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domingo, 8 de agosto de 2021

Gabriel Insausti: Un poema de Azul distinto

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El tiempo es un error, te lo confirman

por los muelles del Sena unas gaviotas

cuando pasan -mouttes!- y esa palabra

muere, lenta, en tu boca: has olvidado

que al cabo de toda lengua es extranjera,

que nom da siempre en non. Te haría falta

la destreza cabal de aquel vecino

que una mañana, sin sedal ni anzuelo,

te llevó hasta un recodo del Agauntza,

dejó en la orilla gafas y tabaco,

se remangó y entró en el cauce; luego,

apoyó la mejilla en una roca

como el que escucha el corazón de un hombre

y palpó bajo el vientre. "Aquí se esconden",

bisbiseó, guiñando un ojo astuto;

después dio dos zancadas sobre el agua,

un manotazo -¡zas!- y aquel destello

de escamas ya sin alma coleaba,

en un espasmo azul, sobre la hierba.

"Inténtalo", te dijo, "el truco es verlos

donde no están". Tenías nueve años,

hoy ya eres viejo para hacer la prueba

o susurrar, como Bruce Lee, Be water

y hundirte en esas aguas. Tus palabras

vacilan, llegan tarde, apenas rozan

la imagen refractada de las cosas

allí donde no están. No añaden nada

al mundo, han comprendido que es inútil

perseguir esas sombras sin un rastro.

Temes que se disipen al decirlas.




Gabriel Insausti

en Azul distinto.

Pre-textos. Colección la cruz del sur.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Gabriel Insausti: Iniciación

                                               Para Peter, in memoriam


"Debes mostrar las cosas, no explicarlas",
decía, tras la nube de un Ducados,
una tarde -noviembre, 88-
en el Iruña. "Fíjate en Dafoe,
cómo inaugura todo lo que nombra:
Vi por primera vez una tortuga..."
Sobre la mesa, unos papeles míos
salpicados del rojo de su lápiz,
como un rabioso Pollock que escrutaba
su mirada esmeralda. Y, tras un sorbo:
"Evita lo trivial del reportaje,
un poema ha de ser para el idioma
lo que el cristal para la arena". Afuera
la lluvia había hecho su trabajo
en los cloisons que perfilaban, mudos,
los charcos de la Plaza del Castillo
y al decirnos adiós sentí en su mano
fervor y fuerza. Acaso sin saberlo,
me dio a entender lo mismo que esa lluvia:
que un verso de por sí no cambia el mundo
sino que es un mundo, una conjura
susurrada al oído de un extraño,
un modo de esperar, un santo y seña.


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Gabriel Insausti
en Línea de nieve.
Pre-textos.