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martes, 30 de mayo de 2023

Disco del Mes: Traffic - The Low Spark of High Heeled Boys


Traffic
The Low Spark of High Heeled Boys
1971










Island Records









jueves, 28 de mayo de 2009

Fountains of Wayne - Traffic and Weather


Hay quienes creen que la Canción Perfecta no existe. Nadie parece haberles mencionado esto a Adam Schlesinger y Chris Collingwood, la sociedad autoral y cerebros mentores de Fountains of Wayne. Sí, la Canción Perfecta viene siendo el Santo Grial de estos neoyorquinos, cuya quijotesca búsqueda comenzó hace ya mas de diez años. Desde Fountains of Wayne, aquel debut homónimo de mediados de los 90's, no han hecho mas que ir detrás del estribillo memorable, de la letra inteligente y mordaz, del puente inesperado, del "chiste interno" que no deja afuera y de las guitarras gordas y las voces afinadas. Quizás para muchos no sea suficiente, pero para los que amamos el power-pop mas auténtico e inspirado es mucho.

Conocidos principalmente por una canción que no ha aparecido en ninguno de sus discos, "That Think You Do", aquel hit instantáneo de la película que dirigió Tom Hanks sobre las bandas one-hit wonders de la década del 60, han levantado en lo que a popularidad se refiere, son reconocidos por la prensa y los amantes del género como grandes exponentes.

"Someone to Love" es el hit perfecto para un mundo perfecto, pero como todos sabemos, el planeta en que vivimos dista bastante de serlo, por ende el ritmo bailable de esta canción, solo se imprimirá en quienes escuchen Traffic and Weather. "92 Subaru" es un ejemplo típico del humor que caracteriza a Fountains of Wayne, un perdedor que ensalza las virtudes de su destartalado vehículo, cuando es evidente que ya no es lo que solía ser, es el fetiche del adolescente eterno, el apego por lo innecesario, un poco lo que nos pasa a todos. Claro, si el mensaje no vendría con un estribillo de la escuela Beatles / Smithereens / Posies probablemente no sería tan efectivo. "Fire in the Canyon" es la nota nostálgica que nunca falta en un disco de Fountains… que se precie de tal. El homenaje-cita al Dylan de Blonde On Blonde está claro desde el primer compás, con la armónica y las guitarras acústicas bien al frente, en primerísimo plano. La letra describe la vida en la ruta con maestría y algo de poesía; “Hemos andado dando vueltas por tanto tiempo, nos hemos perdido entre pueblo y pueblo, creemos nacer en cada sendero por importante que sea y en cada camino difícil atravesado”. "Revolving Dora" es una oda a… ¡un electrodoméstico! Para ser precisos a una batidora eléctrica, con un comienzo de cintas pasadas al revés a la manera de los Beatles de Revolver y unos power-chords que evocan a los Who de A Quick One o Sell Out, un pianito de fondo, unas armonías de tres partes, para desembocar sin apuro en otro estribillo brillante. La letra de "I-95" es genial; el típico lugar del barrio anclado en el tiempo, al borde del abandono total, una mirada triste del protagonista y una melodía que refuerza la idea. En "Planet of Weed" aparece el amigo que fuma en exceso, empieza con una guitarra con wah-wah, a medio tiempo, como el “héroe” de esta viñeta llena de sarcasmo. No le pasa nada, el tiempo le sobra, tiene una vida maravillosa e invita al oyente a unirse, a pasar una estadía en su mundo; el planeta de la hierba.

Los Fountains of Wayne aciertan desde las elecciones que hacen; no quieren cambiar el mundo, no intentan grandes innovaciones, se aferran con fuerza a un pasado de gloria, probablemente el futuro es algo que ni siquiera les importa y, al ser conscientes de eso, el resultado es una música sin pretensiones pero con muchísimo oficio, talento y dominio total de un género que conocen muy bien; el de las canciones inoxidables.








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Fountains of Wayne - Utopia Parkway
The Smithereens - Specially for You
Jellyfish - Bellybutton



lunes, 6 de diciembre de 2021

Paul Brett's Sage - Schizophrenia


Un riff de guitarra bien podrido es lo primero que se escucha, muy parecido a “Sweet Leaf” de Black Sabbath, tema que también abría el tercer LP de estudio de los de Birmingham, Master of Reality. Después termina siendo un rock duro a medio camino entre Cream y Savoy Brown, con muchas guitarras, solos y arreglos. Así arranca Schizophrenia, el tercer y último disco de estudio de Paul Brett's Sage, una de esas banda de segunda o tercera línea que merecían un poco más, la falta de llegada o éxito de ventas nunca coincidió con falta de calidad.

Brett, quien en un acto de hidalguía bautiza al grupo con su nombre, ya era un veterano de varias batallas cuando formó Paul Brett's Sage, había tocado la guitarra en varios proyectos, entre ellos los míticos Tintern Abbey, que aparecen en todas las compilaciones de garage y freakbeat de la época, grabó en Ride a Hustler's Dream de Velvet Opera, y en la obra conceptual de Fire, The Magic Shoemaker.

