En Bolonia, durante la Edad Moderna, confluyeron una serie de circunstancias que hicieron de la ciudad un entorno único para el desarrollo de las artes. En este contexto, las mujeres contaron con un protagonismo único que no encuentra parangón en ninguna otra ciudad europea. Este protagonismo de las mujeres culmina en torno a la figura de Elisabetta Sirani (1638-1665), pero cuenta con una amplia nómina de artistas y pioneras que precedieron y dieron continuidad a la obra de esta artista. A través de este artículo se pretende presentar el desarrollo artístico femenino no como una excepcionalidad, sino como una consecuencia lógica derivada de este ambiente cultural único que se vivió en Bolonia durante los siglos XVI y XVII.
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