11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
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miércoles, 16 de febrero de 2011

"Antes de las lluvias" (2007).


-- "Before the Rains". Estados Unidos / India / Inglaterra. Año 2007.
-- Dirección: Santosh Sivan.
-- Actuación: Linus Roache, Rahul Bose, Nandita Das, Jennifer Ehle, Leopold Benedict, Dr. Ambikathmajan, Indrajith, Lakshmi Krishnamurthy, Lal, John Standing, Thilakan, Ejji K. Umamahesh.
-- Guión: Cathy Rabin, basada en el guión de Dan Verete.
-- Banda Sonora: Mark Kilian.

-- "Antes de las lluvias" en IMDb.
-- "Antes de las lluvias" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La India, 1937. Mientras flotan vientos de libertad sobre la colonia más grande del planeta, un hacendado británico decide que es buena idea construir un camino privado para... ¡explotar la jungla! ¡depredar el medio ambiente! ¡generar capitales para el colonialismo británico! Nuestro simpático emprendedor, por su parte, se ha avenido lo más bien con una nativa que está buena y es simpática, a escondidas por supuesto porque ella es casada y ya sabemos cómo son las cosas con esos nativos salvajes y sus costumbres supersticiosas, que por un nada arman una rebelión y rechazan a Occidente y etcétera. Se supone que el asunto no tendría consecuencias de ningún tipo, pero las cosas siempre pueden enredarse un poco más. Por ejemplo, puede ser que el técnico ingeniero del asunto, que es un indostánico, también esté verde por la chica aunque por respeto a la raza, el clan y todo eso, tenga que quedarse en dique seco y mirando con ojitos de cordero degollado. Puede ser también que el marido sea un zurrador de los buenos, de como tienen que ser los maridos, que hay que pegarles porque si ellos no saben la razón, seguro que ellas sí. Puede ser también que llegue la esposa desde el extranjero con el hijo y entonces la relación no tiene más remedio que acabarse. Y puede ser que la nativa, dentro de la simplicidad mental propias de las razas inferiores, decida encapricharse porque ella está enamorada del príncipe azul en su palacio, y se niegue a entender razones, y entonces...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá por 2002 hubo una peli llamada "Yellow Asphalt", que servidor General Gato quien esto escribe no ha tenido ocasión de ver, y que según se ha informado por aquí o allá, trataba sobre incidentes entre israelíes y palestinos. Uno de los tres segmentos que la componían pareció lo suficientemente bueno como para merecer un remake, ahora por todo lo alto como una peli entera. Y como la historia es universal, atemporal, etcétera (el clásico Romeo y Julieta, sólo que en este caso Romeo es un niñato caprichoso de mierda), lo trasladaron a la India de los '30s. Con toda la suntuosidad de Merchant Ivory Productions, todo sea dicho. Quien manda aquí es claro: aunque su director es Santosh Sivan, se la promociona estridentemente como una "Merchant Ivory", lo que significa que encontraremos una suntuosa recreación de época, un guión cuidado, y esa cosa muy british y flema de mantenerse siempre dentro de la orilla (además de un mensaje intrínsecamente conservador, que James Ivory no es precisamente un rojo). El resultado fue una peli que tuvo un cierto éxito con la crítica, pero como de costumbre, no arrasó en público, y tuvo una explotación más bien fugaz en los circuitos de cine arte. Como de costumbre, repito.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digamos de entrada que es el típico producto Merchant Ivory Productions. Lo que por supuesto es una buena noticia. Vale que el estilo de cine promocionado por James Ivory se siente a ratos un poco trasnochado, como si el hombre se hubiera quedado pegado en el cine histórico de los '60s, pero el hombre al menos es respetuoso con la historia y los entornos que narra, y pulsa los resortes narrativos del melodrama a través de los personajes, no mediante el lacrimógeno chantaje sentimental. Ante la poderosa voluntad del capital británico, la India se doblega una vez más, y la voz de Santosh Sivan (que había rodado cosas como "Asoka", "Novia y prejuicio" y "Un toque de especias") se pierde por completo aquí, subsumida ante la voluntad mayestática, sublime e imperial de Merchant Ivory Productions (James Ivory no tuvo nada que ver, pero suponemos que la gente que lo ha sucedido viene cooptada, así es que hay un sello que se mantiene en el tiempo). Desde ese punto de vista, aunque la peli huela un poco a trasnochada, como a algo que podía haberse rodado diez o veinte años antes (más o menos en la época de "Gandhi" o "Pasaje a la India"), aún así se mantiene sólidamente en pie. Ayuda por supuesto un guión endemoniadamente bien construído, la clase de historia en que las circunstancias se van enredando bien enmarañadas las jodías para que todo, cuando parezca estarse resolviendo, vaya un punto más con rumbo hacia el desastre. Y bueno, aunque no lo crean, el final no es tan predecible como pareciera (aunque muchos aspectos del mismo quedan más entregados a la intuición del espectador, que literalmente mostrados en escena, lo que por otra parte tampoco está mal, en una época en donde el grueso de las pelis te dan todo insultantemente cocido y masticado para que no pienses). Y todo esto, abordado con sencillez y recato intelectual, sin tratar en ningún minuto de forzar las cosas para mandar mensajes o cosas así. O sea, una pequeña joyita de peli.

