11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
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domingo, 17 de enero de 2016

"Volver al futuro" (1985).


-- "Back to the Future" (título original en inglés), "Regreso al futuro" (título en España), "Retorn al futur" (título en catalán).
-- Dirección: Robert Zemeckis.
-- Actuación: Michael J. Fox, Christopher Lloyd, Lea Thompson, Crispin Glover, Thomas F. Wilson, Claudia Wells, Marc McClure, Wendie Jo Sperber, George DiCenzo, Frances Lee McCain, James Tolkan, J.J. Cohen, Casey Siemaszko, Billy Zane, Harry Waters Jr.
-- Guión: Robert Zemeckis y Bob Gale.
-- Banda Sonora: Alan Silvestri.

-- "Volver al futuro" en IMDb.
-- "Volver al futuro" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Bienvenidos al año de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO. Un adolescente prototípico de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO llega hasta un lugar que parece el laboratorio de un científico loco de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, con una chaqueta de fibra plástica a la moda de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO. Allí recibe una llamada telefónica del dueño de casa (seriously, qué dueño de casa solterón llama a su propia casa, a ver...) que le pide ir a la una y algo de la madrugada a la esquina X con Y (bueno, a un centro comercial de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO). A lo largo del día, el chico se gana una reprimenda del director, es funado por Huey Lewis en una audición (seriously, el tipo que aportó "The Power of Love" para esta peli), se encuentra con su muy atractiva novia con peinado estilo 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, cena con su familia pobretona al estilo 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, y finalmente marcha a encontrarse a su cita misteriosa, que es justamente Christopher Lloyd haciendo de científico loco. El científico loco le explica que ha construido una máquina del tiempo en un deportivo DeLorean, gracias al cual podría viajar de ida y de regreso entre 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO y cualquier otra época pasada o futura. Pero hay un problema. La cosa funciona con plutonio. Y ése es el menor de los problemas. El problema mayúsculo es que el plutonio se lo ha birlado a unos terroristas libios. Que ahora están muy molestos, tanto como un terrorista libio puede estarlo, porque ya sabemos, si quieres malvadismo concentrado y en cucharadas, terrorista libio para la faena, disolver en agua, y tenemos jugo sabor TERRORISTA LIBIO para esos días de calóh. Resulta que como los terroristas libios son mágicos, se las arreglan para encontrar al científico loco y al chico, y llegan al estilo terrorista libio, o sea, ametrallando a lo loco, porque si eres un terrorista libio, pues cuando ametrallas lo haces a lo loco, si por algo eres terrorista libio en primer lugar. Después de todo es 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, un año antes de que Ronald Vaquero Reagan le enseñara modales a Gadafi partiéndole en dos unos cuantos edificios en Trípoli, que así se defiende la democracia, por no hablar de cuarto de siglo antes de que los propios libios se cansaran y lo derrocaran y ser terrorista libio empezara a perder un poco del aura que tenía en 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO. Pero que me desvío. El caso es que el científico loco es bárbaramente ametrallado, como si en vez de meternos a una comedia familiar hubiéramos terminado en la sala del lado viendo una de Chuck Norris, y el chico toma la única vía de fuga que le queda: montarse en el DeLorean y acelerar hasta las míticas 88 MPH y... ¡saltar en el tiempo! Sin llevarse una recarga de plutonio, por aquello de las prisas, si es que quién se acuerda de esas cosas cuando tienes por detrás a terroristas libios ametrallando a lo loco como lo hacen los terroristas libios. Ahora, nuestro joven héroe de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO se encuentra atascado en 1955 - MIL NOVECIENTOS CINCUENTA Y CINCO, y su única posibilidad de regresar a su propio tiempo es... conseguirse 1.21 GW de potencia de alguna parte. Pan comido, ¿verdad...? Ahora, cántenla conmigo: tan-taaaaaan-taaaaaán - tatatatatataaaaaá...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, había un novel director que después de algún que otro fracasillo tan ignorado que ni para reseña en Cine 9009 ha alcanzado, había dado el batacazo con "En busca de la esmeralda perdida", un medio-clon de Indiana Jones con Michael Douglas y Kathleen Turner de la cual lo mejor que se puede decir, es que la secuela ("La joya del Nilo") estaba mejor (algunos dicen que peor, pero joer, esto es mi reino privao, y aquí digo lo que se me antoja). Resulta que el guión andaba dando vueltas desde 1981, pero no fue grabado en ese tiempo porque los estudios no le tenían demasiada fe al material, o mejor dicho, al pringao que les presentaba ese material (sí, el mismo pringao que después se llevó Premio Oscar al Mejor Director por "Forrest Gump", y es que nadie sabe nada). Quizás nos hicieron un favor, porque ¿se imaginan a un adolescente de 1981, escuchando post-punk estilo Joy Division o sintetizadores de Depeche Mode cuando Vince Clarke todavía no se había ido de la banda para fundar Erasure? ¿O peor aún, con una moda similar a los últimos coletazos de la onda disco que aún se negaba a morir, o si no díganselo a Olivia Newton-John con su disquero éxito de 1981 que es "Physical"? Yiaks. Bueno, dejándonos de lo-que-pudo-haber-sido y volvamos al futuro, a 1985, a "Volver al futuro". El caso es que Robert Zemeckis se había llevado portazo-tras-portazo con su guión (que en una escritura inicial la máquina del tiempo era un refrigerador, y en una reescritura tenían que obtener los condenados 1,21 de una explosión nuclear en Nevada... figúrense rodar en Nevada, el lugar que mató de cáncer a todos los actores y extras del "Genghis Khan" de John Wayne en 1956). Hasta que por concatenaciones del destino, se forjó una alianza entre Steven Spielberg y Zemeckis (que ya habían trabajado antes, aunque sin éxito). Claro, después de que la Disney mandó el enésimo portazo, porque verán, ¿una peli familiar en donde una mami se enamora de su propio hijo, por muy paradoja temporal de por medio que haya...? Fueeeeeerte. El caso es que la avispada producción de Steven Spielberg y la acerada dirección de Robert Zemeckis hicieron el milagro. La peli costó casi veinte millones de dólares (seriosly: en los ochentas podías mandarte un blockbuster con un presupuesto que es un décimo de lo que se gasta Michael Bay un cuarto de siglo después), y recaudó algo más de 200 millones nominales de 1985 - MIL NOVECIENTOS OCHENTA Y CINCO, se transformó en la más taquillera de su año (por encima de "Rambo II", "Rocky IV", "La joya del Nilo", "Testigo en peligro" o "Los Goonies", que también llegaron al Top Ten), fundó una de las más potentes trilogías fílmicas de todos los tiempos, y se transformó en la obra maestra de un director que, buenoooooo... nos ha entregado buenas pelis después ("La muerte le sienta bien", "Forrest Gump", "Contacto", "Náufrago", "Beowulf"), pero ninguna de las cuales se siente tan catedralicia como ésta.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos con una aclaración. Esta peli no es cine arte ni una peli filosófica por ningún lado. Esta peli es cine popcornero y de entretención pura y dura a la vena. Eso, porque existe una cierta tendencia a que si es entretenido y sólo entretenido, pues como que da un poco de vergüencita alabarla, y los comentaristas suelen mirar un poco por encima del hombro ("sí, igual estaba buena"). Existe una tendencia en los críticos a ensalzar las pelis más "filosóficas", aunque sean unos muermos, porque pueden lucirse a mansalva con sus "miren, yo la alabo porque yo sí que sé", mientras que en una peli de entretención que todo el mundo la entiende y no tiene mayor profundidad, el comentarista se queda al mismo nivel que el resto, y quién se hace comentarista para eso en primer lugar. Y de ahí que vienen los intentos por reivindicarla, por ver cosas en la peli que no hay... Porque más allá del tema de la paradoja temporal (tampoco resuelto bien al ciento por ciento aquí, vamos, admitámoslo), en realidad no tenemos sino otra peli del jovencito que es trasplantado a otra realidad y lucha desesperadamente por volver a casa. ¿Decepcionante? Oiga, si con esa misma fórmula se han rodado maravillas como "El mago de Oz"... Lo bueno de esta peli es que no se avergüenza de ser lo que es, y no es condescendiente en ningún minuto. Partiendo por un guión alambicado hasta los menores detalles, en el que casi cada línea de diálogo cuenta (y de hecho, esta peli se beneficia mucho de una segunda e incluso una tercera revisión, para pescar los detalles que en un primer visionado pueden pasar inadvertidos, y que son cruciales para la trama), y en donde hasta los elementos más aparentemente casuales cobran un sentido de cara a proporcionarle recursos al prota para sobrevivir en 1955. Para las pelis de entretención post-2000s en que el guión es apenas una excusa para montar una escena molona tras otra, este guión es una vergüenza, porque los pone en evidencia acerca de cuán flojos o cuán cobardes son los guionistas ahora (o los productores que mandan, digámoslo con todas sus letras) a la hora de ir más al hueso y atreverse. Porque esta peli, de ser atrevida, lo es. Después de todo, hablamos de una peli en donde uno de los principales conflictos es una potencial relación incestuosa madre-hijo. Matizado por el hecho de que la madre joven no sabe que el apuesto héroe en realidad es su propio hijo que viene del futuro, pero aún así ("Futurama" en el capítulo de Roswell sí se atrevió a llevar la idea hasta sus últimas consecuencias, pero bueno, hablamos de un cartoon supuestamente para adultos...). La peli explota también de manera notable cómo nuestro prota choca contra los usos, costumbres y convenciones de una época diferente, no tan distante en el tiempo, y aún así virtualmente desconocida para él. Resulta interesante que cuando van con los '50s, no lo intentan con una versión idealizada estilo "Grease" de la misma, sino que como debió haber sido en realidad... incluyendo la hipocresía social predominante (no sólo vemos racismo y el orgullo insano por el american way of life, sino que además la madre no es una señorita casta y virginal sino una suelta de cuidao). A la larga, el marcar tan a fondo el choque entre los '50s y los '80s ha hecho que esta peli, a diferencia de otras que por estar tan ancladas en la década hayan envejecido mal (las comedias adolescentes de John Hughes sufren su poco de esto, por desgracia), esta peli, decíamos, haya envejecido con dignidad y en realidad siga siendo tan actual a tres décadas de su estreno (¡hey, incluso después de la fecha del futuro de "Volver al futuro II"!) como en su propio día.

