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lunes, 20 de octubre de 2025

Psicomagia - Psicomagia (2013)

Este disco parece salido de otra época, parece provenir del estilo fusión inglés de principio de los setentas, o tranquilamente también podría provenir del krautrock alemán también de los setentas, las reminiscencias y analogías son muchas en este sonido, sin duda han bebido de esa fuente inagotable que es la música rock de aquella época dorada y la han reinventado con las visiones y tecnologías de esta época.

La semejanza con el krautrock tiene lugar cuando se aprecia que Psicomagia presenta atascos semi compuestos y con mucha improvisación, a lo que se le suma la electrónica, el jazz y la libre ejecución en la improvisación, es ese estilo de amplitud en las sesiones, con las líneas de viento que recuerdan a Xhol Caravan, o las bases rápidas y electrificadas que recuerdan a Embryo.

Mucho se dice que este disco trata de música progresiva, eso es real hasta cierto punto, ya que este disco presenta una música fusión que se sale de los cánones convencionales y muestra estructuras amplias y robustas, pero no se podría decir que esto es progresivo en el sentido de la complejidad que se suele presentar en la música progresiva de composiciones sofisticadas, con muchas partes distintas y cambios de ritmo constantes, más bien el estilo progresivo de Psicomagia es uno que se erige en base a la improvisación rockera sobre bases improvisadas que corresponden más a atascos de entre los que brotan algunos pasajes, agregados cambios y ritmos que aplican en velocidad, claramente inspirados por Soft Machine.

Psicomagia avanza con poderío y vertiginosidad, y es en esa andanada donde se construyen las piezas como atascos repletos de agregados electrónicos repartidos en forma de rápidas improvisaciones, las líneas de viento también hacen lo suyo y dejan su sello característico en el sonido. Toda la conjunción de la banda funciona convergiendo en una actuación rápida, ágil, vertiginosa, con poderío, volcándose los cuatro músicos en atascos semi prefijado sobre los que aplican un sinfín de improvisaciones de un goce jazz-rock destacable.

Hay una dosis de demarcada psicodelia que surge en el espíritu sonoro del disco, con algunos momentos de auras y aplicaciones volátiles, como por ejemplo en el comienzo del disco, al principio del primer track, ‘’El Memorioso’’, con unas flautas delirantes y ambientes de ensueño, que luego termino volcándose en la formula básica aplicada por la banda en este disco, atascos jazz rock con agregados de viento. Esa sensación psicodelia también puede sentirse en pleno vuelo de la banda, cuando están sumergidos en atascos interminables, con algunos efectos de sonidos reverberantes y ambientes de delirio general.

Pareciera que ellos han tomado muchas referencias de la era psicodélica y especialmente de los sonidos fusión temprano, como ser Soft Machine u otras bandas de sonido Canterbury. Han bebido además de bandas progresivas como ELP. El resultante de estas visiones, sumadas a sus bastas experiencias el músicas rock alternativas contemporáneas, da como resultado un sonido que converge entre el ayer y el hoy, con fragmentos tomados directamente de otras épocas para traerlos al hoy y convertirlo en un estilo actual y totalmente único. Inicialmente, Psicomagia comenzó con solo Paul Marrone y Tyler Daughn tocando juntos. Ambos compartieron el amor por The Soft Machine, ELP y similares, y rápidamente se llevaron bien.

El multiinstrumentista Brian Ellis provenía de la banda Astra, el bajista Trevor Mast del grupo de psyck rock Joy, y el baterista Paul Marrone de Radio Moscú, así es como Psicomagia es un vergel de experiencias diversas que combinaron en tiempo y espacio y coagularon en una misma expresión, impulsados por los mismo ideales artísticos y creando con ellos su propio sonido. Sumarle a esto la participación poética de Bernardo Nunez quien aporta su voz desparramando por aquí y allá algunas palabras que enaltecen el aura mística del sonido.

La banda se forma en San Diego, California. Para esta presentación forma con Tyler Daughn en órgano y sintetizador, Brian Ellis saxo tenor, Paul Marrone en batería y Trevor Mast en bajo.  Lanzaron su debut auto-titulado en el sello El Paraiso en el otoño de 2013, masterizado por Dane y su colega conocedor de la psicodelia Jonas Munk de Causa Sui. El nombre de la banda en sí, PSICOMAGIA, proviene del director de culto chileno-francés Alejandro Jodorowsky, quien creó una psicoterapia totalmente sensible y con carga esotérica en torno a los sueños, el teatro, la poesía y el chamanismo.

Cod: #1818

domingo, 12 de octubre de 2025

Elephant9 - Walk The Nile (2010)

El fenómeno progresivo ha dejado una huella imborrable en el rock y sus distintas manifestaciones, y ya no solo quedan los sobrevivientes de las epopeyas progresivas de antaño, sino que siguen apareciendo elementos muy fructíferos dentro de esos canales de concepción de la música pesada, compleja y fusionada. Europa nunca dejará de ser un faro en cuanto a la generación de proyectos musicales de esta índole. Elephant9, proveniente de Noruega, es otro de estos tantos ejemplos contemporáneos europeos que vienen haciendo ruido hace años y han dejado en estas últimas décadas muchos lanzamientos muy interesantes.

Elephant9 es un trio poderoso, un power trio, pero con carácter progresivo, que se maneja en el espacio tanto como en la progresión, y goza de una rudeza fácilmente detectable. Todos sus emprendimientos discográficos, tanto como sus presentaciones, cuentan con esa cuota de música organiza, ejecutada desde la sesión rockera fusión, cual atasco, que se va desarrollando y desde el cual van surgiendo las distintas progresiones y partes.

Otro elemento común de la banda es el uso de climas, o momentos ambientales, momentos en los que bajan de ese poderío y se sumergen hacia espacios amplios que contrastan con la rudeza. Muchas veces estos ambientes son construidos de manera inmersiva y son utilizados como forma de introducción, intermedio, o cualquier otra sub-parte que pueda llegar a ser requerida en las composiciones.

El mérito de Elephant9 es doble en su lugar, primero logrando llamar la atención al crear un sonido que mantiene vivo el espíritu progresivo/fusión de hace cincuenta años atrás, pero a la vez han logrado crear con estos condimentos un sonido que no es una copia fiel de nada, siempre reorganizándose en experimentos de índole propia, música instrumental progresiva y experimental.

Se trata de experimentos que evidentemente están influenciados por el estilo progresivo, y que además cuentan con un carácter de fusión marcado. También hay, en la sonoridad y los lugares por los que pasan, algunas visiones a construcciones de ambientes con acercamiento a lo psicodélico. Eso psicodélico de su sonido es una constante en su estilo, y es otro de los elementos que danzan en ese desfile de inventos que proponen en cada uno de sus discos.

‘’Walk The Nile’’ de 2010, es otro de sus varios lanzamientos, el segundo de su lista, otra publicación para seguir reafirmando sus visiones propias, siempre dentro de ese espectro de búsqueda musical que tienden a la evolución y al transcurrir por sucesos y diversos experimentos instrumentales.

La predominancia de teclas, en el sonido de esta banda, teje directas reminiscencias a sonidos plasmados en experiencias anteriores, especialmente a bandas progresivas de principio de la década de los 70s. La sonoridad del tecladista, en su uso con el órgano Hammond, es muy evocativa a epopeyas progresivas anteriores. Ejemplos sobran, algunos proyectos vanguardistas progresivos como los alemanes de Brainstorm, los suecos de Hansson & Karlsson, tal vez similitudes de The Tony Williams Lifetime, y a otros proyectos similares que rondaban entre el progresivo y fusión temprano, sin dejar de lado la oscuridad, experimentación y aun los resabios de la psicodelia.

También pareciera que Elepahnt9 perteneciera a la escuela de jazz vanguardista Noruega, sus contactos con esta se reflejaron en el último disco que la banda publicó, ‘’Catching Fire’’ de 2024, junto al guitarrista Noruego Terje Rypdal. Rypdal, junto a otros pioneros como Jan Garbarek o Jon Christensen, serian algunos de los primeros nombres que surgirían de la escena jazzera más vanguardista de Noruega, siempre con estilos oscuro, yendo hacia lo experimental y la vanguardia casi radicalizada. El encuentro entre Elephant9 y Terje Rypdal es un suceso notable. 

Por otra parte, Elepahnt9 no se reclama en el fusión de manera purista. Estos van más allá, sus propuestas combinan fusión, progresivo, y psicodelia, pero muy a la manera en que ellos se les ocurre, sin representar un género en particular predilección. Claramente entran en el mundo progresivo general, pero lo hacen creando sus propias leyes musicales y siempre fieles a su propio estilo, el mismo que vienen manteniendo desde su primer lanzamiento discográfico. He aquí el lugar difícil que puede significar el acercarse al público más convencional a este tipo de bandas ya sublimadas en estilos bastante oscuros, y que muchas veces no tienen una letra o melodía clara que ofrecer.

