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lunes, 28 de diciembre de 2015

A VERY MURRAY CHRISTMAS

Netflix, algo así como un canal de televisión a la carta por internet –no me queda muy claro porque uno ya va teniendo una edad y los avances tecnológicos cada vez quedan mas lejos de mi alcance y/o comprensión- que está de actualidad porque recientemente se ha instaurado en nuestro país –dónde la cultura de la descarga ilegal está hasta bien vista- y, bueno, está  causando cierto interés en el público más amigo de las redes. Y a mí este tipo de propuestas no me llaman la atención salvo por la oferta de producciones exclusivas que ofrece (y que el mismo día del estreno ya están disponibles por vías ilegales). Estas son telefilmes de lujo, rodadas con dinero, sin mucho que envidiar a los productos mainstream que se estrenan en salas, y con repartos de lujo. Vamos que se trata de estrenos directos en ese canal, sin distribución en salas a fin de cuentas. Sonado es el Western cómico de Adam Sandler “Los 6 Ridiculos” o este “A Very Murray Christmas” que me he comido la pasada noche buena, y que son películas destinadas en exclusiva para dicho canal.
Así, Bill Murray en un ejercicio de megalomanía, lo que nos propone es un “Hollyday Special” –o mejor, una parodia- como los que se hacían en la televisión americana allá por los años 50, en los que una estrella en alza, el Bing Crosby de turno nos ofrecía todo tipo de actuaciones de variedades mientras él cantaba,  al piano, libres versiones de los villancicos populares clásicos americanos. Para que me entiendan ¿saben los especiales de Navidad de Raphael todas las nochebuenas? Pues esto es exactamente lo mismo, solo que para la ocasión el anfitrión es Bill Murray que se pega la machada de cantarse tropecientos villancicos de las más variopintas maneras, y haciéndose acompañar de amigos del mundo de la farándula en algunos de ellos. Así, vamos viendo desfilar por la pantalla a gente, gentuza y gentucilla de la talla de Miley Cyrus, Chris Rock, Paul Shaffer, Michael Cera, Jason Schwartzman, Maya Rudolph o George Clooney que se convierte en el principal chiste de la función.
La cosa está en que se introduce una ficción en la que, debido a una tormenta, Bill Murray y un grupo de personas se quedan encerrados en el hotel desde donde se emitirá en especial Navidad que el actor pretende grabar y, ya que están, se lo marcan ahí mismo, off cameras.
Bien, pues una vez satisfecha la curiosidad inicial, y aunque  tampoco se convierte en una cosa insoportable, la verdad es que ver un especial navideño de Bill Murray, tampoco es que sea una cosa extremadamente divertida. Es más, a mí me ha resultado bastante coñazo, y quitando uno o dos gags insertados ahí porque, como es Bill Murray, tiene que soltar alguna gracieta, resulta bastante poco gracioso y hasta poco edulcorado, para mi gusto, para tratarse de un producto navideño. Vamos, que es bastante mierdosillo y no tiene tono navideño, a pesar del numerito inicial con Miles Cyrus y Clooney, ahí con el fondo blanco en plan “Blanca Navidad”.
La coherencia llega con los títulos de crédito cuando vemos que la directora es Sofia Coppola, a la cual se le encarga este vehículo de lucimiento para su amigo Murray al que ya dirigió en “Lost in traslation”. Que sabrá esta directora, moderna y pasto del hipsterío más repugnante, sobre un buen especial de Navidad.

viernes, 10 de julio de 2015

EL FILO DE LA NAVAJA

Ya hablé  un poco por encima de esta película cuando colgué sus fotocromos – mucho más bonitos que ella misma-  y dejé claro mi interés por ver “El filo de la navaja” no es otro que el comprobar por qué encabeza muchas de las listas USA de peores películas de la historia. Me refiero a las listas de la prensa seria, no las de “Best Worst Movies”, que no la tienen ni en cuenta.
Y es que, verdaderamente, y obviando la categoría de “malas pero buenas”, si nos ceñimos a las malas, malas, si hay algo peor que una mala película, es una película mala sin alma. Y “El filo de la navaja” no solo no tiene alma, sino que es terriblemente pretenciosa, de gran presupuesto, con las miras puestas en los premios y, presumiblemente, la puesta de largo de un director que jamás levantó cabeza tras este descalabro como es John Byrum; conforman su filmo tan solo un par de películas de corte autoral, la que no ocupa y finalmente “Chicos Escandalosos” que nada tiene que ver con lo que hizo antes.
La película, basada en la novela del mismo título del escritor Somerset Maughan es, a su vez, el remake de la versión dirigida por Edmund Goulding en los años cuarenta. Cuenta la historia de un conductor de ambulancia que participó activamente en la primera Guerra mundial, y que tras finalizar esta, pudiendo vivir junto a su prometida de manera opulenta, al pensar él mismo que la vida no tiene mucho sentido, prefiere irse a París a existir de forma más austera. Al no quedar completo espiritualmente, deja París para irse al Tibet, hacerse monje y encontrarse consigo mismo.
La particularidad de este drama es que el protagonista no es otro que un Bill Murray salido directamente del exitazo de “Los Cazafantasmas” y que quiere probar en otros géneros, quizás como inicio de su primera intentona  frustrada de cazar ese Oscar que se le resiste.
El resultado es del todo desasosegante, en parte por la interpretación de Murray. Porque no se trata de una dramática que le sirviera para desmarcarse de su rol de comediante, que va. Aquí es como si hubieran metido al Dr. Venkman  en un tiempo que no le corresponde y en un culebrón que no le pega nada a ese registro. Al final es Bill Murray haciendo del Bill Murray de siempre, con sus chistes, bromas y chascarrillos, e incluso, imita a una foca cuando sale de la piscina.
Por todo ello, se presta ineludiblemente al humor involuntario y resulta antológico el monólogo existencialista que se marca  ante unos cadáveres en una eterna escena en pleno frente. Verdaderamente demencial.
Por lo demás, una producción de gran presupuesto, con todos los medios, que no escasea de nada, salvo de ritmo y entretenimiento. El desarrollo y el montaje también son chapuceros, pero lo peor de la película es que es un ladrillo de tres pares de cojones, sin más. Si no fuera tan aburrida, podíamos pasar por alto el resto de patochadas. Pero como siempre, la taquilla mundial influye  a la hora de alimentar  la leyenda de mierdosa de cada película.
Así, en España congregó en los cines a 97.000 espectadores, pero en los USA no fueron muchos más, con lo que supuso uno de los grandes fracasos de la historia de cine, que si bien no se trata más que un pequeño descalabro en la carrera de Bill Murray –de hecho, no quiere ni hablar de esta película-, si que supuso el fin de la carrera de John Byrum, que como he dicho antes, solo rodó “Chicos Escandalosos”, para no volver a rodar nada de cine después. Y menos con tanto presupuesto.
Una mala película sin vida, sin alma, de estúpida existencia y dura de ver, pero se trata de aquél dramón tan malo que hizo Bill Murray en los ochenta, y eso siempre es motivo para dedicarle un vistazo por pura curiosidad. Yo lo he hecho.

miércoles, 23 de enero de 2013

ATRAPADO EN EL TIEMPO

Sin paños calientes, para mi esta es la mejor película de que ha protagonizado jamás Bill Murray y la que mejor ha dirigido su amigo Harold Ramis, y nadie me va a bajar del burro con que Cazafantasmas es mejor, porque Atrapado en el tiempo está mucho mejor hilada y punto. He dicho “y punto”, así que a callarse.

El argumento es de sobras conocido, Phil (Bill Murray) es un ególatra hombre del tiempo. Una vez más, y ya es la cuarta vez, acude al pueblo de Punxsutawney a ver lo que dice la marmota. Esta es una tradición que sacan una marmota de su madriguera y según se mire su sombra o no, habrá 6 semanas de invierno más o la estación acabara y dará paso a la primavera. Para Phil el pueblo está lleno de paletos, y lo único que quiere hacer es su trabajo y largarse de allí rápidamente. Nada más levantarse en el idílico hotel en el que se aloja, una cancioncilla y un par de locutores despiertan con escrupulosa puntualidad inglesa a las 6 de la mañana a Phil. El día será uno de esos días horribilis que tenemos todos. Se encuentra con vecinos pesados, antiguos compañeros de clase, mete el pie en un charco…. Todo parece que está en contra de Phil. Cuando él y su equipo ponen rumbo a la ciudad una ventisca corta la carretera por lo que tendrán que pasar la noche en Punxsutawney (he tenido que mirarlo otra vez, porque no es fácil de escribir) A la mañana siguiente, a las 6 en punto, el día se repite de nuevo. Al principio a Phil le parece todo un gran deja vú, pero cuando al día siguiente vuelve a revivirlo todo, empieza  pensar que puede tener algún tipo de enfermedad. Acude a un neurólogo del pueblo (interpretado por Harold Ramis) el que le dice que está completamente sano. Así que Phil se pone a beber con dos lugareños. Hablando con ellos se da cuenta que al no existir un mañana, tampoco hay consecuencias, esto dará lugar para que Phil tenga todo un pueblo para jugar con él. 