Schizophrenia es una especie de ensalada de absolutamente todos los estilos que estaban en boga en la primera mitad de la década del setenta, con respecto a los dos anteriores, se podría decir que hay un claro filo más rockero, mas duro si se quiere, cuando los dos anteriores eran uno medio folkie, influenciado por CSN&Y (Jubilation Foundry, del ’71) y el primero, homónimo, un poco más progresivo. Alguien podría decir que la banda en realidad no tenia muy claro el norte, que no sabían bien qué hacer y no sería del todo descabellado, pero los tres discos que hicieron se sostienen muy bien y tampoco es que cambian tan radicalmente de uno a otro.

Tiene el temazo semi-obligatorio, que es “Take Me Back and I Will Love You”, que bien podría haber sido un himno generacional si le hubieron puesto la platita necesaria. En otro tema hay influencias de Traffic, en “Saviour of the World” se escucha una onda medio Jethro Tull, en otros podrían sonar un poco como Rod Stewart en sus extraordinarios cuatro primeros discos como solista, antes del cruce del Atlántico y el jet-set decadente. Sí, quizás se los puede acusar de cierta falta de personalidad, no inventaron nada, eso hay que decirlo, pero lo que hacen lo hacen con un aplomo sorprendente. Es uno de esos discos para los que estamos medio podridos de escuchar los discos clásicos y que, si tenemos ganas de ir a cierta época, preferimos algo como esto, que no lo hemos girado tantas veces.

Para evitar cierto desgaste de los héroes bañados en bronce. Para resumirlo.







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Tintern Abbey - Beesides: The Complete Recordings
Home - Pause for Hoarse Horse
Jethro Tlull - Minstrel In the Gallery




martes, 3 de junio de 2014

Paul Weller - 22 Dreams


Cuando la prensa inglesa anuncia con bombos y platillos que estamos ante la Gran Cosa Nueva (como decía Lennon) lo que se puede hacer es sentarse y esperar. Esperar a que la cosa decante, a que pasen algunos años y ahí sí, volver a escuchar eso que tan bien estaba para ver cómo reaccionó al inapelable paso del tiempo. El noventa por ciento de esos “inventos” no resisten el menor análisis. 22 Dreams, el noveno disco de Paul Weller como solista, es una excepción a la regla.

Acá Weller intenta prácticamente de todo y sale bien parado, se podría decir que es su intento de Álbum Blanco y no sería descabellado, la variedad estilística sorprende, gratamente. Si bien Weller en sus discos solistas más recordados (Wild Wood, Stanley Road) siempre se destacó por una especie de retro-rock bien entendido y un batido de influencias hábiles, en 22 Dreams se la jugó, es un disco que en todo momento suena contemporáneo, moderno. Incluso cuando parte de un sonido “reconocible” (Nick Drake, Marvin Gaye o Traffic) jamás lo hace de manera obvia y ese es uno de los grandes hallazgos.

La explicación puede ser simple, Weller es un tipo que jamás dejó de escuchar música nueva, mientras que muchos de sus congéneres siguen desempolvando los mismos discos que los conmovieron a los veinte años, él sigue yendo a su disquería favorita a nutrirse de los últimos lanzamientos y enterarse de qué es lo que anda dando vueltas.

En 22 Dreams habla de la paternidad, del paso del tiempo, de envejecer y los temas que nos preocupan más o menos a todos, con una candidez inédita para un tipo que supo estar enojado. Encara con decisión estilos y géneros que no había explorado, hay instrumentales que no aburren, bien tocados, interesantes, hay algo de jazz (“Song for Alice” es un guiño evidente a Coltrane) y hay rock actual, el que practican aquellos que fueron, en principio, influenciados por Weller mismo.
Es raro pensar que, varios de los futuros discos clásicos de la actualidad, los siguen haciendo muchos de los que ya los venían haciendo treinta años antes. Pero son pocos los tipos de su edad que todavía están a la altura o superan sus grandes logros. Weller, a sus cincuenta años, lo hizo.








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The Jam - The Gift
The Style Council - Our Favourite Shop
Paul Weller - As Is Now



lunes, 22 de junio de 2020

Laghonia - Etcétera


Lo primero que se escucha es un tema que podría haber estado en infinidad de discos de principios de los setenta, esos del período de transición entre la psicodelia y el rock progresivo o sinfónico. Una base sólida y bien pegada, un hammond que parece que el que lo toca se quedó pegado a las teclas y voces en armonía a lo largo del tema. El segundo se llama “Mary Anne” y ya tiene mucha más personalidad, es algo más propio, digamos. Empieza hipnótico y somnoliento, con unas voces al estilo Beach Boys que marean y endulzan, de repente corta y a otra cosa, a otra dimensión, despegue interplanetario. Unas congas anuncian el cambio de ritmo y la banda sale con un clima que podría haber estado cómodo en un disco de Santana, para terminar con un riff podrido que parece sacado de la pluma de Tony Iommi, de Black Sabbath, por si recién venís de Saturno.

En general a las bandas que no cantan en su lengua natal las descarto casi de inmediato, y más si son sudamericanas. Hubo gente que se reventó la cabeza contra la pared para hacer una música en su idioma. Soportando morirse de hambre, que se les cagaran de risa y demás penurias. Los Laghonia son de Perú. El disco me llegó hace poco, los dos LP de estudio que hicieron (están hechos a fines de los sesenta, principio de la década siguiente) se reeditaron hace unos cuatro o cinco años y yo ni los había sentido nombrar. Además la tapa de Etcétera, el segundo, es sencillamente espectacular, ineludible. Lo ví y sentí curiosidad en seguida.