-- La peli presenta un punto de humor involuntario, cuando trata de ser ecuánime con británicos e indostánicos (después de todo, hubo capitales de ambos involucrados, y el asunto se rodó in situ, en la India), y al final termina quedando mal con todos. Porque trata de ser respetuoso con los nativos, pero no puede evitar mostrar su primitivismo con una mirada de "mira cómo son estos salvajes, qué bueno hemos venido para traerles la civilización" (parte importante de la trama es que como telón de fondo están estallando los primeros fuegos de la emancipación de la India, que vendrá a la vuelta de diez años, pero las consecuencias más filosas de ese tema son pasadas un poco en sordina). Con decir que el único indostánico "bueno" y civilizado en toda la historia es el ingeniero que fue a una escuela occidental, y aún así, el pobre hace el ridículo siendo el tapete del británico para todo (incluso para taparle sus cochinadas Triple X), y de la chica, que es tonta como una esponja, mejor ni hablemos. A la vez, tratan de no ser demasiado heroicos mostrando a los británicos, pero a la larga igual acaban justificándolos (la esposa es buena y noble, el esposo es un fresco-'e-raja pero "igual la quería", y sólo el banquero aparece con rasgos que podríamos llamar derechamente imperialistas). O sea, el mensaje subliminal de la peli (Ivory Merchant Productions, recordemos) es que el imperialismo británico tenía sus cositas malas, sí, a veces a los latifundistas ariosajones se les iba la mano con las nativas, pero es que vamos, con gente tan bruta que recurría a ordalías y cosas así para juzgar en tribunal a las personas, es una suerte que llegaran los europeos a traerles... ¡Progreso! (y miren los malagradecíos como agradecen, queriendo independizarse, habráse visto). Quizás el asunto no sería tan chocante si fuera un poco más abierto, pero lo divertido del caso es que tratan de limar todos los aspectos más sensibles del tema para que nadie se sienta ofendido, y el resultado es una peli tan políticamente correcta, que resulta hasta cómica en algunos pasajes. Al menos, el cine clásico de "británicos en la India" tenía la desvergüenza de mostrar su racismo abiertamente, en vez de camuflarlo, lo que podrá no ser mucho más edificante, pero al menos es más honesto ("Gunga Din", sin ir demasiado lejos).

