11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
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domingo, 3 de marzo de 2013

"Django sin cadenas" (2012).


-- "Django Unchained" (título original en inglés), "Django desencadenado" (título en España). Estados Unidos. Año 2012.
-- Dirección: Quentin Tarantino.
-- Actuación: Jamie Foxx, Christoph Waltz, Leonardo DiCaprio, Kerry Washington, Samuel L. Jackson, Walton Goggins, Dennis Christopher, James Remar, David Steen, Dana Michelle Gourrier, Nichole Galicia, Laura Cayouette, Ato Essandoh, Sammi Rotibi, Clay Donahue Fontenot.
-- Guión: Quentin Tarantino.
-- Banda Sonora: Elayna Boynton.

-- "Django sin cadenas" en IMDb.
-- "Django sin cadenas" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1858, dos años antes de la Guerra Civil (que comenzó en 1861... ¡la magia de los cartelitos explicativos de Hollywood!). Una caravana de nigrous está siendo llevado con cadenas y too por un par de esclavistas en medio de la noche. De pronto son interceptados por un tipo con una carreta, al que vemos hablando con parsimonia y reconocemos como Christoph Waltz, así es que sabemos que va a quedar la de Dió 'e Cri'to aquí, si a estas alturas ya es cliché que una Tarantino Movie parte con escena dialogada que remata en BANG-BANG YOU'RE-DEAD. Y... y... ¡Y no falla! Después de un poco de conversa porque el hombre anda buscando a un esclavo en particular y los esclavistas se niegan a vender tal esclavo a su misterioso comprador en la noche, vuelan los disparos, los esclavistas a fertilizar el Salvaje Oeste (bueno, el Salvaje Sur, que es como lo mismo pero con menos desierto, más villorrios y más puritanos obtusos). Y nuestro hombre, que es un dentista alemán metido a cazarrecompensas (¡¡!!), se lleva a un esclavo llamado Django, que sabe la ubicación y el look de un fugitivo de la ley. A cambio, el dentista alemán promete manumitir al pobre objeto de derecho y convertirlo en... ¡¡¡PERSONA!!! ¡¡¡SER HUMANO!!! Ante la ley, eso es. Después de cargarse a otro tipo por el camino (ahí van otros diez minutos de peli... es una de Tarantino, después de todo), diseñan toda una mise-en-scène para capturar al tipejo, ya que está trabajando para... ¡Don Johnson! (el actor resucitado de turno para la peli... es una de Tarantino después de todo). Después de un simpático tiroteo, y de una batallita con un proto KKK (que se lleva como otros diez minutos de peli... es una de Tarantino, después de todo), los protas enfilan hacia el gran objetivo objetivoso de la peli: rescatar a la negrata que es la mujé del Django en cuestión. A estas alturas Django es libre y too, pero el alemán y el negro ya se han hecho amigos (miren cuánta compasión social, este alemán seguro que medio siglo después hubiera sido espartaquista), y ambos emprenden la misión. ¿Para ir y rescatar a la chica a sangre y fuego y sembrar el caos y la destrucción? ¿Acaso piensan que voy a poner otra vez eso de... es una de Tarantino, después de todo...? Pues no. Lo van a hacer mediante un convolucionado plan que ríanse ustedes de los culebrones made in Brazil. ¿Y cómo va a acabar la cosa? Déjenme darles una pista. Esto no es el Conde de Montecristo. Así es que el falible plan infalible como Misión Imposible pero en chapucero, en algún punto se va a ir al puto reverendo demonio, y estallarán los tiros in ya feis. ¿Por qué? Bueno, porque... vamos, sé que se la saben, cántenla conmigo... Es una de Tarantino, después de todo.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Si hubiera que resumir la carrera de Quentin Tarantino en cinco letras, elegiría, a ver... ¡Dénme una J! ¡Dénme una O! ¡Dénme una D! ¡Dénme una E! ¡Dénme una R! ¡¡¡J-O-D-E-R JOOOOOODEEEEEER!!! ¡¡¡WIIIIII...!!! "Perros de la calle" era una revisión del noir pasado de roscas, "Pulp Fiction" era una revisión del noir posmo y más pasado de roscas todavía, y "Jackie Brown"... ah, "Jackie Brown". La vez en que Tarantino trató de hacer una peli algo más normalita, la taquilla no respondió, y Tarantino que estaba malacostumbrándose a eso de que le palmearan la espalda y le llamaran niño genio, empezó a gritar con megáfono que ¡¡¡NOOOOOO!!! ¡¡¡VUEEEEEELVAAAAAANNNNNN!!! ¡¡¡VUEEEEEELVAAAAAANNNNNN!!! ¡¡¡RECONÓZCANMEEEEEE!!! ¡¡¡ADÓRENMEEEEEE!!! ¡¡¡SOY UN PUTO GENIOOOOOO...!!! El resultado fue que se inyectó una dosis de hormonas de las hipermusculares y se hizo aún más Tarantino que nunca con "Kill Bill parte 1" y "Kill Bill parte 2", de las cuales viendo la segunda la primera salía completamente sobrando. Luego vino "Death Proof", que la vieron cuatro pringaos (ni yo la vi), y ya escarmentado de eso de hacer experimentos, decidió concretar, solidificar, cristalizar su fórmula en una peli sin parte 1 ni parte 2 ni grinjauses ni tonteras. "Bastardos sin gloria" fue el resultado, y se llevó el aplauso de todo el mundo excepto el de Cine 9009, por razones que leerán una vez que pinchen en el enlace y accedan al comentario en cuestión, si no lo han leído. Pero por alguna razón, uno reincide. Uno no aprende. Igual decían que "Django sin cadenas" estaba buena. O al menos no se mandaba tanto desmadre idiota como "Bastardos sin gloria" (por alguna razón, lo dicen los mismos que no encontraron ningún desmadre en "Bastardos sin gloria", o los minimizaron como "detallitos"... algo debería decir). Así es que fuimos al cine. Pagando la entrada. Y la vimos. Como un campeón. ¿Por qué me incluyo a mí mismo en este comentario si es que el comentario es sobre la peli, no sobre mí mismo viendo la peli? Bueno, por dos razones. Primero, porque yo soy tan egocéntrico como Quentin Tarantino, si no más (además, yo soy un genio de verdad... él sólo sabe ganar dinero). Y segundo, porque es POSMO, ¿ya? POSTMODERNO, óigale. Que con esto del postmodernismo, el comentario cinéfilo es un arte muerto como las estatuas de Ramsés el Grande. Que da para escribir cualquier marranada. Por ejemplo, miren: ¡¡¡WAKA WAKA WAKA!!! ¿Ven?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Parece que en algún punto entre "Bastardos sin gloria" y la que nos ocupa, Quentin Tarantino se acordó de que a veces las pelis necesitan... ¡historia! O sea, no una especie de gelatina tentacular desparramándose sobre las sufrientes y castigadas mentes del espectador, sino un hilo conductor claro y preciso. Que para culebrones confusos y sin fin ya está la vida misma, gracias (piénselo: todas las subtramas de sus amigos, compañeros de trabajo, conocidos, etcétera, de las que ud. es espectador, puede que queden interrumpidas de manera brutal cuando usted fallezca... y se quedará usted sin saber el final. IT NEVER ENDS). En "Django sin cadenas", Quentin Tarantino modera su estilo marca de fábrica, y por primera vez lo pone al servicio de una historia. Mientras que las pelis anteriores eran artificios puro-estilo-nada-de-substancia, o dicho de otra manera, homenajes vacíos a estéticas cinematográficas añejas (artes marciales made in Hong Kong en "Kill Bill", el noir y la serie B policíaca en "Perros de la calle" y "Pulp Fiction", el blasplotaichon en "Jackie Brown", el horror gore serie B en "Death Proof", el cine bélico anti-Hitler en "Bastardos sin gloria", aunque minimizado en este último), aquí hay una historia de fondo que vale la pena contar y referir, más allá de la pirotecnia habitual made in Tarantino. Bueno, lo de "vale la pena" es opinable. Porque por supuesto, para Tarantino "elipsis" es una palabra que se escribe con H, así es que bueno. Además, el guión no puede evitarse alguna vuelta idiota de tuerca únicamente para que las balas tengan ocasión de dispararse (luego le critican a Michael Bay por esto mismo... hay que ser consecuentes, digo yo, o los apaleamos a los dos o a ninguno). La más idiota es por supuesto cuando la peli ya va marchando hacia la resolución de todas las tramas, los protas están a punto de salirse con la suya... y el dentista alemán hace algo estúpido, increíblemente estúpido, salvajemente estúpido, tanto que ni siquiera parece alemán, y además algo fuera de personaje porque todo lo que había hecho hasta el minuto para ayudar a Django iba en la dirección en la que estaba ahora, y bueno... la peli se alarga un 50% con un tiroteo primero, y luego cuando creemos que la cosa se acabó, viene otro latazo y un segundo tiroteo, y ahora sí que sí (no sé si debió contar como anuncio de spoilers, pero francamente me da lo mismo: el tercio final de la peli me aburrió a morir, y no seré yo quien los envíe como borregos al matadero, mis pobrecillos). Pero bueno, al menos hay una historia aquí. UNA, no dos ni tres ni cincuenta millones. Por supuesto que a nivel de música tenemos todos los cincuenta millones de pluscuamreferencias al Spaghetti Western clásico y too, al "Django" con Franco Nero en primera línea por supuesto, varios guiños en diálogos y personajes y actores y etcétera... Allá vamos a decirlo otra vez... Es una de Tarantino, después de todo. Pero un Tarantino más controlado, uno que se preocupa menos de ser niñito rebelde y más cineasta maduro, lo que nos entrega una peli mucho más redonda y mejor que "Bastardos sin gloria". Tanto mejor que, incluso, créanlo o no, es hasta... casi buena.