¿Y la música? ¿Se banca la historia, el verso extra musical? Sin duda alguna. Hasta tiene su tema polémico, de la mano de “I'm a Niger”, tercer tema, cuya letra dice algo así como “soy un negro, todo el mundo odia mi raza ¿dónde está mi gente? No tengo a nadie”. No creo que sea una banda que le haya dado importancia a la parte de las letras, pero viniendo de una banda de Perú, que cantaba sus temas en inglés, es llamativo, como mínimo. Después está “Everybody On Monday” que bien podría haber entrado en cualquiera de los dos primeros de Badfinger, suenan bastante parecido y por lo visto la banda más trágica de todos los tiempos tenía varios seguidores en la tierra del Machu Picchu. Otro temazo es el primero de la cara B, “Lonely People”, ganchero, con varios cambios y con su parte pesada ad hoc. Claramente los Laghonia eran de esas bandas que ponían énfasis en el trabajo de las voces y a los arreglos, sobre todo en lo que a teclados se refiere. No faltará quien los encuadre dentro de la etiqueta pop barroco, al mejor estilo The Left Banke, aunque sería algo injusto en este caso.

Etcétera, segundo y último LP de Laghonia, no es de esos discos que necesitás sí o sí, es más bien una adición valiosa para los que (vamos a admitirlo) ya no sabemos qué escuchar. Si te gusta la música de este período tan interesante de la historia de la música rock/pop te va a servir. Los temas están muy bien hechos, el sonido y la grabación tienen una calidad sorprendente.  ¡Y hasta podés cancherear contando que eran peruanos!







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Traffic Sound - Virgin
We All Together - ídem (1er. LP - 1972)
Laghonia - Glue



lunes, 6 de junio de 2016

5 Canciones 5: Howe Gelb / Giant Sand


Uneven Light of Day
Giant Sand

Primer canción del tercer LP de estudio y acá la cosa ya se empieza a definir, se puede adivinar lo que sería la carrera de Giant Sand de Storm en adelante. Temas rockeros rápidos y desprolijos intercalados con baladas de corazones rotos, teñidas de cierta pátina de ironía y sarcasmo. "Uneven..." es un medio tiempo, destartalado, con un uso -y abuso- de tecladitos de esos que se compran usados por dos mangos. Incluye letra con declaración de principios, que, como dijo Groucho Marx, si no te gustan... pueden ser otros.

Aparece originalmente en: Storm (1987)

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Live to Tell
Giant Sand

Esta canción de Center of the Universe bien podría ser una definición perfecta de lo que hoy en día varios llaman americana; hay una fuerte raíz de country y música tradicional de Estados Unidos pero está hecha por y para gente que no tiene nada que ver con el dominio tiránico de Nashville. A miles de millas de lo que hoy se vende como country en ciertas radios y en Spotify. Tiene bastante que ver con lo hecho está aquel entonces por Green On Red o Steve Earle, también pioneros del género.

Aparece originalmente en: Center of the Universe (1992)


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Low Spark of High Heeled Boys
Arizona Amp and Alternator

Otro de los vicios de Howe Gelb es agarrar temas clásicos -y no tan clásicos- y destrozarlos en versiones tan raras como caprichosas. Arizona Amp and Alternator es otra de esas tantas bandas paralelas con las que se dá el gusto de seguir sacado discos a lo loco sin que ningún sello ponga el grito en el cielo. Otra muestra de que una gran canción soporta cualquier tratamiento -o maltrato- porque lo que hacen con el tema de Traffic es admirable.

Aparece originalmente en: Arizona Amp and Alternator (2005)


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Painted Bird
Giant Sand

Super rockero, podrido y reventado y con un guiño a Tom Waits (de quien Gelb es un fanático confeso) en la voz y la producción. "Painted Bird" es uno de los golazos de Glum, el primero en que realmente disponían de un dinerillo, a modo de adelanto por parte del sello discográfico. La parte instrumental es espectacular, con un solo de guitarra bien indisciplinado, al mejor estilo Neil Young & Crazy Horse, pero en ningún momento deja de ser Giant Sand.

Aparece originalmente en: Glum (1995)


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Halifax in a Hurricane
Howe Gelb

Batería que parece que se va a llevar todo por delante, clima amenazador, piano disonante, ruidos de fondo... uno de los grandes temas de Hisser, grabado en una porta-estudio de cuatro canales... prestada!!! Costumbre más que habitual de Gelb y no sólo en sus discos como solista. Primera, toma, se graba en donde se puede, espontaneidad, los errores quedan, la canción es lo que importa y capturar ese momento que salió así; único.

Aparece originalmente en: Hisser (1998)


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lunes, 8 de mayo de 2017

5 Canciones 5: Paul Weller


Here's a New Thing

Weller nunca dudó a la hora de poner cara de piedra para auto-venderse y acá anunciaba desde el título que se venía "una cosa nueva y que hay que cambiar por un nuevo lugar". Siempre se la bancó musicalmente, convirtiéndose en baluarte de una especie de "vanguardia retro" inventada practicamente por él mismo. Estilo de canción y onda soul / motown / R&B, con una producción y una forma de grabar muy a la orden del día. Este tema sólo aparecía en su single debut, bajo el mote The Paul Weller Movement, que nunca volvió a usar.

Aparece originalmente en: Into Tomorrow [single de 12 y 7"] (1991)

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When Your Garden's Overgrown

Sonik Kicks es un disco que parece medio al pedo, como que salió porque tenía que haber un disco nuevo de Paul Weller. Como todo gran artista, nunca puede ser del todo malo y detrás de las capas de maquillaje y la producción un tanto forzada (y forzosa) hay un buen puñado de grandes canciones. Esta es una que podría haber estado en cualquiera de los tres o cuatro primeros discos como solista, la considerada "etapa clásica" de Weller.

Aparece originalmente en: Sonik Kicks
(2011)

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Clues

Fuera The Style Council, adentro carrera solista de la mano de su primer LP homónimo, del '92. Todo un cambio de piel, al mejor estilo Bowie en los 70's, una reinvención del personaje, y, lo que es más importante, una propuesta musical diferente. "Clues" es un tema extraño, suena como los primeros Traffic (Weller es fan confeso) pero sólo podría haberse hecho en los noventa. Hay flautas, un ritmo contenido que amaga a explotar continuamente y la voz sonando como un Van Morrison de la generación X. TEMAZO.

Aparece originalmente en: Paul Weller (1992)


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Peacock Suite

Clásico inoxidable de su cuarto LP como solista. Guitarras, onda, actitud, el espíritu de sus amados Small Faces, en un disco que podría verse como un retroceso desde cierta óptica pero que más allá de eso le gustó a un montón de gente. Este fue el corte de difusión y todavía hoy lo toca en vivo con cierta frecuencia y tiene lógica; hay un buen riff, huevos, pasión, gancho... todo lo que tiene que tener una gran canción.

Aparece originalmente en: Heavy Soul (1997)


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Sunflower (Lynch Mob Dub)

Del super exitoso Stanley Road salieron cuatro singles y este remix electro-dub fumón y oscuro de uno de los grandes temas de Wild Wood aparecía solamente acá, como cara B. La voz vuela de la mezcla para usar solamente el riff, que aparece y desaparece de manera amenazante como unos Primal Scream de película de suspenso y persecuciones. Sólo en los noventa podría haber pasado -y sonado- algo como esto.

Aparece originalmente en: Out of the Sinking
[single de 12 y 7"] (1994)

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domingo, 5 de agosto de 2012

Fire - The Magic Shoemaker


La historia es más o menos así: un zapatero llamado Mark, muy pobre y bonachón hace unos zapatos que hacen que el que se los calza pueda volar. También hay un reino que se lo disputan un rey muy bondadoso con otro malvado y cruel. Los zapatos mágicos resuelven la historia. Sí, es una historia para niños, de hecho entre tema y tema aparece Dave Lambert, el capo de la banda (compositor, letrista, guitarrista y arreglador) contándole la historia a unos nenitos entre los que se puede distinguir los berridos de un bebé que mucho no debe haber entendido. Los que hayan devorado la Nuggets, o cualquiera de las compilaciones de psicodelia y freakbeat, a lo mejor se acuerden de ellos por “My Father’s Name Was Dad” el primer simple que sacaron y lo más parecido a un éxito que tuvieron.

Pero esto no tiene nada que ver. The Magic Shoemaker es otro de esos discos perdidos que hoy en día valen mucha plata en LP y ni hablar de una copia en buen estado. Pero la reedición en CD es accesible y en el librito invierten una buena cantidad de tinta y caracteres contándonos los avatares y desgracias de Fire con los sellos discográficos. Que Decca esto, que Pye lo otro. Aburridísimo. El típico texto que intenta justificar el porqué del fracaso casi total de este disco al momento de su aparición, en 1970. Lo cierto es que The Magic Shoemaker es un disco algo tardío, tiene que ver con Ogdens' Nuts Gone Flake de los Small Faces (el cantante suena muy parecido a Marriott) o a esa psicodelia medio soul de los primeros Traffic de Winwood, otra clara referencia. Logicamente, hoy a nadie le importa que este disco haya aparecido en el ‘68 o en el ‘72 y en una escucha en pleno siglo veintiuno suena como nunca. Las canciones son buenas y muy variadas.

Tiene tres o cuatro temas que se destacan de inmediato. Está “Only a Dream” un himno pacifista de esos que convencen porque está cantado con tanta garra que termina contagiando. El primer tema, “Tell You a Story”, es Bo Diddley sumergido en LSD, con arpegios de guitarra, cortes y todos los ingredientes necesarios. La coda con aires orientales es excelente. Si esta disco estaba concebido para niños “Reason for Everything” demuestra precisamente lo contrario. Son casi diez minutos con todos los efectos psicodélicos (paneos, feedback, cintas al revés) usados con criterio y oficio. No expongan a una criatura a esto. No lo intenten en casa. ¿Y qué me dicen de “Flies Like a Bird”? Este podría haber estado en cualquier disco de The Who antes de Who's Next. La base rítmica vuela por el aire a medio camino entre la violencia hendrixiana y la delicadeza de los Zombies.