-- Las actuaciones. Visto a la distancia, tenemos un elenco soñado aquí, no porque los actores se hayan vuelto superestrellas después (estrellas sí, supers no), sino por lo bien que encajan con la atmósfera general. Robert Zemeckis tomó la arriesgadísima decisión de rodar no como una peli "seria" sino como una farsa, y de ahí que todos los papeles sean sobreactuados. Esto podría haber herido de muerte a la peli, pero como todos actúan así, además lo hacen igual de bien, y ayuda de paso a restarle dramatismo gratuito a la acción, entonces termina transformándose en un plus. Ni que decir que el prota Michael J. Fox quedó tan marcado por el rol que después, hiciera lo que hiciera, terminó siendo - ¡hey, es el chico de "Volver al futuro" otra vez! Y con razón, porque a la distancia, no se antoja que alguien más lo hubiera podido resolver tan bien (se supo que otra opción era Eric Stoltz, que incluso llegó a rodar escenas, pero vaya uno a saber). A su lado, Christopher Lloyd que se había divertido de lo lindo interpretando a un malvado Klingon en "Viaje a las Estrellas III: En busca de Spock" el año anterior, rodó también el que iba a ser el rol de su vida, como el científico loco-pero-simpático Emmett Doc Brown. El padre de Michael J. Fox viene interpretado por (¡sorpresa!) Crispin Glover, que después ha hecho carrera como secundario de lujo en Hollywood (fue el Flaco Tenebroso en "Los ángeles de Charlie" y secuela, además de tener algunas de las mejores escenas de la por otra parte anémica "Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton). Lea Thompson la borda en su rol como la joven madre del prota, y es una desgracia que su carrera se haya ido básicamente al sumidero de subproductos fílmicos después de haber estado tan brillante en una peli de tan alto perfil como ésta (joer, fue la chica de "Howard el Pato", eso mata la carrera de cualquiera). Thomas F. Wilson como Biff es un villano realmente aterrorizante, dentro de los estándares de villano sin superpoderes o así, y mención especial para James Tolkan como Strickland, el director del colegio que se las arregla para figurar en primer plano en las poquísimas escenas que le toca protagonizar. (Para la trivia: uno de los matones de Biff es Billy Zane en su primerísimo papel para el cine. Sí, leñe, el malo de "Titanic" estuvo aquí en un rol casi sin diálogos).

