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domingo, 2 de agosto de 2020

Gal Costa - Gal [3er. LP - 1969]


A Gal Costa la conocemos todos, por supuesto. Es una de las figuras más importantes de la música popular brasilera y su aporte es invalorable. Pero no somos tantos los que nos aventuramos en sus primeros discos, cuando su música era menos accesible, exploradora y, digamosló, psicodélica al extremo.

Gal, también conocido como Cinema Olympia, es su tercer disco de estudio y tiene un precedente en su LP anterior, el homónimo, también del ’69. Pero ni siquiera sus amigos y colegas llevaron sus ideas a este territorio, virgen, inexplorado. Un buen ejemplo sería “Cultura e civilização”, tercer tema, el ritmo es rarísimo, pega unos chillidos increíbles, los arreglos son marcianos en más de un sentido y la pregunta que surge después de la escucha es... ¿cómo hicieron estas canciones? ¿improvisación en el estudio? No es tan sencillo el asunto. Para lograr algo así hay que estar en una sintonía muy especial. Es música que cuesta describir con palabras. También hay temas que se pueden tararear, más relacionados a un movimiento (Tropicalia le decían a esto) pero nunca dejan de tener un costado lúdico, enrarecido.

“País tropical” podría ser un buen ejemplo o el tema con que empieza el disco, el que también le da título, parece una samba pero tiene mucha idiosincrasia rockera encima, con esas guitarras podridas que podrían haber sonado en un disco de los Electric Prunes. “Meu nome é Gal” cierra la cara A y se podría decir que es una parodia (¿u homenaje?) a los temas que hacía la dupla David / Bacharach para Dionne Warwick, teñido por una pátina freak que sólo esta gente pudo haber logrado. Atención a los créditos de este tema en particular (¡Roberto Carlos!) y del disco en general. Gilberto Gil estampa su firma en otro de los puntos álgidos de Gal, “Com medro, con Pedro”, con el bajo bien al frente, unas voces escalofriantes, arreglos de orquesta… esto es perfección psicodélica. Escapando a cualquier definición o encasillamiento. Los Jefferson Airplane de After Bathing at Baxter’s (otro disco realmente psicodélico) hubieran dado cualquier cosa por un tema como este.

“The Empty Boat” es otra buena elección, a la hora de mandar este disco en una nave espacial, para que entiendan lo que era la música del Planeta Tierra en esta época fértil. Una maraña de guitarras, efectos de estudio, ambiente de zapada y creatividad enfermiza. Lo firma Caetano Veloso, en otro caso de polinización e incesto musical. “Objeto sim, objeto não” es Brasil pero para el nuevo milenio. Esta es la clave en esta música, tiene raíces pero apunta al más allá, no tiene miedo de abogar por una tradición, pero tiene bien claro que el futuro está a la vuelta de la esquina.

Después de este experimento -exitoso- Gal Costa sale al ruedo con Legal, al año siguiente, un disco excelente pero mucho más convencional. Hay varios discos de buenos a imprescindibles en su larga carrera como solista pero ninguno como este. Es comprensible y tiene sentido; era irrepetible.







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Tom Zé - Todos os olhos
Varios - Tropicália ou panis et circencis
Gal Costa - O sorriso do gato de Alice    



martes, 17 de enero de 2017

Dr. John - In the Right Place


Si Lou Reed es Nueva York, Caetano es Bahía y Ray Davies Londres, entonces Mac Rebennack, más conocido como Dr. John, es Nueva Orleans. En ese punto del universo en donde la música es un cóctel explosivo de soul, música de África, blues, voodoo, música criolla y todo lo que se te venga a la mente, alguien supo entender y mezclar los géneros, supo hacerlo con categoría y conocimiento de causa.

Habían pasado varios años desde Gris Gris, aquel bombazo de rock pantanoso del infierno con el que pateó el tablero y se ganó la inmortalidad definitiva, no era un disco para intentarlo en casa, te podía explotar en la cara y quizás por eso debe haber evitado hacer lo mismo, auto-plagiarse. Estaba bien así. The Sun, Moon & Herbs y Babylon tienen un poco de esa magia negra, pero ya se veía venir por dónde iba a venir el trabajo musical de Dr. John en la década del setenta. Alguien tuvo la gran idea de juntarlo con The Meters y de esas sesiones surge su sexto LP de estudio, In the Right Place, el disco más exitoso comercialmente de su carrera.

Ayuda el hecho que de que para este disco había preparado un set de canciones impecable (“Qualified”, “Such a Night”), si a las composiciones se les suma el valioso aporte de los Meters, Allen Toussaint y demás luminarias que anduvieron dando vueltas a la hora de las sesiones, el resultado es inapelable. Seguramente no somos pocos los que conocimos “Right Place Wrong Time” por el disco Acme de Jon Spencer Blues Explosion, pero escuchar el original, encargado de abrir el disco, es otra historia, muy diferente, esto es la “cosa real”, el meollo de la cuestión. "I Been Hoodood", casi al final, es uno de los momentos cumbre; lento, demoníaco, con coros femeninos que ayudan a enrarecer la atmósfera y con el maestro rompiéndola en las teclas, siempre priorizando el clima y el trabajo en pos de la canción.

Puede que In the Right Time no sea el disco más importante o influyente de Dr. John, es un asunto para el debate eterno y son demasiados los candidatos, pero si vas a tener cuatro o cinco discos de un tipo fundamental en la historia y el desarrollo de la música del siglo veinte, a este lo vas a tener que escuchar.







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Dr. John - Goin' Back to New Orleans
The Meters - Cabbage Alley
Dr. John - Locked Down




viernes, 22 de mayo de 2020

Neko Case - Middle Cyclone


A ver si coincidimos; la música que escuchamos entre los quince y los veinticinco años es la que uno recuerda toda la vida. Después tenés dos opciones; seguir incorporando o vivir de recuerdos. Es comprensible, después viene la familia, el trabajo y el tiempo que hace falta para el consumo y digestión desaparece. Cuando te diste cuenta ya está, te quedaste, te olvidaste. Más de una vez tuve la discusión de por qué escucho música que no me corresponde generacionalmente y he tratado de no burlarme. Porque me gusta mucho la música, simple, todavía me conmueve y sacude los cimientos y, con cuarenta recién cumplidos, sé bien que es una forma de mantenerse sano ante un mundo que hace todo lo posible por volvernos locos. A todos, sin excepción.