La discografía de Elephant9 está compuesta por varios discos, y cada uno de ellos es un reflejo de la búsqueda del grupo, siempre instrumental, experimental, cerca de lo psicodélico, jugando en preponderancia con los climas, progresiones, y con sus propias visiones y ritmos. Todo lo que proponen son experimentos, de alto goce progresivo para quienes amen este tipo de inventos. A veces como trio, a veces también asociados a algún guitarrista, pero siempre con un estilo propio, oscuro y psicodélico.

Cod: #1817

viernes, 18 de abril de 2025

Bwana - Bwana (1972)

Este estilo recuerda inmediatamente a grupos como El Chicano, o en su defecto claramente al gran Santana y su sonido fundacional en este mundo del fusión, el rock, el jazz y los ritmos afro cubanos. En este caso, Bwana proviene de Nicaragua, y ha logrado un sonido muy embebido en ese estilo y muy bien plasmado desde la calidad de ejecución y las sesiones.

Similar también a otros estilos afro funk del tipo del estilo de bandas como Osibisa, o grupos como Mandrill, Malo, o Sapo, que siempre jugaron con todos estos elementos, reformulándolos y replanteándolos en distintas composiciones, pero siempre con esa característica de ritmos robustos, sesiones con percusiones, rock y mucho sabor.

Bwana parece tener un rumbo hacia el mundo fusión afro cubano, pero más hacia el mundo percusivo, el fusión más de sesión y exploración. Si bien Bwana tiene canción, el mayor cuerpo sonoro que parece obtenerse de aquí son las sesiones caracterizadas por aplicaciones en percusiones latinas y atascos con mucho ritmo y percusión.

Es un mundo de sesión con el que es posible volar, pero no es una sesión libre porque sí, sino que es un mundo muy bien planeado de antemano, con progresiones bien pensadas, ritmos estudiados, pasajes y arreglos que fueron organizados para funcionar en la sesión, por ende, todo lo que ocurre aquí funciona por una línea bien organizada. 

A partir de allí la magia ocurre y las sesiones se desatan, muchas veces recordando estrictamente al Santana de esa época, y otras veces con aires propios de Bwana, ya con sonoridades propias, arreglos melódicos proveniente de lo centroamericano, e inventos que insisten en la sesión y con inspiración del género, pero no motivos propios del grupo.

El nivel de los ejecutantes es el requerido para la tarea, mucha percusión especializada, excelentes solos de guitarra y todo un conjunto unificado en un mismo sonido, funcionando en una amalgama sonora muy bien combinada. En este disco la canción es la excusa, la excusa perfecta para que la banda se vuelque a la sesión con percusión, la especialización del grupo.

Pareciera Bwana también manejar su propia lógica en las composiciones, con muchos atascos que no tienen el sentido que se podría esperar, sino que vuelven hacia otros lugares, cambiando la lógica y apareciendo otras percusiones, de distintas intensidades y formas.  Este grupo se ha metido en un sonido característico, pero lo ha utilizado a su favor.

Además de todo el sonido que está emparentado con el rock psicodélico, hay algo de psicodelia experimental allá hacia el final de la pieza ‘’Chapumbambe’’, con algunos efectos de sonido experimental y experimentación, poca pero interesante.

Bwana es otro ejemplo de la explosión del rock latino en la escena psicodélica rockera contracultural norteamericana, una influencia iniciada en la epoca y tomada por muchos en el momento, un estilo en sí y una forma de reinterpretar, a la jazz fusión, los estilos centroamericanos, afro cubano.

Este grupo publicó solo dos discos, ambos hacia 1972, siendo el primero de ellos, el de la portada blanca, el que contó con mayor éxito y generó buena fama en el área al grupo, llegando a ganar premios y tocar en eventos importante. Bwana supo tener su momento y nos ha dejado un gran sonido en este estilo tan característico, logrando marcar su propio sello en el genero.

Cod: #1802

domingo, 16 de marzo de 2025

Barney Wilen And His Amaizing Free Rock Band - Dear Prof. Leary (1968)

Este es un jazz actualizado según las modas del momento, por lo que estos músicos que venían del jazz tradicional llegaron a pasar por dentro de la psicodelia para poder reinventarse, actualizarse, recodificarse de forma nueva en su acercamiento al rock y hasta la lisérgica, agregando aditivos como el delirio, el free jazz y las buenas sesiones improvisadas para enriquecer su producción. Incluso llegaron a reinterpreta algunos temas conocidos del momento y recayeron en algunos tópicos comunes, además de hacer guiños a la contracultura, como con el track ‘’Dear Prof. Leary’’, en el que el delirio se hace presente.

Esta banda se llamaba ‘’Barney Wilen And His Amaizing Free Rock Band’’, con ese concepto de ‘’rock libre’’ como premisa desde el que comenzaba su aventura hacia las tierras de la libertad en el rock, libertad que les daba tanta su formación en jazz como su aventura las por tierras desconocidas de la lisérgica y la exploración musical sin ataduras, por lo que todo esto trata de experimentos instrumentales libres plagados de delirio, búsquedas sonora, muchos solos y atascos instrumentales psicodélicos, en lo que era también un momento de jazz rock temprano por la junta de músicos de jazz elaborando estos sonidos en rock de epoca.

El nombre del disco, ‘’Dear Prof. Leary’’, es también una declaración de intereses, un guiño a la contracultura que hacia 1968 estaba aún álgida, guiño hecho talvez a manera de una búsqueda social o tal vez a manera de una obsecuencia, que no sería del todo comercial ya que esto no es un simple refrito de estándares pop rock, esto es un auténtico experimento instrumental.

En todo esto hay una búsqueda de explorar y experimentar, todas siendo piezas instrumentales que reflejan la virtud de los músicos capaces de manejarse con soltura por lugares varios y sin despeinarse, piezas que en su mayoría terminan volcándose hacia atascos instrumentales, las que a su vez terminan muchas veces volcándose además en el delirio instrumental tipo free jazz pero con el aditivo del rock (¿free rock? ¿free jazz rock?).

Todo el disco es una exploración, un experimento psicodélico de jazz y lisérgica delirante, por parte de unos músicos de jazz que vivían su época y la reconocían, y terminaban acercándose a ella por decantación y creatividad. Hay momentos incluso de vanguardia, de mucha experimentación, de mucha exploración, en tracks como ‘’Loneley Woman’’ en los que hay vanguardia que roza con el free jazz y los vanguardismos.

El disco sabe hacer un guiño a la cultura más pop de la época, algunas piezas del disco son reinterpretaciones de estándares pop de la época, como ‘’Respect’’ de Aretha Franklin, ‘’You Keep Me Hangin' On’’ de The Supremes, ‘’The Fool On The Hill’’ de The Beatles.

Este tipo de incursiones en el rock de la época ejecutada por músicos provenientes del jazz siempre deja experimentos interesantes por escuchar, y un fenómeno particular de estos experimentos es que los músicos de jazz de época supieron ver con muy buenos ojos a la psicodelia, por lo que muchas veces terminaban creando experimentos lisérgicos muy entretenidos y bien entendidos en la materia. Hay varios ejemplos de eso, generalmente de músicos de jazz que comenzaron su carrera en la época de la contracultura de finales de los 60s y que comenzaron sus carreras discográficas con experimentos lisérgicos bastante experimentales, sumado a esto el aditivo del costado jazzero que sabían aportarle a esto, lo que terminaba de cuajar el sonido entre las vanguardias del momento.

Algunos ejemplos de ese fenómeno ocurrió con músicos como John McLaughlin y su ‘’Devotion’’ de 1970, Larry Coryell y su ‘’Lady Coryell’’ de 1969, Pat Martino y su ‘’Baiyina’’ de 1968, Mike Mainieri y su ‘’Journey Thru An Electric Tube’’ de 1969, los primeros discos de The Tony Williams Lifetime, entre tantos otros ejemplos.

Cod: #1795

sábado, 8 de marzo de 2025

El Trio (Lapouble, Lew, Cevasco) - Todo En Su Medida Y Armoniosamente (1974)

Este post está dedicado a la memoria de Adalberto Cevasco, quien partió el pasado lunes 3 de marzo. Maestro, vuela hacia el centro del corazón del mar, tu música siempre alumbrará toda penumbra.

La evolución del jazz en Argentina alcanzó niveles superlativos en la década de los 70. No obstante, se conoce poco sobre el desarrollo del jazz fusión; se habla poco del talento y valentía de muchos músicos de jazz que buscaban, casi simultáneamente al ámbito rockero, nuevos lenguajes y formas de transmitir su música. Con esto quiero decir que, mientras bandas como Aquelarre o Invisible gestaban álbumes como Brumas y el debut homónimo de Invisible, en el ámbito jazzero más vanguardista también se encontraban creando y explorando con la misma intensidad e ímpetu que cualquier joven de la época.

Carlos Alberto Lapouble, más conocido como Pocho Lapouble, uno de los bateristas más talentosos del jazz latinoamericano, tenía aproximadamente 31 años en 1973. Mientras que Adalberto Cevasco, eximio bajista y pianista, tenía 27 años; tan solo un año mayor que Ricardo Lew, grandioso guitarrista y respetado músico de sesión. Pero, El Trío tenía un cuarto miembro tras las sombras, y era Víctor Díaz Vélez, otro talentoso pianista que, según las notas de la contratapa del LP, aportó a la banda muchos acordes de su vasta colección. Y como si fuera poco, una jovencísima Patricia Clark aportó su hermosa voz en dos canciones del álbum.

Poca información existe sobre cómo El Trío se conformó; lo más probable es que haya sido una unión natural entre tres músicos talentosos, ya que varios músicos de jazz se dedicaban simultáneamente a trabajar como músicos de sesión, y se podría decir que no eran pocas las ocasiones en que podían juntarse y jamear libremente. En ese sentido, también asoma la figura monolítica de Jorge López Ruiz, quizás el más prominente músico de jazz de vanguardia de Latinoamérica, quien fue uno de los encargados de la producción del presente álbum, junto a Pocho Lapouble. Está claro que, bajo la supervisión de un genio como Jorge López Ruiz, nada podía salir mal; y, de hecho, nada salió mal en este álbum.

Ciertamente, el jazz nunca será un género ni por asomo masivo; mucho menos lo son estas derivaciones experimentales del jazz. Por lo tanto, se puede afirmar que el jazz argentino suele ser subestimado incluso por muchos asiduos del rock vanguardista local. Pero la intención al experimentar con instrumentos eléctricos, creo yo, fue toda una declaración de intenciones. Estos tres prodigios, como Lapouble, Lew y Cevasco, no solo pretendían traspasar fronteras generacionales demostrando que el jazz no se quedaba atrás en la búsqueda de nuevos lenguajes musicales, sino que, a su vez, se atrevían a difuminar las barreras entre uno y otro género, lo cual es ciertamente peligroso para quienes son acérrimos puristas, pero extremadamente excitante para quienes adoramos las propuestas arriesgadas y sin arraigos en el temor a quedar desclasificado.

En otras palabras, todo género musical tiene una raíz, un tallo y unos frutos bien consolidados, lo cual es cierto, y eso se respeta, pero no te hace destructor de algo el hecho de aventurarte al menos una vez en tu vida en una grabación tan aventurera y vanguardista como la realizada en este álbum, ¿cierto? Era inevitable contener la hiperactividad musical de estos tres genios, y era, por lo tanto, consecuente que una obra así quedara grabada para la posteridad como un testimonio único de una confluencia mágica, que es, a su vez, el reflejo auténtico de una época convulsa y difícil, aspectos que, en lugar de someter la creciente creatividad artística, propiciaron que esta se manifieste aún con mayor fuerza: la vitalidad ingeniosa que buscó cómo salir hacia la luz en medio de las tantas grietas que se acontecían en el día a día de la Argentina de 1973.

Por otra parte, se ha dicho que este álbum fusiona jazz modal, big band, post-bop y folklore local argentino; claramente este hecho hace que no sea un álbum accesible a la primera escucha. Poder sumergirte en una propuesta así requiere mucha paciencia, dedicación y cariño por el trabajo de estos tres músicos. Pero una vez logras encontrar esa medida y armonía de la que te habla el título del LP, entonces, escuchar cada canción se convierte en una travesía atípica hacia la libertad.

En medio de toda la epopeya experimental en la que se sumergió el jazz argentino, el álbum Todo En Su Medida y Armoniosamente es indudablemente uno de sus pilares (y hay muchos más) que, ciertamente, nunca alcanzarán la popularidad ni siquiera en los círculos jazzeros, pero está claro que no fue una obra concebida para ser popular, sino, quizás, y aquí entramos en la plena especulación poética, para trazar lazos con las comisuras más extrañas del alma. Un álbum que, si es escuchado con receptividad, será un perfecto himno para aquellas personas hábidas de creatividad y espiritualidad.

Cod: #1793

domingo, 8 de diciembre de 2024

Fred Van Zegveld - Hammond Organ Dynamite (1969)

En su país natal el organista holandés Fred Van Zegveld supo hacer de las suyas con varios emprendimientos, por ejemplo siendo parte de la banda ‘’Roek's Family’’ con la que publarian el disco ‘’Get Yourself A Ticket’’ de 1969, pero tal vez uno de los puntos discográficos más notorios de su carrera fue este álbum en solitario, ‘’Hammond Organ Dynamite’’, publicado en 1969.

Poca información hay dando vueltas por ahí en la red sobre el autor, hay un comentario común que dice que es en realidad el estudio estaba preparado para grabar a otro artista, el cual no se presentó a la grabación, el buen Fred Van Zegveld andaba por ahí y aprovechando el momento entró al estudio con su banda y así salió el disco a la luz.

‘’Hammond Organ Dynamite’’ es un álbum típico de época con su sonido Hammond, sus reinterpretaciones de temas de The Beatles y sus búsquedas con miras amplias. Con el jazz de trasfondo y el órgano Hammond como líder de la producción, el disco presenta una serie de pistas en su totalidad instrumental y con mucha injerencia de las composiciones del artista, aunque también con algunas reinterpretaciones de temas conocidos, tres más específicamente, dos del repertorio de The Beatles y el "Whiskey" original de  Errol Garner.

Es un sonido que sabe ser suave cuando quiere, con momentos muy agradables de jazzy blues y piezas cortas de jazz fusión, y cuando quiere se acerca al rock y explota con alguna composición mucho más poderosa. 

El sonido del Hammond se adecua a cada situación de manera maestra, con sutilezas, suavidades y arreglos delicados en temas de pop, con vertiginosidades un poco mayores en algún jazzy blues cuando la ocasión lo amerita y con explosiones cuando se meter en algo de rock, o jazz rock, con un sonido mucho más frontal.

El disco es totalmente instrumental, hay un par de bluses altamente deliciosos, en los que suele aparecer una guitarra de fondo tirando algunas bases y no mucho más que eso más allá de sus segundos de gloria en el tema ‘’Round About 12’’, de todas formas no es necesario ya que el órgano interpreta lo justo y necesario para que la experiencia de su sonido solo haga brillar al sonido.

Hay mucho por escuchar aquí en el sentido de intensidades y búsquedas, la lista de tracks no es homogénea, todo el álbum es, aunque instrumental y aunque ejecutada por el mimo combo de músicos, una búsqueda de muchas cosas sucediéndose.

Es un álbum con su rock, su psicodelia, sus momentos de improvisación, sus búsquedas sonoras, piezas en su mayoría no tan extensas, y con su vena jazzera atravesando cada pasaje de las interpretaciones. No es un sonido excepcional ni mucho menos progresivo salvo por alguna suerte de fugaz momento improvisado donde sueltan las líneas un poco, pero no mucho más que eso, en general es un álbum que cuida los momentos y se maneja por un lugar estándar en la ejecución.

Publicado bajo el sello Park, el disco es una pieza extraña más allá de los conocedores de la psicodelia underground de epoca y de los amantes del sonido Hammond de época que puedan llegar a encontrar interés en esto.

Hacia finales de los 60s, con la explosión del órgano Hammond como recurso mucho más portátil y practico que un piano, este instrumento/sonido se convirtió en una pieza fundamental para el estilo de varios géneros, en especial el rock psicodélico, el rock progresivo, y por supuesto también el jazz y jazz fusión. Este lanzamiento refleja la fiebre que hubo con los lanzamientos jazzy blues y aledaños con sonidos caracterizados por el órgano Hammond.

Cod: #1782

domingo, 1 de diciembre de 2024

Jeremy Steig - Legwork (1970)

Las miras de esta producción brillan por un quehacer que se refleja en una búsqueda creativa que llama la atención inmediatamente. Aunque con pocas pistas, arreglos solo instrumentales y nada de voces, se las arreglan para crear todo un mundo muy creativo instrumentalmente hablando, de fusiones, inventos y vanguardias. Un sonido que está a la altura de su época, discos que llaman la atención por lo profundo de su visión creativa y que eran el reflejo del caldo de cultivo creativo que se estaba gestado en el momento y que darían como resultado una enorme cantidad de producciones discográficas extremadamente virtuosas y creativas.

El flautista Jeremy Steig había tenido hasta entonces una muy prolífica producción discográfica, especialmente ligada al jazz, y para su disco ‘’Legwork’’, de 1970, esto no sería la excepción, siendo un trabajo muy ligado al jazz y a su ejecución líder de la flauta traversa, aunque en este caso el artista se encamina más hacia la experimentación abstracta instrumental, tal vez de estilo free jazz, además de encontrarse hacia el camino de las fusiones típicas de por aquellos años, como elementos de blues o funk.

