Películas de estreno, películas antiguas, películas clásicas, películas bodriosas, películas de todo tipo, comentadas por el arte inefable del General Gato.
11 años de Cine 9009 en línea.
El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
Mostrando las entradas con la etiqueta William Axt. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta William Axt. Mostrar todas las entradas
domingo, 17 de mayo de 2015
"La cena de los acusados" (1934).
-- "The Thin Man". Estados Unidos. Año 1934.
-- Dirección: W.S. Van Dyke.
-- Actuación: William Powell, Myrna Loy, Maureen O'Sullivan, Nat Pendleton, Minna Gombell, Porter Hall, Henry Wadsworth, William Henry, Harold Huber, Cesar Romero, Natalie Moorhead, Edward Brophy, Edward Ellis, Cyril Thornton.
-- Guión: Albert Hackett y Frances Goodrich, basados en la novela de Dashiell Hammett.
-- Banda Sonora: William Axt.
-- "La cena de los acusados" en IMDb.
-- "La cena de los acusados" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
En una empresa de ésas de los '30s (ya saben: chiquititas, semifamiliares, más una industria pequeña en un galpón que un mastodonte corporativo), un tipo va a hacer un viaje misterioso por esta o esta otra razón. Previo a eso, su hija le dice que se va a casar. El caso es que el futuro suegro viaja, y... no se sabe nada más de él, salvo porque una señora media zafia dice que es su contacto con el resto del mundo. Pasan tres meses, y nada. Las cosas se complican porque la familia está con las uñas afiladas, por las típicas rencillas familiares que son de rigor en el género (¿qué sería de las historias policiales si todas las familias fueran paz y armonía? ¿alguien se imagina un "quién mató al viejo" en Bonanza o la Pequeña Casita de la Pradera?). Y de pronto, la señora que dice está en contacto con el viejo, amanece bien fría y tiesa. La clase de frío y tieso que implica una ayudita exterior (asesinato, hombre, vamos). La policía, tomándose la cabeza con las manos, y dando la solución obvia de miope: fue el tipo desaparecido el que la mató, porque bueno, todos los demás tienen coartada (lo típico también). En medio de todo eso aterrizan Nick Charles y Nora Charles, un matrimonio tan bueno para darse de trastos como para empinar el codo (en serio: entre estos dos deben haberse acabado con la provisión de vino de Falcon Crest). Resulta que Nick Charles es antiguo policía retirado, y Nora Charles es una chica de socialité, ávida de emociones fuertes y todo eso. Por lo que, de una manera o de otra, acabarán de cabeza investigando el misterio. En el tiempo libre que les queda entre bajarse un dry martini y prepararse el siguiente, claro.
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Dashiell Hammett es uno de los nombres fundamentales en la historia de la novela policíaca. Si decimos que el inmortal detective de novela negra Sam Spade es creación suya, lo decimos todo (y si no sabes quien es Sam Spade: lo interpretó el gran Humphrey Bogart en "El Halcón Maltés"). Resulta que Hammett tuvo una vida de lo más aventurera y pintoresca (varios de sus relatos policiales estaban más o menos inspirados en cosas que había visto trabajando él mismo como detective privado), y ya promediando la misma, se enredó con una socialité con la que tenía una relación, bueno, cómo decirlo... digamos que dio el braguetazo. De ahí salió la inspiración para Nick y Nora Charles, el matrimonio que resuelve crímenes por afición en su novela "The Thin Man", vaya titulito con el que tradujeron al castellano (a Woody Allen, la idea del matrimonio resuelvecrímenes le seguirá pareciendo buena, y más o menos la plag... er... la homenajeará en "Misterioso asesinato en Manhattan"). La peli fue rodada un poco al buen tuntún (William Powell iba a ser Nick Charles, pero Myrna Loy, encasillada en roles de asiática como la hija de Fu Manchú en "La máscara de Fu-Manchú", fue objetada por el estudio, y sólo la insistencia de W.S. Van Dyke, que ya había dirigido a ambos en "El enemigo público número 1", consiguió darle el rol que la haría una estrella en definitiva). Por lo que su éxito pilló de sorpresa a los grandes estudios. Y claro, no era cosa de desperdiciar el filón, así es que, ¿Dashiell Hammett no escribe más sobre el matrimonio Charles? ¡Pues no importa, porque para eso tenemos... GUIONISTAS, MWAHAHAHAHÁ!!! Y salieron seis pelis, SEIS, del condenado Hombre Delgado ("Thin Man", ¿recuerdan) a pesar de que en estricto rigor, el bendito Hombre Delgado no es Nick Charles, sino el tipo que desaparece al comienzo de la peli, y que por razones que comprenderán cuando la vean, ya no estaba disponible para secuelas. Bueno, al menos seguían William Powell y Myrna Loy al pie del cañón en las secuelas. Que en las de James Bond es peor, que no sólo se agarraban los títulos y se inventaban los guiones, sino que cuando se agotó el material literario de base, empezaron a inventar historias por sí mismos, con resultados no siempre bendecidos por las musas, por decirlo suavemente.