-- Un punto importantísimo de esta peli son las actuaciones. Los actores en general están muy bien dentro de sus roles, y consiguen evitar que la peli naufrague en un mar de estereotipos. Linus Roache, eterno secundario de pelis como "Las crónicas de Riddick" o "Batman inicia", compone de manera extraordinaria a un hacendado que en el fondo es un niñito mimado de la fortuna que presiona su buena suerte más allá de lo que debiera, y que a pesar de lo repelente que es su personaje, hasta da lástima y todo por cómo las cosas se le van torciendo a medida que va pasando la peli. Nandita Das es su contrapunto perfecto, la chica indostánica que se enamora de su amo y señor con algo más parecido a la obnubilación que otra cosa (y lógico, si su marido es un pobre pelafustán de la aldea que para colmo es tirano y maltratador, mientras que el otro es un millonario en su búngalou, y además rubiecito de ojos azules, ahí no hay donde perderse), y que se aferra al British Dream hasta las últimas consecuencias. Rahul Bose es el ingeniero con ojos de cordero degollado, también en un estupendo papel, atrapado entre sus raíces indostánicas por un lado, y su aprecio por la labor civilizadora del hombre blanco, sin saber mucho qué hacer y sin tener claro de a qué mundo pertenece, y si bien su personaje puede parecer un tanto ridículo a ratos, su escena final en la que habla sobre el camino y los monzones explica de lleno las motivaciones que han llevado a su personaje a comportarse de la manera en que se ha comportado (y que el señor Bose saca adelante con enormidad, todo sea dicho). Jennifer Ehle por su parte es la siempre perfecta esposa británica, que se ha casado con el perfecto esposo británico, y que como el común de las hembras del mundo occidental, acabará por ser incapaz de entender que las cosas en su mundo perfecto no siempre encajan como ella querría que encajaran.

-- Mención aparte para el soundtrack, bastante ajustado a la peli, siempre contenido y funcional al relato, sin superlativos ni desmadres de ninguna clase (ni menos pretendiendo chantajear emocionalmente al espectador con violines chillando en los momentos dramáticos más estratégicos y etcétera, como suele ser costumbre en muchas pelis históricas, y de las otras también). Cortesía de Mark Kilian, como un nombre a tener en cuenta en lo sucesivo.

IDEAL PARA: Ver un drama humano bien escrito y facturado.

viernes, 19 de noviembre de 2010

"Indiana Jones y el Templo de la Perdición" (1984).


-- "Indiana Jones and the Temple of Doom" (título original en inglés), "Indiana Jones y el Templo Maldito" (título en España). Estados Unidos. Año 1984.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Harrison Ford, Kate Capshaw, Jonathan Ke Quan, Amrish Puri, Roshan Seth, Philip Stone, Roy Chiao, David Yip, Ric Young, Chua Kah Joo, Rex Ngui, Philip Tan, Dan Aykroyd, Akio Mitamura, Michael Yama.
-- Guión: Willard Huyck y Gloria Katz, basados en una historia de George Lucas.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" en IMDb.
-- "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Entre unos aires medio espirituosos, nos preparamos para entrar en... ¿un museo? ¿un templo perdido y maldecido por la memoria de los hombres? Bueno, ahí viene una chica, seguro que es la reina ancestral de una civilización maldita que... er... no. Es un número de cabaret. La chica es una cabaretera. Vestida a la poco sexy usanza de 1935, para colmo. Y después de deprimir convenientemente la sed de adrenalina que nos ha llevado a enchufarnos una de Indiana Jones en primer lugar con un numerito musical de ésos, vemos a un grupo de chinos malotes, y ya sabemos que ¡¡¡POR FIN!!! algo se cocina. En particular cuando vemos entrar a un hombre de terno blanco que, adivinamos... ¡Es Indy! ¡Yeah, Indy, vamos, enséñales a los chinos cómo lo hace un buen yanki de pro, y de paso dáles una por mí! El caso es que Indy y los chinos tienen lo que en buen espíritu empresarial se llama una negociación agresiva, que termina con Indiana Jones montado arriba de un avión y escapándose con todo su señor trasero a bordo de un avión a través de China (y con la chica cabaretera, dicho sea de paso, bienvenidos al reino de las buddy movies, pal...). Las cosas se pondrán más interesantes cuando los chinos, que son mucho chino después de todo, se les ocurran hacerle la puñetera, y los dejen varados a bordo del avión, sin combustible y a punto de enrollarse como panqueques contra alguna estribación de los Himalayas. Bueno, Indiana Jones y los pesadotes de sus acompañantes (un crío chino que está destinado a convertirse en el nuevo amiguito de los under-7, además de la cabaretera con el útero hipertrofiado a punta de arranques histéricos) consiguen sobrevivir, sólo para terminar varados en una aldea de la India. Y los atienden con respeto reverente y todo eso, pero... la cosa viene con trampa. Porque ahora Indiana Jones es reclutado para ir a la búsqueda de las míticas piedras Sankara, que garantizarán en buenas manos que la aldea crezca y prospere y ayude a incrementar la superpoblación de la India, mientras que en malas manos podría significar... ¡un nuevo imperio indostánico, la conquista mundial, el exterminio de los hebreos y los cristianos, MUAHAHAHAHÁ...!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Una peli en donde un trío de aventureros en la India regida por el Imperio Británico decide introducirse en el templo de una secta de estranguladores que adoran a la diosa Kali, que se suponía exterminada desde el motín cipayo de 1857? Me suena, me suena, me suena, como que me suena, dónde he visto eso... ¡Ah, sí! Se llama "Gunga Din", y no dudo que para los '30s fue un peliculón, pero ahora es la mar de aburrida. Pero parece que a papi Spielberg y a tiíto Lucas esa peli les traía recuerdos de infancia y efluvios sudorosos de las matinés de antaño, así es que se decidieron a rodar su propio "Gunga Din". Total, "Los cazadores del Arca perdida" había sido un taquillazo de órdago, y si con ésa se forraron, ¿por qué no iban a hacer lo mismo con la otra? Bueno, tenían razón. Costó 28 millones, y recaudó más de 300, o sea, decuplicaron la inversión. (Sí, señores, hubo una época no demasiado lejana en que no necesitabas 200 millones de dólares para rodar un blockbuster con músculo). George Lucas no quería a los nazis de malvados otra vez, así es que la rodaron como precuela, mandándose de paso la feroz metida de pata de que en "Los cazadores del Arca perdida" habían presentado a un Indiana Jones ferozmente racionalista y enemigo de lo místico (al principio claro, porque después de ver al Arca del Pueblo Elegido matando filisteos nazis a gusto, cualquiera cambia de opinión y se rinde ante el Unico Y Verdadero Dios), mientras que aquí al terminar la peli (anterior a la otra, recordemos) Indiana Jones ya está convertido a la idea de que hay magia en el mundo, cosas que el hombre no debería saber, poderes con los que no debería jugar, etcétera. El caso es que por ese tiempo Steven Spielberg estaba divorciándose de la buenorra de Amy Irving, mientras que George Lucas estaba más o menos en lo mismo, de manera que estaban muy malhumorados haciendo la peli. Y se nota. Es con lejos, la peli más oscura y siniestra de todas las cuatro rodadas a la fecha de escribir esto. Y además, la chica que aparece, a diferencia de la valerosa y decidida Marion Ravenwood (la gran Karen Allen) de la primera, es una histérica de cuidado que sólo sirve de estorbo y damisela en peligro para el machorro Indiana Jones (bonita manera de sublimar sus rencores divorcísticos, Spielberg y Lucas...). A pesar de todo, la peli tuvo el éxito brutal que detallábamos allí donde importa, o sea, en la boletería del cine, lo que propició que después llegara "Indiana Jones y la última Cruzada". Y después viniera como apéndice "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal". Sintomáticamente, mientras que ambas repiten elementos de "Los cazadores del Arca perdida" (los villanos nazis en la tercera, villanos rusos que están ahí para llenar el cupo nazi en la cuarta, además de menciones entre personajes), ninguna de las dos hace la menor alusión a "Indiana Jones y el Templo de la Perdición". Por algo será.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La mayor parte de los fanáticos tiende a considerar que de la tetralogía de Indiana Jones, y tetralogía por ahora porque vaya uno a saber si después de escribir estas líneas se dejan caer así a santo de nada con una Indiana Jones 5, la peor es "El Reino de la Calavera de Cristal". Pero servidor quien esto escribe tiene una opinión diferente: en su para nada humilde opinión, probablemente "Indiana Jones y el Templo de la Perdición" lo sea. Es una buena peli de aventuras, sí, pero hay cosas que son difíciles de tragar. Por ejemplo, a diferencia de "Los cazadores del Arca perdida", ahora Indiana Jones es ayudado por un niñito, clásica decisión estratégica que busca apelar al público infantil por la vía fácil, poniendo un poochie molón que le salve la papeleta al héroe y recibiendo los rendidos agradecimientos de éste, cumpliendo la fantasía infantil de los niños de mandar sobre el mundo adulto completo, y fastidiando a la audiencia por encima de los siete años de paso. La chica no constituye ninguna adición interesante a la trama, y si consideramos que "Los cazadores del Arca perdida" acontece después, en términos de la cronología interna de la serie (1936, contra 1935 de la en comento), es comprensible por qué ni se menciona a esta condenada histérica que no sabe ser una compañera de héroe como Dios y América mandan (bueno, por algo Kate Kapshaw tuvo una borrosa carrera actoral posterior, repuntando algo sólo en "Lluvia negra"). Por otra parte, y esto es bastante considerando que estamos en una peli de poderes místicos, magia negra y todo eso, hay cosas difíciles de tragar por mucha suspensión de la incredulidad que le echen. Veamos. Se supone que los villanos están en un palacio en mitad de la jungla. Después, Indiana Jones descubre que el verdadero guisado se cuece en las catacumbas, y desciende y desarticula todo el culto. OK con eso. Pero resulta que allá abajo también hay unas excavaciones mineras con rieles y todo (¿minas? ¿debajo de un palacio? ¿y cómo no se siente nada arriba, ni ruidos ni malos olores, nada...?). Y se pone mejor: después, cuando salen, lo hacen en sentido horizontal (no vertical), y acaban en el borde de un desfiladero, sobre cuya existencia previa no nos habían dado ninguna pista (¡en ningún minuto nos hemos movido demasiado lejos del palacio de marras!). ¿Qué tan alto, geográficamente hablando, debe estar montado un palacio para todo eso? No es imposible, claro, pero la probabilidad estadística es menor a la que existan en la realidad las dichosas piedras Sankara. Lo que nos lleva de regreso al otro lastre de esta peli. En "Los cazadores del Arca perdida" e "Indiana Jones y la última Cruzada" se trata de que los malvados nazis no se apoderen de un preciadísimo tesoro de la civilización judeocristiana para conquistar el mundo, mientras que en "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" se trata de que unas calaveras de cristal alienígena no caígan en manos soviéticas para conquistar el mundo, mientras que acá... se trata de rescatar unas mugrosas piedras de un mugroso culto hindú para salvar a una mugrosa aldea hindú. Who cares? Vale, la India es una civilización milenaria y todo, pero fuera de sus (imponentes) fronteras, ¿a quién le va o le viene? Claro, el villano en un minuto dice que con las piedras va a conquistar el mundo, pero es que si no decía eso, era para terminar de perderle todo el respeto, por mucha carcajada diabólica que le ponga. Es como "Quantum of Solace" de James Bond, que el malo no crea una plataforma orbital láser para bombardear Londres, ni tienta un pulso electromagnético mundial que nos lleve a la Edad de Piedra, ni engañar a las potencias para desatar una Tercera Guerra Mundial, y en medio de cualquiera de esas y el caos subsiguiente salir de la oscuridad y tomar el mundo, sino hacerse con el suministro de aguas de un paisillo llamado Bolivia (nada personal contra los bolivianos, pero... no es lo mismo Bolivia que Inglaterra, lo siento). Y del racismo inherente a la trama, ya presente por cierto en todas esas pelis del subgénero Imperio Británico en la India de las cuales tanto depreda (en particular "Gunga Din", como dijimos), ya no hablemos: todos los chinos salvo el niño y un secundario que muere a los dos segundos son malvados, y la religión hindú es tenebrosa y malvada, y además los malos... ¡tienen la indecencia de querer independencia y autodeterminación, mientras que los imperialistas británicos que se pasean por la India como Pedro por su casa son bondadosos y civilizados! No me extraña que la India les haya negado permiso de rodar y se hayan tenido que ir con líos y bártulos a Sri Lanka, país que tampoco debe haberse sentido tan confortable con el racismo de la movie, pero que debe estar mucho más necesitado de divisas, que la India a lo menos tiene el ciclo completo del uranio en su propio territorio para financiarse.

-- Curiosamente, una de las cosas que más se ha criticado de la peli, es probable que sea lo que salve la papeleta al final del día. Me refiero al tono oscuro de la misma. Porque en "Los cazadores del Arca perdida" teníamos un batallón de malvados nazis que amenazaban un gusto, pero que al final no eran sino la clásica panda de ineptos que con un ejército entero eran incapaces de sobreponerse a un héroe armado de pistolita y a pata. Mientras que acá, los villanos son de verdad siniestros. O sea, los joputas hacen sacrificios humanos, descorazonan a sus víctimas (no en el sentido ñoñogirl del término, sino que de verdad le arrancan el corazón y la dejan viva, los desgraciaos), te hacen beber una sangrita que te convierte en zombie, y además promueven la esclavitud infantil, horda de degenerados. Estos son villanos de verdá, joer, de los que nos gusta ver al final de la peli castigados y muertos de maneras bien gore, por eso, por malos. Una de las peores cosas que le han acontecido al mundo del cine, es la tendencia post-'80s de higienizarlo todo, so pretexto de dirigir las pelis a un público adolescente que no se vayan a pervertir los desgraciados, y con eso los villanos han perdido mucha categoría, porque si el villano no es un jopú integral, entonces no hay demasiados motivos para odiarlo (el gran daño que nos ha hecho el Guasón de Jack Nicholson en el "Batman" de Tim Burton, que nos enseñó que el villano era un pobre ser lastimoso con el que empatizar, o peor aún, el único tipo "auténtico", y no lo que verdaderamente es, o sea, una amenaza a la sociedad, la decencia, la moral, las buenas costumbres y la familia judeocristiana como Yahveh manda).

-- Lo que nadie en su sano juicio discute, es el nervio que tienen dos secuencias específicas de acción. Esta debe ser con mucho la peli menos aventurera de Indiana Jones, lo que tampoco le arroja enteros a favor, pero a cambio tenemos (después de ese improcedente numerito musical que se ve muy chulo y molón y muestra que Spielberg tiene talento tras la cámara, pero que en cuanto a pelis de acción, debe ser el peor comienzo ever) una secuencia con los chinos malosos que corta el aliento, y de la cual se puede decir cualquier cosa, menos que sea predecible lo que va a pasar al minuto siguiente. Y después está la celebérrima secuencia en los carritos mineros al final de la peli, imitada y parodiada después hasta la saciedad (se me ocurre "Viaje al centro de la Tierra" con Brendan Fraser ahora mismito), pero jamás igualada, y ya ni digamos superada. Su continuación en el desfiladero destiñe un poco, pero claro, es que la otra te deja por allá arriba, entonces era difícil mantener el nivel (además, cada vez que hay desfiladero o terraza de edificio, sabes cómo va a acabar el villano). Pero por estas puras dos secuencias, ya vale la pena darse una vueltecita por esta peli.

IDEAL PARA: Ver una de Indiana Jones que a ratos no parecerá mucho Indiana Jones, pero sigue siendo una apreciable peli de acción.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 28 de mayo de 2009

"El hombre que quiso ser rey" (1975).


-- "The Man Who Would Be King" (título original en inglés), "El hombre que sería rey" (título en México), "El hombre que pudo reinar" (título en España). Inglaterra / Estados Unidos. Año 1975.
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Sean Connery, Michael Caine, Christopher Plummer, Saeed Jaffrey, Doghmi Larbi, Jack May, Karroom Ben Bouih, Mohammad Shamsi, Albert Moses, Paul Antrim, Graham Acres, The Blue Dancers of Goulamine, Shakira Caine.
-- Guión: John Huston y Gladys Hill, basados en la historia corta de Rudyard Kipling.
-- Banda Sonora: Maurice Jarre.