IDEAL PARA: Ver una de las mejores pelis de aventura y de Ciencia Ficción de todos los tiempos.

domingo, 30 de mayo de 2010

"Alicia en el País de las Maravillas" (2010).


-- "Alice in Wonderland". Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Tim Burton.
-- Actuación: Mia Wasikowska, Johnny Depp, Helena Bonham Carter, Anne Hathaway, Crispin Glover, Matt Lucas, Stephen Fry, Michael Sheen, Alan Rickman, Barbara Windsor, Paul Whitehouse, Timothy Spall, Marton Csokas, Tim Pigott-Smith, John Surman.
-- Guión: Linda Woolverton, basada en las obras de Lewis Carroll.
-- Banda Sonora: Danny Elfman.

-- "Alicia en el País de las Maravillas" en IMDb.
-- "Alicia en el País de las Maravillas" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Inglaterra Victoriana, la época en que los gentlemen británicos se reproducían por bipartición, y los limpiachimeneas cantaban chinchimenea-chinchimeó, si hemos de creer a The History of the World by Disney. En este tiempo, una sesuda reunión de hombres de negocios se ve interrumpida cuando uno de ellos... ¡va a atender a su chica que ha sufrido una pesadilla! (es en serio, como si eso en la Inglaterra Victoriana no fuera tarea de mujeres o de la servidumbre). Bueno, resulta que el tipo es un visionario (no un visionario científico o un visionario artístico, que esto es una peli Disney, así es que es un visionario... ¡hombre de negocios!), y como buen visionario, nadie le hace caso. No lo mandan a la hoguera porque no es la Italia del siglo XVII ni el entorno cotidiano del General Gato, pero se reemplaza con esa especie de muerte en vida que es la condescendencia. Pasan los años, papi va a parar al patio 'e los callaos, y la antigua niñita con pesadillas ahora ha crecido hasta ser una criatura muy apetecible para aquello de tenderla panza arriba y hacerla pensar en Inglaterra. El problema es que ella, hija de su padre, hace cosas tales como... ¡cuestionar la sociedad! ¡hacerse preguntas! ¡pensar en que todo se puede hacer de una manera diferente! De pronto, ella descubre de la peor manera que tiene un matrimonio arreglado del que ella ni se había enterado, con un desagradable lordcito inglés. Panorama ideal para terminar de sorberse el seso, así es que la tenemos ahí saltando detrás de un conejo blanco con trajecito. Y cayéndose por un agujero. Y al otro lado del agujero, después de algunas peripecias que la muy majareta piensa que son un sueño, descubre que es la Elegida para Matar a la Bestia y restaurar el Bien en el País de las Maravillas. Y por si se lo están preguntando a cuenta de Inglaterra y victorianismo y mundos paralelos, no me confundí de peli. Estoy reseñando el comienzo de la Alicia de Tim Burton del 2010, no una de las de Harry Potter.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Hemos llegado hasta el equivalente cinematográfico de un magno crossover de historietas, en que tres superhéroes culturales confluyen para embarcarse en una cruzada artística. En un asiento del Salón de la Justicia Fílmica tenemos al sabio gurú, el Charles Xavier del grupo, que es Lewis Carroll, el tipo que en 1865, inspirándose en la revoltosa Alicia Lidell (no Kingsleigh, como en la peli), escribió una historia llamada "Alicia en el País de las Maravillas", que encontró su continuación en "Alicia a través del espejo". Las dos obras (más la primera que la segunda, justo es decirlo) son más que populares en el mundo angloparlante, aunque un tanto menos entre el hispanohablante debido a que en la traducción se pierden inevitablemente una serie de juegos de palabras y malabares verbales con los cuales Carroll (especialista en lógica matemática y lingüística y por tanto maestro en paradojas, por lo demás) trufó su peculiar obra. A pesar de esta popularidad, la obra siempre ha sido adaptada un tanto a desgana por el cine, debido a lo que podríamos llamar el factor subversivo. En la obra original nos encontramos con un mundo de locos, al que Alicia, en vez de ser buena chica victoriana y obedecer a sus mayores en todo, viene a dar vueltas patas arriba, poniendo de manifiesto el absurdo de las convenciones y manierismos sociales. Este mensaje es demasiado fuerte para muchas audiencias, a quienes les gusta que las olas estén bien quietecitas, y por lo tanto, una peli que adapte a Alicia de verdad no pasará de ser una rareza. No en balde, la única gran adaptación anterior que existía era la de "Alicia en el País de las Maravillas" de Walt Disney en 1951, en que los tonos subversivos de la obra original fueron limados debajo de una suave capa de almíbar para que nadie se sintiera demasiado ofendido. Lo que nos lleva al segundo gran paladín en esta cruzada: los Estudios Disney. Que después de una década particularmente sangrienta con ellos, como lo fueron los 2000s ("Vacas vaqueras", ¿recuerdan?), parecen ir otra vez rumbo a retomar su trono con cosas como "Bolt" y "La princesa y el sapo", porque eran demasiado grandes para quebrar, en particular debido a la filosofía monacalmente conservadora de los estudios. Y ya sabemos que el conservadurismo moral, como la mala hierba, nunca muere. Aunque para disfrazar esto le pongan el nombre más amable de "valores". Que los Estudios Disney estén adaptando "Alicia en el País de las Maravillas" no una sino dos veces, es casi tan surrealista como si Francisco Franco hubiera promovido una peli basada en una obra del rarito ése, el Federico García Lorca que le llaman, para que nos entendamos. Y bueno, los Estudios Disney serán conservadores, pero no TAN tontos. Hace rato que el mundo está en una marea diferente, y lo que se lleva es la rebelión juvenil, lo goth, lo dark, etcétera. ¿Cómo hacemos entonces una peli pechoña y puritana que tenga así como un aromilla a rebelión autoafirmativa adolescente? ¡Fácil! Llamamos a un director cuya marca sea sinónimo de peligro, pero que esté lo suficientemente domesticado y en horas bajas para hacer un pacto con el demonio y vender su alma a cambio de un plato de lentejas (o de lentejuelas, dado el caso). Pero, ¿quién será tan miserable, vendido, vil, rastrero, traidor, mentiroso, inescrupuloso, manipulador y egoísta como para ofrecerse maniatado así a las fauces de EL SISTEMA...? ¡Ah, claro! ¡Tim Burton! Total, si hizo "El planeta de los simios" por el vil dinero y se quedó tan ancho siguiendo como adolescente rebelde (el hombre ya pasó hace ratito la cincuentena, glup)... De esta manera, se fueron ensamblando los miembros de... ¡El Equipo A! (A de Alicia, claro). O "Dial A for Alice", el chiste que prefieran, hehehé.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Hay una constante sagrada en el cine hollywoodense, una clave que te permite agarrar el hilo que te llevará hasta el ovillo: ¿quién pone el money? Porque allí donde esté tu dinero, allí estará el corazón de la audiencia. Y la pasta no la pone Lewis Carroll (confortablemente muerto hace un santurrón de años) ni Tim Burton (demasiado rebelde para su propio bien), sino Disney. Así es que ésta será una peli Disney, sin ambages. Como lo dijimos, los Estudios Disney no se caracterizan por ser la punta de lanza del liberalismo moral, y por lo tanto, así como la "Alicia en el País de las Maravillas" de 1951 trataba de pulir los ángulos más filosos de la historia de Carroll tomando todos los elementos maravillosos que con su permanente saqueo han construido aquello que se ha llamado publicitariamente la "magia Disney", la "Alicia en el País de las Maravillas" del 2010 trata de ajustar esa misma esencia fantástica a un mensaje en definitiva ñoñoconservador. Disney ha sabido canalizar muy bien que la rebeldía juvenil es lo que la lleva, y ha creado productos de rebeldía perfectamente aséptica como Hannah Montana y Jonas Brothers, para explotar ese nicho de mercado y reconducir a esas ovejas descarriadas, porque al final del día los chicos serán rebeldes e individualistas, pero acaban aprendiendo una valiosa lección, y la rueda americana sigue girando. Esta Alicia es más o menos lo mismo: posee un gran empaque visual y un mensaje a primera vista muy progre (la chica se rebela contra las convenciones sociales... ¡es la Hannah del XIX!), para en definitiva esconder una peli familiar de las de toda la vida, con buenos muy buenos, malos muy malos, un mundo de fantasía de por medio, y una climática batalla final en donde la heroína asume que su Destino (¡!) es ser la Elegida (¡¡!!). O cómo cristianizar al socarrón Lewis Carroll y forrarse con mil millones de dólares a nivel mundial en el intento. Supongo que la mayor parte de las críticas acá cayeron por el lado de que todo el mundo se esperaba "la nueva de Tim Burton" (apoyado por la potente máquina publicitaria de Disney, claro está), y resulta que Tim Burton al final del día está para dirigir a su troupe de costumbre (Depp, Bonham Carter, Elfman) y crear el storyboard del asunto, calentar un poco la silla del director, y paremos de contar. O se esperaban una obra tan rica y profunda como la lectura original, cuando en realidad adaptar a Carroll de manera fiel al cine en una producción de alto presupuesto es imposible, porque esto excluye automáticamente el mensaje subversivo de fondo (ya pueden irse olvidando de los geniales diálogos sobre el Tiempo, aunque al menos se mantiene como un guiño la adivinanza sin solución). Desde ese punto de vista, tales críticas son bastante desatinadas. Mayor asidero tiene criticar a la peli por lo que realmente ofrece. Es decir, si es una peli de aventuras fantásticas que toma a la novela original como un pretexto para montar una de aventuras, ¿al menos lo hace bien? La respuesta es: a ratos. La cosa tarda en arrancar, pero bueno, en algún minuto lo hace, y entonces nos viene con una extensísima secuencia en el castillo de la villana, con una de las decisiones de guión más imbéciles ever (la Reina dice al ver un papiro que reconocería las greñas de Alicia en cualquier parte, y veinte minutos de peli después la tiene delante en carne y hueso y no sólo no la reconoce, sino que la invita a alojar y la hace su favorita, mira tú). La muy criticada secuencia final en donde todo se resuelve como una batalla de buenos contra villanos al uso, en realidad es lo que dentro de estas coordenadas viene a redimir un poco el contenido, y le da el aprobado y aceptable a la peli, entendida eso sí como una de aventuras pura y dura y no como la obra carrolliana original (de la que le dejaron la piel y le arrancaron todos los huesos) ni como la nueva genialidad burtoniana (que lo último genial que nos dio Burton a la fecha fue "El gran pez", y ya siete años nos separan de aquel entonces).