El trabajo tiene mucho en su interior, mucho estilo, grooves pegadizos, muchas improvisaciones, mucha visión de búsqueda y experimentación, incluso The Beasty Boys llegaron a samplear algo de este disco, más especialmente de la pieza ‘’Howling For Judy’’. Dicho track se encarga de abrir el disco y está compuesto por un riff pegadizo interpretado en flauta sumado a la ejecución unísona de otras dos o tal vez tres flautas más que funcionan en una creación única en su gama, para cualquiera que tenga oído y algo de gusto por la música de la época sería imposible no quedar fascinado con esta pieza maestra, es un groove que ya desde 1970 anuncia mucho de lo que vendría a futuro.

Este trabajo es muy amplio aunque no haya voces y sea aparentemente improvisado, que de improvisaciones tiene mucho, mucha buena zapada, aunque también mucha idea y planeación hay aquí para que todo este proyecto funciona y sus innovaciones salgan a la luz. No es tan común, incluso para la época, que una flauta lidere el sonido total de un disco, y que no solo lo lidere, sino que lo protagoniza, lo improvisa, lo dirige y moviliza con una fuerza creativa inagotable. Jeremy Steig demuestra ser un incansable creativo y un hábil ejecutante de su instrumento, con un el cual crea nuevos mundos.

Hay mucho en el disco por explorar, desde la agradable ‘’ Hot-Head’’ con aire de blues, y forma de blues, toda una sesión blusera en la que participa una guitarra eléctrica pero sigue siendo la flauta la protagonista, una buena jam sesión de blues es todo lo que necesita un disco de la epoca para completarse hacia su perfección posible, y aquí liderado por una flauta, mucho mejor aún.

‘’Alias’’ comienza con unas baterías funk y se mantiene por esa línea durante toda la pista, otra pista que si no fue sampleada debería serlo porque tienen mucho en su interior y tiene mucho momento que tranquilamente podría ser parte de una creación aparte. Esta pieza de cuatro minutos es, al igual que la ya nombrada ‘’Howling For Judy’’, momentos de un groove de adelantos y sonidos que reverdecen en su presencia, revitalizan al disco y tienen miras hacia el futuro con sonidos funk groove pegadizos. Más de los momentos que reflejan el fino trabajo que hizo el compositor para entrelazar varios arreglos de flauta a la vez.

Hasta allí ya hay mucho explorado sobre el disco pero todo ese mundillo del funk no es lo único que caracteriza al disco. Tal vez ‘’Howling For Judy’’ es lo que llame la atención del disco por su vinculación con los The Beasty Boys, peor lo cierto es que hay mucho más que explorar aquí en cuanto a sonidos y experimentos. Algo que caracteriza a varios de los discos de Jeremy Steig es lo amplio de sus miradas y su alcance con las composiciones, y por supuesto esta no sería la excepción, ya que en este trabajo hay lugar también para la vanguardia y la experimentación no solo ‘’pop’’ sino también hacia momentos oscuros.

Ya en ‘’Nardis’’ tenemos un sonido de un estirpe totalmente diferente a lo que se espera del disco, con Steig haciendo gala de más de sus habilidades, recursos, técnicas, imaginería, y búsquedas sonoras, en una pieza de once minutos de duración que explora hacia terrenos de jazz de vanguardia, en una pieza de estructura estándar y sonido en el que aparecen únicamente contrabajo y flauta. Aquí cada instrumento tiene su momento para lucirse y sacar de la galera su improvisación, para terminar con los motivos de composición que sonaban al comienzo de la pieza.

Otros momentos de experimentación en el disco, con ‘’Permutations’’ con el trio completo haciendo de las suyas pero en modo más libre y no tanto dependiendo de un patrón percusivo particular, allí parece que las líneas de batería se abrieron comenzando con un sonido casi indeterminado para recaer sobre momentos de jazz. O también aparece la pieza ‘’Piece Of Freedom’’ con la que cierra el disco, otro momento de amplitudes y búsquedas, esta vez si ya de mayor vanguardia y búsqueda sonora indeterminada. Toda este producción está ligada profundamente, entre otras cosas, al jazz, estilo que determina a fuego toda su producción sonora general.

Tal como en este disco se refleja, hay mucha tela que cortar en las producciones proto fusión psicodélicas de Jeremy Steig, epoca predilecta para el artista creador que dejaría varios trabajos en esa línea, aportando muchísimo al arte de por aquellos años. Desde sus comienzos con ‘’Piece Of Freedom’’ de 1964, el ya nombrado en este blog ‘’Jeremy & the Satyrs’’ de 1968, o siendo parte del trio de Bill Evans en ‘’What’s New’’ de 1969, entre tantísimos lanzamientos posteriores.

Cod: #1781

viernes, 9 de junio de 2023

Nicholas Payton - Sonic Trance (2003)

Este disco de fusión que en parte replica los sonidos vanguardistas de la época funk de Miles y la época electrónica de Hancock, y ha bebido muy bien de esa tradición setentera pero la ha replicado a la era moderna, por lo que los ritmos se ha vuelto más estrechos y directos, los sonidos más limpios, pero por suerte la experimentación se redobló, en este caso, con el uso de las nuevas tecnologías y las miras hacia pasados donde verse reflejados, por lo que la experimentación cumple un rol importante en este sonido.

El trabajo abre con unas palabras en inglés que perjuran un ‘’sonic trance, sonic trance…’’, como anunciando un viaje prometedor en el que las funciones de los músicos serán las de estar en un trance o, en su defecto, generar un trance en el oyente, en todo caso ese trance ya no será con una vanguardia cósmica, o con un libre albedrío cacofónico, o con una sesión instrumental orgánica afro futurista. ‘’Sonic Trance’’ se acerca a una visión moderna donde se le injerta un barniz de hip-hop, por lo que a menudo en el disco hay algunos sampleos o insinuaciones y guiños hacia otras piezas históricas del jazz o voces en algún especie de improvisación vocal.

El ‘’Trance’’, por lo tanto, sigue estando allí, entre búsquedas experimentales, sampleos, algunas percusiones agregadas, el virtuosismo de los ejecutantes que vuelven a las improvisaciones en proezas a degustar cuidadosamente, una búsqueda de estilos muy amplia que hace que las dieciocho piezas que componen el disco, un viaje de más de una hora, sea una aventura completa que desfila por un sinfín de tramas e inventos de variada manufactura y textura fusión. 

El disco está lejos de ser un disco promedio en un discografía de jazz básico, este trabajo es un experimento en sí mismo, con melodías abstractas de vanguardia, momentos de yeites a tradiciones con mezclas de fusion, sampleos, guiños al hip-hop, instrumentaciones virtuosas, impecables, Payton soplando sobre ritmos comprimidos e irregulares, cuando otros momentos son más relajados, conmovedores y suaves.

Hay también una sensación de uso expansivo de la instrumentación, entre trompetas y teclados de época,  el sonido puede volverse deliciosamente desordenado entre las improvisaciones modernas, los guiños hacia los hitos, y los sampleos sintéticos que se mezclan entre tanto. Si buscan hip-hop jazz lo encuentran más especialmente en la loca pieza ‘’Stinkie Twinkie [Remix]’’, que a su vez se conecta con las siguientes en una combinación de experimentaciones deliciosas. Este es un disco doble, ya hacia la segunda parte del mismo se hacen presentan algunos momentos hip-hop más marcados, con percusiones jazz adecuadas a tempos pegadizos, armonías en teclados, y líneas de viento que juegan entre vanguardias dispersas en el aire, logrando generar el conjunto un sonido múltiples formas en una sin perder las cadencias rítmicas hipnóticas del hip-hop, un invento muy agradable. 

A lo largo del comienzo de su carrera, el trompetista Nicholas Payton ha estado en estilos sobre las tradiciones de su ciudad natal de Nueva Orleans. Sin embargo para ‘’Sonic Trance’’ de 2003, ha dado a conocer un nuevo enfoque, un cambio radical que se salta varias décadas al deslizarse hacia la era moderna, renovando su repertorio, adicionando estilos modernos para esa época, y enfocando la instrumentación de su conjunto para adecuarlas a fusiones más amplias pero estrictas y virtuosas.

