Guayaquil, Ecuador
El estrés laboral constituye un problema creciente en organizaciones altamente demandantes, afectando tanto la salud psicológica de los trabajadores como el rendimiento institucional. Este estudio, desde la psicología organizacional, analiza estrategias integrales de gestión del estrés que trascienden los enfoques individuales y abordan dimensiones grupales y organizacionales. Se destacan programas y técnicas de afrontamiento como medidas individuales; la comunicación asertiva y la cohesión de equipo como recursos grupales; y el rediseño de puestos, las políticas de conciliación vida-trabajo y la desconexión digital como acciones organizacionales. Por otro lado, se resalta el papel del liderazgo, evidenciando que estilos transformacionales y de apoyo emocional reducen tensiones, mientras los autoritarios aumentan el malestar. La literatura revisada confirma que invertir en programas de bienestar genera beneficios como la reducción del ausentismo, mayor motivación y productividad. En el contexto actual, marcado por la digitalización, surge el tecnoestrés como un desafío emergente, frente al cual se recomienda regular la carga tecnológica y promover competencias digitales equilibradas. La gestión del estrés debe concebirse como responsabilidad colectiva, apoyada en diagnósticos psicosociales periódicos, capacitación continua e integración de indicadores de bienestar en la evaluación organizacional. Se recomienda fortalecer la investigación aplicada para adaptar las estrategias a distintos sectores y contextos culturales, consolidando una gestión sostenible del bienestar laboral.
Work-related stress has become a critical issue in demanding organizations, impacting both employees’ psychological health and institutional performance. From the perspective of organizational psychology, this study analyzes comprehensive stress management strategies that move beyond individual approaches to include group and organizational dimensions. At the individual level, programs and coping techniques are emphasized; at the group level, assertive communication and team cohesion are key; and at the organizational level, job redesign, work-life balance policies, and digital disconnection mechanisms are highlighted. Leadership plays a central role, as transformational and supportive styles foster healthy work climates, while authoritarian approaches increase stress levels. Evidence shows that investing in well-being programs leads to reduced absenteeism, greater engagement, and improved productivity. In the current digital context, technostress emerges as a new challenge, requiring regulation of technological workloads and balanced digital skills promotion. Stress management must be seen as a collective responsibility, supported by regular psychosocial assessments, continuous training, and the inclusion of well-being indicators in organizational performance evaluations. Applied research is needed to adapt strategies to different work sectors and cultural contexts, ensuring sustainable and effective stress management.
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados