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sábado, 21 de enero de 2023

Hannibal Lokumbe - African Portraits (1995)

Las eras del vínculo afro-americano se reúnen en una sola cosa bastarda, los prolegómenos de lo que pudo haber sido hace cientos de años se hacen, deshacer y resumen en una deducción conceptual pirotécnica en la que convergen sustratos de antaño y sustratos mucho más antiguos aun, como trayendo materia del pasado para unificarla en una pieza de música que capta la esencia africana y la ubica al lado de la esencia clásica.

El resto está a la vista, indigenismo afro presentado desde lo musical, aunado a visiones orquestales, corales y de música clásica, la fusión es arriesgada pero todo mientras se piense con pasión y astucia puede funcionar, y este es el caso, con un encuentro de estratos que se combinan en un sonido que no obedece a nada o a casi poco, el uso de los coros tal vez recuerde a vanguardismos del estilo de Igor Wakhévitch, es que aquí estamos en presencia de un creacionismo y un vanguardismo de tales niveles: usos de impresionantes masas musicales, música con significado conceptual y alegórico, nada creado al azar ni porque sí sino revisitado una y otra vez para funcionar a la perfección, visiones de fusión de estilos, y, por ende, aparición de algo que se supone, y lo es, nuevo.

Marvin Peterson se había presentado a sí mismo como ‘’Hannibal’’ en su disco homónimo de 1975, desde aproximadamente esa época había hecho presentaciones y publicaciones bajo ese nombre, llegando a publicar discos solistas hasta mediados de la década de los 90. Pero no fue sino hasta 1995 donde aparecería su opera prima, saliéndose del puro jazz de vanguardia para adentrarse en una vanguardia con peculiaridades en la que explora las posibilidades de la música negra, desde el indigenismo afro, el soul, el blues, el jazz, y las posibilidades de la música de orquesta, apoyado por: la Chicago Symphony Orchestra, David Van Abbema y Theodore Jones en vocez barítono, los coros The Morgan State University Choir, Doris Ward Worskshop Chorale, y Kennedy-King College Community Chorus, más cantantes y músicos invitados.

De esto queda algo que por momentos es un vanguardismo radicalizado en la fusión, con dejos de oscurantismo histórico, las eras de la cultura representadas en una música que se reúne a celebrarse a sí misma y unificarse en una historia musical; esto es lo que ocurre más especialmente en la parte primer de la obra, o el ‘’Acto primero: The Drum And The Cross’’. Aunque también aparece el lado segundo de la obra, ‘’The Land Of Milk And Honey’’, en el que aparecen  trazas de géneros afro pero que se presentan puros, como un viejo bluesman (David "Honeyboy" Edwards) ejecutando y cantando un blues del estilo del delta, hasta spirituals (Jevetta Steele), cantante de griot africano, ejecutantes de kora y djembe, el cuarteto Hannibal Lokumbe, y momento corales, como separando cada elemento de la primera parte para presentarlo por su lado particular en cada pieza de esta segunda parte.

Simbólica y conceptualmente la música representa un viaje desde el África Occidental del siglo XVI hasta los Estados Unidos actuales. El idilio africano signado por los cantos originarios que termina con la llegada abrupta de cazadores de esclavos. La tensión de los coros, la fusión de estratos entre estilos diversos, convergen en un relato histórico, y que el autor ha querido reflejar musicalmente, obra pensada desde principio a fin para conducir desde la esperanza a la matanza, la destrucción y la esclavitud.

Es una ópera de un estirpe nunca antes realizado hasta entonces, que con trazas de mucho realiza momentos de algo poco convencional, grabado intégrame en vivo en el Orchestra Hall de Chicago entre el 4, 5 y 9 de mayo de 1995, con lo que se intenta reunir partes de culturas disimiles con el fin de buscar cierto acuerdo entre culturas y expresiones, en lo que, más allá del significado antirracistas que pueda tener, representa un encuentro artístico único, afro nativo con música de orquesta y coral alcanzando momento de fusión muy profunda, un logro que, sin buscarlo, es altamente vanguardista, además de ser muy sentido, profundo, conmovedor.

Aquí hay conductores y directores pero Hannibal Lokumbe es quien representa el mérito de la existencia de la obra siendo la cabeza ideadora de esta obra bastarda, el escritor y pensador del concepto, con el mérito del encuentro de elementos disimiles en una sola cosa, el movimiento de semejantes mazas musicales y grupos artísticos en una sola producción, la ejecusion y proyección en vivo de las piezas, estructuras y momentos, y finalmente el logro fundamente de que todo funcionada como una sola cosa y lo haga de hecho de manera significativa desde lo conceptual y artístico.

Estas son algunas palabras provenientes de la contraportada original del lanzamiento en cd de 1995 que ayudan a entender los conceptos musicales: ‘’African Portraits traza conceptualmente cuatrocientos años de la experiencia afro-americana. Lo que significó una historia de tragedia, de opresión, de luchas, y en última medida de esperanza. Es incluso una fusión de las formas del estilo nativo africano, spirituals, blues, góspel y jazz, combinadas con idiomas clásicos, fusión única en la historia de la grabación musical.’’ . También hay unas palabras del mismo Hannibal Lokumbe acerca del disco: ‘’Con esto estoy buscando el fin de las atrocidades cometidas contra África y sus niños. African Portraits es mi pedazo de madera para ser ubicada en el fuego de la razón y la luz de manera que pueda acobijar el sueño de quienes reposan en agonía con su existencia: un fuego para todos que atesoran la luz de Dios.’’