-- Las actuaciones están bien. Jamie Foxx compone un buen Django, un nigga medio bruto (esclavo, ¿no?) que de a poco aprende a encontrar respeto, dignidad, y ser un badass (bueno, la manera rápida en que aprende a tirar como el mejor es cosa de acelerar el guión, cosa rara en Tarantino, pero se agradece, además de ser medio parodiado con un "eres un tirador natural"). Pero Christoph Waltz, como ocurriera en "Bastardos sin gloria", le roba la peli in ya feis al prota como el dentista alemán. En el lado de los villanos, la actuación de Leonardo DiCaprio, si bien competente como suele ser cuando Leo se esfuerza, no es tampoco taaaaaan superlativa como la han puesto. Que el hombre, mal que mal, sigue siendo Leo DiCaprio con sus mismos tics y alzadas de voz y manierismos etcétera, lo mismo podría estar reinterpretando a Luis XIV en "El hombre de la máscara de hierro". Que lo suyo es mitad buena actuación y mitad acierto de casting, vamos. Mucho más interesante resulta la brevísima actuación de Don Johnson como un hacendado sureño, casi irreconocible (los años y los kilos, vale, pero le sale excelente igual, alejado del estereotipo de me'io mino que paseaba por fines'80s y temprano'90s). Pero en materia de actuación, el que se lleva la palma de gancho y arrasa con cuanto actorcillo se le pone por delante, es Samuel L. Jackson como el mayordomo de la fundación, y la verdadera mente siniestra detrás de su fatuo y superficial amo (como tantas veces pasa, el poder detrás del trono es más poder que el trono mismo). Estamos tan acostumbrados a ver a Samuel L. Jackson como badass (Nick Fury en "Los Vengadores", claro), que se nos olvida que el hombre ya anda en la mitad de su sesentena (seriously, nació en 1948). Aquí hace un rol de tercera edad grandioso en su maldad, cinismo, odio, reptilianismo, lo que se les ocurra. Es que lo ves, lo escuchas, y lo odias. Considerando lo encasillado y cómodo que está Samuel L. Jackson en otra clase de roles, verlo aquí es toda una sorpresa. Una muy agradable sorpresa.