¿Qué tiene que ver Neko Case en todo esto? Bastante, en realidad. Mi generación, que creció en medio de la aparición y masificación de Internet, se va volcando de manera indefectible a una apatía generalizada tan extraña como llamativa. No falta el que te dice que la música actual "no vale nada" o cosas por el estilo, cuando sabés que el último disco que escucharon es Nevermind de Nirvana, por nombrar uno que sí soportó el despiadado paso del tiempo. No faltan los que califican -por ejemplo- a los Beatles como “música vieja” y después sabés que escuchan Black Sabbath, que aparecieron apenas unos años después que los de Liverpool. La verdadera música, la que va a quedar de acá a cien años (o doscientos o mil, si es que todavía quedan rastros de la humanidad) es la que soporta el tiempo, la que va sobreviviendo al decantamiento. ¿Quién puede decir que Who's Next es música “vieja”? Hay que estar loco. ¿Qué queda para Beethoven o los clásicos? ¿Sería música de la prehistoria o algo así? Vamos viejo…

Vuelta a Neko Case. Ella es un diamante. Y no podemos apelar a aquello de “diamante en bruto” porque está bien pulida esta joya. Las inferiores las hizo en el punk rock. Como tantos otros que están haciendo una música trascendente en el siglo XXI. Se puede escuchar “Never Turn Your Back On Mother Earth”, su oda ecólogica que podría encasillarla en neo-hippie o alguna pavada de esas, pero la música habita en un planeta propio. Esto es novedoso, incluso para los que todavía ponen ese tipo de frenos. Todavía hay gente que pretende originalidad o grandes hallazgos en todo lo que escucha. También puede haber otras virtudes además de esas. Salir del corazón por ejemplo, ser honesta, sincera. Eso lo tiene Neko Case. Escribe sus propias canciones, canta como los dioses y arma unas bandas con músicos buenísimos. Middle Cyclone es su quinto disco de estudio y tiene unas canciones que son oro puro.

Muchos se quejan de que ya no aparecen “bandas grandes”, de que no hay un nuevo Soda Stereo y no, eso ya no va a pasar porque la industria de la música cambió y para siempre. Ningún sello va a pagar una doble página publicitaria en un medio masivo, que sería un buen ejemplo de cosas que hacen falta para hacer que una banda sea “grande”. La pregunta sería ¿la necesitamos a esa nueva banda? Con música como la de Neko Case la respuesta… está soplando en el viento.







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Neko Case - The Tigers Have Spoken
Joanna Newsom - Have One On Me
Case / Lang / Veirs - ídem [1er. LP - 2013]




jueves, 11 de noviembre de 2010

Primal Scream - Vanishing Point


Primal Scream es la banda perfecta para mandar al frente a cierta prensa especializada. Un breve repaso: segunda mitad de los ochenta, quieren ser los Byrds y usan camisas paisley para la tapa del primer disco, Sonic Flower Groove. ¿Resultado? Se les rieron en la cara. Casi en seguida agarran las camperas de cuero y quieren ser los MC5 y los Flamin' Groovies en el segundo disco, titulado simplemente Primal Scream. También, se burlaban de cosas tan triviales como los cortes de pelo. ¿La música? Bien gracias. Fines de los ochenta / principios de la década siguiente. Estallido de la cultura rave. Deciden saltar al tren y eligen productores de moda para Screamadelica. De la noche a la mañana son los mejores del mundo, la banda a imitar y tener en cuenta. Drogas, éxito, lo de siempre. Deciden sacar un disco bien 70's, inspirados en Exile On Main Street, los Faces, Thin Lizzy y el rock sureño. Los despedazan, se ensañan con ellos. "¡Traición!" Dijeron algunos. No era para tanto. De hecho Give Out But Don't Give Up dejó un par de hits que todavía suenan con fuerza y convicción.

Al borde del abismo, entra Gary “Mani” Mounfield con toda la resaca de su paso por los Stone Roses y graban este disco, Vanishing Point, otro portazo, otra vuelta de tuerca. ¿El mejor disco de Primal Scream? Y… es un serio candidato ¿Por qué no? Se puede decir que Bobby Gillespie es un ególatra empedernido, un bocón difícil de digerir, pero no se puede negar que el tipo es un apasionado total. Adora lo que hace. En todas las entrevistas siempre estaba hablando de bandas que a nadie le importaban, nombrando discos que le interesan a pocos... avivando giles bien podríamos decir.

"Burning Wheel": impresionante. ¡qué buena manera de empezar un disco! ¿qué es esto? ¿música del lejano Oriente? Es psicodelia retorcida, es rock, en todo sentido. ¿Quieren bandas sonoras para películas de culto? ¿Música de persecuciones que no sea siempre la misma? "Kowalski", como el protagonista de la película que da título al disco. Cuelgue drogón de día después en "Out of the Void" con Gillespie sonando a pasitos del desmayo. "Stuka" es dub moderno, actual, futurista, Lee “Scratch” Perry se hubiera hecho una fiesta con esto. ¿Rock sucio y desprolijo? "Medication", uno de los grandes temas, anticipando el rock de guitarras de la primer década del siglo veinte. ¿La sorpresa? Una versión de "Motörhead" de Mr. Kilmister, un track semi-oculto de la primer época que el gran Lemmy debe haber aborrecido (pero seguro que disfrutó de las regalías).

Vanishing Point les dio la bocanada de aire fresco que necesitaban y de ahí en más han hecho y deshecho a su antojo, casi que se han convertido en una de esas bandas que pocos se atreven a cuestionar y, por decantación, se vuelven más cuestionables. Como curiosidad vale destacar que a principios de este siglo, tuvieron un hit con una versión rarísima de un clásico de Lee Hazlewood, con "Some Velvet Morning". Sonó en todos lados, desde el boliche más “cool” hasta la panadería de enfrente de tu casa y fue banda sonora de señoras gordas haciendo compras. Paradojas de este circo que se niega a cerrar sus puertas.







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Happy Mondays - Bummed
Primal Scream - XTRMNTR
Kasabian - West Ryder Paper Lunatic Asylum


lunes, 23 de enero de 2012

Nirvana - All of Us


"Rainbow Chaser". Cazador de arco iris. Así se llama el primer tema del segundo disco de Nirvana. El título no podría ser más apropiado para el estilo de música. Tiene todas las características de cierta psicodelia inglesa aniñada y barroca típica del período. Encima en este mismo tema supuestamente se registró el primer phasing, que vendría a ser algo así como el sonido envolvente que se produce al alterar las cintas de grabación de manera manual. Recurso utilizado hasta el hartazgo por los practicantes del género y que hoy en día es más fácil de conseguir, gracias a las computadoras. En este caso se produjo por error, por accidente. Gustó y quedó.
Nirvana es escencialmente un dúo formado por el irlandés Patrick Campbell-Lyons y el griego Alex Spyropoulos, grababan para el mítico sello Island y eran producidos por el mismísimo capo, el gran Chris Blackwell, que quizás algún día reciba el reconocimiento que merece. También ostentan el discutible título de ser los primeros en hacer un disco completamente conceptual, el excelente The Story of Simon Simopath, otro de la legendaria “cosecha ‘67”.

La tapa generó cierta incomodidad en su momento porque es un fotograma de una película del director favorito de Hitler, Leni Rifenstahl, mostrando un desfile de líderes de guerra (¡Ahí clarito, está Napoleón!) pasando entre medio de una inmensa fila de cadáveres. En este caso particular… no tiene nada que ver con la música que contiene. Nirvana es uno de esos grupos que tomaron la posta de lo que plantearon los Bee Gees en su primer disco inglés; un pop recargado, de cámara podría decirse, muy arreglado, melodioso, bien cantado y compuesto. Ellos dominan el género de manera magistral y si bien All of Us dista bastante de ser un disco perfecto, en sus momentos clave es sublime y cuando renguea un poco lo hace con un nivel mucho más que aceptable. Como la inmensa mayoría de los discos, en realidad. Escuchen la delicadeza frágil del instrumental "The Show Must Go On", era una época en que los tipos que sabían teoría musical estaban colaborando con los jóvenes de veinte y tantos, cabeza a cabeza, creando la música clásica de nuestros tiempos. O "Tiny Goddess", un joya que también había sido lanzada en formato de simple, comparable a "Whiter Shade of Pale" de Procol Harum, lenta, majestuosa. "The Touchables (All of Us)" fue hecha para una película hoy en día olvidada, pero es tan bueno que lo volvieron a poner también en este disco. Blackwell levantaba el teléfono y movía sus contactos para ayudar a sus protegidos. Durante la grabación fueron invitados a tocar en vivo en una especie de instalación estrafalaria protagonizada por el mismísimo Salvador Dalí, que se encargó de llenarlos de pintura. Campbell-Lyons jura que todavía conserva el saco que le manchó el maestro. Atención también con el último tema del disco, "St. John's Wood Affair", una especie de suite en donde hay una interesante cantidad de ideas bien puestas en sus menos de cinco minutos de duración.

Una serie de infortunios que no vale la pena enumerar (son siempre los mismos) hicieron que Nirvana no llegara a satisfacer las altísimas expectativas que había depositado en ellos Blackwell. Aún así se las arreglaron para hacer otro disco, Markus III, también reeditado recientemente. Unos cuantos años más tarde se volvió a saber de ellos cuando le hicieron juicio a la banda que todos conocemos. Por suerte se llegó a un arreglo y los ingleses terminaron grabando una versión de "Lithium". Linda forma de hacer las paces.







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The Bee Gees - Horizontal
Fairfield Parlour - From Home to Home
Golden Earrings - Miracle Mirror



lunes, 16 de agosto de 2021

5 Canciones 5: Zappa, Beethoven, The Raspberries, Icicle Works y Allman Brothers


Little House I Used to Live In
The Mothers of Invention

Erik Satie, Chopin... por ahí viene la mano, en el principio de esta friqueada hermosa. El primero era ídolo de Zappa y lo ha dicho más de una vez, con menciones en los créditos y sobres de los discos. A los dos minutos aprox. entra la banda a hacer cosas raras para gente normal. El anteúltimo tema del sexto disco de los Mothers y el que viene justo después de Hot Rats. A los seis minutos la cosa se pone... "seria", música clásica intergaláctica, moderna a más no poder. Irrepetible.

Aparece originalmente en: Burnt Weeny Sandwich (1970)

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Introduzione (Adagio Molto)
Ludwig Van Beethoven

Acá nunca se había hablado de música clásica. No por una cuestión de falta de interés sino más bien por aquello de que "el que mucho abarca...". Ustedes saben a lo que me refiero. Como dijo Groucho Marx: "estos son mis principios, si no le gustan... tengo otros". Recuperé mi colección de música clásica y entré a redescubrir obras a las que, en su momento, no había prestado la atención suficiente. El segundo moviento, el lento, de la Waldstein, es conmovedor. Piel de gallina. ¿Quién puede decir que alguien como Beethoven -por ejemplo- está muerto?

Aparece originalmente en: Sonata No. 21 In C Major ["Waldstein"] (1804)


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Don't Want to Say Goodbye
Raspberries

Uno de los grandes temas del disco debut de los Raspberries, la banda de Eric Carmen, quien tuvo mucho más éxito (quizás no tuvo más reconocimiento) como solista. ¿Alguien se acuerda de "All By Myself"? Acá hay una balada beatle, al mejor estilo Abbey Road, armonías vocales de cuatro partes, orquesta, ambición, todo hecho, empaquetado y listo para enviarse. Varios cambios puestos en el lugar justo, como para "pelar" un poco a nivel composición. No sólo de power pop vivían los Raspberries.