¿POR QUÉ VERLA?
-- A pesar de ser una peli firmemente anclada en los '30s, y por ende con los vicios característicos del cine de la época (todo filmado en estudios, encuadres más o menos cerrados para que no se noten los bastidores, banda sonora más o menos a los buenos tientos, guión fuertemente teatral, etcétera), la verdad es que consigue mantenerse a flote y ocho décadas después, no diré que es fresca como el primer día, pero se conserva con relativa facilidad. El secreto del éxito aquí es la adecuada mezcla de ingredientes. El eje vertebral de la peli es por supuesto el misterio policial, pero la peli se permite salidas que pueden ser calificadas como comedia de personajes por aquí y por allá, sin que desentonen ni chirríen en lo absoluto. Desde luego que parte importante del asunto es ver a William Powell y a Myrna Loy dándose réplicas el uno al otro, con una química innegable que hizo bueno el que siguieran rodando pelis (antes habían coincidido en la mencionada "El enemigo público número 1", del mismo año, con nada menos que Clark Gable como tercero en discordia, y al acabar sus carreras habrán totalizado 14 rodajes juntos). Y a pesar de lo absurda que es la idea de un policial con perrito gracioso, la verdad es que las intervenciones del chucho ése son de lo más divertidas que hay (se los dice un gato, oigan, así es que dénle crédito). Además, cosa rara en las pelis de la época, que eran muy higienizadas y sanitizadas desde el punto de vista moral, los protas beben como cosacos, lo que siempre se agradece porque le da su punto de realismo al asunto (eran los años en que recién estaba asentándose el Código Hays, de todas maneras, así es que eso pronto cambiaría). Y se agradece que al final del día el detective no sea un hombre de capacidades deductivas sobrehumanas como un Sherlock Holmes o un Hercules Poirot, sino simplemente un tipo honesto que debe recurrir a una triquiñuela desesperada para desenmascarar finalmente al criminal mastermind detrás de todo el desaguisado (que por cierto, quizás no sea tan relevante porque el dibujo de personajes no es el fuerte de esta peli precisamente, por lo que el "quien lo hizo" queda un poco huengo aquí). Para la trivia digamos que en esta peli aparecen Maureen O'Sullivan (la Jane de Tarzan más famosa de todas) y Cesar Romero (el que tres décadas después se haría famoso tras el maquillaje, como el Guasón del Batman sesentero de TV).
IDEAL PARA: Los que les gusten las buenas historias policiales.
Busca otras películas relacionadas:
1934,
Cesar Romero,
Dashiell Hammett,
Maureen O'Sullivan,
Myrna Loy,
W.S. Van Dyke,
William Axt,
William Powell
domingo, 8 de febrero de 2009
"El enemigo público número 1" (1934).
-- "Manhattan Melodrama". Estados Unidos. Año 1934.
-- Dirección: W.S. Van Dyke.
-- Actuación: Clark Gable, William Powell, Myrna Loy, Leo Carrillo, Nat Pendleton, George Sidney, Isabel Jewell, Muriel Evans, Thomas E. Jackson, Isabelle Keith, Frank Conroy, Noel Madison, Jimmy Butler, Mickey Rooney, Shirley Ross.
-- Guión: Joseph L. Mankiewicz y Oliver H.P. Garrett, basados en una historia de Arthur Caesar.
-- Banda Sonora: William Axt (compositor de la música incidental, no acreditado).
-- "El enemigo público número 1" en IMDb.