-- Quiero insistir un poco más en el mensaje de la peli, porque revela muchas cosas sobre la mentalidad del momento presente (2010 después de Cristo). Mentalidad yanki, sí, pero América es el mundo, para qué andarnos con cuentos. ¿Por qué, después de tantos años de ignorar al personaje, resulta que no sólo tenemos la Alicia de Tim Burton, sino además una miniserie (bastante más estimable que esta peli, por cierto, y protagonizada por Caterina Scorsone, por más señas) dedicada al personaje? Probablemente porque la obra original trataba sobre toda la podredumbre de un sistema corroído hasta la médula allí donde más duele, o sea, en la hipocresía y el puritanismo moral, algo que también se ha hecho dolorosamente visible desde el 9-11 en adelante. O sea, primero tuvimos a un Presidente de Estados Unidos que aprovechó el vuelo para mentir y declarar dos guerras en dos países allí donde no se les había perdido nada, después los corruptos banqueros que lo apoyaron estuvieron a punto de quebrar el sistema bancario, después fueron rescatados porque "eran demasiado grandes para caer" (sí, claro, gracias, y los de abajo que la carguen como siempre, porque a los otros no sólo los rescataron, sino que ni un día de cárcel como reos de "riesgo sistémico", cuando por bastante menos un ladrón de gallinas debe pudrirse sus buenos restos tomando el sol a cuadritos)... Y todo eso sin que se les despinte un solo segundo la cara de gentes respetables, que lo respetable se mide por la cantidad de días de vacaciones que tomas en los centros de esquís de Aspen o en las playas de Cancún, cosas ésas sí fácilmente mesurables y transables en bolsa. En resumen, vivimos en Wonderland (sintomáticamente llamado Underland en la peli, y que Alicia ha tomado por error como Wonderland, un cañero torpedo subliminal bajo la línea de flotación). Y las comparaciones son odiosas, pero mientras en la bastante low-perfil "Alice", la miniserie (que con sus elementos Sci-Fi steampunk tenía su encanto) se remarcaba abiertamente la rebeldía, acá en lo de Disney tenemos justamente lo contrario, o sea, al final ni rebeldía social ni nada. La pelea es entre dos aristócratas pijas (una más odiosa que la otra, pero ninguna demasiado simpática tampoco), en ningún minuto la rebelión pareciera destinada a cambiar el sistema ni nada, los locos en realidad no lo están tanto (y lo más bien que se avienen con el nuevo sistema después), y la propia Alicia, cuando por fin se descubre a sí misma (((¡¡¡SPOILER DEL FINAL!!!, ¡¡¡SPOILER DEL FINAL!!!, ¡¡¡SPOILER DEL FINAL!!!))), y descubre que es una heroína de tomo y lomo, abandona su pueril rebelión Hannah Montana de no usar corsets para dedicarse a causas más loables, como por ejemplo viajar a China para promover políticas corporativas que, la peli no lo dice, pero en el contexto histórico podemos suponerlo, significará el expolio masivo del capitalismo británico sobre los pobres chinos, que nada le habían hecho a Alicia. (((FIN DEL SPOILER AQUÍ))). O sea, ver esta peli nos proporciona una inestimable ventana a la mentalidad inconsciente de los tiburones grandes y su manera de ver el mundo. En un futuro, cuando escriban la historia de comienzos del XXI, esta peli probablemente será inevitable. Lo que no habla de su calidad cinematográfica, sino de su posición como documento histórico, pero bueno, un valor es un valor, a fin de cuentas.