Aparece originalmente en: Raspberries (1972)

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Little Girl Lost
The Icicle Works

La mayoría de los músicos que se humanizan tristemente a través de las redes sociales terminan dando lástima. No sería el caso de Ian McNabb, el líder y alma máter de los Icicle Works y de abultadísima carrera como solista. El tipo se la juega, opina fuerte, con sentido del humor y un irreverente e inoxidable amor por la música. Este es un temazo del cuarto y anteúltimo disco de estudio de la banda. De la escuela Bowie / Julian Cope / Echo and the Bunnymen. El estribillo se eleva, sube, trepa... impresiona.

Aparece originalmente en: Blind (1988)


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In Memory of Elizabeth Reed
The Allman Brothers Band

Uno de los grandes discos en vivo de la era clásica del rock and roll, el en vivo en el Fillmore, de los paladines del rock sureño. Pionero también en eso de que el disco sea doble, y eso que tenía apenas... ¡siete temas!. Una de Dicky Betts del segundo disco de la banda, Idlewild South, como bien anuncia la introducción. Acá va a parar hacia otro lugar, expandiendo considerablemente la original, la versión de estudio. Pocos podían zapar con la creatividad y el vuelo de los Allman Brothers, este sería un ejemplo perfecto; casi quince minutos de ideas y solidez musical.

Aparece originalmente en: The Allman Brothers Band at Fillmore East (1971)

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domingo, 20 de enero de 2013

The Pretty Things - S.F. Sorrow


La fama precede a S.F. Sorrow, es un disco mítico, histórico y tiene con qué defenderse. Por empezar los Pretty Things son una institución, siempre un poco por detrás de los Beatles, Stones, Kinks, hoy en día tienen un verdadero grupo de fanáticos que los reivindican antes que a nadie. Primero fueron la banda de garage más salvaje de Inglaterra, sonando incluso más sucios y desalineados que la banda de Jagger / Richards, un poco menos prolíficos que sus congéneres en cuanto a producción discográfica, en pleno auge de la música pop hicieron un disco que ellos mismos despreciaron -por la producción a la que fue “sometido”- pero que hoy también ha sido reivindicado; Emotions.

Para la época de S.F. Sorrow estaban hasta el cuello de psicodelia, en todo sentido, estilo de vida, consumo de sustancias, vida en comunidad… y la música. No es el primer disco conceptual, ese mérito correspondería quizás a Freak Out! de Zappa o incluso alguien podría decir que el cetro lo merece In the Wee Small Hours de Sinatra. ¿Por qué no? Sí se puede decir que este fue el primer LP en tener una especie de guion, sin ser dramaturgos ni mucho menos, se las arreglaron para hacer que la vida de Sebastian F. Sorrow tuviese coherencia, unas cuentas observaciones sociales agudas y mucha música fantástica, que es lo que a nosotros nos importa. Si no fuese porque la música en este álbum es inspiradísima, probablemente nadie se acordaría del hito craneado por los Pretty Things.

“Well of Destiny”… ¿querés llegar sin necesidad de viajar como decía Harrison? Ahí tenés un descontrol instrumental a la altura del Pink Floyd de Barrett o de cualquier cosa del primer -y único- disco de Tomorrow. ¿Te gusta la parte aniñada de la psicodelia inglesa? Esa que tan bien dominaban los Kaleidscope, Nirvana UK o los mismísimos Beatles, está presente también en “Trust” o “She Says Good Morning” con una marcada tendencia acústica, la guitarra otrora blusera de Dick Taylor rara vez descarga electricidad pero cuando lo hace hay que atarse fuerte los cinturones. No falta el casi obligatorio himno masturbatorio, de la mano de “Bracelets of Fingers” o la parte anti-bélica en donde nuestro protagonista va a la guerra, en “Private Sorrow”, con unos redobles marciales del legendario Lou “Twink” Adler, mucho más que un baterista. Phil May también tiene tiempo de lucirse y demostrar su versatilidad y cuando queda totalmente expuesto es cuando más brilla, sobre todo en el último tema, “The Loneliest Person”.

Después de S.F. Sorrow abandonarían (relativamente) la pátina lisérgica que tiñe todo el disco por un estilo más “bajado a tierra”, para el genial Parachute. Pero acá le abrieron la puerta a Ray Davies para Arthur y ni hablar a Townshend con Tommy, que convertiría a The Who en super-estrellas mundiales casi de la noche a la mañana. Pero como suele pasar… alguien tenía que pavimentar el camino.







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The Pretty Things - Get the Picture?
The Electric Banana - Even More Electric Banana
The Pretty Things - Philippe de Barge [semi oficial]




lunes, 18 de abril de 2022

5 Canciones 5: Mercedes Sosa


Oración al sol

Cantanta sudamericana. Disco conceptual. Acá se intenta una suerte de muestrario de la música popular al sur del río Bravo, con letras y música de Félix Luna y Ariel Ramírez, respectivamente. La "Oración al sol" es música andina, los Incas en la voz de Mercedes Sosa, con un arreglo para la ocasión. No era un género que encaraba con frecuencia, pero cuando lo hacía, como en este caso, era con un nivel impresionante.

Aparece originalmente en: Cantata sudamericana (1972)

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Marrón

Otro registro, otra manera de cantar. Los nenes pobres que se pelean por un rayo de sol, la vida en una villa miseria y su tristeza agobiante. No estoy seguro pero creo que esta canción fue compuesta para este disco, por la actualidad de la letra y los créditos de composición. Tiene un arreglo estilo Miralles, en los discos de la segunda mitad de la década del sesenta de J.M. Serrat.