-- "El enemigo público número 1" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
A ultracomienzos vetustos de siglo. Un lindo barquichuelo de placer viaja por las aguas de Nueva York, y en él, ¿qué encontramos...? ¡¡¡¡¡¡CHACHAAAAAÁN...!!!!!! A un niño bueno y un niño malo. El niño malo es un malvado de temer, con su tiza es enemigo letal de las impolutas planchas de metal del barco, y además, miren qué malvado es... ¡¡¡Se dedica al feo vicio del juego!!! El niño bueno, por su parte, es estudioso y se la pasa empollando libros, y además, como es niño bueno y virtuoso, reprende a su amiguito el niño malo por dedicarse a vagar y perder el tiempo en vez de estudiar para transformarse, ¡algún día! en (LÉASE EN TONO ESTATUARIO): UN HOMBRE DE PROVECHO PARA LA SOCIEDAD. Y sin reírse. Bueno, las pelis eran así. Sucede que estalla un incendio en el barco, y en él desaparecen (bien cocinaditos y en su punto de estofado) los progenitores de los chicos, siendo acogidos por una benevolente figura paternal que, miren ustedes cómo es de p*** la vida con los pequeñuelos, a los cinco minutos de metraje se muere a su vez, de una manera tan trágica como inmerecida, para que nos condolamos aún más de la (nula) suerte de los chicos. Bueno, eso se supone. Pasan los años, y el niñito empollón termina sus estudios, estudia las leyes criminales y el Estado de Nueva York le confiere el título de abogao, pueh oyeh, mientras que el otro se dedica a la vagancia y el juego de cartas y llega a ser... ¿un vagabundo de tocho y mocho? ¡No, pues, que esto no es un drama social! Llega a ser nada menos que el dueño de un Casino (moraleja: si quieren ser alguien en la vida, sean estudiosos hasta sacarle sangre al cerebro, o unos sinvergüenzas de levita y garrote, y ya verán cómo se forran, pero nada de hacer un poco de uno y otro poco de otro, a medias, ¿vale?). El caso es que ahora los chicos son adultos, y el empollosito ha llegado a la oficina del fiscal, y por tanto, debe reprimir el crimen organizado, incluyendo el bello casinito de su amiguete (clandestino, por supuesto). Su amiguete, por otra parte, tiene una chica que le afea siempre su conducta, que cuándo vas a cambiar, que por qué no dejas todo esto, mira que mi madre me dijo que no me casara con un truhán como tú, etcétera. El problema es que por negligencia del chico malo y jugador (el error clásico: no poner un ojo en donde está la chica), ella termina conociendo al chico bueno, que está haciendo carrera política, y bien, la chica decide que los chicos malos son para divertirse pero los chicos buenos para casarse, y se cambia olímpicamente de bando. Y por si las cosas no estaban complicadas, se pondrán más difíciles cuando nuestro buen amiguete el malvado tenga que darle cazuela de plomo a un deudor sinvergüenza, y el fiscal antiguo-amigo-sermoneadormoral tenga que darle caza al asesino sin saber que ¡¡¡EL ASESINO ES SU AMIGO, Y EL ANTIGUO NOVIO DE SU ESPOSA!!! ¿Conseguirán salirse de este melodrama y encontrar la felicidad al final del arcoiris...? (Una pista: el título original en inglés no es "Melodrama en Manhattan" por nada).
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Durante un tiempo, a comienzos de los '30s, el cine de gángsters y mafis se puso de moda en Hollywood. Esto es el resultado de la confluencia de dos factores. En primer lugar, aunque la Prohibición había sido derogada en 1931, el poder de los sindicatos del crimen había crecido exponencialmente en el intertanto, y en consecuencia, el cine no se iba a hacer oídos sordos de un tema que proporcionaba todo aquello que las audiencias quieren (¿crítica social?, ¿opinión política?, ¿sociología criminalística? ¡No! El morbo de ver a una buena Colt .38 haciendo su trabajo y ver manar la sangre de tipos desplomándose en el piso con el rostro contraído en muecas de inenarrable dolor). En segundo lugar se acababa de inventar el cine sonoro, y con esto los disparos sonaban ahora de lo más chulos (lo mismo que en los tardíos '90s, que el cine fantástico se puso de moda otra vez parcialmente porque con la revolución en materia de CGI ahora sí que los uruk-hai se veían molones). Dentro de la oleada de pelis sobre malvados enemigos de la sociedad, se elaboró este melodrama, cortesía del infatigable productor David O. Selznick, que estuvo detrás de otros hits treinteros y cuarenteros como "Ave del paraíso", "King Kong", "El prisionero de Zenda", "Lo que el viento se llevó", "Rebeca", "Duelo bajo el Sol" y "El tercer hombre". No funcionó demasiado bien en taquilla, y fue recibida con cierta displiscencia, a pesar del golpe propagandístico que significó que el connotado gángster John Dillinger fuera tiroteado después de ver esta peli de gángsters (poético, ¿no?). Pero con los años se ha terminado transformando en un pequeño clásico de esa época y de una manera de entender y concebir el cine, que ahora se nos puede antojar un tanto arcaica, pero es que hombre, un poco de compasión... ¡después de todo, recién estaban inventando el sonoro!