Murray interpreta majestuosamente a su personaje, siendo un tipo con aspecto de crápula al principio, luego se transformara en una persona arisca, después es un depresivo y finalmente en un tipo feliz de ayudar en lo que puede. Lo mejor de su actuación es que es convincente y nos lo creemos. Del resto de actores principales tenemos a Chris Elliot, como Larry, el cámara que le hace la pelota a Phil y a Andie MacDowell que hace de Rita la productora que acaba de conocer a Phil. Los dos cumplen sobradamente su papel, Elliot el de pringado y Rita el de mujer que enamorara al protagonista. El único fallito que le veo a la película es a la reacción de Rita. Al principio casi no puede con Phil, por sus ideas pre-establecidas, las cuales eran correctas hasta que cambia por lo ocurrido, y  al final de un solo día, se enamora de él, es un poco raro, pero aceptamos barco porque la película se lo merece.

La película juega con esa idea de repetir un día que nos ha salido especialmente mal, para enderezarlo. Una segunda oportunidad, algo que todos en más de una ocasión hemos deseado tener. Puede que por ser una idea conocida, es por lo que entremos fácilmente en el argumento y nos dejemos llevar, eso y que Bill Murray tiene un don para la comedia sin tener que sonreír.

Esta  película que se estreno en 1993, debería de estar en la lista de las 100 mejores películas de la historia, sino lo está ya. Como poco que este en tu lista de películas que hay que ver y repetir antes de morir.
Arriba excursionistas…..

lunes, 29 de octubre de 2018

MUGWORTH

Marc Fernández, animador y director Barcelonés, se ha ganado por méritos propios un puesto de honor dentro de lo que podíamos llamar el cine outsider español, junto a otros nombres como el de Juan Carlos Gallardo, que encuentran su equivalente internacional en individuos como David “The Rock” Nelson o Damon Packard y que al final se han convertido, con todas las de la ley, en personajes de culto.
Moviéndose indefectiblemente en los parámetros del cine underground, sin tener una consciencia de ello, Fernández ha creado un concepto, el de este “Mugworth”, que en realidad es un jaleo que sucede dentro de la inquieta mente de Fernández en busca de su identidad como creador. Porque, “Mugworth” son dos películas distintas, y lo son, consecuencia precisamente de esa inquietud. Existe una versión en imagen real y otra de animación y ambas cuentan lo mismo, así que la sinopsis sirve para las dos versiones.
“Mugworth” es una adaptación libre de “Cuento de Navidad” de Charles Dickens, en la que se cuentan los avatares del tal Bellousini, un individuo ladino y taimado que odia la navidad con todas sus fuerzas y que  hace la vida imposible a su mayordomo Sir Butler (¿un mayordomo que también es Sir?). Así, la noche de Navidad, recibirá la visita de  tres extraños fantasmas que le contarán distintas historias, macabras y desasosegantes, que le mostrarán el significado de la Navidad.
Nada nuevo en el horizonte de no ser por las circunstancias y características que envuelven a esta adaptación.
La principal, refiriéndonos a la versión en imagen real, es que esta rompe con todos los convencionalismos técnicos y académicos de una manera brutal… aunque de manera totalmente involuntaria. Filmanda en video (Mini-DV) y montada de forma casera, el desfile de fallos, raccord y encuadres imperfectos harían llevarse las manos a la cabeza a cualquier erudito del séptimo arte, si es que este tuviera en consideración, siquiera, el ver la película.  En esta versión en imagen real podemos ver las influencias de Marc Fernández, que le llevan a  recrear de manera rudimentaria elementos que ha visto en, por ejemplo, “Los fantasmas atacan al jefe”, y tenemos aquí un émulo de “La muerte” que aparecía en la película americana, cuyo esqueleto señala a Bellousini de la misma manera que en el film de Richard Donner esta señalaba a Bill Murray. Por otro lado el cine gore es igualmente recreado por Fernández en una colección de efectos especiales caseros cuya efectividad es, a veces, encomiable (un taladro en la cabeza perfora la carne de manera extrañamente realista y, pensando, llegamos a la conclusión de que taladra la piel de un cerdo o algo por el estilo… ¡A saber!).
Sin embargo la característica principal de la película radica en un reparto internacional encabezado por Bill Moseley, actor súper popular para los fans del cine de terror por dar vida a Chop-Top, el histriónico hermano de Leatherface en “Masacre en Texas 2” o por ser recuperado por Rob Zombie en “Los renegados del diablo”, que a su  vez es una cara popular de diversas películas de serie B. Le secunda, entre un reparto meramente catalán, Darren Smith, compositor de las banda sonora de la película “Repo! The genetic Opera” (donde al igual que Moseley, también tiene un papel) o “Autopsy”, que además de haberse convertido en un actor habitual del universo de Marc Fernandez, aporta a la película una canción  que compone para la ocasión.
Moseley o Smith no son estrellas de Hollywood, aunque gozan de cierta popularidad dentro del mundo del cine y están acostumbrados en aparecer en producciones profesionales, sean caras o baratas, pero ¿cómo acaban ambos apareciendo en una película amateur de presupuesto cero? Pues eso es algo que solo Marc Fernández sabe, aunque no cuesta mucho pensar que, sencillamente, pagara el caché de ambos actores y estos se limitaran a hacer su trabajo. Con lo cual, su mera presencia, de una manera u otra, ya dota a “Mugworth” de cierto interés.
Sin embargo, un tiempo después, cuando Fernández ya da por desechada esta película, no se le ocurre otra cosa que aprovechar el sonido de la misma para rehacerla (con algunos cambios y variantes en el montaje) en dibujos animados. Pero no unos dibujos animados corrientes y molientes de factoría, sino, dibujos animados completamente amateur y elaborados a mano a base de lápices para colorear, ya sean estos de la marca Alpino o plastidecor, y realizados por el propio Marc Fernandez, por supuesto. Con dos cojones. Una animación rara, torpe, pero extrañamente bonita, y un estilo de dibujo en el que detectamos fuertes influencias de Mike Judge y Bill Plympton. El estilo de Fernández es una mezcla de ambos, pero dibujando tirando a mal, lo que me resulta de alto interés, en definitiva. Así,  ahora tenemos una película de animación cuyos protagonistas siguen siendo Bill Moseley y Darren Smith. Pero, rizando el rizo, y no contento con la presencia de estos dos, para el mayordomo Sir Butler, que en la versión de imagen real hablaba catalán ya que este estaba interpretado por un actor catalán, perdemos esa voz para sustituirla por la de… ¡John Waters! Así que contamos con una película de animación con las voces de Bill Moseley, Darren Smith y John Waters ¿No es sensacional? ¿Cómo se las ingeniaría para contar con la voz de Waters? solo Fernández lo sabe, pero ahí lo tenemos.
Tanto John Waters como Bill Moseley deben estar orgullosos de aparecer en esta película.
Por lo demás, la mezcla de sonido es nula y se nota cuando el sonido viene directamente de la Mini-DV o del audio enviado por Waters para la ocasión y el resto de las voces son interpretadas por el propio Marc Fernández con un particular acento que torna la película más rara todavía. Y para la banda sonora, como todo buen artista amateur que no puede acceder a material original, inserta música clásica para así evitar lidiar con los derechos de autor.
Dicen que incluso Ralph Baskshi se rindió ante sus encantos, declarando, desconozco para que medio, que “Mugworth” es “Una película única, escalofriante y divertida”.
En definitiva, “Mugworth” es una rara avis, un concepto estupendo y un cacao de padre y muy señor mío, que merece la pena que nos tomemos la molestia de descubrir en sus dos versiones.
Huelga decir que ambas aparecen en DVD el próximo día 7 de noviembre a través de nuestro sello Vial of Delicatessens.
Por lo que a mí respecta, una de las películas más extrañas y fascinantes del presente siglo. Sea por los motivos que sean.