En esa época la competencia era feroz -igual que ahora en realidad- y para destacarse había que echar mano de artilugios extra-musicales y trucos publicitarios. No vamos a decir que los Fire podían competir con The Who, ni vamos a intentar una reivindicación ridícula. Pero es que si estás leyendo esto lo más probable es que no tengas ganas de volver a escuchar Sgt. Pepper por enésima vez. Para eso The Magic Shoemaker te va a venir bárbaro.







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The Pretty Things - S.F. Sorrow
Elmer Gantry's Velvet Opera - Ride a Hustler's Dream
The Strawbs - Grave New World



martes, 23 de agosto de 2016

Muddy Waters - The London Muddy Waters Sessions


La idea del sello Chess era simple; llevar a los tipos que lo habían inventado todo a Londres y juntarlos con los super astros del rock que les habían choreado… bueno, casi todo. En los papeles la idea sonaba diez puntos y era relativamente fácil de llevar a cabo. Era cuestión de levantar el teléfono y preguntar. ¿Quién podía negarse a tocar en una grabación con Chuck Berry o Howlin’ Wolf? Ellos tuvieron sus London Sessions, de manera que Muddy Waters también tendría la suya.

A diferencia de los otros discos, lo de Muddy fue un tanto más discreto, se optó por no atiborrar el estudio de músicos y hacer una cosa más íntima, más cercana a lo que era Muddy a principios de los sesenta, cuando tocaba con Willie Dixon y Buddy Guy en discazos insuperables como Folk Singer o el mítico At Newport.

En The London Muddy Waters Sessions hay un pequeño gran detalle que hace que el disco se eleve a otra categoría; está Rory Gallagher. El as de las seis cuerdas venía de separar Taste y daba sus primeros pasos como solista, cuando lo invitaron a las sesiones no lo dudó un instante, se le estaba haciendo realidad un sueño. El irlandés siempre fue sinónimo de buen gusto, sangre, economía de recursos y eso es lo que despliega a lo largo y ancho de este disco, tocando al lado de su héroe, admirándolo y respetándolo, pero sin excesio de reverencia. En el bajo está Rick Grech, bajista de Traffic y Blind Faith, Steve Winwood toca unos discretos teclados en varios temas y el baterista de la Jimi Hendrix Experiencie, Mitch Mitchell aparece en dos tercios de las canciones. El repertorio consiste en cuatro temas del enorme Dixon, de los cuales destaca una sensacional interpretación del clásico “I’m Ready”. De los originales vale la pena repasar “Sad Sad Day”, en donde Muddy da una clase de guitarra slide, para dar paso a un solo de teclados medio raro y dubitativo de Winwood, que muestra que la improvisación en estas sesiones estuvo a la orden del día. El reposado “I’m Gonna Move to the Outskirts of Town” tiene unos vistosos arreglos de bronces.

Lo valioso de este disco es escuchar a los alumnos reverenciando al maestro y, a diferencia del disco equivalente de Howlin’ Wolf, en donde el viejo parece estar un poco incómodo, apreciar a un gigante disfrutando de hacer lo que sabe; tocar blues. Y hacerlo como nadie.







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Muddy Waters - After the Rain
Muddy Waters - Can't Get No Grindin'
Muddy Waters - More Real Folk Blues


lunes, 4 de abril de 2022

5 Canciones 5: Jorge Cafrune, Ike & Tina Turner, Decemberists, Pearls Before Swine y White Water


Aguardiente cariñoso
Jorge Cafrune

Esa forma de tocar la guitarra... inconfundible. Temas sobre tomar alcohol, sobre ponerse en pedo, sobre escabiar, para decirlo con todas las letras. "El pobre chupa de encono y el rico de ligereza..." estos tipos tiraban esas frases de filosofía zen, sin que se les moviera un pelo, uno daría cualquier cosa por tener un décimo de la sabiduría que pelaban tipos como Cafrune, Larralde o Atahualpa.

Aparece originalmente en: Lindo haberlo vivido para poderlo contar... (1971)

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You Are My Sunshine
Ike & Tina Turner

Funk duro, en realidad esta canción ya la habían grabado en el '64, ya tenía casi una década cuando reaparece en Nutbush City Limits y es uno de los pocos covers del disco, el otro es una nueva versión de "River Deep, Mountain High". Tina la canta con alma y vida, a puro corazón, como casi siempre, Ike Turner hace lo suyo con esa guitarra rítmica atrás, que es una máquina de groove grasienta y aceitada.

Aparece originalmente en: Nutbush City Limits (1993)


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The Hazards of Love 2 (Wager All)
The Decemberists

Al principio no hay grandes diferencia con lo que ya conocíamos de los Decemberists, una buena canción, acústica, adentro de otro disco conceptual sobre los peligros del amor. El aire épico se puede ir adivinando, se ve venir. Y llega, claro. Este disco tiene unos toques de heavy metal que son una verdadera sorpresa, rarísimos pero quedan bien, de alguna manera los hacen encajar. No están en este tema particular, no los necesita.