Aquí algunas palabras de Payton sobre sus nuevos sonidos en aquellos años: ‘’Como siempre, mi deseo es llegar a la mayor cantidad de gente posible. Independientemente del tipo de disco que haya hecho, siempre he tenido eso en mente. Siempre traté de crear lo que pensé que era música buena, algo que se sintiera bien, algo que los inspirara a bailar o reflexionar, si querían. Ese siempre fue el objetivo, por lo que el nuevo álbum es algo en lo que he estado trabajando durante bastante tiempo. Para mí, no es una sorpresa. Parece la progresión natural desde donde quería ir. Si miras ciertos elementos de mis discos, en términos de mi amor por el R&B en el pasado, he grabado canciones y hecho versiones de canciones dentro del idioma. He incluido muchas texturas diferentes en mis discos. Para mí, esta es la progresión natural desde donde me dirigí durante un tiempo. Es una música muy orientada al ritmo, sensual y para sentirse bien. Puedo ver que la idea de que no sea un llamado "disco de jazz" puede ser discordante para algunos, pero creo que está dentro de la tradición de los discos de Nicholas Payton.’’

Cod: #1739

jueves, 8 de junio de 2023

Elephant9 - Dodovoodoo (2008)

Elephant9 es una banda noruega, un trio nacido en el 2006, en Oslo, de jazz rock bastante ecléctico, ellos supieron crear un estilo realmente propio. Inicialmente se hacían llamar ‘’Storløkken / Eilertsen / Lofthus’’. Nombres correspondientes a los miembros de la banda, Ståle Storløkken ( teclado ), Nikolai Eilertsen ( contrabajo ) y Torstein Lofthus, pero cambiaron el nombre a Elephant9 después del primer año juntos.

El trío lanzó su álbum debut ‘’Dodovoodoo’’ en 2008, grabado en vivo en cinta analógica en los Grand Sport Studio, en Oslo, en Noviembre de 2007. Tratándose de una música fusión en la que convergen jazz, rock, y toda su imaginería instrumental progresiva, derivándose en un sonido netamente personal y propio, sesiones instrumentales en las que van derramando todo lo que saben y la fusión que saben desprender, que es de un enorme nivel. 

Las piezas en su mayoría tratan de atascos semi improvisados, atascos rabiosos y con furia, un sonido que aplasta todo a su paso y que no baja jamás de su intensidad, sobrecargando el audio de efectos, órganos hammond y libre-improvisaciones abrumadoras. Un estilo fusión ejecutado con mucho ímpetu y mezclado con funk y psicodelia, todo desarrollándose en una atmosfera instrumental neta de desborde instrumental e improvisación, un envase libre y casi sin estructuras.

Por momentos, por el sonido tan característico arrancado al órgano Hammond, recuerdan a algunos emprendimientos psicodélicos de los 60 o 70, similares por ejemplo a un disco homónimo extraño llamado CHILLUM, un disco 1971. Algunas alegorías similares parecen surgir de la época, se acercan a algunos delirios propuestos por el Miles Davis de los 70, entre funk, free jazz y solos libres.

El sonido se mantiene álgido de principio a fin, la sesión rítmica es consistente aun en los pasajes improvisados y más calmos, lo que le da el toque contemporáneo, a un sonido que a la vez tiene mucho de los 60 y 70, en especial por la implementación de órganos hammond y sintetizadores, por parte de Ståle Storløkken. 

Comienza con un alto ritmo y el tempo casi nunca se relaja en todo el álbum, con la excepción de "Hymne", una pieza lenta y solemne interpretada en órgano, pero eso es sólo una desaceleración muy temporal, para que la maquinaría retorne a toda potencia en el resto de las pistas. 

Musicalmente se acercan a Weather Report, Medeski, Martin and Wood, Miles Davis, o incluso recuerdan sutilmente a Emerson, Lake & Palmer, pero son sólo superficiales estos acercamientos, Elephant9 cuenta con su propio ímpetu y su propio poderío, creando su propia fusión con improvisaciones, potencia y muchos sonidos rústicos. A pesar de la naturaleza cooperativa y democrática de Elephant9, es Storløkken quién es la estrella más clara. Considerado durante mucho tiempo uno de los más grandes tecladistas de improvisación de Noruega, interviene y dirige en el disco, como el instrumento principal del trio, y lo hace de una manera formidable.

Más tarde seguirían con los discos ‘’Walk the Nile’’ en 2010, disco que fue galardonado con el premio Spellemannprisen 2010, y se ha hecho que la banda ganara su lugar de honor dentro del fusion de todo el mundo. En su tercer álbum de estudio de ‘’Atlantis’’ , lanzado en 2012, contaron además con el apoyo del veterano guitarrista Reine Fiske, y fue acompañado por una serie de conciertos en el Festival de Jazz de Kongsberg , y en otros festivales de Noruega como "Union Scene" y "Victoria, Najonal Jazzscene".

Cod: #1738

domingo, 4 de junio de 2023

Bob Downes Open Music - Hells Angels (1975)

Siguiendo la línea de los trabajos que venía publicando, Bob Downes presenta su ‘’Hells Angels’’ de 1975, el último trabajo de esta etapa de su carrera en la que prácticamente hizo lo que quiso, como quiso y cuando quiso, siempre en terrenos del jazz pero llevando al género a lugares insospechados incluso para su coterráneos de la escena inglesa progresiva y vanguardista.

El sonido del disco es en parte una decantación de todas sus experiencias previas, en tanto a jazz libre, vanguardismos, búsquedas libres sin estructuras fijas, momentos solos de flauta, jazz rock, arreglos orquestales, etc., en síntesis, la experimentación típica de la casa para un Downes que hizo aportes enormes al vanguardismo inglés pero que no fue del todo apreciado por la escena Cantarbury.

Era la época más prolífica de Bob Downes en cuanto a discografía y exploración musical, habiendo experimentado ya para la época con música de cámara para flauta, jazz rock, música de biblioteca, música abstracta, vanguardismo, y otros inventos, etc., y para este disco aparecería un nuevo invento, ya que en la primer pieza del disco, la llamada ‘’Hells Angels (a visit to the devil)’’, se puede escuchar una nueva arremetida imaginativa, habiendo jazz-rock y siguiendo con una combinación entre jazz libre y elementos electrónicos, un muy interesante experimento, una pieza sofisticada, progresiva, que transita por varias partes. 

Este interés de combinar jazz y electrónica ya había sido emprendido en la época por el prodigio George Russell en sus obras vanguardistas, o sino también por otros como Freddie Hubbard, Paul Bley o el mismísimo Sun Ra, todos vanguardistas del jazz. Bob Downes no podía dejar de ser quien emprendiese ese experimento en Europa.

En cuanto a la concepción estructural, el disco está pensado de forma conceptual, con una pieza de diecisiete minutos de duración que ocupaba originalmente todo el primer lado del disco y siendo ejecutada por los once lementos de la banda entre metales y grupo de rock, la ya nombrada ‘’Hells Angels (A Visit To The Devil)’’. Mientras que la lado segundo del disco estaba ocupado por una serie de piezas más cortas pero no menos considerables, cinco piezas para la segunda mitan del trabajo.

En la segunda cara del disco Downes sigue experimentando con las sesiones de jazz libre, entre jazz rock y sesiones de libre ejecución, demostrando que estaba a la altura de ejecutantes libres europeos como Evan Parker y Peter Brotzmann. Predominantemente ejecutado por el trio de jazz, las ejecuciones son más estándar aunque muchas veces se salen de la formula básica del jazz para enroscarse en formas más libres en cuanto a estructura, armonía e improvisación.

Desde su lanzamiento solista de su ‘’Open Music’’ de 1970, siendo un álbum ganador de premios y ubicándolo como el mejor flautista de Inglaterra, Downes ha demostrado una profundidad conceptual enorme en sus obras. ‘’Hells Angels’’ es el producto final de una travesía sin igual en Inglaterra, que con su ‘’Open Music’’ y bajo su sello Openian llegó a explorar y presentar, transitando por varias facetas. Downes se retiró de su ‘’Open Music’’ después del lanzamiento de ‘’Hells Angels’’, siendo lo último que publicaría hasta después de varios años  en la década y las décadas siguientes.

"South American Journey" e "Inside Stonehenge" son algunos de sus albumes siguientes ya aparecidos en la decada de los 80s. Bob Downes se mudó al continente a finales de los 80 y ahora tiene su sede en Alemania, y continúa actuando como solista, tocando durante la ejecución de pinturas y exposiciones de arte, organizando talleres de flauta y lanzando algún que otro álbum de vez en cuando, "Sueños de la Naturaleza" de 1993.

Cod: #1735

viernes, 2 de junio de 2023

Donald Byrd - Electric Byrd (1970)

El Pájaro Eléctrico emana su campo electromagnético de vibraciones alfa y moviliza las ondas subsecuentes, que lo circundan, en ráfagas que priorizan el avanzar por el espacio interior y exterior, no deja nunca su viaje porque su movimiento por el espacio-tiempo es su maldición y su razón de ser, recibe señales de lugares lejanos ya que su cuerpo magnético está compuesto por capas que se subyugan en un efecto de composición aurea y que reflejan el contenido de su misión, de su viaje y de la esencia de lo que lo rodea. El Pájaro Eléctrico vuela por entre todos nosotros esparciendo así la semilla de lo misterioso!

