante, si dejamos a un lado todas estas apreciaciones pajilleras, en realidad estamos ante una película perfectamente digerible y bastante entretenida. Hubiese molado más no sumarla a ninguna franquicia y limitarla a ser una de justicieros seniles, pero tampoco es un trauma (¿por qué los villanos nunca tienen la misma edad que el protagonista? Estaría guay ver a un "action hero" abuelo combatir contra malhechores de su misma quinta). Lo que sí llama la atención es la cantidad de violencia salvaje que nos muestra. Es algo que ya hicieron, para sorpresa de todos, con "Rambo 4" -y de manera aún mucho más contundente-. Luego dijeron arrepentirse de ello porque todas esas escenas sangrientas habían asustado a una parte de la potencial audiencia, y por eso rebajaron el nivel en "Los Mercenarios". Sin embargo, para este "Rambo 5" retoman el asunto y se quedan a gusto.
Es dato conocido que buena parte de "Rambo: Last Blood" está rodada en Santa Cruz de Tenerife. De ahí que veamos varios rostros autóctonos como una Paz Vega cada día menos guapa (¡con lo que ella había sido!) y Sergio Peris-Mencheta + Óscar Jaenada haciendo lo que siempre cuando un actor español es fichado por Hollywood: mexicano y, a poder ser, traficante. ¡Ja!.
La peli ha sido un fracaso de taquilla. Son malos tiempos para el cine y, especialmente, para ese de catadura "moralmente discutible". Ya no estamos en los ochenta, amiguitos. Así que es muy posible que este sea realmente el "last" "Rambo" que veamos. Teniendo en cuenta que Stallone suele recuperar a aquel y/o a "Rocky" cuando las arcas se tambalean, y que esta vez no ha cundido, seguramente sí se acabe aquí. Y creo que haría lo correcto. Porque, aunque como peli palomitera "Rambo: Last Blood" funciona, como colofón a una saga mítica, la verdad es que la sella de un modo tirando más bien a deslucido.

sábado, 21 de mayo de 2011

EL SEMENTAL ITALIANO

Tras mucho tiempo buscándola, por fin doy con la tan cacareada película porno que protagonizó Silvestre Stallone en su juventud. El puro morbo era lo que quería satisfacer, echarme unas risas con ese Sly pre-Rocky, y a otra cosa mariposa. Y contra todo pronostico, me ha encantado, tanto narrativamente, como, sobretodo, estéticamente.
Con el título inicial de "The Party at Kitty and Stud´s", en primer lugar, esto no es un porno, ni hard, ni soft. Es posible que para un espectador medio sí que lo sea, puede que un soft, pero a un espectador curtido, lo primero que le va a llamar la atención de esta película es su condición de totalmente vanguardista. No es que sea deudora del cine underground de los 60 y 70, es que lo es. De hecho, data de 1970.
Rodada en 16 mm. sin argumento, cámara al hombro, desencuadres, banda sonora a trompicones con temas que se repiten hasta la extenuación y que se montan sobre otros, todos robados, y un sexo bastante sucio como elemento primordial. Nada nuevo en el "under", eso también es cierto. Lo que hace hoy, por ejemplo, Nick Zedd, poco dista de lo que es esta película. Y si no saliera Stallone, y me dijeran que es una peli de Ron Rice, me lo creo.
La cosa es bastante tonta; Stud (Stallone), corre y salta por la nieve, mientras la voz en off de su novia nos cuenta lo mucho que le gusta él y lo bien que folla. Después, sube y se la trinca. Más tarde, la chavala comenta lo mucho que le mola cuando se pone violento, así que tras una partida de poker en la que Stud pierde hasta los condones, este, enrabietado, mete un puñetazo a un cristal, quedándole los nudillos ensangrentados. Kitty, que es como se llama ella, aprovecha para, cual vampiro, lamer esa sangre. Seguidamente lo lleva al baño, le cura las heridas y le chupa la polla. Stud, alegando que le ha hecho daño con los dientes, le mete un par de hostias. Luego, durante unos diez minutos largos de película, le propina una paliza con el cinturón para, por enésima vez, volver a penetrarla. Después, se montan una fiestecita con una gente de lo mas fea, en la cual Stallone nos deleita con un recital de gestos de placer, marcándose unos bailoteos de lo mas chanantes, y tras la orgía, Stud y Kitty se abofetean mutuamente, y se acaba la peli. Maravillosa. Puro anti-cine, 100% creatividad. Lo digo en serio.
La copia que yo he visto pertenece al DVD internacional, que añade treinta minutos de porno hardcore perteneciente a cualquier otro film, bastante artístico por cierto, y que rompe por completo la magia marginal de la versión original, solo para hacerle llegar a la hora y cuarto de metraje. Una lástima.
Con todo, entre Stallone gozando, bailando, viendo como le cuelgan los cojones, como posa estos sobre el cuerpo de la feita (pero tetuda) actriz, fumando hierva, los diálogos que parecen escritos por un mongolo, y el doblaje que ayuda a que ese mongolismo se prolongue, además de ser una pieza underground de lo más puro que he visto en mucho tiempo, también, e inevitablemente, nos echamos unas risas con la boca torcida de Sly, disfrutando de la orgía que da nombre al film.
Una autentica joya, cuya fama es su lacra; si hubiera sido una película más oscura aún, envuelta por un halo de misterio, sería un incunable. Pero aunque ahora anda jodidilla de localizar, en su momento estuvo en todos los video-clubes, así que…
El director es un tal Morton Lewis, que me encantaría saber que más cosas hizo, pero no está ni en "Imdb".
Fascinante.