-- Vamos al apartado actoral. Las actuaciones están irregulares. La prota (una bastante verde Mia Wasikowska) hace como que actúa de chica victoriana, pero confunde encorsetamiento con recitar diálogos de manera plana y con cara de fruncida (¿acaso en la academia de actuación no te enseñaron a relajar el ceño, mujer?), aunque el ejercicio fetichista de verla con armadura de combate no creo que le haga mal a nadie. Johnny Depp, por su parte, aunque hace un honrado intento por construir un personaje que no sea el Sombrerero Loco simplemente chiflado de la obra original, debo decir que es un personaje fallido, porque tratan de hacerlo oscilar entre el genio barrido por la tragedia, y el loco de perillas, y como ambas condiciones se excluyen mutuamente, el personaje naufraga por mucho Depp que le pongan (por cierto, no debe ser casualidad que este personaje tenga a ratos más protagonismo que la propia Alicia, si al final este genio que no está loco sino que es incomprendido es al final el personaje más burtoniano de todos). La que se roba la peli entera de principio a fin, con un personaje que parece un refinamiento de Bellatrix Lestrange (y dadas las circunstancias, ¿quién se queja por eso?), es Helena Bonham Carter, con una villana estupenda. La Reina Blanca, por su parte, viene interpretada por una Anne Hathaway pasadísima de roscas, y a ratos es difícil decidir si es el mejor papel de su vida, o si la chica se está mandando un cachondeo monumental a costillas de todo el proyecto para su propia risilla personal. Y el siempre salidorro Crispin Glover, que hubiera sido también un aceptable Sombrerero Loco (sí, ya saben, el Flaco Tenebroso de "Los Angeles de Charlie" y el papi de Michael J. Fox en "Volver al futuro") es el henchman de rigor, no demasiado amenazador ni siniestro en realidad, pero levantando asimismo a punta de weirdness un rol bastante plano en el papel. Los que la vieron doblada al español, se perdieron al gran Alan Rickman como la Oruga (un poco como su rol de Severus Snipe en lo de Harry Potter, todo sea dicho, pero una vez más sea dicho, quién se queja), a Stephen Fry como un Gato de Cheshire mucho más inquietante que la "Alicia en el País de las Maravillas" de 1951, y a Timothy Spall como el sabueso Bayard, un personaje un poco fuera de lugar en el contexto general, pero que aún así nos proporciona uno de los momentos más entrañables de la peli.

-- En el apartado técnico estamos en el área más segura. Solíamos decir que Hollywood nunca podía fallar acá porque con inyecciones tan brutales de dinero, es imposible que no saliera algo espectacular de todo aunque sea por paisajes y extras haciendo bulto, pero después de las peleas pésimamente coreografiadas de "Transformers" o "Quantum of Solace", ya es cosa de írselo preguntando. Acá, al menos, eso no pasa. Cada centavo invertido es un centavo bien invertido. La imaginería visual es simplemente magnífica y tiene personalidad propia, en vez de decantarse por la imitación servil de los grabados de Tenniel (aunque hay varias alusiones, como era inevitable, claro está), o por la blandenguería visual de la "Alicia en el País de las Maravillas" de 1951. Y Danny Elfman, por su parte, que hace rato vive de las rentas y se imita de cuando en cuando a sí mismo, acá al menos trata de construir una banda sonora con empaque, y a rasgos generales lo logra. El "Alice's Theme" con el que cierra la peli es simplemente magnífico... aunque, bueno, cualquier cosa es magnífica después de escuchar los aullidos ferales que Avril Lavigne trata de hacernos tragar como "canción", apenas empezada la secuencia de créditos.

IDEAL PARA: Pasar un rato relajado, con expectativas moderaditas.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS":

-- "Termina siendo “Alice in Wonderland” una película más de fantasía y aventuras" en Extracine.
-- "“Alicia en el País de las Maravillas” – En los límites de lo infumable" en Tierra de Cinéfagos.
-- "Alicia en el País de las Maravillas (2010)" en Quesito Rosa.
-- ""ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS" DE TIM BURTON / Excentricidad barroca frenta al surrealismo total de Lewis Carroll. Sobre las adaptaciones..." en (relatos agridulces) de Cine y Otras Culturas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 17 de enero de 2010

"Nueve" (2009).