En una era de cambios, ebulliciones, influencia de la psicodélia obre el jazz, una era marcada a fuego, en el terreno del jazz, por los nuevos sonidos del Miles eléctrico del Bitches Brew, continuaban apareciendo elementos que ayudaban a realizar el trocar de los sonidos psicodélicos hacia una transición a lo progresivo. En este terreno el Electric Byrd de Donald Byrd amortiguó de buena manera los efectos de los nuevo sonidos de Miles y, con un elenco de elite, pudo proponer incluso nuevos aires dentro de las nuevas formas del jazz, que eran los viajes hacia las extensísimas sesiones fusión entre aires eléctricos, psicodelias espirituales y viajes cósmicos hacia afro-futurismos y nuevos sonidos de punta.

Electric Byrd se suma a la tendencia del experimentar eléctrico, con un fusión suave que sabe a dónde va y encuentra nuevos aires en algo en lo ya que se había comenzado a experimentar. Es uno de los discos más llamativos del Donald Byrd de la época y seguramente el mejor de su periodo fusión, proponiendo cuatro extensas pistas que rondan los diez minutos cada una y que ofrece una suavidad pocas veces vista en el fusión. Todo está perfectamente planeado pese a las improvisaciones, no hay excesos en la distorsión, es equilibrado y circula con ritmos funky en un andar que agrada y envuelve inmediatamente tras la primera escucha.

Pese a ser un disco de vanguardia, innovaciones y fulguraciones en terrenos del fusión temprano, la característica de este trabajo no es un vanguardismo extremo como el Bitches Brew, para ser en cambio el Electric Byrd una propuesta con cierto antagonismo que utiliza un costado más racional del funk y más convencional de la sesión extendida, siendo tan orgánico hasta donde la improvisación le permite pero sin caer en excesos de libre albedrio, todo está muy bien planeado y finalmente queda un aire de que se ha recorrido mucho y viajado bastante, especialmente por las extensas duraciones, las tramas progresivas de las composiciones y las muy buenas improvisaciones.

También cabe destacar esa característica tan ‘’cosmic’’ que posee el sonido, originada con ecos y efectos en las instrumentaciones, además de estar relacionada y explayada esa sensación en las extensas sesiones improvisadas de jazz progresivo surgido de los sutiles cambio en las composiciones. Aires místicos, viajes siderales, emprendimientos de ambición improvisadas que fluyen como ondas y que incluso han logrado que algunos tildaran a este disco de algo así como  ‘’jazz psicodelico’’, por ser un sonido que flota sobre el piso, vuela con empuje propio y contiene un misterio muy agradable.

El elenco que participó de la grabación del disco estuvo integrado por estrellas nivel top mundial del jazz de la época, lo que hace de este disco un inequívoco artefacto que e ubica entre los mejores discos fusión del momento. De aquí participaron: Donald Byrd en trompeta, Jerry Dodgion en saxo y flauta, Frank Foster en saxo y clarinete, Lew Tabackin en saxo tenor y flauta, Pepper Adams en saxofón barítono y clarinete, Bill Campbell en trombón, Hermeto Pascoal  en flauta (solo en "Xibaba"), Wally Richardson en guitarra, Duke Pearson en piano eléctrico, Ron Carter en bajo, Mickey Roker en batería y Airto Moreira en percusión.

La presencia de figuras de la música fusión brasilera, como Airto en percusión y Hermeto Pascoal en flauta (solo en "Xibaba"), incrementan la solidez del All-Star y adicionan esa cuota tan enriquecedora e icónica como les es posible y que proviene del sabor de la samba y el fusión brasilero. Airto deja algunos buenos sabores con su berimbau en la pieza ‘’Essence’’ pero principalmente aporta su composición ‘’Xibaba’’ (que también publicaría en su disco solista ‘’Natural Feelings’’ ese mismo año), que enriquece el disco, le da nuevos aires, nuevos sabores, una cuota de samba fusión que era una pequeña tendencia que logró figurar entre la alta esferas del fusión mundial.

La condición de ‘’electric’’ en el titulo representa un cambio hacia una nueva tendencia de la época, desarrollada de forma personal y no vana, más pop, más orgánico pero complejo, más funky, más ligero, más suave en un trabajo de armonías impecable. Muchos de los discos de la época aun suenan frescos y difíciles de imitar, este es uno de ellos, por las tendencias cambiaron, las vanguardias transmutaron hacia otros lares, y el jazz de grandes obras se modificó en nuevas vanguardias modernas.

Cod: #1734

lunes, 9 de enero de 2023

Gabor Szabo - Mizrab (1972)

La faceta de Gabor Szabo en este disco es ya una de haberse despegado del formato de composición corta, rozando con el easy listening, que caracterizó algunos de sus lanzamientos primarios, para ahora adaptarse más a las visiones del prog/fusión setentero, con un álbum con pistas un poco más extensas, de hecho dos de ellas duran aproximadamente diez minutos, y con una plantilla de músicos acompañantes que amerita semejante experimento, aquí tenemos, además de Szabo, a  Bob James en piano electric y además como arreglista y conductor de orquesta, Ron Carter en bajo, Billy Cobham aportando baterías en un par de pistas, Jack DeJohnette también en batería, Hubert Laws en flauta, entre otros tantos genios del jazz de la época, un elenco impresionante.

Esta tal vez sea una de las primeras exploraciones de Szabo hacia el terreno del fusión propiamente dicho, lo había hecho anteriormente pero de forma prototípica, en momentos tempranos hacia finales de la década del 60, habiendo arribado a los Estados Unidos y llevando sus sonidos étnicos de su Hungría natal, con discos más psicodélicos como ‘’Bacchanal’’ y ‘’Dreams’’ ambos de 1968, y más temprano el interesante ‘’Jazz Raga’’ de 1966.

Pero es para ‘’Mizrab’’, de 1972, en el que presenta ya un sonido mucho más maduro dentro de un fusión de la época, no menos aventurero o experimental pero sí volcado de lleno hacia vanguardias más formales que le hacen el guiño acercándose al jazz fusión. De todas formas se lo nota a Szabo adaptándose a este experimento de extensas sesiones. Las dos primeras pistas del álbum, que ocupaban originalmente el lado A del disco, tratan de justamente eso, dos piezas fusión de extensión de aproximadamente diez minutos cada una. 

La homónima ‘’Mizrab’’ que abre el disco es un atasco que comienza sutilmente hasta enroscarse en una sesión de improvisación muy acertada, la calidad de los músicos hacen el nivel de un sonido exquisito. El sonido en general es de una elaboración esmerada, con introducciones, accesos a piezas con crescendo de intensidades, partes sutilmente progresivas internas y composiciones finales, esto por lo menos parece ocurrir en las primeras dos piezas del disco. 

Szabo parece haber dejado por un momento sus preferencias étnicas en las melodías, tan expresadas en sus experiencias discográficas anteriores, para ahora, que aunque su sonido sigue teniendo su sello personal, volcarse lentamente hacia un fusión occidental.

Ya para el lado B del disco original aparecen otro sonido, siempre fusión pero ya con otras propuestas compositivas. En ‘’It's Going To Take Some Time’’ hay un pequeño revival easy listening, en una canción orquestada bellamente y con la guitarra de Szabo haciendo de melodía principal y solo. Este segundo lado del disco está caracterizado por la aparición de la orquestación, prácticamente las tres piezas del segundo lado del disco están orquestadas, y es allí cuando el disco brilla con un don aportado seguramente por el arreglista Bob James, un gran acierto para el disco.

El lado B se completa con ‘’Concerto’’, que es exactamente eso, una pieza de sofisticación que abre con un auténtico concierto para cuerdas que se fusiona con una sesión de jazz fusión interna, un sonido pocas veces escuchado salvo por algunas bandas que experimentaron con este tipo de experimentos. Para finalizar el disco aparece ‘’Summer Breeze’’ entre fusion, sinfonía y easy listening, otra pieza con buen groove y buenos solos del guitarrista.

Szabo, en este disco, se maneja en el espacio con su guitarra liderando las partes, armonías y progresiones, con un dialogo melódico que se desarrolla a lo largo del espacio con sutileza, aprovechando los silencios, utilizando muy bien las armonías, siendo sutil, justo con las notas y siempre con su dejo étnico en las cuerdas, un sabor que caracteriza su estilo en lo melódico. 

‘’Mizrab’’ finalmente es un gran acierto de jazz fusión, con orquestación, buena elaboración, finos solos de guitarra líder, una apertura hacia un nuevo sonido, y un elenco de elite que hace de la experiencia un buen viaje por entre el jazz más alto de la época.