Aparece originalmente en: A que florezca mi pueblo (1975
)

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La arenosa

"Arenosa, arenosita, mi tierra cafayateña", uno de esos versos reconocibles al instante. La canción del Cuchi Leguizamón dejó de ser suya para siempre apenas la grabó Mercedes Sosa, pasando a ser del pueblo, de los ciudadanos del mundo. En este mismo disco hay una versión de "Balderrama" y otra muy hermosa de "El violín de Becho" de Zitarrosa. A esta altura ya era una estrella internacional y sus discos se editaban en Europa, Estados Unidos y hasta Japón.

Aparece originalmente en: Hasta la victoria (1972)


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Palomita del valle

Música del gran Eduardo Falú y letra de Ernesto Sábato. Este tema aparecía originalmente en el disco en que colaboraron, Romance de la muerte de Juan Lavalle, en donde Mercedes aparecía como invitada. Hermosa intruducción de guitarra, una vidala. Cuando entra la voz es una tormenta, un poder liberado a los cuatro vientos. "Hallarás la sangre, vidalita de mi pecho herido". Lo canta en su registro más agudo, algo no muy habitual.

Aparece originalmente en: Hermano (1966)


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Alfonsina y el mar

Clásico absoluto del cancionero popular, fue compuesta especialmente para este disco, igual que el resto de sus canciones, por la dupla Luna / Ramírez. La introducción de piano es de una belleza abrumadora, La interpretación vocal es de una delicadeza extraordinaria. Bien podría ser éste tema el elegido para mostrarle a alguien que jamás escuchó a Mercedes Sosa, a alguien que quizás venga del espacio exterior. "Si llama él no le digas nunca que estoy, dí que me he ido".

Aparece originalmente en: Mujeres argentinas (1969)


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martes, 9 de septiembre de 2025

Deep Purple - Space Truckin' / Highway Star



Cuando uno va por la autopista y hay 5 o 6 carriles, de repente, poner música fuerte, pesada, con distorsión o como se le quiera llamar y andar fuerte, andar rápido, con la música a todo volumen, es una experiencia impresionante.
Aparte, cuando uno va 140, 150, que los empezás a pasar a todos, se pone riesgoso, interesante. En mi caso, particularmente, tengo una colección de multas que no tengo idea cómo pagaré, no soy bueno manejando para nada, pero hacer eso me encanta.

Un disco PERFECTO para tales menesteres es Machine Head, de Deep Purple. Y los dos GRANDES temas son el último disco y el primero, o sea, "Space Tracking" y "Highway Star". Tercer puesto: "Pictures of Home".

¿Por qué motivo? Son dos temas que tienen bastante en común, la velocidad, el sonido... Deep Purple en un momento me parecía una banda con mucho olor a bola, sigue siendo, pero hoy en día todas esas cuestiones me las paso por ya saben dónde. Entonces, este disco que lo tengo de toda la vida, nunca lo escuché tanto como hoy en estos días. Me parece sensacional, extraordinario. Lo que antes me molestaba, por ahí las letras medio boludas y todo eso, me importa un bledo, es la música, acá es la música. Y cuando Ian Gillan grita, o cuando Pace toca la batería, así como lo toca. No necesito más.






Podés escucharla en YouTube.






Encontrala originalmente en:
¿Qué se pudo decir de este disco? No mucho me parece, pero que es indispensable, seguro, segurísimo. O que es uno de los 30, 40 o 50 más grandes discos de la historia del rock, también. Pionero de un género. Este vendría a ser creo que quinto disco de Deep Purple, quinto, sexto, no me acuerdo, el segundo con la famosa Mark II.

Machine Head 
(1971)









jueves, 3 de diciembre de 2020

5 Canciones 5: Charlie Mingus, Green Day, The Del Fuegos, Tom Jobim y Tonino Carotone


Ysabel's Table Dance
Charlie Mingus

Tijuana Moods bien podría ser el equivalente a Olé Coltrane y Sketches of Spain de Miles Davis. Algo así como el disco con sabor local de otro de los gigantes del jazz, de la música popular en realidad, esta gente trasciende cualquier género en que se los intente encajar. El tema es un quilombo hermoso, en el mejor sentido de la palabra. ¿Cómo les mostraría las composiciones a los músicos? ¿Cuánto de improvisación hay acá? Impresionante como tocaban estos tipos, como frenaban de repente, manejaban las dinámicas como nadie. Sensacional solo de piano en el medio, muy cortito pero eficaz. Diez minutos y un millón de ideas. 

Aparece originalmente en: Tijuana Moods (1962)

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Deadbeat Holiday
Green Day

Para mi gusto Warning: es el último disco valioso de Green Day. ¿American Idiot? Nah... gracias, paso. ¿El triple que sacaron después? Atiborrado de rellenos aburridísimos. Si hubieran hecho un sólo disco hubiera sido magnífico. No es una banda que estaba destinada a envejecer con gracia. Este temazo tiene el espíritu de los grandes temas de ellos, de Dookie e Insomniac. Imposibe escucharlo y que no se te piante una sonrisa ladeada, nostálgica.

Aparece originalmente en: Warning: (2000)


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Night On the Town
The Del Fuegos

De la millonada de bandas de rock de raíces que aparecieron a mediados de los ochenta (John Mellencamp, Del-Lords, BoDeans, etcétera) había varios que la rompían. El tipo de bandas que podías llegar a encontrar en cualquier bar de mala muerte, pero con unas canciones de hierro. Acá sacan a relucir la melancolía, en una balada hermosa, como para cortar un poco la energía que todavía tenían para la altura del segundo LP de estudio.

Aparece originalmente en: Boston, Mass (1985)

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Saudade do Brasil
Antônio Carlos Jobim

Para cuando Jobim hizo Urubu, su décimo disco de estudio, a mediados de los setenta, ya las había hecho a todas. Popularizó la música de Brasil en el mundo y borroneó para siempre la frontera entre música popular y académica. Esto podría ser música de películas, John Williams o lo que sea, seguramente alguien usó esto en el cine, habría que hacer una búsqueda. A los cuatro minutos aparece un coro fúnebre que pone la piel de gallina. Una faceta no tan conocida del gigante carioca.