-- "9". Estados Unidos. Año 2009.
-- Dirección: Shane Acker.
-- Actuación: Voces de (en el original en inglés) Elijah Wood, Fred Tatasciore, Jennifer Connelly, Crispin Glover, John C. Reilly, Martin Landau, Christopher Plummer, Alan Oppenheimer, Tom Kane, Helen Wilson.
-- Guión: Pamela Pettler, basada en una historia de Shane Acker.
-- Banda Sonora: Deborah Lurie.

-- "Nueve" en IMDb.
-- "Nueve" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Y llegó el día en que la Humanidad, entregada al nefando vicio del maquinismo y el cientificismo, y renegando de la faceta espiritual (¡grande don que Dios desperdiciado en los humanos ha!), con fiera determinación lanzáronse a aguerrida batalla final, el armagedón, y vacía y desolada quedado la Tierra detrás ha. Mas, extinguidos los fuegos del apocalipsis, remanente el silencio sobre las heridas de la Tierra, he aquí que abre los ojos un simpático muñequito malamente cosido en arpillera para saco de patatas, mirando arriba y abajo y en todas direcciones. Apenas camina un poco: ¡sorpresa!, ves a tu creador muerto debajo de la mesa. Glup. Sigue andando, sale de la casa derruida, para contemplar un mundo en que todo es ocre, hay niebla de guerra, y no parecen haber supervivientes de la especie humana. Luego de andar un poco, termina encontrándose con otro muñeco hecho con tela de saco de patatas, que lo mira y lo remira, y le explica un par de cosas sobre cómo los humanos, por ser tan humanos, acabaron palmándola. Esta breve amistad se ve interrumpida cuando aparece una bestia que parece CatDog en esqueleto, con implantes biónicos y todo, que los persigue como un T-800 de toda la vida. Claro, nuestro prota, que a todo esto ha aprendido que se llama "9", ve como a su nuevo recién ganado amigo ("2") se lo llevan como prisionero. Cuando despierta (porque en medio de todo eso, se pega trompazo padre, y aunque ustedes no lo crean, los muñequitos sí son capaces de caer inconscientes), está en medio de un grupo de otros muñequitos, que son los antiguos compinches del ahora detenido-desaparecido 2. El jefe es 1, un muñequito con una ridícula tiara pontificia que dice a quien quiera escucharle y quien no quiera tampoco, aquello de que "¡¡¡EL CONOCIMIENTO MATA, VIVA LA IGNORANCIA, OBEDÉZCANME Y OBEDEZCAN MIS REGLAS, Y TODOS LOS MUÑEQUITOS ESTARÁN A SALVO, DIOS LO QUIERE!!!". Pero como 9 es porfiao, convence a otro muñequito llamado 5, de que deberían rescatar a 2. Así, parte el parcito a la aventura, sin sospechar la de líos en que se meterán por su honorable decisión de no dejar que su amigo termine convertido en juguete de perro o gato (mecánico, en este caso)...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En el año 2005, después de churretecientos años de trabajo, un tal Shane Acker terminó un corto llamado "9", que contra lo que podría pensarse, no dura 9 minutos sino 11. Y así como Neill Blomkamp tuvo la suerte de que Peter Jackson viera su corto y le financiara una ampliación para crear en definitiva "Distrito 9", a Acker le pasó lo suyo con Tim Burton (no es la única coincidencia: ¿por qué "Distrito 9" y "9", ambas terminadas en 9, se estrenan en 2009...? ¡Misterios del marketing!). El caso es que, en forma paralela, el mundo se encamina hacia un apocalipsis sin precedentes, si no en el estilo (los colapsos medioambientales no son algo que nunca haya ocurrido, y si no díganselo a los mayas), en la escala al menos, y eso el cine de Hollywood lo ha ido recogiendo con fuerza cada vez mayor ("2012", "Terminator: La salvación"...). "9" se incorpora de lleno en esa corriente fílmica, de supervivientes tratando de reconstruir un mundo que la codicia y la ambición humanas han dejado de a cuadritos. Que está bien, en tanto como fantasía cinéfila se quede, esperemos.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Los comentarios sobre esta peli apuntan todos a la siguiente ecuación: "imaginería buena, guión mediocre". Uno de los inconvenientes de tener que alargar un corto con una premisa muy básica, a toda una peli hecha y derecha, es la necesidad de inventarse personajes y situaciones para rellenar lo que en un principio no se puede rellenar (si hubiera hueco para eso, entonces es que el corto habría quedado cojo, y eso lo entendió bien "Distrito 9", que se inventó toda una historia de la manga para extender lo que en el corto era un pseudodocumental). Aquí, la historia de fondo en realidad es bastante básica. Y no diré que se le saca todo el jugo, porque este universo narrativo, pese a su simplicidad, daba para más (y el final, una variación del final del corto, que era buena en el corto, en la peli queda un poco colgando, todo sea dicho). Pero tampoco tiene un argumento ñoño. Entendámosnos, esta peli no es para niños sólo porque sus protas sean muñequitos y esté hecha a punta de animación digital. Aparte de las inevitables referencias cinéfilas para el público más crecidito ("Terminator" de cajón, "Alien 3" casi al comienzo, "La guerra de los mundos" en su versión 2005, etcétera), y descontando el hecho de que los protagonistas son muñecos recortados de sacos de patatas o algo así, lo cierto es que a través de ellos vemos muertes horrendas (las máquinas literalmente les succionan el alma...) además de cosas que, si fueran personajes humanos, llamaríamos "mutilaciones". No en balde, en Estados Unidos le dieron un buen PG-13. Inexplicablemente, en Chile la estrenaron como Todo Espectador, quizás para maximizar los ingresos de una peli que no venía con una gran campaña publicitaria, o simplemente porque "es de animación, y es de Ciencia Ficción, vamos, qué tanto puede ser"... Quizás eso explique su éxito más bien modestísimo: para los niños es demasiado cruda, quizás incomprensible más allá de las secuencias de acción, y a los adultos puede mosquearles ese tufillo a infantil que para muchos todavía tiene la animación (culpa de Disney y de Pixar, todo sea dicho). La verdad es que, en cuanto a salvajismo, este universo postapocalíptico no tiene nada que envidiarle a "Mad Max" o "Terminator". Cada ytantas escenas, vemos algún cadáver humano, calaveras humanas con la carne ya carcomida, ruinas y más ruinas, y un ambiente general de desolación que pocas pelis postapocalípticas son capaces de transmitir hasta ese punto. Sumado a que como los protas son muñecos, toda la imaginería visual es GRAAAAAANDEEE. Y las máquinas (el villano) son verdaderamente terroríficas y amenazantes, de manera que la sensación de acoso en la peli es constante. Tampoco tenemos alivios cómicos ni momentos metatextuales: esta peli se toma muy seriamente en serio, si se me permite la redundancia para enfatizar el punto, y no hace concesiones al espectáculo con héroes chulescos (no demasiado, al menos), ni con pirotecnia excesiva de CGI, ni con el sobadísimo humor "para toda la familia" de toda la vida. Dura apenas 79 minutos, algo más de una hora y un cuarto, pero el metraje se alarga y se alarga, no porque se haga aburrida, sino porque lo opresivo del ambiente descrito se te mete a la vena y te hace vivir una experiencia mucho más intensa que el cine hollywoodense postapocalíptico al uso.