-- ¿Es esta peli el tan cacareado discurso antiesclavista y too? Recordemos que en 2012 los GRANDES REALIZADORES de HOLLYWOOD se acordaron de que deben ser SOCIALMENTE SENSIBLES, y nos entregaron dos pelis sobre el tema de la esclavitud ("Lincoln" Steven Spielberg, y la que nos ocupa). El mismo año en que la competencia es "Argo", que no va de esclavos, pero sí del Tercer Mundo aporreado por los Yiusamérica (y que en consecuencia se alzó con el Oscar, claro). Y el mismo año en que la primera nominación para Chile al Oscar a Mejor Peli Extranjera es para otra peli política, en concreto "No". Algo hay en el aire. Quizás es la crisis económica, quizás es el reconocimiento de que el estado del bienestar se acabó y de que ahora somos todos siervos de la gleba trabajando en las algodoneras para los nuevos amos del cotarro. Frente a eso, "Django sin cadenas" tiene su discurso, aunque tampoco resulta panfletaria, quizás por falta de énfasis. La peli ha causado escándalo en Estados Unidos por mostrar la crudeza del maltrato a los esclavos, porque en los Yueséi resulta que ¡¡¡OH NO, NOSOTROS NUNCA FUIMOS TAN MALO, SOMOS TAN BUENOS CRISTIANOS Y TOO, OH NO MIS OJITOS NO!!! Para el resto del mundo, como que el mensaje es recibido con más apatía porque, vamos, esas crueldades las vemos a diario allá afuera, quizás sin tanto colorido (sin tanto colorido rojo en particular, eso es), pero lo vemos. Quizás es más verbal o sicológico que físico, al estilo la dialéctica verbal de "Un día de furia", en donde la violencia física emerge al final de la espiral descendente de otras formas de violencia anteriores y socialmente más aceptables, pero está ahí, y realmente no nos asombra. En cualquier caso, la idea de que la peli es antiesclavista es una pasada de rosca de Quentin Tarantino, una pose para vender la peli como socialmente consciente y ganarse algunos puntitos. Pero la peli en ningún minuto se detiene a reflexionar sobre la esclavitud en sí. Sólo nos muestra una historia y unos personajes. El estilo artificioso y algo pedante de Quentin Tarantino hace el resto por enterrar cualquier supuesto mensaje social que pudiera tener la peli. Mucho más antiesclavista y libertaria resultaba "Lincoln", y eso que ahí casi ni aparecían esclavos, menos esclavos castigados por el látigo y otras burradas de las que se les ocurre a esa clase de gente amiga de oprimir al prójimo. Ni Django ni su amigo alemán se rebelan contra el sistema en sí, y la idea de que ellos (en particular la happy violencia de Django, la felicidad de hacerse cazarrecompensas para "matar blancos y además que te paguen por eso") son como son distorsionados por el sistema, aunque presente, se pasa muy en puntillas. Al último, las escenas de violencia nada tienen que ver con luchar a favor de los esclavos o su liberación: la cruzada de Django es en última instancia algo personal, y si a otro esclavo le toca joderse porque de esa manera está un milímetro más cerca de rescatar a su señora, pues que se joda, faltaba más, negromierda nomás. No ayuda por supuesto que el conflicto es presentado de una manera muy yanki (Django, el individuo, el alemán otro individuo su amigo, vs. el sistema esclavista que te oprime, etcétera), pero para quienes estimamos que la causa de liberar a los esclavos tiene un componente más social que individual, más de izquierdas que liberalistoide, la moraleja como que resbala. Porque si Django quiere la libertad para dejar muertitos en su camino y too, pues como que no valía la pena poner a parir a la montaña para que saliera ese ratoncito. Todo esto no hace a la peli buena o mala (otros factores sí, tanto para lo uno como para lo otro). Pero desde luego sí que influye en su valoración como lo que trata (tímidamente) de venderse, como un alegato antiesclavista, un reencuentro con las venas latigadas de Norteamérica, etcétera.

IDEAL PARA: Fanáticos de Tarantino de toda la vida, y también fanáticos del cuarteto de protas.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].


viernes, 6 de febrero de 2009

"Los profesionales" (1966).