sábado, 26 de octubre de 2019

EVOLUTION

Ivan Reitman llevaba encadenando sonoros fracasos o éxitos menores que quedaban por debajo de las expectativas, así que ante la desesperación hizo lo que hacen todos los cineastas, especialmente aquellos afincados en Hollywood, mirar atrás e intentar repetir uno de sus mayores logros, que pal caso era y es "Los Cazafantasmas". Estamos en 2001, así que eso de la nostalgia aún no se llevaba. Hoy habrían hecho una precuela o una secuela tardía..... espera un momento, ¡si eso es justo lo que Reitman y su hijo están maquinando en estos momentos! pero entonces no era un recurso habitual. Se estilaba más repetir la fórmula: Comedia desmadrada -aunque no demasiado- con notables ribetes de fantasía. Si en "Los Cazafantasmas" era el terror, en este nuevo proyecto sería la ciencia-ficción. Naturalmente estoy hablando de "Evolution".
La idea de partida es buena no, cojonuda: Un meteorito cae en el desierto. Resulta que a su alrededor comienza a formarse un micro-cosmos en el que la vida evoluciona a la velocidad de la luz. En el pueblo de al lado vive el típico científico de gran talento relegado al ostracismo por un error del pasado. Él y su acompañante negro serán los primeros en meter mano. Claro que pronto los poderes fácticos se harán eco del asunto, para mayor disgusto de los protagonistas, que se ven relegados a un segundo plano. Aunque no por mucho tiempo, especialmente cuando la vida marciana comience a hacerse más grande, poderosa y peligrosa. El guion original iba totalmente en serio, hasta que Reitman y los suyos se lo agenciaron y lo transformaron en una de risas. Lástima, tenía potencial.
Igual que el director de "Los gemelos golpean dos veces" buscaba desesperadamente un nuevo super éxito de taquilla, el actor David Duchovny soñaba con alejarse el máximo posible del medio televisivo y la serie que le diera la fama y encasillara, "Expediente X". A pesar de ello, y por absurdo que suene, rechazó un papel en "Star Wars, Episodio II. El ataque de los clones" para aceptar el que le ofrecían en "Evolution", pensando que interpretar a un científico interesado en la vida alienígena (juas!) en una comedia de un director en horas bajas sería mejor para su carrera. Encima, al hombre le dan un rol muy reconocible, el de golfo simpático. Descarado, pero tierno cuando conviene. Vulgar, pero inteligente si es preciso. Vamos, que hace de Bill Murray en "Los Cazafantasmas" (o en cualquier película de Bill Murray). El problema es que mientras este tenía su gracejo, a Duchovny no le va. De hecho, en lugar de un golfo simpático se convierte en un golfo gilipollas, impertinente, chulito y que cae mal. Es antipático. Lo mismo que su comparsa, Orlando Jones, absolutamente irritante... algo a lo que contribuye el doblaje español. Se salvan Julianne Moore haciendo de "rubia tonta" y Seann William Scott interpretando lo único que se le da bien interpretar, un paleto de buen corazón.
Y es aquí cuando da comienzo el juego de las comparaciones. Con "Los Cazafantasmas", claro. Para comenzar, ambas películas comparten un logotipo chachi. En el caso de "Evolution" es un "smiley" con tres ojos. Ambas arrancan con uno de los protas intentando ligarse a una alumna, hasta que el otro aparece y le joroba los planes. También aquí tenemos al grupo de anti-héroes uniformados -ni que sea por los trajes de bombero- enfrentados a criaturas monstruosas y, a su vez, con burócratas. Aunque en este caso el villano no trabaja para la agencia de protección del medio ambiente, es algo menos original: un militar. Según San Imdb, la cita que en un diálogo se hace al selenio es un guiño directo a "Los Cazafantasmas" en un speech que soltaba Dan Aykroyd en aquella y que, por si aún no lo sabían, en "Evolution" da vida al personaje del gobernador. Como colofón, las dos películas terminan con la aparición de un monstruo gigante que muere estallando y pringándolo todo de líquidos asquerosos, incluidos los dos villanos de la función, que a modo de castigo divino reciben un generoso baño.
Naturalmente, y aunque "Evolution" es una tontunada agradable para pasar la tarde del Domingo, Ivan Reitman no logró repetir la jugada (a lo que desde luego contribuyeron unos efectos especiales CGI aún algo toscos) y la taquilla no estalló. Tampoco Duchovny consiguió subir mucho más su caché.
En el reparto localizamos otros tantos nombres simpáticos como los de Ted Levine, Sarah Silverman, el astro de la "serie B" horrorífica Richard Moll y Winifred Freedman, actriz que algunos recordarán como "Stephie" en "Agárralo como puedas", la alumna de conducción que, sin quererlo, se mete de lleno en una divertida y absurda persecución durante la cual su reposado profesor le enseñará cómo mandar a tomar por culo a un rudo camionero.

viernes, 18 de diciembre de 2020

LA CHICA DEL GANGSTER

“La chica del Gangster” es una horrorosa traducción para el título original de esta película, “Mad Dog and Glory”, en alusión al protagonista de la cinta, y, efectivamente, a la chica propiedad del gangster al que hace mención el título castellano.
Se trata de una de las películas más refrescantes de la década de los noventa, una mezcla de cine de mafias y comedia —una verdadera percusora, ya que luego el subgénero tendría una nueva vida con películas como “Una Terapia peligrosa” y su secuela, o la divertida “Mickey Ojos Azules”— que con una puesta en escena totalmente deudora del género negro, avanza en su desenlace con una serenidad pasmosa, dejando, no obstante, perplejo al espectador; es atípico todo lo que cuenta. Siendo una peli sencilla, en realidad es más rara que un perro verde.
Cuenta la historia de un apocado y cobarde policía al que todos llaman Perro Loco que, en un atraco, salva la vida a un individuo al cual el atracador está apuntando con una pistola. Este individuo resulta ser un jefe mafioso, Milo. Por consejo de su psiconalista, busca al policía tras el suceso para darle las gracias, así que, en deuda con él, le invita al espectáculo de  stand up que él mismo interpreta en su tiempo libre. Tras esto, y teniendo en cuenta que la camarera, Glory,  le ha quemado la mano al policía cuando le servía café, el gangster le enviará a esta para que le cure la quemadura, y para que pase con él una semana en su casa (ya que la chica es de su propiedad y este es el pago a esa deuda), cosa esta, que al policía no le parece en absoluto bien, y tratará de evitar a toda costa, mientras surge, por parte de ambos, el inevitable enamoramiento.
El policía apocado está interpretado por Robert De Niro, el gangster chistoso sería Bill Murray y la camarera en propiedad, Uma Thurman.
“La chica del Gangster” es una producción de Martin Scorsese, que no dudó en mofarse un poco del género que le ha convertido en un director histórico y en poner sus cuartos en una película de John McNaughton, quién en aquella época era un director con vistas de prestigio tras su sorprendente “Henry, retrato de un asesino”. Curtido en el cine independiente, en esta ocasión, ponían a su servicio un estudio: Universal. Además, sería su primera incursión fuera del cine fantástico.
Con guion de Richard Price, giuonista de estudio, la película se concibió en un primer momento para que el papel del mafioso que cuenta chistes, Milo, fuera interpretado por Robert De Niro al que le había encantado el guion, Sin embargo, De Niro, pidió expresamente interpretar a Perro Loco , ya que como actor nunca había interpretado a un personaje de esas características, apocado, alienado y alejado completamente del arquetipo de tipo duro. Al mafioso de turno ya lo había interpretado millones de veces, al igual que ya había interpretado a un cómico de stand up en  “El Rey de la comedia”—y que luego volvería a interpretar ventitantos años después en  “The Comedian”—, por lo que el papel de Milo no suponía ningún reto para él. El de Perro Loco, sí. Como a Scorsese le parecía estupenda la idea, y a Mcnaughton también, el principal mecenas, Universal, no puso ninguna pega al respecto. Así que, con De Niro haciendo de policía, el director del casting comete una genialidad pensando que el mejor sustituto de De Niro como mafioso, podía ser Bill Murray.
Una vez rodada la película en 1992, esta sufrió constantes retrasos a la hora de estrenarse, ya que al tratarse de una película de estudio, y la cinta en cuestión tenía cierto tufillo a  comedia autoral, a Universal no le gustó el final que esta tenía. En él, el mafioso se salía con la suya. Sometieron a la película a diversos test con público y la respuesta de este era tajante en  todos ellos; no gustaba el final. Así pues, tuvieron que volver a rodarlo a gusto del público y, por ende, del estudio, quedando en el corte definitivo el final tal y como lo conocemos actualmente. Una pena. En cualquier caso el final impuesto no resiente en absoluto el resultado de la película que es soberbia y, en su extrañeza, funciona todo como tiene que funcionar. Vista hoy, yo creo que es de esas películas que ha ganado con el paso de los años.
Con todo, se estrenaría un año después, en 1993, funcionó en taquilla como se esperaba, y la recepción crítica fue bastante positiva. Sin embargo, la carrera como director de McNaugton, se resentía película a película, no volviendo a rodar nunca ningún producto tan solvente como este o su ópera prima “Henry, Retrato de un asesino”. Y hoy, está bastante alejado de la clase de director que en estos tempranos 90, prometía ser.
En España fue bien, la vieron casi 700.000 espectadores. No obstante, y a pesar de la calidad de la película, es una de las más olvidadas de la nefasta década cinematográfica de los noventa en el cine. Ni creo que a estas alturas se la reivindique; demasiado serena, no es un artefacto a la Tarantino, en definitiva, es demasiado buena película para que recale en los subcoscientes posmodernos, que al final son lo que reivindican y reactivan según que productos.  Pues, oye, casi mejor.