Cod: #1706

domingo, 1 de enero de 2023

Mandrill - Mandrill (1970)

Este es un disco muy entretenido ya que ofrece algunas variantes compositivas que sacan al disco de un lugar cómodo y lo ubican entre los clásicos de la época. El trabajo comienza con la pieza homónima ‘’Mandrill’’ en la que presentan un sonido afro cuban, un atasco con percusiones, guitarra eléctrica y órgano, muy a lo que había presentado al mundo Santa hacía poco tiempo antes. Pero el disco comienza a variar en la siguiente pieza, ya para el segundo track, ‘’Warning Blues’’, presentan justamente eso, un blues con tintes funky y buenos arreglos internos, con roces con el blues clásico. Ya para la tercer pieza aparece una balada que cambia rotundamente el viaje sonoro del disco, ‘’Symphonic Revolution’’, un tema suave con sutiles arreglos sinfónicos de fondo. 

Una vuelta hay en ‘’Rolling On’’ hacia el estilo latin rock, comenzando con una canción más convencional pero con buen sabor y buenos arreglos, un tema entretenido que sigue recordando al sonido de Santana, comenzando como canción, pasando por un pequeño atascos afro cuban, y continuando con una parte muy al estilo latin boogalo con más atascos e improvisaciones, al final vuelven las vocalizaciones y cantos y el tema termina como canción en pleno atasco. Una pieza realmente sofisticada, con sabor, ritmo, instrumentación, y fusión ya que hacia el final se puede escuchar algún arreglo coral evocando un estilo de góspel. Mucha fusión y sonidos en una sola pieza, delicioso!

Y para continuar con una oferta compositiva muy variada aparece ya el segundo lado del disco en el que la banda se vuelca de lleno a una autentica suite progresiva dividida en cinco movimientos, una suite realmente compleja que refrenda al disco lo revitaliza y lo coloca en un lugar de preponderancia y poder compositivo para lo que es la época, sin quedar atrás de nadie a la hora de imaginar su música. 

‘’Peace And Love (Amani Na Mapenzi)’’ es la suite en cuestión, ya apareciendo más sonidos, con una intro con sonoridades experimentales, agregados de jazz en metales, hard rock, más jazz en interludios muy ricos, momentos internos progresivos, partes sinfónicas, y un final que remonta el atasco afru cuban con una percusiones y momento hipnóticos. Todo un experimento que trata de auténtico rock progresivo. Y para terminar el disco y seguir molestando con sonidos muy diversos aparece un plus con la pequeñas piezas ‘’Chutney’’, otra balada, esta vez una balada jazzy instrumental muy agradable y perfecta para cerrar el disco.

En toda la mezcla del disco aparece siempre presente el sello afro cuban entre arreglos y percusiones, también hay elementos de jazz o fusión dando vueltas en varias partes, además de aparecer un blues, elementos con los que la banda crea su propia personalidad, personalidad que dejaría una gran impresión en la época y perduraría hasta el día de hoy en el que la banda continúa con vida, ya reformada y con nuevo personas y sonido, y nuevos lanzamientos.

Y a continuación algunas palabras provenientes de la página web de la banda, que ofrecen más info y visiones sobre el sonido del grupo:

''El legendario MANDRILL salió "de la nada" hace cinco décadas, empujando el sobre musical con una combinación contundente de trompetas pesadas y percusión pesada superpuestas hábilmente en una mezcla compleja de sonidos Funk, Jazz, Latin, R&B, Rock y Afro-Caribbean. , pionero en un género llamado "World Music". Esta "mezcla" cultural es un elemento básico de la industria actual pero, debido a su trabajo innovador, MANDRILL, ganador del premio Grammy, atrae la adoración entusiasta de los seguidores de todo el mundo que se han sentido conmovidos por la "Experiencia Mandrill".

Mandrill se formó en Brooklyn, Nueva York en 1968. La banda original incluía a tres hermanos: Carlos Wilson (trombón, percusión, voz), Lou Wilson (1941-2013) (trompeta, percusión, voz) y Ric Wilson (saxo, percusión). , voz). Los hermanos Wilson nacieron en Panamá y crecieron en el área de Bedford-Stuyvesant de Brooklyn. Los hermanos tocaron música juntos desde la infancia, pero también llevaron vidas diversas. El fundador, miembro y graduado de Harvard College de larga data de Mandrill, el doctor Ricardo Wilson (conocido como "Doc Ric") combinó su carrera musical con su carrera como cardiólogo y especialista en medicina interna. Carlos Wilson, después de su servicio como veterano de Vietnam, también fue uno de los cofundadores de Mandrill, aportando sus habilidades de escritura y arreglos musicales de la Escuela de Música Mannes al grupo.

Otros miembros originales de la banda incluyeron a Claude “Coffee” Cave II (teclados, percusión, voces); Bundy Cenac (bajo) en el primer álbum homónimo de la banda, reemplazado por Fudgie Kae Solomon (bajo, voz) en 1972; Charles Padro (batería, percusión, voz) por dos discos, reemplazado por Neftali Santiago (batería, percusión, voz) en 1973; y Omar Mesa (guitarra, voz), reemplazado por Doug Rodríguez (guitarra principal, voz) en 1974. Esto completó la formación de Mandrill para los años de Polydor, 1970-1975. Un cuarto hermano, Wilfredo “Wolf” Wilson (bajo, percusión, voz), se unió al grupo en 1975. Otros miembros de la banda en años posteriores incluyeron a Juaquin Jessup (guitarra principal), Tommy Trujillo (guitarra principal), Andre “Mouth Man” Locke (batería), Brian Allsop (bajo) y Eddie Summers (batería, voz).

La formación actual de Mandrill incluye a los hermanos Carlos Wilson, Ric Wilson y Wilfredo Wilson, junto con Marc Rey (guitarra principal), Stacey Lamont Sydnor (batería), Derrick "Dock" Murdock (bajo), Eli Brueggemann (teclados, sintetizador ), y Keith Barry (viola, saxofón, flauta). Todos los miembros actuales participaron en la grabación del nuevo álbum de estudio de Mandrill, Back In Town. Este álbum está dedicado a Lou Wilson, quien contribuyó a cada canción del álbum, incluida "Black Wings", que interpretó él solo.''

Cod: #1704

lunes, 19 de septiembre de 2022

Jorge Lopez Ruiz 5 - De Prepo (1972)

‘’De Prepo’’ es el clásico de 1972 del bajista argentino Jorge Lopez Ruiz y su quinteto eléctrico. El grupo se completaba con la crema del jazz argentino de la época: Fernando Gelbard en Piano (Fender Rhodes), Hugo Pierre en saxo, Pocho Lapouble en percusión, y Miguel Chino Rossi en batería. Las pistas incluyen el tributo a Miroslav Vitous en ‘’Mirosbass’’.

Atrás había quedado dos de sus suites, entre las que se encontraba la épica ‘’Bronca Buenos Aires’’ de 1971, y ahora, siguiendo la línea de vanguardia, se mete de lleno en el jazz de la época en cuanto a fusiones, ejecuciones libres y encuentros sutiles con el rock.

Este es un jazz a la Jorge Lopez Ruiz, un estilo vanguardista y de sutil acercamiento al fusión, con implementos de jazz libre, buenos atascos, inventos entre amalgamas y sonoridades particulares, y una buena dosis de improvisaciones del estilo del jazz porteño de la época y del estilo del fusión del momento en el mundo.

El disco recuerda al fusión de Miles Davis en su época de ‘’Bitches Brew’’, con atascos semiimprovisados-semiprefijados que se van construyendo poco a poco en la improvisación de la sesión, aunque no tan aventurado en la extensa improvisaciones, más bien Lopez Ruiz propone todo el sonido del disco en seis piezas de mediana duración.

El sonido es una aventura de amalgamas suaves desplegadas en el continuo de la sesión libre, lo suficientemente libre para rozar el free jazz y lo suficientemente contemporáneo para rozar el jazz rock/fusión, una aventura típica de su época, un vanguardismo con un espíritu refulgente y un concepto artístico que rebasa los límites de la mera música, estilos típicos de una época que, por cuya profundidad y concepto, jamás se repetirá. 

Actualmente el disco se ha convertido en un inconseguible del jazz argentino, llegando a pedirse por las copias que circulan a la venta valores desorbitantes, un ítem raro de ver en edición de época e incluso en reediciones, incluso reedición en cd es muy costosa.

Jorge López Ruiz es uno de los pesos pesados del jazz argentino, con una historia de fulguraciones y creaciones dentro del campo del jazz vanguardista que tuvo lugar especialmente en la década de los 70s. Aportó discos fundamentales al jazz argentino desde su rol de músico, compositor y arreglista, como ‘’B.A. Jazz’’ de 1961, compuso la suite ‘’El Grito’’ a manera de respuesta a aquellos años de violencia militar que estaba viviendo Argentina y que fue publicado en 1967, o su ‘’De prepo’’ de 1972 publicado por un quinteto liderado por él mismo. También es conocido otro de sus emprendimientos también contestatarios con el poder de entonces, ‘’Bronca Buenos Aires’’ compuesta en 1969, grabada en 1970, publicada en 1971. Tanto ‘’El Grito’’ como ‘’Bronca Buenos Aires’’ fueron prohibidas por la dictadura militar.