¿POR QUÉ VERLA?
-- Quizás la castellanización del título ("Manhattan Melodrama" significa lo que dice, "Melodrama en Manhattan", y ponerle "El enemigo público número 1" no es hacerle un favor) complica un poco la apreciación de esta peli, ya que el espectador casual podría querer una peli de mafiosos y se encuentra con un triángulo sentimental nada más ñoño (miren que la chica iba a salir de los brazos del criminal para arrojarse justo en los del perseguidor judicial de ese criminal...). Pero pasado este bache, es un drama bastante sólido. Bueno, pasado ese bache y la secuencia inicial en que vemos las desventuras de los chicos, calcadas de esos libros de texto con moralina para niños del XIX, y que después de ver una serie de barbaridades en "Los Simpsons" a costa de ese espíritu ñoñardo, cuesta tomarse en serio (se supone que veías a los chicos sufrir para empatizar con ellos, pero no pude evitar reirme a carcajadas con sus desventuras, de tan venezolanas que eran, si ya estaban listos para el culebrón mexicano, y de suerte que no fueron a dar a un orfanato de monjas, que o si no me matan de la risa y no estoy escribiendo esto ahora). Parte de esta solidez radica en una historia muy bien urdida, que consigue salirse del tópico y crear un sólido drama moral (la chica que se debate entre dos hombres, el mafioso atrapado entre sus turbios negocios y su sentido de la amistad, el fiscal que duda entre la amistad y el deber...). Claro, al final todo se resuelve como corresponde, es decir el malo recibe su castigo y el bueno se queda tan campante porque ha cumplido con la ley y el orden (Estados Unidos, la Patria de Dios, los años '30s, ¿recuerdan?). Pero entre medio hay drama del bueno. Recordemos que Joseph L. Mankiewicz, el coguionista de esta peli, después se sentaría en la máquina de escribir para tipear los guiones de "Eva al desnudo", "Julio César", "La condesa descalza" o "Cleopatra", nada menos.
-- La segunda mitad del mérito de esta peli radica por supuesto en el triángulo protagónico. El mafioso es ¡sorpresa! Sí, el gran Clark Gable, en esa época dando de que hablar con "Sucedió una noche" (su único Oscar en su carrera), y cuando nadie (ni él mismo) sospechaban la inmortalidad que le esperaba a cinco años vuelta por su rol de Rhett Butler en "Lo que el viento se llevó". La mezcla de dureza y de socarronería que a Gable le fluía tan bien, le añade muchos enteros a la peli, dándole un aura romántica pero sin pasarse a su personaje. Por el otro lado, dándole la réplica como el fiscal, tenemos a William Powell, que hace el Titanic de no empequeñecerse frente a Gable y ser un amigo/adversario más que digno. Y la chica en discordia es la gran y única Myrna Loy, reina del cine hollywoodense de los '30s como pocas las ha habido con posterioridad, y que lejos de dejarse tironear para un lado u otro y avasallar por el carisma de sus coprotas masculinos, da a entender bien por qué ambos se la pelean con rudeza. Esta peli hubiera sido la mitad de lo que es, si sus tres protas hubieran sido de menor calado.
IDEAL PARA: Ver una buena peli de gángsters, una buena peli romántica, y un drama sólido como las paredes de la Capilla Sixtina.
VIDEOS.
-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].
-- "Blue Moon" cantada en la peli [en inglés, sin subtítulos].
Busca otras películas relacionadas:
1934,
Clark Gable,
Joseph L. Mankiewicz,
Mickey Rooney,
Myrna Loy,
Nat Pendleton,
W.S. Van Dyke,
William Axt,
William Powell
domingo, 16 de marzo de 2008
"La máscara de Fu Manchú" (1932).
-- "The Mask of Fu Manchu". Estados Unidos. Año 1932.
-- Dirección: Charles Brabin, con Charles Vidor sin acreditar.
-- Actuación: Boris Karloff, Lewis Stone, Karen Morley, Charles Starrett, Myrna Loy, Jean Hersholt, Lawrence Grant, David Torrence.