Aparece originalmente en: The Hazards of Love (2009)

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Ring Thing
Pearls Before Swine

Algunos se empeñan en describir a la banda de Tom Rapp como folk y puede que algo de eso haya. Este temazo del segundo disco de estudio es imposible de encasillar. ¿Música para rituales satánicos en el Vaticano? A los dos minutos y medio frena y aparecen unos ruiditos como de radio mal sintonizada, que bien podrían no haber estado. El hallazgo es el clima siniestro que se plantea al principio. La letra es un extracto de Tolkien y El Señor de los Anillos.

Aparece originalmente en: Balaklava (1968)


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Storm In My Soul
White Water

Olor a Traffic, hay un evidente parecido de la voz líder con Steve Windwood y su costado de soulman. Esta gente sacó sólo un disco de estudio, antes de desaparecer sin mayor rastro de la faz de la tierra. Seria otra de las bandas que mezclaban rock con instrumentos de bronce, a la manera de Blood, Sweat & Tears o Chicago. Acá hay buenas canciones, está muy bien grabado. No será sufienciente para quedar en la historia. Al menos quedó Out of the Darkness, ahí, para quien quiera chequearlos.

Aparece originalmente en: Out of the Darkness (1973)

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viernes, 12 de junio de 2020

5 Canciones 5: Marius Müller-Westernhagen, Billy Bragg y Wilco, The New Birth, Marsupilami y Dave Mason


Herr D.
Marius Müller-Westernhagen

¿Punk rock alemán al mejor estilo Die Toten Hosen? Puede ser, pero esto es varios años antes de Campino y compañía. Un verdadero personaje de la música popular alemana, a diferencia de mucho pop y rock hecho en su país, siempre cantó en aleman. Ya llevaba varios discos para la altura de Stinker, que es su sexto LP de estudio. Bien podría haber sido un tema de los Dr. Feelgood más sacados e hiperquinéticos.

Aparece originalmente en: Stinker (1981)

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Hesitating Beauty
Billy Bragg & Wilco

Una de las alianzas más fructíferas de las últimos años, con un propósito claro, bien definido. Wilco y Billy Bragg... un sólo corazón. Acá canta Jeff Tweedy y se nota a la legua, esa onda "recién me despierto y todavía me estoy sacando las lagañas". Les dieron una caja llena de letras de Woody Guthrie a las que había que ponerles música. "Hesitating Beauty" no tiene edad. Podría haber sido grabada ayer o hace sesenta años. Un mérito no menor, digamos.

Aparece originalmente en: Mermaid Avenue (1998)


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Theme from "Buck & the Preacher"
The New Birth

Película de los setenta, mucho bigote, policías y persecuciones en autos irrompibles. Los New Birth son una banda de Detroit de soul y R&B de los que hoy no se acuerda nadie. Y no por falta de calidad musical, vale aclararlo. Esto está a la altura de cualquiera de los grandes temas de Superfly, por citar sólo un ejemplo. La flauta parecía estar de moda en aquellos años en que esta música tuvo su apogeo. Ritmo, groove, onda, funk. Para mover un poco el culo con una música de alto vuelo.

Aparece originalmente en: Birth Day (1972)

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Time Shadows
Marsupilami

Y hablando de flautas... Y no sólo flautas; armónica alla Morricone, órgano hammond, riqueza instrumental, un poco de virtuosismo bien entendido. Como en la mayoría de los grandes temas de prog-rock, necesita más de diez minutos para ir creciendo, desarrollarse y desplegar su alfombra roja de esplendor musical. Aproximadamente a los cinco minutos entra en una sección de jazz que es oir para creer, climática, oscura, moderna... entre Miles Davis y Soft Machine. Tiene todo lo que tiene que tener y puesto en su justo lugar. Segundo y último LP de estudio de los ingleses.

Aparece originalmente en: Arena (1971)


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Look at You Look at Me
Dave Mason

Traffic no podía durar nunca. Demasiados cocineros siempre te arruinan el guiso. Mucho talento, varios compositores... estaban destinados a pelearse en algún momento. Dave Mason no fué tan exitoso como Steve Winwood. aunque estuvo muy cerca. En un momento estaba en la cima, como lo muestra la tapa de su debut como solista. "Look at You..." es uno de los grandes temas del disco. Tiene gancho, un puente hermoso e inesperado, un falsetto canchero y unos arreglos bien pensandos. Extraordinario solo de guitarra, por cierto.

Aparece originalmente en: Alone Together (1970)

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lunes, 7 de marzo de 2016

Status Quo - Two Way Traffic



¿Se le puede seguir sacando sacando jugo a los tres acordes combinados más o menos de la misma manera en que se hacía en la época de Elvis, Eddie Cochran, etc.? Yo creo que si se hace con una actitud de auto-parodia y sin tomarse demasiado en serio sí se puede. Y en Status Quo son maestros en esas cuestiones.

Lo primero que escuché de ellos fué Dog of Two Heads o Ma Kelly's Greasy Spoon y el primer disco, el que traía "Pictures of Matchstick Men" (un temazo enorme) pero ninguno me impactó demasiado. Después llegó On the Level y ahí si que me parecieron magníficos, me pasé como cinco años buscando un disco que le llegue más o menos a la altura, sin éxito. Hasta que llegó In Search of the Fourth Chord y después este, que empezaba directamente con esta bomba, que, por supuesto, usa los mismos acordes de siempre.






