PUNTOS CLAVE Estratificación y perfiles clínicos de la insuficiencia cardíaca aguda (ICA). En el concepto de ICA pueden englobarse diferentes entidades: edema agudo de pulmón, shock cardiogénico, insuficiencia aguda hipertensiva, insuficiencia cardíaca de novo e insuficiencia cardíaca derecha. La clasificación de Killip y la de Forrester permiten estratificar a la ICA de acuerdo a gravedad y a la presencia o no de congestión y/o bajo gasto, lo que permite individualizar el tratamiento. Se describen los objetivos del tratamiento.
Monitorización del paciente con ICA. El manejo de la ICA requiere diagnóstico y tratamiento urgente. Se describe la sistemática de actuación en cuanto a monitorización y qué parámetros son necesarios para una valoración diagnóstica inicial e inicio de terapia que permita estabilizar al paciente en espera de que las diferentes pruebas complementarias permitan una mayor precisión diagnóstica. Se comentan las medidas físicas y la oxigenación.
Tratamiento. Incluye la actuación a varios niveles, desde medidas físicas, oxigenoterapia y fármacos, hasta en casos excepcionales el trasplante cardíaco. El tratamiento médico consiste en combinaciones de varios fármacos con diferentes mecanismos de acción: morfina (alivio de ansiedad y reducción del trabajo respiratorio), diuréticos (reducción de la congestión), vasodilatadores (disminución de la precarga y postcarga), inotrópicos (aumento de la contractilidad), anticoagulación, inhibidores de la enzima conversora de angiotensina y bloqueadores beta. En situaciones en las que el tratamiento farmacológico no es suficiente el escalón siguiente es la utilización de dispositivos de soporte mecánico y, finalmente, para casos muy seleccionados el trasplante cardíaco.
Comorbilidad asociada a la ICA. La enfermedad coronaria es la causa más frecuente de ICA. Además son muy frecuentes las valvulopatías, disfunciones protésicas valvulares, arritmias y disfunción renal.
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