Como compositor y director, Jorge López Ruiz ha realizado la música de más de 60 films, 40 obras de teatro y cerca de 400 recitales. Varias ediciones de sus discos fueron realizadas en EEUU, Europa y Japón. Participó en la creación del exitoso sello discográfico TROVA. Durante este período se realizaron la mayor parte de las grabaciones de artistas como Vinicius De Morales (Vinicius en La Fusa), Astor Piazzolla, (con quien también colaboró como productor en New York para el sello Clavé), Dorival Caymmi, etc. Tuvo un histórico record de ventas discográficas (nunca superado hasta hoy) como productor, arreglador y director de estrellas como Sandro, Piero, Leonardo Favio, Sergio Denis, etc. 

En 1975 ocupó el cargo de director de A&R, en Emi-Odeon de Argentina. En la primera mitad de la década del 70' fue Profesor del Instituto De Cinematografía de Argentina, en la materia correspondiente a Música de Cine. Con su cuarteto fue premiado por la Fundación Konex como uno de los 5 mejores conjuntos de jazz de la década en la Argentina.

Jorge López Ruiz  explica lo siguiente sobre aquellos años de su carrera: ‘’En aquellos años de furibunda rebeldía (1968-70) yo estaba haciendo “eso” que se llamaba Jazz de vanguardia (Free Jazz, la escuela creada por Ornette Coleman) con tres colegas, amigos de muchos años y admirados como artistas: Fernando Gelbard, el “Chivo Horacio Borraro (saxo tenor) y Carlos “Pocho” Lapouble (batería). Ellos, al igual que yo, estaban imbuidos de una rebeldía y creatividad rayana en la locura. ’’.

Cod: #1690

domingo, 21 de agosto de 2022

Columbus Circle - On St. John's Eve (1976)

On St. John’s Eve" es un trabajo ultra raro proveniente de la escena de Glastonbury, Connecticut, Estados Unidos, una obra originalmente lanzada por el ya extinto sello discográfico ‘’Pharoah’’ en una tirada privada de cantidad limitadísima de copias, seguramente en la actualidad difícil de conseguir el disco original. Columbus Circle fue un grupo local de Connecticut dirigido por el músico de instrumentos de viento de jazz Paul R. Coyle.

Y la música que contiene en su interior tampoco deja de ser muy particular, dividiéndose el sonido en el disco original en dos partes. El lado uno que contiene una enorme suite de diecinueve minutos de duración, transitando por una música vanguardista muy compleja de estilo muy personalista, prácticamente no se parece a nada en su epoca, por lo peculiar de la propuesta y lo oscuro de la misma, a lo que se le suma el toque sinfónico en construcciones sonoras muy relacionadas al lenguaje del jazz de big band y a la vanguardia.

Esta suite está dividida a su vez en tres movimientos internos. El estilo de la misma es oscuro, transitando por diversas intensidades, a veces aportadas por una banda menor con percusiones y por momentos sumándose la orquestación sinfónica, llegando a transitar momentos hasta de libre ejecución y caos, tipo vanguardias o free jazz, construcciones con nociones clásicas, y apariciones sutiles de rock. También podria relacionarse al estilo clásico moderno o el rock progresivo.

Ya el lado dos del vinilo original el sonido cambia rotundamente, apareciendo esta vez una serie de piezas cortas que completan todo el lado. La sustancia de estas piezas sigue por la línea de una música lúgubre y extraña, pero impregnándose más fuertemente el sonido rock y continuando los arreglos instrumentales de estilo brass rock con arreglos de viento, recordando a bandas de finales de los 60 como Chicago Transit Authority o Blood Sweat And Tears.

El lado dos abre con la pieza ‘’The Morning After’’ que continua con el sonido lúgubre y académico del primer lado del vinilo. El trabajo se completa con tres piezas de acercamiento al rock, para cerrar con ‘’Quincy Nights’’ en la que la banda se sumerge decididamente en un sonido más jazzero o fusión, con líneas de viento como apertura y bueno solos internos, una pieza dinámica de jazz fusión.

Paul R. Coyle era un especialista en vientos y este segundo lado del disco lo evidencia, con buenos atascos rockeros repletos de arreglos de metales y buenos solos de, por ejemplo, saxo, combinación en la que aparece también una voz femenina cantando en alguna que otra pieza. Un trabajo totalmente desconocido incluso en su época, una edición privada con un sonido experimental y de vanguardia, que se completa con tema más cortos, una interesante perla del under con sus experimentos y sonido atípico para disfrutar en el jardín de las delicias psicodélicas.

Cod: #1681

domingo, 7 de agosto de 2022

The Mike Westbrook Concert Band - Love Songs (1970)

Este es un trabajo de jazz rock para orquesta que goza de buena reputación entre los fanáticos del género y especialmente por los amantes del jazz ingles de la época. Mike Westbrook era un personaje que estaba llevando la vanguardia hacia adelante, manteniendo los estándares del jazz ingles en un gran nivel. 

Desde mediados de los 60s en adelante el jazz inglés supo experimentar una notable mutación, cambio que alcanzó su apogeo hacia finales de los 60s y principio de los 70s, época en la que convergieron el jazz moderno, el jazz rock, el free jazz, las big bands, la psicodelia y el rock progresivo, de todo este caldo de cultivo saldrían experimentos y fusiones muy particulares. Mike Westbrook sería uno de los participantes que estuvo allí para proponer esas nuevas ideas y experimentaciones, siendo un innovador con sus impresionantes sonidos de big band.

Westbrook es tal vez, junto a Graham Collier y Michael Garrick, uno de los más importantes compositores que ha dado el jazz británico de su época. Durante su extensa carrera ha dirigido big bands, pequeñas bandas de jazz, agrupaciones de rock, bandas de metales e incluso ha hecho algún que otro musical. Hacia finales de los 60s irrumpió la escena inglesa con su banda ‘’The Mike Westbrook Concert Band’’, con la que publicó sus primeros trabajos. Todo lo que hizo hasta 1975 es absolutamente imprescindible.

Más especialmente, desde finales de los 60s, y durante buena parte de la década del 70, Westbrook se concentró en su trabajo con Big Bands, para las que dirigió y compuso música a la medida, generalmente tratándose de obras conceptuales basadas en conceptos literarios, similar al estilo de los compositores clásicos. Sus big bands y orquestas generalmente estaban compuestas por la flor y nata de los musicos del jazz ingles del momento, llegándose a codear con el vanguardismo, siendo sus creaciones campos de experimentación constante y terreno por donde estilos por venir estaban ya n su forma prototípica.

Anteriormente ya había sorprendido con su ‘’Marching Song”, un disco conceptual en el que Westbrook muestra su desprecio por la guerra. Todo el caos, la rebeldía y el rupturismo manifestado en ‘’Marching Song” hacía tan solo un año atrás, ahora cambiaban de rumbo para presentarse en un concepto más alegre pero no menos preponderante. ‘’Love Songs’’ es un trabajo dinamico, con frescura y dinamismo en el que la banda se confabula para pintar algunas escenas de amor jazzero mientras se diluyen en las sesiones, en lo que es a la vez un ejemplo perfecto de jazz rock temprano en la escena inglesa y en el mundo.

‘’Love Songs’’ se grabó en Tangerine Studios en 1970, y es muy refrescante con sus ritmos dinámicos y su repertorio en su mayoría instrumental, con una frescura que avanza sutil pero constante lo largo de las seis piezas por las que está dividido. El elenco participante es estelar, con apariciones de musicos de entre la crema del jazz ingles del momento, la talentosa Norma Winstone en voz, un músico de sesión muy talentoso y requerido como lo era Chris Spedding en guitarra, o la frescura de Alan Jackson en batería.

El estilo de composición combina elementos de jazz orquestal, prototipos de jazz rock, jazz contemporáneo, ya habiendo dejado de lado el vanguardismo más duro por lo menos para esta ocasión, pero con el coqueteo esta vez de lo melódico y melancólico también. El trabajo presenta una lista de composiciones inspiradas y dedicadas a los poemas de Caroline Menis. La banda está formada por los saxofonistas Mike Osborne, John Warren y George Khan, el trompetista Dave Holdsworth, los trombonistas Malcolm Griffiths y Paul Rutherford, además de Chris Spedding en guitarra, Mike Westbrook en piano, Harry Miller en bajo y Alan Jackson en batería, todos músicos de jazz estelares. Este  grupo de músicos asombrosamente dirigido por Westbrook presentan un trabajo que requiere una escucha atenta y cuidados, es un trabajo de jazz fiel a su época, con inventos dinámicos y creaciones que están a la altura de la crema del jazz británico.

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