-- "The Professionals". Estados Unidos. Año 1966.
-- Dirección: Richard Brooks.
-- Actuación: Burt Lancaster, Lee Marvin, Robert Ryan, Woody Strode, Jack Palance, Claudia Cardinale, Ralph Bellamy, Joe De Santis, Rafael Bertrand, Jorge Martínez de Hoyos, Marie Gomez, José Chávez, Carlos Romero, Vaughn Taylor.
-- Guión: Richard Brooks, basado en la novela de Frank O'Rourke.
-- Banda Sonora: Maurice Jarre.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La época de los románticos pistoleritos de camisita limpia por el Old West ha terminado. Ahora, las planicies son invadidas por el ferrocarril y por los Ford Modelo T. ¡Ah, qué tiempos aquéllos...! ¿Qué hace un hombre formado en esos páramos machorros, cuando éstos se feminizan por la obra de la civilización y aparece ese otro horrible tipo humano llamado... (puaj) ..."capitalista"? Pues, ¡se va a México a vivir aventuras! Hasta que la aventura cansa y se regresa a Estados Unidos. Entonces, puede que aparezca en el horizonte un... (puaj) ...capitalista... ya sabemos, uno de esos afeminados que creen que el dinero compensa la poca masculinidad... Y ofrezca un trato. 10.000 de los verdes del Tío Sam a cambio de un trabajito. El trabajito para nuestro grupo de hombrones consiste en pasar la frontera una vez más, con rumbo a México, y liarse con su antiguo jefe, un revolucionario mexicanote pseudoMadero/Zapata/Villa llamado con el pintoresco nombre de Jesús Raza (por Bastet, estos yanketas a la hora de ponerle nombres caztellanoh a los personajes en ezpañoh...), que ha secuestrado a la esposa del contratador. Y bueno, es la Revolución Mexicana, o acaso los años inmediatamente posteriores, vaya uno a saber, el caso es que los conductos regulares suponemos que no funcionan (bueno, después de la RM vino el PRI, lo que fue pasar de la anarquía del revólver a la anarquía de la corrupción), y por lo tanto, nuestro self made man tiene que hacer lo que un hombre con cojones tiene que hacer, o sea contratar a los duros de rigor para que apliquen la ley del más fuerte (no, ir él mismo al rescate no, que para eso es capitalista y paga, carajo, y por eso no necesita ser tan machorro). El trabajito, por supuesto, tiene sus complejidades. No es sólo que tengan que llevar a un "nigro" con ellos, o que para el éxito de la faena requieran a un dinamitador profesional, como un Bayarmagedón cualquiera, sino que además se enfrentan a un sequísimo desierto, al calor, a un territorio lleno de recovecos en donde podrían esconderse los enemigos, etcétera. Será el ocaso de la era Western, pero aún así, nunca antes México fue tan machorro como ahora...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la época de los abuelitos de ustedes y tatarabuelos míos (los gatos tenemos una esperanza de vida más corta, miau, pero a cambio lo compensamos follando a los siete meses, hehehé...), el Western era substancialmente distinto a lo que es en la actualidad. Cosas medio sucingas como "Silverado", "Los imperdonables" o "Rápido y furioso" ni pensaban en pasar (menos enfoques de comedia chusca como "Shangai Kid" o "Bandidas"... Sí, "Bandidas" está ambientada en México y es una comedia, pero también es un Western, qué con eso...). Y ya ni hablar de salvajadas Steampunk como "Wild Wild West". En los buenos tiempos, el Western era pulcro y elegante, que el escenario podrá ser lo más profundo del maldito Desierto de Arizona, pero los vaqueros siempre encontraban agua suficiente para mantener bien limpiecitas y planchaditas sus camisas, además de tener siempre gomina a mano para peinarse y darle serenatas a sus damiselas con unas guitarritas recién salidas de la tienda de Música (o con un buen teflón antipolvaredas, quién sabe). Pero de pronto, de golpe y porrazo (bueno, no tanto, ya venían algunos Western revisionistas como "Shane", "Más corazón que odio" o "El tren de las 3:10 a Yuma" en los '50s), el Spaghetti Western, y muy en particular la Trilogía de los Dólares ("El bueno, el malo y el feo", "Por un puñado de dólares" y "Por unos dólares más") vino a golpear la mesa. Y adios al vaquerito Hopalong Cassidy, todo modosito y compuesto, para pasar a ese Western sucio y polvoriento, mucho más realista y de tramas más descarnadas. Bueno, salimos ganando. Los metrosexuales salieron por la trastienda y los hombres rudos hicieron su aparición. Quizás por eso el Western nunca ha conseguido recuperarse plenamente del bajón que le significó la década de los '80s (bueno, por eso y por "Jóvenes pistoleros" y "Cuatro mujeres y un destino"...).

¿POR QUÉ VERLA?

-- En el egregio arte de mantener erecta una peli viril, ésta lo consigue. Esta es peli para machos. Con corazón de hombre. Metrosexies abstenerse. O sea, los dos protas son el duro Lee Marvin y el siempre resultón Burt Lancaster. Y el malo es nada más y nada menos que Jack Palance, al que la Generación X, en su supina ignorancia gafapasta
(y de la deGeneración YouTube ni hablemos, mejor), con suerte podrá ubicar como el jefecito mafi del Guasón en el "Batman" de Tim Burton, pero que antes de eso, ya tenía una prominente carrera, incluyendo el haber interpretado nada menos que a Atila en "El rey de los hunos". En cuanto a Burt, lo tuvimos en "De aquí a la eternidad", "Apache", "Veracruz", "El Juicio de Nüremberg", "El hombre de Alcatraz", "El gatopardo"... Y de Lee Marvin, sólo digamos que es tan duro, que tuvo los cojones para ser jefe de Chuck Norris y darle órdenes, y salió vivo del trance ("Fuerza Delta"). En el campo femenino, resulta que la esposa perdida/secuestrada viene en el explosivo empaque de Claudia Cardinale, con un busto para gritar FORZA ITALIA! que en esos años le hacía el peso bien pesado a otras tettimundis como Sophia Loren o Gina Lollobrigida... Ya con ese elenco tenemos calidad asegurada.