Video promocional del tema en YouTube.






Encontrala originalmente en:
Pensar que vienen de la época de Sgt. Pepper es directamente escalofríante, verdaderos sobrevivientes del rock 'n' roll. De aquella formación sólo quedan Parfitt y Rossi. ¿Cómo hicieron para hacer un disco como Quid Pro Quo en el 2011? Misterios, verdaderos misterios de la historia de la música popular.
Quid Pro Quo (2011)





jueves, 12 de septiembre de 2013

5 Canciones 5: Velvet Opera, The Groundhogs, OMD, Screaming Trees y Son Volt


Standing On the Edge
Screaming Trees

Los Screaming Trees mostrando sus influencias más retorcidas y drogonas, la música californiana tóxica de fines de los sesenta, como unos Seeds o The Chocolate Watchband menos amigables, más malvados. Mark Lanegan era un pibito acá pero ya tenía la voz y la personalidad muy bien perfilados. En ningún momento suena a pastiche, esto es apropiación cien por ciento. Está en Clairvoyance, el primer LP de la banda, cuando estaban en el sello SST y es bastante difícil de conseguir. Pero vale la pena, realmente. 

Aparece originalmente en: Clairvoyance (1986)

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Raise the Light
Velvet Opera

Una voz líder de esas que conmueven, un poco al estilo Steve Marriott, con un teclado hammond, son los encargados de introducir esta joya del segundo de Velvet Opera, a la altura de cualquier tema de los Small Faces o de Traffic. Tiene un interludio con un solo de guitarra española bien cortito que es una delicia. El cantante es un verdadero soldado del under británico, Paul Brett, que en breve formaría una de las grandes bandas de culto de aquellos años iniciáticos; Paul Brett's Sage. También en este disco hay una excelente versión de "Eleanor Rigby".

Aparece originalmente en: Ride a Hustler's Dream (1969)


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Joan of Arc
Orchestral Manoeuvres In the Dark

Si tenés que mostrarle a un amigo de qué va OMD, con este tema tenés una buena manera de aproximarte. Por lo menos a la faceta "escritores de hits" del dúo inglés. La voz apasionada de Andy McCluskey y los infinitos colchones de sintetizadores de Paul Humphreys te hacen pedir por favor que llegue ese estribillo, que sabés que va a ser mortal. En el mismo disco, inmediatamente después aparece el mismo tema, con el título algo cambiado, que te sirve para demostrar la otra cara de la banda; más experimental, volada y kraut-rockera.

Aparece originalmente en: Architecture & Morality (1981)

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Cherry Red
The Groundhogs

A medio camino entre los Who más pesados, la tonelada de riffs del Led Zeppelin de la era de oro y anticipando en casi veinte años al ataque sónico-guitarrero de Sonic Youth, "Cherry Red" es la bomba con que empezaba el lado "B" de Split, uno de los discos clásicos de esta institución liderada por el incansable Tony McPhee. Estribillo cantado en falsetto, en medio de una tormenta de redobles y power chords, cuesta creer que todo este ruido venga de apenas tres instrumentos. Una obra maestra adentro de un disco que merece una segunda chance.

Aparece originalmente en: Split (1971)


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Angel of the Blues
Son Volt

El amigo Jay Farrar sigue porfiando, después de más de veinte años y se sigue calzando un trajecito que no por pesado deja de quedarle cómodo; el de Gram Parsons. En Honky Tonk se lo escucha más apegado al country-rock que nunca y en "Angel of the Blues", particularmente, escribe una de esas baladas para llorar a moco tendido, en el bar, acodado a la barra, cuando están por cerrar y la melancolía se vuelve casi insoportable. Gran tema, en serio.

Aparece originalmente en: Honky Tonk (2013)

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jueves, 8 de abril de 2021

5 Canciones 5: The B-52's, Galaxie 500, Richard Hayman, Grand Funk y Guided by Voices


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The B-52's

Para los fanáticos de las canciones que recitan números en su estribillo (¡Tommy Tutone!). El primer disco de los de Athens, Georgia es una obra maestra y en varios sentidos. Es un experimento pop / naïf / kitsch que funciona a la perfección, con la ironía puesta al servicio de unas canciones nerviosas, espasmódicas. Nunca volvieron a repetirlo, si bien siguieron haciendo música y tienen una carrera interesante, lo que pasaba acá era una mezcla de suerte, inteligencia y un puñado de decisiones acertadas. 

Aparece originalmente en: The B-52's (1979)

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Plastic Bird
Galaxie 500

Tres discos, palo y a la bolsa. Pero... ¡Qué discos! Música de ensueño, para levitar, si te dejás llevar por esto podés ir lejos, muy lejos. "Plastic Bird" es una de las grandes canciones del segundo LP de estudio de Galaxie 500. No es muy diferente a cualquier otra canción que agarrés de ellos pero sin embargo tiene algo que cautiva. Puede ser la línea de bajo, la voz al borde de la desafinación de Dean Wareham o ese cambio de acorde a los dos minutos y fracción, en donde entra en una especie de trance. Podrían haber seguido uno o dos minutos más, sin problemas.