-- "El hombre que quería ser rey" en IMDb.
-- "El hombre que quería ser rey" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La India, el siglo XIX: mosquitos, malaria, agua de quina, fakires, british soldiers... Un escritor yace en su mesita: es nada menos que... ¡¡¡RUDYARD!!! Vamos, hombre, si nunca has leído a Rudyard Kipling ("El libro de la selva", por más señas), mejor amárrate una piedra al pescuezo y arrójate a un pozo, que pocos escritores combinan como él la calidad literaria, la profundidad temática y la amenidad narrativa. Pero volvamos a la ficción. Está Kipling escribe-que-te-escribe, cuando aparece uno de esos hombrones medios salidos, con señas de lepra o algo peor, diciéndole "¿me recuerdas?". Y, oh, bueno, mientras me recuerdas, me zampo un trago... Aaaaaahhhhhh, better. OK, let's go. Estuve acá hace un tiempo atrás con un amigo, ¿recuerdas? El otro, como que empieza a recordar. Estaba en un vagón de tren y conoció al tipo que ahora está reducido a andrajos, sólo que en ese entonces el tipo no era una lástima ambulante sino nada menos que... ¡¡¡MICHAEL CAINE!!! Cuando Michael Caine tiraba pinta y arrancaba suspiros en los corazones de las féminas, of course. OK, el caso es que este tipo es un milico con vocación de aventurero y tendencia a hacer sus propias reglas, que al descubrir que Kipling es un hermano... (o sea, que es un masón, vamos) lo engatusa para que lleve un mensaje a... ¡¡¡SEAN CONNERY!!! (yes, Michael Caine and Sean Connery, together alive in their first cinema movie ever!!!). En las andanzas que el parcito se mueven, implica blackmailear a un poderoso rajá, haciéndose pasar por reporteros del diario esto o aquello. El problema es que el propio Kipling es el reportero del diario esto o aquello, y corre raudo y veloz a hacer el acusete. La azotaína que les iba a caer era de encargo, pero resulta que el par de caraduras saben demasiado sobre cierto asunto que implica a cierta hermana de cierto funcionario que tenía que castigarlos, así es que la pena misteriosamente se hace más leve. Pero como los monzones de la India no son muy favorables para el espíritu emprendedor del par de caraduras, pues bien, prefieren sanearse un poco de los aires palúdicos de la India y le comunican a Kipling que irán a un país más allá de todo lo conocido, llamado Kafiristán, en donde se aprovecharán de los buenos nativos enseñándoles técnicas militares y haciendo a uno de sus reyezuelos el más poderoso, y después... ¡¡¡adios reyezuelo!!! Y serán reyes. El plan es bueno, si exceptuamos el hecho de que nadie ha conquistado Kafiristán desde la época de Alejandro Magno, 2214 años atrás (luego, la historia nos sitúa en 1886), que antes hay que pasar por territorio afgano y los afganos en la época no son los talibancitos de chocolate que les echan un par de Bush encima y se les cae el país entero, y que en Kafiristán las cosas se pondrán peor cuando se los tome no por reyes, sino... por dioses...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque no lo crean, hubo una época en que hablar de colonialismo e imperialismo era políticamente correcto, y que nadie dudaba de que sobre las cansadas espaldas del conquistador caucásico pesaba la Sagrada Misión del Hombre Blanco de extender la civilización por todo el planeta, con sus hordas de salvajes nativos incluidos (quienes, en agradecimiento por el precioso don que Occidente compartiría con ellos, deberían aceptar felices su propia sumisión, así como el expolio inmisericorde de sus recursos naturales, y de la manera en que el Museo Británico se engordó con colecciones egipcias auténticas ya no hablemos). Bueno, no me refiero a George W. Bush y la Neocon Imperialistic Orchestra, o a los termocéfalos idealistas del Project for the New American Century. Me refiero al Imperio Británico y su generoso idealismo en llevarles la civilización a africanos y asiáticos, a sangre y fuego si fuera preciso, faltaba más, si no se los puede dejar solos y hay que protegerlos de sí mismos, caramba. En este contexto floreció Rudyard Kipling, que compensa su espíritu reaccionario con una gran prosa literaria y un enorme empuje narrativo, cualidades ambas hoy por hoy lamentablemente perdidas en la mayor parte de los escritores actuales. Durante la primera mitad del XX, Kipling fue un escritor bastante socorrido para el cine, porque el colonialismo aún era de bon ton, y aún en fecha tan tardía como 1967, Walt Disney se dignó de hacer su propio "El libro de la selva", por no hablar de las varias versiones de Kim de la India y similares. No es raro que John Huston, director que hacía un tipo de cine que ya lucía un tanto old-fashioned en su propio tiempo, y ya no digamos en el nuestro, se fijara en este relato kiplinguesco para realizar una adaptación fílmica. El proyecto tardó cerca de veinte años en cuajar: se suponía que iban a protagonizarlo Humphrey Bogart y Clark Gable, después Burt Lancaster y Kirk Douglas, después Paul Newman y Robert Redford... Bueno, seamos justos, Huston tenía visión en esto, cualquiera de las dupletas protagónicas hubiera sido un lujo. Cuando logró realizar esta peli (en una época en que ya los primeros propuestos estaban los dos criando malvas), el testigo cayó en Sean Connery y Michael Caine, ambos actores hot en su época, potenciándose mutuamente en la que probablemente es una de las más grandes aventuras de sus vidas. Sus vidas fílmicas, al menos. Tan grande, que en español es conocida nada menos que con ¡¡¡TRES!!! nombres distintos: "El hombre que quiso ser rey", "El hombre que sería rey" o "El hombre que pudo reinar".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una buena-y-vieja historia de aventuras. De las como las de antes. Cuando lo que importaba era tener una historia con empuje, sin necesidad de adornarla con truculentos FXs para engañar a la audiencia. Es altamente probable que el espectador promedio, intoxicado con cosas como Dragonball Z o Naruto, no le encuentre el chiste a una de aventuras en donde los protas carecen de superpoderes (seguro que si hicieran el remake ahora, para venderlo tendrían que hacer que fueran dioses de verdad y tener superpoderes molones, o algo así). Pero quien ame la aventura por la aventura, la aventura de toda la vida, tendrá acá una gran peli: protas caraduras, viaje, llegada a un país exótico, héroes tomados por dioses... Todos los ingredientes están acá. Quizás lo único que falta sea una subtrama romántica para que el cuadro sea completo, pero créanme: no se echa en falta. Bueno, hay un encaprichamiento romántico por ahí. Y están esos subtextos homoeróticos propios de toda camaradería demasiado íntima entre dos coprotas masculinos... Ah, no, eso no, olvídenlo, se me olvidaba una escena en donde Michael Caine deja bien claro que él es machito (una escena en que le ofrecen el efebo que elija, para su placer personal). Bueno, es la costumbre, perdón.

