Muchos de los fármacos que se exponen en este capítulo generalmente son de uso muy frecuente y se utilizan muchas veces sin vigilancia ni receta médica. A pesar de ello no carecen de efectos adversos y pueden modificar la eficacia de otros medicamentos. El profesional de enfermería, como personal sanitario, tiene que ser capaz de entender el funcionamiento de estos fármacos, sus efectos adversos, así como los problemas o precauciones que se derivan de su administración o uso indiscriminado. Además, debe mantenerse actualizado y alerta, dado que en los últimos años se han revocado muchos de los medicamentos tradicionalmente usados y han surgido otros nuevos que aún no se conocen perfectamente.
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