-- La historia es notablemente buena. Para la época las escenas de acción debieron ser el colmo de lo Michael Bay, pero ahora lucen un poco adocenadas quizás (a cambio, el tipo al que contratan por la dinamita, justifica bien la contrata, créanme). Pero la peli en ningún minuto resulta aburrida o soporífera. Sí un poco lenta para los estándares actuales. Pero consigue eso de que el desierto se te meta en la sangre, te sugestiona, y a mitad de peli ya estás deseando tener jugo al lado (o alcohol, no sé). Y no es tan lineal como pudiera parecer a primera vista, porque el rescate mismo no está al final de la peli, y después viene la otra parte, que es sacar a la chica de circulación, de regreso a la Civilización y a las bars and stripes, y esto que podría resultar anticlimático, no lo es en absoluto. La historia misma es de ésas simples, la ida y vuelta de un grupo de mercenarios en territorio hostil, pero de esa simplicidad misma nace la potencia y el músculo (¡cuántas partidas de AD&D o "El Señor de los Cinco Anillos" no se han forjado al alero de esa vieja fórmula...!). Seguramente los culturetas de pro dirán que la peli presenta los típicos estereotipos del latinaca, con mexicanotes sucios y medio tontos, y en eso habremos de decir que de acuerdo, pero es que oigan, alguien tiene que ser el malo, pues, y seamos realistas, no van a ser los yankis quienes rueden una en que los mexicanotes sean los buenos y ellos los malvados, ¿no...? Además, seguro que prefieren esto a una visión todavía más estereotípica de México como la presentada en "Dos mulas para la Hermana Sara" o en "Bandidas"... Mmmmmm... Bueno, también "Bandidas" calificaría como peli para machos, aunque por razones distintas a "Los profesionales" (con todo, Penelope y Salma están cada una como quieren, pero por separado difícilmente podrían flotar en el agua como Claudia Cardinale...).

IDEAL PARA: Ver un Western machorro, con tipos duros afrontando lo inafrontable y aguantando lo inaguantable, y arreglándoselas para lidiar contra el mundo a machada limpia al viejo estilo de papá.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.

VIDEOS.

-- Tema musical de la peli [no necesita subtítulos, claro está].

domingo, 27 de enero de 2008

"Buscando a Nemo" (2003).


-- “Finding Nemo”. Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Andrew Stanton, codirigida por Lee Unkrich.
-- Actuación: Voces de (en el original inglés) Albert Brooks, Ellen DeGeneres, Alexander Gould, Willem Dafoe, Brad Garrett, Allison Janney, Austin Pendleton, Stephen Root, Vicki Lewis, Joe Ranft, Geoffrey Rush, Andrew Stanton, Elizabeth Perkins, Nicholas Bird, Bob Peterson.
-- Guión: Andrew Stanton, Bob Peterson y David Reynolds, sobre una historia del primero.
-- Banda Sonora: Thomas Newman.

-- "Buscando a Nemo" en IMDb.
-- "Buscando a Nemo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La Gran Barrera de Coral. Hermoso e impresionante hogar para una joven pareja de peces payasos, quienes están incubando unas poquitas decenas de cientos de miles de huevecillos. O no. Porque aparece un depredador grande y feroz, y la joven hembra pez payaso se lanza a la defensa de los mismos. El padre, llamado Marlin, trata por todos los medios de impedir lo inevitable, pero sólo consigue recibir un golpazo de catego, que lo envía directo a la lona. Cuando despierta, su señora ha desaparecido, muy probablemente engullida, así como la abismante mayoría de los alevines (formalmente ahora denominables como “caviar”, ñomi ñomi). Marlin cría a su único vastago con todo el espíritu sobreprotector que puede, a lo que éste, con la lógica innata de todos aquellos rebeldes que no saben que El Gobierno Te Vigila Y Es Por Tu Bien, decide tratar de mandarse solo. Así es que el unigénito, llamado Nemo, y que para hacerlo más penoso tiene una aletita echada a perder, es enviado a la escuela. La sobreprotección de Marlin origina entonces la catástrofe, porque empuja al rebelde y testarudo Nemo… (¿es que Nemo nunca ha visto películas Disney, que le enseñen que los adultos siempre tienen razón?) …hacia un bote en cuyas cercanías anda un buzo, el cual… ¡bups! …captura a nuestro pequeño héroe. Marlin inicia entonces una feroz persecusión que lo llevará a encontrarse con una pececilla nada más mona, pero que sufre de parones en la memoria de corto plazo, en una desenfrenada carrera que lo llevará a través del Océano Pacífico hasta rescatar a su vastaguito el de la aleta recortada. Y más vale que se apure. El jovenzuelo ha terminado en el acuario de un dentista, y ahora es la víctima propicitaria para la Elmira en potencia que es la hijilla del dentista, una psicótica frenilluda aplastapeces que…

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Desde 1995 que los estudios Pixar se venían haciendo la permanente con las enormes cantidades de dólares que sus películas, desde “Toy Story” en adelante, estaban produciendo: “Bichos”, “Toy Story 2”, “Monsters Inc.”… De manera que cada peli tenía que ser más y mejor (después vendrían “Los Increíbles”). Parte de la receta del éxito para Pixar es un concepto tan simple, como rechazar la idea común de que una película para niños debe ser tonta y aburrida, o tener sólo humor de caída y porrazo. También estaba por delante la experimentación en materia de gráfica computacional. Todas estas nociones se combinan en “Buscando a Nemo”, una película que, por cierto, sin ser ciento por ciento brillante, se las arregla bastante bien para salir adelante.