martes, 16 de junio de 2009

COBRA

A mediados de los 80 Stallone era el indiscutible rey de la taquilla. Sin embargo, "Cobra" resultó su primer tropezón (en ese momento). Venía después de "Rambo" (y "Rocky 4", dos pelis marcadamente "reaganianas"), contaba con el mismo director, George Pan Cosmatos, y el cartel recurría de nuevo a la imagen de Sly con cara de pocos amigos y luciendo arma chanante. Pero, como decía, no coló. No es que fuera un mega-fracaso... pero tampoco el exitazo que se esperaba de ella. Se abrió la veda, todos los críticos rabiosos ante el hecho de que el bueno de Silvestre fuera el boss de Hollywood e hiciese gala de una ideología política algo derechista, aprovecharon la oportunidad para vengarse. "Cobra" no paró de recibir palos y ser continuo motivo de chota en toda clase de medios. Aún hoy, a pesar de que con los años se ha ganado mejor prensa (el poder de la nostalgia, casi tan poderosa como el dinero y el sexo), ese cachondeo mal lechado aún colea.
Estamos ante una adaptación muy asá de la novela "Fair Game" (que sería readaptada unos años después para lucimiento de la top Cindy Crawford), aunque yo siempre he dicho que en realidad "Cobra" es un homenaje/plagio del primer "Harry, el sucio". Aparte de sus varios puntos en común inevitables por género (poli continuamente abroncado por sus superiores, asesinos psicópatas con afición por matar gente de lo más inocente, continua puesta en duda de la capacidad de la ley y su sistema, las frases lapidarias del héroe, etc, etc) tenemos que fijarnos en el reparto. Reni Santoni, quien interpretara al compañero de Clint Eastwood en el film de Don Siegel, es aquí compañero de "Cobra". Andrew Robinson, el francotirador loco de "Harry, el sucio", es en esta peli uno de los superiores de Stallone, y sin ser el malo de la función, su personaje poco tiene de bueno. A modo complementario, pero dentro de terrenos "harrycallahanistas", destacar la presencia
del entrañable David Rasche, suyo es el rostro que diera vida a "Sledge Hammer", la versión paródica del policía encarnado por Clint Eastwood.
Brigitte Nielsen (entonces, creo, pareja de Stallone) es testigo de un atroz crimen perpetrado por una panda de asesinos con aspiraciones sectarias y apocalípticas. Marion Cobretti, poli especializado en el "trabajo sucio" (como Harry) se encargará de protegerla. Violencia a raudales y mucha propaganda reaccionaria de delicioso sabor será el resultado.
Hasta cierto punto, podemos decir que "Cobra" es el paradigma del cine de acción ochentero, pues no solo tenemos a un Stallone en plena forma, también se trata de su primera colaboración con la entonces todopoderosa "Cannon". ¡¡Sylvester + Cannon!!, ¿tremendo, no? (imaginaos el placer orgásmico de los críticos a la hora de echar la bilis... tenían todos los ingredientes adecuados, y más). De hecho, esto de que Golan y Globus estuvieran de por medio da que pensar. Si lo miras detenidamente, "El Exterminador 2" (otra producción "Cannon" dos años anterior a "Cobra") y el film reseñado gastan algunas ideas en común. Por ejemplo, en las dos tenemos a una secta criminal casi-religiosa empecinada en provocar el mal y cebarse en la gente de la calle. El final de ambas se desarrolla en una fábrica, donde el héroe prende fuego a un malo rociado de gasolina desde el mismo e idéntico contra-picado relentizado. Y el jefe de los villanos (¡ese Brian Thompson tremebundo!) fenece casi igual en una y en la otra, ensartado y en llamas. ¿Sospechoso verdad?. No sería descabellado pensar que, a falta de material llamativo (y dado que "El Exterminador 2" era una producción más oscura, y fracasada, de la que no muchos se acordarían), los chicos de la "Cannon" buscaran en sus arcas con intenciones recicladoras.
Pero la cuestión es, ¿merecía "Cobra" tanto desprecio?. No, ni por asomo. Es evidente que todo aquello lo provocó una cuestión extra cinematográfica, era pura venganza personal. Daba igual si el film era bueno o no, sencillamente Stallone tenía que recibir "su merecido". En realidad "Cobra" es un thriller muy potente, vibrante, estilizado, entretenido y bien hecho con algunos momentos para el recuerdo.

