viernes, 28 de noviembre de 2025

Como Neruda.

En medio de tanto padecimiento, los desaciertos y las tempestades, casi una vida después, como Neruda, "nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos", ni es la misma biblioteca, la nuestra, la de la cultura del pueblo y la familia a la que han cambiado el nombre y no visitan ya los ojos morenos de aquella niña adolescente que se hacía mujer mientras nacía el siglo XXI. Era noviembre, llegábamos al Pueblo de Patricia y olía a azahar en el Paraíso donde todo comenzó para conectar alma y corazón. Una nueva existencia se abría ante nuestros ojos y estábamos preparados para recibirla con ilusión y esperanza, siendo humildes, siendo sinceros, siendo audaces y siendo valientes. Veníamos de un país deprimido, y más que una patria famélica, era un dolor. Un dolor sobre otro dolor que aún estaba doliendo dejaría de doler para siempre. Pero nada es para siempre y un padre y su hija se vieron obligados a tomar la iniciativa al día doblando cuerpos y muy de madrugada. Gracias.

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