-- La estética de la peli cuenta como lo mejor de ella. Es un futuro postapocalíptico, vale, pero la peli se niega, con gran acierto, a ser el enésimo refrito de "Terminator", "Mad Max" o "Matrix". En vez de eso, adopta una estética bastante cercana al Dieselpunk, tomando motivos y elementos de la imaginería de inicios del XX. Así, las ciudades bombardeadas y las trincheras lucen un poco como las imágenes de la Primera y la Segunda Guerra Mundial, el Canciller que aparece en los documentales como generando los desastres que llevarán al apocalipsis global tiene todo el aire de un Adolf Hitler, si no en apariencia por lo menos en lo accesorio (banderas de emblemas negros sobre fondos rojos, uniformes y cascos SS, etcétera), e incluso la manera de narrar la peli a ratos está cercana al Expresionismo o al Cine Noir en cuanto a luces y sombras, al gigantismo de los escenarios, o a la manera de tratar la información. Todo esto envuelve con acierto un guión esforzado, pero aún así débil, y crea de verdad el mundo de pesadilla futurista que en definitiva se supone que estamos viendo.

IDEAL PARA: Ver un aporte al cine postapocalíptico modesto en sus pretensiones, pero a la larga mucho más valioso que otras producciones más aparatosas y en definitiva más mediocres sobre el mismo tema.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "NUEVE":

-- "Número 9 - Gran Sorpresa" en Tierra de CINÉfagos.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Corto "9", expandido posteriormente a la peli en comento [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 2 de diciembre de 2007

"Beowulf" (2007).


-- "Beowulf". Estados Unidos. Año 2007.
-- Dirección: Robert Zemeckis.
-- Actuación: Ray Winstone, Anthony Hopkins, Angelina Jolie, Crispin Glover, Robin Wright Penn, John Malkovich, Brendan Gleeson, Alison Lohman.
-- Guión: Neil Gaiman y Roger Avary, basados en el poema épico de autor anónimo.
-- Banda Sonora: Alan Silvestri.

-- "Beowulf" en IMDb.
-- "Beowulf" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dinamarca, año 507. El rey Hrothgar está de plácemes porque ha construido una pequeña expansión a su DFL-2. En su nuevo salón del trono organiza una orgía de proporciones en donde corre la hidromiel, y de atracar núbiles doncellas ya no hablemos. Pero los gritos y la alegría hacen rechinar los tímpanos del pobrecito Grendel, qué culpa tiene él de que no lo hayan invitado por ser tan monstruoso, así es que Grendel aparece y hace pintufirra de guerreros. Hrothgar decide entonces que su nuevo salón de banquetes deberá ser cerrado, su palacio está maldito, etcétera. Y paga una buena suma de dinero para que emprendan una, ejem, acción punitiva en contra de Grendel. Al llamado acude nada menos que... ¡¡¡CHACHÁAAAAANNNNNN!!! ¡¡¡BEOWULF!!! Que para eso es muy recio y muy macho, el amigote. Beowulf llega echando pachotadas, como cualquier bárbaro que se precie de tal, y promete deshacerse del indeseable porque, verán, yo soy... ¡¡¡BEOWULF!!! ¡¡¡HUAAAAAÁ!!! Además que Beowulf será muy amigo de Hrothgar, pero la esposa nueva de éste se ve más que amigable, lo que es otro motivo para quedarse... Y si creía Beowulf que todo se reduce a hacer trizas un monstruo, pues bien, no es tan así, porque por detrás de Grendel está nada menos que su madre, una mujer demonio muy bien representada por el cuero de escándalo de Angelina Jolie. Algo huele podrido en Dinamarca, y las cosas se pondrán muy bárbaras por allí...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Si una década antes, en plena era "Mátrix" o "Starcraft", alguien se hubiera atrevido a profetizar el regreso del epic medieval en plena gloria y majestad, hubiera pasado por un lunático. El futuro en aquellos años era el cyberpunk, el steampunk o el darkgoth. Pero bastó la irrupción de "Gladiador" el 2000, y "El Señor de los Anillos", y en menor medida de "Harry Potter y la Piedra Filosofal", ambas del año 2001, para demostrar que, merced a los novísimos usos del CGI, aún había lugar para los epígonos de "Conan el bárbaro", y del fantástico épico en general. De las tres, la más destacada era por supuesto "El Señor de los Anillos", aunque fuera porque Tolkien se robó ideas de medio universo literario medieval para construir su saga épica (el "Kalevala", las "Eddas", "El anillo del nibelungo"...). Así, pues, si Tolkien se había robado ideas de "Beowulf", entre otras fuentes... ¿por qué no adaptar derechamente el poema épico? La empresa había sido tentada algunas veces (hay una versión de "Beowulf" de 1999, con Christopher Lambert, sí, el mismo de "Highlander", y "13 guerreros" puede ser vista y de hecho es una relectura en clave moderna del mito de Beowulf), pero ahora había llegado el momento de hacerlo por la puerta ancha, con toda la riqueza visual que un buen financiamiento made in Hollywood podía permitirse. Y el resultado es bueno. Francamente bueno. De lo mejor que ha parido el cine 2007.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos por el apartado visual. Este es... cómo decirlo... Bien, usaron la técnica de rodar a los actores en vivo, y luego digitalizarlos para meterlos a la computadora (¿no suena como el argumento de "TRON"?). Y la técnica resulta... La mitad del tiempo. Las escenas que requieren manejo corporal (batallas, pachotadas entre personajes, Angelina Jolie haciéndole niriñaques a Beowulf), a pesar de su feeling videojueguil, están la mar de bien. Pero las escenas que requieren mayor intimidad, de conversaciones cerradas entre dos personajes y cargadas de emoción, quedan un tanto en deuda, más que nada porque hay cosas que esta por ahora novísima técnica no es capaz de captar (el brillo de los ojos, gestos faciales menores, etcétera). Pero como los sospechosos de siempre que van a ver "Beowulf" son los amantes de la escabechina y de las frases pulidas para el bronce, y no los bebedores de dramones victorianos, entonces estamos bien.