¿POR QUÉ VERLA?

-- El guión. Se diga lo que se diga, la premisa de fondo (pez que debe ser rescatado FUERA del mar) era un casi imposible, pero los guionistas se las arreglan para explotar el concepto al máximo, tanto en lo que se refiere a los intentos de escape de Nemo, como a la gran aventura oceánica que emprende Marlin. La secuencia inicial, en la cual perece la madre de Nemo junto con todos sus hermanos nonatos, debe ser una de las más tenebrosas que el cine de animación nos ha regalado en la década, un mentís rotundo para quienes sostienen que las pelis infantiles sólo deberían mostrar the bright side of life (y por ende, los niñitos deberían criarse en incubadoras emocionales para que no vean lo feo que es crecer). El desarrollo empieza a remolonear cuando salen una serie de personajes que, a ver cómo lo decimos… ¡es que se esfuerzan demasiado! Sacar comicidad de un puñado de Tiburones Anónimos o de una pececilla con desperfectos en el cerebro, se diga lo que se diga, es un recurso demasiado fácil; eso, por no hablar del despreciable chantaje emocional que es mostrar a Nemo como un pez con una aletita más corta que la otra (“huuuuuuyyyyyyy, míiiiiiiralo, tiene una aletita más corta que la ooooooooootraaaaaaa”)... Es a mitad de película cuando, a golpe de secuencias desopilantes como los pececillos haciendo mosaico, o la delirante fuga final, el cuadro general empieza a cobrar bríos. Con gusto hubiéramos prescindido de la mayor parte de la primera mitad, y nos hubiéramos quedado con lo realmente substancioso, la segunda.

-- Como decíamos, esta película no le teme a lo dark. El conflicto básico gira en torno a los dolores del crecimiento. Nemo intenta por todos los medios crecer y hacerse adulto para escapar de la asfixiante sobreprotección paterna, pero al mismo tiempo es el padre quien tiene un montón de cosas que aprender sobre el mundo, la vida y todo lo demás. Y para mostrar eso, no se escatiman escenas fuertes o dolorosas. No es que la película entera sea un dramón, y de hecho la mayor parte tiene un tono ligero, pero eso no deja en el olvido que estamos viendo fundamentalmente una historia muy dura sobre crecer y madurar, y hacerse responsable por las opciones vitales, y también dejar que los demás se hagan responsables por las suyas. El mundo está plagado de Marlines que se creen la fuente de seguridad para los demás; este pez payaso hondamente preocupado por su hijo al menos se toma la molestia de crecer y aprender por el camino, pero muchos otros llegan a fuertes puestos de responsabilidad y autoridad, y lo toman con ánimo de “¡es que a ustedes no se les puede dejar solos!”. Y también está plagado de Nemos que a diferencia de este pececillo, nunca aprenden, van de rebeldes toda la vida, y terminan como terminan. En ese sentido, la película cumple con el delicado balance entre la oscuridad y el optimismo, y lo hace con creces.

-- El nivel de la gráfica es simplemente espectacular. Debe ser la primera vez en una película de animación, que el mar realmente PARECE mar.

-- Momentos estupendos: La secuencia original, la corriente de las tortugas, el campo de medusas, el rescate final.

IDEAL PARA: Ver una infantil que, por una vez, tiene contenido.

jueves, 6 de diciembre de 2007

"Rescate en el tiempo" (2003).


-- "Timeline". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Richard Donner.
-- Actuación: Paul Walker, Frances O'Connor, Gerard Butler, Billy Connolly, David Thewlis, Anna Friel, Neal McDonough, Matt Craven, Ethan Embry, Michael Sheen, Lambert Wilson, Marton Csokas.
-- Guión: Jeff Maguire y George Nolfi, basados en la novela de Michael Crichton.
-- Banda Sonora: Brian Tyler.