sábado, 12 de marzo de 2022

SESIÓN DOBLE: CAZAFANTASMAS, MÁS ALLÁ + LA MATANZA DE TEXAS 2022

CAZAFANTASMAS, MÁS ALLÁ: Los gerifaltes de Hollywood llevaban años intentando levantar una tardía tercera entrega de "Los Cazafantasmas", pero su protagonista de mayor enjundia, Bill Murray, solía negarse aludiendo que nadie querría ver a unos señores de avanza edad dedicados a tan sobrenatural tarea. Bien, a pesar de ello, y de la muerte de Harold Ramis que, teóricamente, arrasaba con toda posibilidad de un "Ghostbusters 3" oficial, finalmente ocurría, nacía "Cazafantasmas: Más allá" y Murray accedía a firmar (aunque contara con más años que cuando rechazó todas las propuestas previas). Los motivos diría que fueron sentimentales: la muerte de Ramis -ampliamente homenajeado en la película- y la implicación de Ivan (que en paz descanse) y su hijo Jason Reitman.
En cualquier caso, se trata de un entretenimiento tontaina, agradable y muy bien conectado narrativamente con el clásico de 1984 que, ¡ups!, se va al garete en cuanto, hacia la parte final, asoman el jeto los Cazafantasmas originales. Ahí te das cuenta de la muchísima razón que tenía Murray: Nadie quiere ver ancianos cazando criaturas espectrales. Ya no es la inmensa gordura de Dan Aykroyd (cuya aparición previa, más realista, funciona mejor), son las tremendas arrugas de "Peter Venkman" y su pelo despeinado. Da grima verle. Es todo bastante lamentable y, de hecho, cuando acabó me quedó un poso tristón. Sí, "Cazafantasmas: Más allá" es una película deprimente.
Otro debate consistiría en si era necesario el momento post-créditos -con la presencia de
Sigourney Weaver- donde se "arregla" un gag tirando a políticamente incorrecto del film de origen, cuyo humor cafre y socarrón iba mucho más en consonancia con ese detestado, pero -desde mi punto de vista- bien consumible "Cazafantasmas 2016" protagonizado únicamente por coños, que el tono de aventura Spielbergiana y sentimentalismo de saldo en esta reciente "entrega". Una que, solo espero y deseo, no conozca continuidad.

LA MATANZA DE TEXAS 2022: Lo que diré a continuación no lo provoca la demasiado común Netflix-fobia (en su momento ya expuse cristalinamente que estoy en las antípodas de considerarme enemigo de la plataforma, por la que siento gran respeto y simpatía -aunque no sea cliente-). Sin embargo, tampoco puedo evitar sentenciar que la nueva "Matanza de Texas", apadrinada por ellos, es lo que, popularmente, llamamos un mojón, y de los gordos. Un film aburrido como el demonio e incapaz de despertar emociones, ni miedo, ni suspense, ni la más mínima empatía con sus inocuos personajes.
"La Matanza de Texas 2022" insiste en la idea de separar a Leatherface de la familia, convirtiéndolo en un "Jason Voorhees más del montón", algo que cuando vi por primera vez en la entrega tridimensional me gustó. Pero si lo piensas detenidamente, tal vez no sea una elección tan acertada. Al fin y al cabo, lo del clan de tarados es, justamente, aquello que marca la diferencia de esta saga respecto a otras afines.
Por contra, sí es un error común a todas las secuelas (incluida la dirigida por el mismo Tobe Hooper), el meter borbotones de sangre. Supongo que a los "fans" les entusiasma y motiva que escriban cosas tan positivas de una película tan mala. Digamos que los árboles no les dejan ver el bosque. Pal caso lo traduciríamos como: la tripas no les permiten ver la cruda realidad. Sí, este "Texas 2022" es un festival de gore. Tienes todo el que quieras y más. ¡Ei! me encanta la truculencia bien parida y mejor aplicada... PERO no me basta con ella. Si lo que me cuentas es una mierda, la película resultante seguirá siendo una mierda. FIN.
Creo que ya lo he dicho antes, pero lo repito: No deja de ser paradójico que todo esto lo iniciara un film que pasó a la historia, y dio la vuelta al género convirtiéndose en un absoluto clásico, sin mostrar casi casi ni gota de sangre. Recordemos que la del 74 era sucia, desagradable, malrollera... era muchas cosas, pero no sangrienta. Hooper lograba aterrorizar a la audiencia a base de atmósfera, de jugar con el sonido, de, en definitiva, talento... pero nunca tiraba por lo fácil. Desde entonces, nadie más ha intentado repetir la hazaña. Saben que la plebe demanda hemoglobina y dársela en grandes cantidades funcionará comercialmente. Por eso, a pesar de los años y las entregas, la primera sigue siendo la más espeluznante y, en definitiva, el título de peso que es (fíjense que he usado el término "más espeluznante", no he dicho "mejor", básicamente porque yo prefiero la segunda, aunque soy consciente que queda lejos de ser una obra maestra genuinamente terrorífica -más cuando sabemos que sus perpetradores apuntaban a la sátira antes que al horror puro y duro-)

martes, 24 de agosto de 2010

LOS INCORREGIBLES ALBÓNDIGAS

Indiscutible clásico de la comedia moderna, que abrió la veda a las historias picarescas situadas en campamentos veraniegos y, ya que estamos, una de esas películas con números para estar en mi top ten y que sin embargo, no -me- cuajó. Cuando la alquilé de chaval en el video-club ya había visto otras comedias gamberras posteriores a esta (probablemente la falsa secuela "Los albóndigas en remojo") y, claro, el lenguaje y el tono de estas me resultaba mucho más cercano y efectivo. "Los incorregibles albóndigas" me pareció sosa, aburrida y carente de elementos excitantes. Incluso la desgana de Bill Murray, generalmente su estilo de interpretación, me dejó un regusto amargo, a decepción. Ayer noche quise revisarla con la perspectiva del paso del tiempo de por medio y, en fin, no me pareció tan mediocre, pero sí, comprendo perfectamente que no me gustara en su momento.
En realidad el ingrediente que ha dado éxito y culto a "Los incorregibles albóndigas" es su escenario. Todo lo relacionado a pasar el verano en unas colonias está contado de modo muy realista, muy costumbrista, sin estridencias, ni humor surrealista, ni actores de 30 tacos fingiendo ser adolescentes. De hecho, según Imdb hay material prácticamente documental, y muchos de los secundarios y extras eran auténticos monitores de campamento. Dicho de otro modo, te gustará si te gusta ir de colonias en verano... yo, casualmente, lo detestaba, con solo decir que mis padres me amenazaban en mandarme a colonias si suspendía demasiadas asignaturas os podéis hacer una idea (y no es broma!), así que en ese sentido, la peli lo tiene chungo conmigo.
La nota de comedia la ponen las payasadas de Murray, que a ratos parece estar improvisando. Sin embargo, lo que sorprende de esta peli, y más viendo cómo se desarrolló el subgénero posteriormente, es lo blanca que resulta. Hay chistes picantes, pero muy inocentes, solo una tia buena y no asoma la más mínima teta durante todo el metraje. Vamos, que casi casi es una peli para críos.
¿Argumento?, poca cosa. Las gamberradas, anécdotas y gracietas (algunas muy muy tontas) que se desarrollan durante un campamento de verano, la relación entre Murray y un chico marginado y la eterna competitividad que se gastan con el campamento de al lado, destinado -cómo no- a gente acaudalada y malvada.
Ivan Reitman tras la cámara, Harold Ramis entre los guionistas... no se, ta bien, pero tampoco es gran cosa.