-- La peli resulta ser inesperadamente cruda, incluso para los cánones de una peli fantástica. Esto vale no sólo por la cantidad de muertos bien escabechinados (mutilados, rotos por la mitad, quemados...), sino también por el planteamiento de situaciones morales un tanto escabrosas, de parte incluso de los "buenos": traición, adulterio, incesto, orgullo, ambición, mitomanía... Defectos que cualquiera puede tener, sea "bueno" o "malo". Un aspecto no menor es el tratamiento de la religión. Los héroes son fieles adoradores de Odín y los dioses paganos, y las escasas referencias a los cristianos son para denostarlos, una opción bastante valiente tratándose de una peli procedente de un país en el cual todos los grandes estudios tradicionalmente temen a los grupos de poder evangélico. Resulta curioso que no haya ningún pope ni pastor histérico llamando a boicotear una peli tan crasamente pagana como ésta... Todo lo anterior habla muy bien, por cierto, de Robert Zemeckis, tipo que antaño combinara calculadamente audacia visual con mensajes muy políticamente correctos, como en "Dos bribones tras la esmeralda perdida", "Volver al futuro", "Quién engañó a Roger Rabbit", "La muerte le sienta bien", "Forrest Gump", "Contacto" o "Náufrago". Esta debe ser su peli más osada, no tanto en el apartado visual como desde el punto de vista de las ideas. ¿Habrá por fin nuestro buen Zemeckis salido del closet...?

-- Esta es, ¡por fin! una película pagana en plena forma. Tolkien pudo haber transformado la Literatura Epica para siempre y para bien, pero uno de sus legados más nefastos fue haber inyectado una fuerte dosis de Cristianismo en sagas épicas que no sólo podían prescindir de éste, sino que además resulta un condimento extraño en la mezcla. Es cierto que las sagas épicas medievales más tardías están impregnadas del elemento cristiano (rastros de esto pueden verse en las elaboraciones más tardías del "Kalevala" o en los relatos de caballería desde el "Amadís de Gaula" y el "Tirante el Blanco" en adelante), pero en las más tempranas, compuestas por bardos germánicos ("El anillo de los nibelungos") o vikingos (las "Eddas"), no hay elemento cristiano por ninguna parte, y el ethos es plenamente bárbaro, de una lucha de todos contra todos por valores como la grandeza, el honor, etcétera, a diferencia de la obra tolkieniana, en donde los buenos y los malos están más que bien alineados de acuerdo a sus opciones éticas, more christiano, y todo respira un ethos bíblico que te meas. En el "Beowulf" de Zemeckis, por el contrario, encontramos bien caracterizado ese ethos bárbaro en donde todo lo que importa es la gloria y el honor, lo que implica ser arrogante, pasarse de la raya... Un ethos en el cual "soy bárbaro y tomo lo que se me antoja porque soy bárbaro, y qué". Los puristas dirán que falta esto o aquello, que Beowulf es un personaje débil o un tipo sin mucha estampa de héroe. Vale, pero no es el único caso en la épica mundial, de guerrero rendido a sus propias pasiones (ahí están Aquiles, Sansón, y un largo etcétera). Hay películas que son bárbaras porque sus personajes son bárbaros. Esta peli es bárbara porque su espíritu es bárbaro. Hay una sutil, pero importante, diferencia, entre ambas cosas.

-- Las actuaciones son, sin ser descollantes, bastante buenas. Ray Winstone compone un Beowulf carismático y encantador, a pesar de sus más que evidentes flaquezas morales (es un bravucón y un mentiroso patológico, la menor de ellas). Anthony Hopkins compone un gran Hrothgar, un rey al que la corona le queda claramente grande, que bajo su exterior actual libertino y despreocupado pueden adivinarse las trazas de lo que antaño pudo ser un gran y noble guerrero (como Beowulf, justamente). Robin Writh Penn y Alison Lohman dan de sobra el tipo de dama cortesana de la época (aunque me pregunto si Fredegunda, Brunequilda o Rosamunda no habrían sido más de armas tomar). Y en cuanto a Angelina Jolie, pues bien... Mmmm... Miren, eso de ser el demonio tentador femenino le queda estupendamente bien, y sigue manteniendo una academia envidiable, pero a cambio, sus intentos de hablar con voz seductora lucen como de mujerzuela barata, y le quitan bastante encanto a un personaje que supuestamente debía cortar el aliento, y que... pues bien... puede hacerlo si uno se tapa los oídos. Mención especial para el actor que interpreta a Grendel, que no es otro sino Crispin Glover, a quien todos aprendimos a querer desde que interpretara al Flaco Tenebroso en "Los ángeles de Charlie" (sí, y también en su espeluznante secuela, la cual no mencionaré aquí).

IDEAL PARA: Ver una película épica y bárbara con músculo, visualmente atractiva y con un contenido ideológico que escapa a las ñoñoconvenciones tópicas del género.

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