Aparece originalmente en: Urubu (1976)


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El pozo
Tonino Carotone

¿Que sería? ¿Un miembro de la cosa nostra haciendo karaoke en pedo, en un bar de mala muerte? Nació en España pero cuando salió Mondo Difficile, el disco que tenía "Me cago en el amor", vivía en Italia. Su nombre real es Antonio de la Cuesta y su seudónimo es un homenaje a su héroe, Renato Carosone. "El pozo" sería uno de esos temas imposibles de definir, una balada mejicana de corazones rotos, medio en joda/medio en serio. Los Calexico harían una buena versión de esto.

Aparece originalmente en: Mondo Difficile (2000)

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martes, 16 de octubre de 2018

5 Canciones 5: The Devil Makes Three, Fats Domino, Chango Spasiuk, My Morning Jacket y The Lonely Boys


Waiting Around to Die
The Devil Makes Three

Estos son de Santa Cruz, California y ya llevan hechos seis discos de estudio, el último editado este año, hace unos meses. Este es el anterior y es de versiones. Con un concepto atrás; la noche y sus pecados y el día después, la resaca, la culpa... redención y ruina, como su título bien lo indica. Acá hacen un excelente cover de una de las canciones inmortales de Townes Van Zandt, con una vuelta de tuerca, una apropiación, una versión con todas las letras.

Aparece originalmente en: Redemption & Ruin (2016)

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Nazareno
Chango Spasiuk

El último disco de estudio a la fecha del Chango Spasiuk es una demostración cabal de dos de sus grandes virtudes. Por un lado su impresionante humildad y ausencia de ego (o aires de divo) y su eterna búsqueda de cruzar límites y borrar fronteras. La música es una sola, lo demás es secundario parece decir en cada uno de los compases. Esto es música popular en el buen sentido de la palabra, sin ser demagogo ni ordinario. Nunca va a ser masivo con esto pero su aporte es estético, moral y justiciero.

Aparece originalmente en: Otras músicas (2016)


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Apple In the Mud
The Lonely Boys

El sueco Per Gessle siempre tuvo olfato para el hit radial, para esos temas que con una sola escucha se te imprimen para siempre. ¿Alguien se acuerda de Roxette hoy en día? Forma los Lonely Boys a mediados de la década del noventa para hacer la música de una película y de acá viene este disco de power pop y rock de garage guitarrero, una pequeña maravilla de canciones brillantes. Suenen guitarras al viento... como cantaba El Gitano. Atención también a su disco doble del '05, Son of a Plumber.

Aparece originalmente en: The Lonely Boys (1994)

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I'm Gonna Be a Wheel Someday
Fats Domino

Capo absoluto, inventó el rock 'n' roll, debería ser recordado a la altura de Little Richard, Chuck Berry, Bo Diddley o cualquiera de los pioneros del género, de la música del diablo. Pero claro, Fats Domino era gordito, bonachón y de Nueva Orleans. Adentro de su bolsa cabían una buena cantidad de géneros y tocaba el piano como Jerry Lee Lewis. Agarrá cualquiera de sus grandes temas y calculá la influencia y vigencia de su música. Como este, por ejemplo.

Aparece originalmente en: Let's Play Fats Domino (1960)


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Big Decisions
My Morning Jacket

Uno de los grandes discos en lo que va de la década. The Waterfall, disco de estudio número siete de los oriundos de Louisville, Kentucky, tiene esta joya del gran rock de la era moderna, actual o como te guste llamarla. Guitarras fuertes, personalidad, riff que se repite, estribillo circular, la voz super aguda y las letras místicas de Jim James... todos los ingredientes necesarios para hacer algo trascendente, memorable.

Aparece originalmente en: The Waterfall (2015)

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martes, 20 de abril de 2021

Fleet Foxes - Shore


Hype. Acá le decimos “manija”. Es cuando la prensa especializada (cada vez más confundida) empieza a “inflar” a una banda o solista. Todo lo que hacen es fantástico, la banda es buenísima, vienen a renovar el panorama de la música actual y todas las exageraciones habituales. Generalmente los integrantes de las bandas terminan en trabajos de 9 a 6 con la misma velocidad con que ascendieron a ese trono imaginario. O ahogados en un charco de sangre y vómito, en el peor de los casos.

Los Fleet Foxes se la bancaron bastante bien. Antes de haber sacado el primer disco ya eran los niños mimados y medio mundo se deshacía en ellos con los californianos. ¿Se lo merecían? Sí y no. Los tipos eran habilidosos a la hora de citar influencias, cosa que a los periodistas siempre les fascina. Incluso más que sentarse a escuchar la música. Pero ese es otro asunto. Porque la música era buena, había un puñado de hallazgos, hacía rato que nadie escuchaba a gente cantar así, oponiéndose sin querer a la horda de imitadores de Joy Division que parecían salir de todos lados, allá a principios del siglo XXI.

En un poco más de diez años hicieron cuatro discos, el segundo la clásica continuación natural del primero, cosa que no está nada mal para una banda de estas características y el tercero ya era una sorpresa, supieron cambiar sin dejar de ser ellos mismos. Crack-Up del 2017 fue un disco único, raro, retorcido, lleno de cambios dentro de los mismos temas, canciones largas, épicas, se podría decir. Bien se podría decir que Shore es la continuación del disco anterior. Quizás con menos pretensiones sinfónicas, cuando el disco anterior sonaba un poco grandilocuente y ambicioso en este las cosas se ponen más sencillas, en el mejor sentido posible de la palabra.

Agarrás cualquiera de sus canciones, “Quiet Air / Gioia” por ejemplo, llena de parábolas ecologistas y ambientales y podés tener un ejemplo del concepto sonoro y temático de un disco como Shore, canciones largas, con muchísima atención puesta en los arreglos de voces (la marca registrada de la casa) y en los arreglos. Los instrumentos parecen estar pegados, todo responde a una totalidad, a algo más grande que el lucimiento individual. Cada vez cuesta más rastrear el pasado de Fleet Foxes, saber de dónde viene el sonido y las intenciones de esta gente, señal de que cada día tienen una personalidad más formada. Ya la tenían en el EP que salió antes del primer disco. Con Shore no hacen más que confirmarlo.

