Las pociones no le fascinaban mucho, aunque el siempre era el mejor de la clase, era solo por mantener su estatus como el más brillante, la ambición de Tom era tan grande, que aunque algo le repudiara lo hacía solo por la satisfacción de saber que que era el mejor en ello, siempre sobresalido ante los demás. Hoy la clase fue tan simple, para el era un chiste todo lo que el profesor decía, solo recitaba lo que ya estaba bien recalcado en el libro.