-- Guión: Irene Kuhn, Edgar Allan Woolf y John Willard, basados en una historia de Sax Rohmer.
-- Banda Sonora: William Axt (sin acreditar).
-- "La máscara de Fu Manchu" en IMDb.
-- "La máscara de Fu Manchu" en la Wikipedia en inglés.
¿DE QUÉ SE TRATA?
El incansable agente James B... perdón, es la costumbre. Parto de nuevo. El incansable agente Nayland Smith (quien parece un James Bond más viejo) es llamado para una misión ultrasecreta. Un poderoso líder chino llamado el Doctor Fu Manchú, está empeñado en recuperar uno de los grandes tesoros arqueológicos de todos los tiempos, nada menos que la tumba de Genghis Khan, cuyas reliquias podrían servirle para reclamar ser la reencarnación de éste, atraer a los estúpidos y supersticiosos asiáticos para su causa, desatar una guerra contra Occidente, conquistar el mundo, blah blah blah. Los occidentales iban ganando por palmo, pero resulta que la carta de la esperanza para la Sagrada Misión del Hombre Blanco que era el arqueólogo a cargo de la investigación, ha desaparecido. Se monta una nueva expedición, con Nayland Smith de protector, pero ahora los encargados son un mozalbete con más entusiasmo que luces, y su prometida, que como buena y correcta damisela de los '30s debía haberse quedado en casa haciendo bordados, pero que como el desaparecido era su papá daddy, decide partir, toda voluntariosa ella (así es como le va después, por porfiada y desconocer el lugar que una mujer buena y decente debe ocupar en la sociedad). Los arqueólogos occidentales, después de bastante trabajo, consiguen hacerse con los tesoros de la tumba de Genghis Khan, pero Fu Manchú, más que nervioso porque sus planes se están yendo al demonio, empieza a manipular las cosas para que le traigan esos tesoros. La niñata que se negó a ser ama de casa comete entonces un error fatal, convenciendo al débil mental de su prometido para que haga algo sumamente estúpido, y éste, quizás cegado por la lujuria sexual, hace caso. A partir de entonces la partida, ganada por los buenos con gol de entrada, empieza a inclinarse del lado del siniestro Fu Manchú. ¿Conseguirá el malvadísimo genio oriental reclamar para sí la herencia de Genghis Khan y reconstruir su imperio...?
EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.
Hacia 1912, un escritor de unos veinticinco que se cobijaba bajo el seudónimo de Sax Rohmer, inventó uno de los personajes más perdurables e influyentes de la cultura popular, cual fue el diabólico Doctor Fu Manchú. Tanto éxito tuvo, que siguió pariendo novelas y cuentos de éste hasta que se murió, casi medio siglo después, y ya bien entrados los '50s. En su tiempo, Fu Manchú fue el epítome y encarnación del gran mito del Peligro Amarillo, del temor contra la raza asiática, que fue la contraportada al mesiánico mito de la Sagrada Misión del Hombre Blanco de llevar la Civilización a todos los salvajes (o sea, los no europeos) de la Tierra. Pero aunque después el Peligro Amarillo fue reemplazado por el Peligro Comunista y el Peligro Musulmán, y Fu Manchú se sumergió entonces en una cómoda hibernación, su esencia misma, la de ser un amo y maestro del mal, y el despiadado líder de una vastísima organización criminal, persistió. Estos rasgos ya existían gracias a engendros literarios como el Profesor Moriarty, la gran archinémesis de Sherlock Holmes, pero con Fu Manchú alcanzaron su plasmación definitiva. No en balde, Alex Raymond se robó el personaje íntegramente para crear a Ming el Despiadado, el inmisericorde enemigo de Flash Gordon. Y tampoco es por nada que uno de los más brillantes descendientes del genio diabólico listo para comerse al mundo con su gran organización, fue Ernst Stavro Blofeld, el amo de SPECTRE, la organización criminal contra la cual James Bond se enfrenta en a lo menos media docena de películas, e incluso su primer enemigo fílmico (que no literario), el malvadísimo Doctor Julius No de "El satánico Doctor No", parece casi calcado de Fu Manchú, incluyendo su inteligencia superior a la normal y su origen asiático. Nada de raro entonces que ya desde la época del cine mudo hayan venido adaptaciones del personaje, y éstas hayan continuado hasta, a lo menos, la terrible versión a cargo de Peter Sellers en vísperas de su muerte en 1980. Pero la versión más clásica es, probablemente, ésta de 1932, en parte porque fue parte de la gran oleada de filmes de monstruos y científicos locos que invadieron la pantalla, y que le dieron su moderna fisonomía audiovisual a varios clásicos literarios del género: "Drácula" y "Frankenstein" en 1931, "La momia" en 1932, "El hombre invisible" en 1933, "La novia de Frankenstein" en 1935, etcétera, y por ende, comparte con éstas su mismo espíritu de ofrecer un terror nuevo y diferente (bueno, nada que no hayamos visto en la actualidad, pero en ese entonces SÍ era nuevo y diferente, ¿OK?).