sábado, 8 de septiembre de 2012

DREDD

"Juez Dredd" es un personaje difícil de llevar a la gran pantalla. Se trata de un policía ultra-hijoputa y antipático, que ejecuta la ley a rajatabla , sin miramientos y con la violencia necesaria. Además, el comic en el que nació es de origen británico (dibujado por un español y guionizado por un yankee que llevaba años afincado en las islas), lo que, no solo lo aleja de la popularidad masiva más allá de sus tierras, sino que garantiza un sentido del humor muy muy negro y lo suficientemente "british", hasta el punto de no saber cuando van en serio, y cuando en cachondeo. Grande!. Por todo ello, adaptarlo en plan super-producción de ciencia ficción espectacular, es un suicidio. Y a las pruebas me remito, la versión interpretada por Sylvester Stallone fue un batacazo en todos los aspectos. A nivel gran público, por el background oscuro de su personaje, y a nivel de adaptación, por los cambios, tan drásticos e inadecuados que los fans del comic no salimos demasiado contentos... más bien, muy cabreados. El "Dredd" de Stallone no respetaba nada de lo que hacia al "Dredd" dibujado un personaje especial y diferente. Comenzando por el casco, que mientras en las viñetas nunca se lo ha quitado, en la peli Stallone lo lleva puesto 20 minutos. Así pues, el único modo de hacer bien una peli de "Juez Dredd" es, uno, con un presupuesto ajustado, para que no suponga un GRAN riesgo de cara a la taquilla y, dos, que el actor protagonista no se deshaga nunca del casco. Eso da por eliminados a todos los rostros famosos que el fandom señalaría como ideales (aunque ninguno lo fuese). Lo del casco es una ventaja, lo del presupuesto podría no serlo. Y  no lo es. Aún así, los fans del tebeo demandábamos una nueva versión, más fiel, más digna, a pesar de las típicas quejas de los típicos idiotas indocumentados: "¿Pero es necesaria otra peli de "Juez Dredd"?"... ¡¡SÍ!!, en este caso SÍ lo era. Y me alegro de que la hayan hecho.
La primera buena noticia de esta nueva versión es que los principales cerebros pensantes tras ella serían británicos, recordad: país de origen del comic, y encima, el equipo responsable de dos pelis tan cojonudas como "28 semanas después" y "Sunshine" (entre ellos el talentoso Alex Garland), garantizando así genuino respeto por la fuente original, ausencia total de "hollywoodiadas" (podría ser adulta y violenta, sin suavizarla para contentar a un público mayoritario) y ¿un "Juez" con el casco durante toda la peli?. Dalo por hecho. Naturalmente el actor elegido no podía ser ni Stallone, ni Jason Statham, ni Ron Perlman (estos dos últimos bastante interesantes como alternativa), pero sí Karl Urban, lo suficiente conocido para encabezar el reparto, lo suficiente desconocido para no quitarse el casco y con la mandíbula adecuada. Todo pintaba cojonudo... menos para un sector del fandom que, sin querer entender la naturaleza real del comic, rajaban prematuramente (¡como siempre, vamos!) por ese presupuesto limitado y por Urban, al que calificaban de poco musculoso. ¿Perdón?, el "Juez Dredd" original, el auténtico, no era un armario empotrado, no era Schwarzenegger... no hasta que vino Simon Bisley y lo estropeó todo. Pero da igual, ese no era mi "Juez", el mío era el de Ezquerra o McMahon. El de "Ediciones Zinco".
Así pues, "Dredd", la película, se busca una trama de lo más sencillica para no andarse por las ramas: Hay una droga nueva en la ciudad, el Slo-Mo (si la tomas, todo a tu alrededor se relentiza mogollón, lo que da mucho juego a los responsables de la peli para recrearse en logradas cuestiones estéticas), y la que se encarga de venderla es Ma-Ma, una despiadada ex-prostituta que se ha montado el chiringuito en una de las mega-edificaciones de ese sombrío futuro que se nos pinta (y tan aterradoramente cercano). A esta acuden Dredd y su compañera con poderes psíquicos, la novata Juez Anderson. En cuanto Ma-Ma se entera de su presencia, toma el control del lugar, lo cierra herméticamente y... en fin, estalla la guerra.