-- Masones macarras. Así como suena. Lo repito. Masones macarras. Porque eso son los protas, dos hermanos que andan permanentemente al rebufo de su logia por caraduras. (De esto, la peli se aprovecha para hacer una británicamente sutil burla de la Masonería en general, ehm: ¿recuerdan ese episodio de los Simpsons en que Homer Simpson termina de jefe en la venerable y antigua hermandad de los magios? Bueno, ya saben a quién le robaron el guión). E interpretados por dos héroes en estado de gracia, como son Sean Connery y Michael Caine. Ya saben por dónde pueden irse metiendo "Desde el infierno" o "La liga de los caballeros extraordinarios".

-- Démosle algo de crédito a John Huston, idolatrado director de cine (idolatrado por "los que saben", vamos, que quien sea lector atento y habitual de Cine 9009 sabrá que tengo una opinión en general buena de él, pero con cierta displiscencia). John Huston se mueve como pez en el agua en dos registros, el Cine Noir y el cine histórico, justamente por ese preciosismo formal que posee (y al que, digámoslo, sacrifica la carne y substancia de los personajes, muchas veces, algo que en esta peli no se nota porque es de aventuras). En muchos sentidos, para el venerable hombre tras "El halcón maltés", "El tesoro de la Sierra Madre", "Mientras la ciudad duerme", "La Reina Africana", "Moby Dick", "La noche de la iguana", "La Biblia" o "La carta del Kremlin", esta peli es casi testamentaria. Ya en esos años, el estilo de cine que practicaba Huston había quedado por completo demodé. De no ser por Sean Connery o Michael Caine, uno podría buenamente pensar que esta peli fue rodada veinte años antes. Pero Huston hace lo que sabe hacer, y lo hace bien. Recurriendo a los siempre bien socorridos paisajes de Mauritania, crea un Kafiristán pobretón, y a la vez terriblemente épico, sacándole el máximo partido posible a todos los escenarios (las secuencias de viaje son pura épica gracias a sus grandiosas tomas panorámicas). Tampoco se engolosina con las escenas: apenas ha dicho todo lo que tiene que decir de alguna, introduce de manera espartana, y vamos a la siguiente escena. El resultado es que la peli dura un cachito más de las dos horas, pero al terminar pareciera que hubiéramos asistido a una de esas producciones monumentales de tres horas en que han pasado muchas cosas y hemos visto mucho mundo. Ya Peter Jackson podría haber aprendido un poco de acá para realizar sus mayestáticas producciones épicas.

IDEAL PARA: Ver una peli de aventuras hecha como corresponde, caramba.

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