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martes, 26 de octubre de 2010

Formas de decir adios


Esperó el instante en que el expreso del norte cruzó lentamente el puente de hierro. El expreso pasó, y desapareció detrás de la fachada de la estación.
Entonces Ganin cogió las maletas, llamó a un taxi, y dijo al taxista que lo llevara a otra estación, a la estación situada en el otro extremo de la ciudad. Eligió un tren que salía para el sudoeste de Alemania, dentro de media hroa. Gastó la cuarta parte de cuanto dinero tenía en el mundo para pagar el billete, y con agradable excitación pensó la manera en que cruzaría la frontera sin necesidad de un solo visado. al otro lado se extendía Francia, la Provenza, y después el mar.

El tren partió y Ganin se sumió en un leve sueño, con el rostro oculto por los pliegues del impermeable colgado de un gancho, sobre el asiento de madera.

Vladimir Nabokov en
Mashenka.
Anagrama bolsillo

domingo, 9 de septiembre de 2007

Extracto de una entrevista a Andrei Tarkovsky

Personajes bajo presión

–¿Cuál es la conexión entre sus películas?

–No lo sé. Usted mismo tiene que encontrar la conexión. Podría hacer la pregunta de otra manera: ¿Cuál es mi principal interés para empezar a hacer una película? En mis filmes hay ciertas situaciones que son repetitivas. Me interesan los personajes bajo una presión moral o ética, que están sufriendo una crisis o un momento de gran estrés. Esa persona puede salir adelante siendo mejor o puede sucumbir a la presión. Ese es un elemento común en mis películas: La infancia de Iván, Andrei Rublev, Solaris o El espejo. Me interesan los personajes que se desarrollan durante fuertes crisis morales. Me ayuda a expresar de una forma más profunda, más emocional, aspectos de la historia.

–Podemos decir que todos sus filmes acaban de forma optimista.

–Puedo explicarlo. Si la persona no puede soportar la crisis y se derrumba como resultado de ella, la película no puede terminar con una conclusión optimista. No entiendo qué rol puede jugar el optimismo o el pesimismo en el arte, porque el arte es un medio de alcanzar lo moral. Da a la gente la fuerza para abrir su alma al bien del que debe estar rodeada. El bien no puede ser sinónimo de nada negativo. El arte es moralidad, en su totalidad. Es imperativo que exista sólo en esta forma. Sino es así, no puede ser arte en absoluto. Todo lo que se denomina arte reaccionario, para mí significa no-arte. Con arte me refiero a un tipo de acción que se relaciona con algún tipo de esfuerzo moral cuyo objetivo es la mejora espiritual del género humano.


Entrevista de Risto Mäenpää a Andrei Tarkovsky,
publicada recientemente en El cultural, y rescatada de los archivos de la televisión nacional finlandesa gracias al Festival Punto de Vista.