martes, 26 de febrero de 2019

SENTENCIADOS

Cualquiera que viviese a fondo el auge de los vídeo-clubs reconocerá la impactante caratula de este rutinario "slasher" producido en el año que más convenía, 1982. Estaba en todas las estanterías y aunque parecía plato irresistible para los aficionados al cine de terror, tardé mucho en alquilarla porque algo me decía que sería un churro. Mi instinto no me engañaba. Sin embargo, vista hoy, añadiendo nostalgia a la ecuación, la cosa no parece tan grave.
Un grupo de peña se reúne en una isla porque van a hacer una película "positiva y con un mensaje valioso para la juventud de hoy". Sin embargo, a penas tienen tiempo de ensayar que comienzan a caer bajo la ira de un enigmático asesino. Las muertes son bastante chorras: A uno lo tiran dentro de una piscina con el agua hirviendo (¿?). A otra le cuelan ácido en la ducha. Lo que no se entiende es por qué le cuesta tanto atravesar la cortina para escapar de tan cruenta muerte. Y finalmente disponemos del crimen más gráfico de todos mediante sierra mecánica. No es que sea la repolla, pero comparado al nivel general, llama la atención.
Entre los integrantes del equipo hay dos pseudo-punk rockers. Y de hecho, cada vez que el asesino sale de caza enciende un radio-casete de bolsillo y deja sonar una animada tonadilla punkera titulada "Face to Face" según las capacidades de "Factor Four". Cuando la escuchas en los créditos del principio dices "Mola!". Pero tras tragártela tropecientas veces más a lo largo del metraje casi acabas odiándola.
Del personal implicado únicamente reconozco a Steven Tash, que has visto electrocutado por Bill Murray en "Los Cazafantasmas" o hecho puré gracias a "Christine".
"Sentenciados"  dispone de dos títulos en v.o., "Island of Blood" y "Whodunit?". Este último es muy gracioso pero poco fiel a la realidad si comparamos el tipo de películas adscritas a la etiqueta, mucho más atmosféricas, inquietantes, sofisticadas, con personajes bien definidos y algún tipo de herencia o venganza familiar, con la super-rutina inimaginativa y desganada del film reseñado, muy acorde al "slasher" puro. Cierto que los motivos del villano tienen su gracejo, pero tampoco demasiado.
Dirige la función un tal Bill Naud, con una filmografía escueta y un título muy curioso a modo de testamento: "Ricky 1 ¡Qué duro es ganar!", donde se parodian las películas del púgil cinematográfico más querido por todos.

viernes, 1 de mayo de 2009

LOCADEMIA DE CONDUCTORES

Comedia inconfundiblemente ochentera surgida en pleno boom de la serie "Loca academia de policía" (que nuestro amigo Víctor tan bien diseccionó hace un tiempo en este mismo blog). De hecho, el director (Neal Israel) y el guionista (Pat Proft) habían currado (y seguirían haciéndolo) en dicha franquicia (en concreto, Proft también llegó a ser un colaborador infatigable del clan ZAZ -Zuckers & Abrahams-, sobre todo en lo que se refiere a la creación de "Agárralo como puedas" y lo que la siguió). Supongo que, por ese motivo, el título Español es del todo justificable, aunque nada tenga que ver con el original ("Moving Violations"). De chavales todos nos referíamos a ella como "Loca academia de conductores", y tardamos un poco en descubrir y asumir la extraña mutación de las dos primeras palabras.
Otro aspecto muy curioso del film lo encontramos en su reparto. El prota es John Murray... hermano de Bill Murray. No solo se parecen mucho, sino que actúan casi igual y dan vida al mismo tipo de personaje, el golferas/perdedor simpático de buen corazón. Le sigue otro hermano ilustre en el rol opuesto, el del poli malo, James Keach, familia de Stacy "Mike Hammer" Keach, con quien también guarda mucho parecido físico. Seguimos mirando y descubrimos dos coincidencias curiosas, por un lado tenemos a Brian Backer interpretando a un tipo que se enamora de una punk muy new wave (¡era la época!) y se deja cresta. Este tipo era el "nerd" protagonista de "La Quema". Pero ahí no acaba la cosa, resulta que uno de los personajes secundarios de aquella, de los que moría en la famosa y cruenta secuencia de la balsa, Ned Eisenberg, también actúa en "Locademia de conductores", y encima interpreta a un fan del cine de terror y la violencia que, en cierta escena, se pone una máscara de hockey y empuña una sierra mecánica. El resto de actores son secundarios populares del cine de aquella década, resaltando a Jennifer Tilly haciendo de "tonta buenorra", papel este que, creo, solía repetir muy a menudo.
Si a todo eso añadimos que la peli funciona como entretenimiento puro, sanamente tonto y divertido, pues oye, como que es para alegrarse ¿no?. La historia va muy en la línea de aquellos tiempos, grupo de personajes variopintos, mas bien torpes pero buena gente, se ven obligados a volver a la escuela de conducción o perderán sus permisos y autos. Los responsables de esta tienen un plan maléfico para el cual piensan lograr que nadie apruebe. Todo ello da pie a un montón de gags y situaciones delirantes (muy buenos los chistes de la mujer anciana escasa de visión) que concluirán a lo grande (el desenlace recuerda a una mezcla entre los de "Desmadre a la americana" y "Granujas a todo ritmo", ni más, ni menos).
Para pasar el rato y ponerse nostálgico.

miércoles, 4 de marzo de 2015

LOS FOTOCROMOS DE "EL FILO DE LA NAVAJA"

Considerada por la crítica como una verdadera puta mierda, esta película tenía la particularidad de que contaba con Bill Murray como protagonista en un papel dramático. Un papel que ni le iba ni le venía. ¿Quien iba a pensar que los papeles dramáticos iban a ser el pan de cada día en la carrera actual de Murray...?
Yo no he tenido el placer de verla y ando loco tras ella... pero no hay manera de encontrarla ni de forma legal ni ilegal. Y sinceramente... no tiene pinta de ser tan mala...












viernes, 2 de julio de 2021

LA VERGÜENZA DE LA JUNGLA

Clásico de la animación franco-belga para adultos que en su momento, 1975, desató polémica debido a su contenido erótico y violento, siendo prohibido en infinidad de países, retenido en otros y censurado en la mayoría de ellos. En los USA fue la primera película de dibujos animados calificada con una “X”, del mismo modo que en España, prohibida el año de su lanzamiento, tuvo a bien ser estrenada años después, en 1979, con Franco ya muerto y clasificada “S”. El nombre de su creador, animador y director, no puede ser más descacharrante; se llama Picha.
Se trata de una serie de segmentos cortos de contenido semi pornográfico enlazados a través de un fino hilo argumental en los que Tarzoon —una versión animada y pornográfica de Tarzán— regresa a la jungla tras no adaptarse a las modernidades de la gran ciudad. Allí, en lo hondo del follaje, dentro de unas plantas con forma de coño, vive una maquiavélica reina que tiene un serio problema de alopecia. Debido a esto, decidirá hacerse un implante con la cabellera de la novia de Tarzoon, así que la secuestra, y la vergüenza de la jungla tendrá que ir  a rescatarla. Por el camino se topará con infinidad de monos que se masturban, negros bien dotados y, sobre todo, un ejército de penes con vida propia y sin dueño generados en un laboratorio (la forma en la que son  creados es una salvajada inexplicable… si deciden ver la película, verán a qué me refiero).  Un argumento muy cafre, sin embargo, resulta todo muy light en términos pornográficos si la comparamos con otras películas de animación de la época también europeas (como aquellas cosas provenientes de Alemania tipo “La isla de las perversiones”), ya que aquí no hay penetraciones ni apenas relaciones sexuales con féminas, y sí un montón de penes chocando y atacando a todo lo que se meneé. En todo caso, lo que sí que tiene “La vergüenza de la jungla” son toneladas ingentes de violencia y racismo. Aquí hay personas gráficamente partidas en dos, patas de elefante cortadas con hacha y, sobre todo, montones de negritos que responden al estereotipo coon. Sin embargo, la película sembró la polémica por lo referente al sexo, nunca por estas otras cuestiones.
En el festival de Cannes del 74, lugar donde la cosa cayó especialmente bien, se presentó un avance de 15 minutos que propició que los herederos de E.R. Burroughs, creador de Tarzán, denunciaran a la Fox, que se encargó de su distribución en Europa, por plagiar al personaje que obraba en poder de la familia. Obviamente, se trataba de una parodia, ni tan siquiera usaba el mismo nombre, por lo que el juez falló a favor de los productores sin que hubiera una sentencia al respecto. Esto, más que un impedimento supuso publicidad gratuita y, gracias a eso, “Tarzoon, la vergüenza de la jungla”  fue inmediatamente exportada a otros países como el nuestro, o a los USA, con algún que otro aliciente; para la versión americana, los yankees, efectistas como ya suelen ser, la remontaron a gusto del público norteamericano y nombraron al gato Fritz en los carteles con el fin de darse publicidad,  amén de haber contado para el doblaje con la flor y nata de la comedia USA, así, dando vida a los personajes y a todas esas pollas vivientes tenemos a gente como John Belushi, Bill Murray, su hermano Brian Doyle y, como Tarzoon, tenemos nada menos que a Johnny Weissmuller Jr. hijo de quien diera vida a Tarzán en las míticas películas de la Metro. Naturalmente, las versiones europeas nos perdemos esa gracia. No obstante  la versión americana, al ser calificada con una “X”, reducía el número de salas  a exhibir considerablemente, Fox no supo sacar partido a la película estrellándose en la taquilla pese a que, sólo en San Francisco, esta había funcionado de perlas.
Para acabar de liar la madeja, se estrenó una nueva versión recalificada y que eliminaba el “Tarzoon” del título,  debido a una nueva demanda de los herederos de Burroughs por manchar el nombre de la obra original. Esta vez el juez falló a favor de los herederos quedando el título acortado a “The Shame of the Jungle”, lo que originó que esta versión más light, generara aún menos dinero que la hardcore. Curiosamente, a su paso por cines en España, quizás porque la exportación de la película llegara directamente de los USA y no de Francia, la película se llamó inicialmente “La vergüenza de la jungla”, si bien, posteriormente se la conoció popularmente como “Tarzoon, la vergüenza de la jungla” o, sin ningún tipo de pudor, como “Tarzán, la vergüenza de la jungla”.
Yo llevaba años detrás de esta película, quizás desde adolescente, y jamás di con ella. Cuando por fin doy con una copia gracias a Internet y al altruismo de los usuarios, me encuentro con un coñazo de padre y muy señor mío que, quizás sea por los tiempos que corren, pero resulta de lo menos sugerente. No tiene ni gracia la cosa. Ahora, curiosa, es un rato largo, sobre todo por todo esto que les cuento.
El tal Picha es una eminencia de la animación para adultos en Bélgica y, quizás, su obra más popular sea la serie “Animalimpycs” de la que también hay un resumen en forma de largo y que, si algún día me encuentro con el cuerpo golfo, quizá la vea y hasta la reseñe. Pero eso no será a corto plazo. Adjunto aquí, a modo de curiosidad, un recorte de prensa que anunciaba el estreno de la película que nos ocupa, en un céntrico cine madrileño.


