En general, la realización de los END depende en gran manera de la preparación y disposición del personal encargado de ello. El tiempo de penetración o de espera antes de la evaluación de indicaciones, la distancia entre electrodos o la cantidad de partículas depositadas, el número y tamaño de las radiografías o la distancia fuente-película, y el tipo de palpador utilizado o el máximo recorrido de éste, no pueden ser siempre controlados exactamente por la persona responsable del trabajo realizado por el operario.
Hay, pues, una necesidad de establecer los parámetros correctos del examen para que su ejecución sea siempre uniforme, independientemente de la persona que la lleve a cabo.
El presente trabajo describe casos concretos de un método seguido para normalizar y optimizar la realización de exámenes radiográficos y por ultrasonidos.
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