 

 

 


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Chequear también:

Gorky's Zygotic Mynci - The Blue Trees EP
Fleet Foxes - Helplessness Blues
The Beach Boys - Holland

 

miércoles, 20 de febrero de 2019

Ana Prada - Soy sola


Hay algo que divide a la música de verdad de la desechable y perecedera. Mientras una envejece con la misma velocidad que un cartón de leche, la otra, la que vale la pena atesorar y está hecha por amor a la música, al hecho de sentarse a tocar y grabar, puede permanecer en el tiempo, inalterable, intacta. Soy sola, el primer disco de estudio de la cantautora uruguaya Ana Prada ya tiene más de diez años y parece grabado ayer. Algún escéptico podrá decir que no cambió nada en los últimos veinte años pero no es tan así. Pasó de todo. Que nos hayamos enterado o no, que nos hayamos conmovido y nos haya hecho parar la oreja, eso ya es otro asunto, otra discusión. En la que no vamos a entrar ahora.

Cierta música tiene una capacidad especial y es la siguiente; la podés dejar de fondo y puede acompañar cualquier tipo de evento, una cena, una reunión de amigos, lo que sea. Pero si prestás atención está pasando de todo a nivel musical. No cualquier música tiene esa virtud. Pasa con el noventa por ciento del reggae clásico, con ciertos solistas de la primera mitad de los setenta, con una porción de la música clásica y no mucho más. Y pasa con Ana Prada.


Su estilo nunca va a parar a lo que se podría considerar estridente, nunca hay ruidos fuertes y, a pesar de que graba muchas veces con guitarra eléctrica, lo de ella es sugerir más que mostrar. Es afinadísima, domina muy bien su voz y las canciones están bien pensadas, con una sencillez aparente, engañosa, hay complejidad pero nunca pasa a ser una cosa “para entendidos” y ahí está su mayor hallazgo. Son sus canciones, su forma de componer, la clave en un disco como este. Cero pretensiones, cero canchereo, hay una suerte de humildad y sencillez que se transmite en sus letras, en su forma de entonar.

Soy sola, a la hora de la odiosa etiqueta que todo el mundo parece necesitar hoy en día, es un disco de folclore… en teoría. En la práctica, la gran música de los últimos veinte años es bastarda en el mejor sentido de la palabra; no se puede clasificar, no se puede encasillar y si querés hacerlo tenés que caer en esfuerzos inútiles y forzados. Para conocerla hay que escucharla y dejar que fluya.







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Chequear también:

Ana Prada - Soy pecadora
Joni Mitchell - For the Roses
Teresa Parodi - Ya está la taba en el aire



viernes, 17 de abril de 2020

El Chango Nieto - Los más grandes éxitos del Altiplano


Hay voces que conmueven al instante. Se puede deducir que hay una vida atrás de una voz, una historia, un cuerpo y una mente que han pasado por experiencias. Son esas voces que atraviesan fronteras, sin importar idiomas, ideologías ni banderas. ¿Cómo se explica que Atahualpa Yupanqui iba a tocar a Europa y la rompía, que los Beatles eran dioses en Filipinas o que el tango triunfa en Japón? Bueno… todo triunfa en Japón por lo visto (hay un tema muy bueno de Tom Waits al respecto).

El Chango Nieto no es precisamente famoso por la música andina, lo suyo es más bien el folclore, pero se ve que el tipo era abierto porque también cantaba tangos y lo hacía con una personalidad única, se apropiaba de las canciones con autoridad y aplomo.

Los que escuchamos muchos discos sabemos que ciertos géneros se quedaron sin aire a fines de la década del setenta, a veces es cuestión de mirar la fecha en la contratapa para ver si el asunto vale la inversión de tiempo y dinero. No vamos a analizar esos motivos (dictadura, represión, estancamiento natural) pero Los más grandes éxitos del Altiplano salió en el ’77, año clave si los hubo y su título demuestra que, el que le manejaba el marketing al Chango, no andaba muy bien rumbeado que digamos. ¿Grandes éxitos? No es un compilado esto, es un disco de estudio hecho y derecho ¿Éxitos… del Altiplano? ¿Alguna vez un músico del Altiplano tuvo algo parecido a “éxito”? ¿Qué sería ‘éxito’ en aquel entonces y, sobre todo, qué es y qué implica hoy en día? En la contratapa aparece disfrazado de coya, él había nacido en Salta, algo conocería de la cultura Inca, eso es claro en la música, que al fin y al cabo es lo que más nos importa.

Esta música es mágica, tiene todas las virtudes que tiene que tener la Gran Música. Sí, así con mayúsculas.

Tiene la noble habilidad de transportarnos a un lugar, esta música pertenece de manera inseparable a las montañas, a los Andes para ser precisos, a los indios, a una cultura que se intentó exterminar con relativo éxito (otra vez esa palabra, sí) una cultura milenaria y fuerte. Políticamente, si se quiere, el gesto del Chango Nieto es corajudo sin ser burdo ni explícito. Vale recordar que estos eran los años más duros de la represión perpetrada por el gobierno militar. Es una música sin tiempo y sin edad, no tiene detalles de producción o grabación de esos que mandan al frente una época, una moda o un intento por sonar moderno. Si nadie te dice la fecha en que apareció, no es fácil saber a qué año pertenece la grabación y si alguien quisiera hacer un disco así hoy, es muy probable que no sea muy diferente a esto.

Hablar de las canciones una por una o elegir temas destacados no tiene sentido, esta es una obra cerrada y funciona como conjunto, como disco. Se lo podría calificar incluso como un LP “conceptual”, para usar término difusos y pretensiosos, propios de la llamada “cultura rock”. ¿Por qué no?