miércoles, 13 de mayo de 2009

LOS ALBÓNDIGAS EN REMOJO

Mitiquísima comedia juvenil de los ochenta que dejó imborrable huella a los de mi quinta. Lo divertido, y muy propio de las distribuidoras hispanas en aquellos tiempos, es que en realidad no se trata para nada de un film perteneciente a la saga de "Los Albóndigas" (que, por su cuenta, tuvieron sus propias secuelas) lo que creó la, lógica, confusión entre los que por entonces teníamos granos y nos hacíamos pajas a todas horas (vale... mi número de granos ha descendido, pero sigo siendo un campeón en lo otro).
Uno de los aspectos más entrañables del film está en su reparto, especialmente el del grupo protagonista, la inevitable panda de perdedores simpáticos tan de moda entonces y que componen algunos rostros indivisibles en su género, a saber: Tim Matheson (apunto estuvo de ser "Indiana Jones") y Stephen Furst, que venían de la peli que lo empezó todo, "Desmadre a la americana". Dan Monahan, el "Pee Wee" de "Porky´s", y Sandy Helberg, que aunque sale en "This is Spinal Tap" y "Máxima Ansiedad" yo no lo conocía de nada, pero recuerdo que mi hermano (mediano) lo acusaba de plagiar las muecas de Jerry Lewis. También tenemos a la niña mona de rigor, Jennifer Runyon, descubrimiento que se quedó en nada (justo después hizo "Los Cazafantasmas"... al principio, con Bill Murray soltando descargas eléctricas a dos voluntarios), Jeff East como el jefe de los malos (fue "Superman" joven en la de Donner, y luego también intervino en "Pacto de sangre") y John Hillerman (el inconfundible Higgins de "Magnum").
La historia no tiene nada y está repleta de tópicos, pero el ritmo es imparable, a las bromas más chorras les siguen otras más inspiradas (la dosis de humor absurdo y "cartoonesco" es un pelín mayor de lo habitual en este tipo de productos) y al final el desbarajuste es completamente disfrutable. Por un lado tenemos al mentado grupo de golfos simpáticos, los peores estudiantes de la universidad de turno, un listillo (y su genial perro, que se reserva algunas de las mejores coñas), el gordo tragón, el cachondo y el "nerd". El rector les obliga a participar en un competición de "rafting" donde se las tendrán que ver con la pandilla de rubitos, pijos y cabroncetes (quienes no paran de hacer trampas, compinchados con el organizador de la movida), los de la academia militar (buenísimo el desprecio con el que los cadetes tratan a su superior) y las chicas de turno, es decir, la protagonista femenina y sus amigas bastante calentorras (ella lo es un poco menos... ya saben...). A todo el listado de putadas mutuas, chistes razonablemente picantes (tetas las hay) y sanas gilipolleces varias, tenemos que añadir un final más o menos espectacular.
Tras las cámaras reconocemos nada menos que a Samuel Z. Arkoff en tareas de producción (quien junto a James H. Nicholson parió la "A.I.P" y con ella un montón de los clásicos de la ciencia ficción y el terror de los 50 en adelante, Corman incluido).
De chaval me compré la banda sonora en vinilo por cien pesetas y durante una temporada no paré de escuchar a algunos de los grupos más AOR del rock de la época, destacando entre ellos "Cheap Trick", autores del logrado tema central y verdadero título de la peli, "Up the creek".
¡Entrañable!.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

AL FILO DE LA NAVAJA

Típico producto ochenteno de tercera, con aspecto de producto setentero sobre venganzas urbanas, del que, seguramente, debió tomar buena nota Tarantino, además del “Blaxplotation”, a la hora de plagiar para hacer “Jackie Brown”.
Una mujer descubre que su marido es un camello cuando una panda de mafiosos de poca monta asalta su casa para cobrar una deuda y asesinar a su hijo. Por otro lado, una vieja leyenda del deporte venida a menos, se gana la vida como taxista. La mujer alquila su taxi para que la lleve a diferentes lugares. Pronto descubren que la intención de esta mujer es ir matando a los asesinos de su hijo, uno por uno ¡Y decide ir en taxi!. Al enterarse el taxista de esto, decide tomar parte activa de esta venganza, aunque en consecuencia surjan todo tipo de problemas, y, lógicamente, alentado por el enamoramiento.
Lo bueno de estas películas, en su mayoría ambientadas y filmadas en Nueva York con pocos medios, es todo el rollo urbano que destila; las calles, el macarrerío, los cines anunciando películas de estreno (en este caso vemos dos enormes carteles que anuncian “Creepshow” y “Star Trek II”), la niebla saliendo de las alcantarillas… y en este “Al filo de la navaja” incluso la idea de base no está nada mal. ¿Qué es en lo que falla? En todo lo demás. El guión hace aguas y hace alarde de un tempo lentísimo, sin ningún ritmo, con lo que acabamos bostezando de la manera más espantosa. Pero mola por lo chanante del asunto y el carisma de los personajes. Aunque esto no sirve para salvar la película de la más cruel quema. Pero claro, el interés radica en sus míticos actores, porque tenemos por ahí a Robert Foster como tiradísimo taxista, y de malo maloso, tenemos a Joe Spinell, ambos en su salsa y en sus mejores momentos, y solo verles el careto, ya es aliciente para continuar visionando este bodrio.
Dirige el cotarro Norbert Meisel, que solía actuar en sus películas, y que rodó más bazofias del mismo estilo.
Pero da igual la película, una ponzoña más. Lo mejor es lo referente a sus ediciones videográficas:
De título original “Walkin the Edge”, la película tuvo hace unos años una edición en DVD, que es la que ilustra esta entrada. Sin embargo, ya fue editada en VHS en los ochenta con el estúpido título de “Al filo de la navaja II”. Esto está muy bien, salvo por el pequeño detalle de que no existe un “Al filo de la navaja 1”… en todo caso un dramón con Bill Murray titulado “El filo de la navaja” que absolutamente nada tiene que ver con esto… ¿Quizás una estrategia comercial para hacer creer al público que era la secuela de una peli acojonante? A saber.
En cualquier caso, aquí les dejo la carátula de aquella primera edición en vídeo.