-- "Rescate en el tiempo" en IMDb.
-- "Rescate en el tiempo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

De pronto, en un típico paisajeto estilo Malboro Man, en las grandes planicies yankis, aparece un fulano vestido de sotana, que tiene todo su cuerpo, bien, cómo decirlo suavemente, hecho mierda por dentro. El incidente es tapado por los consabidos intereses corporativos de siempre, en nombre del negocio, etcétera... Al mismo tiempo que un arqueólogo es contactado por la misma corporación, en vísperas de estar frente a una didáctica maqueta que describe una batalla de la Guerra de los Cien Años, librada en 1357 (tiene que ser didáctica, o los espectadores no entenderíamos nada, de paso). A medida que el arqueólogo y sus amiguetes son llevados por el interior de las instalaciones en tour, descubren que están nada menos que frente a una portentosa máquina que... bien... sí, digámoslo, es una máquina del tiempo. Y que hay alguien perdido en 1357. ¿Quiénes irán a rescatarlo? Adivinaron, nuestro grupo de guapos y aguerridos hombres del siglo XXI irá al pasado y afrontará todos los retos y desafíos; los de la guerra medieval, por supuesto, pero también los derivados de los crudos intereses corporativos que tratan de echarle tierra al secretillo de que quienes viajan en el tiempo regresan con el cuerpo listo para ser ensacados por partes, de los derivados de la necesidad de afrontar las paradojas temporales y evitar cambiar la historia, y por qué no decirlo, de los derivados de ese músculo que trasciende el tiempo y la existencia, y que se llama amor...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Desde los tiempos de "Jurassic Park" que el escribano Michael Crichton era grito y plata escribiendo novelas adaptables para el cine (en realidad de antes, si contamos "La amenaza de Andrómeda"). Aunque no siempre sus películas sean grandiosas. Y es que cosas como "Congo" o "Esfera", pues, no sé... O saliéndose del tecnothriller para meterse en los pecadillos de las altas corporaciones ("Sol naciente", "Acoso sexual")... Pero llegó un minuto en que el interés por Crichton empezó a agotarse. Principió cuando empezó a verse al Crichton interesado en la Historia, que no tuvo tanto gancho como el Crichton interesado en la alta tecnología ("13 guerreros" y la presente "Rescate en el tiempo"). Los productores de "Rescate en el tiempo" querían forrarse en dinero, e hicieron todo lo posible para ello. Pero no pudieron sacudirse de una trama anodina y en definitiva poco interesante, y así les fue en la taquilla: costó 80 millones, recaudó apenas 19, y ya no digamos cómo los críticos la hicieron pedazos...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una sólida pieza de aventuras. Con eso no quiero decir "buena película", o una que vaya a reinventar el concepto de las pelis sobre viajes en el tiempo o similares. Simplemente, tiene un poderoso empaque visual, que fortalece notablemente lo escuálido de las ideas. Quizás el principal problema es que tenemos dos filmes en uno, y la historia nunca se decanta bien por cuál de los caminos andar. Por un lado está todo el asunto de la paradoja temporal, tratada con los más estrictos códigos sci-fi, y que (por qué no decirlo) son más que altamente reminiscentes de "Terminator" (la primera y original) de James Cameron (y tan burdamente plagiados por "Deja Vu"). Por la otra está todo el asunto de las aventuras medievales, que bebe de la más pura tradición heredera de Douglas Fairbanks o Errol Flynn, pero convenientemente adaptados a los tiempos que corren. Quizás el público se habría sentido encantado con esta mezcla, los medievales por tener ciencia ficción y los sci-fi por tener historia... o bien pueden haberse sentido desconcertados por seguir canónicamente su género predilecto tan solo la mitad del tiempo, y seguir canónicamente otro género que no es su predilecto la otra mitad. No ayuda mucho que el desarrollo sea tan predecible: se sabe quién acabará encamado con quién, se sabe que el asunto acabará con el asalto al castillo, se sabe quién es el villano...

-- Richard Donner. Ya que nos pusimos a parir la película, digamos algo sobre este pobre hombre, que ha tenido una trayectoria de lo más irregular como cineasta, con grandes exitazos como "La profecía" o "Superman", con puntos interesantes como "El hechizo del águila" o "Arma mortal", y que es capaz de darle cierto vuelo a memeces como "Maverick" o "Asesinos". En manos de un director de segunda o tercera, el material de esta película la hubiera mandado derecho al submercado del DVD de alquiler; en cambio, gracias a Donner y su (¿diré "talento"? Mejor no exageremos), gracias a Donner, decía, y a su oficio de años, la película se deja ver. El ritmo de la acción no decae, los personajes de verdad se ve como si se estuvieran moviendo en la Edad Media, las escenas de viaje en el tiempo lucen naturales y sin derroche excesivo de FXs, y en general podemos dejarnos llevar desde el punto A hasta el punto B sin excesivo fastidio. Nada mal para una película con una historia estereotipada y con personajes igualmente estereotipados...

IDEAL PARA: Relajarse un sábado por la tarde.

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