¿POR QUÉ VERLA?
-- Boris Karloff. Este actorazo del cine venía de interpretar al mejor monstruo de Frankenstein de todos los tiempos, en el "Frankenstein" de 1931 (se repetiría el plato en "La novia de Frankenstein"), y en ese mismo 1932 interpretó a otro monstruo clásico, ya saben cuál, en "La momia" (¿aún no saben cuál?). Quedó encasillado para siempre en su rol de monstruo de Frankenstein, pero en esta peli compone un exquisito Fu Manchú, frío y cruel, y con un retorcidísimo sentido del humor. Probablemente si no sabes que este tipo interpretó también al cabeza cuadrada con el clavo en el cuello, jamás adivinarías que se trata del mismo actor, no sólo por el maquillaje, sino también por el trabajo actoral de gestos y ademanes.
-- Del argumento de la peli misma, ¿qué decir...? Veamos... No es una maravilla de guión, que digamos, y muchas situaciones con potencial están bastante mal resueltas. La película se gasta su tiempo en hacernos entrar en situación, y llega cierto minuto del metraje en que podemos legítimamente preguntarnos por qué demonios se llama "La máscara de Fu Manchú", si Fu Manchú no aparece por ninguna parte. Pero promediando la cinta, nuestro buen Boris se pone al día, y bien al día. No es que la peli agarre ritmo, pero como tenemos a Fu Manchú en escena, y por todo lo alto, el asunto se compone.
-- Las torturas de Fu Manchú. A él, Guantánamo y sus métodos de privación sensorial y tortura psicológica le resbalan. Fu Manchú prefiere los métodos clásicos: cocodrilos, substancias venenosas, látigos, cosas así. Y funcionan. En pantalla se ven la mar de bien. El último trecho de la peli consiste básicamente en mostrar las diversas torturas que Fu Manchú prepara para los buenos, y tiene que haber quedado bueno, como que la película no avanza nada, y aún así no aburre.
-- Myrna Loy. La actriz que interpreta a la pizpireta hija de Fu Manchú está de lo mejor. Fría y diabólica como su padre, incluso más sádica si cabe (eso de gritar "FASTER!! FASTER!!" cuando uno de sus esclavos está azotando al jovencito, tiene lúbrica), y ciertamente más inteligente que la cretina de la chica buena, la cual por cierto si no hubiera ido a la expedición, jamás habría tenido Fu Manchú la oportunidad de hacerse con los tesoros de Genghis Khan. Volviendo a la chica mala, Myrna Loy le confiere enorme credibilidad a las características de la chica mala.
-- Incorrección a raudales. Era 1932, así es que la película se permite ser todo lo racista que se puede. Todos los blancos y occidentales son buenos. Todos los orientales son pérfidos y malos (los que mandan) o estúpidos y sugestionables (la morralla que después integrará el ejército de Fu Manchú, en caso de que sus planes salgan). Dirán que eso actualmente no se puede mostrar, y en todo caso, aunque se pudiera, ya "Babel" es racista de lo suyo, pero es que en "La máscara de Fu Manchú" los personajes buenos se permiten además diálogos en los cuales se acepta como la cosa más natural y sabida que los orientales son tontos o maléficos, sin una gota de cinismo, y sin escándalo. Ya no los hacen así en el aséptico Hollywood de nuestros días: el precio de un presente sin racismo pareciera ser de este modo una historia falseada de nuestros antepasados.
IDEAL PARA: Ver una de las plasmaciones definitivas del Genio del Mal en el cine (y en la cultura popular).
Busca otras películas relacionadas:
1932,
Boris Karloff,
Charles Brabin,
Charles Vidor,
Lewis Stone,
Myrna Loy,
Sax Rohmer,
William Axt
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)