sábado, 30 de noviembre de 2019

LOS MUERTOS NO MUEREN

Que Jim Jarmusch hiciera una peli de vampiros melodramáticos ("Sólo los amantes sobreviven") tenía cierto sentido. Pero que se apuntara, aunque tardíamente, a la moda del cine de zombies o, si lo prefieren, la comedia zombie, fue algo que, cuando me enteré, no me podía creer. Daba la sensación de que el cineasta, auténtico estandarte de lo que algunos consideran discutiblemente cine "independiente", había tirado la toalla. ¿Estaba Jarmusch deseando meterse en terrenos más comerciales?. ¿Buscaba alguna clase de éxito "mainstream"?. Era todo muy raro. Y más cuando al repasar el reparto encontrabas una ristra de nombres realmente impresionantes, muchos de los cuales llevaban colaborando con el cineasta desde hacía lustros: Bill Murray, Adam Driver, Tom Waits, Chloë Sevigny, Steve Buscemi, Danny Glover, RZA, Rosie Perez, Carol Kane, Tilda Swinton, Sara Driver, Iggy Pop, Selena Gomez y Larry Fessenden (que de alguna manera vendría a ser "el Jim Jarmusch del cine de terror"). ¿Y qué me dicen de su público?. Jarmusch lleva haciendo el mismo tipo de película desde que destacó en sus tiempos con "Extraños en el paraíso" y recuerdo perfectamente, en los 90, una revista super-pedante -"Kinos"- con unos "diez mandamientos cinéfilos" donde encontrabas uno que decía "Adorarás a Jarmusch, Hartley y los Coen". ¿Qué pensarían esos gilipollas de semejante proyecto? Me habría encantado conocer la respuesta.
Aquí la gran incógnita consistía en saber si "Los muertos no mueren" iba a ser una peli muy Jarmuschiana o no. Con sus habituales ritmos reposados, su estética elemental pero elegante y esos diálogos a medio gas tan característicos. ¿Habría gore, habrían imágenes de zombies devorando entrañas?. El trailer no aclaraba mucho la situación y echaba más leña al fuego, especialmente viendo a una Tilda Swinton vestida de samurai dispuesta a recortar extremidades de muertos vivientes. Todo muy muy loco. Me moría de ganas de saciar mi curiosidad.
"Los muertos no mueren" cuenta la historia de un pueblecito asediado por una horda de cadáveres resurrectos. Se han levantado de sus tumbas porque el eje de la tierra se ha desplazado. Veremos como los diferentes y peculiares habitantes, desde el sheriff al racista de turno, pasando por un "fricazo" fan del cine de terror, afrontan tan apocalíptica situación.
¿Por dónde empezar? Sí, Jim Jarmusch se mantiene fiel a sus preceptos. Aunque de un modo más ligero, no tan extremo. Tal y como he leído por ahí, puede que sea su película más accesible. Y es cierto. Pero también que sigue habiendo mucho del cineasta en ella. En esencia es una comedia, rara, como lo eran algunas de sus pelis precedentes, solo que en este caso el humor es increíblemente tonto. Chorra incluso. Con gags elementales, casi infantiles. Completan la tarta unas pocas coñas de metacine y gotitas de ciencia-ficción.
Pero la verdad es que todo ello mola. Funciona. No aburre, lo que en una obra Jarmuschiana ya es mucho. Y dispone de algunos momentos muy inspirados, y divertidos, como la secuencia en la que los policías descubren unos cadáveres en la cafetería. Puro Jarmusch. O los pasajes truculentos, que los hay y no son moco de pavo, aunque cuando los zombies mueren no sueltan sangre, sino polvos negros.
Sorprenden también los guiños "friquis". Desde posters en paredes, a citas directas. La más llamativa es que Adam Driver tenga como llavero una nave imperial de "Star Wars". Más propia de Kevin Smith que de Jarmusch. Aparece Selena Gomez interpretando a lo que uno de los personajes tilda de "hipster", irónico "palo" viniendo de un cineasta que en su época era un "hipster" puro cuyo cine atraía, esencialmente, a los "hipsters" del momento.
Tal vez lo peor sea el extremadamente evidente, básico y previsible elemento crítico contra la sociedad consumista. No sabemos si es parte de la guasa como guiño al cine zombie de George A. Romero o algo genuino que Jarmusch pretende expresar. Pero se perdona, porque, al final, resulta que "Los muertos no mueren" está un rato bien. Te entretiene, te hace reír, goza de un excelente desenlace y, en definitiva, disfrutas semejante marcianada que, no por saciada la curiosidad, deja de ser un perro verde en la filmografía de su director. 

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LA TIENDA DE LOS HORRORES

Maravillosa. Es la única palabra posible para describir esta película: maravillosa.
Ayer noche tenía ganas de revisar alguno de esos títulos que sabes que, más o menos, siempre funcionan. Y así, de paso, tendría material nuevo que reseñar en este bonito blog. Aquello que lo veo, termina y, oh!, casualmente en el mismo dvd tenía "La tienda de los horrores" y, como aquel que dice, "se puso ella sola". Me dije "Anda coño! pues venga, esta también!". ¿Y que pasó?, que me la comí entera, cual porno-star, y la disfruté increíblemente. Más que el film precedente (que también caerá por aquí).
Famoso musical filmado, basado en otro de origen teatral que, a su vez, se inspiraba en el cult-film de Roger Corman (que por cierto, ¡es un coñazo de aúpa!). Se rodó en 1986. Yo lo vi recién estrenado en el cine Cataluña (que ya no existe!) acompañado de algunos de mis "amigos" del EGB. A ellos en general no les gustó, se quejaban de que las canciones eran pesadas y que la peli era una chorrada. ¡¡Ilusos!!, con razón nunca me acabé de llevar bien con ninguno de ellos. El cine lo recuerdo a tope, y que el público se rió cuando en una canción se hace referencia a los cleenex (sí amigos, la audiencia era tan imbécil antes como lo es ahora). Yo, como no podía ser de otro modo, conocía perfectamente lo que iba a ver gracias a mis amigos franceses ("Mad Movies", "L´Ecran Fantastique", etc) y lo pasé bomba. De hecho, me obsesioné (que raro!) con Audrey II, la planta carnívora protagonista, hasta el extremo de que hice mi propia versión en fieltro!
Bien, situémenos. Una floristería al borde de la quiebra. Seymour, el dependiente buenazo y tonto enamorado de su compañera de labores, Audrey, tiene una planta de curioso aspecto. Gracias a esta, el local se vuelve muy popular y comienzan a nadar en la abundancia. Sin embargo, el vegetal es en realidad un invasor del espacio que necesita sangre humana para vivir y crecer y cuyo fin es, sí, dominar el mundo.
Todo en este film es fabuloso. Su adecuadísimo reparto (genial Rick Moranis), sus excelentes famosos invitados (Bill Murray, John Candy, Jim Belushi...), el increíble y brutal diseño de producción (entre realista y de comic), los insuperables (y muy bien coreografiados) números musicales y sus brillantes canciones (perfectamente gozables en tu walkman o mp3), la dinámica, fresca y divertida dirección de Frank Oz y, por supuesto, las dos guindas que le han dado inmortalidad, Steve Martin en el inigualable rol del dentista loco (su canción está entre las mejores, sino la mejor de todas) y la planta asesina. Audrey II tiene el adecuadísimo vozarrón de Levi Stubbs (fallecido líder de "The Four Tops") y, ¿qué puedo decir?, es una obra maestra de ingeniería, cojones, animatronic de la vieja escuela que chorrea perfección en todos sus detalles, su agilidad, su look, su magnética personalidad... ALUCINANTE, pura creatividad.
"La tienda de los horrores", que estuvo nominada a dos Oscars pero no los consiguió, pasa en un plis, es ultra-entretenida, sin embargo en su época no funcionó en taquilla lo que se esperaba por sus arrebatos de despiadado humor negro. Y eso que, como todos saben ya a estas alturas, originalmente el final era hiper-pesimista, con los héroes muriendo y un ejército de plantas dominando el mundo. Una escena de increíble y asombrosa facturación que fue cruelmente extirpada cuando en los pases de prueba el público reaccionó negativamente. Una auténtica tragedia, afortunadamente subsanada en los extras del estupendo blu-ray.
De esta guisa, "La tienda de los horrores" ha quedado como una peli de culto a la que muchos veneran (yo entre ellos). Si hubiese funcionado, habríamos tenido una invasión de reproducciones en plástico de la carismática planta ¡y anda que no hubiera molado, oye! (¿a que esperan los jugueteros de hoy, encabezonados en recuperar iconos de los 80?).
Urge una reivindicación ya por todo lo alto (ver esto en el Festi de Sitges sería tremendísimo) Una obra maestra lista para ser redescubierta.
Nota curiosa: Según Imdb, en un principio el proyecto lo iba a producir Steven Spielberg y dirigir Martin Scorsese (!!!)... ¿hubiese sido aún mejor?... ¡naaaaah!.

lunes, 22 de agosto de 2016

CAZAFANTASMAS (2016)