Aquí no hay espacio para desarrollar personajes, para profundizar en nada, ¿por qué?, porque "Juez Dredd" no lo necesita, ni su público lo quiere. "Dredd" es un ser frío, duro como la roca y con una única meta: hacer cumplir la ley al precio que cueste. Casi una máquina, y eso se ha respetado en la peli, lo que no deja de resultar fascinante. Os aseguro que a este "Juez"  no le veréis sonreír, ni enamorarse de la chica, así pues, ¿para qué buscarse una trama compleja?, ¡vamos, dadnos tiros, sangre y violencia! y, sobre todo, dadnos "Dredd". Evidentemente, el personaje de Anderson está ahí para aportar aquello que el "Juez" no aporta, la humanidad, cierta profundidad y... el rostro. Algo que ya imaginaba, pero que en ningún momento le resta protagonismo al del casco. Karl Urban es un "Juez Dredd" estupendo, el tío se lo ha currado, se pasa toda la puta peli con la mueca de cabreo característica del tebeo, es seco... joder, ¡es "Juez Dredd"! (aunque su repertorio de frases lapidarias se queda algo corta).
Estéticamente, técnicamente y en su estupenda (y adecuadísima) banda sonora, se merece un diez de nota (y la violencia truculenta, que es notoria, pero sin llegar al gran guiñol pseudo-paródico Tarantiniano, que le restaría capacidad de impacto). Entonces, ¿dónde está el "pero"?, pues el pero es, paradójicamente, que la falta de un presupuesto mayor se acaba notando. Las escenas de acción y tiros son espectaculares, pero hay pocas. Los escenarios son futuristas, pero poco. Echo de menos más naves y robots. Hasta hoy creía que situar el 90% de la peli en un edificio era una desventaja, pero luego recordé "La jungla de cristal" y vi que no tendría por que serlo. Claro que "La jungla..." (y el "Dredd" Stalloniano) contaban con un presupuesto mucho mayor. Total, que a "Dredd" le falta cierto empaque, es super-sobria, algo que yo agradezco, pero esta vez puede que incluso un poco demasiado, y es una pena porque todo lo demás, en todos sus aspectos, está muy muy logrado. Empezando por el mismo "Juez Dredd", pasando por los efectos del Slo-Mo, algunas secuencias puntuales (las metralletas arrasando con una planta entera, el clímax final, los jueces traidores...), etc. Claro que, como decía arriba, ese presupuesto ajustado es un "mal necesario" para ver un buen "Dredd", así que "ajo y agua".
Pero vamos, que dejando de lado todas esas apreciaciones propias de un fricazo de mi porte, la peli está un rato guapa. El arranque es cojonudo, el enfrentamiento final también, y en general resulta entretenida. Aunque aquí lo principal era lograr una buena traslación del personaje de las viñetas a la pantalla, y por ahí te digo yo que se pueden poner todas las medallas que quieran y más.
Y antes de cerrar el chiringo, hacer dos últimas apreciaciones: 1- ¿Cuanto tardará en salir el idiota de turno que diga que la versión de Stallone era mejor? (probablemente, será un idiota que no habrá leído un comic de "Juez Dredd" en su puta vida). 2- Y no, "Dredd" NO es "muy ochentera" como algunos invidentes ya van soltando por ahí. Puedes encontrarle similitudes con algunos films de acción míticos de aquella década, pero en muchos casos es pura casualidad (y lógica, "Robocop" tomaba muchas cosas prestadas del comic de "Juez Dredd" -el primer diseño del traje era IDÉNTICO-, así pues, es normal que "Dredd" te haga recordar a ratos la peli de Verhoeven).