Cod: #1712

sábado, 29 de enero de 2022

Marvin Peterson And The Soulmasters - In Concert (1968)

Más música negra para los amantes del soul y derivados, esta vez fusionada con jazz y plasmada en varios estilos como jazz funky, jazz blues y baladas soul, recreadas desde un notable formación del jazz, por lo que el soul presentado se eleva hacia un nivel alto de ejecución y aplicación, con grandes solos y excelentes aplicaciones de viento, sonando al estilo de las bandas de James Brown de la época.

El trompetista Hannibal Marvin Peterson probablemente se más conocido por su trabajo de jazz espiritual de la década del 70, pero su primera incursión discográfica la hizo siendo parte del programa de jazz ultramoderno de la Universidad Estatal del Norte de Texas, liderando su banda ‘’The Soulmasters’’, banda con la cual interpretaban exactamente eso, el soul, el estilo que más sonaba en esa época en la comunidad negra y que tenía fuertes artilleros como por ejemplo James Brown, el cual se nota que es una influencia directa y fundamental en la vida artística de este grupo, ya que en su música se puede apreciar el acercamiento directo del funk, las ejecuciones en vivo estridentes, el juego con la gente y otros yeites que fueron tomados de la esencia de Brown y que son plasmados, al igual que muchos otros artistas, en la música casi como una referencia u homenaje.

Para cerrar el disco, incluso llegan a interpretar ‘’ I Can't Stand It’’, del mismísimo Brown, dejando en claro y no escondiendo nada la influencia del God Father of Soul que pesaba sobre ellos, con una ejecución de un funky liderada por una voz masculina negra, mientras la banda se torna hacia una juego con el público con distintas ejecuciones y juegos de tempo, mientras se puede escuchar de fondo a la gente cantando a coro y participando de la música, sumado a esto las líneas de viento, y etc, la influencia de Brown está allí casi como si él mismo estuviera en vivo haciendo su arte con ellos.

The Soulmasters publicaron tan solo un disco, grabado en concierto en vivo en Burning Bush, Denton, Texas, Noviembre de 1968, y publicado en 1968, una rara pieza de colección de soul del que apenas se publicaron copias, no más de 50  copias aparecieron en su época, por lo que actualmente es prácticamente inhallable una copia de época, lo cual generalmente suele convertir a los discos hacia el culto, sensación que se incrementa además por la excitante música que posee en su interior, música grabada con el rigor del vivo, con interacción del público, mucho soul, excitantes fusiones con jazz, líneas de viento, y una banda que funciona cohesivamente como si se conocieran de toda la vida, imposible no disfrutarlo si se tiene gusto por el soul.

El disco es excitante, intimista, las ejecuciones significantes y nada de lo que ocurre está de más o de relleno, es jazz moldeado de acuerdo a las visiones del soul de la época, con implicancias raciales, celebraciones colectivas, fulguraciones en vivo, participaciones del público y un repertorio muy animado que incluso en las baladas logra entretener y fulgurar. La banda estaba integrada por expertos, Eugene "Gov" Carrier en órgano, Eugene "Spare Time" Murray y Richard "Dick" Thompson en bajo, Emry "Wild Child" Thomas en batería, mientras que Marvin se encarga de tocar solos de la trompeta y de la voz principal, junto con Mike Campbell en el saxo alto, Cleveland Gay en el trombón y Tim Peterson en los saxofones y la flauta.

A fines de la década de 1960, Marvin Peterson asistió a la Universidad Estatal del Norte de Texas durante dos años, luego se mudó a la ciudad de Nueva York y se fue de gira con Rahsaan Roland Kirk. A diferencia de muchos músicos de free jazz contemporáneos, Peterson es experto en estilos más antiguos, ha tocado con directores de orquesta tan aventureros pero apegados a la tradición como Rahsaan Roland Kirk, Gil Evans y Elvin Jones, y con vanguardistas tan acérrimos como Roswell Rudd, Ken McIntyre y Deidre Murray. Se convirtió en miembro de la orquesta Gil Evans, una asociación que duró hasta la década de 1980, y trabajó con Roy Haynes, Archie Shepp y Pharoah Sanders.

‘’The Soulmasters’’ sería parte de su formación inicial respecto a lo que el músico lograría posteriormente, logrando ubicarse como una figura interesante dentro del jazz espiritual, free jazz y jazz de vanguardia de la década del 70. Peterson creció en un entorno de jazz, su madre era pianista y le regalo una trompeta, instrumento que lo acompañaría toda su vida, pero también sus orígenes en Texas lo acercaron a la vigorosa escena de blues del área, a menudo el músico reconoce a T-Bone Walker, con quien tocó durante un tiempo a fines de la década de 1960, como una inspiración e influencia.

En 1974 se estableció como artista líder solista y formó la banda ‘’The Sunrise Orchestra’’, grupo con el que se adentraría en el vanguardismo y sus obras experimentales comenzarían a llegar. Publicó muchos discos interesantes desde su debut como solista en ‘’Children Of The Fire’’ de 1974, ‘’Hannibal’’ de 1975, ‘’In Antibes’’ de 1977 o ‘’The Tribe’’ de 1978, aunque su opera prima apareció en 1995 y se llamó ‘’African Portraits’’, una obra sinfónica que incorporó un cuarteto de jazz, la Orquesta Sinfónica de Chicago, el Coro de la Universidad Estatal de Morgan, el Coro Comunitario del Colegio Kennedy-King, el Coro del Taller Doris Ward, cuatro cantantes de ópera, varios músicos africanos tradicionales y un puñado de vocalistas afroamericanos.

Cod: #1634