Que peliagudo es el tema este de los nuevos “Cazafantasmas”. Y es que como todo “Reboot”, este tiene el lastre de ser un “Reboot”, y por lo tanto, un producto expuesto a juicios, críticas y valoraciones incluso antes de ser estrenado, porque el fandom en general, esos apasionados fans, en realidad son hordas de idiotas.
Y a eso hay que añadirle el polémico hecho de que cambien el sexo de sus protagonistas.
Yo esto lo veo hasta normal. Puesto que la posibilidad de hacer una secuela quedó del todo descartada tras la muerte de Harold Ramis, la opción natural del proyecto era que la protagonizaran nuevos actores cómicos. Y puestos a reiniciar una franquicia, en los USA es cierto que esta nueva hornada de actrices cómicas está reventando por igual las taquillas y los Shares, por lo que es absolutamente normal que  esta nueva versión sea un vehículo para el lucimiento de  la Wiig, la McCarthy y la McKinnon de turno, que son el relevo generacional de la gran comedia USA. Al público Americano les encanta estas mujeres, y en particular Melissa McCarthy con la que se vuelven locos. Yo sin embargo, no le veo la gracia a esta señora.
Una vez superados nuestros machismos y misoginias, queda lo que es la película.
El director Paul Feig, no es el adecuado para una película de estas envergaduras. Ni siquiera es un buen director, sus películas son todas flojas, pero es, por decirlo de algún modo, el director oficial de películas al servicio de estas nuevas señoras surgidas del “Saturday Night Live” y que “La boda de mi mejor amiga”, se convirtió en poco menos que un fenómeno social. “Espías”, dónde la McCarthy compartía protagonismo con Jason Statham y Jude Law era una absoluta infamia, pero funcionó bien en los USA, así que, también es normal que Feig dirija esta nueva versión de “Cazafantasmas”. Pero la película se le queda grande.
Vamos a partir de la base de que se trata de una película dinámica, entretenida y visible, muy del montón, para ver y olvidar, pero que no nos aburre.
A partir de ahí, decir que el principal problema de “Cazafantasmas” es que busca a toda costa la complicidad del espectador a base de guiños a la película original de 1984. Lo busca tanto, que en su afán de ofrecernos un ejercicio de nostalgia retrospectiva, se olvida de que tiene ahí a tres actrices de comedia pidiendo a gritos mostrar su arsenal cómico. Pero no, la película parece más centrada en mostrarnos el tema original de Ray Parker Jr. en momentos puntuales, en tratar de  imitar la escala argumental de la original y el adecuar el momento en el que aparecerán los cameos de los integrantes del “Cazafantasmas” de 1984, convirtiéndose la película en una excusa para enseñarnos a Bill Murray, DanAykroyd, Sigourney Weaver, Annie Potts, Ernie Hudson, y hasta Harold Ramis, que aparece en forma de busto de bronce. El espectador ve la película, y se pregunta en que momento aparecerá uno u otro, importándole todo lo demás un bledo.
Por no faltar en la cinta, no faltan ni tan siquiera “Moquete” o el muñequito de los Marsh Mallows.
Por otro lado, un pequeño acierto es que el look de esta película está ligeramente inspirado en el de la serie de animación “The Real Ghostbusters”, llegando  el personaje de Kate McKinnon a ser una burda copia del Egon Splengler animado, si bien, el fantasma malísimo del final de la película, y al igual que en los créditos de la serie animada, es el propio fantasmita del logotipo que se hace gigante, hechos estos, que no dejan de ser curiosos, y que resultan hasta divertidos.
Sin embargo, el principal problema de la película, Retro-nostalgias aparte, es que le falta chicha. Efectos especiales aparte, y como se nota tanto que es una película rodada en su mayoría en decorados, cuando no hay en pantalla un despliege de C.G.I  abrumador,  parece como si estuviéramos viendo una sitcom americana de los noventa, a la que se le echan en falta las risas enlatadas. Todo muy pobre, muy televisivo.
Mención aparte merece Chris Hemsworth, que repite en un papel de comedia tras la infame “Vacaciones”, le da una vuelta al estereotipo de “Rubia tonta” para pasar a ser el rubio tonto. Intención esta del todo estúpida y muy de “Película para chicas”. “Cazafantasmas” desde el momento que anunció su reparto femenino, presumía de no ser una “Película para chicas”. Bien, pues si lo es. Sin embargo, Chris Hemsworth está tan bien en la película, tan divertido, que al final se prodiga como el gran acierto, y el que se lleva la mejor parte cómica.
Otra cosa sería Kristen Wiig: ella, como siempre, está estupenda. La única razón real para ver cualquier película en la que aparezca. La adoro.
En definitiva; se puede ver, que es tan buena como cualquier comedia para el lucimiento de cualquiera de sus actrices, aunque para ser un “Cazafantasmas” al uso es bastante floja. En cualquier caso, verla no le va a cambiar la vida. Tampoco le apetecerá pegarse un tiro.

martes, 16 de junio de 2009

LOS CAZAFANTASMAS 2

Resulta curioso que ahora que se habla tanto de la posible tercera entrega de los "Cazafantasmas", solo se tengan en cuenta las excelencias de la primera parte... y sin embargo, la segunda quede casi siempre relegada, como olvidada. Ese es el motivo por el que, cual "ONG", decidí repasarla ayer y escribir una reseña.
Todos sabemos que si "Los Cazafantasmas 2" ha quedado semi-oculta en la sombra, se debe a que en su momento no funcionó en taquilla como se esperaba. Ivan Reitman, director, lo achaca a que tardaron demasiado en rodarla. Para cuando se estrenó, el boom generado por la primera ya había diluido cual azucarillo y la peña no tenía el mismo interés. Seguramente sea eso. Vista apenas hace 24 horas puedo decir que se trata de una secuela muy digna, sobre todo muy entretenida pero... sí, con un "algo" que impide que resulte redonda... y ese "algo" es su clímax final.
Los Cazafantasmas están de capa caída. Las cosas han cambiado mucho desde su primera aventura y han de sobrevivir como pueden (buenísimo lo del programa de temática paranormal de Bill Murray). Afortunadamente un espíritu poderoso tiene pensado reencarnarse en un crío para volver al mundo real y sembrar el mal. El elegido es el hijo de la ex (Sigourney Weaver) de uno de los Cazafantasmas. Se armará la de dios y al final los poderes fácticos tendrán que tragarse el orgullo y recurrir a nuestros héroes, que una vez más volverán a salvar la papeleta.
El arranque es cojonudo. Escenas cargadas de buenas ideas se van sucediendo... el juicio, el río de mocos bajo tierra, la tostadora bailarina, la secuencia de las cloacas con las cabezas clavadas en estacas (de chaval incluso daba un poco de yuyu)... todo avanza de maravilla hasta el mentado clímax. El mayor defecto de este es que es casi una imitación del de la primera, incluida criatura gigante andando por Nueva York. Solo que aquí hay que añadirle unas dosis de babosismo bastante molesto y un enfrentamiento con el malo algo deslucido. Para estropearlo más, el rollo de que Rick Moranis se vista de Cazafantasma, se encuentre con el carismático "Slimer" (el fantasma gordo y verde, reencarnación de John Belushi según dijo Dan Aykroyd en su momento, que pa algo es guionista de las dos, junto a Harold Ramis) y, en general, dé la nota me parece fuera de lugar y sobra.
La sensación que queda es que "Los Cazafantasmas 2" está pensada para un público más amplio, incluso infantil... mientras la primera era un pelo más "oscura" y terrorífica.
No faltaba mucho para que los efectos infográficos se apoderaran de Hollywood, por eso se agradece que en esta sigan siendo de tirón más artesano, los fantasmas continúan teniendo ese look caricaturesco y simpático de siempre, e incluso hay uno deliciosamente animado por stop-motion.
A pesar de todas las observaciones expuestas, la peli es puro entretenimiento y se deja ver perfectamente.

jueves, 12 de noviembre de 2009

ZOMBIELAND

Comedia con zombies y uno de los fumadores de marihuana más famosos del mundo, Woody Harrelson. Y ya que nombramos al actor fumeta, por si alguien no se enteró, al poco de terminar el rodaje el bueno de Woody tuvo un encontronazo en un aeropuerto con varios periodistas, su excusa, "Creía que eran zombies".
Los muertos vivientes están por todos lados. El porcentaje de humanos es muy pequeño. Las vacas locas, y en concreto una hamburguesa, originaron el cristo. Así arranca la película, contada en primera persona por un tal "Columbus". Nos explica algunas de las reglas para sobrevivir a una invasión zombie y, sin bien hacen graciosa la película, no son suficientes para llevar la comedia a altas cotas, así que ahí entra "Tallahassee" (Woddy Harrelson) que un día recoge a "Columbus" en su coche. Juntos inician un camino. El segundo quiere llegar a Ohio, donde está su familia, con la que no tenia mucha relación, y el primero únicamente desea matar zombies, y de paso encontrar los pastelillos "Twinkies", sus preferidos. Al entrar en un supermercado son engañados por dos hermanas que les roban las armas y el coche. A partir de ahí, sera un "tour de force" para conseguir recuperar todo ello y, una vez hecho, los cuatro se rejuntarán y seguirán con la aventura.
La película es bastante entretenida, pero llegado un momento se desinfla un poco para volver a coger fuerza en la parte final. Hay mutilaciones, golpes y disparos, pero no estamos ante un espectáculo gore como puede ocurrir en momentos de "El Amanecer de los muertos", en realidad se echan de menos más ataques zombies y menos paliqueo de mira lo triste que es todo, o no me gustan los bollos con cobertura de coco. Como momento bestia (pero tampoco mucho), tenemos el primer ataque que sufrió "Columbus" en su casa, cuando la vecinita buenorra le pide entrar y resulta estar infectada.
Mencionar el cameo de Bill Murray, cojonudo.