Aparece originalmente en: On Fire (1989)


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Magic Carpet Ride
Richard Hayman

Un arreglador y director de orquesta que también hizo la música de gran cantidad de películas. También hizo arreglos para gente como Barbra Streisand y Liza Minelli. La música podría describirse como una mezcla entre un Kraftwerk prehistórico y Herp Albert & the Tijuana Brass, con unos ruiditos extraños muy simpáticos. Acá se manda con una versión medio hawaiana del super clásico de Steppenwolf. Para escuchar en la playa abrazado al cóctel de tu preferencia.

Aparece originalmente en: Electronic Evolutions (1973)

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Someone
Grand Funk

Para los descreídos, para los que en su momento se burlaban de ellos, en gran parte, por el éxito arrasador que tenían a nivel ventas, era simple; los pibes los amaban. Un poco lo que también le pasaba a Black Sabbath, en su momento. Este bien podría haber sido un tema de los grandes discos de Traffic (Mr. Fantasy, John Barleycorn Must Die, etc) hasta que viene el estallido, o mejor dicho, la parte de tensión. Hay alivio también, un ida y vuelta extraordinario entre los dos extremos, como para que quede claro que los tipos eran inteligentes para componer.

Aparece originalmente en: Phoenix (1972)


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Portable Men's Society
Guided by Voices

Acá Pollard todavía metía al menos cinco o seis temazos por disco. ¿Lo seguirá haciendo? A mí se me fueron las ganas de seguir chequeando y supongo que lo mismo le habrá pasado a varios. Esto parece un tema de los primeros dos discos de Pink Floyd, tiene ese clima siniestro de -por ejemplo- "Set the Controls for the Heart of the Sun" pero a su modo, al estilo de Guided by Voices. Un tema distinto, con una cosa heroíca, diferente. Cuando mete el cambio de atmósfera es conmovedor. Tremendo solo de guitarra, por cierto.

Aparece originalmente en: Mag Earwhig! (1997)

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viernes, 1 de octubre de 2010

Euphoria - A Gift from Euphoria


A veces con los “Discos Perdidos” pasan cosas muy extrañas. Suelen estar rodeados de un halo de misterio, se sabe poco de sus integrantes, los detalles biográficos son escasos, exagerados y, muchas veces, inverosímiles. Es cierto, como oyentes, nos gusta involucrarnos en la historia, en el por qué y los cómo de un disco pero hay veces en que todo se vuelve absurdo.
En el caso de Euphoria, este dúo de conformado por William Lincoln y Hamilton Wesley Watts, también hay “adornos” curiosos. Que tocaron en Texas con los 13th Floor Elevators, que grabaron en miles de discos hoy día olvidados e incluso que unos de los músicos fue protagonista de una operación de cambio de sexo. Creer o reventar.

Por suerte ante la música, que al fin y al cabo es lo que importa, las especulaciones y argumentos de venta no son necesarios y en A Gift from Euphoria no faltan las emociones fuertes. Empieza con "Lisa" una suerte de pop orquestal a la manera de los Bee Gees de Odessa o Trafalgar y casi de inmediato pasa a "The Stone River Hill Song", una especie de bluegrass narcotizado que bien podría haber estado en Sweetheart of the Rodeo, de los Byrds.

"Did You Get the Letter" incluye los reglamentarios efectos pirotécnicos de sonido tan frecuentes en aquel entonces, con una sección psicódelica y deforme, parece que termina pero vuelve al tema principal antes de desaparecer de a poco. En "Through a Window" la voz líder tiene un parecido con la de Steve Marriott de los Small Faces, incluso el tipo de canción tiene una relación directa con la banda inglesa. La atmósfera circense es la manera de introducir "Young Miss Pfugg", que también tiene que ver con los Bee Gees de fines de los sesenta, pop barroco, densamente orquestado, grabado y producido sin ahorrar recursos. En seguida sigue "Lady Bedford", cálido, acústico, con un hermoso solo de clave, aquel instrumento del siglo XVII tan difícil de ver en nuestros días. Como varios discos de la época, en A Gift… hay un supuesto tema unificador que, claramente, debe haber ido perdiendo fuerza a medida que las composiciones iban en aumento, en este caso es el suicido, y es en "Suicide on the Hillside, Sunday Morning, After Tea" en donde se habla sobre esta cuestión. En algunas de las canciones el tema se toca de soslayo y en otros no aparece para nada. "Sweet Fanny Adams" es un rock medio tiempo a la manera de los Stones, Traffic o los Grateful Dead y "I'll Be Home to You" (que incluye unos cuantos efectos sonoros al principio) también tiene este clima de vuelta a las raíces, tan característico de ese momento particular de la música popular.

Quizás el estrepitoso fracaso de Euphoria se debió al eclecticismo de A Gift from Euphoria, sobre todo ante un público que necesitaba más etiquetas y estructuras; “esto es rock, esto es blues, jazz-rock, etcétera”. Este dúo dominaba claramente el oficio y sin ser grandes innovadores, tenían muy claro lo que hacían y lo hacían con clase. Algunos no necesitamos mucho más que eso para agregar otra pieza en nuestras estanterías.







Escuchar online en YouTube.







Chequear también:

The Grass Roots - Let's Live for Today
New Riders of the Purple Sage - Gypsy Cowboy
Endle St. Cloud - Thank You All Very Much


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