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Chequear también:

El Chango Nieto - Como el coyuyo
Ricardo Vilca y sus amigos - La magia de mi raza
Jorge Cafrune - Yo he visto cantar al viento




viernes, 13 de septiembre de 2019

Motorpsycho - The Crucible


Para muchos el rock está muerto. La pregunta sería… ¿Cuándo fue que estuvo vivo? ¿Cuándo estaba Nirvana en todas las revistas? Hoy en la tapa de la Rolling Stone hay una actriz, su mérito -o falta de- no es lo que nos importa ahora. Pero… ¿en la tapa de la Rolling Stone? Es verdad, los pibes de hoy en día es raro que escuchen rock, si lo comparamos con la explosión de los Beatles a mediados de los sesenta, en que muchos pibes de escuela secundaria consideraban dedicarse a la música como medio de vida, sí, ahí sí. A nivel masivo la cosa pasa por otro lado; el hip hop, el rap o como le quieran llamar, el pop manufacturado para adolescentes, etcétera. Sin embargo, siguen saliendo discos de rock por todos lados.

También puede que sea cierto eso de que ya nadie quiere escuchar canciones nuevas, la competencia es grande, están los eventos deportivos que siempre convocan gente, el millar de series y películas disponibles a un click de distancia, las redes sociales y la hiper-actividad online, conspirando para que encontremos los cuarenta minutos que hacen falta para escuchar un disco entero, un LP, digamos.

A los noruegos Motorpsycho no parece importarles demasiado cuáles serán las repercusiones de sus acciones y simplemente hacen lo que tienen que hacer; seguir, contra viento y marea, seguir. Son de esos que todavía se toman la molestia de grabar un disco por año. Les va bien, todo lo bien que le puede ir a una banda de rock en estos tiempos de confusión e incertidumbre. Tienen fans que compran el disco sin escucharlo, tocan muy seguido, los comentan bastante en sitios y revistas (algunas quedan, sí) y, lo más importante de todo, siguen molestandosé en componer, grabar y sacar música al mercado. Después del mastodonte The Tower, disco doble del '17, vino The Crucible, a principios de este año. Se podría decir que sigue la línea del anterior, pero que levanta un poco la pata del acelerador en lo que a ambiciones se refiere. ¿Puntos de referencia? Varios, el metal atmósferico, el rock progresivo de los setenta más retorcido, Red de King Crimson, disonancias, pudrición y pasajes largos e instrumentales. “The Crucible”, el tema que da título y encargado de cerrar el disco es una demostración del poderío de la banda, más de veinte minutos de aventura musical. ¿Retro? No, gracias. Esta es la música de los tiempos modernos.

Si no tenés más lugar en tu disco rígido y te la pasás inventando excusas para seguir escuchando lo mismo de siempre (o lo que es peor; sin escuchar nada) lo lamentamos. Vos te lo perdés.







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Chequear también:

Motorpsycho & Ståle Storløkken - En Konsert for Folk Flest

Motorpsycho - Timothy's Monster

Motorpsycho - Still Life with Eggplant




lunes, 9 de diciembre de 2019

5 Canciones 5: Martin Zellar, Stan Getz, White Denim, Paul Revere and the Raiders y John Mellencamp


I Can't Believe
Martin Zellar and the Hardways

Costello, T-Bone Burnett -la voz incluso se parece-, Nick Lowe... por ahi viene la mano con el primer disco de este cantautor de Austin, Minnesota. El ritmo se muestra medio rengo, esquivo, chueco. Hasta que aparece el estribillo y el asunto se ilumina de manera definitiva. "No puedo creer la suerte que tengo" dice, para corresponder a la melodía, ganchera al máximo. El piano salta en el aire y la primer guitarra la rompe y hasta pela un solo impecable, de esos que se pueden cantar arriba.

Aparece originalmente en: Martin Zellar and the Hardways (1996)

Escuchar en el sitio oficial de Martin Zellar


Nursery Rhymes for All God's Children
Stan Getz

A Stan Getz se lo recordará por siempre por haber sido responsable de popularizar la música de Brasil en el resto del mundo, a través -sobre todo- del mítico disco del '64, con João Gilberto y Tom Jobim, el que tiene esas versiones mágicas de "Garota de Ipanema", "Corcovado", etcétera. Acá junta fuezas con el francés Michel Legrand, quien mete mano en las orquestaciones de este disco que bien podría reemplazar al 90 por ciento de la música que se escucha en restaurantes y bares con chapa cool.

Aparece originalmente en: Communications '72 (1972)


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Keys
White Denim

¿Tema folkie medio fumeta en un disco de White Denim? ¿Qué onda? ¿Es M. Ward o el cantante de My Morning Jacket? Ni idea, al parecer son ellos mismos, los créditos no tiran mucha información al respecto pero esta banda siempre se carecterizó por hacer una música retorcida, con cambios de ritmo inesperados, casi cercana al rock progresivo/sinfónico. Pero no, acá cambian, salen con algo inusual y les sale bien. Muy lindos los arreglos de cuerdas.

Aparece originalmente en: D (2011)

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Kicks
Paul Revere and the Raiders

Nunca tuvieron mucho prestigio, salvo para ciertos obsesivos del rock de los sesenta. Entendible, se vestían con unos trajes medio bobos y tenían toda la pinta de ser una banda armada. Tenían compositores externos y muy poco aire de credibilidad. Pero qué gran cantidad de temazos que juntaron con los años. "Kicks" es una advertencia anti-drogas, para colmo. Pero escuchalo una vez y tratá de no quedar pegado para siempre. Un desafío. Atención a la versión que hicieron los Damned en el disco en que se disfrazan de Naz Nomad.

Aparece originalmente en: Midnight Ride (1966)


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Last Chance
John Mellencamp

¿El Bon Jovi del rock de raíces? ¿Otro títere de la industria discográfica? Pobre tipo, siempre tuvo que luchar con ese tipo de prejuicios, quizás por carilindo. Lo cierto es que sus discos están bien hechos y el es un escritor de canciones hecho y derecho, con algunos aciertos inapelables. En este temazo climático y medio oscuro de Whenever We Wanted -un disco injustamente olvidado- hay una muestra evidente de su talento.

Aparece originalmente en: Whenever We Wanted (1991)

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