Mostrando las entradas con la etiqueta mercedes araujo. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta mercedes araujo. Mostrar todas las entradas
miércoles, octubre 19, 2016
mercedes araujo. la isla (selección)
El peligro no aparece al principio,
lleva un tiempo comprender que las olas
se estrellan contra peñascos y otro tiempo
dejar de de intentar
que el cuerpo encuentre amparo.
Cuando lo has perdido, el agua te recuerda
que no es posible comenzar de nuevo,
en todo caso no con el mismo cuerpo.
Como un animal pequeño, de pelo débil
con orejas puntiagudas, las manos y los pies de mona,
con el pelo liso como el que tengo en estos días,
así, creo, será posible sobrevivir en el mar.
***
Palpo mi cuerpo, poco voluptuoso,
parece el de una langosta pero con escamas,
la piel durísima me convence de lo inútil
de temerle a las flechas. Ahora sé que los escarbajos
pueden caminar sin dañarse las alas
que todos amamos el vientre que nos nutre
y que el cuerpo que fue echado al pozo prefiere el agua.
Luego de estos meses en la isla, ciertas mutaciones
ocurrieron al cuerpo: la mirada
se disipó, los músculos se aletargaron.
Estrellas, luna, vientos, ríos,
la marea
todo lo enjuaga.
Merceders Araujo, Mendoza, 1972
de La isla, BajoLaLuna Poesía, Buenos Aires, 2010
imagen de Gérard Mursic
miércoles, febrero 25, 2015
mercedes araujo. madre e hijas
Otoño se imagina niebla en el jardín de suculentas
diluvio tropical un cielo seco y frío se sueña
y madre exalta ese pequeño y delicado asunto
de tejer enlazar a veces recto y otras curvo
mientras dice qué barato es tejer
qué barato es hablar de un viento.
diluvio tropical un cielo seco y frío se sueña
y madre exalta ese pequeño y delicado asunto
de tejer enlazar a veces recto y otras curvo
mientras dice qué barato es tejer
qué barato es hablar de un viento.
Nacidas y criadas en las pausas del desierto
evitamos llorar -ni por todos los muertos-
será que no aprendimos
palabras que dicen penas.
evitamos llorar -ni por todos los muertos-
será que no aprendimos
palabras que dicen penas.
Quiero mi té de burro reclama una
y la otra qué delicia, voy llevar dos gajos
hinojo, palomilla y ruda para la angustia
y hasta esa ira en la violeta africana
encuentra cura.
y la otra qué delicia, voy llevar dos gajos
hinojo, palomilla y ruda para la angustia
y hasta esa ira en la violeta africana
encuentra cura.
Un ramito en el corpiño de hierba santa
una agüita tibia mentolada trae sosiego
toda herida que se olvida al fin te salva
y eso las cuatro lo sabemos.
una agüita tibia mentolada trae sosiego
toda herida que se olvida al fin te salva
y eso las cuatro lo sabemos.
Es cierto, hay plantas sabias pero hay otras
que no te dejan mentir aunque quisieras
y te deforman el pie y el alma
si para no llorar te estás riendo.
que no te dejan mentir aunque quisieras
y te deforman el pie y el alma
si para no llorar te estás riendo.
Mercedes Araujo, Mendoza, 1972. Vive en Buenos Aires
imagen de Katie M. Berggren en Archival Print
viernes, noviembre 01, 2013
mercedes araujo. hay días en los que me hundo y otros poemas
Hay
días en los que me hundo en el agua y no sé
si por influjo de la luna o por un simple movimiento del sol
puedo deslizarme sobre la tierra tan sinuosamente
como una serpiente con aros de color azul intenso
desde la cola a la boca, pero ese cuerpo de serpiente
pálido y embozado no soy yo,
quisiera poder aclarar cerca de tus oídos
algunas de estas cosas, me has dicho
que no es posible por ahora,
ya que las nuevas ocupaciones te llevan todo el día
y también que tu vida es mejor, más sólida.
No me hagas caso, simplemente podrías decirme
si es verdad que las escamas de mi cuero
siguen brillando a pesar de haber sido
arrancadas una por una, y que aún así
el cuerpo está contento con esta pequeña vida.
si por influjo de la luna o por un simple movimiento del sol
puedo deslizarme sobre la tierra tan sinuosamente
como una serpiente con aros de color azul intenso
desde la cola a la boca, pero ese cuerpo de serpiente
pálido y embozado no soy yo,
quisiera poder aclarar cerca de tus oídos
algunas de estas cosas, me has dicho
que no es posible por ahora,
ya que las nuevas ocupaciones te llevan todo el día
y también que tu vida es mejor, más sólida.
No me hagas caso, simplemente podrías decirme
si es verdad que las escamas de mi cuero
siguen brillando a pesar de haber sido
arrancadas una por una, y que aún así
el cuerpo está contento con esta pequeña vida.
De La isla, 2010
***
"Deseo
tanto tener noticias tuyas"
esa manera pulcra de decir
"deseo tanto tener noticias tuyas"
si dijeras por qué te fuiste
por qué estás trepando
el monte Kenia como cabra.
No trepo el monte Kenia como cabra
soy un carnero vuelto de espalda sobre la piedra
tengo las patas y las manos atadas en ángulo recto
y espero paciente que alguien me dé un nombre.
Quisiera llamarme como un río: Cumene
Cumene es apropiado para renacer.
esa manera pulcra de decir
"deseo tanto tener noticias tuyas"
si dijeras por qué te fuiste
por qué estás trepando
el monte Kenia como cabra.
No trepo el monte Kenia como cabra
soy un carnero vuelto de espalda sobre la piedra
tengo las patas y las manos atadas en ángulo recto
y espero paciente que alguien me dé un nombre.
Quisiera llamarme como un río: Cumene
Cumene es apropiado para renacer.
De
Viajar sola, 2009
***
Washington DC
Otra lengua, la otra, ronda
y en mi cabeza persevera
mientras la tarde es
un negro cuervo
que urde malabares
sobre el techo emprolijado.
Escaso
apacible
calinoso techo.
Elizabeth Bishop borda el blanco
zurce grafías, entona el viento.
Pero el viento soy yo.
Sus tropicales decires soy yo.
Más blanca y fría.
Blanca nieve presumida,
exacta, relojera.
Afternoon, night, morning
y mi vida en DC es la del negro cuervo
graznando a lo loco
sobre el blanco colchón
de plumas frisadas
calles O y thirty first.
y en mi cabeza persevera
mientras la tarde es
un negro cuervo
que urde malabares
sobre el techo emprolijado.
Escaso
apacible
calinoso techo.
Elizabeth Bishop borda el blanco
zurce grafías, entona el viento.
Pero el viento soy yo.
Sus tropicales decires soy yo.
Más blanca y fría.
Blanca nieve presumida,
exacta, relojera.
Afternoon, night, morning
y mi vida en DC es la del negro cuervo
graznando a lo loco
sobre el blanco colchón
de plumas frisadas
calles O y thirty first.
Mercedes Araujo, Mendoza, 1972. Vive en Buenos Aires
imagen de ©Bertil Nilsson, en Uno de los nuestros
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)